Si muere, da mucho fruto

Evangelio según San Juan 12,24-26. 

Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. 
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. 
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. 

Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir

San Lorenzo, diácono y mártir

Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir, que fervientemente deseoso, como cuenta san León Magno, de compartir la suerte del papa Sixto II en su martirio, al recibir del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, él, festivamente, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundante dinero. Tres días más tarde, por la fe de Cristo venció el suplicio del fuego, y el instrumento de su martirio se convirtió en distintivo de su triunfo. Su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Campo Verano, conocido desde entonces por su nombre.

Pocos mártires hay en la Iglesia tan famosos como san Lorenzo. Los más ilustres padres latinos celebraron sus alabanzas y, como dice san Máximo «toda la Iglesia se une para cantar al unísono, con gran gozo y devoción, el triunfo del mártir». Era Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo de gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y en la distribución de limosnas a los pobres. El año 257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los cristianos y, al año siguiente, fue arrestado y decapitado el papa san Sixto II. San Lorenzo le siguió en el martirio cuatro días después. Esto es todo lo que sabemos de cierto sobre la vida y muerte del santo; pero la piedad cristiana ha aceptado y consagrado los detalles que nos proporcionan san Ambrosio, el poeta Prudencio y otros autores. Sin embargo, hemos de confesar que desgraciadamente existen razones de peso para dudar de la verdad histórica de hechos tan conmovedores como la forma de muerte que sufrió el santo y el reparto de los bienes de la Iglesia.

Según dichas tradiciones, cuando el papa san Sixto se dirigía al sitio de la ejecución, san Lorenzo iba junto a él y lloraba. «¿A dónde vas sin tu diácono, padre mío?», le preguntaba. El Pontífice respondió: «No pienses que te abandono, hijo mío, pues dentro de tres días me seguirás». Lorenzo se regocijó mucho al saber que Dios le llamaría pronto a Sí. Inmediatamente fue en busca de todos los pobres, viudas y huérfanos y les repartió todo el dinero que tenía; también vendió los vasos sagrados y les regaló el producto de la venta. Cuando el prefecto de Roma lo supo, se imaginó que los cristianos escondían grandes tesoros y decidió descubrirlos, pues adoraba la plata y el oro tanto como a Júpiter y a Marte.

Inmediatamente mandó llamar a san Lorenzo y le dijo: «Vosotros, los cristianos, os quejáis con frecuencia de que os tratamos con crueldad. Pero hoy no se trata de suplicios; simplemente quiero hacerte unas preguntas. Me han dicho que vuestros sacerdotes emplean patenas de oro, que beben la Sangre sagrada en cálices de plata y que los cirios de los sacrificios nocturnos están en candelabros de oro. Tráeme esos tesoros, pues el emperador los necesita para mantener sus ejércitos y tu doctrina te manda dar al César lo que es del César. No creo que tu Dios mande acuñar monedas de oro, pues lo único que trajo al venir al mundo fueron palabras. Así pues, entréganos el dinero y quédate con las palabras». San Lorenzo replicó sin inmutarse: «La Iglesia es, en verdad, muy rica y todos los tesoros del emperador no igualan lo que ella posee. Te voy a mostrar los tesoros más valiosos; pero para ello necesito que me des un poco de tiempo, a fin de poner las cosas en orden y hacer el inventario». El prefecto no comprendió a qué tesoros se refería Lorenzo y, al pensar que ya tenía en sus manos las riquezas escondidas, quedó satisfecho con la respuesta del diácono y le concedió tres días de plazo.

En el intervalo, Lorenzo recorrió toda la ciudad en busca de los pobres a los que la Iglesia sostenía. Al tercer día, reunidos ya en gran números, los separó en distintas filas: los decrépitos, los ciegos, los baldados, los mutilados, los leprosos, los huérfanos, las viudas y las doncellas. En seguida, fue en busca del prefecto para invitarle a ver los tesoros de la Iglesia. El prefecto, atónito ante aquella multitud de pacientes y miserables, se volvió furioso hacia Lorenzo y le preguntó qué significaba aquello y dónde estaban los tesoros. Lorenzo respondió: «¿Por qué te enojas? Estos son los tesoros de la Iglesia». El prefecto se enfureció todavía más y exclamó: «¿Te estás burlando de mí? Sábete que nadie se burla impunemente de las insignias del poder romano. Yo sé muy bien que lo que buscas es que te condene a muerte, pues eres loco y vanidoso; pero no vas a morir tan pronto como quisieras, sino que vas a morir pedazo a pedazo». Inmediatamente mandó disponer una gran parrilla sobre el fuego para que el santo se asara lentamente. Los verdugos desnudaron a Lorenzo y le ataron sobre la parrilla, donde empezó a quemarse a fuego lento. Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un resplandor hermosísimo y respiraron el fragante perfume que despedía su cuerpo; pero los perseguidores no vieron el resplandor ni percibieron el aroma. San Agustín dice que el gran deseo que tenía san Lorenzo de unirse con Cristo le hizo olvidar los rigores de la tortura, y san Ambrosio comenta que las llamas del amor divino eran mucho más ardientes que las del fuego material, de suerte que el santo no experimentaba dolor alguno. Después de un buen rato de estar sobre las brasas, Lorenzo se volvió hacia el juez y le dijo sonriendo: «Manda que me vuelvan del otro lado, pues éste ya está bien asado». El verdugo le dio entonces la vuelta. Lorenzo dijo al fin: «La carne está a punto; ya podéis comer». En seguida oró por la ciudad de Roma, por la difusión de la fe en todo el mundo y exhaló el último suspiro. 

