«Como ovejas entre lobos»

Evangelio según San Mateo 10,16-23. 

Jesús dijo a sus apóstoles: Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.  Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre." 

San Cipriano (c. 200-258), obispo de Cartago y mártir De las ventajas de la paciencia, 13.16

«Como ovejas entre lobos»

Saludable es el precepto de Nuestro Señor y Maestro: «El que persevere hasta el fin se salvará» Y dice además: «Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31). Queridos hermanos, es necesario perseverar y soportar. Así, seguros de la esperanza de la verdad y de la libertad, podremos llegar a esta verdad y a esta libertad, porque si somos cristianos es por obra de la fe y de la esperanza. Pero para que la esperanza y la fe puedan dar sus frutos, es necesaria la paciencia... 

Que nadie se mantenga en la impaciencia, ni se deje abatir en el camino del Reino, distraído y vencido por las tentaciones. No jurar, no maldecir, no reclamar lo que nos han quitado a la fuerza, poner la otra mejilla, perdonar a los hermanos su yerros, amar a los enemigos y orar por os que nos persiguen: ¿cómo llegar a hacer todo esto si no se está firme en la paciencia y la tolerancia? Es lo que vemos que hizo Esteban... No pide la venganza, sino el perdón para sus asesinos: «¡Señor, no les tengas en cuenta su pecado!» (Hec. 7, 59). Así el primer mártir de Cristo... no fue solamente el predicador de la pasión del Señor sino que le imitó en su extrema paciencia. Cuando en nuestro corazón habita la paciencia, no hay cabida en él para la cólera, la discordia y la rivalidad. La paciencia de Cristo quita todo esto para construir en su corazón una morada pacífica en la que el Dios de la paz se complace en habitar.

Adriano III, Santo CIX Papa, 8 de julio

Martirologio Romano: En Spilamberto, de la Emilia, tránsito del papa san Adriano III, que con gran empeño buscó la reconciliación de la Iglesia de Constantinopla con la de Roma, pero, afectado de una grave enfermedad, murió santamente en un viaje a las Galias (885).

Fecha de canonización: culto confirmado el 2 de junio de 1891 por el Papa León XIII
Breve Biografía

San Adriano sucedió al Papa Marino I en el año 884, durante una época particularmente tumultuosa de la historia del pontificado.

El nuevo Pontífice adoptó al rey de Francia, Carlomán, por hijo espiritual y tomó medidas para impedir que el obispo de Nimes siguiese molestando a los monjes de la abadía de Saint Giles.

También se dice que castigó con una severidad digna de sus crímenes al antiguo cortesano, Jorge del Aventino, y a la rica viuda de otro cortesano que había sido asesinado en el atrio de San Pedro.


Como es bien sabido, en la Roma de fines del siglo IX se cometieron crímenes horribles. El año 885, el emperador Carlos el Gordo invitó a San Adriano a una dieta reunida en Worms. Ignoramos qué razones tenía para invitar especialmente al Papa; en todo caso, el emperador no llegó a ver cumplidos sus deseos, pues San Adriano enfermó durante el viaje y murió en Módena, en julio o en septiembre.

Fue sepultado en la iglesia abacial de San Silvestre de Nonántola. El pontificado de San Adriano duró catorce o dieciséis meses; lo poco que sabemos sobre él, no nos proporciona ningún detalle sobre su santidad personal, pero lo cierto es que, desde su muerte, empezó a venerársele como santo en Módena.

Su culto fue confirmado en 1891. Durante el breve pontificado de San Adriano III, Roma se vio asolada por la carestía y el Papa hizo cuanto estuvo en su mano por aliviar los sufrimientos del pueblo. Flodoardo, el cronista de la diócesis de Reims, le alaba como padre de sus hermanos en el episcopado.

Nueva instrucción a los apóstoles

Mateo 10, 16-23. Tiempo Ordinario. Basta con tener fe para evangelizar al mundo.

Reflexión:
La evangelización del mundo y las sociedades no sólo está reservada a los sacerdotes y las monjas. Es un llamado de Cristo para todos los católicos bautizados, es decir para nosotros. Cristo pone en nuestras manos las armas más eficaces para la evangelización del mundo: el Evangelio, el testimonio de vida, la felicidad verdadera que da la amistad y el auténtico seguimiento de Cristo cumpliendo con la Santa Misa dominical, comulgando y aplicando lo que nos dice Jesús en su Evangelio. Sin embargo nos advierte que no será fácil. Que el mundo es hostil, que seremos perseguidos. Eso es verdad. Y como muestra tenemos todo lo que sufre el Santo Padre.

