Salió y se retiró al desierto

Rosalía, Santa

Virgen, 4 de septiembre

Virgen Ermitaña

Martirologio Romano: En Palermo, de Sicilia, santa Rosalía, virgen, de quien se dice que practicó la vida solitaria en el monte Pellegrino (s. XII).

Etimología: Rosalía = rosal florido”. Viene de la lengua griega

Breve Biografía

Vivió en el siglo XII y murió hacia 1160.

Aunque se desconocen datos sobre su patria y vida, una leyenda asegura que a los 14 años se retiró a una cueva del monte Coscina y luego a otra del monte Pellegrino, cercano a Palermo.

En la Edad Media se le dedicaron varias iglesias y se le consideró Protectora y Patrona de Palermo.

Sus restos fueron descubiertos un 15 de julio y el Papa Urbano VIII la incluyó como santa en el Martirologio.

Se le invoca como abogada contra la peste y los terremotos. La iconografía la presenta como ermitaña o bien revestida con hábito agustino.

Sus principales atributos son: una corona de rosas, en alusión a su nombre; y un crucifiJo y una calavera, por su ascesis.

¿Qué quieres pedir a Dios?

Santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44. Miércoles XXII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, gracias porque me diste este día y este momento para estar contigo. Gracias por elegirme para estar contigo y seguirte. Ayúdame a aprovechar este tiempo contigo y a llevar a quien me envíes hoy, más cerca de ti. María, acompáñame y hazme como tú, un reflejo del amor de Dios por cada persona.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44

En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.

Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.

Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: “También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado”. Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Imagina que estás esperando a tu mejor amigo o a tu pareja en un centro comercial. Pasan cinco minutos y no llega. Lo buscas con la mirada. ¿Es él o ella? No, sólo se parece. ¿Quizá ahora sí? No, tampoco... De pronto, llega la persona que estabas esperando... Acompañada de Jesús. ¿Qué sientes? ¿Hay algo que le quieras decir o preguntar a Jesús sobre esa persona?

En el Evangelio de hoy, le piden a Jesús que cure a la suegra de Pedro y Jesús la cura. ¿Quieres pedirle algo a Jesús para tu persona especial? Hoy tienes un tiempo para ello. María está contigo, para apoyarte en lo que pidas.

«La jornada de Jesús en Cafarnaúm empieza con la sanación de la suegra de Pedro y termina con la escena de la gente de todo el pueblo que se agolpa delante de la casa donde Él se alojaba, para llevar a todos los enfermos. La multitud, marcada por sufrimientos físicos y miserias espirituales, constituye, por así decir, «el ambiente vital» en el que se realiza la misión de Jesús, hecha de palabras y de gestos que resanan y consuelan. Jesús no ha venido a llevar la salvación en un laboratorio; no hace la predicación de laboratorio, separado de la gente: ¡está en medio de la multitud! ¡En medio del pueblo! Pensad que la mayor parte de la vida pública de Jesús ha pasado en la calle, entre la gente, para predicar el Evangelio, para sanar las heridas físicas y espirituales. Es una humanidad surcada de sufrimientos, cansancios y problemas: a tal pobre humanidad se dirige la acción poderosa, liberadora y renovadora de Jesús».

(Ángelus de S.S. Francisco, 4 de febrero de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Jesús, quiero ser tu apóstol y llevar a muchas personas a ser felices y plenas en ti. Gracias por plantar este deseo en mi corazón. Acércame a ti, para que me llene de tu amor. Permanece en mí, y brilla hoy a través de mí donde quiera que me envíes. María, que te dejaste llenar del amor de Dios y lo compartiste en cada encuentro, ruega por nosotros.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a visitar a Jesús en la Eucaristía e invitar a un familiar o amigo a venir conmigo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Dejarse ayudar

Al abrirnos a la ayuda de otros reconocemos nuestra confianza en la bondad humana

Nos gusta poder ayudar a otros. Significa que tenemos sensibilidad, que percibimos el dolor y las necesidades ajenas, que contamos con fuerzas para dar una mano.

