“Y lo siguieron.”

Cúpula de la conferencia episcopal peruana

Cinco curas amenazados de muerte por denunciar la corrupción
Los obispos peruanos señalan el aumento de la violencia en el país
Piden "acciones decididas contra la corrupción, el narcotráfico y la violencia cotidiana"

Redacción, 24 de enero de 2015 a las 12:25

Si seguimos por este camino de la corrupción, del sicariato, de la violencia verbal y física, dentro de poco vamos a estar a la altura de México

La Conferencia Episcopal Peruana, que agrupa a los prelados católicos del país, alertó sobre los niveles que alcanzó la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad ciudadana, en un contexto marcado por la amenaza de muerte a cinco sacerdotes.

"Observamos con enorme preocupación cómo se incrementa la violencia: robos, asaltos y asesinatos", señaló un comunicado episcopal entregado a la prensa al cierre de una asamblea plenaria ordinaria que reunió a todos los obispos de Perú, país con una aplastante mayoría católica.

Los representantes de la iglesia exhortan al gobierno a tomar "acciones decididas contra la corrupción, el narcotráfico y la violencia cotidiana".

"En este documento ponemos el dedo sobre la llaga de la corrupción y de tantas cosas que no funcionan bien", afirmó el obispo Fortunato Pablo Urcey, secretario general del Episcopado.

El prelado advirtió a los periodistas que "si seguimos por este camino de la corrupción, del sicariato, de la violencia verbal y física, dentro de poco vamos a estar a la altura de México".

"Actualmente hay autoridades de todo nivel con prisión preventiva, requisitoriados o en proceso de investigación de sus respectivas gestiones administrativas y financieras", destacan el texto al aludir a la corrupción pública.

Los obispos resaltaron también que en las elecciones regionales de octubre 2014 "se evidenció un número muy importante de candidatos vinculados al narcotráfico y la corrupción, algunos de los cuales han sido elegidos".

El pronunciamiento se produce dos días después que el gobierno anunciara que brindaría custodia policial a cinco sacerdotes que fueron amenazados de muerte por denunciar actos de corrupción y la alta criminalidad que se registra en el Callao, el puerto vecino a Lima y una de las zonas más violentas del país.

La delincuencia y la inseguridad se han convertido en la piedra en el zapato del presidenteOllanta Humala desde hace varios meses, según todos los sondeos. En Lima, cuya población supera los nueve millones, un 82% de limeños dice sentirse inseguro al salir de sus casas, de acuerdo a encuestas de agosto 2014.

El incremento de robos y asaltos, sumado al auge del sicariato, que se ha convertido en una modalidad de asesinato común principalmente entre narcotraficantes, contribuyeron a elevar los niveles de inseguridad en Perú, según los analistas.
Perú ha sido señalado como uno de los principales productores mundiales de cocaína, con más de 300 toneladas anuales, según la ONU (RD/Agencias)

Reflexiones pastorales frente a la inseguridad y la construcción de paz en nuestro país

Proclamamos «la Buena Noticia de la paz» (Ef 6,15)

Los obispos del Perú, reunidos en nuestra 105ªAsamblea Plenaria, damos a conocer a todos los creyentes, a las autoridades y personas de buena voluntad, nuestra reflexión y propuesta de acción por la paz, que implica -según la Biblia-diálogo, reconciliación, solidaridad, justicia, armonía entre Dios, las personas y la naturaleza, nuestra casa común.

I. La realidad del país nos interpela

Como pastores estamos al lado de las personas y, desde esta cercanía, observamos con enorme preocupación cómo se incrementa la violencia: robos, asaltos y asesinatos que llenan de dolor y desconcierto a las familias y a la sociedad en su conjunto. Se recurre cada vez más a la cárcel como respuesta a la criminalidad. Sin embargo, el creciente hacinamiento en los centros de reclusión reproduce y alienta la violencia. A esto se añaden las evidencias de corrupción y la falta de seguridad para quienes habitamos en la Costa, Sierra, y Selva de esta generosa tierra peruana.

Actualmente haya autoridades de todo nivel con prisión preventiva, requisitoriados o en proceso de investigación de sus respectivas gestiones administrativo-financieras. En las pasadas elecciones también se evidenció un número muy importante de candidatos vinculados al narcotráfico y a la corrupción, algunos de los cuales han sido elegidos. A esto se suma el descrédito de los poderes del Estado.

La violencia cotidiana: asesinatos, pandillaje y sicariato remecen varios lugares del país e involucran a adolescentes y jóvenes desde muy temprana edad, muchos de ellos atrapados en el consumo de drogas, alcoholismo y otras dependencias degenerativas. Asimismo, existe el maltrato cotidiano a la mujer, el desprecio a la dignidad de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural, la falta de respeto a las comunidades indígenas, el uso irracional de los recursos naturales, la explotación infantil y la trata de personas.

