Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre

Ceremonia de izado de bandera en la embajada de EE.UU. en Cuba

Estados Unidos iza la bandera de su embajada en La Habana
John Kerry: "Francisco siempre nos dijo que diéramos vuelta a la página"
El cardenal Ortega le entregó carta del Papa a Obama en reunión secreta
Redacción, 14 de agosto de 2015 a las 18:03
No creo que sea coincidencia que el Santo Padre esté aquí (en La Habana) en los próximos días, y luego visite Washington

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, destacó el papel jugado por el Papa Francisco en el acercamiento entre EE.UU. y Cuba, que culminó hoy con el izado de bandera estadounidense en su embajada en La Habana. "Siempre nos dijo que diéramos vuelta a la página y que iniciemos un proceso de acercamiento. Eso sirvió para que este día llegue, para que nos unamos más", señaló Kerry.

"No creo que sea coincidencia que el Santo Padre esté aquí (en La Habana) en los próximos días, y luego visite Washington", indicó.

"El futuro de Cuba debe ser moldeado por los cubanos", afirmó John Kerry, al participar de la ceremonia de reapertura de la embajada estadounidense en La Habana, donde dijo sentirse "como en casa".

"Los Estados Unidos acogen con beneplácito este nuevo comienzo de su relación con el pueblo y el Gobierno de Cuba, sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo pero es precisamente por ello que debemos empezar en en este mismo instante", afirmó el funcionario en español.

En un discurso antes de izar la bandera estadounidense en la reabierta sede diplomática, Kerry reiteró su llamado al Congreso legislativo de su país a levantar el bloque contra la isla.

"El bloqueo tan solo puede ser retirado por acción del Congreso, un paso que nosotros favorecemos con gran fuerza; por ahora el presidente (Barack Obama) ha tomado pasos para reducir las restricciones sobre las remesas, exportaciones e importaciones, para ayudar a los emprendedores cubanos", indicó.

"Queremos hacer aun más, la meta de todos estos cambios es ayudar a los cubanos a conectarse con el mundo y mejorar sus vidas", agregó.
 
Por otro lado, y tal y como relata Nora Gámez Torres en El nuevo Herald, tres meses antes del histórico anuncio que cambió las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el cardenal cubano Jaime Ortega le entregó al presidente Barack Obama una carta enviada por el Papa Francisco, durante un encuentro secreto que tuvo lugar en la Casa Blanca el 18 de agosto del 2014.

El Papa Francisco envió a Ortega cartas dirigidas a Raúl Castro y a Obama, esta última con la instrucción específica de que debía ser entregada al Presidente en persona. En un breve intercambio en un patio cercano al Rose Garden, el cardenal le entregó a Obama la carta del Papa, en la que el pontífice ofrecía "ayudar de cualquier modo" en las negociaciones con Cuba. Nadie supo de este encuentro porque los datos de Ortega nunca aparecieron en el libro de visitas de la Casa Blanca.

Todo esto, de acuerdo con un artículo de Peter Kornbluh y William Leogrande publicado el miércoles en la revista Mother Jones, que resume un nuevo capítulo de la reedición de Back Channel to Cuba, The Hidden History of Negotiations Between Washington and Havana, de venta en las librerías en octubre.

Kornbluh dirige el proyecto de documentación sobre Cuba del Archivo Nacional de Seguridad, un centro de la Universidad George Washington, y LeoGrande es profesor de Ciencias Políticas de American University. Back Channel to Cuba recoge cinco décadas de diplomacia secreta y diálogos tras bambalinas entre varios presidentes estadounidenses y básicamente, Fidel Castro. El nuevo capítulo recoge las negociaciones secretas (hubo más de una) entre Obama y Raúl Castro. Aquí están algunos de sus argumentos más explosivos:

▪ La idea de involucrar al Papa Francisco en las negociaciones salió de la Casa Blanca, congresistas y cabilderos que buscaban el acercamiento, no del Vaticano.

▪ A partir de la colaboración entre EEUU y Cuba para ayudar a la recuperación de Haití, tras el terremoto del 2010, miembros del equipo de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, sostuvieron negociaciones secretas con funcionarios cubanos sobre la liberación de Alan Gross, el subcontratista de la USAID que fue encarcelado en Cuba en diciembre del 2009. Para septiembre del 2011, los cubanos ya habían propuesto explícitamente canjear a Gross por los cinco espías cubanos de la Red Avispa.

