“Ser rico según la mirada de Dios”

Francisco abraza a Benedicto

"Yo no soy el Papa, no se dirijan a mi", fue la respuesta de Ratzinger

El lobby ultraconservador trató de utilizar a Benedicto XVI para maniobrar contra Francisco

El Pontífice emérito rechazó con firmeza las presiones y avisó al Santo Padre del complot

"Cuando habla Benedicto XVI, siempre es para apoyar a Francisco", destacaron estos "atentos observadores" citados por La Repubblica. Y es que el alemán se niega a que lo utilicen contra su sucesor

El papa emérito Benedicto XVI rechazó con firmeza las presiones de los cardenales conservadores que le pidieron maniobrar contra la política de apertura del papa Francisco en el sínodo sobre la familia, reveló este domingo el diario La Repubblica.

Desde su dimisión en febrero de 2013, Joseph Ratzinger reside en un antiguo monasterio en el Vaticano, donde recibe a sus allegados y vive dedicado a la oración, la lectura y la escritura.

Según fuentes citadas por el diario italiano, el Papa emérito respondió a los cardenales que fueron a verlo en secreto para protestar contra la política de Francisco: "Yo no soy el Papa, no se dirijan a mí".

Tras el fallido encuentro, Ratzinger envió un mensaje a Bergoglio avisándole de las presiones y ofreciéndole de nuevo  su ayuda teológica, en la que es un referente.

"Cuando habla Benedicto XVI, siempre es para apoyar a Francisco", destacaron estos "atentos observadores" citados por La Repubblica. Y es que el alemán se niega a que lo utilicen contra su sucesor.

Evangelio según San Lucas 12,13-21.

En aquel tiempo: Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. 

Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir.

¿Y para quién será lo que has amontonado?'. 

Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios". 

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia 

Sermón 34, sobre el salmo 149

“Ser rico según la mirada de Dios”

Hermanos,examinadconatenciónvuestrasmoradasinteriores,abrid los ojos y considerad cuales vuestro mayor amor, y después aumentad la cantidad que habréis descubierto en vosotros mismos. Poned atención a este tesoro vuestro a fin de ser ricos interiormente. Decimos que son caros los bienes que tienen un gran precio y con razón… Pero ¿qué hay de más apreciado que el amor, hermanos míos? Según vuestro parecer ¿cuál es su precio?  Y, ¿cómo pagarlo? El precio de una tierra, el del trigo, es tu dinero; el precio de una perla, es tu oro; pero el precio de tu amor, eres tú mismo. Si quieres comprar un campo, una joya, un animal, buscas los fondos necesarios, miras alrededor tuyo. Pero si deseas poseer el amor, no busques más que a ti mismo, es preciso que te encuentres a ti mismo.

¿Qué es lo que temes dándote? ¿Perderte? Al contrario, es rechazando darte que te pierdes. El mismo Amor se expresa por boca de la Sabiduría y con una palabra apacigua el desasosiego en la que te mete esta palabra: “¡Date a ti mismo!” Si alguien quisiera venderte un terreno te diría: “Dame tu dinero” o para otra cosa: “Dame tu moneda”. Escucha lo que te dice el Amor por boca de la Sabiduría: “Hijo, dame tu corazón” (Pr 23,26). Tu corazón estaba mal cuando era tuyo; eras presa de tus futilezas, es decir, de las malas pasiones.

¡Quítalas de ahí! ¿Dónde llevarlas? ¡A quién ofrecérselas? “Hijo, ¡dame tu corazón!” dice la Sabiduría. Que sea mío, y no lo perderás…

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser” (Mt 22,37)… El que te creó te quiere todo entero.

20 de octubre 2014 Lunes XXIX Ef 2, 1-10

Hacia el final del texto de hoy Pablo nos recuerda: «A vosotros, que habéis creído, nos ha salvado por gracia; no viene de vosotros; es un don de Dios ». Pero, ¿por qué ha sido necesario que fuera así? Al principio del texto nos dice que vivíamos de una manera torpe; efectivamente: «vivía siguiendo un talante de este mundo y del soberano del imperio del mal, el espíritu que, en estos momentos, hace que muchos hombres no escuchen Dios». Ahí está el problema. ¿Qué significa para ti, escuchar a Dios? Señor, ayúdame para que pueda entender la profundidad de tu don.