La conjunción entre corrupción, narcotráfico e inseguridad ciudadana genera un círculo vicioso que aniquila personas, violenta los derechos humanos, destruye la naturaleza, debilita nuestras frágiles instituciones sociales y políticas, y frena el desarrollo integral de un país que desea pertenecer al grupo de naciones que se distinguen por la calidad de vida que ofrecen a la sociedad.
Esta realidad nos conmociona y a la vez presenta señales inequívocas del grave deterioro moral de nuestra vida social, que requiere denodados esfuerzos de las autoridades y la cooperación de las familias, la sociedad y las Iglesias. La abrumadora mayoría del país desea construir la paz y exige a sus gobernantes acciones decididas contra la corrupción, el narcotráfico y la violencia cotidiana.

II. Luces para la paz
La paz es la buena noticia del Evangelio. Es la preciada herencia de la alegría de Jesús resucitado (Cf. Jn 20,19-21). Es una paz que debemos construir entre todos, día a día. Jesús nos dice: "Bienaventurados los que trabajan por la paz" (Mt 5,9).
Trabajar por la paz significa luchar contra la corrupción en todas sus formas. El papa Francisco ha dicho que "la corrupción es en sí misma un proceso de muerte". Esta realidad "se ha vuelto natural, al punto de llegar a constituir un estado personal y social ligado a la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en las contrataciones públicas, en cada negociación que implica a agentes del Estado. Es la victoria de la apariencia sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción honorable" (A la Asociación Internacional de Derecho Penal, 23.10.2014).

Por otra parte, el documento de Aparecida nos advierte que "la paz es un bien preciado pero precario, que debemos cuidar". Pide a los cristianos del continente "una «cultura de paz» que sea fruto de un desarrollo sustentable, equitativo y respetuoso de la creación". Ser constructores de paz significa "enfrentar conjuntamente los ataques del narcotráfico y consumo de drogas, del terrorismo y de las muchas formas de violencia que hoy imperan en nuestra sociedad". Por eso la Iglesia quiere ser "una escuela de verdad y de justicia, de perdón y reconciliación para construir una paz auténtica" (n° 542).

III. Por un diálogo y consenso nacional por la paz
1. Todos estamos llamados a construir la paz en los diferentes ámbitos de nuestra vida: familia, trabajo, centro de estudios, barrio, ciudad, instancias sociales, culturales, políticas y religiosas en las que participamos. No habrá paz duradera y sostenida si no hay en cada uno de nosotros la firme decisión de construir la paz. ¡No seamos indiferentes a todo signo de violencia verbal o física, de corrupción y deshonestidad! Reiteramos nuestro rechazo al dicho generalizado: "No importa que las autoridades elegidas roben con tal que hagan obras".

2. Educar para la paz es un proceso pedagógico que implica asumir principios y valores irrenunciables tanto en las familias e instituciones educativas como en las múltiples instancias sociales que contribuyen a la formación de las personas. Llamamos a todas las instituciones sociales a redoblar sus esfuerzos para hacer de este valor un eje transversal de su planeamiento en el próximo quinquenio. ¡Eduquemos para la paz, don de Dios, que también es fruto del respeto y la armonía entre las personas y su entorno natural!

3. Las nuevas generaciones, en particular los jóvenes, son actores fundamentales en la construcción de la paz. Sus derechos, también los laborales, deben ser respetados a fin de que se pueda garantizar su adecuada inserción en el desarrollo integral del país. Asumimos las palabras del papa Francisco de alentar a los jóvenes a ser actores y protagonistas de una nueva sociedad.

4. Los medios de comunicación juegan un rol clave en la generación de una cultura de paz. No pueden difundir información bajo el criterio de "lo que vende" o "lo que le gusta a la gente". Un consenso por la paz requiere una comunicación social autorregulada desde valores éticos. ¡No a una comunicación que resalta la violencia cotidiana y corrompe el corazón y la dignidad de las personas!¡Sí a la bondad, solidaridad y búsqueda de la paz que están presentes en la vida cotidiana de muchos conciudadanos!

5. Las autoridades deben cumplir un rol activo y eficaz especialmente frente a la delincuencia y sus redes, y de protección a las iniciativas por la paz y seguridad de la ciudadanía, dentro de un marco jurídico coherente y de respeto a los derechos de las personas. ¡Que gobernantes honestos y respetuosos de los derechos humanos escuchen el clamor de los pobres!

6. Necesitamos, como dice el papa Francisco, rehabilitar la política. No son cristianos ni buenos políticos aquellos que, aunque llamándose tales, terminan envueltos en las redes de la corrupción, el narcotráfico y la violencia. Esos son los lobos rapaces disfrazados de ovejas de los que habla el Evangelio (Cf. Mt 7,15-19). Convocamos a los cristianos auténticos y a todas las personas de buena voluntad a comprometerse políticamente para una urgente reforma del Estado y una participación ética de la ciudadanía. El Perú se merece una paz sustentable y duradera, basada en la dignidad de la persona humana y en la práctica transparente de la función pública. ¡Invitamos a conformar Mesas Interinstitucionales de diálogo, reflexión y acción por la paz en nuestro país!

Pedimos la necesaria ayuda de nuestro buen pastor y amigo de la vida, Jesús resucitado, y de nuestra madre María, Reina de la paz, para iniciar ahora una campaña esperanzadora e inclusiva de colaboración abierta y eficaz para vencer la corrupción, violencia e inseguridad con signos constantes y valientes de paz y de vida.

