Nadie habló jamás como este hombre

Evangelio según San Juan 7,40-53. 


Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: "Este es verdaderamente el Profeta". 
Otros decían: "Este es el Mesías". Pero otros preguntaban: "¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? 
¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?". 
Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. 
Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. 
Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: "¿Por qué no lo trajeron?". 
Ellos respondieron: "Nadie habló jamás como este hombre". 
Los fariseos respondieron: "¿También ustedes se dejaron engañar? 
¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? 
En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita". 
Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: 
"¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". 
Le respondieron: "¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta". 
Y cada uno regresó a su casa.

San Patricio Bretaña

Obispo (c. 385-461)  "Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared."

Nacido en Bretaña hacia el año 385, fue llevado cautivo muy joven a Irlanda, y obligado a desempeñar el oficio de pastor de ovejas. 

Conseguida la libertad fue sacerdote y obispo de su nueva patria a la que dedicó el resto de su vida mostrando unas dotes extraordinarias como evangelizador y ocupándose de la organización eclesiástica de Irlanda de la que es patrono.  Murió en el año 461.

Oremos 

Dios todopoderoso, que para dar a conocer tu nombre a los pueblos de Irlanda escogiste al obispo San Patricio, haz que, por su intercesión y sus méritos, los cristianos descubran el sentido misional de la fe y anuncien a los hombres las maravillas de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Calendario de  Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Irlanda (1697). El Oficio de  Nuestra Señora es instituído por el Papa Urbano II (1905)
San Juan Pablo II (1920-2005), papa 
Encíclica « Dives in misericordia », 7

« Este es el Mesías »

El mensaje mesiánico de Cristo y su actividad entre los hombres terminan con la cruz y la resurrección. Debemos penetrar hasta lo hondo en este acontecimiento final que, de modo especial en el lenguaje conciliar, es definido mysterium paschale, si queremos expresar profundamente la verdad de la misericordia, tal como ha sido hondamente revelada en la historia de nuestra salvación. En este punto de nuestras consideraciones, tendremos que acercarnos más aún al contenido de la Encíclica Redemptor Hominis. En efecto, si la realidad de la redención, en su dimensión humana desvela la grandeza inaudita del hombre, que mereció tener tan gran Redentor, al mismo tiempo yo diría que la dimensión divina de la redención nos permite, en el momento más empírico e « histórico », desvelar la profundidad de aquel amor que no se echa atrás ante el extraordinario sacrificio del Hijo, para colmar la fidelidad del Creador y Padre respecto a los hombres creados a su imagen y ya desde el « principio » elegidos, en este Hijo, para la gracia y la gloria.
   

Los acontecimientos del Viernes Santo y, aun antes, la oración en Getsemaní, introducen en todo el curso de la revelación del amor y de la misericordia, en la misión mesiánica de Cristo, un cambio fundamental. El que « pasó haciendo el bien y sanando », « curando toda clase de dolencias y enfermedades » Él mismo parece merecer ahora la más grande misericordia y apelarse a la misericordia cuando es arrestado, ultrajado, condenado, flagelado, coronado de espinas; cuando es clavado en la cruz y expira entre terribles tormentos. Es entonces cuando merece de modo particular la misericordia de los hombres, a quienes ha hecho el bien, y no la recibe. Incluso aquellos que están más cercanos a Él, no saben protegerlo y arrancarlo de las manos de los opresores. En esta etapa final de la función mesiánica se cumplen en Cristo las palabras pronunciadas por los profetas, sobre todo Isaías, acerca del Siervo de Yahvé: « por sus llagas hemos sido curados »
    

« A quien no conoció el pecado, Dios le hizo pecado por nosotros »,escribía san Pablo, resumiendo en pocas palabras toda la profundidad del misterio de la cruz y a la vez la dimensión divina de la realidad de la redención. Justamente esta redención es la revelación última y definitiva de la santidad de Dios, que es la plenitud absoluta de la perfección: plenitud de la justicia y del amor, ya que la justicia se funda sobre el amor, mana de él y tiende hacia él.

Dejar que Cristo, su Palabra y la Eucaristía, actúen

Santo Evangelio según San Juan 7, 40-53. Sábado IV de Cuaresma.



