El Reino de Dios está cerca de ustedes

La beatificación de Pablo VI, el 19 de octubre

Su postulador lo define como "un Papa antifascista e incomprendido"

"Pablo VI ayudó a los obispos españoles, sin intervenir directamente, a ser protagonistas de la Transición"

Antonio Marrazo asegura que se opuso a Franco y a Musolini

Pablo VI se quitó la tiara para hacer comprender que la potestad del Papa no viene de un poder humano. Después, vendió la tiara para ayudar a los pobres

El Papa Francisco beatificará este domingo a Pablo VI, un Papa "antifascista" e "incomprendido" que concluyó el Concilio Vaticano II, en una misa que coincidirá con la conclusión de la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos y que contará con la presencia del Papa Emérito Benedicto XVI.

El postulador de la causa de beatificación de Pablo VI, el padre Antonio Marrazzo, ha asegurado este viernes en rueda de prensa que el Papa Montini, ya desde antes de ser Pontífice, "no estuvo a favor de Franco como tampoco lo estuvo de Musolini"porque fue un Papa "antifascista".

Además, ha destacado el comportamiento de Pablo VI hacia la "democracia" y ha afirmado que "ayudó a los obispos españoles, aunque sin intervenir directamente, a ser protagonistas de la transición".

En este sentido, ha subrayado que "la gran preocupación" del Papa Montini siempre fue una: "ayudar a las personas, a los últimos e indefensos para que pudieran expresarse en su humanidad".

El cardenal Giovanni Battista Re ha asegurado que Pablo VI fue "un Papa grande pero también incomprendido" que tiene "el mérito de haber dirigido y llevado a término el Concilio Vaticano II" y que destacó por su "defensa de la vida humana".

Además, ha remarcado que supo respetar el papel de las comisiones y "contribuyó mucho" en la aplicación de las instancias emergentes del Concilio Vaticano II, como el Sínodo de los obispos.

Entre sus gestos, el cardenal Re ha recordado que Pablo VI se quitó la tiara para hacer comprender que la potestad del Papa no viene de un poder humano. Después, vendió la tiara para ayudar a los pobres. Asimismo, ha señalado que fue el primer Pontífice que viajó a Tierra Santa.

Sobre el milagro necesario para beatificar a Pablo VI, el postulador de la Causa ha explicado que se refiere a la protección de un feto que en la semana 34 de embarazo y tras muchas oraciones de su familia a Pablo VI, se curó de todas las patologías que padecía. En la actualidad, el niño está sano y no ha sufrido ninguna consecuencia de aquellas graves patologías.

La reliquia que se presentará este domingo al Papa será un la camiseta de lana ensangrentada que el Papa Pablo VI llevaba puesta cuando en su viaje a Manila (Filipinas) de 1970 fue víctima de un intento de asesinato.

El vicepostulador de la Causa y delegado episcopal para la promoción de la memoria de Pablo VI en la diócesis de Brescia, el lugar de nacimiento de Montini, ha anunciado que tras la beatificación, en Brescia se celebrará un año Montiniano para que sea posible profundizar mejor en la figura del Pontífice.

La Santa Sede espera que acudan a la beatificación miles de personas, entre las cuales, destaca un grupo de unos 3.000 peregrinos de la diócesis de Milán y otro de más de 5.000 de Brescia. Para la Misa de beatificación se ha compuesto un himno basado en el magisterio del Papa Montini.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo,encabezará la delegación española que asistirá este domingo en el Vaticano a la ceremonia de beatificación de Pablo VI, según el real decreto aprobado este viernes en Consejo de Ministros.

En la beatificación de Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, se verá juntos alPapa Francisco y al Papa Emérito Benedicto XVI, una imagen que ya se pudo observar en las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII, en abril de este año.

Precisamente, Pablo VI fue el primer pontífice que recibió en el Vaticano a don Juan Carlos y a doña Sofía como Reyes de España, en febrero de 1977. Fue la primera audiencia que concedía además un pontífice en el Vaticano a un jefe de Estado español desde el reinado de Alfonso XIII.