Lima, 23 de enero de 2015
Sus hermanos y servidores,
Los obispos del Perú

Evangelio según San Marcos 1,14-20. 

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia". Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron. 

San Jerónimo (347-420), sacerdote, traductor de la biblia, doctor de la Iglesia 
Homilías sobre el evangelio de Marcos; PL 52, 125-171             

“Y lo siguieron.”

“Jesús les dijo: -Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres.” (Mc 1,17) ¡Dichoso cambio de pesca! Simón y Andrés son la pesca de Jesús. (...) Estos hombres son considerados “peces”, pescados por Cristo, antes de ir ellos a pescar a otros hombres. “Ellos dejaron inmediatamente las redes y los siguieron.” La auténtica fe no conoce la dilación. En cuanto le oyeron, creyeron, lo siguieron y se convirtieron en pescadores de hombres. “Ellos dejaron inmediatamente las redes” Pienso que en estas redes están simbolizados los vicios de la vida de este mundo que ellos abandonaron. (...)

“Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan (...). Jesús los llamó también; y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.” Me diréis: -la fe es atrevida. ¿Qué indicios tenían ellos, que señal sublime habían notado para seguirle así que los llamaba?- Nos damos cuenta, a todas luces, que algo divino emanaba de Jesús, de su mirada, de la expresión de su rostro que incitaba a los que él miraba a volverse hacia él (...). ¿Por qué digo todo esto? Para mostraros que la palabra del Señor actuaba y que a través de la palabra más insignificante, el Señor actúa: “él lo ordenó y fueron creados.” (Sal 148,5) Con la misma simplicidad con que él los llamó, ellos le siguieron (...): ”Escucha, hija, mira, inclina tu oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; el rey está prendado de tu belleza.” (Sal 44,11-12)

¡Escucha bien, hermano, y sigue las huellas de los apóstoles! ¡Escucha la voz del Señor, ignora a tu padre por la carne, y mira el Padre verdadero de tu alma y de tu espíritu! (...) Los apóstoles dejaron a su padre, dejaron la barca, dejaron todas sus riquezas de entonces. Abandonaron el mundo y sus innumerables riquezas, renunciaron a todo lo que poseyeron. Pero no es la cantidad de las riquezas lo que Dios considera, sino el alma de aquel que renuncia. Los que han abandonado poca cosa, sin embargo, hubieran renunciado también a grandes fortunas si se hubiera dado el caso.

Conversión de san Pablo

Conversión de san Pablo, apóstol

Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo.

Hay muchos aspectos para meditar en la conversión de san Pablo: desde cosas tan ascépticas como los datos históricos que poseemos sobre el hecho, hasta la maravilla que representa que precisamente un verdugo de la fe se convierta en uno de los máximos exponentes del apostolado y como en prototipo de lo que debe ser un apóstol. Me conformo con ceñirme, en el contexto del santoral, a dos aspectos: esto de que celebramos una conversión, y en qué medida la conversión como tal -y no sólo la de san Pablo- forma parte de nuestra fe como uno de sus rasgos originales.

Porque si bien miramos, es común que los santos nos cuenten su «conversión», es decir, la reversión radical hacia Dios de todos los valores de la vida que llevaban hasta ese momento; por ejemplo, cuando pensamos en la palabra «conversión», a todos -casi con seguridad- se nos representa la célebre de san Agustín; sin embargo, sólo de san Pablo celebramos litúrgicamente la conversión. De ningún otro. Pienso que no es desmedido señalar que la conversión de san Pablo representó para toda la Iglesia una especie de refundación: esa Iglesia que se fundó en la Cena, que se fundó en la entrega del discípulo a la Madre, que se fundó en la palabra de envío del Resucitado, que se fundó en la venida del Espíritu Santo, renueva también su fundación en esta especie de última «vuelta de tuerca» que es capaz de extraer del mensaje de Jesús todo lo que quedaba en su fondo, difícil de aceptar y difícil de formular: nadie hay ante Dios que esté perdido de antemano, incluyendo como corolario natural que la fe deberá dirigirse también a los gentiles, a los que nunca ni oyeron hablar de Dios, a quienes ni siquiera están esperando una Alianza con Dios ni ninguna manifestación suya, a los que ni siquiera tienen «sed de Dios».

La conversión de san Pablo tiene algo de común con todas las conversiones, incluyendo la de cada uno de nosotros: se trata de una «metá-noia» (que es la palabra que usa el NT para hablar de conversión), de un «cambio [metá] de mentalidad [noia]»; nuevos criterios, nueva mirada, nueva perspectiva. Lo mismo que veíamos hasta ayer de una manera, lo vemos hoy con un significado diverso. De esa conversión no es ajeno ningún creyente, forma parte del «proceso de la fe»; -es posible que alguien haya sido bautizado, le haya dado la espalda a Dios y vuelva: conversión; -es posible que alguien haya sido bautizado y haya seguido practicando la fe sin desviarse de sus criterios, hasta que un buen día se da de narices contra sí mismo y su buen comportamiento y descubre que toda la fe había sido cosa de Dios más que sí mismo y su buen comportamiento: conversión -puede ser que alguien nunca haya querido saber nada de la fe cristiana, pero tiene en el estómago ese «vacío de absoluto», eso que el salmo 42 llama «sed de Dios», y un buen día siente -por los medios que sean: una predicación, una música, una liturgia- que es Cristo quien apaga esa sed, y nadie más: conversión; -puede que ni siquiera tenga sed de Dios, tan sólo «la vieja llaga de la herida en el ser» -en palabras de Moravia-, y de repente descubre el poder sobre esa llaga que tiene la otra llaga, la de Cristo: conversión.

