Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día

Francisco, ¿a Cuba?

Antes de su visita diplomática a EEUU, donde se reunirá con Obama
El Vaticano confirma que el Papa visitará Cuba en septiembre
El viaje se debe a la invitación de las autoridades civiles y de los obispos cubanos

Redacción, 22 de abril de 2015 a las 15:44

El itinerario del Papa pone de manifiesto el papel que ha jugado el vaticano para ayudar a restablecer las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington

El Papa Francisco viajará a Cuba durante su próximo viaje a Estados Unidos, previsto para finales de septiembre, confirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi. En una breve declaración, Lombardi explicó que el viaje se debe a la invitación de las autoridades civiles y de los obispos cubanos y será la primera etapa del viaje que llevará al pontífice a Estados Unidos y concretamente a Washington, Nueva York y Filadelfia.

"Puedo confirmar que el Santo Padre Francisco, habiendo recibido y aceptado la invitación por parte de las autoridades civiles y de los obispos de Cuba, ha decidido efectuar una etapa en dicha isla antes de llegar a Estados Unidos con motivo del viaje anunciado hace tiempo", ha comunicado Lombardi.

Hace unos días, la oficina de prensa del Vaticano no había querido confirmar definitivamente esta visita y explicaba que "estaba aún en un momento demasiado inicial como para hablar de una decisión ya tomada o de un proyecto operativo". La visita a Cuba de Francisco se estaba evaluando sobre todo tras la labor de la diplomacia vaticana en el histórico acercamiento entre las autoridades cubanas y Estados Unidos.

Como se había previsto, la visita a Cuba será antes de llegar a Estados Unidos, donde el Papa Francisco tiene previsto entrevistarse en la Casa Blanca con el presidente de EEUU, Barack Obama, el 23 de septiembre, y pronunciar un discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York.

El itinerario del Papa pone de manifiesto el papel que ha jugado el vaticano para ayudar a restablecer las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington. Un viaje que terminará en Filadelfia para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, que organiza la Iglesia católica.

Desde este miércoles al 28 de abril también estará en la isla caribeña otro colaborador cercano al Papa, el prefecto de la Congregación para el clero, el cardenal italiano Beniamino Stella, quien fue nuncio en la isla de 1993 a 1999. El secretario de Estado, que cubre las funciones de un primer ministro del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, participó en la pasada VII Cumbre de las Américas, en Panamá, a la que asistieron el presidente cubano, Raúl Castro, y Obama. Cuba y la Santa Sede también celebran en 2015 los 80 años del inicio de sus relaciones diplomáticas. El Papa Benedicto XVI viajó a Cuba en marzo de 2012, mientras que catorce años antes lo había hecho Juan Pablo II. (RD/Agencias)

Evangelio según San Juan 6,44-51. 

Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. 

Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo". 

San Adalberto de Praga 

(en polaco:Wojciech; en checo: Vojtěch), (c.956 - † 23 de abril de 997) Obispo de Praga y santo católico.

Hermanastro de Radzim Gaudenty, fue obispo de Praga en el siglo X y murió martirizado cuando trataba de convertir al cristianismo a las tribus bálticas de Prusia. Es el santo patrón de Bohemia, Polonia, Hungría y Prusia.
Nació en Libice nad Cidlinou (Bohemia) en el seno de la familiaSlavnikovci, muy poderosa y rival de los Premyslides. Estudió durante doce años en Magdeburgo, bajo la tutela del arzobispo Adalberto (que más tarde sería San Adalberto de Magdeburgo) de quien, al morir, tomaría el nombre para rendirle homenaje.