El Papa, con los padres sinodales

El Sínodo constata un "debate intenso" pero "con libertad de palabra y honestidad"

Marx: "La palabra exclusión no debe formar parte del lenguaje de la Iglesia"

Los participantes votarán este sábado, divididos, la "Relatio Synodi"

La división plasmada en estos días ha llevado incluso a algunos medios a lanzar la hipótesis de que los participantes en el Sínodo no consiguiesen mañana ponerse de acuerdo para votar la declaración final

Los obispos participantes en la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia, Reinhard Marx y Paul Pontier, han destacado que durante estas dos semanas se ha producido un debate "intenso" pero "con libertad de palabra y honestidad".

El arzobispo de Munich (Alemania) y miembro del grupo de nueve cardenales que asesoran al Papa en el Gobierno de la Curia, Reinhard Marx, ha admitido que el debate ha sido "intenso" pero "con voluntad de encontrar un camino común" y ha defendido que la palabra "exclusión" no debe formar parte del lenguaje de la Iglesia.

Marx, que ha advertido de que el texto presentado este jueves con las enmiendas de los grupos no fue "una conclusión" sino "un paso entusiasta" en el proceso sinodal, ha subrayado que la Iglesia debe estar "al lado de personas con una situación particular" y que, por tanto, "la exclusión no debe formar parte del lenguaje de la Iglesia".

Durante la rueda de prensa que ha tenido lugar este viernes sobre el Sínodo, el cardenal alemán ha apostado por encontrar en la Iglesia "un lenguaje diferente" en el que no haya solo "blanco o negro" pues "los problemas humanos son mucho más complejos".

Sobre el tema de los divorciados y vueltos a casar, Marx ha asegurado que es un asunto "muy actual" que "implica a muchas personas" pero ha puntualizado que los padres sinodales no quieren que se hable solo de esta cuestión. Para el cardenal, lo que el documento debe ofrecer son "elementos de atención pastoral para extender el evangelio de la familia".

Marx defendió la necesidad de que la Iglesia dé "acogida" a las nuevas situaciones de las familias y consideró "inconcebible" que se diga a un homosexual que no puede vivir el Evangelio.

El también presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y uno de los miembros del llamado "G9" vaticano, nombrado por el papa Francisco para reformar el Gobierno de la Iglesia, explicó hoy en una rueda de prensa en el Vaticano su posición durante el Sínodo de obispos.
 Marx, uno de los arzobispos más proclives a la apertura de la Iglesia hacia las que se consideran situaciones irregulares de la familia, afirmó que también el papa espera por parte de los obispos "nuevos impulsos que abran puertas para poder seguir proclamando el modelo de familia".
 Sobre este tema, Marx explicó que no se trata de cambiar la doctrina, pero recordó que la Iglesia tiene 2.000 años y que no se puede continuar repitiendo siempre las mismas cosas.
 "No tenemos que seguir citándonos a nosotros mismos continuamente", dijo el arzobispo alemán, quien agregó que está "convencido" de que la iglesia debe "encontrar un lenguaje distinto".
 Sobre los homosexuales explicó que el "catecismo no les condena por su condición" aunque la Iglesia no puede aceptar la práctica de la homosexualidad, pero subrayó que no se pueden descartar los "valores" que hay en algunas parejas homosexuales que se han acompañado y han sido fieles durante años. Para Marx, la palabra "exclusión" no puede formar parte de la Iglesia católica y no se pueden crear "católicos de segunda o tercera clase". "Usted es homosexual y no puede vivir el Evangelio. Decir esto es algo que es inconcebible", agregó. Respecto a que los divorciados que se han vuelto a casar puedan acceder a los sacramentos, uno de los temas sobre los que la asamblea no se ha puesto de acuerdo, Marx defendió que "el magisterio de la Iglesia puede obviamente cambiar".
 "El Evangelio es el que es, pero ¿lo hemos descubierto todo?", señaló.

Por su parte, el arzobispo de Marsella (Francia), monseñor Paul Pontier, ha destacado la "libertad de palabra" y "honestidad" que ha reinado entre los participantes en el Sínodo y ha explicado que durante el trabajo en los grupos emergió que "el núcleo familiar es una célula fundamental de la sociedad".

Mientras, la colombiana Myriam Hoyos Castañeda ha indicado que su voz en el Sínodo ha sido la de una mujer "consciente de las dificultades como católica en el diálogo con el mundo".