Es posible pensar abstractamente el cristianismo como una fe, sin implicar la conversión, pero no es posible vivir el cristianismo en concreto sin toparse con la conversión, e incluso con la necesidad «periódica» de convertirse, tal como lo celebramos cada año en el ciclo litúrgico. En cierto sentido la conversión de san Pablo tuvo que ver con eso: fue encontrado por Cristo y eso cambió su mentalidad, dio un vuelco de 180º. Le pasó a él, me pasó a mí, le pasó al lector de este escrito, y si no pasó aun, ya va a pasar.

Pero a la vez tiene algo de especial y único, algo que no ha vuelto a repetirse en la historia de la Iglesia: en la conversión de san Pablo toda la Iglesia se convierte a la novedad de una misión que hasta ese momento no había aparecido, y que incluso tardará décadas antes de que oficialmente la Iglesia acepte que la misión de san Pablo a los gentiles compromete a todos, no sólo a san Pablo y los suyos; que esa misión a los gentiles y entre los gentiles está en el fondo de la esencia de la Iglesia. La conversión de san Pablo obligará a toda la Iglesia a convertirse y tomar conciencia de que la fe cristiana no es un apéndice de la fe judía, aunque esa verdad tardará décadas en comenzar a dar sus frutos. Nos hace bien celebrar cada año la conversión de san Pablo; somos seres en el tiempo y del tiempo, por eso para nosotros, los seres humanos, las grandes verdades no son nunca una cosa dicha de una vez y para siempre: requieren ser dichas y redichas, meditadas y remeditadas, comprendidas y recomprendidas. Es constante a lo largo de la historia la tendencia de los creyentes a convertir a la Iglesia no en un lugar de salvación sino en depósito de salvados, a aislarnos del mundo, a cercar y amurallar. Tal vez eso forme parte de la dinámica más profunda de nuestra fe: por eso mismo cada año la celebracíon litúrgica de la conversión de san Pablo nos recuerda que la misión de la Iglesia no estará terminada hasta que «todos los hombres» -sin excepción- «se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».

25 de enero 2015 Domingo III Yo 3, 1-5.10

Jonás predica en Nínive y nos dice que: "era una ciudad grandiosa». El contenido de la predicación nosotros lo hemos oído muchas veces, de una manera u otra: «Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida», en el fondo quiere decir: convertíos porque si no, acabaréis sin ser nada de nada. El texto nos comenta aún: «Dios vio que de hecho se convirtieron y se apartaban del mal camino». ¿Cuáles son los aspectos que colectivamente deberíamos cambiar? ¿Qué dificultades crees que hay para hacerlo? Señor, encamínanos en tu verdad, instrúyenos.

Ir detrás de Jesús

Cuando el Bautista fue detenido, Jesús vino a Galilea y comenzó a «proclamar la Buena Noticia de Dios». Según Marcos, no enseña propiamente una doctrina para que sus discípulos la aprendan y difundan correctamente. Jesús anuncia un acontecimiento que está ya ocurriendo. Él lo está ya viviendo y quiere compartir su experiencia con todos. Marcos resume así su mensaje: «Se ha cumplido el plazo»: ya no hay que mirar hacia atrás. «Está cerca el reino de Dios»: pues quiere construir un mundo más humano. «Convertíos»: no podéis seguir como si nada estuviera ocurriendo; cambiad vuestra manera de pensar y de actuar. «Creed en esta Buena Noticia». Este proyecto de Dios es la mejor noticia que podéis escuchar. Después de este solemne resumen, la primera actuación de Jesús es buscar colaboradores para llevar adelante su proyecto. Jesús va «pasando junto al lago de Galilea». Ha comenzado su camino. Es un profeta itinerante que busca seguidores para hacer con ellos un recorrido apasionante: vivir abriendo caminos al reino de Dios. No es un rabino sentado en su cátedra, que busca alumnos para formar una escuela religiosa. Ser cristiano no es aprender doctrinas, sino seguirle a Jesús en su proyecto de vida. El que toma la iniciativa es siempre Jesús. Se acerca, fija su mirada en aquellos cuatro pescadores y los llama a dar una orientación nueva a sus vidas. Sin su intervención, no nace nunca un verdadero cristiano. Los creyentes hemos de vivir con más fe la presencia viva de Cristo y su mirada sobre cada uno de nosotros. Si no es él, ¿quién puede dar una nueva orientación a nuestras vidas?