El 3 de abril de 983 fue nombado obispo de Praga a petición de Boleslav II de Bohemia. Pronto se sintió enormemente frustrado por el estilo de vida que llevaban sus fieles que era realmente pagano. En 989 se fue a Romapara solicitar al Papa que le relevara de sus cargos. Permaneció cuatro años en Italia, exiliado, e ingresó como monje en Montecasino. En 992, el arzobispo de Maguncia le pidió que volviera a dirigir el obispado de Praga y regresó a Bohemia acompañado de unos cuantos monjes benedictinos. Con la ayuda de Boleslav II fundó, en 993, en Brevnov, la primera abadíabenedictina de Bohemia. Bautizó a Géza de Hungría y a su hijo Esteban I de Hungría. Como quiera que seguía manteniendo muy malas relaciones con sus fieles regresó a Roma en 994. En 995 su familia fue masacrada por los hombres de Boleslav II, muerte de la que escapó Adalberto al hallarse fuera del país.

Tomó entonces la decisión de convertir a los prusianos. El duque Boleslao I el Bravo, futuro rey de Polonia, le apoyó y le ofreció una escolta militar que le acompañaría hasta Danzig. Sin embargo las tribus prusianas se mostraron muy renuentes a sus prédicas. El 23 de abril de 997, cerca de Trusol(Elblag) los paganos le decapitaron y su cabeza fue empalada. Según cuenta la leyenda, el duque Boleslav I el Bravo compró el cuerpo del mártir pagando su peso en oro y lo hizo llevar a Gniezno para ser enterrado allí. Después de su canonización, en 999, su tumba se convirtió en un lugar de peregrinaje y su vida fue relatada en numerosas biografías (Vita Sacti Adalberti) escritas, casi todas, en Roma, Lieja y en Aix-la Chapelle.

En el año 1000, Otón III, fue en peregrinaje a Gniezno para rendir homenaje a San Adalberto.

En 1038, los checos del príncipe Bretislav I atacaron Polonia. Invadieron Silesia y destruyeron Poznań y Gniezno en 1039, e hicieron desaparecer las reliquias de San Adalberto. Según se cuenta los polacos consiguieron conservar algunas reliquias. Actualmente, Adalberto tiene dos tumbas, una en Praga y otra en Gniezno. La autenticidad de las reliquias es harto dudosa pues, al parecer, el santo tiene dos cabezas, una en Praga y otra en Gniezno.

Por sus acciones, Adalberto hizo de Bohemia una nación importante en la Europa cristiana. Legitimó a Boleslav I el Bravo consagrándole como rey y así reforzar la posición de Polonia frente a sus vecinos. Influyó notablemente en la política de Otón III que se apoyó en los eslavos para reforzar el Sacro Imperio

Romano Germánico
La festividad de San Adalberto de Praga se celebra el 23 de abril.

Oremos
Señor, tú que hiciste fiel imitador de la pasión de tu Hijo al glorioso mártir San Adalberto, muestra, por su intercesión, el poder de tu fuerza a quienes confesamos la propia debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo  tu Hijo.

Calendario de  Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Mende, África (Siglo XVI).

Presencia de Dios
La vida cotidiana nos lleva a tu presencia. Eso sí, siempre que, allí donde estemos, sepamos recogernos para sentir tu deseo de comunicarte

Libertad
Muy a menudo, demasiado a menudo, mi libertad se ve condicionada por los miedos y las expectativas sobre lo que "debería ser". La inercia y la rutina me atan y me veo incapacitado para una auténtica libertad. Pido al Señor la libertad profunda que me haga reconocer y explorar las muchas posibilidades que me ofrece

Conciencia
Tomo conciencia de todo lo bueno que me regala el Señor cada día bajo formas tan diversas. Doy gracias.

Palabra de Dios

Juan 15,1-8

Jesús dijo a sus discípulos:

Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Los sarmientos que no dan fruto, lo corta, pero las que dan fruto, las limpieza para que dé más. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Así como los sarmientos, si no permanece en la vid, no pueden dar fruto, vosotros no podéis dar si no está en mí. Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. Si alguien se separa de mí, es echado fuera y se seca como los sarmientos. Los sarmientos, una vez secas, las recogen y los echan al fuego, y arden. Si está en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se realizará. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto y seáis mis discípulos.