Asimismo, ha señalado que los laicos participantes en la Asamblea han sentido que han ofrecido su reflexión y, en este sentido, ha insistido en que los laicos deben formar parte de la vida publica, llevar el mensaje evangélico y defender la doctrina social de la Iglesia. Entre los temas abordados, Hoyos ha destacado el tema de "las presiones internacionales en las políticas en contra de la familia" y la "necesidad no solo de preparar a las parejas para el matrimonio sino también de hacer un seguimiento a los casados". Sigue abierto el debate sobre si dar la Comunión a los divorciados que han contraído nuevas nupcias, pues solo un grupo lo apoyó, uno de lengua italiana que votó a favor, mientras que otros pidieron profundizar y otros aseguraron que no se puede cambiar la doctrina.

El arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, explicó que en el Sínodo es como una gran familia: "Sucede a menudo que la madre dice que es demasiado peligroso, mientras el padre dice que "no hay que tener miedo". "Algunos padres del Sínodo dicen que no tenemos que olvidar la doctrina, pero otra parte también abogan por la necesidad de acompañar a todas aquellas situaciones difíciles", dijo Schönborn. En el documento final se podría incluir una mención a la necesidad de acogida a los homosexuales, pero varios círculos matizaron la necesidad de expresarse con prudencia, al igual que a la hora de valorar también a las parejas que viven fuera del matrimonio católico. Un punto que seguramente aparecerá en la "Relatio Synodi" será el de hacer una referencia más amplia al mensaje positivo del Evangelio de la familia, al hecho de que el matrimonio - unión indisoluble entre un hombre y una mujer, de acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia - "es un valor todavía de mucha actualidad y en el que muchas parejas creen". Entre hoy y mañana se está encargando de redactar el documento final una comisión nombrada por el papa Francisco y compuesta por el relator general, el cardenal Peter Erdö; los secretarios Bruno Forte y el cardenal Lorenzo Baldisseri y otros ocho miembros.

Entre ellos se encuentra el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, Gianfranco Ravasi; el rector de la Universidad Católica Argentina, Víctor Manuel Fernández y el superior General de los Jesuitas, el padre Adolfo Nicolás.

La división plasmada en estos días ha llevado incluso a algunos medios a lanzar la hipótesis de que los participantes en el Sínodo no consiguiesen mañana ponerse de acuerdo para votar la declaración final.

Sin embargo hoy, el cardenal Marx aseguró que aunque se han vivido "tensiones" y discusiones "efervescentes", se aprobará la declaración. También mañana, será publicado el llamado "Mensaje del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios", con la reflexión de los participantes en esta asamblea.


Evangelio según San Lucas 10,1-9. 


El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; 
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."

Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra 
Sermón «The Good Part of Mary», PPS, III 22

San Lucas, evangelista, «servidor de la Palabra» (Lc 1,2)

Toda palabra de Cristo es buena, tiene su misión y su finalidad, no cae en tierra. Es imposible que él haya pronunciado jamás palabras efímeras, él, que es el Verbo de Dios, expresando según su buen parecer los profundos consejos y la santa voluntad del Dios invisible. Es buena toda palabra de Cristo. Aunque sus proposiciones nos hayan sido transmitidas por gente ordinaria, podemos estar ciertos que nada de lo que se ha conservado –tanto si se trata de palabras dirigidas a un discípulo o a un contradictor, como si se trata de advertencias, pareceres, correcciones, palabras de consuelo, persuasión o condenación- nada de todo eso no tiene un significado puramente accidental, un alcance limitado o parcial...

Por el contrario, todas las palabras sagradas de Cristo, aunque revestidas de forma temporal y ordenadas a un fin inmediato -por esto mismo difíciles de liberarse de lo que en ellas mismas hay de momentáneo y contingente- no por ello dejan de conservar toda su fuerza en cada época. Permaneciendo en la Iglesia están destinadas a seguir siendo válidas en el cielo (cfr Mt 24,35) y se prolongan hasta la eternidad. Son nuestra regla santa, justa y buena la «lámpara para nuestros pasos, luz en nuestros senderos» (Sl 118, 105), tan plena e íntimamente válidas para nuestro tiempo que cuando fueron pronunciadas.

