«El que tome su cruz que me siga»

Evangelio según San Mateo 16,24-28. 

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. 

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. 

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? 

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. 

Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino".

Santa Clara de Asís, virgen y fundadora 

fecha: 11 de agosto
fecha en el calendario anterior: 12 de agosto
n.: c. 1193 - †: 1253 - país: Italia
canonización: C: Alejandro IV 12 ago 1255
hagiografía: Directorio Franciscano

Memoria de santa Clara, virgen, que, como primer ejemplo de las Damas Pobres de la Orden de los Hermanos Menores, siguió a san Francisco, llevando en Asís, en la Umbría, una vida austera pero rica en obras de caridad y de piedad. Insigne amante de la pobreza, no consintió ser apartada de la misma ni siquiera en la más extrema indigencia y en la enfermedad.

patronazgo: patrona de Asís, de los ciegos, de las lavanderas, bordadoras, vidrieros, pintores y doradores de vidrio, del telégrafo, el teléfono y la televisión; protectora contra la fiebre y los problemas de ojos.

refieren a este santo: Santa Inés de Asís

Nació en Asís, Italia, en 1193. Su conversión hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. Cuando ella tenía 18 años San Francisco predicó en Asís los sermones de cuaresma y allí insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales.

En secreto se fue a buscar al santo para pedirle que la instruyera en el modo de lograr conseguir la perfección cristiana. El le dijo que había que desprenderse de todo, la animó a dejar la vida de riquezas y comodidades que llevaba y dedicarse a una vida pobre, de oración y penitencia.   San Francisco hizo que Clara se fuera a vivir junto a la Iglesia de San Damián en Asís, en una pobre y humilde casita. Y he aquí que su hermana Inés y su propia madre decidieron irse también de monjas con ella.

Y muchas muchachas más se dejaron atraer por esa vida de oración y recogimiento, y así pronto el convento estaba lleno de mujeres dedicadas a la santidad.

Francisco nombró a Clara como superiora de la comunidad, y aunque ella toda la vida trató de renunciara al puesto de superiora y dedicarse a ser una sencilla monjita de segundo orden, sin embargo por cuarenta años será la priora del convento y las monjitas no aceptarán a ninguna otra en su reemplazo mientras ella viva, y es que su modo de ejercer la autoridad era muy agradable y lleno de caridad. Servía la mesa, lavaba los platos, atendía a las enfermas, y con todas era como una verdadera mamacita llena de compresión y misericordia.

A los pocos años ya había conventos de Clarisas en Italia, Francia, Alemania y Checoslovaquia. Y estas monjitas hacían unas penitencias muy especiales, inspiradas en el ejemplo de su santa fundadora que era la primera en dedicarse a la penitencia.    No usaban medias, ni calzado, se abstenían perpetuamente de carne, y sólo hablaban si las obligaba a ello alguna necesidad grave o la caridad. La fundadora les recomendaba el silencio como remedio para evitar innumerables pecados de lengua y conservarse en unión con Dios, y alejarse de dañosas distracciones del mundo, pues si no hay silencio, la mundanalidad se introduce inevitablemente en el convento.

Siguiendo las enseñanzas y ejemplos de su maestro San Francisco, quiso Santa Clara que sus conventos no tuvieran riquezas ni rentas de ninguna clase. Y aunque muchas veces le ofrecieran regalos de bienes para asegurar el futuro de sus religiosas, no los quiso aceptar.   Al Sumo Pontífice que le ofrecía unas rentas para su convento le escribió: "Santo Padre: le suplico que no me absuelva ni me libre de la obligación que tengo de ser pobre como lo fue Jesucristo". A quienes le decían que había que pensar en el futuro, les respondía con aquellas palabras de Jesús: "Mi padre celestial que alimenta a las avecillas del campo, nos sabrá alimentar también a nosotros".

Hoy las religiosas Clarisas son 18,000 en 1,248 conventos en el mundo.   27 años estuvo enferma nuestra santa, pero su enfermedad la soportaba con paciencia heroica.   En su lecho bordaba y hacía costuras, y oraba sin cesar. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó: "Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado, como la que tiene esta santa monjita". Cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos.

San Francisco ya había muerto, y tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras ella agonizaba.    La santa repetía: "Desde que me dedique a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan".

El 10 de agosto del año 1253 a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa, se fue al cielo a recibir su premio. Un día como hoy fue sepultada. Santa Clara bendita: no dejes nunca de rogar a Dios por nosotros.

Oremos

Himno

Nada posee Clara,
Nada le pertenece;
Como lirio del huerto
Libre respira y crece.
Nada toma en su mano
Nada de aquí fenece;
Pobre, en la cruz se abraza
Con Cristo que padece.
Nada de lo que fluye
Su párpado estremece;
Clara mira y escucha
Al Verbo que acontece. Amén 

Señor, Dios nuestro, que concediste a Santa Clara un gran amor por la pobreza evangélica, concédenos por su intercesión, seguir a Cristo en la pobreza del espíritu y llegar a contemplarte en tu glorioso reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Vísperas  

Himno

Clara, virgen amable,
Esposa enamorada,
Dulce nos es tu nombre,
Muy suave tu fragancia.
El gozo de la cruz
Danos, benigna hermana;
Danos tu amor castísimo
Y la pobreza santa.
Gloria al Hijo doliente
En la cruz levantada;
Gloria a Jesús excelso
En la paz de la patria. Amén

 

Aprender a amar verdaderamente

Santo Evangelio según San Mateo 16, 24-28. XVIII Viernes de Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

María, veo qué pequeño soy, veo lo poco que soy y me cuesta creer que hay un Dios que me pueda amar. Tú, mamá, que eres verdadero ejemplo de confianza y abandono en Dios, ayúdame, llévame de la mano y enséñame a ponerme en manos del Señor. Hoy quiero rezar, quiero pasar un rato con Él.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Cuántas veces me he preguntado en qué consiste tu camino, Señor. En qué consiste ser cristiano, o qué tiene de especial mi vocación, qué riqueza. Qué es lo que cambia en mi vida. Esperé tantas veces que mi vida se volviera distinta, que cambiara el entorno en que me muevo. Esperé poder gozar de ciertas "gracias" o "facilidades" venidas de tu mano en el día a día. Ahora que miro mi pasado y que veo tantas expectativas no llenadas, me pregunto si me equivoqué. En otras palabras, me pregunto por qué no llenaste mis deseos.