Quizá nos cuesta dejarnos ayudar, porque ello implica reconocer que estamos necesitados, que los problemas son superiores a nuestras energías, que nos encontramos cansados o enfermos.

Dejarse ayudar, sin embargo, tiene aspectos positivos. Por un lado, porque captamos algo que todos, también los que parecen más afortunados, necesitamos descubrir: la vida es siempre algo frágil.

Por otro lado, porque al abrirnos a la ayuda de otros reconocemos nuestra confianza en la bondad humana. La habíamos experimentado tantas veces en nuestra infancia, sobre todo a través de los padres. La experimentamos continuamente en accidentes, enfermedades, estudios, trabajos, arreglos en la cocina...

Sí: a nuestro lado hay mucha gente buena, que percibe nuestras flaquezas, que ofrece un consejo para apartarnos del mal camino, que nos deja unos billetes (sin intereses) para salir adelante en un aprieto económico.

Son hombres y mujeres que nos cuidan en los hospitales, que nos protegen en la calle como policías (con frío y con calor), que nos llevan al destino como conductores de metro o de autobuses, que nos indican cómo llegar al ayuntamiento.

Al dejarnos ayudar por tanta gente buena, superamos la pena de quien pide al constatar el alivio que surge al vernos apoyados, acogidos, acompañados,cuidados, incluso a costa del riesgo de contagiar con nuestra gripe a quien nos visita durante las horas de fiebre.

Dejarnos ayudar por familiares, amigos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, facilita el que nuestros corazones se abran a la ayuda definitiva, la única que puede perdonar pecados y superar el drama de la muerte: la que nos ofrece Jesucristo, en nombre de Dios Padre, con la fuerza y el consuelo del Espíritu..

El Papa Francisco hizo un llamado a practicar la «oncología de la misericordia»

Rechazó la eutanasia por estar basada en una «visión utilitaria de la persona».

El Papa Francisco hizo un llamado a practicar la “oncología de la misericordia”, y en ese sentido rechazó la eutanasia por estar basada en una “visión utilitaria de la persona”.

El Santo Padre dijo estas palabras en su discurso a los miembros de la Asociación Italiana de Oncología Médica (AIOM), una institución que sirve en el país desde 1973.

En su discurso en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Pontífice se refirió a la importancia de la “oncología de la misericordia” en el que debe primar el interés por el paciente enfermo de cáncer. Esta oncología, precisó, “va más allá de la aplicación de los protocolos y revela un uso de la tecnología que está al servicio de las personas”.

“La tecnología no está al servicio del hombre cuando lo reduce a cosa, cuando distingue entre el que todavía es acreedor de cuidados y el que no, porque se le considera solamente una carga, y a veces un descarte”, continuó el Papa Francisco.

El Pontífice explicó que “la práctica de la eutanasia, que ya es legal en varios estados, solo aparentemente busca alentar la libertad personal; pero en realidad se basa en una visión utilitaria de la persona, que se vuelve inútil o puede equipararse a un costo, si desde el punto de vista médico no tiene esperanza de mejorar o ya no puede evitar el dolor”.

“Por el contrario, el compromiso de acompañar al paciente y a sus seres queridos en todas las etapas de la enfermedad tratando de aliviar su sufrimiento mediante cuidados paliativos u ofreciendo un ambiente familiar en los hospicios, que son cada vez más numerosos, contribuye a crear cultura y prácticas más atentas al valor de cada persona”, resaltó.

El Papa Francisco alentó a los médicos a no desanimarse “nunca por la incomprensión que puedan encontrar, o ante la insistente propuesta de caminos más radicales y apresurados. Si se elige la muerte, los problemas se resuelven en cierto sentido; ¡Pero cuánta amargura hay detrás de este razonamiento y qué rechazo de la esperanza implica la opción de renunciar a todo y romper todos los lazos!”.

“A veces estamos en una suerte de caja de Pandora: todo se sabe, todo se explica, todo se resuelve, pero ha quedado escondido solamente algo: la esperanza. Y también tenemos que buscarla. Como traducir la esperanza, todavía más, como darla en los casos más límites”.