Cuidado con la avaricia

Tiempo Ordinario

Lucas 12, 13-21. Tiempo Ordinario. Solo vale la pena atesorar riquezas que nos llevan a Dios.

Oración introductoria

Señor, me acerco a Ti con toda mi fragilidad. Tú me conoces mejor de lo que yo mismo me conozco. Me pongo en tu presencia para acompañarte y consolarte, porque no me interesa acumular riquezas sino vivir con mucha fe, esperanza y caridad, seguro de que contigo siempre tengo un futuro que es bello porque está lleno de tu amor.

Petición
Dios mío, dame la sabiduría para comprender lo que es verdaderamente importante en esta vida.

Meditación del Papa Francisco

El encuentro con Jesús vivo, en su gran familia que es la Iglesia, llena el corazón de alegría, porque lo llevan de verdadera vida, de un bien profundo, que no pasa y no se marchita. Pero esta experiencia debe afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en el beneficio y en el haber, que engañan a los jóvenes con el consumismo. El Evangelio nos llama la atención precisamente sobre lo absurdo de basar la propia felicidad en el haber. El rico se dice a sí mismo: "Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, como, bebe y date buena vida". Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?".

Queridos hermanos y hermanas la verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos.

Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudamos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón. (Cf  S.S. Francisco, 4 de agosto de 2013, homilía en Santa Marta)

Reflexión

San Agustín dijo en una ocasión una frase que viene muy a cuento con este evangelio: "Nos hiciste Señor para Ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti"... Tan inquieto tenemos el corazón que de inmediato busca y se apega a las cosas materiales como se apegan las raíces de una patata a cualquier objeto que le rodee.

Debemos agradecer a Dios el que nos haya dado un corazón demasiado grande para poder amar a tantas personas y sobre todo para poder amarle a ÉL.

No acortemos nuestras capacidades de amar "amando" otras cosas, atesorando riquezas que al final de la vida no nos servirán de nada. Agrandémoslo, amando a Dios que es amar a nuestro prójimo.

 

Este evangelio es una señal en el camino que nos recuerda que solo vale la pena atesorar riquezas en orden a Dios, es decir por medio de la comunión frecuente, la confesión, la oración, la divulgación del evangelio y la defensa de la fe etc. No vale pues, ese "carpe diem" (aprovecha el día) que los antiguos romanos solían decir para disfrutar mejor de la vida sin ninguna responsabilidad que afrontar. Esta actitud es para gente sin un ideal grande que conquistar y nosotros como cristianos, discípulos de Cristo, contamos con una misión demasiado grande que cumplir, que es la de atesorar riquezas espirituales que al final de la vida nos den la entrada en la vida eterna.

Propósito

Ser responsable en el uso del dinero y demás talentos, cooperando, así, en la edificación de la justicia y la caridad.

Diálogo con Cristo

Acumular, comprar, buscar el placer… es el afán prioritario de nuestra cultura. Señor Jesús, frecuentemente me encuentro contemplando las cosas buenas de este mundo, pero no como medios sino como un fin. Necesito tener claras mis prioridades: Tú, primero, y luego todo lo demás, según me lleven hacia Ti. Dame la sabiduría para saber que la vida es corta y debo vivirla sólo para Ti.

María, ahora es todo luz

Rosario. Primer Misterio Glorioso

Meditaciones mes del Rosario. Primer Misterio Glorioso. La Resurrección. María, ayudanos a resucitar con Jesús.

No dudo que la primera aparición fue para ti, Madre Corredentora. ¡Qué distinto del Cristo deshecho sobre tus brazos en el Calvario, Ahora es todo de luz.

Le quedan cinco heridas, pero heridas de amor. Lo abrazas todavía con cuidado, temiendo hacerle daño por las heridas del Viernes. Tu mente no se hace a la idea de que se curen tan pronto tan terribles heridas. El dolor había sido tan profundo que necesita mucho tiempo para curarse.

Tan honda y despiadadamente había entrado la espada en tu alma que extraerla supuso un esfuerzo impresionante. ¿Es posible en tan corto espacio de tiempo pasar del abismo de dolor al abismo de gozo? ¿Qué te dijo tu hijo resucitado? Lo adivinamos: “¡Gracias, Madre, por tu ayuda, por tu oración, por tu presencia. Gracias a mi Madre pude realizar la redención. Gracias, porque no sólo me ayudaste a nacer, sino también a morir”.

