Todo lo ha hecho bien
- 09 Septiembre 2018
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"EL SISTEMA DE PODER DE LA IGLESIA CATÓLICA SE HA PODRIDO Y NECESITA UN CAMBIO RÁPIDO Y RADICAL"
Los 'diplomáticos' vaticanos desactivan el 'golpe de Estado' de los rigoristas contra el Papa Francisco
"Pocas veces un Papa, por muy monarca absoluto que sea, se ha impuesto a la todopoderosa maquinaria curial"
José Manuel Vidal, 08 de septiembre de 2018 a las 15:25
Papa Francisco
Cumplir la penitencia por la lacra de los abusos del clero podría acarrear la bancarrota generalizada del Vaticano
(José M. Vidal).- Lo eligieron, entre otras cosas, para limpiar la Curia. Francisco tiene, para ello, no sólo la legitimidad que imprime el cargo (al que llega, según la teología católica, por obra del Espíritu Santo), sino también la que le confirió el colegio cardenalicio, especie de Senado de la Iglesia. Eso implicaba purgar la maquinaria de poder, que creció en las entrañas del Vaticano a lo largo de los siglos, sorbiéndole la sangre como una garrapata.
Tras le renuncia histórica de Benedicto, su sucesor, el Papa Francisco se encontró ante los mayores y más dramáticos problemas de gobierno que haya tenido jamás un Papa. Una situación, en palabras de su predecesor, "peor que la de las persecuciones" de los primeros cristianos. Una crisis que ha llevado a Bergoglio a pronunciar esta frase, que, en la boca de un Papa, suena casi a blasfemia o a grito desesperado: "Jesús está llamando desde dentro, para que le dejemos salir de esta Iglesia llena de corrupción y suciedad".
Y es que el tsunami de la pederastia mancha las sotanas negras de miles de clérigos y religiosos de cientos de diócesis de todo el mundo (con hitos especiales como Chile, Irlanda o USA), pero salpica incluso a la blanca del mismísimo Sumo Pontífice y hasta puede dejar marcado para siempre, con una marca indeleble, el propio rostro de la Iglesia católica.
No valen, pues, paños calientes. Dado que el escándalo se basa en un cúmulo de errores y de pecados cometidos por toda la cadena de mando, hay que extirpar. El sistema de poder de la Iglesia católica se ha podrido y necesita un cambio rápido y radical.
A eso esta llamado el papa Bergoglio. La reforma tiene que ser profunda y afectar a todo el aparato de poder central romano y sus remedos, a pequeñas o grandes escalas, en las curias diocesanas de todo el mundo.
Y Francisco se puso manos a la obra en la reforma ad intra. Con anuncios y denuncias. Reestructuró la Curia, creo el G9 y está a punto de aprobar una nueva Constitución vaticana, que, por fin, comenzará a poner orden en el entramado curial. Y lo acusó, en varios discursos ya célebres, de todos los males, invitando a los curiales a una conversión profunda y sincera.
Queda pendiente la reforma ad extra, que, como ya pidiera, hace años, el cardenal Schönborn, arzobispo de Viena, tiene que pasar por la revisión de la disciplina del celibato, por permitir el acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, por dar, de una vez por todas, mayor poder en la comunidad a los laicos y a las mujeres, y por una mayor colegialidad. El problema es que la Historia nos dice que pocas veces un Papa, por muy monarca absoluto que sea, se ha impuesto a la todopoderosa maquinaria curial. Sobre todo, al poder del cuerpo diplomático de la Santa Sede, en cuyas manos reside el control absoluto del Vaticano y, en cierto sentido, de las diócesis de todo el mundo, a través de los Nuncios. Pasan los Papas, pero su poder permanece incólume.
La reforma de ese poder es la asignatura todavía pendiente de Francisco y, paradójicamente, la que le puede salvar del 'jaque mate' que acaban de lanzar contra él los rigoristas por medio de un peón, el ex Nuncio en Washington, Carlo María Viganó. Lo reconocía recientemente en Madrid, el coordinador del G9, el cardenal Maradiaga, al señalar que la reforma de la Curia está llegando a su fin y que la única "pata" que queda por apuntalar es la del cuerpo diplomático. Consciente de la pata que le falta a la reforma de Francisco, el cuerpo diplomático en bloque se ha decantado por apoyarle, tras haber sido atacado abiertamente por uno de los suyos, el ex Nuncio en Washington. Y tanto la vieja guardia diplomática de Sodano y Re, como la nueva de Parolin, Stella, Becciu y Bertello han cerrado filas con Bergoglio. Más aún, se avergüenzan de que uno de los suyos, Viganó, se haya pasado con armas y bagajes al sector más rigorista y utilice los medios de comunicación para airear la suciedad de los últimos tres Papas y de los últimos tres Secretarios de Estado del Vaticano. Algo que se da de patadas con el adn del diplomático vaticano, que debe morir llevándose sus secretos a la tumba.