Pues bien, quizá debo admitir que mi fe no siempre ha sido muy grande. Quizá mis deseos muchas veces no eran necesariamente los mejores. Podrían haberme traído alguna satisfacción –o al menos eso es lo que yo creía- pero quizá no eran tan profundos. Te amaba, Señor, y te amo; pero confieso que muchas veces te busco y te he buscado más como un "hechicero" que como mi Dios.

Ahora, poco a poco he aprendido que la fe no consiste en pensar o desear algo con mucha certidumbre, para conseguirlo al instante. Sino más bien en una confianza personal en mi Creador. En una confianza que me abre los ojos y el corazón para buscarte y encontrarte. Y reconocer tu mano misericordiosa que me guía y me da lo que verdaderamente necesito.

Me preguntaba en qué consiste tu camino. Ahora veo que no consiste en el éxito. Ese camino sería para pocos (y, además, ¿quién tiene éxito que no tenga otro deseo de ser saciado?).. Es verdad que Tú obras en el éxito también, pero no es ésa la esencia de "ser cristiano".

Para responder a mis preguntas, dos frases resuenan constantemente en mi interior: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga" y "si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, dará mucho fruto". Debo meditarlas frecuentemente. Son pedagogía divina que rompe con la pedagogía del mundo actual. Pedagogía para aprender a amar verdaderamente.

Él lo dijo claramente a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga". Él nunca prometió honores y triunfos. Los Evangelios son muy claros. Siempre advirtió a sus amigos que el camino era ese, y que la victoria final pasaría a través de la pasión y de la cruz. Y lo mismo vale para nosotros. Para seguir fielmente a Jesús, pedimos la gracia de hacerlo no de palabra sino con los hechos, y de llevar nuestra cruz con paciencia, de no rechazarla, ni deshacerse de ella, sino que, mirándolo a él, aceptémosla y llevémosla día a día.

(Homilía de S.S. Francisco, 9 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, al rezar, buscaré tener un corazón abierto a aquello que Dios me quiera dar y pedir.
Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima,

Enfermarse de Jesucristo.

Una enfermedad no se contagia hablando de ella, sino estando enfermo. Sólo el que está enfermo puede contagiar a otro.

De todas "las condiciones" que Jesús pone a quien decide ser su discípulo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame(Lc 9, 23) ¿No crees que es la más difícil?

Se podría pensar que la más costosa sea tomar la cruz, pues a nadie agrada la cruz, más bien la evitamos.

Quizás los más maduros en años y quienes se han preocupado un poco de crecer en la vida personal y espiritual saben que aún más difícil que la cruz es la renuncia a sí mismo.

Sin embargo la más difícil es la última: seguir a Cristo. Muchas veces no nos queda más remedio que aceptar las cruces que nos vienen; en otras ocasiones las circunstancias nos obligan a renunciar a nuestros planes. Si lo hacemos de mala gana, sufriremos más, pero la cruz y la renuncia siempre estará presente y mal o bien se sobrelleva.

Como recordó el Papa a los jóvenes, "la radicalidad de una elección que no admite demoras ni repensamientos es una exigencia dura, que impresionó a los mismos discípulos y a lo largo de los siglos ha frenado a muchos hombres y mujeres en la entrega a Cristo".

Quizás tú, como tantos otros, te has preguntado cómo es posible que habiendo tantos cristianos en el mundo, en la sociedad de hoy no se vive un ambiente de amor, unidad y paz. La respuesta es clara y dura para los que creemos en Jesucristo: muchos son cristianos pero pocos siguen a Cristo. ¿Eres tú cristiano? Creo que sí. Pero, ¿sigues a Cristo?

Una enfermedad no se contagia hablando de ella, sino estando enfermo. Sólo el que está enfermo puede contagiar a otro. Así, solo el enfermo de Jesucristo podrá contagiar a otros su amor. No nos hagamos ilusiones, para contagiar el amor del Señor es necesario estar enfermos de Él, vivir su amor y perdón.

Seguir a Cristo, no es estar inscrito y participar en alguna que otra actividad de la propia parroquia. "Con la invitación ´sígueme´ Jesús repite a sus discípulos no sólo: tómame como modelo, sino también: comparte mi vida y mis elecciones, gasta conmigo tu vida por amor a Dios y a los hombres".

¿Cómo podemos enfermarnos de Jesucristo, es decir, compartir su vida y sus decisiones?

En primer lugar, y no podemos cansarnos de repetirlo, con la oración, que no consiste en letanías y rezos, sino en una cordial conversación con Dios, sin prisas, llena de una filial confianza y de verdadera humildad.

Dialogar, no me refiero a hablar, en todas las circunstancias es difícil. ¡Qué difícil es el diálogo para muchos matrimonios!, ¡con qué frecuencia lo evitan! ¡Qué difícil es el diálogo entre los jóvenes!, ¡con qué facilidad terminan en discusiones y altercados! Dialogar es difícil, y mucho más con Dios, porque quien dialoga debe ir dispuesto a cambiar su opinión y a aceptar lo que el otro dice. ¡He aquí la verdadera dificultad de la oración!

El problema de la oración no consiste en no saberla hacer. Hace veinte años pocos cristianos sabían usar computadoras, hoy han aprendido y la usan con frecuencia y provecho. ¿Por qué no han aprendido a orar? Porque el diálogo con Dios compromete nuestras vidas.

El segundo medio para enfermarnos de Cristo es aún más arduo. Se trata de evitar lo que Él no hizo en su vida, principalmente evitar el egoísmo, es decir, rechazar los juicios temerarios y las discusiones inútiles, aprender a escuchar y a respetar a los demás, abstenerse de críticas, chismes y palabras ofensivas. ¡Cuánto retrasamos el amor de Jesucristo en la sociedad a causa de nuestras conversaciones inútiles y llenas de faltas de caridad hacia nuestros hermanos los hombres! Te hago una propuesta: un día, un sólo día, proponte no juzgar ni decir nada negativo de los demás. ¿Aceptas el reto? ¿Verdad que es fácil llamarse cristiano pero muy difícil seguir a Cristo en lo que nos pide?

Pero verdaderamente nos enfermaremos del Señor cuando vivamos la caridad que Él practicó. Caridad que no se limita a dar limosnas materiales. Más bien se expresa en ofrecer la limosna de nosotros mismos, que, dentro de la familia consiste en ayudarse recíprocamente, afrontando juntos las dificultades propias de la vida matrimonial, aprendiendo a aceptar los defectos y los momentos negativos del otro, en perdonar y humillarse, si es necesario, con tal de no herir el amor.

Caridad es también dar la limosna del propio tiempo y de las cualidades personales al servicio de los demás y de la Iglesia.

