Discernir los signos de los tiempos

Evangelio según San Lucas 12,54-59. 

Jesús dijo a la multitud: 

"Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. 

Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede. 

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? 

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? 

Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. 

Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo." 

San Gaudioso de Abitinia, monje y obispo

En Nápoles, de la Campania, sepultura de san Gaudioso, obispo, el cual, a causa de la persecución de los vándalos, pasó de Abitinia a Campania, y terminó sus días en la paz de un monasterio.

El núcleo de la historia es muy semejante a la del obispo, también africano, san Quodvultusdeus; no obstante, no sólo no parece que sea una mera repetición, sino que realmente son dos obispos distintos que pasaron por circunstancias de persecución parecida: Durante el episcopado de Nostriano en Nápoles, Gaudioso, perseguido por Genserico, rey arriano de los vándalos, llegó exiliado a esa ciudad en el 429, en un barca maltrecha, privado de todo.

Llegaron así a Nápoles muchas reliquias de santos, y tal vez la regla agustiniana para la vida monástica. Construyó en las afueras de Nápoles un monasterio que subsistió por siglos y tomó con el tiempo su propio nombre. Murió Gaudioso en ese monasterio, en el año 453 o 468, según surge de los restos de una lápida que, aunque mutilada, aun se conserva, y fue sepultado Isaac el

Que todo se resuelva, siempre para el bien

Santo Evangelio según San Lucas 12, 54-59. Viernes XXIX del tiempo ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Ven, Espíritu Santo. En tus manos esta pequeña meditación. Quiero estar contigo. Gracias Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Mi corazón es capaz de exponerse a los demás? Jesús me invita a solucionar los problemas que pudiera tener con otras personas. Digamos, por ejemplo, que quiero mejorar las cosas con un familiar. Me alejé de él o de ella por alguna razón. Quiero reconciliarme, pero si no soy capaz de exponer mi corazón, difícilmente podré lograr algo. En otras palabras, debo saber "exponerme" al "peligro" de ser rechazado -siempre buscando el bien del otro. Esto se llama humildad, una humildad motivada por el amor, que todo lo une y lo sana.

Un segundo caso es el siguiente: Jesús, en su consejo, habla de una relación en la que ya hay algo fuera de lugar, algo que debe ser corregido. Pero, ¿qué hay de una relación que parece ir bien? Ejemplo: tengo un hijo, tengo un amigo o una persona que aprecio. Convivimos frecuentemente, pero, ¿cuándo fue la última vez que hablé con él de mí?, ¿le digo que lo mucho que lo aprecio, lo agradecido que estoy con él o con ella?, ¿le digo lo que pienso? Podemos aplicar nuevamente el consejo de Jesús pero en modo constructivo. Es como resolver el problema antes de que surja.

Señor, dame valor. A veces no soy consciente de los tesoros entre los cuales me encuentro. Vivo rodeado de personas que no sé si podré decirles lo mucho que las aprecio y lo mucho que les agradezco. Quizá a Ti tampoco te agradezco con frecuencia. Te pido que me ayudes a tener una actitud de continua gratitud y humildad para con todos. Una actitud que ayude a construir una atmósfera en que "todo esté resuelto" y "siempre para el bien".

La valentía apostólica que el Espíritu Santo enciende en nosotros como un fuego nos ayuda a superar los muros y las barreras, nos hace creativos y nos impulsa a ponernos en marcha para caminar incluso por vías inexploradas o incómodas, dando esperanzas a cuantos encontramos. Con este fuego del Espíritu Santo estamos llamados a convertirnos cada vez más en una comunidad de personas guiadas y transformadas, llenas de comprensión, personas con el corazón abierto y el rostro alegre.

