“No he venido a abolir, sino a cumplir la Ley y los profetas”

Dos fiestas del amor

El 5 de mayo de 1886, en el presbiterio de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, de Barcelona, tuvo lugar una sencilla reunión con repercusiones muy notorias. Don Bosco, recién llegado en tren de Turín, recibió a la Asociación de Católicos de Barcelona que le hizo entrega de una escritura con la donación de terrenos en la cumbre del Tibidabo para que pudiera construir allí una ermita.

El santo lloró de alegría pensando en que aquella capilla, y posterior gran templo, darían mucha gloria a Dios a través de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que sería la advocación a la que pensó destinarlo.

Unos años antes, en 1849, otro santo, Antoni Maria Claret, anunció en Vic, su intención de fundar una congregación de sacerdotes que se llamara Hijos del Inmaculado Corazón de María. Los claretianos siempre extendieron la devoción al Sagrado Corazón de la Virgen.

Refiero estos dos hechos, sucedidos en Catalunya, con motivo de las fiestas que celebramos estos días en honor del Corazón de Jesús y la del Corazón de su Madre. Son dos fiestas, muy arraigadas entre los cristianos, en las que somos llamados a maravillarnos de este Dios que ama y del amor maternal de la Virgen para con nosotros.

Del mismo modo que al cerebro se le atribuye la inteligencia, el amor acostumbra a atribuirse al corazón. Es lo que la Iglesia quiere expresar en esta doble festividad que nos propone después de los días de la Pascua. El sufrimiento de Jesucristo en la pasión, y el acompañamiento de su Madre como corredentora, son pruebas claras del amor de Dios, que nos «primerea» utilizando una expresión del papa Francisco.

En efecto, Él nos amó primero, y fue Cristo desde la cruz quien nos dio, en san Juan, a la Virgen María como madre. Saber que Dios nos ama es un gran consuelo, sobre todo en momentos de dificultad y tristeza, pero debe ser también un requerimiento a nuestra correspondencia. El cristianismo no consiste en el seguimiento de una serie de normas más o menos piadosas; no es un reglamento de conducta elevado y nada más. Es, sobre todo, el amor a Dios, conscientes de que es un Padre que nos ama sin medida y que extiende sobre nosotros el manto de su misericordia.

Las primitivas religiones, y aún otras más recientes, consideraban solo el temor de Dios. Nuestro temor debe estar solo en fallarle en recibir su amor. Es este afecto divino el que celebramos en las fiestas dedicadas al Corazón de Jesús y al Corazón de María.

10 de junio 2015 Miércoles X 2 Co 3, 4-11

Una de las cosas que hace más admirable la misión de Pablo es su empuje apostólica a pesar de las dificultades. Hoy nos explica la razón de su convincente entusiasmo: «Tenemos esta seguridad porque confiamos en Dios gracias a Cristo. No es que nos fiamos de nosotros mismos ... todo lo que nosotros podemos hacer viene de Dios. »¿Crees que te falta algo para actuar como Pablo? ¿Qué? Señor, que no pierda la seguridad de servirte.

Evangelio según San Mateo 5,17-19. 

Jesús dijo a sus discípulos: «No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. 

El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.» 

San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilías sobre el evangelio de San Mateo, 16

“No he venido a abolir, sino a cumplir la Ley y los profetas”

Preguntarás ¿cómo es que Cristo no abroga la Ley y los profetas? ¿cómo cumple y consuma la ley y los profetas? Consuma los profetas, porque todo cuanto ellos dijeron de El, El con sus obras lo confirmó. Y por esto el evangelista Mateo, tras de cada uno de sus hechos, añade: “Para que se cumpliera lo dicho por el profeta.” (…)   Y en cuanto a la Ley, la cumplió no de un modo ni de dos, sino hasta de tres. Lo primero, no traspasando los preceptos legales. Así lo testifica delante de Juan el Bautista que ha cumplido toda la ley cuando le dice: “Conviene que cumplamos toda justicia.” (Mt 3,15) Y a los judíos les decía: “¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?” (Jn 8,46)