Esto hubiera sido igualmente verdad si, con una sencilla atención humana, alguien hubiera recogido las migajas de la mesa de Cristo. Pero nosotros tenemos una seguridad mucho mayor porque lo recibimos no de los hombres sino de Dios (1Tes 2,13). El Espíritu Santo, que glorificó a Cristo y dio a los evangelistas la inspiración de escribir, no trazó para nosotros un Evangelio estéril. Alabado sea por haber escogido y salvaguardado para nosotros las palabras que debían ser particularmente útiles para el porvenir; palabras que servirían de ley a la Iglesia para la fe, la moral y la disciplina. No una ley escrita sobre tablas de piedra (Ex 24,12), sino una ley de fe y de amor, de espíritu y no de letra, (Rm 7,6), una ley para los corazones generosos que aceptan «vivir de toda palabra», por humilde y modesta que sea, «que sale de la boca de Dios» (Dt 8,3; Mt 4,4).

18 de octubre 2014 Sábado San Lucas, evangelista 2 Tm 4, 10-17 

Pablo se siente solo ante los contratiempos; su acción misionera le ha llevado a enviar sus col • dores en diferentes lugares. Nos da también una noticia: «Lucas es el único que se ha quedado conmigo.» En la experiencia que hacemos de nuestra fe, nos puede pasar como Pau, sentirnos muy solos; pero, también, como Pablo, tenemos la sensación de que hay alguien muy fiel a nosotros que está a nuestro lado. Señor, te doy gracias por todos aquellos que oportunamente han estado a mi lado, que yo también sepa estar al lado de quienes más lo necesitan.

Fiesta de san Lucas, evangelista

San Lucas, evangelista

Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma.

Tremenda ascesis nos impone la Biblia cuando nos brinda 73 libros para los que prácticamente no tenemos referencia cierta de su autor humano. De unos pocos, apenas 7, podemos decir con certeza científica (es decir, menos del 100% pero cercano a ello) que son de San Pablo y.... nada más. De todos los demás libros, la atribución a un autor concreto (el Pentateuco a Moisés, los Salmos a David, los evangelios a cada uno de sus nombres, el Apocalipsis a Juan Apóstol, etc) son atribuciones que -no unánimemente- ha ido señalando la tradición posterior, basándose en casi todos los casos en evidencia puramente circunstancial. ¡Es que del Paraíso para aquí, si hay algo molesto es no saber! así que las lagunas del saber histórico la imaginación legendaria de cada época las va rellenando, a veces con datos completamente ficticios, a veces con datos reales pero exagerados, a veces con datos verosímiles aunque inciertos.

Mala manera de comenzar una hagiografía de san Lucas evangelista sembrando duda sobre si el «Evangelio de San Lucas» será o no de san Lucas... Sin embargo, no podemos ya en el siglo XXI presentar una hagiografía sobre el autor del tercer evangelio sin tomar en cuenta datos que la crítica histórica ha establecido con razonable certeza. Pero veamos el problema más de cerca, con la crítica histórica como trasfondo y los datos de la tradición piadosa a mano:-¿Existió un San Lucas autor del tercer evangelio y de Hechos de los Apóstoles? Sí, por supuesto: el Evangelio y Hechos pertenecen al estilo, la manera de contar, el plan narrativo, la sensibilidad de un escritor; esas obras no se escribieron solas, ni son el mero resultado de una mezcla azarosa de papeles. Ahora bien, como datos ciertos, no hay mucho más que eso: podemos deducir algo de su personalidad a través de sus escritos (porque siempre, aunque no sea su intención, un escritor se retrata al escribir), pero la atribución que la tradición piadosa ha hecho con el Lucas que menciona san Pablo algunas veces, no puede asegurarse. -¿En qué se basaba esa atribución? En los siguientes datos:
-Dice San Pablo en Colosenses 4:14: «Os saluda Lucas, el médico querido, y Demás.»
-Dice en 2 Timoteo 4:11: «El único que está conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráele contigo, pues me es muy útil para el ministerio.»
-Dice en Filemón 1:23-24: «Te saludan Epafras, mi compañero de cautiverio en Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demás y Lucas, mis colaboradores.»
Y además en Hechos de los Apóstoles, al narrar los viajes de san Pablo se acude varias veces a hablar en primera persona del plural, en las llamadas «secciones nos» (por ejemplo, en el capítulo 20), que parecerían indicar que el autor estuvo allí.

