Un tesoro escondido

Evangelio según San Mateo 13,44-46. 

Jesús dijo a la multitud: 
"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. 
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró." 

San Pedro Julián Eymard, presbítero y fundador

San Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual fue primeramente sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Adorador eximio del misterio eucarístico, instituyó dos nuevas congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y difundir la piedad 

fecha: 2 de agosto
fecha en el calendario anterior: 3 de agosto
n.: 1811 - †: 1868 - país: Francia
canonización: B: Pío XI 12 jul 1925 - C: Juan XXIII 9 dic 1962
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Pedro Julián nació en un pueblito de la diócesis francesa de Grénoble, llamado Mure d'Isére, en el año 1811. En la misma diócesis ocurrieron las apariciones de la Virgen en La Salette.   Trabajó con su padre en su fábrica de cuchillos y mas tarde en una prensa de aceite, hasta que cumplió 18 años. En sus horas libres estudiaba latín y recibía clases de un sacerdote de Grénoble, con quien también trabajo por un tiempo.  En 1831 entra en el seminario de Grénoble y en tres años es ordenado sacerdote.   En sus primeros cinco años de sacerdote sirvió en una parroquia en Chatte y Monteynard. Luego pidió permiso al obispo para ingresar en la Congregación de los Maristas. El obispo le concede diciendo: "La mejor prueba de estima que puedo dar a esa congregación es permitir a un sacerdote como vos ingresar en ella". Al terminar su noviciado, Pedro Julián fue nombrado director espiritual del seminario menor de Belley y mas tarde fue elegido provincial de Lyon en 1845.  

El centro de su vida espiritual había sido siempre la devoción al Santísimo Sacramento. El santo decía: "Sin El, perdería yo mi alma". El santo nos relata una experiencia extraordinaria en una procesión de Corpus Christi, mientras llevaba al Santísimo en sus manos: "Mi alma se inundó de fe y de amor por Jesús en el Santísimo Sacramento. Las dos horas pasaron como un instante. Puse a los pies del Señor a la Iglesia de Francia, al mundo entero, a mi mismo. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, como si mi corazón fuese un lagar. Hubiese yo querido en ese momento que todos los corazones estuvieran con el mío y se incendiaran con un celo como el de San Pablo".  

Hizo una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fourviéres en 1851: "Me obsesionaba la idea de que no hubiese ninguna congregación consagrada a glorificar al Santísimo Sacramento, con una dedicación total. Debía existir esa congregación ... Entonces prometí a María trabajar para ese fin. Se trataba aún de un plan muy vago y no me pasaba por la cabeza abandonar la Compañía de María...¡Que horas tan maravillosas pasé ahí! ".  

Fue aconsejado por sus superiores a no tomar ninguna decisión hasta que su proyecto estuviera más maduro. Después de 4 años en la Seyne, alentado por los mismos fundadores de los Maristas, Pío IX y el venerable Juan Colin, decide salir de la Compañía de María para fundar la nueva Congregación de Sacerdotes adoradores del Santísimo Sacramento, en 1856. Presenta su plan al Monseñor Sibour, Arzobispo de París. Recibió la aprobación de Mons. Sibour a los 12 días.  

Pedro Julián junto con un compañero se instaló en la casa que el mismo Monseñor puso a su disposición. El 6 de enero de 1857, en la capilla de la casa, Julián por primera vez expuso el Santísimo Sacramento y predicó en la nueva congregación.   El Padre Eymard tuvo que enfrentar muchas críticas por haberse salido de la Compañía de María y sufrió oposición a su obra. El Santo les decía: "No comprenden la obra y creen que hacen bien en oponerse a ella. Ya sabía yo que la obra iba a ser perseguida. ¿Acaso el Señor no fue perseguido durante su vida?".  

Muchos eran los llamados, pero pocos los escogidos. Los P.P. de Cuers y Champion fueron los primeros miembros de la Congregación. El progreso fue lento y con muchas dificultades. Tuvieron que cambiar de casa. En 1858 consiguieron una capillita en el suburbio de Saint-Jacques. El P. Eymard llamó a ese lugar "la capilla de los milagros" porque por 9 años, el Señor se derramó allí en abundancia. El Santísimo se exponía 3 veces por semana. El siguiente año, Pío IX emitió un breve en alabanza a la congregación.  