Pero lo más decisivo es escuchar desde dentro su llamada: «Venid detrás de mí». No es tarea de un día. Escuchar esta llamada significa despertar la confianza en Jesús, reavivar nuestra adhesión personal a él, tener fe en su proyecto, identificarnos con su programa, reproducir en nosotros sus actitudes... y, de esta manera, ganar más personas para su proyecto.

Este podría ser hoy un buen lema para una comunidad cristiana: Ir detrás de Jesús. Ponerlo al frente de todos. Recordarlo cada domingo como el líder que va por delante de nosotros. Generar una nueva dinámica. Centrarlo todo en seguir más de cerca a Jesucristo. Nuestras comunidades cristianas se transformarían. La Iglesia sería diferente.

José Antonio Pagola. 3 Tiempo Ordinario – B. (Marcos 1,14-20).  

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO  (Jon 3, 1-5. 10; Sal 24; 1 Cor 7, 29-31; Mc 1, 14-20)

(25 DE ENERO, CONVERSIÓN DE SAN PABLO. JORNADA DE LA INFANCIA MISIONERA. FINAL DEL OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS)

LA CONVERSIÓN. La Liturgia no contempla hoy la conmemoración de la conversión de San Pablo, sino el III domingo del Tiempo Ordinario. Sin embargo, la providencia de la Palabra, al hilo de las lecturas que se proclaman este día, nos permite la resonancia del momento luminoso que vivió Saulo. La conversión de Nínive por la predicación de Jonás -“Vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó” (Jon 3, 10)-, junto con la súplica del salmista -“Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor”- (Sal 24), encuadran el mensaje dominical. Como argumento para llamar a la conversión, cabe traer a consideración la expresión paulina: “La representación de este mundo se termina” (1Cor 7, 31). Actualmente, no es frecuente la consideración de las postrimerías; sin embargo, son una verdad que a muchos les ha hecho más responsables en su trabajo, y sobre todo, los ha vuelto más hacia Dios. No debería ser el miedo el argumento de nuestra conversión, como fue el discurso del profeta: “Nínive será destruida”, sino el amor y el encuentro con el Señor Jesús, como el que tuvieron los discípulos, que les hizo optar radicalmente por el Maestro. “Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él” (Mc 1, 20). La Providencia tiene muchos caminos por los que provoca el encuentro del hombre con Dios, a veces a costa de un sufrimiento, un despojo, una muerte; en otros momentos por una luz fascinante, una atracción amorosa, un descubrimiento de la verdad. Un ejemplo, que hoy no es casual citar, nos lo narra el mismo San Pablo, cuando se refiere al momento en el que descubrió la verdad de Jesucristo, que le produjo un cambio total de vida, y de perseguidor de los cristianos, se hizo el evangelizador de los gentiles por antonomasia. Hoy precisamente es una jornada misionera. Escuece el corazón cuando se descubre que somos más sensibles para con Dios en los momentos de necesidad, que en los favorables. Quizá por esta psicología, el Señor permite, en ocasiones, que lleguemos a tocar la mayor intemperie, para que se produzca en nosotros la reacción del retorno hacia Él, o la consolidación más profunda de nuestra pertenencia.

Tercer domingo - Tiempo Ordinario Jn 3,1-5.10; 1 Co 7,29-31; Mc 1,14-20

Marco inicia su Evangelio centrado en la vida pública de Jesús y su misión. Bautizado por Juan, se va a Galilea, donde empezó todo, como recordaron los ángeles a las mujeres que fueron a ver el sepulcro, cuando Jesús ya había resucitado. Pero no en la Galilea de las grandes ciudades imperiales: Séforis y Tiberíades, sino por los pueblos perdidos donde vivía la gente sencilla, sin derechos y sin tierra, como hoy los palestinos en la Franja de Gaza.

Convertíos
Jesús es así un profeta itinerante que comunica la experiencia de un Dios bueno. No llama a reconstruir ningún templo, sino en la reconstrucción del corazón, a poner el corazón, como una parabólica, en dirección de un Dios amoroso, misericordioso y lleno de ternura que llama a todas las puertas, esperando que la abrimos, para hacernos feliços.És un cambio radical: "Ha llegado la hora y el Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed en la Buena Nueva ".
Jonás lo había predicho en Nínive, quizás un poco más torpe porque también era más flagrante la desgracia, que había sembrado el imperio asirio en su entorno. Y lo escucharon. Y Nínive (el mundo) se salvó. Un buen ejemplo para las nefastas consecuencias de los imperios de hoy, se llamen como se llamen, (sobre el mundo de hoy).

Creed
Creer es peregrinar (del latín: "por agrosire" = por los campos de Galilea), como Jesús y con Jesús, por caminos desconocidos y nuevos, buscando la tierra prometida: un mundo nuevo. Es un éxodo y, a la vez, un estímulo, sin evadirse de la lucha de este mundo. "La fe decía Martín Luther King, aquel profeta y mártir (1968) de la discriminación racial- es la disponibilidad de entrar confiadamente en la oscuridad del futuro".