Hasta aquí nada extraño, es bastante natural que pensemos que el autor del libro tiene que ser uno de los que san Pablo menciona, pero ¿por qué Lucas el médico? las razones de la tradición son que el Evangelio de Lucas es un escrito elegante desde el punto de vista del idioma, que no está lleno de semitismos como los demás, así que su autor sería genuinamente griego, además trasluce una personalidad de cierta formación humanística... por lo que «cierra bien» con el médico que menciona san Pablo. Si todo quedara en una hipótesis razonable, no habría ninguna objeción, ¿qué problema hay en identificar al autor de un evangelio con este o con aquel colaborador de san Pablo, si lo que en definitiva se está queriendo decir es que esos escritos son cercanos a la predicación de San Pablo? El problema está en cuando queremos sacar consecuencias teológicas, catequéticas y religiosas de una atribución basada en evidencia circunstancial. Cuántas veces hemos escuchado que san Lucas describe con maestría el aspecto humano de la agonía del Señor porque es médico... ¡cuando en realidad habíamos deducido de que debía ser el médico porque describe con maestría el aspecto humano del Señor! de tanto repetir la hipótesis razonable, nos olvidamos que se trataba sólo de eso, de una hipótesis razonable, y la comenzamos a tomar como una fuente de certezas. Pero entonces ¿qué celebramos hoy? Hoy celebramos que hubo un santo que escribió el evangelio de Lucas y el libro de Hechos, que desde su evidente origen pagano, vinculado casi con seguridad a la comunidad de Antioquía de Siria, en la actual Turquía, supo penetrar en el misterio de Jesús con los ojos de un no-judío (el único caso entre los cuatro evangelios). San Lucas representa, sea cual sea la relación de familiaridad con san Pablo, uno de los grandes logros de la predicación paulina, el buen fruto del injerto del olivo silvestre (los paganos) en el olivo cultivado (Israel), como dice la metáfora de Romanos 11.

Sería o no médico, tal vez sí, pero lo que es más importante para nosotros no es su colegiación profesional, sino que llevó a la Iglesia cuanto poseía como pagano: una tradición humanística, de valoración de los rasgos humanos, que están incorporados al Evangelio, no sólo al de Lucas, sino al anuncio del Evangelio tal cual lo entiende la Iglesia (no de Pablo ni de Apolo, sino de Cristo). Aunque sea un rompedero de cabeza para la cristología, ¿qué más saludable que esa mirada hecha de humanidad al contemplar al niño Jesús que se va haciendo hombre: «Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.» (Lc 2,52)? Ninguno de los otros evangelios dice algo así; hacía falta un genuino griego para mirar con mirada de humanismo griego al niño que crece. ¡Y Dios sabe cuánta falta nos hace siempre que al menos uno de los cuatro evangelios nos baje a la tierra en nombre del propio Dios!
 
También san Lucas es, por eso mismo, el gran poeta de María; en esto se disputa con Juan, enamorado también de la Madre de Dios. Sin embargo, como Juan aventaja a Lucas en penetrar en la hondura mística donde apenas si distinguimos a la Madre de Jesús de la Madre-Iglesia; así Lucas aventaja a Juan en recordarnos -y siempre- que cualquier hondura mística empieza en lo particular, en lo concreto, en lo humano: en alguien que percibe su infinita nada frente a Dios, que canta como en el Magnificat y se alegra del gran don con el que ha sido honrada, que sufre silenciosa, también, al ver un Hijo al que apenas si puede humanamente comprender, pero cuya misión sabe, en la certeza de la fe, que viene de Dios. A esto se pueden añadir las simpáticas leyendas piadosas, pero carentes de todo apoyo documental, sobre que fue el primer pintor de la Virgen, sobre todos los lugares en los que predicó luego de muerto Pablo, etc. Pero con lo dicho, y sin necesidad de inventar nada, tenemos mucho material para inspirar con seriedad una vida cristiana. Pueden servir como introducciones los cuadernos bíblicos de Verbo Divino dedicados a san Lucas, tanto el más histórico-crítico (nº 3) como el más teológico (nº 137); las introducciones de la «Biblia del peregrino», del P. Alonso Schökel son siempre una referencia preciosa y segura para guiarse acerca de los libros bíblicos. En los dos comentarios bíblicos «San Jerónimo», tanto el original como el nuevo, edición castellana de 2004, se aborda con amplitud el problema crítico de la autoría, mejor resuelto en el nuevo que en el clásico. Sin embargo, para una discusión completa d elos argumentos, ninguno más completo que la «Introducción general» de Fitzmyer, ed. Cristiandad, 1981, vol I, cap. 1 y 2