(S.S. Francisco, Angelus 14 de agosto de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy tengo una oportunidad para aplicar lo dicho en la meditación. ¿Con quién podría hacerlo? Voy a contactar a esa persona y haré una oración especial por él o ella.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Sirio (siglo VII), monje cercano a Mossoul 
Discursos ascéticos, 1ª serie, n°2

He venido a traer fuego a la tierra

Hazte violencia (cf Mt 11,12), esfuérzate en imitar la humildad de Cristo, a fin de que se encienda cada vez más el fuego que prendió en ti, este fuego que consume todos los impulsos de este mundo que destruyen al hombre nuevo y que manchan las moradas del Señor santo y poderoso. Porque yo afirmo con san Pablo que "somos templo de Dios" (2Co 6,16). Purifiquemos pues su templo, "como él mismo es puro" (1Jn 3,3), con el fin de que tenga el deseo de permanecer allí; santifiquemoslo, como él mismo es santo (1P 1,16); adornemoslo de muchas obras buenas y dignas. 

Llenemos el templo del descanso de su voluntad, como de un perfume, por la oración pura, la oración del corazón que es imposible adquirir entregándose a los contínuos impulsos de este mundo. Así la nube de su gloria cubrirá tu alma, y la luz de su grandeza brillará en tu corazón (cf 1R 8,10). Todos los que permanezcan en la casa de Dios se llenarán de alegría y se regocijarán. Pero los insolentes y los desleales desaparecerán bajo la llama del Espíritu Santo.

Halloween o día de todos los santos 

¡Que pasen un feliz día de todos los santos!

¿Cuál de los dos hay que celebrar? te damos hoy 5 tips

Está pregunta me la hacen muy seguido porque se ha vuelto una nueva tradición la celebración del halloween en lugar del día de todos los santos.

Esto es una pena ya que el halloween tiene un origen contrario a nuestra fe pues se trataba de una celebración pagana para adorar a una diosa y que si no participaban, marcaban su casa para que la diosa fuera a destruir a esa familia.

También me preguntaba ¿por qué hay que disfrazar a los niños de figuras tan feas y que hacen alusión al mal?

La tradición dice que al terminar la celebración pagana todos los demonios y espíritus del mal eran echados fuera del lugar y por eso peregrinaban por las calles.

En verdad que eso a mí no me gusta para nada. Así que pensé que mis hijos no tenían que seguir la corriente de la moda y no tenían que celebrar así estos días.

Nosotros optamos por celebrar a todos los santos así que aquí te dejo mis 5Tips para hacer una gran celebración y lograr contrarrestar el efecto de la moda.

PRIMERO. Infórmate sobre lo que verdaderamente es el halloween.
Lo que yo pueda decir en este espacio es poco, así que es bueno que investiguemos y nos informemos para que se lo expliquemos a nuestros hijos.

Si están pequeñitos podemos decirles que siempre son mejores los santos que los demonios, pero si ya son más grandes nuestros hijos, es bueno que ellos estén enterados de la razón por la que no participarán en ese tipo de celebraciones.

Si tenemos hijos adolescentes esto puede ser algo complicado ya que para ellos es más fácil ir con la moda y encajar en un grupo de amigos que ser auténticos e ir contracorriente, pero es importante por eso explicarles todo lo que implica participar en este tipo de celebraciones y sean ellos quienes decidan no participar, así no lo sentirán como imposición nuestra.

SEGUNDO. Investiga vidas de santos.
Para darles la opción a nuestros hijos de celebrar a todos los santos es necesario que sepamos sobre algunos para guiar un poco a nuestros hijos.

También esta celebración tiene un origen y una tradición, así que es muy bueno que la sepamos y también se las expliquemos a nuestros hijos.

TERCERO. Organízate con tu familia y vecinos.
Siempre es muy bueno tratar de que más personas comprendan esto y una forma ideal es organizar una fiesta de todos los santos.

Puedes hacerla en tu casa o buscar que te presten un salón en la parroquia o iglesia más cercana.

No tiene que ser algo muy elaborado, pero que nuestros hijos sientan que también ellos tienen su celebración.

CUARTO. Organiza un concurso de disfraces.
Otra de las cosas divertidas que se pueden hacer es que nuestros hijos se disfracen de algún santo.

Puede ser su Santo favorito y el que quieran conocer.

Y además que se aprendan algo de su vida o lo más importante que hicieron, así también los estamos ayudando a conocer las de cerca las virtudes que los hicieron llegar al cielo.