▪ Fueron los negociadores de la Casa Blanca, Ben Rhodes y Ricardo Zúñiga (a quienes Obama encomendó negociar con el gobierno cubano a partir de abril del 2013) quienes propusieron canjear al espía Rolando Sarraf, preso en Cuba, por los restantes miembros de la Red Avispa (René González había sido liberado en el 2011). La idea intentaba destrabar las negociaciones de "un punto muerto": la Casa Blanca no podía canjear a Gross por los espías cubanos porque no consideraba a Gross un espía.

▪ Rhodes y Zúñiga hicieron saber a los cubanos de las intenciones del presidente Obama de relajar las regulaciones sobre viajes y comercio con Cuba durante la reunión final de las negociaciones en el Vaticano en octubre del 2014.

▪ La Casa Blanca mantuvo en la oscuridad al Pentágono acerca de las negociaciones para alcanzar un acuerdo con Cuba. Entre quienes sí sabían de las negociaciones estaban el vicepresidente Joe Biden, el jefe del gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, y Susan Rice, consejera de Seguridad Nacional de la administración Obama. Según los autores, el secretario de Estado, John Kerry, no estuvo al tanto de una reunión secreta de negociaciones que se realizó en junio del 2013, pero se le informó posteriormente.

▪ La Casa Blanca, miembros del Congreso y Trimpa Group, una firma de cabildeo, actuaron mancomunadamente para producir las condiciones que permitieron llegar a un acuerdo con Cuba y presentarlo al público estadounidense sin mayores daños políticos para Obama.

Una funcionaria de la Casa Blanca confirmó a el Nuevo Herald el encuentro entre Ortega y Obama. También que la sugerencia de intercambiar a Sarraf vino del equipo estadounidense "bajo el contexto de que Cuba también estaba realizando concesiones en un número de medidas" y que los cubanos fueron informados de las intenciones de Obama de eliminar restricciones de viaje, comercio y telecomunicaciones, "consistente con el entendimiento mutuo que Cuba iba a liberar a prisioneros políticos al igual que realizar otras concesiones".

Cabildeando al Papa

Kornbluh y LeoGrande alegan que la sugerencia de involucrar al Papa habría venido del congresista Dick Durbin, demócrata por Illinois, en una reunión en septiembre del 2013 en la oficina de Rice. Una funcionaria de la Casa Blanca dijo no tener conocimiento de esta reunión pero señaló que "muchos de los grupos cubanoamericanos estaban sugiriendo que el Vaticano podría estar dispuesto a ayudar en el proceso".

Pero el artículo destaca que el senador Patrick Leahy-quien fue instrumental en la liberación de Gross y, según se ha revelado, en la trama que concluyó con la inseminación artificial de la esposa del espía cubano Gerardo Hernández-envió cartas y mensajes a los cardenales Ortega (La Habana), Theodore McCarrick (Washington) y Sean O'Malley (Boston) en los que los instaba a pedirle al Papa que ayudara a resolver el tema de los prisioneros por cuestiones "humanitarias".

James Williams, actual director del grupo de cabildeo Engage Cuba y en aquel entonces director de políticas públicas de Trimpa Group, confirmó a El Nuevo Herald que estuvo presente en una reunión reseñada en el artículo con el cardenal O'Malley en la catedral Holy Cross en Boston, en marzo del 2014. Durante el encuentro, el ex consejero de Obama, el abogado Gregory B. Craig, entregó la carta de Leahy al cardenal y varios activistas le explicaron al religioso los esfuerzos que se estaban realizando para cambiar la política hacia Cuba.

La Casa Blanca también envió al Vaticano un mensaje sobre el interés de Obama de discutir sobre ese tema en una visita a Roma en marzo. En el Vaticano, "Obama le dijo al Papa lo que estábamos haciendo con Cuba y que sería útil si él jugaba un rol", dijo un funcionario de la Casa Blanca a los autores. Es entonces que el Papa decide enviar las cartas a ambos mandatarios en los que les pide "resolver cuestiones humanitarias de interés común, incluyendo la situación de ciertos prisioneros, para iniciar una nueva fase en las relaciones".

El papel de Hillary Clinton

El capítulo escrito por Kornbluh y Leogrande llena muchas lagunas en relación a cómo el presidente de Estados Unidos, con la ayuda de congresistas y cabilderos logró cambiar una política de cinco décadas. También da a conocer detalles, hasta ahora desconocidos, como las negociaciones secretas que tuvieron lugar cuando Hillary Clinton era secretaria de Estado.