Nadie ha merecido como San Lucas el título de Evangelista, de mensajero de la Buena Nueva; no ya porque el historiador de Cristo, en el tercer Evangelio, se convierte enseguida en los Hechos de los Apóstoles, en el historiador de la Iglesia naciente, de la difusión del mensaje cristiano al mundo, sino, ante todo, porque en su estilo de griego y de literato, el mensaje de salvación canta un auténtico himno de acción de gracias, de alegría y de optimismo. Lucas no minimiza nunca la Cruz - a él se debe la descripción más detallada de la agonía de Jesús - pero en el predomina el gozo: desde el nacimiento de Juan, con el cual - "muchos se alegrarán" a la evocación de los discípulos, que tras la Ascensión "volvieron a Jerusalén con gran alegría", pasando por el relato de la pecadora perdonada y del Hijo Pródigo, todo en él es un triunfo de la vida y del amor.   Los Hechos están bañados por la misma luz: "...los creyentes celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón..." (Hc. 2, 46). "...En el grupo de creyentes todos pensaban y sentían lo mismo...." (Hc. 4, 32). Lucas que se unió fielmente al alma de San Pablo y permaneció junto a él aun en sus cadenas, el cantor de la mansedumbre de Cristo - como le llama el Dante -, captó desde el principio el universalismo del mensaje de amor que Jesús había confiado a los suyos. El Salvador que nos presenta este hombre llegado del paganismo es claramente "luz para alumbrar a las naciones". (Lc. 2,32)   El único de los evangelistas que no era judío, sino gentil, quizá natural de Antioquía y que parece que fue médico de profesión. Discípulo de san Pablo (quien le alude en la carta a los colosenses como «...Lucas, el médico amado....»), le acompañó en sus viajes y tal vez se encontraba con él en Roma cuando sufrió martirio; poco más se sabe, aparte de que escribió el tercer evangelio y los Hechos de los apóstoles. 

Según remotas tradiciones, después de la muerte de Pablo predicó la buena nueva en Egipto y en Grecia, y debió de morir en este último país, quién sabe si crucificado en Patras, como algunos suponen. Su símbolo es el buey, porque su evangelio empieza con el sacrificio de Zacarías en el Templo, y desde tiempo inmemorial es patrón de médicos y cirujanos. Como evangelista tiene un rasgo muy peculiar sin duda debido a su condición de gentil que escribía para cristianos de cultura griega, hace muy pocas referencias a la ley mosaica y es el que más insiste en el alcance universal de la salvación, mostrándose también en eso fiel discípulo de san Pablo.

El Evangelio según San Lucas

El autor del tercer Evangelio, San Lucas, el médico, era un sirio nacido en Antioquía, de una familia pagana. Tuvo la suerte de convertirse à la fe de Jesucristo y encontrarse con San Pablo, cuyo fiel compañero y discípulo fue por muchos años, compartiendo con él hasta la prisión en Roma. Según su propio testimonio ( 1, 3), Lucas se informó «...de todo exactamente desde su primer origen ...«. No cabe duda de que una de sus principales fuentes de información fue el mismo Pablo y es muy probable que recibiera informes también de la Santísima Madre de Jesús, especialmente sobre la infancia del Señor, que Lucas es el único en referirnos detalladamente. El es, pues, precisamente por sus noticias sobre el Niño y su Madre, el Evangelista por excelencia de la Virgen.   Pero Lucas posee además una característica muy llamativa que ha dado origen a una curiosa leyenda: es el que más habla de la Virgen, quizá porque la trató personalmente (por ejemplo, es el único que cuenta la Anunciación), y de ahí que atribuyéndosela habilidades de pintor se supusiese que pintó un retrato de Nuestra Señora. Aunque los supuestos retratos sean muy tardíos (el más famoso, que se conserva en la Capilla Paulina de Santa María la Mayor de Roma, es un icono del siglo XII), los pintores le tienen también por patrón celestial y se encomiendan a él como al artista que tuvo el máximo modelo de hermosura humana. Lucas es llamado también el Evangelista de la misericordia, por ser el único que nos trae las parábolas del hijo pródigo, de la dracma perdida, del buen samaritano, etc.   Éste tercer Evangelio fue escrito en Roma à fines de la primera cautividad de San Pablo, o sea entre los años 62 y 63. Sus destinatarios son los cristianos de las Iglesias fundadas por el Apóstol de los gentiles, así como Mateo se dedicó más especialmente à mostrar à los judíos el cumplimiento de las profecías, realizadas por Cristo. Por eso, El Evangelio de San Lucas contiene un relato de la vida de Jesús que podemos considerar el más completo de todos y hecho à propósito para nosotros los cristianos de la gentilidad.  Se afirma que Lucas evangelizó Acaya y Bitinia, donde habría sellado con su sangre la verdad del Evangelio.