También se pueden dar idea de que no es tan difícil ser santo y que todos fueron hombres y mujeres como nosotros, solo que ellos supieron hacer la Voluntad de Dios en todo momento.

QUINTO. Prepara bolsitas de dulces para regalarles.
Como en toda fiesta, los dulces son un elemento básico, así que podemos preparar algunas bolsas con dulces y ponerles pensamiento de algunos santos, imágenes bonitas de los santos y muchos adornos lindos.

También puedes imprimir algunas hojas con dibujos para iluminar con motivos de los santos para que se entretengan.

En fin, todo es cuestión de imaginación y creatividad y así podremos tener una excelente celebración de todos los santos y evitar que nuestros hijos caigan en las cosas comerciales que la sociedad nos impone y que además traen a colación tradiciones paganas que van en contra de nuestra fe.

Nuestras tradiciones también pueden ser divertidas y formativas.

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.
Dios te bendiga y mamita María te cubra con su manto.

Atisbar los signos de los tiempos
¿Qué signos apreciamos en nuestro tiempo? Una respuesta apresurada podría conducir a la crisis económica, sus causas, efectos y soluciones

Con más o menos acierto, en todas las épocas de la historia, los pensadores han estado pendientes de los signos de los tiempos. Quien ha sido más capaz de descifrarlos, de entender bien el pasado y el presente para proyectarlos hacia el futuro, es quien mejor ha captado el origen de los cambios, se ha hecho presente en ellos y ha dirigido el futuro hacia la felicidad de los hombres. Por el contrario, los que han captado el futuro partiendo de una idea errada han sido hombres y mujeres capaces de convertir en catastrófica la existencia humana. Hitler y Stalin equivocaron el fin y, por consiguiente, fallaron en los medios, produciendo la más sangrienta de las guerras y un caudal de muertos inocentes, cuyo sólo pensamiento aterra.

No hace falta pensar en los caídos en Vietnam, Camboya o China. O los que son fruto de las guerras sin sentido en curso. En la antigüedad romana, griega, en Mesopotamia, también tiraban a dar, pero provocaban relativamente pocas bajas. Cuando Alejandro redondeó su imperio, tenía muchos menos muertos detrás que los producidos por los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Ahora, con una profunda mirada hacia atrás, si deseamos otear el futuro para prepararlo digno del hombre, hemos de tener en cuenta dónde estamos, aunque la tarea adquiera proporciones gigantescas.

¿Qué signos apreciamos en nuestro tiempo? Una respuesta apresurada podría conducir a la crisis económica, sus causas, efectos y soluciones. Aunque la economía no es mi fuerte -y de entrada, sería la respuesta-, pienso que los signos de los tiempos van por otro lado.

Considero que lo más característico desde hace trescientos años -por redondear- es el progresivo alejamiento de Dios conducente a producir un hombre que no es sino una caricatura de lo que debe ser. La dificultad estriba en hacer consciente a una persona de que no es camino el dirigido a un horizonte cerrado en la simpleza de poder elegir lo le dé la gana sin ningún referente, sin finalidad. El gran error de nuestra época no está en las "preferentes", sino en el cumulo de mentiras que las han hecho posibles. Más, de algún modo, hemos querido esas mentiras, hemos elegido tener más a costa de ser menos. Y estamos acabando en no poseer nada ni ser nadie.

En el campo político habría que remontarse al siglo XVI, cuando "El Príncipe" de Maquiavelo traza un fuerte cambio al indicar que la política y el gobernante están exentos de toda norma. El príncipe ha de ser amado y temido. Esa falta de ética marca el inicio de un comportamiento que irá acentuándose progresivamente. La Ilustración exalta el empirismo, que podrá las bases para el deslumbramiento ante los avances científicos, junto al papel omnímodo atribuido a la razón. En la economía, bastará decir que nos andamos lamentando de aquello que hemos querido, tanto el marxismo como el puro liberalismo. La Ilustración aporta también un ideal de felicidad que quizás ha conducido al hedonismo y consumismo actuales, así como la creencia en la bondad natural del hombre y el consiguiente optimismo irreal, no a la manera del que cree en Dios, sino con las fuerzas naturales de quien ha perdido la noción de su naturaleza.