Prudencio atribuye a la oración del santo la conversión de Roma y dice que Dios la escuchó en aquel mismo momento, porque a la vista de la heroica constancia y piedad de Lorenzo se convirtieron varios senadores. Esos distinguidos personajes transportaron sobre sus hombros el cuerpo del mártir y le dieron honrosa sepultura en la Vía Tiburtina. La muerte de san Lorenzo, comenta Prudencio, fue la muerte de la idolatría en Roma, porque desde entonces comenzó a declinar y, actualmente (es decir, cuando escribe Prudencio, hacia el 403), el cuerpo senatorial venera las tumbas de los apóstoles y de los mártires. El poeta describe la devoción y el fervor con que los romanos frecuentaban la iglesia de san Lorenzo y se encomendaban a su intercesión y hace notar que la respuesta infalible que obtenían dichas oraciones prueba el poder del mártir ante Dios. San Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por la intercesión de san Lorenzo; san Gregorio de Tours, Fortunato y otros autores, hablan de los milagros del santo en otros sitios. San Lorenzo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Es absolutamente cierto que fue sepultado en el cementerio de Ciriaca, en Agro Verano, sobre la Vía Tiburtina. Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica patriarcal de Roma. 

Las pretendidas «Actas de san Lorenzo» están llenas de confusiones y contradicciones. Además de dichas actas, existen muchos otros documentos del mismo tipo. Ver Biblioteca Hagiográfica Latina, n. 6884 y nn. 7801 y 4753. Este artículo se basa principalmente en el relato de Prudencio, que es bastante claro; cf. Ruinart, Acta Sincera. ¿Se trata simplemente de una invención poética, o representa una tradición genuina, ya sea oral o escrita? San Ambrosio (De Officiis, I, 41) y otros Padres antiguos sostenían que san Lorenzo había muerto quemado a fuego lento. P. Franchi de Cavalieri, Romische Quartalschrift, vol. XIV (1900), pp. 159-176, y Note agiografiche, vol. XV (1915), pp. 65-82; Delehaye, Analecta Bollandiana, vol. XIX (1900), pp. 452-453, y vol. LI (1933), pp. 49-58, y Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 431-432. Ambos autores rechazan la tradición de la parrilla; pero todavía hay otros que la defienden. Ver, por ejemplo, Leclercq en DAC, artículo Grille (vol. VI, cc. 1827-1831), y artículo Laurent (vol. VIII, cc. 1917-1947). Un ejemplo de la gran devoción que tenían los romanos a san Lorenzo son las numerosas iglesias y santuarios dedicados al santo. Véase J. P. Kirsch, Die römischen Titelkirchen in Altertum, pp. 80-84; y Huelsen, Le Chiese di Roma del Medio Evo, pp. 280-297. Cf. también Duchesne, Le sanctuaire de S. Laurent, en Mélanges d´archéologie, vol. XXXIX (1921), pp. 3-24. Ni que decir que la iconografía no es menos inmensa que los otros aspectos del culto al santo; de todo ese rico material extraemos dos ejemplos:
-La ordenación de Lorenzo, por Fra Angelico, fresco de 1447/49 en la Capilla Niccolina, en el Vaticano. Posiblemente el cáliz que está recibiendo sea el Santo Grial, ya que la tradición atribuye a Lorenzo haber sido custodio de la copa que usó Jesús en la Cena, que Pedro llevó a Roma, y se fue transmitiendo hasta que el santo diácono la entregó a un soldado español, que la llevó a Huesca, y de allí pasó a Valencia, en cuya catedral se venera en la actualidad.
-Martirio de san Lorenzo, por Jacopo Vignali (1592-1664), óleo en colección privada (reproducido en Santi e beati).

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia 
De los Oficios de los ministros I,84 ; II,28 ; PL 16,84

«Si muere, da mucho fruto»

Cuando san Lorenzo vio que llevaban al obispo Sixto al martirio, se puso a llorar. No fue el sufrimiento de su obispo lo que le hizo derramar lágrimas sino el hecho de que fuera al martirio sin él. Por eso lo interpeló con estas palabras: «¿Dónde vas, Pedro, sin tu hijo? ¿Hacia dónde te apresurar a ir sin tu diácono? ¡Tú tenías la costumbre de jamás ofrecer el sacrificio sin ministro!... Da, pues, prueba de que has escogido a un buen diácono: aquél a quien has encomendado el ministerio de la sangre del Señor, aquél con quien compartes los sacramentos ¿rechazarás comulgar con él el sacrifico de la sangre?»... 

El papa Sixto respondió a Lorenzo: «No es verdad que me olvido de ti, hijo mío, ni te abandono, sino que te dejó para que sostengas más grandes combates. Soy viejo y no puedo sostener más que una ligera lucha, pero tú eres joven y te queda mantener un triunfo mucho más grande y glorioso contra el tirano. Muy pronto vendrás, seca tus lágrimas. Dentro de tres días, tú me seguirás...» 