En ese sentido, dijo el Papa, el servicio de los médicos oncólogos “se convierte entonces en un trabajo de sensibilización en una sociedad poco consciente y a veces distraída. Le recuerdan, de muchas maneras, la importancia de la prevención, que debe entenderse sea como un diagnóstico precoz, capaz de reducir significativamente la peligrosidad de las enfermedades oncológicas, seas como respeto por el cuerpo y sus necesidades”.

“De hecho, la mejor y más verdadera prevención es la de un ambiente saludable y un estilo de vida que respete el cuerpo humano y sus leyes. Como sabemos, esto depende no solo de las decisiones individuales, sino también de los lugares donde vivimos que, especialmente en los grandes centros, someten al cuerpo a un estrés constante debido a los ritmos de vida y a la exposición a los contaminantes”.

El Papa Francisco también aseguró a los médicos la importancia de seguir el “ejemplo de Jesús, que ha sido el maestro más grande de humanidad, para que vuestros gestos se inspiren en Él y lo hagan vuestro compañero de camino”.

“Su figura, cuya contemplación nunca se agota, tan grande es la luz que emana de ella, inspire a los enfermos y les ayude a encontrar la fuerza para no interrumpir los lazos de amor, a ofrecer el sufrimiento por los hermanos, a mantener la amistad con Dios”.

El Papa Francisco hizo votos para que Jesús “inspire a los médicos –Él que de alguna manera dijo que era un colega vuestro, como un médico enviado por el Padre para sanar a la humanidad–, a buscar siempre el bien de los demás, a entregarse generosamente, a luchar por un mundo más solidario. Que inspire a todos a acercarse a los que sufren. La cercanía, esa actitud tan importante y tan necesaria”.

“También la puso en práctica el Señor, la cercanía en medio de nosotros. Que inspire a cada uno a acercarse al que sufre, sobre todo a los pequeños, y a poner a los débiles en primer lugar, para que crezcan en una sociedad más humana y establezcan relaciones marcadas por la gratuidad, en lugar de por la oportunidad”, subrayó.

¿Por qué septiembre es el mes dedicado a la Santa Biblia?

En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.

Durante todo el mes de septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Santa Biblia y presta especial atención a la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras.

La primera exhortación apostólica del Papa Francisco: "La alegría del Evangelio" contiene material valioso para celebrar encuentro de oración alrededor de la Palabra de Dios.

¿Por qué celebramos la Biblia en septiembre?

Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín.

San Jerónico nació en Dalmacia, cerca del año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín.

La traducción al latín de la Bibliahecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, "edición para el pueblo"), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.

En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.

La Nueva Evangelización nos exige este conocimiento de la Palabra para afrontar los nuevos desafíos. En una realidad que cambia constantemente y es necesario sembrar en ella la semilla del Evangelio, para que el mensaje de Jesús llegue a ser una interpretación válida, comprensible, esperanzadora y relevante para la vida del hombre y de la mujer de hoy

La intención, es que, durante este mes, en todas las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios

La palabra de Dios se configura como alimento espiritual para la vida de todo Cristiano. Los mensajes, parábolas y vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran obra de salvación de Jesucristo.

¿Qué dijo el Papa Francisco sobre la Biblia?

"Nosotros los cristianos tenemos que tener un único objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea como la primavera de nuestra vida espiritual, para que ella sea la que nos indique el camino a seguir, pero sobre todo porque como decía San Jerónimo: quien desconoce la escritura desconoce la persona de Jesús".

¿Qué dice el Catecismo?

La Biblia es alimento de la vida espiritual, y todos los cristianos deben tener un fácil acceso a la Sagrada Escritura (Cat. 131). Es el alma de la teología, la predicación y la catequesis (Cat. 132)

La Iglesia recomienda la lectura “asidua” (frecuente, cotidiana) de la Sagrada Escritura. Desconocerla, es desconocer a Jesús. En cambio, quienes la disfrutan, adquieren la mente de Cristo (Cat. 133. Comp. 24)

Esperemos que el Espíritu Santo haga que algunos de estos elementos nos toquen la mente y el corazón, y nos ayuden a acercarnos al libro más leído en la historia de la humanidad, en el cual el Padre Celestial sale a dialogar con sus hijos (Cat. 103), y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original. Y a través de él conocer, amar y seguir a Jesús, que es lo propio del cristiano.