Son solamente unas pinceladas sobre la fragua del hombre de nuestro tiempo y las correlativas consecuencias. Sin Dios, se pierde todo punto de referencia y al hombre le resta un libre arbitrio que acaba no siendo propio, porque responde como un autómata a los eslóganes que le proporciona la sociedad de consumo, los medios de comunicación y un pensamiento débil. Paradójicamente, la exaltación de la razón ha concluido por empequeñecerla, incapaz de buscar verdades profundas que orienten una libertad constructiva de la persona. El relativismo ha encontrado su humus perfecto en un laicismo interesado en la extracción violenta de las raíces cristianas.

La pérdida de prestigio de la política no tiene la corrupción como causa última, ni la falta de ejemplaridad de ciertos líderes. Su cepa debe buscarse en el origen de esos males que veo en ese proceso histórico que concluye por despreciar al hombre, puesto que una persona sin raíces ni referencias, acaba siendo un monigote, a lo más un votante, simple número de una estadística. El proceso iniciado en el Renacimiento -con avances óptimos- ha conseguido que los valores últimos más sublimes -como escribía M. Weber- han desaparecido de la vida pública, la economía se ha mercantilizado de modo que el individualismo crece a la par que la globalización. También, mientras se conquistaban libertades, ha ido creciendo el Estado y lo público ha pasado a ser lo estatal, cuando lo público debe ser un espacio social común.

No concluiré negativamente, porque es enormemente positivo pensar que ésta es la hora de volver a la pregunta sobre Dios para descubrir al hombre en toda su dignidad, para devolver su lugar a la ética: sin ella, la "polis" se convierte en un infierno. No impongo una fe, escribo de libertad porque sin una libertad cabal, no crece la fe, pero tampoco la persona. Y con el optimismo de que también se aceleran los procesos positivos.

De la necesidad de la intercesión de los santos y María Santísima 
María quien reza sin contar contigo es como quien pretende volar sin alas.

¿Debemos rogar a los Santos para que intercedan por nosotros?

Hay un orden divinamente establecido en todas las cosas, según Dionisio Areopagita, y es que las últimas cosas vuelvan a Dios valiéndose de las intermedias. Y como los Santos ya están en la Patria y por tanto muy cerca de Dios, parece que está pidiendo el orden general establecido, que nosotros, que aún estamos con este cuerpo mortal y andamos peregrinando lejos de Dios, a Él volvamos por mediación de los Santos. Así sucede, cuando por ellos llegan hasta nosotros los efectos de la divina bondad, pues nuestra vuelta a Dios debe seguir en cierto modo el mismo proceso de la donación de su bondad, ya que los beneficios divinos llegan a nosotros por medio de los santos, así por medio de los mismos debemos volver a Dios. De aquí podemos concluir que cuando pedimos a los Santos que recen por nosotros, los constituimos intercesores y en cierto sentido mediadores nuestros.

Meditemos estas palabras del Angélico Doctor y veremos que según su doctrina el orden de la divina ley exige que nosotros, míseros mortales, nos salvemos por medio de los Santos, recibiendo de sus manos las gracias necesarias para nuestra salvación eterna. Como alguno puede objetar que parece superfluo acudir a los Santos, ya que Dios es infinitamente más misericordioso que ellos y más inclinado a socorrernos, responde el santo muy atinadamente que, si lo ha dispuesto así el Señor, no ha sido por falta de poder por parte suya, sino para conservar en todo el orden general establecido de obrar siempre por medio de las causas segundas. (…)

Y qué decir de De la intercesión de María Santísima.