Se abre la segunda casa en Marsella y la tercera en Angers en 1862. Para entonces habían suficientes miembros para establecer un noviciado regular. Los sacerdotes rezan el oficio divino en coro y ejercen ministerios pastorales. Su principal misión es la adoración del Santísimo Sacramento, en lo cual ayudan los hermanos legos.  

El P. Eymard funda la congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento en 1852, también dedicadas a la adoración perpetua y a propagar el amor al Señor. También funda la Liga Eucarística Sacerdotal cuyos miembros se comprometen a una hora diaria de oración ante el Santísimo.   Trabajar con los sacerdotes y religiosas no fue su único objetivo. Funda la "Obra de Adultos", organización que se dedica a preparar a hombres y mujeres adultos para la primera comunión cuando por razón de edad o trabajo no podían asistir a la catequesis parroquial.  

Organizó la Archicofradía del Santísimo Sacramento que luego el derecho canónico ordena establecer en todas las parroquias. Escribió varias obras sobre la Eucaristía que han sido traducidas a varios idiomas.   Muchos lo consideraban un verdadero santo, se le notaba en todo: en su vida diaria llena de obras y virtudes, en especial el amor, y en sus dones sobrenaturales. Tenía visiones proféticas, adivinaba los pensamientos y leía los corazones.  

San Juan Bautista Vianney lo conoció personalmente y dijo de él: "Es un santo. El mundo se opone a su obra porque no la conoce, pero se trata de una empresa que logrará grandes cosas por la gloria de Dios. ¡Adoración Sacerdotal, que maravilla! ... Decid al P. Eymard que pediré diariamente por su obra".   En sus últimos años de vida, el P. Eymard tuvo una gota reumática, padecía de insomnio y otras tantas enfermedades. A sus sufrimientos se añadían innumerables dificultades.  

Una vez dejó ver el desaliento que sufría, según escribe el P. Mayet en 1868: "Nos abrió su corazón y nos dijo: 'Estoy abrumado bajo el peso de la cruz, aniquilado, deshecho'. Necesitaba el consuelo de un amigo, ya que, según nos explicó: 'Tengo que llevar la cruz totalmente solo para no asustar o desalentar a mis hermanos' ".   Presentía su muerte. Su hermana le pidió en febrero que fuera con mas frecuencia a Mure, el le dijo: "Volveré mas pronto de lo que imaginas".

El P. Eymard fue a visitar a sus amigos y penitentes, hablándoles como si fuese la última vez que los veía. El 21 de febrero el Padre Eymard salió de Grénoble rumbo a la Mure. Por el intenso calor y cansancio, llega casi sin conocimiento y con un ataque de parálisis parcial.   Muere el 1 de agosto. Antes de finalizar ese año ocurren varios milagros en su tumba. En 1895 la Santa Sede confirmó la Congregación "in perpetuum".  

El Padre Eymard es beatificado en 1925 y es canonizado el 9 de diciembre de 1962 por S.S. Juan XXIII.  J.M. Lambert, Colección Les Saints (1925).

Oremos  

Señor Dios, que llenaste el corazón de San Pedro Julián con un gran amor a los sagrados misterios del Cuerpo y Sangre de tu Hijo, concédenos recibir de cada eucaristía una abundante fortaleza espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, doctora de la Iglesia Carta 145

Un tesoro escondido

La esposa [del Cantar] de los Cantares dice que, al no encontrar a su Amado en el lecho, se levantó para buscarle por la ciudad, pero en vano; y que en cuanto salió de la ciudad, encontró al que amaba su alma... (Ct 3,1-4). Jesús no quiere que encontremos en el reposo su presencia adorable; él se esconde... ¡Y qué melodía  para mi corazón ese silencio de Jesús...! Él se hace pobre para que nosotras podamos darle limosna, nos tiende la mano como un mendigo, para que cuando aparezca en su gloria el día del juicio, pueda hacernos oír aquellas dulces palabras: «Venid vosotros, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve enfermo y en la cárcel y me socorristeis» (Mt 25, 34-36). El mismo Jesús que pronunció estas palabras es quien busca nuestro amor, quien lo mendiga... Se pone, por así decirlo, a nuestra merced. No quiere tomar nada sin que se lo demos. 