Sólo así haremos lo que Jesús nos pide: "Gasta conmigo tu vida por amor a Dios y a los hombres".

Unámonos en oración

Cadena de oración por llegada de huracán Franklin a México

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), pidió a los fieles unirse en una cadena de oración ante la llegada al país del huracán Franklin, el cual golpeará las costas de Veracruz entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves.

Ante la posible llegada del huracán Franklin a Veracruz, nos unimos en oración y en apoyo a las Diócesis de esta zona. Somos Iglesia, expresó la CEM a través de su cuenta de Twitter.

Franklin es el primer huracán del Atlántico de este año. Según el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami (Estados Unidos), Franklin se está desplazando con vientos sostenidos de 120 km/h, y se desplaza a 19 km/h.

El huracán ingresó el martes al Golfo de México todavía como tormenta tropical. Sin embargo, el Servicio Nacional Meteorológico de México informó que ya se convirtió en huracán categoría 1.

Por su parte, el titular de la Comisión Nacional del Agua, Roberto Ramírez, debido a su desplazamiento rápido, Franklin generará lluvias torrenciales en varios estados, pero podría disiparse durante la noche del jueves o en las primeras horas del viernes.

¿Sabes qué es ser escrupuloso?

5 tips para saber si lo eres

Es un sano ejercicio hacer examen de conciencia con frecuencia para ir ordenando la vida. En este ejercicio no es poco frecuente mirar todo aquello que hacemos (y qué hacen los demás) como si fuera pecado y que Dios seguro está muy molesto con nosotros.

En nuestra vida espiritual es bueno ser cuidadosos, piadosos y esforzados, pero siempre es bueno tener cuidado y pensar si en mi modo de actuar hay un fariseismo un poco escondido. Ese que se da golpes de pecho y se cree mejor que los demás, o peor aún, ese que cree que por mil practicas externas que cumple ya ha convertido completamente su corazón y está listo para ganarse el Cielo.

Para comprender un poco más qué significa ser escrupuloso y cómo afecta esta actitud a nuestra vida espiritual, te dejo estos 5 puntos que te pueden ser muy útiles

1. Algo bueno puede resultar…malo

Yo soy también de ese club, el de los escrupulosos. Les cuento una anécdota. Soy profesor de Educación Física y deportes. Ahora no ejerzo la docencia, pero en aquellos años, intentaba ir al trabajo en bicicleta cada vez que podía. Para ello, obviamente procuraba usar una buena dosis de desodorante y perfume, pues el trayecto lo hacía pedaleando a toda velocidad (pues frecuentemente iba atrasado) y siempre he sido escrupuloso con el asunto del olor corporal. Siempre siento que sudo más de la cuenta y me avergüenzo de ello. Un buen día, llegando de mi viaje en bici, entré a la sala de profesores y una colega que se acerca a saludarme, arruga la nariz y me dice con mucho desagrado: «uff, estás pasado a perfume». Sinceramente me sentí muy abrumado.

Se me cruzaron los cables, usé más perfume de lo adecuado, en vez de estar agradablemente fragante, estaba incómodamente hediondo, pero no era olor a sudor, sino que a perfume; el olor bueno se volvió malo y la experiencia me produjo un crisis en la que descubrí lo escrupuloso que soy respecto a los olores y eso me llevó a darme cuenta que también lo era con mi fe.

¿Cómo es posible que algo que utilizo para serle agradable a los demás y que me hace bien a mi, se vuelva desagradable y haga sentir a los demás incómodo?

2. La relación con Dios se trata de amor y no de señalar

La experiencia personal con Jesús y la vida espiritual deberían ser un agradable perfume para nuestras vidas, un aroma que atrae a los además, que los hace sentirse amados, aceptados, en donde saben que ese aroma podemos compartirlo con ellos. Pero lamentablemente no pocas veces, me he visto a mi y a otros hermanos en la fe, pestilementemente hediondos a fe. Hacen de la fe algo que los esclaviza a sí mismos y a todo aquel que los rodea.

La tentación es caer en los escrúpulos, en mirar la realidad, la propia vida y la de los demás desde el palco del pecado. Evaluar todas las situaciones desde la óptica de si “es o no es pecado”, pudiendo mirarla desde el amor preguntándonos “estoy o no estoy amando”. Los escrúpulos pueden llegar a ser una enfermedad espiritual que, más que hacernos vivir la libertad de los hijos de Dios, nos vuelve esclavos del pecado, incluso aunque no pequemos, pues el centro de nuestra vida espiritual no es amar y tener una relación de fidelidad con Dios, sino saber si lo que veo en la tele, lo que como, lo que hablo o lo que sea que haga, es pecado o no lo es.

3. ¿Qué significa ser escrupuloso?

Quizás no es una palabra muy conocida para todos esto de los escrúpulos, pero en estoy seguro que al menos en la práctica, estás familiarizado con lo que ella significa: «…el escrúpulo es la duda irrazonable sobre la moralidad de un acto hecho o por hacer. La persona escrupulosa vive preocupada viendo pecado donde no lo hay» (corazones.org).

Un escrupuloso, aunque quizás vive muy consciente de su pecado, no vive muy consciente del amor y misericordia de Dios, y junto con ello, encuentra formas rebuscadas para decirse a sí mismo que, aún aquellas cosas que hizo bien y que resultaron bien, tienen algo de malo.

4. ¿Estás siendo escrupuloso?

Un ejemplo típico es la falsa humildad. Alguien escrupuloso, cuando realiza alguna acción digna de ser reconocida en público, se esconde, evita la felicitación de sus pares, pues cree que pecará de vanidoso y orgulloso; al mismo tiempo siente que lo que hizo en realidad no es tan bueno y que felicitarlo no hará más que convertirlo en alguien mediocre.

Un escrupuloso, confiesa el mismo pecado varias veces, no importa si ya no lo comete, pues lo que le ocurre es que nunca se siente perdonado. De hecho, confiesan aquellas cosas de las cuales ni siquiera están seguros si son pecados o no, simplemente las confiesan por si las moscas. Creen que todo lo que hacen ellos y los demás es pecado y los lleva al infierno.

5. Algunos consejos para dejar de serlo

Vivir en medio de los escrúpulos, hace que cada paso sea realizado con temor; que cada acción sea vivida con la angustia de estar haciendo algo malo y que ofende a Dios. Los escrúpulos atentan contra la libertad que el mismo Jesús ganó para nosotros.