Lo que hasta aquí llevamos dicho de la intercesión de los Santos puede decirse, pero con mucha mayor excelencia, de la intercesión de la Madre de Dios. Sus oraciones valen más que las de todo el paraíso. Da la razón Santo Tomás, diciendo que los santos, según su mérito, así es el poder que tienen de salvar a otros muchos; pero como Jesucristo y digamos lo mismo de su Divina Madre, tienen gracia tan abundante, por eso pueden salvar a todos los hombres. Lo dice así el Santo Doctor. Ya es cosa grande decir de un santo que tiene bastante gracia para salvar a muchos. Pero si pudiera decirse de alguno que la tenía tan grande que a todos los hombres pudiera dar la salvación sería la más grande alabanza. Mas ello solamente puede decirse de Jesucristo y de su Madre Santísima. San Bernardo hablando de la Virgen escribió estas hermosas palabras: Así como nosotros no podemos acercarnos al Padre sino por medio del Hijo, que es mediador de justicia, así no podemos acercarnos a Jesús si no es por medio de María que es la mediadora de la gracia y nos obtiene con su intercesión todos los bienes que nos ha concedido Jesucristo. En otro lugar saca el mismo santo de todo esto una consecuencia lógica, cuando dice que María ha recibido de Dios dos plenitudes de gracias: la primera, la encarnación del Verbo eterno, tomando carne humana en su purísimo seno; la segunda, la plenitud de las gracias que de Dios recibimos por su intercesión. Oigamos las palabras del mismo santo: Puso el Señor en María la plenitud de todos los bienes, y por tanto, si tenemos alguna gracia y alguna esperanza, si alguna seguridad tenemos de salvación eterna, podemos confesar que todo nos viene de Ella, pues rebosa de delicias divinas. Huerto de delicias es su alma y de allí corren y se esparcen suaves aromas, es decir, los carismas de todas las gracias.

Podemos por tanto asegurar que todos los bienes que del Señor recibimos, nos llegan por medio de la intercesión de María. ¿Qué por qué es así? Responde categóricamente San BernardoPorque así lo ha dispuesto el mismo Dios. Esta es su divina voluntad, son palabras de San Bernardo, que todo lo recibamos por manos de María. Pero San Agustín da otra razón y parece más lógica, y es que María es propiamente nuestra Madre; lo es, porque su caridad cooperó para que naciésemos a la vida de la gracia y fuéramos hechos miembros de nuestra cabeza que es Jesucristo.Pues Ella ha cooperado con su bondad al nacimiento espiritual de todos los redimidos, por eso ha querido el Señor que con su intercesión coopere a que tengan la vida de la gracia en este mundo, y en el otro mundo la vida de la gloria. Que por esto la Santa Iglesia se complace en llamar y saludarla con estas suavísimas palabras: Vida, dulzura y esperanza nuestra.

Nos exhorta San Bernardo a recurrir siempre a esta divina Madre, ya que sus súplicas son siempre escuchadas por su divino Hijo. Acudamos a María, exclama con fervoroso acento, lo digo sin vacilar…, el Hijo oirá a su Madre. A continuación añade: Hijos míos, Ella es la escala de los pecadores. Ella mi máxima esperanza, Ella, toda la razón de confianza del alma mía. La llama escala, porque así como no podemos subir el tercer escalón sin poner antes el pie en el segundo, de la misma manera nadie llega a Dios si no es por medio de Jesucristo, y a Jesucristo nadie llega sino por medio de María. Y añade que es su máxima esperanza y el fundamento de su confianza porque Dios ha dispuesto que todas las gracias nos pasen por manos de María. Por esto concluye recordándonos que todas las gracias que queramos obtener, las pidamos por medio de María, porque Ella alcanza todo lo que quiere y sus oraciones jamás serán desatendidas.