La jefa del equipo de Clinton, Cheryl Mills, y la secretaria adjunta para el Hemisferio Occidental, Julissa Reynosso, se reunieron en secreto con funcionarios cubanos en restaurantes de Puerto Príncipe en Haití, bares de Manhattan y un hotel en Santo Domingo, a partir del 2010 y hasta el 2012.

Kornbluh comentó a El Nuevo Herald que las negociaciones sobre colaboración médica en Haití se enfriaron cuando los cubanos pidieron el fin del Cuban Professional Medical Parole, un programa de visas para médicos y especialistas que abandonan las misiones de colaboración del gobierno cubano en terceros países, pero luego continuaron enfocadas en el tema de los prisioneros.

Las funcionarias se centraron en la liberación de Gross mientras los cubanos pidieron visas para las esposas de dos de los espías cubanos. Eventualmente el Departamento de Estado arregló en secreto las visitas de las esposas de Gerardo Hernández, el jefe de la red, y René González, en el 2010, mientras los cubanos permitieron a Judy Gross visitar a su esposo en el hospital militar donde estaba prisionero.

Pero las conversaciones no fueron mucho más lejos y en mayo del 2012, Clinton recibió un memo de su equipo negociador con la siguiente recomendación: "Tenemos que seguir negociando con los cubanos sobre la liberación de Alan Gross, pero no podemos permitir que esta situación bloquee un avance en las relaciones bilaterales. Los cubanos no van a ceder. O tratamos con los Cuban Five o dejamos esos dos temas fuera".

Conectando los puntos

Además los autores ubican quiénes fueron los principales protagonistas que actuaron para impulsar el acuerdo. En el centro de estos esfuerzos se ubica la firma de lobby Trimpa Group, que recibió una donación de un millón de dólares de Patty Ebrahimi, la esposa de Fred Ebrahimi, antiguo dueño de la compañía de software Quark.

Patty Ebrahimi nació en Cuba y, según comentó Williams, estaba "frustrada de que el gobierno le dijera que no podía viajar" a la isla. Como ya no tenía familiares vivos en Cuba, Ebrahimi sólo podía viajar con las restricciones impuestas por las regulaciones de los "viajes pueblo a pueblo".

Williams dijo a El Nuevo Herald que la campaña montada por Trimpa tuvo otros donantes, pero no reveló más detalles. También aclaró que el grupo "asesora a los donantes, que quieren ver progreso en determinados temas y crea una estrategia política para ellos. Conectamos donantes con causas pero no pagamos directamente o damos el dinero".

No obstante, Trimpa Group sí financió los estudios de opinión realizados por John Anzalone, encuestador de Obama, el Atlantic Council y FIU sobre el tema cubano.

Williams dijo a Kornbluh y LeoGrande que las encuestas tenían la intención de "mostrar amplio apoyo al cambio" y "dar voz a la mayoría silente". En otro fragmento del artículo, los autores describen las encuestas como un intento del Grupo Trimpa de "reforzar" el argumento de que "no habría retroceso para los demócratas en la Florida si Obama cambiaba su política hacia Cuba".

Según el artículo, el lobby montado por Trimpa contrató además a Luis Miranda, ex director de comunicación de la Casa Blanca para medios hispanos, y creó la organización #CubaNow, que presionó para el cambio de política y el levantamiento del embargo.

"#CubaNow fue una creación del Trimpa Group", alegan los autores del artículo, una descripción que su director ejecutivo, Ric Herrero, considera "no es del todo adecuada" ya que está ausente la conexión cubanoamericana.

"#CubaNow existe gracias a donantes y activistas cubanoamericanos que estaban cansados de nuestra fallida política de embargo. Ellos querían ver a nuestro gobierno abrazar una nueva aproximación hacia Cuba, enfocada en empoderar al pueblo cubano y avanzar los intereses de EEUU y contrataron a experimentados estrategas como Trimpa, yo y otros para construir una campaña y hacerlo posible", declaró Herrero a El Nuevo Herald.

Antes de convertirse en el director ejecutivo de Cuba Now, Herrero se desempeñaba como vicedirector ejecutivo del Cuba Study Group, otra organización sin fines de lucro compuesta por empresarios cubanoamericanos que abogan por el acercamiento con Cuba.
Herrero y Williams ahora dirigen juntos el grupo de acción política New Cuba Pac, que continúa abogando en el Congreso por eliminar las restricciones de viaje y comercio con Cuba.

La arquidiócesis de la Habana declinó comentar sobre el viaje de Ortega a la Casa Blanca. El Departamento de Estado y el Vaticano tampoco respondieron a peticiones de comentario sobre esta historia.