Jesús, una vez resucitado, resucita a los apóstoles: A Pedro le cura el temor mortal de sus negaciones mediante una aparición a él solo. A los dos de Emaús les hace exclamar: “¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” A Tomás le arrancó su racionalismo infundiéndole la fe. María completa la tarea. Me la imagino muy bien animando con sus mejores formas a Pedro, haciéndole ser humilde pero confiado.

!Qué palabras diría a Tomás, el incrédulo, Ella que había aprendido a creer heroicamente, aquella Mujer de la que se dijo: “Dichosa Tú que has creído”. Ella completaría la explicación de la Escritura a Cleofás y a su amigo, al narrarles cómo Ella llevaba años meditando en su corazón los misterios de Jesús.

Jesús se les aparecía de vez en cuando iluminándolos como un relámpago en la noche; pero luego les dejaba el vacío de su ausencia. María era una luz de día y de noche: A todas horas disponible, para responder a todas las preguntas, para iluminar las conciencias, para fortalecerles en la futura vida apostólica.

La presencia y solicitud de María fue algo único, irrepetible en la vida de los apóstoles. ¡Qué envidia de la buena!

María ya no era la mujer discreta y oculta que dejaba actuar a su Hijo. Ahora Ella comenzaba a ejercer su plena maternidad sobre la Iglesia niña, comenzaba a ser Madre de la Iglesia.

Resucítanos, Oh Madre, como a los primeros apóstoles; acompáñanos ahora que lo necesitamos como entonces o más que entonces; sigue ejerciendo tu maravillosa y oportuna maternidad sobre estos hijos tuyos que deben vivir rodeados de lobos y de constantes peligros. Oh Madre bendita de la Pascua, infúndenos la alegría de vivir, de ser tuyos y de Jesús de tal forma que llenemos de alegría pascual al mundo entero.

El nuevo beato, Pablo VI

Francisco y Benedicto, con Montini

Pablo VI serenamente ya beato

No fue popular, pero sí un grandísimo Papa

J. L. González Balado/Jane Playfoot, 20 de octubre de 2014 a las 09:49

Beatificación de Pablo VI
Benedicto XVI llega a San Pedro para beatificación de Pablo VI

Pablo VI supo conducir con sabiduría y con visión de futuro, quizás en solitario, el timón de la Barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor

(J. L. González Balado/Jane Playfoot).- ¡Quién hubiera pensado que la coincidencia visible -en una Plaza de San Pedro abarrotada de público- de un dimitido Benedicto XVI, también conocido como ex Papa Ratzinger, con un archisimpático Jorge Mario Bergoglio, mejor conocido como Papa Francisco y llegado -en autoconfesión propia- del "fin del mundo", daría lugar a un edificante y sereno espectáculo menos ruidosamente aplaudido que los goles -¡un suponer!- del Club de Fútbol San Lorenzo de Almagro.

Había ocurrido ya en una coincidencia parecida algo diferente: el 27 de abril de 2014, un domingo, romano también, igualmente soleado. Aquel día habían coincidido los mismos dos Papas, casi por primera vez tan en público. Fue una circunstancia más vistosa cuando el Papa que lo era en activo, Francisco Bergoglio, acababa de cumplir un año en la profesión.

El otro día -la mañana del domingo día 19 de este mes- se pudo ver algo que ya había ocurrido en una circunstancia menor, sólo que, por lo que fuera, menos adecuada y solemne: el día en que había tenido lugar la canonización conjunta de dos sumos pontífices que habían sido Juan Pablo II y Juan XXIII.

Una canonización más importante, sin duda, desde el punto de vista digamos"cuantitativo": dos Papas recientes, canonizados de una tacada, pero -uno se atreve a pensar ¡con perdón!- de apariencia menos afín. San Juan XXIII era (sigue siendo en la apreciación popular) pues eso: Juan XXIII, el gran inolvidable Papa Buono que siguen diciendo los italianos y que decimos incluso los que italianos no somos pero que hemos asimilado como exclusiva la expresión definitoria.

Juan Pablo II, el gran Papa Viajero, que recorrió todo el mundo y recogió aplausos atronadores y entusiastas por todas partes, por más que, lo que es parecer, no se pareció a ningún otro Papa anterior ni siguiente, aunque sin dejar de ser definitivamente él mismo.