Jesús es un tesoro escondido, un bien inestimable que pocas almas saben encontrar porque está escondido, y el mundo ama lo que brilla. ¡Ah!, si Jesús quisiera mostrarse a todas las almas con sus dones inefables, ciertamente ni una sola alma los desdeñaría. Pero él no quiere que le amemos por sus dones: él mismo quiere ser nuestra recompensa. 

Para encontrar una cosa escondida, hay que esconderse también uno mismo. Nuestra vida ha de ser, pues, un misterio. Tenemos que parecernos a Jesús, al Jesús cuyo rostro estaba escondido (Is 53,3)... Jesús te ama con un amor tan grande, que, si lo vieras, caerías en un éxtasis de felicidad..., pero no lo ves y sufres. ¡Pronto Jesús se levantará para salvar a todos los mansos y humildes de la tierra»...! (Sl 75,10).

¿Cómo obtener indulgencia plenaria hoy y mañana?

San Francisco de Asis: Indulgencia plenaria de la Porciúncula

Cada año todos los fieles que visiten una iglesia franciscana en cualquier lugar del mundo desde el mediodía de hoy, 1 de agosto, y todo el 2 de agosto, podrán obtener la llamada indulgencia plenaria de la Porciúncula.

Este don requiere además las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y la oración por las intenciones del Papa.

En declaraciones para ACI Prensa, el Hno. Gonzalo Cateriano, exprovincial de los Franciscanos Capuchinos en el Perú, resaltó el "gran deseo de San Francisco de Asís de que todas las almas se salven" y que los fieles "con piedad y devoción" reciban la indulgencia cumpliendo las disposiciones de la Iglesia.

Señaló además que "antiguamente era muy difícil que la Iglesia conceda indulgencias" ya que solo se obtenían en peregrinación a algunos lugares como Tierra Santa, por tanto es un gran regalo que San Francisco obtuvo por su amor a las almas.

"Ahora el Perdón de Asis se puede obtener en todas las iglesias franciscanas del mundo desde la víspera de la fiesta central" e invitó que todas las personas se acerquen para recibirla.

La concesión de la Indulgencia de la Porciúncula se dio en 1216, cuando San Francisco partió para Perusa junto al hermano Maseo para ver al Papa Honorio III, luego que una noche anterior el mismo Cristo y la Virgen rodeados de ángeles se le habían aparecido en la capilla de Santa María de los Ángeles en Asís.

En este aparición, el santo le pidió al Señor le concediese una indulgencia a cuantos visitasen la Iglesia dedicada a la Virgen bajo la advocación de María de los Ángeles. El Señor aceptó y le ordenó que se dirigiese a Perusa, para obtener del Papa el favor deseado. El Santo Padre concedió la gracia.

En 1966 el Papa Pablo VI publicó la Carta Apostólica "Sacrosancta Portiunculae ecclesia" con ocasión del 750º aniversario de la concesión de la indulgencia de la Porciúncula, donde expresó que "la institución de esta indulgencia sea celebrado de manera que verdaderamente la Porciúncula sea aquel lugar santo donde se consigue el perdón total y se hace estable la paz con Dios".

Además refiriéndose a las peregrinaciones que los fieles realizan hacia el lugar, indicó que "quiera Dios que la peregrinación, transmitida durante siglos, a la iglesia de la Porciúncula, que Nuestro mismo Predecesor Juan XXIII emprendió con ánimo piadoso, no termine sino que más bien crezca continuamente la multitud de los fieles que acuden aquí al encuentro con Cristo rico en misericordia y con su Madre, que intercede siempre ante él".

La pequeña iglesia conocida como Porciúncula que San Francisco de Asís dedicó a Santa María de los Ángeles, se encuentra dentro de la gran Basílica que lleva el mismo nombre de esta advocación mariana. La Basílica data de los siglos XVI y XVII.

Esta iglesia fue la segunda morada del santo y de sus primeros hermanos, así como el lugar donde la tarde del 3 de octubre de 1226, San Francisco falleció. Aquí también el Domingo de Ramos de 1211 San Francisco recibió la consagración de Santa Clara, dando origen a las clarisas.