Tres días después Lorenzo fue arrestado. Se le pide que traiga los bienes y los tesoros de la Iglesia. Y promete obedecer. Al día siguiente lleva consigo a los pobres. Le preguntan dónde están los tesoros que debía llevarles. Les enseña los pobres diciendo: «Aquí tenéis los tesoros de la Iglesia. ¿Qué mejores tesoros tendría Cristo sino aquellos de quien dijo: 'Lo que hagáis a uno de estos pequeños, me lo hacéis a mí'?» (Mt 25,40). Lorenzo mostró estos

tesoros y venció porque el perseguidor no tenía ningún deseo de quitárselos. Pero, furioso, lo hizo quemar vivo.

Experto en bioética alerta: La manipulación genética podría conducir a la eugenesia

Su objetivo es la esencia de la eugenesia: no hacer que la gente mejore, sino hacer gente mejor

Un instituto de investigación católico ha descrito la «manipulación genética» de embriones humanos en una universidad estadounidense como «la esencia de la eugenesia», y agregó que el estudio «plantea serias preocupaciones éticas».

Científicos de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon utilizaron una herramienta de manipulación genética llamada Crispr-Cas9 para eliminar una mutación genética que causa falla cardíaca súbita, el primer éxito reportado en la manipulación genética fuera de China.

El Dr. David Albert Jones, director del Anscombe Bioethics Centre en Oxford, Inglaterra, dijo: «Todo el fundamento de este experimento es dar un paso hacia la alteración genética como tecnología de reproducción asistida».

El Dr. Jones publicó la declaración después de que Nature, una revista científica internacional, informara sobre las conclusiones de los investigadores el 2 de agosto, señalando preocupaciones éticas en el proceso y los objetivos de la investigación de manipulación genética.

«Las mujeres están siendo alentadas por los incentivos financieros a parte con su potencial reproductivo», dijo el Dr. Jones, y destacó el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica para los participantes en el proyecto.

El Dr. Jones también se dirigió a las ambiciones generales de los defensores de la manipulación genética

«El embrión se concibe con la intención de que sea alterado. Por lo tanto, cualquiera que sea el método utilizado, el objetivo es el mismo: producir un embrión modificado».

«Este objetivo es la esencia de la eugenesia: no hacer que la gente mejore, sino hacer gente “mejor”».

Antecedentes

El Dr. Jones añadió: «Los ejemplos históricos, no solo en Alemania, sino también en Suecia y Estados Unidos, demuestran claramente la facilidad con que los programas de erradicación de defectos en el patrimonio humano pueden socavar los principios de igualdad, solidaridad y respeto a las personas con condiciones hereditarias».

«La eugenesia implica no solo la experimentación científica, sino la experimentación social y hemos visto los resultados de tales experimentos. No terminan bien».

Estados Unidos no permite el financiamiento gubernamental para la investigación con embriones humanos, pero el trabajo no es ilegal si es financiado por donantes privados.

En febrero, un informe sobre la manipulación genética por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS, por sus siglas en inglés) calificó el procedimiento de «sumamente polémico».

«Por lo tanto, la tecnología cruzaría una línea que muchos han visto como éticamente inviolable», dijo el informe de NAS.

Para poder dar fruto

Santo Evangelio según San Juan 12, 24-26. Fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, vengo ante Ti porque te amo. Sé que Tú también me amas y deseabas más que yo este rato de intimidad que estamos iniciando. Sé que estoy hablando con una persona viva y real que me conoce, que me escucha, que me ve y me habla. Pero sobre todo, que me ama, me ama sin medida, me ama más que nadie en el mundo. Quiero, Señor, estar en tu presencia y acompañarte, con palabras o sin ellas, pero al fin y al cabo acompañarte, porque Tú estás aquí.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Hoy usas la imagen del grano de trigo. El grano del que me hablas en el pasaje es aquél que muere y da fruto. Sin embargo, puede existir otro tipo de trigo, ése que sólo recibe cuidados y atenciones pero nunca da nada, nunca produce, nunca se realiza. Es como esos granos, o esas espigas que adornan un florero. Reciben agua, sombra, sol, cuidado, compañía, pero nunca morirán a sí mismas para poder dar origen a otras espigas.

Donarse desinteresadamente puede sonar extraño en el mundo de hoy. Sin embargo, es la invitación que me haces en este Evangelio. En la vida cotidiana experimento el deseo de recibir siempre y casi nunca el de dar. Quiero que los demás me den su afecto, me presten atención, me regalen cosas, me brinden su tiempo, me concedan alguna ayuda o favor; pero a la hora en que yo puedo hacerlo, generalmente huyo. Incluso en mi relación contigo quiero que me des lo que pido, que me llenes de tu fuerza, de tu gracia, que ayudes y protejas a los que amo y me saques de uno que otro apuro, pero no me dono a Ti, o son muy pocos los actos de entrega, de sacrificio, de donación entera a Ti.

Permíteme, Señor, ser grano de trigo que muera a mí mismo en el servicio a los demás, en el dar de mi tiempo, de mis cosas, de mis cualidades. Que me sepa entregar a los demás sin esperar nada a cambio, hacerlo desinteresadamente. Así como Tú me has enseñado al morir en la cruz, para dar frutos de salvación para el mundo entero.

Esta es la ley del evangelio: si el grano de trigo no muere, no da fruto, porque esta es la ley que Jesús mismo nos indicó con su persona. Pero con la certeza de que después llega la resurrección. Uno de los teólogos de los primeros siglos decía que "la sangre de los mártires era la semilla de los cristianos". Porque morir así como mártires, como testigos de Jesús, es precisamente como la semilla que muere y da el fruto y llena la tierra de nuevos cristianos. Y cuando el pastor vive así, no está amargado: quizás se siente desolado, pero tiene esa certeza de que el Señor está a su lado.