Si bien es materia importante (no solo de estudio, sino que de reflexión y sobre todo de oración) mantenernos alejados del pecado, lo importante es que recordemos a diario que nuestro Dios, es un Dios que ama a los pecadores, que siendo así, como somos, nos trata como sus predilectos y que no mira aquellas faltas que hemos cometido sino que nos recibe con los brazos abiertos cada vez que deseamos volver a casa arrepentidos de nuestras faltas.

Soy católico y homosexual. Un testimonio auténtico de un camino posible

Un camino contra corriente, ciertamente difícil, pero que vale la pena

Hace unas semanas un de los lectores de Catholic-link tuvo la delicadeza de compartir su historia con la intención de que esta pueda ayudar de alguna manera a muchos jóvenes. A modo de entrevista personal, nos hace llegar una parte muy importante e íntima de su vida y el camino que, de la mano de Dios, decidió seguir. Un camino contra la corriente, ciertamente difícil pero que en sus mismas palabras, vale la pena.

¿Cuántos años tienes y qué te dedicas? 

Tengo 20 años y estoy estudiando una carrera en el campo de la educación. Me encanta trabajar con adolescentes, es una edad de suma importancia para la vida. Es la etapa en la que, sin mucha preparación ni experiencia, se toman muchas decisiones que pueden influir en el resto de la vida.

¿Qué nombre prefieres para tu “condición”? 

He caído en cuenta que no quiero que me denominen o denominarme de ninguna manera. Antes usaba las palabras homosexual, gay o marica, pero me di cuenta que estaba cometiendo un error. Yo no soy todo eso, solamente lo padezco y al llamarme de esa forma estaría limitándome y no sólo a mí, sino a todos los que pasamos por esto. Es encerrarme en una caja.

Esas definiciones hacen que la gente nos califique como distintos, desiguales al resto. Considero que es una forma de victimización, de decir “por favor tengan compasión de nosotros, que tan distintos somos de ustedes”. Pero en realidad, yo no soy distinto de nadie más. Todos los seres humanos, hombres y mujeres, tenemos la misma dignidad y por ende la misma igualdad. No necesito que la gente me tenga pena, que me vea distinto, que piensen que yo soy tan distinto a cualquier otro, porque como he dicho antes no lo soy.

Por esa razón prefiero llamarla “mi condición” o AMS (atracción hacia el mismo sexo) eso es lo que es y prefiero usar esos términos para que la gente comprenda a que estoy haciendo referencia.

Esa condición es un elemento más dentro de mi persona, no hace que sea lo más importante para mí, no me determina en nada. La persona es mucho más que su atracción, nunca se ha definido a la persona por su sexualidad. La persona está compuesta por cuerpo y alma, no hay como desligar los dos. No deberíamos centrarnos exclusivamente en una atracción. Gran parte de mi vida se ha centrado en eso y es una pérdida total de tiempo, pero sobre todo de energía.

¿Qué opiniones tienes acerca de la cultura LGBTI?

Nos encontramos con una definición que intenta catalogar a un grupo de gente reduciéndolo exclusivamente a su preferencia sexual. Por esa razón no me considero parte de los LGBTI, ya que no comparto sus ideales o sus puntos de vista. Para que seas capaz, aunque sea por solo un momento, de ponerte en los pies de una persona con AMS, hagamos una actividad de empatía, pero hazla de verdad.

Piensa que estás en tu pubertad, tienes alrededor de 13 años, te llevas muy bien con tus amigos, tienes muchos temas de conversación, te ríes, juegas… Pero llega un día en el que ellos, siguiendo su desarrollo evolutivo, empiezan a llevarse con mujeres, salir a fiestas, vacilar… tú te das cuenta que no eres capaz de sentir lo mismo que ellos. Intentas seguirles la corriente, pero en tu interior sabes que no puedes hacerlo. No te identificas. Para poder seguir permaneciendo en el grupo debes intentar actuar como el resto, que todos te vean como un igual, cuando tú simplemente no lo eres.

En un intento desesperado buscas información, a alguien que te guie y que te diga qué es lo que te está pasando, qué podrías hacer, y desilusionantemente no encuentras a nadie. De repente, encuentras toda la información de la cultura gay que te dice que tu atracción es natural, que tienes que salir del closet y que la sociedad debería aceptarte como eres, que deberías salir con otros de tu mismo sexo, coquetear, bailar, enamorarte, casarte y si quieres adoptar hijos, porque eso es lo que todo el resto hace. Te hacen creer que si haces todo eso, además de ser un proceso extremadamente doloroso para la persona, serás finalmente feliz.

Digo que es doloroso porque he visto cantidad de videos en youtube en la que muchas personas te cuentan su experiencia, que en la mayoría de los casos fue llena de sufrimiento, para luego decirte que todo va a mejorar. Forman parte de una campaña llamada “it gets better”.

¿Qué haces? ¿Sigues buscando la verdad o te contentas con el camino que te llevará a la “felicidad”? ¿¡Qué harías tú!? Sigue pensando, he intentado ponerte en los pies de un gay, te prometo que no es fácil. Por esta misma razón al momento que alguien sigue su tendencia y busca el camino, el único camino que sabe que existe, de tener una pareja del mismo sexo y mantener una relación, yo no puedo opinar, me quedo sin palabras; solamente puedo sentir pena y compasión. No me siento capaz de decir nada porque en varias ocasiones yo mismo me vi envuelto en esos pensamientos.

Sin embargo, a aquellas personas que tienen conocimiento de las otras vías y deciden seguir en la mentira por ser un camino fácil sí tendría algo que decirles: en la vida no tenemos que perseguir la felicidad momentánea, el placer instantáneo, placer por placer. Debemos buscar un significado más profundo. Una vez que veamos la verdad debemos hacer todo lo posible por intentar alcanzarla, cueste lo que cueste. Si nos rendimos a medio camino, habremos fracasado. La meta más difícil es siempre la más satisfactoria y esa meta solamente la alcanzan las personas que han perseverado en el largo caminar que todos tenemos. Dejemos de mentirnos tan descaradamente en nuestras propias caras, a pesar de toda la satisfacción que esos engaños puedan causarnos, y empecemos la travesía por un camino que, a pesar de ser mucho más complicado, traerá a la larga mucha más alegría de la que podamos imaginarnos.

Con esto no pretendo decir que yo he logrado alcanzar la meta, tampoco que no existe la posibilidad de perderme en el camino. Pero lo que sí sé es que si me pierdo en el camino tendré varios amigos que intentarán guiarme y corregirme, yo haría lo mismo por ellos

He tenido la oportunidad de conversar con algunas personas que tienen mi misma condición. Voy a contar sus experiencias solamente para que veas lo fácil que puede ser caer en el engaño o en una búsqueda desesperada por el placer.