He aquí sus textuales palabras: Busquemos la gracia, y busquémosla por medio de María, porque halla todo lo que busca y jamás pueden ser frustrados sus deseos. No de distinta forma hablaba el fervoroso San EfrénSólo una esperanza tenemos, decía, y eres tú, Virgen purísima. San Ildefonso, vuelto a la misma celestial Señora, le hablaba así: La Majestad divina ordenó que todos sus bienes pasaran por tus manos benditas. A Ti están confiados todos los tesoros divinos y todas las riquezas de las gracias. San Germán le decía todo tembloroso: ¿Qué será de nosotros si Tú nos abandonas, vida de todos los cristianos? San Pedro Damián: En tus manos están todos los tesoros de las misericordias de Dios. San Antonio: Quien reza sin contar contigo es como quien pretende volar sin alas. San Bernardino de Siena: Tú eres la dispensadora de todas las gracias: nuestra salvación está en tus manos. En otro lugar llegó a afirmar el mismo santo que no tan sólo es María el medio por el cual se nos comunican todas las gracias de Dios sino que desde el día en que fue hecha Madre de Dios, adquirió una especie de jurisdicción sobre todas las gracias que se nos conceden. Sigue ponderando la autoridad de la Virgen con estas palabras: Por María, de la cabeza de Cristo, pasan todas las gracias vitales a su Cuerpo Místico. El día en que siendo Virgen fue hecha Madre de Dios, adquirió una suerte de posesión y autoridad sobre todas las gracias que el Espíritu Santo concede a los hombres de este mundo, que nadie jamás obtendrá gracia alguna, sino según lo disponga esta Madre piadosísima. Y añade esta conclusión: Por tanto, sus manos misericordiosas dispensan a quien quiere dones, virtudes y gracias. Y lo mismo confirma San Bernardino de Siena con estas palabras: Ya que toda la naturaleza divina se encerró en el seno de María, no temo afirmar que por ello adquirió la Virgen cierta jurisdicción sobre todas las corrientes de las gracias, pues fue su seno el océano del cual salieron todos los ríos de las divinas gracias.

Por lo demás, si es cierto que le agrada al Señor que recurramos a los santos, mucho más le ha de agradar que acudamos a la intercesión de María para que supla Ella nuestra indignidad con la santidad de sus méritos. Así cabalmente lo afirma San Anselmo: para que la dignidad de la intercesora supla nuestra miseria. Por tanto, acudir a la Virgen no es desconfiar de la divina misericordia; es tener miedo de nuestra indignidad. Santo Tomás, cuando habla de la dignidad de María, no repara en llamarla casi infinita. Como es Madre de Dios tiene cierta especie de dignidad infinita. Y por tanto, puede decirse sin exageración que las oraciones de María son casi más poderosas que las de todo el cielo.

Pongamos fin a este primer capítulo resumiendo todo lo dicho y dejando bien sentada esta afirmación: que el que reza se salva y el que no reza se condena. (…)

El problema en Halloween no está en los disfraces o en los dulces, sino en glorificar el mal

El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis, lo afirma

El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis, afirmó en diálogo con ACI Prensa que los padres deben recordar los orígenes cristianos de Halloween y hacer una celebración consecuente en la Víspera de Todos los Santos “en vez de glorificar al mal”.

"En última instancia, no creo que haya nada malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo el P. Lampert.

El sacerdote aseguró que el peligro radica en los trajes que glorifican el mal deliberadamente e infunden miedo, o cuando las personas pretenden “obtener poderes especiales” a través de la magia y brujería, inclusive por mero entretenimiento.

"En el libro de Deuteronomio, en el capítulo 18, se habla de no intentar consultar a los espíritus de los muertos, tampoco a los que practican magia, brujería o actividades afines. Aquello sería una violación de un mandamiento de la Iglesia, al colocar otras cosas por delante de la relación con Dios".

"Y ese sería el peligro de Halloween. Que de alguna manera Dios se pierde en todo esto, que la connotación religiosa se pierda y finalmente la gente glorifique el mal", añadió.

También dijo que es importante recordar que el diablo y los espíritus malignos no tienen ninguna autoridad adicional en Halloween, aunque lo parezca.

"El diablo actúa por lo que la gente hace, no porque este haga algo por sí mismo. Tal vez por la forma en que se celebra ese día, en realidad se invita a que el mal entre a nuestras vidas", dijo.

Finalmente el P. Lampert aseguró que una de las mejores cosas que los padres pueden hacer es utilizar Halloween como un momento de aprendizaje y explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no conducen a nuestra fe e identidad católica”.

Por otro lado, Anne Auger, una madre católica de tres niños proveniente del estado de Winsconsin en Estados Unidos, dijo a ACI Prensa, que si bien deja que sus niños se disfracen y pidan dulces, siempre verifica las casas por donde pasarán y así evitar aquella que están decoradas “con cosas temibles”.

"El año pasado una persona llegó a la puerta vestido como un lobo demoníaco. A veces las personas se visten como brujas y puedo entender eso, pero esto fue un nivel completamente nuevo, tan diferente a cuando éramos pequeños".