En segundo lugar la consumó en cuanto que todo lo que hizo lo hizo por nosotros. Porque ¡cosa admirable! no sólo cumplió con la ley, sino que nos dio el poder nosotros cumplirla. Así lo declara Pablo con estas palabras: “Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree.” (Rm 10,4) Y también dice que condenó en sí el pecado, “para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, los que no andamos según la carne.” (Rm 8,4) Y todavía: “¿Anulamos pues la ley con la fe? No ciertamente, antes la confirmarnos.” (Rm 3,31) La ley procuraba hacer justo al hombre, pero no tenía fuerzas. Por esto Cristo al venir introdujo un modo de justicia que es por la fe, y así confirmó la voluntad de la ley. Lo que ésta no pudo con la letra, él lo llevó a cabo mediante la fe. Y por esto dice: “No he venido a abrogar la ley.”

Si alguno cuidadosamente examina, encontrará un tercer modo con que Cristo consumó la ley. ¿Cuál? Mediante los preceptos que iba a dar. Porque no eran abrogación de los anteriores, sino una ampliación y cumplimiento de ellos.

Santo Ángel de Portugal

Los ángeles, que son parte del mundo invisible, extienden  la acción creadora de Dios, viviendo totalmente dedicadas a la alabanza y el servicio de Dios.

La inteligencia humana no puede expresar la naturaleza espiritual de estas criaturas. Su misión, sin embargo, es conocido a través de la Biblia, que en muchos pasajes, da testimonio acerca de la existencia de los Ángeles.

En Portugal, la devoción al Ángel de la Guardia es demasiado antigua.Sin embargo, aumentan con la participación especial del Ángel, en la visita de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcitos.

Pío XII introdujo esta celebración en el calendario litúrgico portugués.

¡TENGO UNA LUZ EN EL CORAZON!

En el día de Pentecostés celebramos lo que nos cuentan los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 1-13), ¡cuando los discípulos sienten como el Espíritu Santo los llena de alegría y entusiasmados salen a las calles y dicen a todos que Jesús ha resucitado! Y aunque en la ciudad de Jerusalén había gente de todas partes que hablaban lenguas muy diferentes ... todos los entienden!

Me gusta sentir que comparto esa luz tan especial con toda la COMUNIDAD de los Amigos de Jesús.

Tengo una luz en el corazón!
La luz de la alegría de ser del grupo de los amigos de Jesús!
La luz de hacer feliz a mi familia y ser feliz con ellos!
La luz de ayudar a los compañeros!
La luz de querer hacer el bien y ser amable con todo el mundo!
Señor, dame tu fuerza para hacer brillar mi luz,
añadirla a las luces de todo el grupo de los amigos de Jesús,
y que sirva ¡para iluminar todo el mundo que esté triste! 

Propuestas para la oración
Os hago algunas propuestas por si os pueden ayudar a la oración -con las correspondientes adaptaciones en casa, en la escuela o en la catequesis en función de la edad y el número de los amigos de Jesús que haya en el grupo-: 

• Busque la letra de "Tengo una luz en el corazón", muéstrele la y cantad-la. Busque también la versión original (es un espiritual tradicional), vea en vídeo y si os animáis ...! let it shine!
• Reunid unas velas (mejor), o unas linternas, póngase en una habitación o en un aula que se pueda oscurecer, cierre los ojos, cierre la luz y entonces abra los ojos. Comparte lo que sentís. Encienda una vela, luego otra, otra ... Como cambia todo! Tenga en cuenta cómo cada vela es importante, como cada una añade más claridad!
• Lea el texto de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 1-13). Busque en un atlas bíblico (físico o virtual) las regiones y países que salen, a ver si estaban lejos o cerca de Jerusalén. Aprovechad para comentar en que hablaban Jesús y sus amigos y qué idiomas había en aquel tiempo. Imagínese: si pasara hoy, en nuestra tierra, de qué países podrían ser los que se encontraran los discípulos en la calle?
• Terminar con un Padrenuestro ... y soplar la vela, pero que siga brillando en su corazón!