El primer chico se llama Francisco, lo conocí en internet, 4 años mayor que yo, mantuvimos siempre nuestra relación virtual. Conversé con él durante mucho tiempo. Apenas pudimos mantener una conversación seguida porque siempre terminábamos en pelea sobre religión y homosexualidad. Su historia es muy sencilla, de pequeño cursó el catecismo en su parroquia; realizó la primera comunión, la confirmación y perteneció al grupo juvenil. Tenía siempre presente su atracción hacia el mismo sexo. Sin embargo, llego el día en el que dejó todo, su fe, su credo, la Iglesia… y acomodó su fe a lo que él quería. Empezó a salir con otros chicos, enamorarse, tener novios, relaciones sexuales, preocuparse excesivamente por sus músculos y su apariencia física, ingerir drogas… todo eso después de dejar a Dios.

Cuando conversábamos me contó todo eso. Cuando yo hablaba de castidad, de seguir a la Iglesia, de la propuesta del Catecismo, siempre se opuso fuertemente. Su preparación catequética era vaga, superficial, no dominaba muchos temas, no tenía idea a pesar de haber estudiado varios años en el catecismo. Creo firmemente que ese fue su problema, no entendió la propuesta de la Iglesia y al probar una vida llena de placer, sin gota de renuncia, se abandonó en el placer.

El segundo chico se llama José, tiene 14 años. Conversé cara a cara con él. Gran parte de la conversación giró en torno a las opciones que tiene una persona con AMS. José no sabía que yo tenía mayor experiencia en el tema que él. Al conversar José atacó gravemente a la sociedad, la Iglesia y a Dios. Lo único que pude hacer por él fue explicarle los errores que tiene la cultura LGBTI, la postura de la Iglesia y además que es posible superar la AMS. José, como era la primera vez que escuchaba algo contrario a lo que había escuchado el resto de su vida, se mantuvo reacio. Tenía un gran desconocimiento del tema.

Tal vez mi aproximación a las dos personas no fue la mejor, las personas que tenemos AMS muchas veces lo que queremos es ser escuchadas, contar lo que hemos vivido y que alguien nos comprenda. Antes de llegar con la doctrina y las enseñanzas de Jesucristo deberíamos escuchar, comprender y dar mucho amor. De mis equivocaciones espero mejorar en el futuro.

En mi experiencia, una vez que me fui a confesar el sacerdote con el que hablé no sabía cómo acercarse a mí, no sabía qué consejos darme. Me sentí empujado de la Iglesia, lo que quería era confesarme como cualquier otro, pero en realidad sentí distancia e incomprensión. En ese momento logré comprender que muchas personas de la Iglesia, sin querer, han empujado a los que tenemos AMS. Sin embargo, nuestro amor a Jesucristo y a la Iglesia debe ser mayor. Hay muchos sitios en los cuales apoyarnos, muchos católicos que comprenden la situación y sobre todo que entienden las enseñanzas del catecismo.

Estoy completamente convencido que el problema fundamental con la AMS es la falta de información que se tiene. Existe mucha información, muchos sitios web, videos, documentales. Sin embargo, no estamos interesados en investigar porque lo tomamos como fanatismo y represión.  Muchas veces he pensado que sería más feliz cuanto más ignorante fuera. La ignorancia te libra de culpa y puedes ser muy feliz sin comprender bien las cosas. Sin embargo, ahora considero que es más importante el intentar alcanzar la verdad. La verdad nos compromete a vivir de acuerdo a ella, si no la seguimos tenemos la culpa de nuestros actos. Por eso es necesario salir de nuestra ignorancia y si es posible transmitirla al resto de personas. La verdad nos hace libres.

A mí personalmente me ha servido mucho la filosofía y la antropología que me muestran la esencia del hombre y me han llevado a comprender, entre muchas otras cosas, que las relaciones entre personas del mismo sexo no son naturales.

¿Cuándo fue el momento en el que te diste cuenta de que tenías esta atracción?

Cuando entré a primer semestre en la universidad, tenía 18 años. Fue a partir de ese día, del cual no logro recordar la fecha exacta, que mi vida cambió radicalmente. Puedo decir sin miedo que ese es uno de los días más importantes de mi vida. Sin embargo, cuando estaba en el colegio ya sabía perfectamente que tenía una atracción hacia mí mismo sexo, hay rasgos que son muy notorios y delatadores. Considero que hay dos niveles por los cuales hay que pasar. El primero es el conocimiento de que se tiene esa atracción y el segundo es la aceptación de dicha atracción.

Yo he pasado ya por los dos niveles, el primero cuando estaba en el colegio y sabía que tenía esa atracción, y el segundo cuando entré a la universidad y acepté tenerla. En el segundo aceptas tu condición y empiezas a buscar respuestas o alternativas para vivir con ella. Es como decir: “Ahora que sé que tengo esto, ¿qué es lo que puedo hacer?”

Antes de proseguir hay una aclaración muy importante. En el desarrollo psicosexual de una persona es común que un chico encuentre cierta admiración por otro, que puede llegar hasta una atracción física. Sin embargo, esa atracción es simplemente pasajera y se irá con el tiempo. En ese caso no debería haber o existir ninguna aceptación porque no existe nada que requiera hacerlo.

Es importante que se dé esta aceptación ya que desde ahí se empieza a ver las cosas con mayor claridad: empezar un nuevo estilo de vida, búsqueda del camino que se quiere seguir, mirar al futuro… Si se necesita hay que buscar mucha ayuda en gente que podamos confiar.

A mí me ha tomado alrededor de tres años comprender el camino que quiero seguir y estoy seguro que durante el resto de mi vida seguiré aprendiendo mucho.

¿O sea que tú en algún momento de tu vida estabas interesado en seguir el camino propuesto por la cultura gay?  

La cultura gay ofrece un camino que en apariencia es hermoso, lleno de felicidad, placer y alegría. Se miente a los jóvenes con todas las premisas de la cultura gay.

Cuando empecé la universidad, en esas primeras semanas, inmediatamente después de haber aceptado interiormente que tengo dicha atracción empezó a existir un dilema muy fuerte en mi interior. Los meses que le siguieron a ese día fueron muy fuertes. No lograba entender la razón de por qué tenía esa atracción, qué había hecho mal o que había dejado de hacer… luego, sin embargo, cuando empecé a investigar con datos objetivos del tema, me di cuenta de que muchas de las premisas de las que parte la cultura gay están mal. Al estar equivocadas sus fundamentos todo el resto necesariamente está mal.