(Cf Homilía de S.S. Francisco, 18 de octubre de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Procuraré no negar ningún favor al que me lo pida.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El camino del grano de trigo

El grano de trigo que con su muerte hoy será mañana espiga llena de frutos y alegrías.

Pasa más a menudo de lo que imaginamos. Un corazón busca a Dios, quiere servir a sus hermanos, estudia el Catecismo, lee escritos de grandes santos. Dedica tiempo a la oración, va a misa los domingos y varios días entre semana, empieza a rezar el rosario o a hacer otras oraciones de la espiritualidad cristiana. A pesar de todo, está inquieto. Como si su esfuerzo espiritual no valiese nada; como si estuviese ante un muro de silencios que le deja confundido, perplejo, lleno de zozobras.

Otras veces, el desasosiego nace espontáneamente, en vidas grises que no trabajan ni para el bien ni para el mal. O en otras vidas que iban “bien”, en corazones que creían tener cualidades y energías para afrontar los retos de la vida. De la noche a la mañana, un problema personal, un pleito en la familia, un suspenso en la universidad, una pelea con el novio o la novia, o simplemente el cambio de clima... y todo se vuelve oscuro, triste, vacío, misteriosamente absurdo.

Buscamos, entonces, desesperadamente, la paz del alma. A veces con un mayor esfuerzo en los compromisos cristianos. O con lecturas de más libros que puedan darnos algo de luz. O a través de un sacerdote al que presentamos nuestras zozobras, nuestras inquietudes, ese extraño cansancio ante la vida que puede sorprendernos a todos: al adolescente, al adulto, al anciano, al sano o al enfermo.

Buscamos la paz, anhelamos la paz. Casi como si Dios estuviese obligado a curarnos, como si el ir a una iglesia para rezar con el corazón abierto fuese suficiente para que la paz volviese al alma, como si la confesión o el diálogo con un sacerdote llevase, automáticamente, a la recuperación de la serenidad.

Es casi inevitable que actuemos así. Pero a veces podríamos preguntarnos si Dios no nos estaría pidiendo un paso más. Quizá la prueba, la dificultad, el abatimiento, son señales de un vivir frío, sin amor, sin esperanza, sin fe. Entonces habría que revisar cómo va, de verdad, nuestra vida de gracia; para extirpar cualquier sombra de pecado que nos paralice; para arrancar un egoísmo que todo lo domina, que todo lo dirige, que todo lo sopesa; para encender hogueras de fervor con el recurso serio, decidido, a todo lo que es propio de la vida cristiana.

Otras veces, lo que Dios nos pide es que dejemos de buscar esa misma paz como si fuese lo único importante para nosotros. Sería triste que viésemos nuestra fe católica como si fuese una garantía para solucionar problemas, como un seguro anti-balas contra depresiones y cansancios que, tarde o temprano, pueden llegarnos a todos. Ver así nuestra fe, desear que Dios siempre nos dé el caramelo cuando levantamos el dedo en medio de la tormenta, es olvidar que también es Evangelio la lección del grano de trigo.

No nos resulta nada fácil comprender que es parte del dinamismo cristiano, que es la esencia de cualquier vida humana, vivir según el grano de trigo. Si el grano no cae, si no muere, si no rompe sus defensas para ponerse en manos de la acción divina, no da fruto; porque el que ama su vida la pierde, mientras que el camino hacia la vida plena consiste, precisamente, en aceptar la muerte, a veces lenta, a veces dolorosa (cf. Jn 12,24).

En otras palabras, aunque nos cueste aceptarlo, también es vida cristiana la de quien, en medio de angustias y miedos, en medio de caídas involuntarias o voluntarias pero aborrecidas, en medio del dolor físico o de profundas penas morales, en medio incluso de depresiones y de apatías en el espíritu, coge cada día el arado y se pone a caminar. Sin mirar hacia atrás, sin lamentarse por lo que le falta, sin pensar si es justo vivir así, entre tantas inquietudes, sin un poco de paz en la propia vida.

Es triste ver cómo pululan aquí y allá métodos más o menos pseudocientíficos y pseudoespirituales que prometen una y otra vez devolver la paz interior, dar seguridades psicológicas, abrir horizontes de autorrealización. No pocas veces esos métodos buscan sugestionar a las personas para hacerlas pactar con sus pequeñeces, o para pensar que son mucho más de lo que hasta ahora habían pensado, o para invitarlas a “crecer” basadas simplemente en la propia voluntad y en sentimientos “positivos”, llenos no pocas veces de egoísmos y vacíos, profundamente vacíos, de Dios.

El camino del Evangelio, en cambio, es otro. Abnegación, renuncia, cruz, muerte. Para llegar a la vida hay que seguir el camino del Calvario. A la mañana de Pascua se llega a través del Viernes Santo. Es cierto, hemos de recordarlo siempre, que Cristo no deja de comprender que estamos hechos para esperar premios, para abrazar felicidades, para encontrar la paz profunda. Las bienaventuranzas tienen que iluminar y dirigir nuestros pasos. Pero todo ello llegará como regalo, como fruto maduro de quien empieza a decir no a su autorrealización y sí al camino del grano de trigo.