Lucas nos dió a conocer a todos a Cristo Celebramos a San Lucas. Hoy nos diría estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe, tiene a Dios por garantía. 


La Iglesia celebra a san Lucas poniendo en la liturgia el pasaje de los setenta y dos discípulos que salen a predicar la palabra de Dios. Lucas nos narra aquí la alegre partida del primer grupo de predicadores de la historia cristiana. Más adelante nos narrará, en los Hechos, los frutos imparables de esta primera predicación.

¿Sabía san Lucas que el Evangelio llegaría con la velocidad de un reguero de pólvora a todo el mundo conocido? ¿Sabía que esa locura en la que él había creído conquistaría miles de millones de vidas?

Sabemos, ciertamente que Lucas creyó, y creyó con tal fuerza que nos quiso escribir los avances incontenibles de la fe por la que había apostado en la vida y por la que había dado todo lo que tenía. Desde el cielo, Lucas nos mira continuamente y -estoy seguro- arde en deseos de gritarnos que creamos, que confiemos, que estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe tiene a Dios por garantía infalible y que, por lo tanto, dará su fruto. Pero sin perder de vista que nuestra primera misión somos nosotros mismos.

Cristo, lo fundamental que hizo fue obedecer al Padre respecto a la voluntad que Éste tenía para Él, y así consiguió para nosotros la salvación. Pues nosotros, como empresa apostólica primera tenemos la salvación de nuestra alma, y el cumplimiento de la Voluntad de Dios sobre nosotros. No suceda, como dice san Pablo, que habiendo predicado a otros, yo vaya a ser reprobado.

Evangelista
 Breves notas en las Cartas de San Pablo son las únicas noticias que la Sagrada Escritura nos presenta sobre San Lucas, el solícito investigador de la buena noticia y autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio subraya: tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses leemos: Os saluda Lucas, médico amado.... La profesión médica nos trace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su Evangelio, a más del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el evangelista que mejor que lo otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor, su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las mujeres y lo pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la infancia de Jesús. Es el evangelista de la Navidad. Los Hechos de los Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas, hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones que hubieran podido herir a algún rector, con tal que esto no vaya en perjuicio de la verdad histórica.
Al revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él nos hace entender que conoció personalmente a la Virgen. Algún exégeta avanza la hipótesis de que fue la Virgen María misma quien le transcribió el himno del Magnificat, que ella elevó a Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel. En efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos oculares.
Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente:     Lucas, un sirio de Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a San Pablo hasta su confesión (martirio). Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo. Recientes estudios concuerdan con esta versión.

Cardenal Burke

Saldrá de la Curia rumbo a la Orden de Malta

El Papa degrada al cardenal Burke

El purpurado es uno de los más críticos con el pontificado de Francisco

BBC, 18 de octubre de 2014 a las 09:30

Burke, actualmente responsable del Tribunal Superioor de la Signatura Apostólica, será removido de su cargo por haber criticado las políticas del papa Francisco

(BBC Mundo).- El cardenal Raymond Burke, actualmente responsable del Tribunal Superioor de la Signatura Apostólica, será removido de su cargo por haber criticado las políticas del papa Francisco, en particular las medidas para que la institución sea más acogedora con los gays.
Así lo confirmó el propio Burke a BuzzNews, señalando que será nombrado al puesto inferior de cardenal patrono de la Orden de Malta. Burke hizo sus comentarios al final de un polémico sínodo de dos semanas en el Vaticano, donde se discutió el tema de la familia. Durante el sínodo, los cardenales liberales hicieron llamados para que la Iglesia actualice sus enseñanzas y dé la bienvenida a las familias no tradicionales. La transferencia del cardenal Burke aún debe ser confirmada por la Santa Sede.

Benedicto XVI estará presente en la beatificación de Pablo VI este domingo
El primer Papa que subió a un avión, el primero que hizo un viaje apostólico a Tierra Santa (seis meses después de la elección como Pontífice y con el Concilio en curso), el primer Papa que se quitó la tiara, fue él, Pablo VI.