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, te pido la gracia de que en esta Cuaresma pueda abrir mi corazón a tu amor. Cámbiame desde dentro para que con mis obras manifieste tu gran amor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón..." (Hb 4, 12-13)

En este día me quiero centrar en la actitud de los guardias y la actitud de los fariseos. Los guardias abrieron su corazón a la palabra de Dios y, en cambio, los fariseos siguieron siendo duros de corazón, no queriendo abrirse.

Los guardias sólo observaron a Cristo, abrieron su corazón a su palabra y cambiaron de idea. No fueron necesarios los milagros o curaciones, sólo el observar y escuchar. "Me sedujiste y me dejé seducir" (Jr 20,7) Esta actitud la debemos de tener todos cuando nos acercamos a Cristo en los momento de oración. Nuestra oración solo debe de consistir en mirar a Cristo y escuchar su palabra. Debemos de dejar que su palabra penetre en nosotros hasta los más profundo de nuestro ser y nos cambie. La palabra de Dios nunca es estéril, siempre fructifica. No perdamos el tiempo delante de Cristo, cuestionándolo sin escuchar y observar, pues sólo estamos cerrándonos más a su palabra.

Por otro lado, tenemos a los fariseos, que cerraron su corazón y no quisieron creer. Pero no son sólo los fariseos los que han cerrado sus corazones, también algunos de los que siguen de cerca a Cristo. La dureza de corazón nos impide conocer plenamente quién es Cristo y, sobre todo, el no ver lo que Él está haciendo en nuestras vidas. Para poder abrir nuestro corazón, debemos de tener ese encuentro frecuente con Cristo en la Eucaristía. Ponernos delante y hacer lo mismo que los guardias, verlo y escucharlo, para que su palabra me cambie.

Cuando los corazones se abren al Evangelio, el mundo comienza a cambiar y la humanidad resucita. Si acogemos y vivimos cada día la Palabra de Jesús, resucitamos con Él.
La Cuaresma que estamos viviendo hace resonar en la Iglesia este mensaje, mientras caminamos hacia la Pascua: en todo el pueblo de Dios se vuelve a encender la esperanza de resucitar con Cristo, nuestro Salvador. Que no venga en vano la gracia de esta Pascua, para el pueblo de Dios de esta ciudad.
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de marzo de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita al Santísimo, para observar y escuchar atentamente lo que Dios quiere decir a mi corazón.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 
Cristo es redentor porque es Hijo de Dios

Sábado cuarta semana de Cuaresma. Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos. 


La liturgia de estos días nos va hablando de cómo Jesús se va encontrando cada vez más ante un juicio. Un juicio que Él hace sobre el mundo y, al mismo tiempo, un juicio que el mundo hace sobre Él. El juicio que el mundo hace sobre Él se define en la fe, y por eso dirá: "Si no creen que Yo soy". Ese juicio, que se define en la fe, es el juicio del hombre que tiene que acabar por aceptar la presencia de Dios tal y como Él la quiere poner en su vida, porque mientras el hombre no acepte esto, Jesucristo no podrá verdaderamente salvarlo.



Cristo es acusado, y por eso dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre conocerán lo que Yo soy". Pero, al mismo tiempo es juez, y es Él mismo el que realiza el veredicto definitivo sobre nuestro pecado.



El juicio que nosotros hacemos sobre Cristo se resume en la cruz. Dios envía a su Hijo, y el mundo lo crucifica; Dios realiza la obra de la redención a través del juicio que el mundo hace de su Hijo, es decir de la cruz.



Esto es para nosotros un motivo de seria reflexión. El darnos cuenta de que nuestro juicio sobre Cristo es un juicio condenatorio, porque lo llevan a la cruz.



Nuestros pecados, nuestras debilidades, nuestras miserias, reconocidas o no, son las que juzgan a Cristo. Y lo juzgan haciéndolo que tenga que ser levantado y muerto por nosotros. Ésa es nuestra palabra sobre Cristo; pero, al mismo tiempo, tenemos que ver cuál es la palabra de Cristo sobre nosotros. Jesús dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces conocerán que Yo soy". Ese "Yo soy", no es simplemente un pronombre y un verbo, "Yo soy" es el nombre de Dios. Cuando Cristo está diciendo "Yo soy", está diciendo Yo soy Dios.