Algunos pensamientos sobre el pasaje de hoy

Según el relato evangélico de Juan, Jesús revela a sus discípulos su deseo más profundo: "Permaneced en mí". Les dice también cómo pueden llevar a cabo este deseo: Que "sus palabras permanezcan en ellos". Que no las olviden. Que vivan de su Evangelio. Esta es la verdadera fuente de la que sus discípulos deben beber.

"Yo soy la vid verdadera". Detrás del símbolo de la viña, se esconde todo un mundo de sugerencias. Se trata de un ser vivo que se manifiesta a través de elementos diferentes, pero unificados por una realidad que los trasciende, la vida. La viña (vid y sarmientos) es todo lo que se adhiere a Jesús. No hay más pueblo de Dios que lo que se desarrolle a partir de Jesús.

"Mi Padre es el labrador". Es Él quien la ha plantado y cuida ". Su alusión nos remite a la preocupación y al interés por que los sarmientos den fruto, y ese fruto es la manifestación de amor-vida que identifica Dios. La presencia de fruto manifiesta que la savia-vida está llegando al sarmiento. Ni la vid sin sarmientos puede producir frutos, ni los sarmientos separados de la cepa. Los frutos se alcanzan por la unidad de ambos. "Sin mí no podéis hacer nada".

No hay fuerza más evangelizadora que la experiencia de escuchar juntos la Buena Nueva de Jesús desde las preguntas, los problemas, sufrimientos y esperanzas de nuestros tiempos. Las comunidades cristianas tenemos en él la energía necesaria para regenerarnos, es nuestra seña de identidad. El instrumento pastoral más importante para renovar hoy en la iglesia.

¿Cómo vivo yo esta experiencia?

La bilocación del Padre Pío

Me encontraba en el coro con Fray Atanasio, cuando me encontré en una casa señorial donde moría un papá mientras nacía una niña

En el convento de San Elías de Pennisi, Fray Pío experimentó por primera vez el fenómeno de la bilocación. La noche del 18 de enero de 1905, mientras se encontraba en el coro, recogido en profunda oración, se sintió trasladado a una casa señorial de la ciudad de Údine, donde estaba muriéndose un hombre y naciendo una niña.
El caso curioso fue narrado por el mismo religioso que, por obediencia lo puso por escrito y, después de muchos años, por la joven que entonces había nacido.

"Hace días- escribe Fray Pío- me pasó algo insospechado: Mientras me encontraba en el coro con Fray Atanasio, eran como las 23 horas del 18 de este mes cuando me encontré en una casa señorial donde moría un papá mientras nacía una niña. Se me apareció entonces la Santísima Virgen que me dijo: ‘Te confío esta criatura, es una piedra preciosa en su estado bruto. Trabájala, límpiala, hazla lo más brillante posible, porque un día quiero usarla para adornarme…’ Le contesté a la Virgen: ‘¿Cómo podría ser posible, si yo soy todavía un estudiante y no sé si un día podré tener la suerte y la alegría de ser sacerdote? Y aunque llegue a ser sacerdote, ¿cómo podré ocuparme de esta niña, viviendo yo tan lejos de aquí?’ La Virgen me respondió: ‘No dudes.

Será ella quien irá a buscarte, pero antes la encontrarás en la Basílica de San Pedro en Roma’. Después de esto… me encontré otra vez en el coro".

Este escrito fue cuidadosamente guardado por el director espiritual del Padre Pío, el padre Agustín de San Marco en Lamis. La niña de la que se habla en el escrito se llama Giovanna Rizzani. Su Papá estaba inscrito en la Masonería. Durante su última enfermedad, su lujosa residencia fue rigurosamente vigilada día y noche por los masones, situada en la calle Tiberio de Ciani No. 33 de la ciudad italiana de Údine. Esto, para impedir el paso de cualquier sacerdote.

Horas antes de morir, su esposa Leonilde- que era muy religiosa- estaba cerca del lecho del moribundo recogida en oración y lágrimas. De repente vio salir de la recámara y alejarse por el pasillo a un fraile capuchino. Se levantó enseguida, lo llamó y lo siguió mientras el fraile desaparecía.