San Juan Pablo II, nos dejó además unas palabras hermosas sobre esta celebración de la Biblia en Septiembre:

"Los católicos durante el mes de septiembre debemos dedicarlo a impulsar el conocimiento y divulgación de los textos bíblicos con mayor énfasis, ya que quien se llame cristiano tendría que conocer la historia de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por el Magisterio de la Iglesia."

Métodos para leer la Biblia y sacarle el mejor provecho

Lectio Divina

Es una celebración de la Palabra que se remonta a tiempos antiquísimos y su método se atribuye al monje Orígenes. Se puede celebrar en comunidad, en familia o de modo individual.

La Lectio Divina o lectura orante de la Biblia consiste en el estudio de la Palabra en un dialogo íntimo con Dios.

Lectura del texto Bíblico

Relectura, búsqueda de términos complicados y reconstrucción imaginaria de los hechos tal y como son descritos letra a letra.

Meditación

Consiste en el análisis del mensaje de Salvación que el texto ofrece y la enseñanza para la vida que contiene.

Oración

Es la respuesta que das a Dios después de haber escuchado su Palabra, el ofrecimiento de tu vida y la solicitud de su misericordia siempre en sintonía con el mensaje leído

Contemplación

Es la cuestión de interiorizar el mensaje, es preguntarse que quiere Dios de mi con este mensaje de Salvación, ¿a qué voy a comprometerme?.

Si la Lectio Divina se hace en casa, se recomienda estar libre de distracciones y crear un clima de santidad; realizarlo frente a un crucifijo, con una vela encendida y comenzando con un acto penitencial y la invocación al Espíritu Santo.

Recomendaciones para leer la Biblia

Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.

Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.

Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.

Leer la Biblia con frecuencia para beber mas de la fuente.

Leer con el fin de amar y obedecer mas a Dios y amar mas al prójimo

No buscar en la Biblia ciencia natural sino un mensaje espiritual.

Pregunta en tu parroquia que actividades se desarrollarán durante este mes e intégrate a las celebraciones, retiros espirituales, sesiones de estudio, etc. que te ofrezcan, no desperdicies nada de la riqueza que puedes llegar a poseer en el estudio de la Biblia en el seno de la Iglesia que la escribió.

Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.

¿Puede el demonio leer nuestros pensamientos y usarlos en nuestra contra?

Vamos a hablar sobre una acción específica del demonio, y comenzamos con la primera pregunta: ¿Puede el diablo conocer nuestros pensamientos´ ¿Es capaz de entender lo que estamos pensando en cierto momento de nuestra vida? La respuesta es simple: ¡absolutamente no!

La teología está de acuerdo en esta pregunta. Solo Dios, que es omnisciente, que posee íntimamente los secretos de la realidad creada, la de los hombres y los ángeles, y la de la realidad increada, que es su propia esencia, conoce en profundidad los pensamientos de cada hombre.

El demonio solo puede crear conjeturas

Aunque el demonio es una criatura espiritual, él no comprende lo que está en nuestra mente y en nuestro corazón; él solo puede sacar conjeturas al observar nuestras acciones y comportamiento. No es una operación complicada para él ya que tiene una inteligencia extremadamente fina.

Si un joven fuma marihuana, por ejemplo, el demonio puede deducir que en el futuro también usará drogas más fuertes. En una palabra: de lo que leemos, vemos, decimos y experimentamos, y de los compañeros que elegimos, incluso de nuestras miradas, de todo esto, el demonio puede usar su discernimiento espiritual para saber dónde nos tienta y en qué momento particular hacerlo. Y eso es lo que hace.

Esto trae al recuerdo un pasaje de la primera carta de San Pedro:

"Hermanos y hermanas, estén sobrios, estén atentos. Tu adversario, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a alguien para devorar. Resístalo, firme en tu fe". (1 Pedro 5,8-9)

Mi interpretación de este pasaje, en la que varios académicos están de acuerdo, suena a esto:

"Hermanos y hermanas, estén atentos. El demonio se pasea alrededor de cada uno de ustedes, buscando dónde devorar".