¿Y por qué dificultades? Porque la naturaleza del hombre es una naturaleza caída a causa del pecado original y gracias a esto el hombre tiende a preferir el mal, los vicios, el placer, etc., en vez de vivir la virtud. Sí. Será difícil, pero no hay por qué preocuparse. Dios lo sabe solucionar todo. En este pasaje Cristo dice que enviará al Espíritu Santo a hablar por nosotros y por tanto no tenemos nada que temer. Basta con tener fe. Fe en que Cristo cumplirá su palabra al cien por cien. Que nuestro consuelo sea este: que Cristo es siempre fiel. En todos los aspectos. Por tanto, adelante con nuestro compromiso de evangelizar al mundo. Y si hay problemas, en vez de descorazonarnos hay que alegrarnos porque eso es el signo de que estamos obrando bien y por Cristo, que estamos predicando su Reino y no los criterios de mundo. Cristo es siempre fiel. Basta tener fe en Él.

Propósito
Hoy ofreceré mi comunión y una oración por los misioneros.

Dialogo con Jesús
Señor tu me conoces, no permitas que me estacione en mi vida cómoda, ayudame señor. Que mi pensamiento y mi actuar sean los mismos. Que el amor me guie en todo momento. Permíteme señor vivir tu mensaje de fe y esperanza.

¨Quien tiene esperanza vive de otra manera, se le ha dado una vida nueva´. Benedicto XVI

La oración del "NO SÉ" un modo sencillo de rezar
Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo.

La oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque es Dios el que toma la iniciativa y a nosotros nos toca responder. Es difícil porque nos gustaría "saber" muchas cosas en esta relación con Dios, pero con humildad tenemos que reconocer que no sabemos. Pero es precisamente en este "no saber" donde encontramos una gran riqueza si dejamos que Jesús nos hable...

Les presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando nuestras debilidades.

1. Mi alma le dice a Jesús: no sé, y Jesús le contesta a mi alma...

Mi alma: no sé qué decir...

Jesús: es que no tienes que decir nada, tan sólo escucha.

Mi alma: no sé cómo comenzar...

Jesús: es que no hay que comenzar lo que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.

Mi alma: no sé cómo entrar en presencia de Dios...

Jesús: me tienes dentro, busca bien, eres templo de Dios, haz silencio

Mi alma: no sé qué hacer en la oración...

Jesús: no tienes que hacer nada, sino dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.

Mi alma: no sé cómo escuchar...

Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada


2. La oración del no sé en algunos personajes del Nuevo Testamento

Magdalena: no sé perdonarme...

Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad, porque eres hija de un Rey.

Tomás: no sé cuál es el camino...

Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.

Felipe: no sé quién es el Padre, no lo veo...

Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su agrado.

Pedro: no sé caminar sobre el agua...

Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si quitas tu mirada, te hundirás.

Samaritana: no sé dónde puedo saciar mi sed...

Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida eterna.

Lázaro: no sé cómo asumir el dolor y la muerte...

Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá para siempre.

Zaqueo: no sé cómo llenar el vacío de mi vida...

Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.

Juan: no sé permanecer de pie junto a la cruz sin sentirme desfallecer...

Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.

Marta: no sé qué hacer con mis cansancios y preocupaciones...

Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no necesito que hagas mucho sino que ames mucho.

Buen ladrón: no sé cómo reparar mi daño, devolver lo que he robado...

Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.

3. Ejercicio para la oración:
Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría.

Nosotros no sabemos Él es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.

Nos quiere enriquecer y por eso: "si quieres saber algo, no quieras saber algo en nada" (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)

Francisco: "Las bodas de Caná el primer signo de la misericordia de Jesús"

El Papa Francisco destaca que las bodas de Caná son el primer milagro de Jesús y también el primer signo de su misericordia.

Ciudad del Vaticano (AICA): “Las bodas de Caná son mucho más que una simple narración del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él cuida el secreto de su persona y el fin de su venida: el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el misterio pascual. En estas bodas Jesús liga a sí a sus discípulos con una alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia¨, aseguró el papa Francisco en su catequesis durante la audiencia general. Asimismo, destacó el ¨bello testimonio¨ de un grupo de parejas que estaban presentes en la Plaza San Pedro para celebrar cincuenta años de matrimonio.

El papa Francisco centró su catequesis del miércoles en el pasaje de las bodas de Caná, y destacó que la transformación en vino el agua de las tinajas es “el primer signo de la misericordia que realizó Jesús”. 

"La Virgen nos dice: 'Haced lo que Él os diga'. Es su herencia", aseguró ante los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, y agregó: “La Iglesia es la familia de Jesús, sobre la que vierte su amor". 