La canción de cuna de María

Himno de san Efrén de Siria, poeta de delicadísimos sentimientos hacia Jesucristo y su Santísima Madre. San Efrén diácono y doctor de la Iglesia.

«He mirado asombrado a María que amamanta a Aquél que nutre a todos los pueblos, pero que se ha hecho niño. Habitó en el seno de una muchacha, Aquél que llena de sí el mundo (...).

Un gran sol se ha recogido y escondido en una nube espléndida. Una adolescente ha llegado a ser la Madre de Aquél que ha creado al hombre y al mundo.

Ella llevaba un niño, lo acariciaba, lo abrazaba, lo mimaba con las más hermosas palabras y lo adoraba diciéndole: Maestro mío, dime que te abrace.

Ya que eres mi Hijo, te acunaré con mis cantinelas; soy tu Madre, pero te honraré. Hijo mío, te he engendrado, pero Tú eres más antiguo que yo; Señor mío, te he llevado en el seno, pero Tú me sostienes en pie.

Mi mente está turbada por el temor, concédeme la fuerza para alabarte. No sé explicar cómo estás callado, cuando sé que en Ti retumban los truenos.

Has nacido de mí como un pequeño, pero eres fuerte como un gigante; eres el Admirable, como te llamó Isaías cuando profetizó sobre Ti.

He aquí que todo Tú estás conmigo, y sin embargo estás enteramente escondido en tu Padre. Las alturas del cielo están llenas de tu majestad, y no obstante mi seno no ha sido demasiado pequeño para Ti.

Tu Casa está en mí y en los cielos. Te alabaré con los cielos. Las criaturas celestes me miran con admiración y me llaman Bendita.

Que me sostenga el cielo con su abrazo, porque yo he sido más honrada que él. El cielo, en efecto, no ha sido tu madre; pero lo hiciste tu trono.

¡Cuánto más venerada es la Madre del Rey que su trono! Te bendeciré, Señor, porque has querido que fuese tu Madre; te celebraré con hermosas canciones.
Oh gigante que sostienes la tierra y has querido que ella te sostenga, Bendito seas. Gloria a Ti, oh Rico, que te has hecho Hijo de una pobre.

Mi magnificat sea para Ti, que eres más antiguo que todos, y sin embargo, hecho niño, descendiste a mí. Siéntate sobre mis rodillas; a pesar de que sobre Ti está suspendido el mundo, las más altas cumbres y los abismos más profundos (...).

Tú estás conmigo, y todos los coros angélicos te adoran. Mientras te estrecho entre mis brazos, eres llevado por los querubines.

Los cielos están llenos de tu gloria, y sin embargo las entrañas de una hija de la tierra te aguantan por entero. Vives en el fuego entre las criaturas celestes, y no quemas a las terrestres.

Los serafines te proclaman tres veces Santo: ¿qué más podré decirte, Señor? Los querubines te bendicen temblando, ¿cómo puedes ser honrado por mis canciones?

Escúcheme ahora y venga a mí la antigua Eva, nuestra antigua madre; levante su cabeza, la cabeza que fue humillada por la vergüenza del huerto.

Descubra su rostro y se alegre contigo, porque has arrojado fuera su vergüenza; oiga la palabra llena de paz, porque una hija suya ha pagado su deuda.

La serpiente, que la sedujo, ha sido aplastada por Ti, brote que has nacido de mi seno. El querubín y su espada por Ti han sido quitados, para que Adán pueda regresar al paraíso, del cual había sido expulsado.

Eva y Adán recurran a Ti y cojan de mí el fruto de la vida; por ti recobrará la dulzura aquella boca suya, que el fruto prohibido había vuelto amarga.