Esa palabra "dónde" es importante: el demonio mira a cada persona precisamente por su punto débil y "trabaja" en ella, creando su próxima ocasión pecaminosa. Será la persona elegida, quien en su propia libertad, cometerá el pecado, después de haber sido bien "cocinado" por la tentación de Satanás.

Los puntos débiles más frecuentes en el hombre son, de vez en cuando, siempre los mismo: orgullo, dinero y lujuria... 

Y, notemos bien, no hay límites de edad para pecar. Cuando escucho confesiones, a menudo les digo a mis penitentes, en tono de broma, que sus tentaciones terminarán solo cinco minutos después de que hayan exhalado su último aliento.

Por lo tanto, no debemos suponer o esperar que a una edad avanzada estemos exentos del pecado.

Un vicio que se cultiva en la juventud no disminuirá en la vejez sin algún trabajo e intervención. Consideremos la lujuria: cuando escucho confesiones, no es raro que los ancianos confiesen mirar pornografía con más frecuencia que los jóvenes.

La voluntad de luchar contra el pecado debe cultivarse incluso hasta el final de nuestros días.

Moisés Santo

Profeta, 4 de Septiembre

Gran caudillo que liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto

Martirologio Romano: Memoria de san Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole: «Yo soy el que soy», y le propuso la ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.

Etimología: Moisés = salvado de las aguas. Viene de la lengua hebrea y egipcia.

Breve Biografía

Moisés juntamente con Abraham son los dos personajes centrales del Antiguo Testamento. Es el libertador del pueblo elegido, y el mediador de la Alianza renovada en el Sinaí, y conforme a ella es el organizador de la teocracia hebrea. Tal fue su importancia en la historia de Israel que muchas veces el Mesías es concebido como una reencarnación del gran "Profeta" por antonomasia del Antiguo Testamento. Los días del Éxodo habían quedado como los tiempos heroicos de la historia israelita y el principal protagonista de las gestas, Moisés, quedó en la memoria de todas las generaciones como el amigo de Dios por excelencia.

Su mismo nacimiento está ya marcado con el signo de la predilección divina. Oriundo de la tribu de Leví, fue abandonado por su madre en una cestilla de juncos en el Nilo. La persecución de los israelitas había llegado a su punto culminante, y las madres hebreas tenían que deshacerse de sus hijos varones, cuya extinción estaba decretada por las autoridades egipcias. Son los tiempos de reacción contra los semitas. Habían pasado los años de la dominación de los Hiksos, de origen asiático, que protegían a los extranjeros oriundos de Canaán y Fenicia, porque les ayudaban a mantener sujetos a los egipcios. José, el cananeo descendiente de Jacob, había logrado escalar al amparo de esta situación de privilegio para los semitas, las más altas dignidades del Estado egipcio. A su sombra los hebreos habían prosperado desmesuradamente en la parte oriental del Delta, de tal forma que llegaron a crear un problema a los mismos nativos súbditos del faraón. Al subir otra dinastía, de procedencia netamente egipcia, se generalizó una política de persecución contra los extranjeros semitas, que habían colaborado con los odiados Hiksos. Víctimas de esta política sectaria fueron entre otros los hebreos, que pacíficamente se dedicaban a la cría de rebaños en Gesen. La opresión sobrepasaba toda medida, y Dios iba a intervenir milagrosamente para salvar a su pueblo vinculado a la promesa de bendición hecha al gran antepasado Abraham. Para ello había de preparar al instrumento de su especial providencia. La Biblia recalca estas intervenciones milagrosas de Dios en la vida de Moisés. El niño fue recogido por una princesa egipcia, que se lo llevó a la corte del faraón como hijo adoptivo, dándole el nombre de "Mossu" o Moisés, que en egipcio parece significar simplemente niño. Allí creció formado conforme a la exquisita educación cortesana. El alma egipcia se distingue por su delicadeza y bondad. Conocemos muchas composiciones literarias llenas de belleza estilística y de grandes pensamientos. Quizá el niño hebreo tuvo entre sus manos las maravillosas "Enseñanzas de Amenhemec", que dejarán huella en la literatura sapiencial hebraica.