También aseguró que los padres deben enseñar a sus hijos el significado de Halloween, siempre en relación al día de Todos los Santos.

"Les decimos que estamos teniendo una fiesta porque celebraremos a los santos en el cielo, y es por ello salimos a pedir dulces”, añadió.

Kate Lesnefsky, otra madre católica, con niños entre las edades de 3 y 16 años, también les permite que elijan sus trajes para pedir dulces, siempre y cuando no infundan miedo o tengan aspecto demoníaco.

Al día siguiente lleva a sus hijos a la Misa por Todos los Santos, y la familia lo usa como una oportunidad para hablar sobre lo que significa la muerte y la santidad.

"Tengo una hermana que murió cuando tenía 19 años. Entonces hablamos de diferentes personas que sabemos que están en el cielo, de mis abuelos o de los diferentes santos" dijo Lesnefsky.

Santa Marta: “No existen los cristianos tranquilos, que no luchan”

El Papa exhorta a “luchar contra las enfermedades espirituales”

Misa En Santa Marta 26/10/2017 © L'Osservatore Romano

(ZENIT – 26 Oct. 2017).- “No existen los cristianos tranquilos, que no luchan –dijo el Papa– “esos no son cristianos, son unos ‘tibios’”.

Reflexión del Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada hoy, 26 de octubre de 2017, en la capilla de Santa Marta.

“No existen los cristianos tranquilos, que no luchan –dijo el Papa– “esos no son cristianos, son unos ‘tibios’”. Y añadió: “También puedes encontrar la tranquilidad para dormir en una pastilla”, pero “no hay pastillas para la paz interior”.

Por ello, afirma el Papa que “sólo el Espíritu Santo” puede producir “esa paz en el alma que da la fortaleza a los cristianos”, y “nosotros debemos ayudar al Espíritu Santo haciéndole espacio en nuestro corazón”.

El Papa ha exhortado a hacer “el examen de conciencia de todos los días”, para “luchar contra las enfermedades espirituales, esas que siembra el enemigo y que son enfermedades de la mundanidad”.

“Jesús nos llama a cambiar de vida, a cambiar de camino, nos llama a la conversión”. Y esto comporta luchar contra el mal, también en nuestro corazón, “una lucha que no te da tranquilidad, pero que te da la paz”.

Francisco se ha inspirado en el Evangelio del día que indica que éste es “el fuego” que Jesús trae a la tierra, un fuego que pide el cambio.

Así, ha señalado el Papa: “Cambiar el modo de pensar, cambiar el modo de sentir. Tu corazón que era mundano, pagano, se vuelve ahora cristiano con la fuerza de Cristo: cambiar, ésta es la conversión. Y cambiar en el modo de obrar: tus obras deben cambiar”.

Una “conversión –subrayó Francisco– que implica todo: cuerpo y alma, todo”.

“Es un cambio, pero no es un cambio que se hace con ardid: es un cambio que hace el Espíritu Santo, por dentro. Y yo debo colaborar para que el Espíritu Santo pueda obrar. ¡Y esto significa lucha, luchar!”.

La lucha que ha iniciado Jesús contra el diablo, contra el mal, “no es una cosa antigua, sino sumamente moderna”, ha señalado el Obispo de Roma, “es cosa de hoy –dijo– de todos los días”, porque “aquel fuego que Jesús vino a traernos está en nuestro corazón”. Por esta razón debemos dejarlo entrar, y preguntarnos cada día: “¿Cómo he pasado de la mundanidad, del pecado, a la gracia?; ¿he dejado espacio al Espíritu Santo para que Él pudiera obrar?”

“Las dificultades en nuestra vida no se resuelven diluyendo la verdad. La verdad es ésta: Jesús ha traído fuego y lucha. ¿Y yo qué hago?”.

El Papa Francisco concluyó su homilía afirmando que para la conversión es necesario tener “un corazón generoso y fiel”. “Generosidad  –dijo– que proviene siempre del amor”. Y fidelidad, es decir, “fidelidad a la Palabra de Dios”.

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