La señora estaba extremadamente angustiada pensando en su esposo que se moría sin los auxilios religiosos. En aquel momento, oyó gemir al perro que estaba amarrado en el jardín de la casa, como si el animal percibiera la muerte ya próxima del amo.

La señora, no aguantando el gemido del perro, fue a soltarlo. En esos momentos sintió los dolores del parto y allí mismo dio a luz a una niña. El administrador de la casa corrió para ayudarle. De lejos vieron la escena los dos masones que vigilaban la entrada y también el párroco que quería entrar a la casa para auxiliar al moribundo.

El administrador, después de que ayudó a la señora a alcanzar la recámara, bajó indignado contra los masones que impedían el paso al sacerdote y les gritó: "Dejen entrar al padre. Ustedes pueden impedirle que asista al moribundo, pero no tienen derecho a impedirle que vaya a bautizar a la niña que acaba de nacer prematuramente".

Fue así como se dejó pasar al sacerdote, que además de bautizar a la niña, administró los últimos sacramentos al moribundo arrepentido.

A la muerte del señor Juan Bautista Rizzani, la joven viuda se trasladó a Roma con sus papás. Allí, la pequeña Giovanna creció educada cristianamente.

Igualmente asombroso es el resto de la historia.

Aquella criatura, Giovanna Rizzani, un buen día de 1922 recibirá el consejo de un confesor en San Pedro de Roma de ir a San Giovanni Rotondo. Allí se encaminó y cuál fue su sorpresa al reconocer en el Padre Pío al capuchino que la había confesado en San Pedro. Más sorpresa se llevó todavía cuando el padre le contó haber asistido a su nacimiento en Udine y le dio toda clase de detalles. Giovanna será más adelante terciaria franciscana y fiel hija espiritual del padre Pío. Se sabe que jamás, ni en 1905 ni nunca, estuvo éste en Udine, cerca de Venecia. Ni en 1922 había salido ni un solo día de San Giovanni Rotondo, lugar de su nuevo y definitivo convento. Este fenómeno de bilocación de que fue objeto el Padre Pío en numerosas ocasiones nunca se manifestó por su propia voluntad, sino como un don de Dios y siempre para el bien de las almas.

Si comes de este pan, vivirás para siempre
Juan 6, 44-51. Pascua. Como el cuerpo es sostenido por el alimento, así nuestra alma necesita de la Eucaristía.

Oración introductoria
Señor, creo en ti. Creo que por amor te has quedado en la Eucaristía para darme el pan que me da la vida. Confío en tu planes divinos y te pido en esta oración una fe que me haga ver mucho más allá de las preocupaciones, de las tristezas, para poder caminar siempre hacia delante.

Petición
Señor, ayúdame a amarte más, a quererte más, a buscar solamente lo que a ti te agrade.

Meditación del Papa Francisco
Es necesario tener siempre presente que la Eucaristía no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoración nuestra de aquello que Jesús ha dicho o hecho. No. ¡Es precisamente una acción de Cristo! Es Cristo que actúa ahí, que está sobre el altar.

Y Cristo es el Señor. Es un don de Cristo, el cual se hace presente y nos reúne en torno a sí, para nutrirnos de su Palabra y de su vida. Esto significa que la misión y la identidad misma de la Iglesia surgen de allí, de la Eucaristía, y allí toman siempre forma. Una celebración puede resultar también impecable desde el punto de vista exterior. ¡Bellísima! Pero si no nos conduce al encuentro con Jesucristo, corre el riesgo de no traer ningún alimento a nuestro corazón y a nuestra vida.

A través de la Eucaristía, en cambio, Cristo quiere entrar en nuestra existencia y permearla de su gracia, para que en cada comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida. El corazón se llena de confianza y de esperanza pensando en las palabras de Jesús recogidas en el evangelio: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de preocupación por los necesitados, y por las necesidades de tantos hermanos y hermanas, en la certeza de que el Señor realizará aquello que nos ha prometido: la vida eterna. ¡Así sea!» (S.S. Francisco, catequesis, 12 de febrero de 2014).