Evangelio según san Mateo 19, 3-12 


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? Él les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? Él le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer –no hablo de prostitución- y se casa con otra, comete adulterio. Los discípulos le replicaron: Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse. Pero Él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos. El que pueda con esto, que lo haga.



Oración introductoria


Señor, quiero encontrarme contigo en este momento de oración, esperando tener la docilidad de corazón para no convertir esta meditación en un interrogatorio, en exigencias, en quejas o para pedirte lo que creo necesitar. ¡Ven Espíritu Santo!



Petición


Jesús, ayúdame a nunca ser duro de corazón.



Meditación del Papa Francisco

Jesús responde, preguntándoles qué decía la ley y explicando porque Moisés ha hecho así esa ley. Pero no se para ahí: de la casuística va al centro del problema y aquí va precisamente a los días de la Creación. Es tan bonita esa referencia del Señor: ‘Desde el inicio de la Creación, Dios les hizo hombre y mujer, por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos se convertirán en una sola carne. Así ya no son dos, sino una sola carne’.

Y Dios no quería el hombre solo, lo quería con su compañera de camino. Es el inicio del amor: ir juntos como una sola carne. […] Esta es la historia de amor, ¡esta es la historia de la obra maestra de la Creación! Y delante de este recorrido de amor, de este icono, la casuística cae y se convierte en dolor. Pero cuando este deja al padre y a la madre para unirse a una mujer, hacerse una sola carne e ir adelante y este amor falla, porque muchas veces falla, debemos sentir el dolor del fracaso, acompañar a esas personas que han tenido este fracaso en el amor. ¡No condenar! ¡Caminar con ellos! Y no hacer casuística con su situación. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 28 de febrero de 2014, en Santa Marta).

Reflexión


¿Qué pensaría Jesús de todos los que hoy aprueban el divorcio? Como en aquella ocasión, les ayudaría a entender qué es realmente el matrimonio y luego les enseñaría a defenderlo contra todos los ataques.

El matrimonio cristiano no es sólo una convivencia entre un hombre y una mujer que se quieren. Es mucho más. Es un sacramento, es decir, algo sagrado y querido por Dios. Luego es compartir un proyecto de vida para alcanzar la felicidad en esta vida. Pero si no hay proyecto, si no hay amor verdadero, si los hijos son un estorbo y no una alegría... ¿qué tipo de matrimonio es ese? Seguramente conocerás alguna pareja que haya dejado morir el amor, por pura rutina, por no saber que el matrimonio es una experiencia cargada de pequeños detalles, de gestos: un regalo, una sonrisa, una comida inesperada, una oración en familia... ¡Hay tantos medios para caldear el amor en el matrimonio!

Lo que Dios ha unido no debe separarse, porque un divorcio, en lugar de traer paz, trae mayor amargura y dolor, destrozando también la felicidad que merecen los hijos. Es siempre mejor intentar sacar adelante los problemas familiares que sucumbir ante ellos. Además contamos con la ayuda de Dios y de los consejeros que ha puesto a nuestra disposición (un sacerdote, una religiosa, un catequista, etc.)



Propósito


Concretar algunos medios para propiciar la oración familiar: bendecir los alimentos, reflexionar el Evangelio del domingo, rezar el rosario, ir a misa juntos, peregrinación a un santuario mariano, etc.



Diálogo con Cristo


Jesús, concédeme vivir la auténtica caridad fraterna, especialmente con mi familia y amigos. Que nos ayudemos unos a otros a vivir santamente y a perseverar en nuestra vocación cristiana.

San Maximiliano Kolbe

Presbítero y Mártir, 14 de agosto

"No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos"
(Jn 15, 13).

Martirologio Romano: Memoria de san Maximiliano María (Raimundo) Kolbe, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que fue fundador de la Milicia de María Inmaculada. Deportado a diversos lugares de cautiverio, finalmente, en el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, se ofreció a los verdugos para salvar a otro cautivo, considerando su ofrecimiento como un holocausto de caridad y un ejemplo de fidelidad para con Dios y los hombres (1941).

Breve Biografía

Maximiliano María Kolbe nació en Polonia el 8 de enero de 1894 en la ciudad de Zdunska Wola, que en ese entonces se hallaba ocupada por Rusia. Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial.



A los 13 años ingresó en el Seminario de los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov, la cual a su vez estaba ocupada por Austria. Fue en el seminario donde adoptó el nombre de Maximiliano. Finaliza sus estudios en Roma y en 1918 es ordenado sacerdote.