Renuncia necesaria para alcanzar el Reino de los cielos

Santo Evangelio según San Mateo 13,44-46. XVII Miércoles de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, por darme de nuevo la oportunidad de estar contigo. Éste es el mejor momento que tengo y por ello te lo quiero dedicar por entero. Tú me conoces y sabes todo lo que necesito. Dame aquello que sea lo mejor para mí y que sea tu voluntad. Bien sabes cuánto te amo. Quisiera amarte más y por ello te pido que aumentes mi amor. Dame una fe que me permita descubrir tu presencia y tu acción en mi vida y jamás permitas que me separe de Ti.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Hace poco que he meditado en este pasaje y de nuevo me lo presentas en la liturgia porque tu palabra siempre nos habla y puede decirnos cosas nuevas.

Me puedo detener esta vez a considerar el hecho de que la persona que encuentra el tesoro en el campo lo vuelve a esconder. Es extraño hacer esto, pues te arriesgas al peligro de que otro lo encuentre y se lo lleve. ¿No era más sencillo sacar el tesoro, llevárselo y luego comprar el campo?

Es que quieres hablarme de la importancia de la renuncia. Tú no quieres ser en mi vida un tesoro más de los que tengo. Tú quieres ser mi único tesoro. Hablas de volver a esconder porque poseerte implica todo un camino de trabajo, de esfuerzos y de luchas. No es fácil vender todo si no se ha encontrado el tesoro que abarque más que todo lo que tengo. Es necesario descubrirte, contemplar tu valor y ello me dará las fuerzas para renunciar a lo que sea, por Ti.

Podría también pensar que ese campo es el cielo. Ese lugar que está esperándome y que me has ido a preparar. A lo mejor ya te he encontrado en mi vida y he contemplado tu belleza, tu riqueza, tu inmenso valor; pero sólo hasta que obtenga ese campo podré disfrutarte. Una cosa es ver la persona amada sólo en las fotos, en una video llamada o recibir sus cartas y regalos; otra muy distinta es estar junto a ella, tocarle, darle un abrazo, un beso, recibir una caricia. Eso es lo que me espera en el cielo. Pero, mientras tanto, ya que he vislumbrado el precio de este tesoro, de este campo, debo poner todo de mí para obtenerlo.

En este mismo ámbito de la renuncia veo al comerciante de perlas. Es obvio que habría de tener en su posesión muchas perlas. Ellas eran la materia prima de su trabajo. Pero al encontrar la perla más valiosa que había visto, vende todas las perlas, vende el negocio, vende las demás sucursales y compra la perla. Renuncia. No hace un préstamo o hipotecas para comprar la perla fina y conservar las demás. Vende todo cuanto tiene.

Ayúdame, Señor, a descubrir el gran valor que tienes en mi vida. O por lo menos a desear que seas Tú el único tesoro, la única perla por la que valga la pena toda renuncia, todo sacrificio. Sé que no es fácil una vez encontrado el tesoro vender todo para alcanzarlo, pero sé que con tu gracias todo lo puedo. Señor, que Tú seas mi tesoro, que Tú seas mi única perla.

Para encontrarlo [a Jesús] hay que ir allí, donde Él está: es necesario reclinarse, abajarse, hacerse pequeño. El Niño que nace nos interpela: nos llama a dejar los engaños de lo efímero para ir a lo esencial, a renunciar a nuestras pretensiones insaciables, a abandonar las insatisfacciones permanentes y la tristeza ante cualquier cosa que siempre nos faltará. Nos hará bien dejar estas cosas para encontrar de nuevo en la sencillez del Niño Dios la paz, la alegría, el sentido luminoso de la vida.

(Homilía de S.S. Francisco, 24 de diciembre de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré renunciar a algo que me impida acercarme cada vez más a Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Como un tesoro escondido...

Vende todo lo que tienes, aquello que te impida acercarte a Cristo. 

Mateo 13, 44-52

«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. «¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.» Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.» 