Reflexión
Tenemos hambre, hambre de Dios. Necesitamos el pan de vida eterna. Quizás hemos probado otros banquetes y hemos descubierto que no sacian nuestro deseo plenamente. Pero Cristo se revela como el alimento que necesitamos, el único que puede colmar nuestras necesidades y darnos la fuerza para el camino.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que en la comunión recibimos el pan del cielo y el cáliz de la salvación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó para la vida del mundo (cfr. CIC 1355).

Como el cuerpo es sostenido por el alimento, así nuestra alma necesita de la Eucaristía. Cristo baja del cielo al altar, por manos del sacerdote. Viene a nosotros y espera que también nosotros vayamos a El, que le busquemos con frecuencia para recibirle, para visitarle en el Sagrario.

Es pan de vida eterna, según su promesa: Que todo el que ve al Hijo y cree en El tenga la vida eterna. Quien vive sostenido por la Eucaristía, crece progresivamente en unión con Dios, y viéndole en este mundo bajo el velo de las especies del pan y el vino, nos preparamos para contemplarle cara a cara en la vida futura.

Propósito
Acercarme a la Eucaristía debidamente preparado y con la máxima frecuencia posible.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, me das el pan que necesito para poder vivir plenamente mi vocación. ¿Realmente «aprovecho» este sacramento? ¿Estoy consciente de que la Eucaristía no es un símbolo, que eres Tú, un Dios vivo, hecho hostia, el que voy a recibir en mi interior? Te suplico que esta meditación me lleve a contemplarte en la Eucaristía y nunca permitas que se me haga una costumbre, un rito o un hábito sin sentido.

Cómo tocar el corazón de Dios con la oración
La oración es acercarse a Jesús con humildad y tocarlo desde la fe.

La oración es acercarse a Jesús con humildad y tocarlo desde la fe. La oración llena de fe es "la debilidad" de Dios y la fuerza del hombre. Jesús no se resiste a hacer milagros cuando percibe una gran fe. No basta con tocar a Jesús, sino tocarlo con fe y experimentar cómo muchas virtudes, gracias, salen de Él para curar nuestro corazón y cuerpo.

"Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró el flujo de sangre. Jesús dijo: «¿Quién me ha tocado?» Como todos negasen, dijo Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen». Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí». Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblorosa, y postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz". (Lucas 8,43-48)

Nuestra propia enfermedad debe ser presentada con fe y esperanza
La mujer hemorroisa sufría desde hacía 12 años esta enfermedad. No había encontrado remedio, se había gastado todo en doctores. Sólo le quedaba una esperanza, ese Jesús del que toda la gente hablaba. Debido a su enfermedad era impura y todo lo que tocase automáticamente se convertía en impuro. Vivía en una soledad total, separada de la sociedad, de su familia, 12 años queriendo "volver a vivir". Esta soledad, necesidad de vivir, de ser alguien, hizo que sin temor se acercase a Jesús. Percibía en Él alguien que podría devolverle la vida, que podría dar sentido a esta enfermedad y poder ser curada.

En la oración nos presentamos también enfermos, débiles, con temores, resistencias, profundas heridas que todavía sangran. Con facilidad buscamos en el mundo diversos “doctores” que nos puedan curar, distracciones, pasatiempos que en el fondo nos dejan igual y nos vamos desgastando. En la oración nos presentamos conscientes de esta debilidad, pero a la vez llenos de fe porque estamos ante el único que nos puede curar de raíz, el que puede devolvernos la vida, dar un sentido profundo y nuevo a nuestra existencia, a nuestra soledad. Este acto de fe y confianza son los pasos necesarios para llegar hasta el Maestro: "Creo en ti Señor, espero en tu amor, confío en ti, quiero amarte para vivir". Presentamos nuestra vida ante Él, nuestra debilidad, enfermedad, con fe y confianza para que Él nos cure.