Devoto de la Inmaculada Concepción, pensaba que la Iglesia debía ser militante en su colaboración con la Gracia divina para el avance de la fe católica. Movido por esta devoción y convicción, funda en 1917 un movimiento llamado "La Milicia de la Inmaculada" cuyos miembros se consagrarían a la bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los medios moralmente válidos, por la construcción del Reino de Dios en todo el mundo. En palabras del propio San Maximiliano, el movimiento tendría: "una visión global de la vida católica bajo una nueva forma, que consiste en la unión con la Inmaculada.

"

Verdadero apóstol moderno, inicia la publicación de la revista mensual "Caballero de la Inmaculada", orientada a promover el conocimiento, el amor y el servicio a la Virgen María en la tarea de convertir almas para Cristo. Con una tirada de 500 ejemplares en 1922, en 1939 alcanzaría cerca del millón de ejemplares.




En 1929 funda la primera "Ciudad de la Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów a 40 kilómetros de Varsovia, que con el paso del tiempo se convertiría en una ciudad consagrada a la Virgen y, en palabras de San Maximiliano, dedicada a "conquistar todo el mundo, todas las almas, para Cristo, para la Inmaculada, usando todos los medios lícitos, todos los descubrimientos tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones.

"

En 1931, después de que el Papa solicitara misioneros, se ofrece como voluntario y viaja a Japón en donde funda una nueva ciudad de la Inmaculada ("Mugenzai No Sono") y publica la revista "Caballero de la Inmaculada" en japonés ("Seibo No Kishi").



En 1936 regresa a Polonia como director espiritual de Niepokalanów, y tres años más tarde, en plena Guerra Mundial, es apresado junto con otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Es liberado poco tiempo después, precisamente el día consagrado a la Inmaculada Concepción. Es hecho prisionero nuevamente en febrero de 1941 y enviado a la prisión de Pawiak, para ser después transferido al campo de concentración de Auschwitz, en donde a pesar de las terribles condiciones de vida prosiguió su ministerio.



En Auschwitz, el régimen nazi buscaba despojar a los prisioneros de toda huella de personalidad tratándolos de manera inhumana e inpersonal, como un simple número: a San Maximiliano le asignaron el 16670. A pesar de todo, durante su estancia en el campo nunca le abandonaron su generosidad y su preocupación por los demás, así como su deseo de mantener la dignidad de sus compañeros.



La noche del 3 de agosto de 1941, un prisionero de la misma sección a la que estaba asignado San Maximiliano escapa; en represalia, el comandante del campo ordena escoger a diez prisioneros al azar para ser ejecutados. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos.



San Maximiliano, que no se encontraba entre los diez prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio, y San Maximiliano es condenado a morir de hambre junto con los otros nueve prisioneros. Diez días después de su condena y al encontrarlo todavía vivo, los nazis le administran una inyección letal el 14 de agosto de 1941.



Es así como San Maximiliano María Kolbe, en medio de la más terrible adversidad, dio testimonio y ejemplo de dignidad. En 1973 Pablo VI lo beatifica y en 1982 Juan Pablo II lo canoniza como Mártir de la Caridad. Juan Pablo II comenta la influencia que tuvo San Maximiliano en su vocación sacerdotal: "Surge aquí otra singular e importante dimensión de mi vocación. Los años de la ocupación alemana en Occidente y de la soviética en Oriente supusieron un enorme número de detenciones y deportaciones de sacerdotes polacos hacia los campos de concentración. Sólo en Dachau fueron internados casi tres mil. Hubo otros campos, como por ejemplo el de Auschwitz, donde ofreció la vida por Cristo el primer sacerdote canonizado después de la guerra, San Maximiliano María Kolbe, el franciscano de Niepokalanów." (Don y Misterio).



San Maximiliano nos legó su concepción de la Iglesia militante y en febril actividad para la construcción del Reino de Dios. Actualmente siguen vivas obras inspiradas por él, tales como: los institutos religiosos de los frailes franciscanos de la Inmaculada, las hermanas franciscanas de la Inmaculada, así como otros movimientos consagrados a la Inmaculada Concepción. Pero sobretodo, San Maximiliano nos legó un maravilloso ejemplo de amor por Dios y por los demás.