La cruz es la que nos revela, en ese misterio tan profundo, la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, porque la cruz es el camino que Dios elige, que Dios busca, que Dios escoge para hacer que nuestro juicio sobre Él de ser condena, se transforme en redención. Ésa es la moneda con la que Dios regresa el comportamiento del hombre con su Hijo.



Hay situaciones en las que, por nuestros pecados y por nuestras debilidades, vivimos en la obscuridad y en la amargura. Parecería que la expulsión de la comunión con Dios, que produce todo pecado, sería la auténtica respuesta de Dios al hombre, y, sin embargo, no es así. La auténtica respuesta de Dios al hombre es la redención. Mientras que el hombre responde a Dios juzgando, condenando y crucificando a su Hijo, Dios responde al hombre con un juicio diferente: la redención, el perdón. Pero para eso nosotros necesitamos ponernos en manos de Dios nuestro Señor.



Cristo constantemente nos está diciendo que Él es redentor porque es Hijo de Dios. Es decir, Él es el redentor porque es igual al Padre. "Yo soy", no me ha dejado solo, yo hago siempre lo que a Él le agrada. Ése es Cristo. Por eso es nuestro redentor. Cristo no es solamente alguien que se solidariza con nosotros, con nuestros pecados, con nuestras debilidades; Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos.



Tenemos urgencia de descubrir esto para hacer de Cristo el primero. Único y fundamental punto de referencia; criterio, centro y modelo de toda nuestra vida cristiana, apostólica, espiritual y familiar, para que verdaderamente Él pueda redimir nuestra vida personal, para que Él pueda redimir la vida conyugal de los esposos cristianos, para que Él pueda redimir la vida familiar, para que Él pueda redimir la vida social de los seglares cristianos, porque si Cristo no se convierte en punto de referencia, no podrá redimirnos.



Se acerca la Semana Santa, que son momentos en los que podríamos quedarnos simplemente en una contemplación sentimental de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor, cuando lo que está sucediendo en la Semana Santa es que Cristo se convierte en el juez y Señor de la historia, en el único que puede vencer a lo que destruye a la historia, que es la muerte. Cristo, vencedor de la muerte, se convierte así en el Señor de toda la historia y de toda la humanidad; en juez de toda la historia de la humanidad, y lo hace a través de la cruz, por lo que se transforma de condena en redención.



Seamos capaces de ir cristianizando cada vez más nuestros criterios, de ir cristianizando cada vez más nuestros comportamientos y de ir haciendo de nuestro Señor el punto de referencia de nuestra existencia. Que nuestra fe, nuestra adhesión, nuestro ponernos totalmente del lado de Cristo se conviertan en la garantía de que nosotros no muramos en nuestros pecados, sino que hagamos de la condena que sobre ellos tendría que cernirse, redención; y del castigo que sobre ellos tendría que caer en justicia, hagamos misericordia en nuestros corazones.

3 poderosas razones para no dudar que solo Dios pudo ser el creador del universo

Es bastante razonable pensar que existe un «Gran Creador del Universo». Pero, ¿qué sabemos de este Creador?



Alguna vez escuché que existe la misma probabilidad de que haya vida inteligente en el universo que meter cada una de las letras con que fue escrito el Quijote en una licuadora y que salgan en orden, reproduciendo a la perfección la obra de Cervantes. No sé si la comparación es muy exacta, pero refleja un poco el contenido de este video.

El «fine tuning» es la teoría que indica que las constantes por las que es posible la vida inteligente en el universo son tan precisas que debieron ser perfectamente ajustadas. En nuestra experiencia cotidiana, cuando vemos signos de diseño, pensamos que alguien lo debe haber diseñado. Si visitamos los Moáis en Isla de Pascua, nos damos cuenta de que alguien los esculpió y puso en ese lugar. Si vemos Machu Pichu, la Muralla China, el Monte Rushmore o alguna publicidad en las calles, nos damos cuenta que no pueden ser «formaciones naturales», sino que alguien las tiene que haber diseñado y construido. Lo mismo se puede decir del Universo, porque es tan complejo que es más lógico pensar que alguien lo diseñó a que sencillamente surgió por azar.