Reflexión

En una ocasión, un gran rey cruzaba el desierto. Lo seguían sus ministros. De pronto, uno de los camellos se desplomó a tierra y se rompió el baúl que cargaba en su joroba. Una lluvia de joyas, perlas preciosas y diamantes se desparramó sobre la ardiente arena. El rey dijo a sus ministros:

– “Señores, yo sigo adelante. Ustedes, si quieren, pueden quedarse aquí. Todo lo que recojan, será suyo”. Y continuó su viaje sin parpadear, pensando que ya nadie lo seguiría. Al cabo de un rato, se da cuenta de que alguien viene detrás de él. Vuelve la mirada hacia atrás y ve que es uno de sus ministros. El rey le pregunta:

– “¿Qué no te importan las perlas y diamantes de tu rey? Podrías ser rico toda tu vida...”

Y el ministro replica:

– “Me importa más mi rey que todas las perlas de mi rey”.

Esta bella historia del poeta persa Firdusi podríamos aplicarla perfectamente al Evangelio que hoy nos ofrece el Señor para nuestra meditación: “El Reino de los cielos –nos dice– se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo”.

Entre ambos relatos hay algunas diferencias: en la primera narración el ministro “deja” los tesoros de su amo; mientras que en la segunda, el hombre de la parábola “compra” el campo para adquirir el tesoro que ha encontrado. Parecería, según esto, que ambas narraciones resultan contrapuestas entre sí. Pero, no obstante estas variantes, el contenido de fondo es bastante semejante. Trataré de explicarme.

Lo que nuestro Señor quiere resaltar con la parábola del tesoro escondido –como también con la otra parábola que viene a continuación, la del mercader de perlas finas– no es tanto el objeto material del tesoro escondido, sino la decisión fundamental de estos dos hombres de dejar todo para llegar a poseer ese tesoro de incalculable valor que han encontrado. “Va a vender todo lo que tiene –nos dice Cristo– para comprar aquel campo”. Este es el mensaje esencial de la parábola: vender todo para poder comprar todo. Aquí está precisamente el punto de convergencia con el cuento persa: también el ministro deja sus perlas para quedarse con lo verdaderamente importante, que es su rey.

A la luz de esta última historia comprendemos que el tesoro escondido de nuestra parábola no es algo material, sino que es Cristo mismo, nuestro Rey supremo: importa infinitamente más el Señor de las cosas que las cosas del Señor. En efecto, todos los teólogos y biblistas católicos afirman con unanimidad que el Reino de los cielos del que Cristo nos está hablando en estas parábolas es ÉL mismo. El centro de su mensaje es su Persona. ¡Él es el único y verdadero tesoro de nuestro corazón!

Bernal Díaz del Castillo, en su “Historia de la conquista de la Nueva España”, nos narra que el capitán Hernán Cortés, cuando desembarcó con sus hombres y puso pie en el continente americano, quemó todas las naves. El mensaje era clarísimo: había que acabar con todo lo que significara una huida, un retorno al pasado o la posibilidad de una marcha atrás. No había escapatorias. La única opción posible era ir hacia adelante.

Es el mismo mensaje que Cristo nos da en el Evangelio de hoy: no hay marcha atrás. Hay que “quemar” todo, “vender” todo para comprar ese tesoro escondido. Desafortunadamente, hoy en día son muy pocos los cristianos que están dispuestos a “quemar” las naves de sus seguridades personales o a “vender” todas sus posesiones con tal de alcanzar a Cristo.
¡Cuántos hoy en día se llaman “buenos cristianos”, pero siguen aferrados como lapas a su propio egoísmo y vanidad, y no quieren prescindir de sus frenéticos apegos a las riquezas, a las comodidades, a la vida fácil y a los placeres mundanos! Es mil veces más sencillo arrancar una concha o un erizo de un acantilado marino que mover su voluntad de sus apegos desordenados. Y lo peor de todo es que muchas veces estas cosas conducen al hombre al pecado, no porque sean malas en sí mismas, sino porque es tal la ambición con la que se vive que le impiden acercarse a Dios y abrir el alma a su gracia redentora.

Es ésta la lógica “paradójica” del Evangelio: llorar para reír, sufrir para ser feliz, dejar que te persigan para entrar en el Reino de los cielos, morir para vivir, vender todo para poseerlo todo... ¡Así es el Evangelio: una paradoja que conduce a la felicidad y a la vida eterna! San Pablo, que bien sabía de estas cosas, y no por oídas sino por experiencia personal, así lo expresa: “lo que tenía por ganancia, lo considero ahora por Cristo como pérdida, y aun todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo tengo por basura con tal de ganar a Cristo” (Fil 3, 7-8). Ésta es la ley cristiana del “perder todo para ganarlo todo”.“El que pierda su vida por mí, la encontrará”.