Con algunas enmiendas, la canción de Lluís Llach se procede hoy: "Fe no es esperar (fe es esperar), fe no es soñar (fe es soñar), fe es penosa lucha del hoy y el mañana; fe es un golpe de hoz, fe es dar la mano, la fe no es (es) vivir de un recuerdo pasado. Apartamos la noche, apartamos el miedo, apartamos las nubes que nos esconden la luz; debemos ver claro, el camino es largo y ya no tenemos tiempo de equivocarnos. Hay que ir adelante, sin perder el paso, es necesario que nazcan flores a cada instante ".

Venid conmigo

Jesús, el profeta itinerante, nos invita a seguirle. "Sed itinerantes", es una cita del Evangelio apócrifo de Santo Tomás del siglo I que -según algunos autores- sería un dicho auténtica de Jesús a los discípulos. Seguir a Jesús, paso a paso, día a día. "No podemos dejar perder la oportunidad presente, porque este mundo que vemos con los ojos pasa pronto", nos avisa sensatamente San Pablo. Pues, vamos. No nos faltará nunca su Espíritu, que hace nuevas todas las cosas, incluso nuestros miedos, nuestras dudas, nuestro cansancio. Tenemos todo un año por delante.

Vocación de los primeros discípulos

Marcos 1, 14-20. Cristo se presenta a nosotros cuando menos lo esperamos. Él nos ve y nos llama.

Oración introductoria
Espíritu Santo, que inmerecida misión el poder ser «pescador de hombres». Ilumina mi entendimiento en esta oración para terminar de comprender la grandeza de mi vocación e inflama mi corazón para amarte con toda la pasión y fuerza posible.

Petición
Padre mío, dame tu gracia para que conozca, ame e imite más a Cristo

Meditación del Papa Francisco
Viendo este mar, la playa y a todos ustedes, me viene a la mente el momento en que Jesús llamó a sus primeros discípulos a orillas del lago de Tiberíades. Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Quieres ser mi discípulo? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres ser testigo del Evangelio? En el corazón del Año de la Fe, estas preguntas nos invitan a renovar nuestro compromiso cristiano. Sus familias y comunidades locales les han transmitido el gran don de la fe. Cristo ha crecido en ustedes. Hoy quiere venir aquí para confirmarlos en esta fe, la fe en Cristo vivo que habita en ustedes, pero he venido yo también para ser confirmado por el entusiasmo de la fe de ustedes. Ustedes saben que en la vida de un obispo hay tantos problemas que piden ser solucionados. Y con estos problemas y dificultades, la fe del obispo puede entristecerse. Qué feo es un obispo triste. Qué feo. Para que mi fe no sea triste he venido aquí para contagiarme con el entusiasmo de ustedes.» (S.S. Francisco, 25 de julio de 2013).

Reflexión
En este pasaje podemos comprobar cómo Jesús pasa a nuestro lado y nos llama. Cristo se presenta a nosotros en las actividades diarias, cuando menos lo esperamos, ya sea en la oficina, ya sea en las labores de casa. Él nos ve y nos llama.

El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él totalmente. Esto no significa que haya que dejar de trabajar en ese momento o salir del trabajo para estar con Él (aunque si fuera posible sería maravilloso, como quien atiende a su mejor amigo recibiéndole en casa y no sólo llamando por teléfono).

Jesús nos llama sin importarle lo que somos o cómo somos. No le importa si somos un banquero, un albañil, un ama de casa, un pecador o un santo. Eso sí, una vez que le hemos respondido se nos pide dejarlo todo y seguirlo. Escogió a pescadores y a publicanos.

Y no fueran los más inteligentes o capaces de su tiempo. Dios escoge a quien quiere. No hay motivos para tener miedo a fallarle, a no ser del todo fieles a Cristo en nuestro trabajo. Los apóstoles también le dejaron pero, sin embargo, tuvieron el valor de levantarse.

Es verdad que en nuestras vidas hemos abandonado a Cristo muchas veces, pero eso a Jesús no le importa. Él nos llama a predicar el evangelio como volvió a llamar a los apóstoles y como un día llamó a san Pablo, cuya conversión celebramos hoy. San Pablo persiguió a los apóstoles y quería borrar el nombre de Jesús de Nazareth de la faz de Israel. Pero Jesús resucitado le convierte de un perseguidor a un precursor de la Buena Nueva y en un apóstol apasionado de este Cristo a quien perseguía. Jesús nos manda a predicar el Evangelio y es el primero que nos da ejemplo convirtiendo al más "temido" de todos los judíos.

La conversión infundió en Saulo una fe que lo hace ser misionero incansable; enciende en su alma un ardor de caridad que le obliga a transmitir a los demás la verdad que ha encontrado; le da la fuerza para ser tanto de palabra como de obra un ferviente testimonio del evangelio. Ahora bien, ¿qué nos diferencia a nosotros de san Pablo? Tenemos la misma fe, la misma caridad, la misma doctrina, el mismo Dios... Pero nos falta su amor apasionado a Cristo, que le llevó a considerar todo basura y estiércol comparado con Cristo.

Propósito
Hoy es un día de conversión. No esperemos más, convirtámonos en esos apóstoles resucitados y pidamos esa fe y ese amor que convirtió a san Pablo para que nos convierta también a nosotros en luz y fuego en medio de la oscuridad del mundo.