¿Acaso porque hubiera llegado al pontificado romano-universal de tan relativamente lejos como Polonia? La verdad es que, si por distancia geográfica fuera, lo era inmensamente más "el fin del mundo" del ex jesuita Bergoglio "afranciscanado" cuando fue elegido Papa.

A propósito, no hay quien deje de constatarlo con relación al Papa Francisco: un Papa que aunque de entrada se dijo por algunos que se pareciera a Juan XXIII, por eso y por más cosas que no hace falta "delimitar", se ha ganado los corazones del inmenso territorio que media desde "el fin del mundo" hasta, pongamos, el mundo más escaso que tiene como capital el paradójico-liliputiano Estado de la Ciudad del Vaticano...

Lo previsto, preanunciado y esperado con ocasión del recentísimo 19 de este mismo mes era la proclamación como Beato del Papa Pablo VI. Un Papa relativamente reciente, aunque no recentísimo, que no fue, como Juan XXIII ni como Juan Pablo II -uno predecesor suyo y otro su segundo sucesor, con el fugaz inolvidable Papa Luciani de por medio- popular por su bondad excepcional (la del Papa Roncalli) y otro popular también por récords inigualables (los del Papa Wojtyla).

Pablo VI-Juan Bautista Montini no fue lo que se dice popular, pero fue, sin duda alguna, un muy digno grandísimo Papa. Un Papa de una grandeza profunda; de una paciencia inigualable; de una cultura singular, que en nada lo distanciaba de los que cultos no eran ni serían; de una paciencia no menos excepcional; de una humildad sincera y profunda, que no despreciaba a nadie y que amaba a todos: hasta más a los que a él no lo amaban o lo amaban poco. A los que se profesaban enemigos suyos.

Lo dijo de él un gran amigo y conocedor suyo: el gran académico francés Jean Guitton. Dijo Jean Guitton que para ser preferidos de Giovanni Battista Montini, tanto cuando era todavía Arzobispo de Milán (1.11.1954-21.06.1963) como cuando ya fue Papa (21.06.1963-6.08.1978) -en ambas contingencias tuvo Guitton en Montini y Montini en Guitton a un gran amigo- era mostrarse enemigos suyos. (Entre otras numerosas casi-pruebas se sigue recordando la carta que, como Pontífice ya poco menos que agonizante, dirigió el Papa reconocido como Beato a las Brigadas Rojas -amándoos siempre- para que liberasen a su amigo secuestrado Aldo Moro por tratarse "de un hombre digno e inocente", asegurándoles escribirles "de rodillas, por su condición de miembro de la gran familia humana, de hermano nuestro y vuestro en humanidad").

La Plaza de San Pedro ha sido escenario de centenares de actos parecidos al del recentísimo 19 de octubre, por más que desde hace algunos años -salvo error, coincidentes en su inicio con el pontificado de Benedicto XVI- las beatificaciones parecen haber descendido de categoría teológico-canónica y se celebran localmente, como acaba de ocurrir en Madrid con la de Álvaro del Portillo y antes con las de otros "simples" beatos. Otra cosa ocurre, más que legítimamente, con las de sumos pontífices, como la del que nos ocupa, el gran Pablo VI.

De él, es decir del Beato Pablo VI, dijo el Papa beatificante que "en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, Pablo VI supo conducir con sabiduría y con visión de futuro, quizás en solitario, el timón de la Barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor". Y añadió que "contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, hoy ante Dios no podemos sino decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: ¡Gracias!".

El Papa Francisco agradeció "el testimonio humilde y profético de amor por parte de Pablo VI a Cristo y a su Iglesia" diciendo de él haber sido el "gran timonel del Vaticano II", y añadiendo haber sabido "dar a Dios lo que es de Dios, dedicando toda su vida a la sagrada, solemne y grave tarea de continuar en el tiempo y de extender en la tierra la misión de Cristo".

En palabras del Papa Francisco "Pablo VI guió a la Iglesia para que fuera al mismo tiempo Madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación".

La impresión que se percibía el día 19 en la Plaza de San Pedro era la de un lleno a rebosar, calculado por quienes entienden del tema en más de setenta mil personas. En otras circunstancias de las que tuvimos la suerte de ser testigos, el ruido había sido bastante más sonoro, y casi de competición "plausométrica" entre devotos de distintos candidatos, nacionalidades o regiones.