Con motivo de los veinte años de la canonización del padre Maximiliano Kolbe (10 de octubre de 1982), los Frailes Menores Conventuales de Polonia abrieron el archivo de Niepokalanow (Ciudad de la Inmaculada, a 50 kilómetros de Varsovia), construido por el mismo mártir de Auschwitz. Entre los manuscritos del santo, destaca la última carta que escribió y que acaba con besos a su madre. Una carta que refleja una ternura que no aparecía en otros escritos, y que hace pensar que el sacrificio con el que ofreció la vida voluntariamente en sustitución de un condenado a muerte fue algo que maduró a lo largo de su vida. Este es el texto del escrito: «Querida madre, hacia finales de mayo llegué junto con un convoy ferroviario al campo de concentración de Auschwitz. En cuanto a mí, todo va bien, querida madre. Puedes estar tranquila por mí y por mi salud, porque el buen Dios está en todas partes y piensa con gran amor en todos y en todo. Será mejor que no me escribas antes de que yo te mande otra carta porque no sé cuánto tiempo estaré aquí. Con cordiales saludos y besos, Raimundo Kolbe».



Juan Pablo II, un año después de su elección, en Auschwitz, dijo: «Maximiliano Kobe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida». La expresión remite a unas palabras escritas por el padre Kolbe unas semanas antes de que los nazis invadieran Polonia (1 de septiembre de 1939): «Sufrir, trabajar y morir como caballeros, no con una muerte normal sino, por ejemplo, con una bala en la cabeza, sellando nuestro amor a la Inmaculada, derramando como auténtico caballero la propia sangre hasta la última gota, para apresurar la conquista del mundo entero para Ella. No conozco nada más sublime».



Los radioaficionados lo consideran su santo patrón, ya que San Maximiliano durante 30 años estuvo activo con el indicativo SP3RN.

Santos Antonio Primaldo y ochocientos compañeros

Mártires, 14 de agosto

Firmes en la fe

Martirologio Romano: En Otranto, en la Apulia (Italia), santos mártires, ochocientos en número. Llegada una incursión de soldados otomanos, se les conminó a renegar de su fe, pero exhortados por San Antonio Primaldo, un anciano tejedor, a perseverar en la fe de Cristo, recibieron la corona del martirio al ser decapitados. († 1480)



Fecha de canonización: 12 de mayo de 2013 por el Papa Francisco.

Breve Biografía
 
Antonio Primaldo es el único del que ha sido trasmitido el nombre. Los otros compañeros suyos de martirio son ochocientos desconocidos pescadores, artesanos, pastores y agricultores de una pequeña ciudad, cuya sangre, hace cinco siglos, fue esparcida sólo porque eran cristianos.



La ejecución en masa tiene un prólogo, el 29 de julio de 1480. Son las primeras horas de la mañana: desde las murallas de Otranto comienza a distinguirse en el horizonte haciéndose cada vez más visible una flota compuesta de 90 galeras, 15 mahonas y 48 galeotas, con 18 mil soldados a bordo. La armada es guiada por el bajá Agometh; quien está a las órdenes de Mahoma II, llamado Fatih, el Conquistador, o sea el sultán que en 1451, apenas a los 21 años, había ascendido a jefe de la tribu de los otomanos, que a su vez se había impuesto sobre el mosaico de los emiratos islámicos un siglo y medio antes.


En 1453, guiando un ejército de 260 mil turcos, Mahoma II había conquistado Bizancio, la «segunda Roma», y desde ese momento cultivaba el proyecto de expugnar la «primera Roma», la Roma verdadera, y de transformar la basílica de San Pedro en establo para sus caballos.



En junio del 1480 juzga maduro el tiempo para completar la obra: quita el asedio a Rodi, defendida con coraje por sus caballeros, y dirige la flota hacia el mar Adriático. La intención es tocar tierra en Brindisi, cuyo puerto es amplio y cómodo: desde Brindisi proyecta ascender por Italia hasta alcanzar la sede del papado. Pero un fuerte viento contrario obliga las naves a tocar tierra 50 millas más al sur, y a desembarcar en una localidad llamada Roca, a algunos kilómetros de Otranto.



Otranto era -y es- la ciudad más oriental de Italia. La importancia de su puerto la había hecho asumir el rol de puente entre oriente y occidente, consolidado en el plano cultural y político por la presencia de un importante monasterio de monjes basilianos, el de san Nicola en Casole, del que hoy restan un par de columnas en el camino que conduce a Leuca.



Cuando desembarcaron los otomanos, la ciudad pudo contar con una guarnición de sólo 400 hombres armados, y para esto los capitanes de la guarnición se apresuraron a pedir ayuda al rey de Nápoles, Ferrante de Aragón, enviándole una misiva.