Diálogo con Cristo
Señor, tu «síganme» no deja de resonar en mi corazón. Es sencillo entusiasmarme por el llamado, pero mantener ese entusiasmo cuando las exigencias parecen sobrepasarme, es imposible si Tú no estás como centro y motivo de mi vida. Permite que viva cada día como una nueva oportunidad para crecer en el amor. Quiero ser, vivir, pensar, trabajar, gozar y sufrir por Ti. Ayúdame a ser fiel en mis compromisos como miembro del Regnum Christi; dame la gracia de serte fiel en las obligaciones de mi vida diaria, porque la fidelidad se construye en las cosas pequeñas y en el momento presente.

Comienza haciendo lo que es necesario
Sembrando Esperanza I. Comienza con lo que es necesario, después lo que es posible y estarás haciendo lo imposible.

Conócete, acéptate y supérate
Quien se conoce como persona, quien se conoce a sí mismo, tendrá ante sus ojos las mil y una posibilidades de crecimiento, descubrirá con facilidad las áreas de oportunidad para desarrollarse, será capaz de establecerse metas a alcanzar, y sobre todo, vivir en paz consigo mismo.

Conocernos a nosotros mismos es una labor fascinante. Es una aventura hermosa. Descubrir nuestra estructura, el por qué de nuestros comportamientos, las necesidades que tenemos por ser personas; el conocimiento de la propia inteligencia y de la voluntad, de la libertad y de la afectividad, de los impulsos y tendencias naturales.

Quien se descubre como criatura de Dios, imagen y semejanza de Él, solidificará su autoestima plenamente. Quien descubre su temperamento, iniciará, si quiere, el fascinante camino de la formación de su propio carácter y de su personalidad.

Quien descubre que amar es la vocación de toda persona humana, se le abre un horizonte inmenso de posibilidades para su crecimiento. Quien conoce sus tendencias naturales y sus impulsos instintivos, ya tendrá la posibilidad de hacerse amo y señor de su corporeidad.

El conocimiento personal abre la puerta a la formación, a las miles de áreas de oportunidad para el crecimiento. Quien se conoce a sí mismo, si es humilde, podrá reconocer sus cualidades y defectos; este reconocimiento le llevará a aceptarse tal cual es, para luego comenzar la aventura de superarse….por eso hay que comenzar por lo necesario y fundamental.

"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible."

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la vid. Y la vid se moría porque no podía florecer como la rosa. La rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el roble. Entonces encontró una planta, un clavel floreciendo y más fresco que nunca.

El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? La flor contestó: Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste querías claveles; si hubieras querido un roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser clavel de la mejor manera que pueda, y heme aquí, el más hermoso y bello clavel de tu jardín."

Somos esto que somos. Vivimos marchitándonos: en nuestras propias insatisfacciones, en nuestras absurdas comparaciones con los demás... si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera..., siempre conjugando el futuro incierto en vez del presente concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.

Podemos elegir hoy estar felices con lo que somos, con lo que tenemos, o vivir amargados por lo que no tenemos o no podemos ser. Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.

Quien se conoce a sí mismo, posee una gran arma: saber quién es, su fisonomía moral, psicológica, afectiva, e incluso física; entonces, podrá planear serena y confiadamente un plan personal para su crecimiento como persona.

Quien se acepta tal cual es, ya inició su camino de perfección, de crecimiento, pues ya sabe y acepta lo que tiene naturalmente, su base humana para crecer. ¡Acéptate tal cual eres! Con todas tus grandezas y tus flaquezas, tus cualidades y tus debilidades, tus aciertos y tus errores, tus triunfos y tus derrotas.

Quien se supera, quien se esfuerza por ser mejor, quien lucha por su crecimiento personal, podrá amar mejor a los demás, servirlos mejor, acelerará su camino a la madurez personal, será más dueño de sí mismo, será más grato a Dios.

"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible."

Cartel de la infancia misionera

España se sitúa en tercera posición en número de donaciones
'Yo soy uno de ellos', lema de la Infancia misionera
En 2014 repartió un total de 15,6 millones de euros entre los niños necesitados

Redacción, 25 de enero de 2015 a las 09:33

España ha apoyado 347 proyectos de los que se han beneficiado más de 218.000 menores de 40 países

La Iglesia española celebrará hoy la Jornada de la Infancia Misionera, una institución de la Iglesia para promover la ayuda recíproca entre los niños del mundo que en 2014 repartió un total de 15,6 millones de euros entre la infancia necesitada de los cinco continentes, de los cuales dos millones fueron donados por niños españoles.

El dinero fue recaudado por Infancia Misionera en 2013 y distribuido en 2014 para financiar2.868 proyectos educativos, de salud y de evangelización, según explicó el director de Obras Misionales Pontificias (OMP) en España, Anastasio Gil García.

Concretamente, España ha apoyado 347 proyectos de los que se han beneficiado más de 218.000 menores de 40 países. Los españoles se sitúan así en tercera posición en número de donaciones por detrás de Alemania y Australia.