En la beatificación de Pablo VI alguien ratificó la clara prevalencia de participantes procedentes de Lombardía, de las provincias de Brescia y Milán, lugares destacados de la vida y ministerio de Juan B. Montini.

Las crónicas señalaron de manera más o menos convencional y rutinaria que "la ceremonia contó con numerosas delegaciones internacionales", y que, por parte de España, había asistido el ministro de Asuntos exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo".

Lo que nos ayudó a olvidar el recuerdo de lo que Pablo VI tuvo que sufrir otrora por parte del gobierno franquista y de parte de parte de una jerarquía eclesiástica en los años previos a la transición más vinculada y representativa del nacionalcatolicismo que de una Iglesia representada con sinceridad y amor por el Papa Pablo VI...

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

19 de octubre de 2014  -Is 45 1 4-6 / 1 Ts 1,1-5b / Mt 22, 15-21

Queridos hermanos, queridas hermanas: el episodio evangélico que acabamos de escuchar inaugura una serie de diálogos entre Jesús y los representantes de distintos grupos religiosos. En el episodio del DOMINGO 29 es debatida la cuestión sobre el tributo, después vendrán las cuestiones sobre la resurrección, el mandamiento más grande, la filiación davídica del Mesías.

En cuanto al episodio leído este DOMINGO, se unen para hacer caer a Jesús, dos grupos políticamente opuestos: los herodianos, partido colaboracionista con el poder romano, y los fariseos, que odiaban toda aproximación con los invasores. Su intención es clara: se trata de cerrar Jesús en un dilema del que no pueda salir sin ser condenado o por los nacionalistas judíos o bien por la autoridad romana.

Jesús les da una respuesta concreta y realista. Los desarma, dando una lección magistral de su sabiduría superior. ¡Pero, atención! La enseñanza del Maestro es más profundo de lo que puede parecer a una mirada superficial. En profundidad los quiere decir: si el estado y el emperador pueden pedir razonablemente un tributo, una moneda, Dios tiene derecho a pedir mucho más. El Señor del cielo y de la tierra, el que nos lo ha dado todo, puede esperar la donación total de nuestra persona. Precisamente este es su primer mandamiento: amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.

Los ritos, las oraciones solamente pronunciadas con los labios, los sacrificios exteriores no son suficientes. Es toda el ser humano quien se ha de poner en servicio del Reino, el cual engloba necesariamente el servicio a los hombres, hermanos nuestros e hijos de Dios. Como Jesús que se puso incondicionalmente en manos del Padre, a fin de liberar a todos ya cada uno de la esclavitud del pecado y de la muerte.

El evangelio del DOMINGO 29, pues, nos abre un horizonte de totalidad. Dios nos ha amado primero hasta darnos lo que más quiere: su Hijo. Nuestra respuesta debe ser también un amor responsorial de totalidad. Entonces brillará en nuestros corazones la salvación, la alegría y la paz del mismo Dios.

Seamos, por tanto, generosos y consecuentes, dando frutos abundantes de fe, de esperanza y de caridad.

La Jornada Mundial de las misiones, el Domund, nos recuerda precisamente este amor evangélico, siempre grande y generoso, que engendra gozo y alegría, sembrando las semillas de vida eterna para todo el mundo. Sintiéndose, pues, con comunión y con solidaridad con nuestros misioneros y misioneras, que gastan y desgastan sus vidas para hacer brillar toda la alegría del Evangelio y de sus bienaventuranzas. Que así sea!

Así llega el dinero del Domund a las misiones

España aportó más de 10 millones de euros el pasado año

OMP, 19 de octubre de 2014 a las 08:48

Recorrido del dinero del Domund

Los proyectos que se destinan al funcionamiento regular de las diócesis se llaman proyectos ordinarios. Los que sirven para paliar una situación puntual de emergencia, son los proyectos extraordinarios

(OMP).- ¿Dónde va a parar el dinero recogido en la Jornada del Domund? ¿Cómo llega tu donativo a los misioneros? Te explicamos cuál es el recorrido de tu euro, desde que lo introduces en la hucha del DOMUND hasta que llega a las misiones.

Recaudación de donativos del Domund

1 Durante todo el año se reciben donativos para las misiones en las parroquias y en las comunidades cristianas. Son cantidades puntuales, cuotas periódicas, herencias y legados; y beneficios de la tarjeta Visa Domund.