Ok, es bastante razonable pensar que existe un «Gran Creador del Universo». Pero, ¿qué sabemos de este Creador? Sabemos que posee algunos poderes especiales para poder crear materia de la nada. Uno se puede dar cuenta de que es un científico extraordinario porque domina a la perfección la física, la química y la matemática. Tiene además una creatividad incomparable. De su mano salieron las obras de arte más hermosas que se pueden observar. Sabe todo sobre biología y genética porque hizo surgir la vida y le permitió desarrollarse hasta que existió el ser humano. Y a este le pudo transmitir algunas de sus características propias, como su inteligencia y su libertad. Ok, ya sabemos algunas cosas sobre este Creador, pero algunas cosas se nos escapan.

Además de algunos detalles de cuándo y cómo se hicieron las cosas, nos falta el conocimiento del porqué del Universo. ¿Por qué Dios se tomó tantas molestias en crearlo? ¿Por qué tuvo que esperar millones de años hasta que surgiera el hombre? Llegados hasta este punto, la teoría del «fine tuning» no nos puede dar respuestas. Es el mismo Creador el que nos responde el porqué del Universo y de pasada nos cuenta un poco más sobre sí mismo. Esta respuesta de Dios es la Revelación que hizo al Pueblo Elegido y después al mundo entero mediante Jesucristo.

La Revelación nos dice que Dios creó todo por amor, e hizo el Universo tal como es para que el hombre pudiera habitarlo y experimentar ese amor. Nos dice el Compendio del Catecismo que «el mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser todo en todos, para gloria suya y para nuestra felicidad» (Compendio, 53). Dios ajustó todo en el Universo para que fuera posible la vida humana, para que Él tuviera alguien con quien compartir el amor y la sabiduría.

En el fondo, el «fine tuning» es más que una obra de ingeniería espectacular, es la delicadeza que tuvo Dios para darnos el mejor lugar para que podamos sentir su misericordia. Creo que el mejor ejercicio que puedes hacer es fijarte en la naturaleza, en la constante de la gravedad (Ω), en el sol, el aire, la presión atmosférica, etc., y no darlas por sentado. En esas cosas te habla Dios del amor que te tiene.

CURSO EN EL CEHS, CON ARIEL ÁLVAREZ

"Jesús y la Salud"...Una oportunidad que no te dejará indiferente
23 y 24 de marzo, en el Centro de Humanización de la Salud

Desde hace varios años, Álvarez Valdés ha consagrado su vida a la divulgación popular de la investigación científica de la Biblia, a través de escritos y conferencias en la Argentina y en el extranjero
(Humanizar).- Se acerca Semana Santa, y con ella la oportunidad de acercarte de una manera distinta al mundo de Jesús y de la salud. Una oportunidad diferente, nueva, que no te dejará indiferente y nada tiene que ver con lo que conocías sobre el tema hasta ahora.

¿Te gustaría?

Pues el Centro de Humanización de la Salud te brinda esa posibilidad, a través de un curso presencial y gratuito de diez horas de duración sobre "Jesús y la Salud", los días 23 y 24 de marzo.
Es un curso que, en principio, está dirigido a los profesionales y voluntarios del Centro San Camilo, pero está abierto a todas las personas interesadas. Aprovecha.

¿Quién lo imparte? Ariel Álvarez Valdés

Biblista y teólogo nació en Santiago del Estero (Argentina) en 1957. Es licenciado en Teología Bíblica por la Facultad Bíblica Franciscana de Jerusalén (Israel), y doctor en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Salamanca, donde obtuvo la máxima calificación por su tesis "La Nueva Jerusalén: ¿ciudad celeste o ciudad terrestre?".

Desde hace varios años, Álvarez Valdés ha consagrado su vida a la divulgación popular de la investigación científica de la Biblia, a través de escritos y conferencias en la Argentina y en el extranjero. Hasta el presente, cuenta con más de 2.000 publicaciones sobre temas bíblicos, en unas 90 revistas de diversos países.

También ofrecemos una actividad formativa de 3 horas sobre "Jesús y la Salud" el día martes 27 de marzo de 17:00 a 20:00. Inscríbete aquí

MÁS INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES

PAXTV.ORG