Lo ha recordado el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto emérito de la Congregación de los Obispos, durante la rueda de prensa de esta mañana en la Sala de Prensa del Vaticano. En preparación al gran evento de la beatificación de este domingo, 19 de octubre, en San Pedro, se ha recordado la vida de Pablo VI.

Asimismo, el padre Federico Lombardi, portavoz vaticano, ha confirmado la presencia del Papa emérito en la celebración.
"El gesto de quitarse ese birrete era para mostrar al mundo que la autoridad del Papa no está unida a ningún poder temporal y humano. Pablo VI quería venderlo, y que lo recaudado lo dieran a los pobres; la tiara terminó en el museo, mientras lo recaudado fue donado a madre Teresa durante el viaje apostólico a India", ha explicado el purpurado.
"El Papa Montini suspendió además la corte pontificia, reformó la Curia y prosiguió en el diálogo con los ortodoxos que había iniciado con Juan XXIII", ha añadido al describir los pequeños y grandes gesto que correspondían a la profunda riqueza espiritual del Pontífice. El mismo Pablo VI explicaba esta riqueza de este forma: "A mi madre le debo el sentido de recogimiento y de oración, de la oración que es meditación y de la meditación que es oración".
"Se dice que era un papa indeciso, en realidad, más que duda, lo suyo era una voluntad de profundizar", recuerda el cardenal, añadiendo que "quería escuchar las diferentes voces, profundizar las razones de los otros, y entonces, después, decidía". "Se reveló un gran hombre de diálogo, se dio cuenta que la mayor parte de las personas en el mundo no son católicas, por esto la actitud de la Iglesia tenía que ser la del diálogo respetuoso y de anuncio del amor".
"Rico de espiritualidad, agudo en el análisis, genial en el encontrar soluciones, sensible en las esperanzas de los hombres de la época", a él le toca el mérito de haber mirado el Concilio Vaticano II con mano firme, de haberse comprometido después en su aplicación. "Es casi sobrehumana la forma en la que Pablo VI ha guiado el Concilio", dijo en una ocasión Benedicto XVI. Por su parte, el papa Francisco observó en una ocasión que "la herencia de Pablo VI no debería permanecer cerrada en su tumba". Juan Pablo II dijo de él que "ha sido mi verdadero padre", "un gran don para la Iglesia, pero también un gran don para la humanidad". De hecho, el papa Montini pasará a la historia también como un hombre de cultura, que apreció los descubrimientos del propio tiempo. Y que no era una papa 'triste' lo testimonia también la imagen del tapiz que será colocado en la plaza de San Pedro este domingo para la beatificación. "Hemos querido romper la lógica del medio busto", ha declarado el vice postulador, el padre Antonio Marrazzo. El Pontífice está retratado de pie, de cuerpo entero sobre un fondo de sampietrini (adoquines típicos romanos), "para dar la imagen de un pastor que condujo a la Iglesia por los caminos del mundo". "El gesto de Pablo VI", alegre, con los brazos abiertos, "recuerda el encuentro, la acogida y el diálogo".
"Nosotros no beatificamos un papa, beatificamos a Montini en su entera persona, no en su rol, sino un modelo de vida cristiana visible por todos", ha especificado el postulador. Además, el padre Marrazo ha contado el milagro que en 2001, gracias a la intercesión del futuro beato, supuso la curación inexplicable de un feto. Hoy ese feto tiene trece años y no ha tenido nunca problemas de salud desde el nacimiento.  

Un milagro que refleja la atención de todo el pontificado de Montini hacia los más débiles, si se piensa que fueron estas las últimas palabras proféticas de la homilía que hizo antes de morir: "En este compromiso ofrecido y sufrido de magisterio al servicio y en defensa de la verdad, nosotros consideramos imprescindible la defensa de la vida humana. El Concilio Vaticano II ha recordado con palabras duras que '¡Dios dueño de la Vida, ha confiado a los hombres la altísima misión de proteger la vida!' Y nosotros, que consideramos nuestra precisa entrega la absoluta confianza a las enseñanzas del mismo Concilio, hemos hecho del programa de nuestro pontificado la defensa de la vida, en todas las formas en las que pueda ser amenazada, molestada o incluso suspendida".

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