Hay que estudiar, repasar el tema, leer bastante, investigar… Hay algunos psicólogos que se han encargado casi específicamente a esta temática. Es así como se puede avanzar y comprender lo que la AMS es de verdad. Al igual que hay una diferencia enorme entre saber que se tiene una atracción hacia el mismo sexo y aceptar que se la tiene, también hay una más grande entre aceptar y comprender lo que en verdad es, teniendo una visión objetiva del asunto.

Cuando leía documentos de Nicolosi, Alquilino Polaino, Joquin de Irala… psicólogos que hablan del tema, no quería aceptar lo que decían. Estaba convencido de las premisas de la cultura gay. Sin embargo, continué investigando el tema y abrí mi postura, algo bien difícil para alguien tan mentalmente rígido como yo.

A lo largo de mi vida, he tenido puntos altos y puntos bajos, y es sobre todo en los puntos bajos, en los que más me he victimizado y más soledad he sentido. En ese conjunto de emociones negativas vienen todo tipo de pensamientos y afloran especialmente aquellos que te prometen felicidad y placer al instante. Es justamente en esos momentos cuando he pensado dejarlo todo, “salir del closet” y empezar el estilo de vida de la cultura gay, despreocupándome de todo.

Después de todos esos sentimientos de soledad, todo vuelve a la normalidad y vuelvo a estar tranquilo. Estos puntos bajos, dentro de los más de dos años desde que acepté mi AMS, no han sido muchos, pero son muy peligrosos ya que se pueden tomar muy malas decisiones que pueden perjudicar toda una vida.

La propuesta de la cultura gay promete mucha felicidad; sin embargo, al estar tan alejada de la verdad no puede brindar más que sentimientos pasajeros. Estoy convencido que alguien con AMS que vive de acuerdo a la verdad está más tranquilo y feliz que alguien que ha decidido vivir de acuerdo a la cultura gay.

El conocimiento de la verdad exige mucha responsabilidad. En primer lugar, vivir de acuerdo a ella. En segundo lugar, transmitirla al resto que no la conoce. Sin embargo, al ser este un tema del cual todavía se desconoce mucho siempre hay que seguir investigando y actualizándose con cuidado de no caer en el engaño de la cultura gay.

Para poder triunfar necesitamos perseverancia, ser capaces de continuar en nuestro caminar, dando un paso pequeño cada día, para que al final de nuestra vida hayamos recorrido varios miles de kilómetros, pero siempre teniendo conciencia de que es un pequeño paso. No pretendas cambiar tu vida de la noche a la mañana, es imposible. El cambio viene en gotitas, en lo que hacemos y dejamos de hacer en nuestro día a día.

A medida que he ido comprendiendo la AMS me despreocupo más de seguir ese camino, al darme cuenta verdaderamente de lo que ofrece me doy cuenta que nada podría llenarme.

“Respondióle el gran Héctor de tremolante casco: Ayax Telamonio de jovial linaje (…) no me tientes cual si fuera un débil niño o una mujer que no conoce las cosas de la guerra. Versado estoy en los combates (…) sé mover a diestro y siniestro a seca piel de buey que llevo para luchar denodadamente, sé lanzarme a la pelea cuando en prestos carros se batalla”. [1]

Una lectura que me ha servido mucho en los momentos difíciles es la del catecismo acerca de la castidad, en la que habla también de la homosexualidad. Les comparto para que, de paso, conozcan la propuesta de la Iglesia:

Castidad y homosexualidad:

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

¿Consideras que esos sentimientos deben ser compartidos con alguien más? ¿Alguien más sabe acerca de tu condición?

Durante mucho tiempo decidí quedármelo, siempre tuve mucho miedo a que alguien más se enterara de mi secreto. Recuerdo, por ejemplo, que cuando estaba en segundo de secundaria prometí que nunca tomaría alcohol por miedo a emborracharme y decir algo acerca de mi condición. Desde mi adolescencia consideré que ese secreto tenía que irse a la tumba conmigo. Pasaron varios años y seguí pensando lo mismo, incluso cuando empecé la universidad. Sin embargo, en mi interior quería que alguien más lo supiera y fue en ese momento cuando decidí abrirme.

Cuando intentamos guardarnos todo ese sufrimiento y luchar solos, la carga se vuelve muy pesada. Sería sencillo y parecería buena alternativa rendirse, porque se está lidiando con mucho. Con todo, muchos intentamos asumir todo eso solitos.

El dolor cuando es compartido no se reparte a quien se lo comparte, no esperes eso, pero se hace menos pesado y el camino se vuelve menos agobiante.

Cuando tuve la valentía suficiente y le conté a una amiga aquello que, en ese entonces, era tan profundo para mí, lloré. Mis lágrimas fueron liberadoras, de las más sinceras de mi vida. A pesar de que ella no encontraba las palabras prudentes que decirme en ese momento, su sola presencia fue lo más importante. Sus abrazos los más acogedores. Su mirada la más profunda. Finalmente, después de pensarlo me dijo: “Eres la persona más valiente que conozco, en serio lo digo”, a lo que respondí con más lágrimas.

En este momento lo conocen solamente cuatro personas y por el momento no tengo pensado decírselo a nadie más.

Para hacer esto se necesita, en primer lugar, prudencia y sencillez para saber a quién, cómo y cuándo contarle. En segundo lugar, confianza para saber que esa persona a la que le cuentas será capaz de guardarlo y no difundirlo, un chisme de estos se difunde a velocidades increíbles. En tercer lugar, una verdadera amistad, una amistad que te lleve al bien, que te haga mejor persona, una amistad en la que tú también puedas ayudar. No esperes ayuda solamente, tampoco que te den para darla porque la amistad va más allá de la reciprocidad, se fundamenta en el amor. Si tu amigo te ama, aunque su relación esté en prueba ten por seguro que no te traicionará.  

¿Alguna vez te has enamorado? 

Sí. Sí me he enamorado y fue con un chico que tenía todas las cualidades que a mí faltaban: socialmente aceptado, líder, amiguero, chistoso, alegre, agradable para pasar el rato, de los mejores estudiantes, deportivo, admirado por todos… un amor completamente idealizado. Al idealizar a una persona uno no es capaz de ver ningún defecto en el otro. Esta idealización es muy común que se dé en la primera vez que alguien se enamora. Por esa razón, si le preguntas a un adolescente algo sobre su primera pareja te dirá que es perfecta, que no tiene ningún defecto. Sin embargo, de seguro, al igual que todos, tendrá muchos defectos.