El mundo no sabe entrar en esta lógica, no comprende el camino del Evangelio. Existe el peligro, muy real, de que muchos cristianos tampoco pasemos por la puerta estrecha. Nos parecen duras las palabras del Maestro, y pensamos entonces en caminos más fáciles. Pero Cristo es claro: quien no toma su cruz, no podrá ser su discípulo, no podrá seguir las huellas del Señor Resucitado, que es también el Señor Crucificado (cf. Mt 16,24-26).

El camino está allí. Escogerlo es cosa de almas sencillas, que no desean grandezas demasiado humanas, que no miran si están más o menos satisfechas con su “grado de santidad”. Su sencillez, su obediencia, su renuncia, permiten el milagro. Al no querer ser nada, empiezan a serlo todo. Porque triunfan con Cristo glorioso, porque entran en el camino de la Vida verdadera, en el camino del grano de trigo que con su muerte hoy será mañana espiga llena de frutos y alegrías.

Papa Francisco: Jesús abre los brazos a los pecadores

Allí donde hay una persona que sufre, Jesús se hace cargo, y ese sufrimiento lo hace suyo. 

El perdón como motor de la esperanza fue el tema que centró la catequesis del Papa Francisco en una nueva Audiencia General en la que recordó que la Iglesia está formada por pecadores y criticó que algunos cristianos crean que son perfectos y desprecian a los demás.

Los pecadores son perdonados. No solamente vienen aliviados a nivel psicológico porque son liberados del sentido de culpa. Jesús hace mucho más: ofrece a las personas que se han equivocado la esperanza de una vida nueva, una vida marcada por el amor”, dijo el Santo Padre.

“Creo que muchos católicos piensan que son perfectos y por eso desprecian a otros. Esto es triste”, afirmó.

En su opinión, “nos hace bien pensar que Dios no ha elegido como primer material para formar su Iglesia a personas que no habían errado nunca. La Iglesia es un pueblo de pecadores que experimenta la misericordia y el perdón de Dios”.

“Desde los inicios de su ministerio en Galilea, Jesús se acerca a los leprosos, los endemoniados, a todos los enfermos y los marginados. Un comportamiento así (en aquella época) no era nada habitual, y es verdad que esta simpatía de Jesús por los excluidos, los ‘intocables’, será una de las cosas que más desconcertarán a sus contemporáneos”.

El Papa también dijo que “allí donde hay una persona que sufre, Jesús se hace cargo, y ese sufrimiento lo hace suyo. Jesús no predica que la condición de pena debe ser soportada con heroísmo, a la manera de los filósofos estoicos”, sino que “comparte el dolor humano y cuando lo hace, de su interior sale la actitud que caracteriza al cristianismo: la misericordia”.

Francisco aseguró que Jesús “abre los brazos a los pecadores” y manifestó que mucha gente “se encuentra hoy también en una vida equivocada porque no encuentra ninguno disponible para mirarlo o mirarla de manera distinta, con los ojos, mejor dicho, con el corazón de Dios, es decir, con esperanza”.

“Jesús ve una posibilidad de resurrección también en quien ha acumulado tantas decisiones equivocadas”, añadió.

El Papa recordó así que “la Iglesia no se formó por hombres intachables, sino por personas que pudieron experimentar el perdón de Dios. Pedro aprendió más de sí mismo cuando cayó en la cuenta, al cantar el gallo, de que había renegado a su maestro, que cuando se mostraba superior a los demás con sus ímpetus y formas espontáneas. También Mateo, Zaqueo y la Samaritana, pese a sus fallos, recibieron del Señor la esperanza de una nueva vida al servicio del prójimo”.

“Nosotros que estamos acostumbrados a experimentar el perdón de los pecados, quizás a buen precio, deberíamos alguna vez recordar cuánto ha costado el amor de Dios. Jesús no va a la cruz porque sana a los enfermos, porque predica la caridad, porque proclama las bienaventuranzas”.

El Hijo de Dios va a la cruz sobre todo porque perdona los pecados, porque quiere la liberación total, definitiva del corazón del hombre”, subrayó.

El Santo Padre también explicó que Jesús “no acepta que el ser humano consuma toda su existencia con este ‘tatuaje’ imborrable, con el pensamiento de no poder ser acogido por el corazón misericordioso de Dios”.

Somos todos pobres pecadores, necesitados de la misericordia de Dios que tiene la fuerza de transformarnos y darnos esperanza cada día” y “a la gente que ha entendido esta verdad básica, Dios le regala la misión más preciosa del mundo, a saber, el amor por los hermanos y hermanas, y el anuncio de una misericordia que Él no niega a ninguno”.

10 consejos imprescindibles para mantener la salud espiritual

Solemos poner las necesidades de nuestro cuerpo por encima de la de nuestra alma y esto es una errónea jerarquía de valores

Alimentación orgánica saludable, centros de salud física, tomar varios suplementos vitamínicos, escapadas de vacaciones a hoteles exóticos, y muchos otros son todos intentos por mantener una buena salud corporal.

Sin duda, todo esto puede ser bueno por una simple razón: nuestro cuerpo es el tempo del espíritu santo. Por consiguiente, debemos ser guardianes y custodios responsables del regalo de nuestro cuerpo que Dios en su generosidad nos dio.

Sin embargo, a menudo existe este error: ponemos las necesidades de nuestro cuerpo por encima de la de nuestra alma y esto es una errónea jerarquía de valores.