Acercarse a Jesús con humildad, con la mirada siempre fija en su Amor y ternura
Con gran fe, se acercó a Jesús por detrás, y con delicadeza, consciente de su impureza, se atrevió a tocarle con fe la orla de su manto. Cuando hay fe y amor, la oración se convierte en un buscar el bien de la otra Persona: acogerle, cuidarlo, amarlo. Esto es lo que hace la hemorroisa. No piensa en sí misma. No quiere "molestar" al Señor: con humildad se acerca por detrás y busca tocar tan sólo el borde de su manto. Esto sería suficiente. La fe no busca evidencia, no quiere tocar a toda costa, palpar como lo hizo Santo Tomás. Basta con un detalle, un gesto cercano y tierno.

Es un decirle a Jesús: "no te quiero molestar, sé que me amas y con tocarte el borde del manto, te darás cuenta que te necesito, que estoy aquí, que te amo y que quiero poderte abrazar… pero soy impura, mi alma es impura, necesito que tu amor me purifique y me haga digna de Ti". Así la hemorroisa buscando el bien de Jesús, el no "hacerle" impuro, logra su propio bien. La oración es buscar al otro para encontrarse con el otro. Es dejarse encontrar buscando. Es rozar su Corazón para encontrase dentro de él.

La fe mueve el Corazón de Jesús y fija su mirada en la humildad
La mujer queda curada al instante. Jesús no espera a que la mujer le diga qué necesita. Así es el Buen Pastor, conoce a sus ovejas, nos conoce y sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos. Por eso, muchas veces la oración es ponerse en su presencia, quizás experimentando un silencio que no es indiferencia por parte de Jesús, sino un querer expresar ternura, contemplar a su creatura tan amada y admirarla con amor.

Jesús estaba siendo oprimido por la multitud, sin embargo, sintió que una virtud salía de Él y gritó: «¿Quién me ha tocado?» Los discípulos, asombrados, no entienden esta pregunta. Decenas de personas están agolpadas, se empujan y estrujan a Jesús y sólo una "le ha tocado", aquella que apenas ha rozado el borde de su manto.

Aquí Jesús nos dice con claridad que tocarle es amarle, es tener la humildad de confiar en Él, de tratarle con ternura y fe. De acercarse a Él como un niño a su Padre y estar, sí, estar junto a Él. Muchos estaban más cerca que la mujer, pero no tenían fe, era quizás más bien curiosidad, rutina.

La oración nunca puede ser curiosidad o rutina. No es una actividad para llenarme de ideas o repetir fórmulas aprendidas de memoria. Esto sería como empujar y estrujar a Jesús, como aquel grupo que lo seguía. No, esta mujer nos enseña que para tocar a Jesús hay que tener fe, hay que acudir con confianza, presentarse con humildad y tener ternura hacia Dios. ¡Ah!, y sobre todo, hay que dejarse querer por el Maestro que nos conoce, nos espera y al instante nos abraza con amor.
Queremos tocarte Jesús. Ayúdanos Señor a tocarte con fe.

Presencia viva....plenitud de vida
Estar alertas para conocerte, que no estemos distraídos con una y mil cositas que no tienen valor.

Cuando estoy en tu presencia, Señor, ahí, desde el Sagrario donde me miras y me escuchas... me da gusto recordar pasajes de tu vida y pienso que a ti te gusta... ¿Recordamos?

Ya resucitado te apareces a tus amigos, a los que tanto quisiste, a los que se durmieron cuando les pediste que velasen mientras sudabas sangre y estabas lleno de tristeza...
En la primicia de tu resurrección te apareciste a la mujer pecadora, porque ya arrepentida, te amaba en entrega total,... a tus seguidores en el camino de Emaús que iban decepcionados tras la muerte del Maestro, porque eran pesimistas y en su corazón solo tenían tristeza y desánimo..., al amigo que no creyó lo que le contaron sus compañeros ... y tuvo que meter sus dedos en tus llagas y la mano en tu herida palpitante para creer, e hizo que tu, Jesús, le dijeras: - "Tomás, porque has visto has creído. Dichosos los que creen sin ver"

Y en ese momento nos llamaste dichosos y bienaventurados a todos los que en el tiempo y la distancia creemos en Ti por la fuerza y la gracia de la fe.