2 Todos los donativos son recibidos por Obras Misionales Pontificias (OMP). En un primer momento llegan a las OMP diocesanas, y desde ellas se envía a OMP España.

Reparto de donativos en Roma

3 Este dinero pasa a formar parte del Fondo Universal de Solidaridad formado por las aportaciones de todos los países, que se pone a disposición del Papa para ayudar a las necesidades de los Territorios de Misión.

4 La Asamblea General de las OMP se reúne en mayo en Roma. Estudia todas las solicitudes de ayuda recibidas y decide cómo se reparte equitativamente el dinero del fondo entre los 1.103 Territorios de Misión.

5 La Secretaría General indica a OMP España dónde debe enviar el dinero recaudado. Siempre se deja siempre una cantidad reservada para posibles emergencias.

Envío de los donativos a las misiones

6 OMP España envía el dinero a los Territorios de Misión a través de las nunciaturas apostólicas, desde donde llega inmediatamente a sus destinatarios.

7 Los destinatarios envían un acuse de recibo, y dan cuenta del dinero recibido con justificación documental y testimonios de gratitud. Gracias a tu generosidad, OMP España envió el año pasado 10.212.912,38€ a las misiones. Con este dinero, se financiaron 488 proyectos en 77 países de todo el mundo.

Domund ayuda a los misioneros españoles en Misiones

Los proyectos que se destinan al funcionamiento regular de las diócesis se llaman proyectos ordinarios. Los que sirven para paliar una situación puntual de emergencia, son los proyectos extraordinarios. Por último, hay una tercera partida de proyectos, destinados a la promoción de los medios de comunicación como herramienta de Evangelización y promoción humana. Son los proyectos Signis.

El Fondo Universal de Solidaridad

La Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, responsable del DOMUND, gestiona las colectas realizadas en apoyo de la actividad misionera a través de un Fondo Universal de Solidaridad, al que todas las Iglesias contribuyen; este Fondo permite articular un reparto justo y equilibrado de las cantidades puestas a disposición del Papa para atender necesidades pastorales y sociales de las misiones.

En virtud de este funcionamiento, de entre las solicitudes de ayuda aprobadas por la Asamblea General de las OMP celebrada en Roma del 13 al 17 de mayo de 2013, la Secretaría General de la Obra de la Propagación de la Fe asignó a España una determinada distribución de lo aportado por la cooperación económica de los fieles españoles en el ejercicio de 2012, deducido un pequeño porcentaje de gastos de administración y de animación misionera.

Estos son algunos datos de interés relativos a la distribución de los 10.212.912,38 € en los que consistió esta contribución total de España en 2013:

- África. Nuestra ayuda, consistente en 6.571.915,15 € (un 64,35% del total indicado) fue enviada a 43 países africanos; entre los que recibieron cantidades mayores se encuentran Costa de Marfil (1.148.728,76 €), Angola (784.110,27 €), República Democrática del Congo (695.175,74 €), Nigeria (657.173,49 €), Mali (568.439,48 €) y Mozambique (459.796,08 €).

- Asia. Los 1.721.952,39 € (un 16,86%) de la aportación española para Asia alcanzaron a 18 países, de entre los cuales destacan, por el monto de la cantidad asignada, India (315.416,47 €), China (265.104,81 €), Tailandia (230.616,46 €), Vietnam (209.196,40 €), Myanmar (119.747,92 €) e Indonesia (125.338,45 €).

- América. España envió a este continente 1.582.692,78 € (un 15,50% del total), encaminados a atender urgencias misioneras en 13 países; principalmente, en Trinidad y Tobago (590.560,47 €), Perú (209.538,37 €), Ecuador (204.056,21 €), Bolivia (197.080,15 €) y El Salvador (101.024,98 €).

- Oceanía. Nuestra contribución de 336.352,06 € (un 3,29%) fue a parar a 4 países: Papúa-Nueva Guinea y Tonga (27.708,91 € cada uno), junto a Vanuatu y Fiyi (19.118,38 €, también cada uno).

Si se miran los números globales, el total de estos envíos de ayudas realizados por España en 2013 supone un no despreciable 13,09% de la contribución mundial a la Obra de la Propagación de la Fe en dicho año, la cual fue de 78.033.410,14 €.

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