La palabra de nuestro señor y salvador Jesucristo nos enseña la siguiente verdad:

"Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?  Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?" (Marcos 8,36-37)

Evitar el daño

En un nivel humano y natural, debemos hacer un esfuerzo común para evitar lo que podría dañar nuestro cuerpo. Los buenos padres le han enseñado esto a sus hijos desde el comienzo: no juegues con fuego, mira dos veces antes de cruzar la calle, no estés con malas compañías, come tus vegetales, duerme temprano, limpia tus dientes antes de acostarte, lava tus manos antes de comer, limpia tu cuarto.

En definitiva, la limpieza es próxima a la santidad.

Todo lo anteriormente mencionado son consejos comunes que los padres han dado a sus hijos durante años. Debemos elevar esto a un plano sobrenatural más alto y dar consejos de cómo evitar lo que puede perjudicar a nuestra alma inmortal, que tiene más valor que todo el universo creado.

En efecto, podemos pecar mediante pensamiento, palabra, obra y omisión; al no hacer lo que Dios nos exige hacer.  

Evitar ocasiones cercanas al pecado es una cualidad indispensable en nuestra búsqueda de la santidad y a la adquisición de nuestra corona de gloria que llamamos vida eterna.

1.- Evite los chismes y a los chismosos

Jesús dijo claramente que seremos juzgados por cada palabra que sale de nuestra boca, y también dijo que de la abundancia del corazón habla la boca.

Si tenemos el hábito de frecuentar a individuos que son unos chismosos incorregibles, entonces debemos hacer un cambio y no frecuentarlos más.

Leer el capítulo 3 de la Carta al apóstol Santiago, es un excelente capítulo en las escrituras acerca de los pecados de la lengua.  

2.- Vístase apropiadamente

No debemos ser ocasión de pecado para los demás. Nuestro cuerpo es un templo sagrado desde el bautismo.

San Pablo nos recuerda que somos embajadores de Cristo, eso significa representantes del señor de señores y rey de reyes. Debemos vestirnos de acorde a esto.

Cuando decimos vestirse apropiadamente no solamente es en la iglesia, como si este fuera el único lugar para vestirse con decoro y modestia, debemos hacerlo a todo hora y en todo lugar. Nunca debemos olvidar que somos cristianos 24/7 y eso significa siempre.

3.- Evite las malas compañías

San Pablo decía que las malas compañías corrompen la moral. Este proverbio expresa concisamente la siguiente verdad:

"Dime con quién andas y te diré quién eres".

No tenemos que ser genios para saber que tendemos imitar a nuestros amigos y a nuestros compañeros.

Oremos por la gracia de encontrar uno o dos amigos que sean realmente nobles, honestos, puros, cristianos trabajadores y habrás descubierto un verdadero tesoro.  La sabiduría del viejo testamento nos enseña que encontrar un buen amigo es encontrar un tesoro.

4.- Cuide su mirada

Otro proverbio es oportuno para este concepto: "La curiosidad mató al gato". Peor aún, la mirada pícara del Rey David resultó en el adulterio con Betsabé, y eventualmente en el asesinato de su marido, el valiente y honesto soldado Urías de hitita (2 Samuel 11).

El santo hombre Job afirmó:

"Yo establecí un pacto con mis ojos para no fijar la mirada en ninguna joven" (Job 31,1)

Finalmente, Jesús lo deja por sentado en una de sus Bienaventuranzas:

"Benditos los puros de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5,8)

En un mundo colmado con imágenes impuras, humanas y digitales, más que nunca necesitamos tener estricta custodia de nuestros sentidos, en especial nuestra vista.

5.- Evitar ser impulsivo

Otra actitud o disposición que debemos evitar es rendirnos a nuestra impulsividad, en todos los sentidos, pero especialmente al hablar.

Un buen proverbio indica: "Piensa antes de hablar". Otro proverbio, que de algún modo hace caer en cuenta a aquellos que hablan y después piensan es el siguiente: "No digas algo de lo que te puedas arrepentir". 

A un nivel espiritual más elevado Santiago nos advierte:

"Debemos estar listos para escuchar y lentos para hablar".

Santo Tomás de Aquino ofrece esta interesante perspectiva:

"Dios nos ha dado dos orejas y una boca para así escuchar el doble de lo que hablamos".

¡Medita sobre esto antes de hablar!

6.- Medios electrónicos

De suma importancia para todos los que ahora vivimos en este universo electrónico es la extrema necesidad de prestar atención acerca del uso de los medios electrónicos actuales.

Como dijo el Venerable Fulton Sheen:

"Obviamente nunca abriremos la boca para escarbar en la basura".

También estableció que: podemos fácilmente ser embebidos y absorbidos por la basura moral con nuestros ojos.

Un buen vomito puede liberarnos de la basura física consumida. Sin embargo, puede llevar años borrar o eliminar una imagen que hemos visto de una de las muchas fuentes del moderno mundo de los medios electrónicos.

Nuestra mente es un gran archivo que guarda todas nuestras experiencias, todo lo que hemos hecho, al igual que todo lo que hemos visto.  or consiguiente, debemos ser estrictos con nosotros mismos y con nuestros hijos acerca de lo que traemos a nuestras mentes y nuestros corazones a través de lo que vemos.

7.- Síndrome de teleadicto

La ociosidad es el taller del diablo, es otro proverbio a tomar en cuenta. En otras palabras, si no tenemos nada que hacer, entonces el diablo nos dará muchas cosas por hacer.