El pontífice planteó tres consecuencias pastorales de ese pasaje evangélico: "En Caná, los discípulos se convierten en la familia de Jesús", las palabras de María sobre Jesús: “Haced lo que Él os diga” y la alegría de las bodas, en las que no puede faltar el vino, porque "los novios pasarían vergüenza". 

Antes de comenzar la catequesis, saludó a un grupo de parejas que celebran cincuenta años de matrimonio, y consideró que eso “sí que es el vino bueno de la familia. La suya es un testimonio que los nuevos esposos y los jóvenes deben aprender. Es un bello testimonio. Gracias por su testimonio”. 

“Las bodas de Caná son mucho más que una simple narración del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él cuida el secreto de su persona y el fin de su venida: el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el misterio pascual. En estas bodas Jesús liga a sí a sus discípulos con una alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. ¡A estas bodas todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo no faltará más!”, concluyó. 

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 
Antes de comenzar la catequesis, quisiera saludar a un grupo de parejas – ahí al final – que celebran cincuenta años de matrimonio. ¡Aquello sí que es el vino bueno de la familia! La suya es un testimonio que los nuevos esposos – que saludare después – y los jóvenes deben aprender. Es un bello testimonio. Gracias por su testimonio. Después de haber comentado algunas parábolas de la misericordia, hoy nos detenemos en uno de los primeros milagros de Jesús, que el evangelista Juan llama “signos”, porque Jesús no los hizo para suscitar maravilla, sino para revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos es narrado justamente por Juan (2,1-11) y se cumplió en Caná de Galilea. Se trata de una especie de “puerta de ingreso”, en el cual se han esculpido palabras y expresiones que iluminan el entero misterio de Cristo y abren el corazón de los discípulos a la fe. Veamos algunos. 

En la introducción encontramos la expresión «Jesús también fue invitado con sus discípulos» (v. 2). A aquellos que Jesús ha llamado a seguirlo, los ha ligado a sí en una comunidad y ahora, como una única familia, son invitados todos a la boda. Dando inicio a su ministerio público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué cosa hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual Jesús nos ha ligado a sí. Y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se encuentran, se buscan, se hallan, se celebran y se aman: exactamente como el amado y la amada del Cantar de los Cantares. Todo lo demás viene como consecuencia de esta relación. La Iglesia es la familia de Jesús en el cual se vierte su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere donar a todos. 

En el contexto de la Alianza se comprende también la observación de la Virgen: «No tienen vino» (v. 3). ¿Cómo es posible celebrar las bodas y hacer fiesta si falta aquello que los profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico (Cfr. Am 9,13-14; Jo 2,24; Is 25,6)? El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Es una fiesta de bodas en la cual falta el vino; los nuevos esposos pasan vergüenza, sienten vergüenza y se avergüenzan de esto. Pero imaginen terminar una fiesta de bodas bebiendo te; sería una vergüenza. El vino es necesario para la fiesta. Transformando en vino el agua de las tinajas destinadas «a los ritos de purificación de los Judíos» (v. 6), Jesús realiza un signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría. Como dice en otro pasaje el mismo Juan: «La Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (1,17). 

Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el cuadro nupcial de Caná: «Hagan todo lo que él les diga» (v. 5). Es curioso: son sus últimas palabras reportadas en los Evangelio: son la herencia que nos entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos nosotros: «Hagan todo lo que él les diga». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es bello! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las promesas de la alianza: «Estamos decididos a poner en práctica todo lo que ha dicho el Señor» (Ex 19,8). Y en efecto en Caná los sirvientes obedecen. «Jesús dijo a los sirvientes: Llenen de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete. Así lo hicieron» (vv. 7-8). En estas bodas, de verdad viene estipulada una Nueva Alianza y a los servidores del Señor, es decir a toda la Iglesia, le es confiada la nueva misión: «Hagan todo lo que él les diga». Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra. Es la recomendación simple pero esencial de la Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de nosotros, sacar de las tinajas equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida. Entonces, junto al encargado del banquete que ha probado el agua convertida en vino, también nosotros podemos exclamar: «Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento» (v. 10). Si, el Señor continúa reservando aquel vino bueno para nuestra salvación, así como continua brotando del costado atravesado del Señor. 

La conclusión de la narración suena como una sentencia: «Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él» (v. 11). Las bodas de Caná son mucho más que una simple narración del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él cuida el secreto de su persona y el fin de su venida: el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el Misterio pascual. En estas bodas Jesús liga a sí a sus discípulos con una alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. ¡A estas bodas todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo no faltará más! Gracias.

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