Hoy Cristo también está hablando con el mismo amor a tu alma. No le cierres tus entrañas. Escúchalo. Déjalo entrar en tu corazón y dale una respuesta pronta y generosa. No tengas miedo. Él está contigo y te da las fuerzas necesarias para responder con amor a su llamada. ¿Qué es lo que tú tienes que vender? ¡Ve, pues, lleno de alegría, a vender todo lo que tienes –aquello que te impida acercarte a Cristo– y compra ese campo que esconde el maravilloso tesoro, que es Jesucristo mismo!

Jóvenes:"Hay que arriesgarse y comprometerse"

Mensaje con motivo de un encuentro nacional de jóvenes que se desarrolla estos días en Aparecida 

Que sean capaces de “arriesgarse y comprometerse” en “la construcción de una nueva sociedad, impregnando con la fuerza del Evangelio los ambientes sociales, políticos, económicos y universitarios”.

Este es el deseo que el Papa Francisco ha expresado en un Mensaje con motivo de un encuentro nacional de jóvenes que se desarrolla estos días en Aparecida(Brasil) y con el que se quiere conmemorar los 300 años de la imagen de Nuestra Señora de las aguas de Rio Paraíba do Sul.

Además, el Obispo de Roma les pide que “no tengan miedo de luchar contra la corrupción y no se ¡dejen seducir por ella!”.

“La Virgen María es un precioso ejemplo para la juventud y una ayuda en el recorrer el camino de la vida. Para que ustedes puedan percibir esta verdad, no son necesarias grandes reflexiones: basta contemplar la imagen de la Madre Aparecida, durante la peregrinación que harán a su Santuario Nacional”, escribe el Papa a los jóvenes.

El Pontífice recuerda que “yo mismo hice esta experiencia, cuando estuve allí en 2007, con ocasión de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y, después en 2013, durante la JMJ en Río de Janeiro”.

Allí “pude descubrir en la mirada tierna y maternal de la Virgen morena, y en los ojos de la gente sencilla que la contemplaba, el secreto de la esperanza que mueve al pueblo brasileño a enfrentar con fe y coraje los desafíos de cada día”.

“También pude contemplar la fuerza revolucionaria de una Madre cariñosa que mueve el corazón de sus hijos a salir de sí mismos con gran ímpetu misionero,como ustedes lo hicieron durante la semana misionera, que acaban de concluir en el Valle del Paraíba”.

El Santo Padre, en su Mensaje, da una palabra de aliento a los jóvenes ante las “incertidumbres e inseguridades de cada día” así como “en medio de la precariedad que las situaciones de injusticia crean alrededor de ustedes” y los invita a tener “una certeza”: “María es un signo de esperanza que les animará con un gran impulso misionero”.

“Ella conoce los desafíos en que ustedes viven. Con su atención y acompañamiento materno, les hará percibir que no están solos”.

“Confiados en el Señor, cuya presencia es fuente de vida en abundancia, y bajo el control manto de María, ustedes pueden redescubrir la creatividad y la fuerza para ser protagonistas de una cultura de alianza y así generar nuevos paradigmas que vengan a pautar la vida de Brasil”, dice también.

10 tipos de hombre con los que una mujer cristiana no debe casarse

Las mujeres dicen que les cuesta encontrar a buenos chicos cristianos, maduros y listos para el matrimonio... y están tentadas de ir con otros peores

J. Lee Grady es articulista y antiguo editor de la revista protestante "Charisma Magazine", la más leída en Estados Unidos por lectores pentecostales y protestantes carismáticos.

Al acercarse la fiesta de San Valentín publicó un artículo titulado “10 Men Christian Women Should Never Marry” ("Diez hombres con los que las mujeres cristianas jamás deberían casarse"). El resultado asombró a los responsables de la revista porque el artículo se hizo viral en Internet: lo leyeron más de 2 millones de personas, y de hecho 1,5 millones lo reenviaron o compartieron en la red en pocos días.