San Juan Bosco tenía un miedo mortal de la época de vacaciones para la juventud y adolescentes.

El trabajo es bueno para todos nosotros. El trabajo perfecciona nuestro carácter y ayuda a cultivar nuestros talentos. El trabajo sirve como medio para ayudar a los demás. El trabajo fue lo que Dios le ordenó a Adán después del pecado original:

"Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado". (Génesis 3,19)

8.- Pereza mental

Para darle seguimiento al punto siete el síndrome del teleadicto, está la pereza mental. Otro eslogan juvenil es: "Si no lo usas lo pierdes".

Dios nos ha dotado a todos con una mente que él desea cultivemos. Un jardín que no se cultiva bien rápidamente le crece maleza. Una mente que no se cultiva permite el crecimiento de maleza en el cerebro.

Esta pereza mental puede ser prevenida o corregida a través del excelente hábito de la buena lectura.

Nunca hemos vivido en un mundo con tanta confusión. Sin embargo, nunca habíamos vivido en un mundo con tan buena literatura. Depende de nosotros encontrar buena literatura y formar el hábito de la lectura.

Algunos de nuestros mejores amigos pueden ser los buenos libros. San Ignacio recibió la gracia de su conversión a través de la lectura de buenos libros: La vida de los Santos.

9.- Evitar comer demasiado

La gula es uno de los siete pecados capitales. La definición de la glotonería es: Un deseo desordenado de comer y beber. Muchos problemas de salud son resultado de malos hábitos alimenticios.

También la glotonería, la lujuria y la pereza a menudo trabajan juntas como un equipo para llevarnos al pecado. ¿Cuál es el remedio? Aquí lo tienes: Orar por un autentica hambre de Jesús, el pan de vida (Leer a Juan, capítulo 6:22-71, la palabra del pan de vida).

En el Padre Nuestro rezamos: "Danos hoy el pan nuestro de cada día". Esto puede ser interpretado de una manera sacramental, el hábito de ir a misa y recibir a Jesús en la sagrada comunión, el verdadero pan de vida. Esto nos ayudará a subordinar los deseos del cuerpo al dominio de la voluntad.

10.- Evitar opiniones contrarias a nuestra madre María

Muchos protestantes rechazan vehementemente el poder de la intercesión de María, para su propio detrimento espiritual.

María nunca, y digo nunca, nos distancia de Jesús. Por el contrario, como afirma San Luis de Montfort:

"María es el camino más rápido, seguro y más corto hacia Jesús".

María es el ATAJO a la Unión con Jesús, si te gusta verlo así. Las últimas palabras de María grabadas en la Sagrada Escritura fueron pronunciadas en la fiesta de la boda de Caná:

"Hagan lo que Él les diga". (Juan 2,5)

¡Sin duda, el mejor consejo en todo el mundo! Nuestra señora sirve como puente a la unión con Jesús.

A continuación las palabras del Cura de Ars, San Juan María Vianney:

"Todo lo que el Hijo pide al Padre se lo concede. Todo aquello que la Madre pide al Hijo le es igualmente concedido".

San Efrén, con su mística y destello poético  exclama:

"La incomparable Madre de Dios es el más puro incensario de oro. En sus oraciones se ofrece al Dios eterno".

Por último, medita en oración sobre las palabras de San Maximiliano Kolbe:

"Colocaos en las manos de María; ella pensará en todo y proveerá las necesidades de tu cuerpo y alma. Por lo tanto, está en paz, en paz total, con confianza ilimitada en ella".

CONCLUSIÓN

Es muy cierto que debemos evitar todos los peligros que pueden comprometer tan fácilmente la salud de nuestro cuerpo, aquello que pertenece a nuestra vida natural. Sin embargo, debemos tomar una decisión más firme por nuestra parte, y por el beneficio de quienes nos han confiado a nuestro cuidado, para evitar todo el veneno moral que puede posiblemente matar la vida espiritual en nuestras almas.

¡Que nuestra señora logre para nosotros la gracia de amar a Dios con todos nuestros corazones, mentes y almas para que un día el cielo sea nuestro hogar y lugar de perpetuo reposo!

Santa María, ruega por nosotros los pobres pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

La falsa vidente Vassula Rydén continúa intentando silenciar a sus críticos

En varias oportunidades la Iglesia ha negado reconocimiento al carácter sobrenatural de sus pretendidos mensajes

El pasado mes de abril, Vassula Rydén, unaautoproclamada vidente que asegura recibir mensajes de Jesucristo, visitó España, traída por algunos sacerdotes y religiosos católicos que apoyan sus enseñanzas, a pesar de que la Santa Sede ha advertido en dos ocasiones (en 1995 y en 2007, en sendos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe), entre otras cosas, de que “el efecto de las actividades llevadas a cabo por la señora Vassula Rydén es negativo”.

Por eso, en esta ocasión, los obispados españoles correspondientes suspendieron las intervenciones públicas de Vassula que se habían organizado en parroquias y locales eclesiales, obedeciendo así lo comunicado por el cardenal Joseph Ratzinger en 1995 a todos los obispos del mundo: que “no se dé ocasión alguna en el ámbito de sus respectivas diócesis a la difusión de sus ideas”. Además, “invita a todos los fieles a no considerar sobrenaturales los escritos y las intervenciones de la señora Vassula Rydén.