El enamoramiento fue una etapa muy difícil y complicada para mí. En primer lugar, porque no acepte estar enamorado de él sino cuando ya me había graduado del colegio. En su momento no estaba consciente de todos esos afectos que tenía hacia él. En segundo lugar, porque todo eso que yo sentía por él no hubiera podido ser nunca correspondido, porque no tiene AMS.

Es curioso darse cuenta de que en el enamoramiento la razón y la voluntad tienen poco que hacer. Por otro lado, la voluntad y la razón si tienen un rol fundamental en el amor. Para amar a alguien hay que hacerlo libremente. No es lo mismo el enamoramiento que el amor, ya que el enamoramiento es algo más físico y el amor es personal. El amor es una decisión, y una muy fuerte, que debe ser tomada todos los días. El enamoramiento, al ser más corpóreo, es efímero y puede tender a desaparecer; en cambio el amor, al ser una decisión, puede perdurar en el tiempo.

Yo estaba enamorado de un chico que no podía corresponderme. Sin embargo, yo no lo amaba, porque ese ya es un acto de la voluntad. Me parece fundamental aprender a distinguir entre el amor y el enamoramiento para tomar decisiones.

Creo que no existe el amor conyugal entre personas del mismo sexo. Yo no considero que lo amaba, solamente tenía una respuesta biológica y psíquica que no podía controlar. No puede existir amor de la misma manera que no puede existir complementariedad, por mayor esfuerzo que se quiera. Esa ha sido mi postura durante mucho tiempo y he sido capaz de vivir felizmente con ella.

No hay que vivir con el miedo de que nos vayamos a enamorar de alguien. Nosotros somos mucho más que esa atracción. Sí puede existir la amistad y de hecho es fundamental para combatir la soledad, aunque con prudencia. Sí, me enamoré y fueron unos de los momentos más duros por los que he pasado. Por el hecho de que al darte cuenta que no hay posible unión entre dos hombres, la soledad te envuelve, ves a tus amigos que están saliendo y han tenido muchas novias y que tú no lo haces. Aparecen las típicas frases: “¿Y tú cuándo te amarras?” “Tranquilo, ya aparecerá alguien para ti”, a lo que generalmente respondo: “¿Quién sabe?”

Has hablado mucho de la soledad. ¿Qué podrías decir al respecto?

Hace pocos meses sentí mucha soledad. Deseaba abandonarlo todo, empezar una nueva vida, tenía mucho interés en salir con alguien, saber lo que era tener pareja, un beso, un baile… me sentía muy solo, aislado de la sociedad, quería poder ser igual al resto. Pasarme la vida buscando el amor perfecto, mi media naranja, mi complemento. Quería un lugar donde me aceptaran y no me juzgaran si decidía seguir la ideología gay, empezar una vida feliz. Casarme con alguien como yo, salir a bailar, tener relaciones, convivir… Ese semestre fue el más difícil que he tenido que enfrentar. Ahora que escribo esto siento mucha soledad igualmente, revivo todos estos sentimientos.

La soledad, la maldita soledad: un gran misterio. Tiene garras muy poderosas que te atrapan y por más que luches no te dejan ir. Intenta aislarte, literalmente, del resto de la sociedad y si no lo logra es capaz de hacerte sentir solo a pesar de estar acompañado por grandes multitudes, en la que inclusive están tus mejores amigos. Sentirte solo cuando estas acompañado. Muy pocas veces he sentido eso y han sido las peores de mi vida. Sentirte solo cuando estás acompañado es como sentir que todo el resto está pintado de colores y tú estás a blanco y negro. Como si todos hablaran español y tú un idioma raro que nadie puede entender. Cuando sientes eso lo único que quieres es que alguien te comprenda, pero como te sientes solo no buscas a alguien que te ayude, sino que te sigues refugiando y aislando del resto. Lastimosamente esta es una emoción que la sentimos muy seguido quienes tenemos AMS.

«Llegó a la plaza del mercado. Estaba llena de gente. Le molestaba codearse con aquella multitud, sí, le molestaba profundamente, pero no por eso dejaba de dirigirse a los lugares donde la muchedumbre era más compacta. Habría dado cualquier cosa por estar solo, pero, al mismo tiempo, se daba cuenta de que no podría soportar la soledad un solo instante» [2]

La soledad no se arregla viendo la felicidad del resto de personas. Me ha pasado que entro a un lugar, estando yo muy bajoneado, y pienso que todos lo están pasando mejor que yo, mirando al resto como yo quisiera estar y no como están en realidad. Lo mismo me ha pasado cuando estoy de muy buen humor, pienso que todos están alegres y motivados como yo lo estoy. Debemos aprender que nunca se sabe lo que los otros están sintiendo, sus complicaciones, sus problemas… No te compares con el resto, eso solamente hará que te sientas más triste y solo.

Muchas veces he cometido el error de ver Facebook cuando me sentía solo y lo único que ves es que el resto se divierte, las fotos de todos sonriendo, quiénes se están amarrando, las amistades que tienen todos… Debemos romper esa fantasía y comprender que las redes sociales muestran la cara que cada uno quisiera tener mas no la que cada uno en realidad tiene. Todos podemos ser perfectos en nuestro perfil.

En esos momentos debemos identificar nuestras emociones, intentar ponerles nombre y apellido, pensar cuál fue su origen y seguir adelante. Aunque sientas que el tiempo no pasa, aunque veas los días como interminables, debes seguir adelante, teniendo confianza que las cosas mejorarán. ¿Cómo sé que mejorarán si todo apunta lo contrario? Esa es la parte hermosa. No puedes saberlo, no en ese momento. Pero lo que a mí me ha ayudado a levantarme es saber que las cosas mejorarán. Lo que no me ha servido es dejarme llevar por esas emociones porque cuando lo he hecho me victimizo tremendamente y eso no me ayuda a salir, más bien solamente a hundirme más. La esperanza. Saber que todo tiene un sentido y que todo va a mejorar.

Cuando te sientas solo, busca una escapatoria, no te hundas en tus pensamientos ni tampoco en tu pesimismo. Has algo que te guste y que sepas que te hará crecer como persona [3]. En este momento para mí es escribir. Escribir algo que no sé si alguien más vaya a leer alguna vez. Escribir con estos sentimientos me ayuda a enfrentarlos, además, me permite despejar un poco mi cabeza y a recordarme que tengo que seguir adelante. Esto no significa que nunca más voy a volver a sentir la soledad. Estoy seguro que la volveré a sentir. Pero tengo que estar preparado para aceptarla con los brazos abiertos. Decirle: “¡Ven!, aquí te espero. No te tengo miedo”, verle a los ojos y seguir adelante porque cuando venga estaré preparado.