Steve Strang, el fundador y responsable final de la revista, comenta que cuando el artículo llevaba tan "sólo" 300.000 reenvíos, uno de los editores le dijo que probablemente se había difundido no sólo en Facebook sino también en agregadores de noticias "mundanas", quizá con comentarios jocosos. Pero no había forma de demostrarlo.

Sin embargo, en la web de "Charisma Magazine" se escribieron 1.200 comentarios sobre el artículo, y no eran de gente sin fe ni bromistas o burlones. Casi todos eran personas cristianas seriamente preocupadas por la importancia del matrimonio. Y el articulista cuenta que al difundirse su artículo recibió "toneladas de mensajes privados, la mayoría de mujeres buscando consejo porque se habían casado con alguno de los tipos de hombre con los que yo avisaba que no debían casarse. Ningún bromista mundano me contactó".

Así que Strang saca una conclusión: "Es como si hubiese un deseo profundo entre los cristianos, decepcionados por tantas personas por adicciones, divorcio, estándares rebajados... que resuena cuando una figura paternal como Lee dice a las mujeres cosas que su padre o su pastor les debería haber dicho".

J. Lee Grady empieza su artículo señalando que en su casa han criado cuatro hijas de las que tres se han casado, y que quiere a sus yernos, "que obviamente Dios escogió para que encajasen en los temperamentos y personalidad de cada una de ellas".

Pero la experiencia de Lee es que muchas jóvenes cristianas que quieren casarse no encuentran al hombre adecuado y se impacientan, incluso si buscan sólo en ambientes cristianos. "Se preguntan si queda algún chico cristiano decente en algún lugar. Empiezan a plantearse si deben ponerse menos exigentes para encontrar pareja".

Lee da su consejo: "¡No aceptes nada por debajo de lo que Dios pide! Estás mejor soltera que con el tipo equivocado".

Y a continuación da una lista de 10 tipos equivocados "que deberías evitar al buscar un marido".

1. El no creyente
"Escribe 2 Corintios 6,14 en un post-it junto a tu ordenador en el trabajo. Dice: “No os atéis a los no creyentes, porque ¿qué tienen en común la justicia y la impiedad, qué compañerismo hay entre la luz y la oscuridad?" Esta no es una norma religiosa caducada, es la Palabra de Dios para ti hoy.

Lee es muy exigente: según él, no basta con que el candidato se ofrezca a acompañar a la chica a la iglesia. Y las "citas misioneras", dice, "nunca son buena estrategia".

Más aún, Lee especifica que "si el hombre no es un cristiano nacido de nuevo, táchalo de tu lista. No es bueno para ti. Aún he de encontrar a una mujer cristiana que no se arrepintiese de casarse con un no creyente".

2. El mentiroso
"Si descubres que el hombre con el que estás saliendo te ha mentido acerca de su pasado, o que siempre está borrando su rastro para esconderte secretos, corre hacia la salida más próxima. El matrimonio debe construirse sobre el cimiento de la confianza".

3. El playboy
"Me gustaría poderte decir que si encuentras a un tipo majo en la iglesia puedes considerar que vive la pureza sexual. Pero no es el caso hoy. He oído historias de horror de solteros que apoyan el equipo de adoración del domingo, pero son Casanovas el resto de la semana. Si te casas con un tipo que iba de cama en cama antes de la boda, ten por seguro que irá de cama en cama tras la boda".

4. El que no cuida su familia anterior
J. Lee afirma que "hay muchos cristianos firmes que vivieron en su pasado un fracaso matrimonial. Desde su divorcio han experimentado cómo el Espíritu Santo les restauraba y ahora quieren volver a casarse. Los segundos matrimonios pueden ser muy felices".

[Desde un punto de vista católico, esto podría aplicarse a viudos, a hombres en uniones civiles no sacramentales y a quienes tuvieron una unión matrimonial nula;los católicos -al contrario que los protestantes- no admiten que se vuelva a casar un hombre que ante Dios está unido a otra mujer en una unión que Cristo decreta como indisoluble].

Aquí la precaución viene de cómo ha tratado este hombre a su familia anterior, a sus hijos con otras mujeres. "Si descubres que el hombre con el que sales no ha cuidado a sus hijos de relaciones anteriores, has descubierto un fallo fatal. Un hombre que no paga sus errores ni apoya a sus hijos anteriores no te va a tratar responsablemente", dice el articulista.