La última noticia que se ha conocido en torno a la falsa vidente es que continúa con su estrategia de acoso y derribo de sus críticos. Y una vez más, la víctima más destacada es un sacerdote dominico, el padre François-Marie Dermine, que es profesor en la Facultad de Teología de Emilia-Romaña, exorcista y presidente del GRIS (Grupo de Investigación e Información Sociorreligiosa, el organismo de la Iglesia en Italia dedicado a las sectas y a la nueva religiosidad).

Quejas ante el superior de los dominicos

Según informa Pseudomystica.info, Vassula Rydén ha llegado a visitar al Maestro de la Orden de Predicadores (el superior general de los dominicos, el padre Bruno Cadoré), para protestar por los escritos críticos de Dermine sobre ella. Porque este sacerdote ha escrito varios artículos y hasta un libro monográfico desmontando a la autoproclamada vidente, además de hablar con claridad en los foros en los que se le consulta sobre el tema (como en el curso anual de Exorcismo y Oración de Liberación que se celebra en Roma).

La queja de Vassula ante el Maestro de los dominicos le ha servido al padre Dermine para dar explicaciones a sus superiores, asegurando que le honra esta reacción porque“a pesar de que hace años que no digo ni escribo nada sobre ella, mis escritos aún presentes en pseudomystica.info continúan molestándola

Según el padre Dermine, “esa visita pone de manifiesto sin duda el incontenible debilitamiento de una realidad que, en los años 90, gozaba del apoyo de centenares de miles de fieles, de miles de sacerdotes y de no pocos obispos y algunos cardenales, gracias también al apoyo del mariólogo Mons. René Laurentin”.

Una verdadera campaña de imagen

Actualmente Vassula Rydén lleva adelante una campaña para convencer a sacerdotes y obispos de que la Iglesia ha cambiado la postura sobre su caso. Los partidarios de la falsa vidente defienden la supuesta invalidez de la Notificación de 1995, que le era contraria, gracias a las clarificaciones que hubo en 2003 después de un proceso de diálogo con el cardenal Ratzinger.

Sin embargo, la Iglesia no ha publicado ningún documento que invalide lo dicho en 1995 por la Congregación para la Doctrina de la Fe. De hecho, los defensores de Vassula evitan citar la Carta Circular a los Presidentes de las Conferencias Episcopales emitida por el mismo dicasterio en 2007 (precisamente en el pontificado de Benedicto XVI) y firmada por el cardenal Levada, que asegura que la valoración de 1995 “sigue siendo válida en lo que se refiere al juicio doctrinal sobre los escritos examinados”.

Amenazas e intimidaciones a sacerdotes

Los mensajes de La Verdadera Vida en Dios (así se llaman los libros) de Vassula Rydén atribuyen al demonio cualquier tipo de crítica u oposición, refiriéndose a los críticos como a “enemigos”“autores de apostasía”, agentes de la “francmasonería de la Iglesia”“perseguidores del Espíritu Santo”“chacales que trabajan de noche”, etc.

El franciscano Philip Pavich, que difundió la versión original de los mensajes de Vassula con todas las modificaciones previas a la publicación, fue acusado por el entonces director espiritual de la falsa vidente, el padre O’Carroll, de enseñar “basura”, y le dijeron que lo iban a denunciar a sus superiores en Roma.

El jesuita Mitch Pacwa sufrió la misma suerte. Contactado por Vassula para una evaluación doctrinal de los mensajes, informó al padre O’Carroll de que sus conclusiones eran negativas y que pensaba publicarlas. El padre O’Carroll intentó silenciarlo, acusándolo de carecer “de un solo signo de caridad cristiana” y enviándole una carta amenazadora. Posteriormente el entorno de Vassula escribió una carta al superior general de la Compañía de Jesús con acusaciones falsas contra Pacwa.

En el año 2000, Vassula Rydén presentó una causa por difamación y calumnia contra la revista greco-ortodoxa Dialogos y contra el padre Kyriakos Tsouros, secretario de la Comisión Sinodal sobre las Herejías de la Iglesia Ortodoxa de Grecia, que había publicado un artículo crítico sobre sus mensajes. La falsa vidente retiró la denuncia dos días antes de la audiencia en tribunal.

Acoso y derribo (fallido) de la principal web crítica

En 2012 Maria Laura Pio, antigua seguidora de Vassula y que se ha dedicado a desenmascararla en la web Infovassula.ch, que ella administraba, anunció su decisión de cerrar la web por no poder hacer frente a otra causa legal por parte de la Sra. Rydén y de su Fundación para la Verdadera Vida en Dios. En 2011, Pio había sido llevada a juicio en Bélgica por haber escrito un artículo en el cual se refería al anuncio del Patriarcado de Constantinopolis como a una excomunión de la Sra. Rydén, sobre la base de información publicada en sitios ortodoxos.

Después de que el tribunal belga consideró la causa inadmisible, Pio recibió una carta de los abogados de Vassula anunciando su intención de demandarla en el Reino Unido por haber utilizado la marca registrada “Vassula” en el nombre de su sitio(Infovassula.ch). Gracias a la intervención del GRIS, los contenidos del sitio pudieron ser recuperados y transferidos a Pseudomystica.info, con todas las garantías necesarias para la supervivencia de la web y la continuación de sus actividades.

Así se verifica lo que se puede leer en la página introductoria de Pseudomystica.info:“se sabe que no pocos presuntos videntes suelen confiar la defensa de su causa a abogados más bien que a Dios…”

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