Kazajstán es uno de los países a los que se ha enviado ayuda a través de esta obra pontificia. Concretamente, se han destinado 15.000 euros para proyectos con niños en varias parroquias: comedores, asistencia escolar y casas de acogida donde residen unos 50 niños.

El obispo de Almaty (Kazajstán), el misionero español José Luis Mumbiela, ha indicado en declaraciones a Europa Press que allí "muchos niños son abandonados" y "también muchas familias sufren por el alcoholismo o las drogas" por lo que los pequeños "corren el riesgo de carecer de un crecimiento normal".

Además, ha indicado que una "gran preocupación", tal y como indican incluso autoridades civiles, es "la crisis de la institución familiar". En este sentido, apunta que "por desgracia, Kazajstán destaca como uno de los países con mayor número de suicidios de jóvenes en el mundo".

Asimismo, ha explicado que en Kazajstán se ha pasado "del comunismo a un cierto capitalismo salvaje, donde la clase media es escasa y las diferencias sociales se marcan demasiado" y ha añadido que la "inseguridad respecto al futuro" provoca un "constante flujo de inmigración, sobre todo, de jóvenes".

Sobre la libertad religiosa en el país --donde el 60% son musulmanes; el 20% ortodoxos rusos; el 3% protestantes y el 1% católicos--, Mumbiela indica que tienen "una libertad de religión suficiente para que la población pueda ir normalmente a la iglesia o a su lugar de culto correspondiente".

En todo caso, apunta que "es cierto que, debido al temor del extremismo religioso, el gobierno se ha visto obligado a modificar hace pocos años la ley religiosa, poniendo algunas restricciones" pero precisa que "en términos generales se puede decir que la gente es libre para practicar su religión". Así, la iglesia católica tiene un acuerdo internacional firmado con el gobierno de Kazajstán que fue ratificado por el parlamento del país.

"El gobierno siempre ha querido defender y promover el espíritu de comprensión mutua entre las diversas religiones y culturas existentes en Kazajstán", afirma para subrayar que los cristianos "no" sufren persecución allí.
La Jornada de Infancia Misionera, organizada por Obras Misionales Pontificias, se celebrará bajo el lema 'Yo soy uno de ellos'. Gil García ha agradecido la ayuda a los miles de donantes y también ha dado las gracias a quienes les han ayudado a remover "conciencias" que en esta época están "instaladas en las rebajas oportunas" del mundo del "consumismo".(RD/Ep)

El Papa, en la ventana con dos chicos

Hace un llamamiento para que terminen las hostilidades en Ucrania
Papa: "Los pecados y la historia nos han dividido. Rezad para que el Espíritu Santo nos una de nuevo"
Dice a los filipinos de Roma que su "pueblo es maravilloso por su fe fuerte y alegre"

José Manuel Vidal, 25 de enero de 2015 a las 11:58

Nos reuniremos en la basílica de San Pablo esta tarde, para que refuerce la plena unidad de todos los cristianos

(José M. Vidal).-Angelus del Papa en la Plaza de San Pedro, acompañado en la ventana por una chica y un chaval de la Acción Católica italiana. Francisco insitió en la llamada a la unidad de los cristianos, separados por "los pecados y la Historia", instó a que terminen las hostilidades en Ucrania y saludó a los filipinos de Roma, de cuyo pueblo dijo que es "maravilloso por su fe fuerte y alegre". Tras la catequesis del Papa, la chica de la Acción católica leyó un comunicado y concluyó: "Papa, te queremos mucho".

Algunas frases del Papa

"El anuncio de Jesús es similar al de Juan, con la diferencia que Jesús ya no indica a otro que debe venir"

"El es el cumplimiento de las promesas". "Es la palabra viva y operante en la historia"

"El que lo escucha y sigue entra en el Reino de Dios". "Entrega al hombre el Espíritu Santo, el agua viva"

"¡Cuántas veces sentimos nuestro corazón con sed". "Se lo dijo Él mismo a la samaritana"

"Nos reuniremos en la basílica de San Pablo esta tarde, para que refuerce la plena unidad de todos los cristianos". "Es feo que los cristianos estemos desunidos" "Los pecados y la historia nos han dividido. Rezad para que el Espíritu Santo nos una de nuevo". "Sed de una vida plena y libre del mal y de la muerte". "Dios tiene sed de nosotros, de nuestro corazón y de nuestro amor". "En el corazón de Cristo se encuentran la sed humana y la sed divina". "Para que todos sean uno" . "El diablo, padre de las divisiones y de las guerras hace tanto mal"."Que la sed de Jesús sea también nuestra sed"."Que ella, como buena madre, nos una a todos"

Saludos
"Sigo con viva preocupación el conflicto de Ucrania, que siguen provocando víctimas entre la población civil. Llamamiento para que se ponga fin a toda hostilidad". "Jornada mundial de los enfermos de lepra"
"Saludo a la comunidad filipina de Roma. El pueblo filipino es maravilloso por su fe fuerte y alegre. Gracias por el tanto bien que hacéis entre nosotros. Sembráis la fe entre nosotros"
"A la Acción católica: seguid con alegría el camino cristiano". "Escuchemos a vuestros compañeros, aquí, a mi lado". "Saludad, saludad conmigo"

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