La vida de Moisés en la corte era muelle y distraída entre cantos de harpistas y recitaciones de versos por los escribas. Pero en sus oídos resonaban los gritos de dolor de sus compatriotas que estaban empleados en trabajos forzados en la construcción de una ciudad residencial que

llevará el nombre de su fundador Ramsés II. Los capataces egipcios imponían horas agotadoras de trabajo y manejaban el bastón con demasiada frecuencia. Por otra parte los nativos despreciaban a sus compatriotas y les hacían la vida imposible. Un día el joven cortesano Moisés vio que un egipcio estaba abofeteando a un compatriota. La sangre le hirvió en las venas, y en un momento de furor mató al egipcio agresor. Para evitar consecuencias enterró su cadáver en la arena. Pero el hecho trascendió, pues su compatriota, al que había ayudado, le delató ante la opinión pública. El asunto era muy grave, y Moisés tuvo que abandonar la corte para no caer en manos de la policía egipcia. La península del Sinaí con sus estepas era el mejor lugar para huir a las pesquisas de los egipcios. Saliendo de la zona oriental del Delta, donde estaba la corte del faraón, le bastaban unas horas de camino para encontrarse ya en terreno de nadie.

El joven hebreo debió adaptarse a la nueva vida, muy distinta de la complicada de la corte faraónica. Durante años su género de vida será la del beduino que conduce sus rebaños de un lugar a otro en busca de pastos. Pronto entró en relaciones con un jeque-beduino, que como Melquisedec era también sacerdote de su tribu. De su experiencia se aprovechará más tarde para organizar la vida civil de los israelitas. El momento culminante de la vida trashumante de Moisés por las estepas sinaíticas es aquel en que el Dios de Israel se le apareció en una zarza ardiendo, con la declaración solemne: "Yo, soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob". Desde ese momento Moisés tendrá que hacerse cargo de una ardua misión, la de salvar a sus compatriotas de la opresión egipcia. Sin duda que Moisés había oído entre los suyos de las bendiciones especiales que su Dios había prometido a sus antepasados, los gloriosos patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Ahora Dios se declaró solemnemente vinculado a sus legendarios padres. Pero el nombre de "Dios (Elohim) de Abraham..." le parece demasiado genérico para en nombre suyo presentarse como el liberador de sus compatriotas, y así preguntó a Dios por su nombre específico, que autenticara su misión. En su estancia entre los egipcios había oído hablar de los diversos nombres de sus dioses, y por eso ahora quiere que su "Dios" le revele el nombre concreto que defina su personalidad. La respuesta por parte de Dios no pudo ser más evasiva: a la pregunta inquisidora llena de vana curiosidad "¿Tú quién eres?" respondió: "¡Yo soy el que soy!". Dios quiso rodear de misterio su nombre para que no se le materializara concibiéndole de un modo sensible conforme a cualquier noción basada en la imaginación, En adelante "El que es" ("Yahvé") será la mejor definición de la trascendencia divina. En el Decálogo se prohibirá representar sensiblemente al Dios de los israelitas, que se ha querido definir misteriosamente como: "El que es".

Ahora empieza una nueva etapa de la vida de Moisés. Por orden de su Dios debe volver a Egipto para convencer al faraón de la necesidad de que el pueblo israelita salga hacia el desierto. En los planes de Dios Israel debe aislarse de los otros pueblos hasta adquirir una nueva conciencia religiosa y nacional. En los años de estancia en el país del Nilo se había contaminado con los cultos idolátricos y era preciso despertar en él la añoranza de sus antiguas tradiciones patriarcales en tierra de Canaán, que les iba a ser entregada como heredad. Para ello nada mejor que llevarle a las estepas del Sinaí para hacerle olvidar las idolatrías de Egipto e ilusionarle con la "tierra que mana leche y miel de Canaán. El cometido de Moisés es difícil. El faraón se resistía a desprenderse de aquellos semitas que necesitaba para sus obras de construcción. Por fin, después de los milagros de las plagas permitió que los israelitas se fueran al desierto. Moisés decidió la marcha y en el mes de Abib (Nisán) sus compatriotas celebraron la fiesta agrícola de la Pascua, que este año tenía carácter de despedida, y había de quedar como recuerdo de la liberación de la opresión egipcia. Los israelitas salieron furtivamente con los despojos de los egipcios camino del desierto.