Los siervos expulsados vuelvan a través de Ti, para que puedan obtener los bienes de los cuales habían sido despojados. Serás para ellos un traje de gloria, para cubrir su desnudez».

Mi santísima Señora,
Madre de Dios,
llena de gracia,
tú eres la gloria de nuestra naturaleza,
el canal de todos los bienes,
la reina de todas las cosas después de la Trinidad...,
la mediadora del mundo después del Mediador;
tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo,
la llave que nos abre las puertas del paraíso,
nuestra abogada,
nuestra mediadora.
Mira mi fe,
mira mis piadosos anhelos y acuérdate de tu misericordia y de tu poder.
Madre de Aquel que es el único misericordioso y bueno,
acoge mi alma en mi miseria y,
por tu mediación, hazla digna de estar un día a la diestra de tu único Hijo.
Amén

 

Francisco sonríe durante la audiencia de hoy

El Papa reivindica en la Audiencia General a la familia como "el hospital más cercano"
Francisco: "No dejéis solas a las familias en la enfermedad, en las pruebas"
"Es importante educar a los hijos desde pequeños para que sean sensibles y solidarios ante la enfermedad"

Jesús Bastante, 10 de junio de 2015 a las 10:47

Que la enfermedad sea una ocasión de fortalecimiento de los vínculos familiares; y que las familias puedan vivir los momentos difíciles del dolor y del sufrimiento sostenidas por la cercanía y oración de la comunidad cristiana

(Jesús Bastante).- "Ayudar a los enfermos, estar siempre al lado de los enfermos, educar a los niños, desde pequeños, a estar cerca, a ser solidarios en tiempos de enfermedad".

El Papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia general de este miércoles a hablar de la familia como "hospital de campaña" ante la enfermedad, la soledad, el vacío del corazón humano, y a pedir a los padres que eduquen desde el principio a sus hijos en esta tesis.

"Una educación que se aleja de la enfermedad humana, seca el corazón" y hace que los chicos sean "anestesiados" ante el sufrimiento de los demás, incapaces de confrontarse con el sufrimiento y de vivir la experiencia del límite, señaló Bergoglio.

El Papa reivindicó en sus palabras la "fuerza del legado familiar", especialmente "en mitad de la debilidad humana, en tiempos de enfermedad", criticando a las sociedades que "tienen reparos" a la hora de acercarse a la enfermedad.

Y eso que "la enfermedad es una experiencia común en la vida de las familias". "No dejéis solas a las familias en la enfermedad, en las pruebas", reclamó.

"En muchas partes del mundo, donde el hospital es un privilegio para unos pocos, la familia se considera desde siempre como el hospital más cercano, donde se garantiza al enfermo la atención y la ayuda necesaria", subrayó el Pontífice, quien resaltó muchos encuentros de Jesús con los encuentros, especialmente con la mujer cananea.

"Cristo lucha contra la enfermedad y cura al hombre de todos sus males. Esta es también la misión que ha dado a su Iglesia: hacerse cargo de los enfermos hasta sus últimas consecuencias", resaltó Francisco, quien reiteró la importancia de "educar a los hijos desde pequeños, para que sean solidarios con la enfermedad", pues "la comunidad cristiana tiene que acompañar a las familias para que vivan la enfermedad desde una perspectiva de fe, oración y cercanía afectuosa".

Este fue el saludo del Papa en castellano:

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy, sobre los temas de la familia, tratamos sobre la enfermedad, que es una experiencia común en la vida de las familias. En muchas partes del mundo, dónde el hospital es todavía un privilegio para unos pocos, la familia se considera desde siempre como el «hospital» más cercano, donde gracias a sus cuidados amorosos, se garantiza al enfermo la atención y ayuda necesarias. Los Evangelios nos narran muchos encuentros de Jesús con enfermos y su voluntad de sanarlos. Cristo lucha contra la enfermedad y cura al hombre de todos sus males. Ésta es también la misión que ha dado a su Iglesia: hacerse cargo de los enfermos, hasta sus últimas consecuencias, siguiendo su ejemplo. Por eso, la preocupación, la asistencia y la oración por los enfermos forman parte fundamental de la vida de la Iglesia y de todo cristiano. En la familia es importante educar a los hijos desde pequeños para que sean sensibles y solidarios ante la enfermedad. Asimismo, la comunidad cristiana tiene que acompañar a las familias para que vivan la enfermedad desde una perspectiva de fe, de oración y de cercanía afectuosa.


Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, República Dominicana, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Pidamos al Señor para que con su gracia la enfermedad sea una ocasión de fortalecimiento de los vínculos familiares; y que las familias puedan vivir los momentos difíciles del dolor y del sufrimiento sostenidas por la cercanía y oración de la comunidad cristiana. Muchas gracias.

No he venido a abolir la Ley y los Profetas
Mateo 5, 17-19. Tiempo Ordinario. No basta cumplir con reglas para estar cerca de Dios, hay que amarlo. 

Oración introductoria
Dios mío, me postro ante Ti en esta oración, quiero escucharte y ser dócil a tus inspiraciones, porque sólo Tú podrás dar plenitud a mi vida.

Petición
Señor, dame la gracia para que nunca contradiga tus mandamientos, concédeme ser un auténtico seguidor y testigo de tu amor.

Meditación del Papa Francisco
Integración: Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios. Él, sin embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a plenitud, declarando, por ejemplo, la ineficacia contraproducente de la ley del talión; declarando que Dios no se complace en la observancia del Sábado que desprecia al hombre y lo condena; o cuando ante la mujer pecadora, no la condena, sino que la salva de la intransigencia de aquellos que estaban ya preparados para lapidarla sin piedad, pretendiendo aplicar la Ley de Moisés.

Jesús revoluciona también las conciencias en el Discurso de la montaña abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, “que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. “Misericordia quiero y no sacrificio”» (Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).

Reflexión
Toda esa tremenda legislación se convirtió en una carga demasiado pesada. Los mismos judíos experimentan esta casi insuperable dificultad. Ser un hombre perfecto, como Dios lo quiere, sin estar unido verdaderamente a Dios desde el interior, es una tarea imposible.

Los actos externos, el culto, los ritos y todos los sacrificios, no pueden todo unido llegar al valor de un simple acto de contrición, de una simple y sencilla oración que nace del corazón y que diga: "Señor, ten piedad de mi, porque soy un pecador... un corazón contrito y humillado tú, Oh Dios, no lo desprecias", dice el salmo. Cuántos se habían olvidado de esto en aquellos tiempos, y cuántos hoy pensamos que para tranquilizar la conciencia basta un acto externo, una limosna, o ni siquiera eso... Hemos adaptado tanto a nuestro antojo la ley de Dios que su contenido casi ha desaparecido o nos contentamos con "decir algo a Dios de vez en cuando"...

El camino de una verdadera conversión interior, es el de un leal esfuerzo por interiorizar nuestra experiencia y relación con Él, pero sin dejar de aprovechar las riquezas espirituales de la Iglesia, sobre todo a través de los sacramentos. Ahí encontraremos al Señor siempre que le busquemos. Su espíritu está ahí presente y actúa por encima de las instituciones y de las personas... Yo estaré con vosotros hasta el final del mundo...

Propósito
Cumplir siempre las leyes civiles y de la Iglesia y reflexionar en qué sentido me lleva a vivir más plenamente el amor.

Diálogo con Cristo
Señor, erróneamente existe la tendencia de pensar que así como el agua y el aceite no se mezclan, tampoco lo hacen tus mandamientos y la felicidad. Por eso, con diligencia voy adormilando mi conciencia, y sutilmente hago a un lado todo lo que implique renuncia, esfuerzo, sacrificio. Gracias por recordarme que me ofreces tu gracia y amor para ser fiel siempre a tu ley, que tiene como fundamento el amor.

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