Circundado por el asedio, el castillo, dentro de cuyas murallas se habían refugiado todos los habitantes del barrio, el bajá Agometh, a través de un mensajero, propone que se rindan con condiciones ventajosas: si no resisten, los hombres y las mujeres serán dejados libres y no recibirán ninguna injuria. La respuesta llega de uno de los notables de la ciudad, Ladislao De Marco: hace saber que si los asediantes quieren Otranto deberán tomarla con las armas.



Al embajador se le ordena no regresar más, y cuando llega el segundo mensajero con la misma propuesta de que se rindan, es atravesado por las flechas. Para despejar toda equivocación, los capitanes toman las llaves de las puertas de la ciudad y en modo visible, desde una torre, las lanzan al mar, en presencia del pueblo. Durante la noche, buena parte de los soldados de la guarnición se descuelga de los muros de la ciudad con sogas y escapa. Para defender Otranto quedan sólo sus habitantes.



El asedio que sigue es un martilleo: las bombardas turcas derriban la ciudad, centenares de gruesas piedras (muchas son todavía hoy visibles por las calles del centro histórico de la ciudad). Después de quince días, al amanecer del 12 de agosto, los otomanos concentran el fuego contra uno de los puntos más débiles de las murallas, abren una brecha, irrumpen en las calles, masacran a quien se le ponga a tiro, llegan a la catedral, en la cual muchos se han refugiado. Derriban la puerta y se esparcen en el templo, alcanzan al arzobispo Stefano, que estaba con los atuendos pontificales y con el crucifijo en mano. A ser intimado de no nombrar más a Cristo, ya que desde aquel momento mandaba Mahoma, el arzobispo responde exhortando a los asaltantes a la conversión, y por esto se le corta la cabeza con una cimitarra.



Así lo cuenta Saverio de Marco en la "Compendiosa historia de los ochocientos mártires de Otranto" publicada en el 1905:



«En número de cerca ochocientos fueron presentados al bajá que tenía a su lados a un cura miserable, nativo de Calabria, de nombre Giovanni, apostata de la fe. Este empleó su satánica elocuencia con el fin de persuadir a los cristianos que, abandonando a Cristo abrasaran el islamismo, seguros de que la buena gracia de Agometh, quien los habría dejado con vida, con el sostenimiento y todos los bienes de los que gozaban en la patria; en caso contrario serían todos asesinados. Entre aquellos héroes hubo uno de nombre Antonio Primaldo, sastre de profesión, avanzado de edad, pero lleno de religión y de fervor. Este respondió a nombre de todos: «Todos queremos creer en Jesucristo, Hijo de Dios, y estar dispuestos a morir mil veces por Él´".



Agrega el primero de los cronistas, Giovanni Michele Laggetto, en la «Historia de la guerra de Otranto del 1480» transcrita de un antiguo manuscrito y publicada en 1924:



«Y volteándose a los cristianos Primaldo dijo estas palabras: ‘Hermanos míos, hasta hoy hemos combatido en defensa de nuestra patria y para salvar la vida y por nuestros gobernantes terrenos; ahora es tiempo de que combatamos para salvar nuestras almas para el Señor, el cual habiendo muerto por nosotros en la cruz conviene que muramos nosotros por Él, permaneciendo seguros y constantes en la fe, y con esta muerte terrena ganaremos la vida eterna y la gloria del martirio’. A estas palabras comenzaron a gritar todos a una sola voz con mucho fervor que querían mil veces morir con cualquier tipo de muerte antes que renegar de Cristo».



Agometh decreta la condena a muerte de todos los ochocientos prisioneros. A la mañana siguiente estos son conducidos con sogas al cuello y con las manos atadas a la espalda, a la colina de la Minerva, pocos cientos de metros fuera de la ciudad. Sigue escribiendo De Marco:



«Repitieron todos la profesión de fe y la generosa respuesta dada antes; por ello el tirano ordenó que se procediese a la decapitación y, antes que a los otros, fuese cortada la cabeza al viejo Primaldo, que le resultaba muy odioso, porque no dejaba de hacer de apóstol entre los suyos, más aún, antes de inclinar la cabeza sobre la roca, afirmaba a sus compañeros que veía el cielo abierto y los ángeles animando; que se mantuvieran fuertes en la fe y que mirasen el cielo ya abierto para recibirlos. Dobló la frente, se le cortó la cabeza, pero el cuerpo se puso de pie: y a pesar de los esfuerzos de los asesinos, permaneció erguido inmóvil, hasta que todos fueron decapitados. El prodigio evidentemente estrepitoso habría sido una lección para la salvación de aquellos infieles, si no hubieran sido rebeldes a la luz que ilumina a todo hombre que vive en el mundo. Un solo verdugo, de nombre Berlabei, valerosamente creyó en el milagro y, declarándose en alta voz cristiano, fue condenado a la pena del palo».