Te volviste a aparecer una y otro vez después de tu resurrección...no como un fantasma, no como fue la resurrección de Lázaro, que a pesar del milagro de volver a la vida, quedó sujeto a volver a morir. No como algo irreal e intocable, no, te presentaste con una realidad tangible y transfigurado al mismo tiempo. Tu ya no pertenecías a la Tierra pero vivías en ella. Eras presencia viva, plenitud de vida.

Y como queriendo demostrar que no eras una aparición, un fantasma o figuración de las mentes de tus discípulos, te sientas con ellos, conversas con sencillez y les pides de comer....

Hubo en tu tercer encuentro, un cuadro bellísimo. Estaban pescando. No sacaban nada. Todo la noche fatigosa y sin ningún logro. Al amanecer, la figura de un hombre joven, en la playa, les hace señas. Se acercan, El les dice: - "Muchachos, teneis algo que comer? " ( Jn 21,5). Estaban malhumorados y te contestaron, que no. Y les dijiste: - "Echad la red a la derecha y hallareis". Así lo habían estado haciendo toda la noche pero obedecieron en silencio, quizá recordando otra ocasión parecida... ¡y las redes se llenaron!

Volvieron a mirar a la orilla buscando al desconocido y te vieron encendiendo la hoguera. Todos los corazones latían fuerte por el mismo pensamiento y Juan fue el que habló :- "Es El, el Señor!

Pedro no pudo contener su carácter vehemente y se arrojó al agua con la túnica arrollada al cuello y cuando llegó a la orilla se la puso y corrió hacia Ti.

Luego se les unieron los demás , felices y seguros. Allí estabas Tu, el resucitado pero asando un pez, como antes, como un viejo y querido amigo, como el Maestro de siempre, sencillo, tierno, bondadoso, con tu mismo estilo de mansedumbre y con la misma forma, tan especial, de partir y repartir el pan.

Y Tu, Jesús, te acercas a nosotros así, en mil formas diferentes.

Te vemos en el que nos pide pan, en el que nos pide ayuda. Tenemos que estar alertas para conocerte, que no estemos distraídos con "una y mil cositas que no tienen valor".... y no tengamos que experimentar la tristeza de que LLEGASTE Y PASASTE DE LARGO.

Que tuviste ganas no solo de comer con nosotros sino de ser nuestro alimento.... y tocaste a nuestra puerta y.... ¡no te reconocimos!. Tu que eres, Señor, presencia viva, plenitud de vida. ¡Ayúdanos, Señor!

Papa y San Lorenzo

El Papa recuerda su infancia futbolera
Francisco: "Yo era un patadura"
Confiesa que "era más de baloncesto"

Redacción, 23 de abril de 2015 a las 10:16

Sí disfrutó de joven del fútbol, pero como espectador, tal y como se puede comprobar en el video, donde recuerda con absoluta claridad el gran San Lorenzo de Almagro de 1946

Francisco confiesa que era un "patadura". El Papa confesó en una entrevista cómo era como jugador de fútbol. En una entrevista a TyC Sports, el Papa Francisco confesó que de joven no era muy diestro con el balón en los pies.

"Era un patadura", explicó el Papa mientras explicaba que le hacían jugar en defensa por su poca destreza y que en realidad, él era "más de baloncesto".

Sí disfrutó de joven del fútbol, pero como espectador, tal y como se puede comprobar en el video, donde recuerda con absoluta claridad el gran San Lorenzo de Almagro de 1946.

"Blazina, Vanzini, Basso, Zubieta, Grecco, Colombo, Imbellone, Farro, Pontoni, Martino y Silva. Ese año lo ví entero", confesó el máximo rector de la Iglesia Católica.

 

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