El éxodo no quedó desapercibido. El faraón revocó su permiso y envió un destacamento armado para obligarles a volver. La suerte estaba echada, y Moisés no permitió a los suyos el retorno, y así les animó a correr hacia la estepa, pero llegó un momento en que no pudieron avanzar. Ante ellos se extendía una laguna de agua que les cerraba el paso. De nuevo la intervención taumatúrgica de Moisés salvó la situación. Yahvé envió un viento huracanado, y el agua se retiró de forma que los hebreos pudieron pasar a pie enjuto, Detrás el ejército del faraón entró en su persecución sin apercibirse de la anomalía de la retirada del agua, creyendo fuera la retirada normal de la marea; pero, cuando los israelitas habían pasado, el agua volvió de nuevo y anegó a los soldados y carros del faraón. Es el gran portento del paso del mar Rojo, que será el símbolo de la protección de Yahvé a su pueblo. Durante generaciones los israelitas contarán el gran milagro, que había tenido lugar allá en tiempos de los faraones de la XIX dinastía (s. XIII a. de J. C.).

Pasado el mar Rojo los hebreos se adentraron en la península sinaítica, hasta llegar a una gran montaña, que también iba a tener eco en la tradición israelita. La nueva legislación que iba a enmarcar la teocracia hebrea surgiría en la cima de ese monte donde Yahvé se manifestó a Moisés como "un amigo a otro amigo". Allí se establecieron, en efecto, las bases de la nueva teocracia: de un lado Israel debía reconocer a Yahvé como Dios único, comprometiéndose a guardar sus preceptos, y de otro Yahvé prometía protegerle como pueblo a través de la historia. Sin embargo, este pacto fue roto muchas veces ya en los días de la peregrinación en el desierto. El pueblo hebreo siguió con su propensión a la idolatría, levantando al pie del Sinaí un becerro de oro para adorarle. En la marcha a través del desierto Israel se mostró como pueblo de dura cerviz. Se multiplicaban los milagros (el maná, las codornices, el agua de la roca), pero a la primera contrariedad los hebreos querían abandonar a su Dios y volverse a Egipto. Es el caudillo Moisés el que tuvo que hacer frente a esta obstinación materialista. Durante una generación su vida estuvo consagrada a modelar el alma nacional y religiosa de un pueblo rudo y recalcitrante, y cuando se hallaba ya para entrar en la tierra de promisión murió, haciendo sus últimas recomendaciones de fidelidad a Yahvé. Por una falta misteriosa que la Biblia no especifica, el gran libertador de los israelitas fue privado de entrar en Canaán, término de la larga peregrinación por el desierto.

Su recuerdo permaneció vivo en el pueblo de Israel. "No hubo nunca más en Israel un profeta como Moisés, a quien Yahvé conoció cara a cara". Es la síntesis que de él hace el autor del Deuteronomio. Su obra, la "Ley" constituyó la base de la vida religiosa y política del pueblo elegido hasta los tiempos del Mesías. Jesucristo dirá que no vino a abolirla, sino a perfeccionarla en su pleno sentido espiritualista y ético. Es la mejor consagración de una obra legislativa que giraba en torno al destino excepcional de un pueblo del que había de salir el Salvador del mundo. En la visión del Tabor, Moisés —símbolo de la Ley del Antiguo Testamento—, y Elías —símbolo del profetismo— hacen la escolta de honor al Dios-Mesías. Por eso la Iglesia cristiana, que se considera la heredera del "Israel de las promesas", ha sentido siempre una gran veneración por el gran Legislador y Profeta del Antiguo Testamento.

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