Un lado positivo que he encontrado al momento de sentirme solo es que muchas veces me indica que estoy haciendo algo mal. Por ejemplo, me ha indicado que me siento así por varios días que he sido perezoso y no he hecho lo que tenía que hacer. Hay que aprender a identificar qué cosas hemos hecho para sentirnos de esa manera, para que en el futuro seamos capaces de evitarlo. Lo único bueno de un error es el aprendizaje que viene a continuación. Si no aprendiste nada, ha sido una caída inútil.

La soledad puede ser muy potente, y provocar las lágrimas. Yo te aconsejo que las sientas, siente cómo caen, esas gotas saladas, por tus mejillas, deslizándose suavemente. Las lágrimas permiten el desahogo y aunque no lo parezca ayudan a la situación. Un proceso tan natural como llorar lo debemos hacer tanto hombres como mujeres. Rompamos esa costumbre de decir a los hombres que no lloren, les impiden un gran desfogue emocional que a la larga necesitan. Lloremos cuando tengamos que llorar, sin importar lo que el resto piense de nosotros. «Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados». [4] No te pongas bravo, no caigas, al tener emociones negativas sigues la corriente de la soledad, hundiéndote más. Debes intentar racionalizar esas emociones negativas y te darás cuenta de que no son más que tonteras. Encontrarás muchas respuestas, pero la principal será que los otros son felices y no están solos, y que tú no estás feliz y además estás solo. Todos los males se pueden superar una vez que sabes que los padeces. Una gran compañía en esos momentos es Dios. Piensa que cuando estés con Él tendrás mucha más felicidad que la que podrías conseguir en la faz de la tierra.

Algo que te puedo decir es que la soledad nunca va a desaparecer con la pornografía. No importa cuántas horas pases delante del computador fantaseando, la soledad no se va a ir, llegará con mayor intensidad. Busca otros medios, aléjate si es posible de la tecnología. Siéntate a pensar, sal a dar un paseo y despeja tu mente. De primera mano te digo que se vuelve una búsqueda desesperada de la carne. En algún momento de mi vida empecé a chatear con otros hombres. Esas aplicaciones son una verdadera carnicería. Lo único que quiere la mayoría de esa gente es sexo, placer y fotos de ti. No sé por qué, pero las personas con AMS tenemos una fuerte debilidad con estas cuestiones, buscamos fuertemente la satisfacción carnal. Esa nunca va a ser la solución a nuestro problema. La AMS solo se puede agravar con esas cosas. Solamente tienes unos pocos momentos de placer, lo que viene a continuación es una gran miseria.

Si has caído no te sientas la peor miseria del mundo. Lo que demuestra una caída, por más voluntaria que haya sido, es que eres humano. Sin embargo, siempre, después de una gran caída, tiene que venir una gran levantada. Para poder levantarnos necesitamos un fuerte sustento y convicción que nos impulse a seguir adelante, puede ser por tu familia, amigos, por Dios, por ti mismo… Si no hay un motivo, ¿para qué nos levantamos entonces?

Una buena forma de romper la soledad, el egocentrismo y el egoísmo, muchas veces característicos en nosotros, es a través de la ayuda a otras personas. Poder darnos cuenta que no somos los únicos que sufrimos. Debemos salir de nosotros mismos e intentar ayudar al resto. Creo firmemente que ese es el camino, no solo para nosotros, sino para todas las personas. Ayudar a los otros, caer en cuenta de su dolor y si es posible intentar abarcar en nosotros el dolor que tienen ellos. Como diría una canción: “Que nuestro cansancio a otros descanse”.

¿Cómo estás viviendo la AMS? 

Este no ha sido ni es un camino fácil. Está lleno de incertidumbre, peleas y contradicciones, sobre todo por intentar comprender la razón de la AMS o por qué razón, de tantas personas, tenía que ser yo el que la tuviera. En este caminar me he encontrado con muchas ideas, posiciones, opiniones. Muchos amigos opinan que los gays sí deberían casarse, adoptar hijos… Típicas preguntas como: ¿Qué harías si tus hijos fueran gais? Con relación a las opiniones de los primeros solamente guardo silencio, y si es necesario opino que yo no estoy de acuerdo con que adopten, usando como principal argumento que los niños tienen derecho a tener un papá y una mamá, fueron hechos a partir de esos dos sexos. Ese derecho debe primar sobre el derecho de dos hombres que quieren tener hijos, y como no pueden hacerlo naturalmente, porque es imposible, desean hacerlo de otras maneras. Con relación a esta pregunta que, increíblemente, me han preguntado muchas veces, respondo que no sabría exactamente qué decir, pero lo que sería seguro es que le enseñaría todas las opciones que tiene. Aparte de eso depende mucho de su libertad, de sus prioridades, su visión de la vida, las ganas de trascendencia que tenga…

En mi caso concreto, una vez que pude ver todo el panorama completo opté por seguir a Jesús, las enseñanzas de la Iglesia. Ese camino, estoy convencido, es el más duro ya que propone una vida de castidad, control de las pasiones, domino de uno mismo. Bueno, la Iglesia pide eso a todos los católicos. La excepción está en que para alguien con AMS la castidad es permanecer solteros.

Es un camino complicado porque involucra lucha diaria. Vuelvo a especificar que esa lucha también debe tenerla cualquier católico, seguir a Jesús involucra renuncia, sacrificio, lucha, sufrimiento, desprendimiento… pero también mucho amor, sin el cual no se podría seguir Son muchas las veces que he caído, muchos los días en los que quiero abandonar todo, muchas las tentaciones que he seguido, muchas las horas que he perdido en impurezas. Soy débil, me reconozco así. De cada caída me levanto, algunas veces con más ánimo que otras. De mis errores aprendo, los analizo y comprendo en qué me equivoqué.

Conclusión:

Tengo mucho más que desearía poder contarles acerca de mi experiencia, pero ahora te queda el camino a ti. Tú debes ser el que siga ese caminar. No es un camino fácil pero vale la pena recorrerlo. Actualmente me encuentro en terapia, estoy solucionando varios problemas que tuve en mi infancia. Voy unos ocho meses y siento que me ha ayudado muchísimo. Espero firmemente poder superar esta atracción, pero si no lo hago no hay mucha presión.

Te recomiendo que aprendas mucho de tu condición, es un terreno desconocido pero es el lugar exacto donde Dios ha querido que estés. Yo por mi parte sigo buscando respuestas. Hay veces que el camino se vuelve fácil y otras muchas en las que no, pero cada vez entiendo más. Ánimo y espero que estos escritos puedan ser difundidos y que ayuden a mucha gente.

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