5. El adicto
"Los hombres que van a la iglesia y tienen adicción al alcohol o las drogas han aprendido a esconder sus problemas, pero no deberías esperar a la luna de miel para descubrir que es un borracho. Nunca te cases con un hombre que se niega a recibir ayuda contra su adicción. Insístele en que busque ayuda profesional y aléjate de él. Y no caigas en una relación codependiente, en la que él dice que te necesita para estar sobrio. Tú no puedes cambiarle."

6. El gandul
Una amiga de Lee descubrió, después de casarse, que su nuevo marido no tenía ninguna gana de encontrar un trabajo serio y que su plan consistía en estar en casa jugando a videojuegos mientras su esposa trabajaba y pagaba las facturas. Un hombre que no está dispuesto a trabajar no merece una esposa cristiana. Lee recuerda 2 Tesalonicenses 3,10: "Quien no está dispuesto a trabajar, que no coma".

7. El narcisista
"Deseo sinceramente que encuentres un chico que sea apuesto. Pero cuidado: si tu novio pasa 6 horas al día en el gimnasio y publica con regularidad fotos de sus biceps en Facebook tienes un problema".

"Puede que sea ´mono´, pero un hombre tan centrado en su apariencia y sus propias necesidades nunca podrá amarte sacrificialmente, como Cristo ama a la Iglesia [Efesios 5,25]. El hombre que siempre se busca a sí mismo en el espejo no se fijará en ti".

8. El abusador
"Los hombres con tendencias abusadoras no pueden controlar la ira cuando hierve en su interior. Si el hombre con el que sales tiene tendencia a levantar la mano sobre ti o sobre otros no te sientas tentada a racionalizar su comportamiento. Él tiene un problema, y si te casas con él tendrás que navegar en ese campo minado evitando detonar más explosiones. Los hombres iracundos dañan a las mujeres, a veces verbalmente, otras físicamente. Encuentra un hombre gentil".

9. El infantil
Lee previene contra "un tipo que aún vive con sus padres a los 35 años. Si su madre aún le hace la comida, la limpieza y le plancha la ropa, puedes estar segura de que está atascado en un bucle temporal emocional. Te buscas problemas si crees que puedes ser esposa de un chico que no ha crecido. Retrocede y, como amiga, anímale a que encuentre un mentor que le ayude a madurar".

No sabemos si Lee diría esto mismo si viviese en España, donde el 56% de los adultos entre 30 y 34 años están en paro, por lo que muchos han vuelto a vivir con sus padres. Con la crisis económica y de vivienda en España la edad de independización de los jóvenes está en los 30 años. Muchos que viven con sus padres por razones económicas pueden ser perfectamente maduros.

10. El maniático del control
"Hay algunos hombres cristianos que creen en la superioridad masculina, que citan las Escrituras y suenan muy espirituales, pero tras su fachada de autoridad marital esconden una inseguridad profunda y un orgullo que puede convertirse en abuso espiritual. En 1 Pedro 3,7 se pide a los maridos tratar a sus esposas como iguales". [La cita, que tomamos de la nueva Biblia de la Conferencia Episcopal Española, dice: ´Los maridos en la convivencia con la mujer, sabiendo que ella es más delicada, demuestren estima hacia ellas como coherederas que son también de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo´].

"Si el hombre con el que sales te habla despreciativamente, hace comentarios insultantes contra las mujeres y desprecia tus dones espirituales, márchate ya. él sólo busca poder. Las mujeres que se casan con maniáticos del control religiosos acaban a menudo en una pesadilla de depresión".

Conclusión final
El artículo que se ha reenviado una y otra vez por Internet finaliza con un consejo: "Si eres una mujer de Dios, no entregues tus derechos de nacimiento espirituales casándote con un tipo que no te merece. Tu decisión más inteligente en la vida es esperar a un hombre que realmente esté entregado en Jesús".

Un tema de debate podría ser hasta qué punto esta clasificación y estos consejos pueden aplicarse también en ámbitos católicos y en países de lengua española.Animar a las mujeres a "esperar" suena distinto en Estados Unidos, donde la media de edad a la que se casan las mujeres es a los 27 años, mientras que en España las chicas se casan, como media, a los 33 años. Y los hombres españoles, a los 36.

 

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