Canonización S.S. Benedicto XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto con el cual se reconoce la curación de una seria forma de cáncer que tenía Sor Francesca Levote, monja profesa de las Hermanas Pobres de Santa Clara; milagro atribuido a la intercesión de este grupo de mártires, el cual permitió su canonización.



A finales de los años ‘70s Sor Francisca sufrió un tumor maligno en “un estado muy avanzado”, los médicos de la época la sometieron a la intervención quirúrgica de acuerdo a las normas de entonces, pero hoy día ese tipo de intervención sería impensable, porque se conoce que solo consigue propagar la metástasis, es decir, que el cáncer se extienda por todo el cuerpo.



La religiosa clarisa sufrió metástasis pero se encomendó a los mártires y milagrosamente sanó y pudo dar fe de ello durante treinta años hasta 2012, cuando murió a los 84 años de edad.

Los ancianos, una bendición

Reflexiones dolor y la muerte

La misericordia y la ternura de Dios, es un gran consuelo espiritual y nos permitirá descubrir nuevamente el amor y bondad en todos los días de nuestra vida.

Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net

Fragmento del discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió 18 de septiembre de 2010 en el asilo para ancianos St. Peter’s Residence, en Lambeth, Gran Bretaña.



Mis queridos hermanos y hermanas
(...)


 Puesto que los avances médicos y otros factores permiten una mayor longevidad, es importante reconocer la presencia de un número creciente de ancianos como una bendición para la sociedad. Cada generación puede aprender de la experiencia y la sabiduría de la generación que la precedió. En efecto, la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud.



Por su parte, la Iglesia ha tenido siempre un gran respeto por los ancianos. El cuarto mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te ha mandado» (Deut 5,16), está unido a la promesa, «que se prolonguen tus días y seas feliz en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Ibid). Esta obra de la Iglesia por los ancianos y enfermos no sólo les brinda amor y cuidado, sino que también Dios la recompensa con las bendiciones que promete a la tierra donde se observa este mandamiento. Dios quiere un verdadero respeto por la dignidad y el valor, la salud y el bienestar de las personas mayores y, a través de sus instituciones caritativas en el Reino Unido y otras partes, la Iglesia desea cumplir el mandato del Señor de respetar la vida, independientemente de su edad o circunstancias.



Como dije al inicio de mi pontificado: «Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» (Homilía en el solemne inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma, 24 de abril 2005). La vida es un don único, en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y Dios es el único para darla y exigirla. Puede que se disfrute de buena salud en la vejez; aun así, los cristianos no deben tener miedo de compartir el sufrimiento de Cristo, si Dios quiere que luchemos con la enfermedad. Mi predecesor, el Papa Juan Pablo II, sufrió de forma muy notoria en los últimos años de su vida. Todos teníamos claro que lo hizo en unión con los sufrimientos de nuestro Salvador. Su buen humor y paciencia cuando afrontó sus últimos días fueron un ejemplo extraordinario y conmovedor para todos los que debemos cargar con el peso de la avanzada edad.



En este sentido, estoy entre vosotros no sólo como un padre, sino también como un hermano que conoce bien las alegrías y fatigas que llegan con la edad. Nuestros largos años de vida nos ofrecen la oportunidad de apreciar, tanto la belleza del mayor don que Dios nos ha dado, el don de la vida, como la fragilidad del espíritu humano. A quienes tenemos muchos años se nos ha dado la maravillosa oportunidad de profundizar en nuestro conocimiento del misterio de Cristo, que se humilló para compartir nuestra humanidad.



A medida que el curso normal de nuestra vida crece, con frecuencia nuestra capacidad física disminuye; con todo, estos momentos bien pueden contarse entre los años espiritualmente más fructíferos de nuestras vidas. Estos años constituyen una oportunidad de recordar en la oración afectuosa a cuantos hemos querido en esta vida, y de poner lo que hemos sido y hecho ante la misericordia y la ternura de Dios. Ciertamente esto será un gran consuelo espiritual y nos permitirá descubrir nuevamente su amor y bondad en todos los días de nuestra vida.



Con estos sentimientos, queridos hermanos y hermanas, me complace aseguraros mi oración por todos vosotros, y pido vuestras oraciones por mí. Que Nuestra Señora y su esposo San José intercedan por nuestra felicidad en esta vida y nos obtengan la bendición de un tránsito tranquilo a la venidera.



¡Que Dios os bendiga a todos!

 

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