Para Viganó y los suyos, el objetivo era derrocar a Francisco, minando su enorme autoridad moral global, acusándolo de ser un encubridor más de los abusos del clero. Un intento burdo de desacreditarlo y forzar su renuncia.
Pero la operación religioso-política ha fracasado por la oposición de los diplomáticos. Tanto es así que el panfleto de Viganó ha tenido la virtualidad de unir a los 'enemigos' de las dos cordadas diplomáticas. La vieja, que sigue estando capitaneada por Sodano y Re, y la nueva, con Parolin y Becciu como líderes. Francisco no es santo de la devoción de la vieja guardia, que también quiere que se vaya, pero no así, con los métodos del agitprop (agitación y propaganda) de los rigoristas americanos.
El cierre de filas de los dos partidos diplomáticos con el Papa deja a los anti Francisco moderados, encabezados por los cardenales Müller y Sarah, más solos y expuestos. Y, sobre todo, manda a la tinieblas exteriores al círculo de los curiales rigoristas, liderados por Burke, al tiempo que deja en evidencia a los obispos norteamericanos más conservadores, como Chaput, que han apoyado las acusaciones de Viganó.
El 'Savonarola de Varese' (como llama el vaticanista Luis Badilla al arzobispo Viganó) sabía perfectamente que, al atacar a sus ex superiores, el cuerpo diplomático iba a cerra filas con el Papa reinante (y con los anteriores). Lo cual demuestra, una vez más, que el ex nuncio no es más que un pequeño peón que, víctima de su resentimiento contra el aparato del que formó parte, se dejó utilizar por los rigoristas. Para convertirse en un traidor más que en un mártir.
Desacreditado y sofocado el motín, Francisco tiene que agradecérselo a los diplomáticos, cuyo poder quiere recortar, y podría aprovechar la ocasión para acelerar el ritmo de las reformas. Pero antes tiene que centrarse, todavía más, en la lucha contra los abusos, cuya onda expansiva podría desactivar las potencialidades de su pontificado y frenar de cuajo las reformas y la limpieza de la Curia, las tareas para las que fue elegido.
¿Se atreverá Francisco a reconocer abiertamente que 'la Iglesia es culpable'? Sus consejeros más íntimos están divididos al respecto. Unos le piden que lo haga y vaya hasta el final en la lucha contra la plaga que amenaza con arruinar la credibilidad de la Iglesia para siempre. Otros, más prudentes, le advierten de que, si reconoce la culpa de la institución, los norteamericanos responderán de inmediato: 'Entonces, pague'.
Y lloverá una avalancha de procesos en Estados Unidos y en otros muchos países de todo el mundo por miles de millones de dólares. Es decir, cumplir la penitencia por la lacra de los abusos del clero podría acarrear la bancarrota generalizada del Vaticano. ¿No sería ésa, precisamente, la oportunidad para edificar la Iglesia pobre y para los pobres, que quiere el Papa Francisco y el propio Evangelio de Jesús?
La curación de un sordomudo en la región pagana de Sidón está narrada por Marcos con una intención claramente pedagógica. Es un enfermo muy especial. Ni oye ni habla. Vive encerrado en sí mismo, sin comunicarse con nadie. No se entera de que Jesús está pasando cerca de él. Son otros los que lo llevan hasta el Profeta.
También la actuación de Jesús es especial. No impone sus manos sobre él como le han pedido, sino que lo toma aparte y lo lleva a un lugar retirado de la gente. Allí trabaja intensamente, primero sus oídos y luego su lengua.
Quiere que el enfermo sienta su contacto curador. Solo un encuentro profundo con Jesús podrá curarlo de una sordera tan tenaz.
Al parecer, no es suficiente todo aquel esfuerzo. La sordera se resiste. Entonces Jesús acude al Padre, fuente de toda salvación: mirando al cielo, suspira y grita al enfermo una sola palabra: Effetá, es decir, «Ábrete». Esta es la única palabra que pronuncia Jesús en todo el relato. No está dirigida a los oídos del sordo, sino a su corazón.
Sin duda, Marcos quiere que esta palabra de Jesús resuene con fuerza en las comunidades cristianas que leerán su relato. Conoce bien lo fácil que es vivir sordos a la Palabra de Dios. También hoy hay cristianos que no se abren a la Buena Noticia de Jesús ni hablan a nadie de su fe. Comunidades sordomudas que escuchan poco el Evangelio y lo comunican mal.
Tal vez uno de los pecados más graves de los cristianos de hoy es esta sordera. No nos detenemos a escuchar el Evangelio de Jesús. No vivimos con el corazón abierto para acoger sus palabras. Por eso no sabemos escuchar con paciencia y compasión a tantos que sufren sin recibir apenas el cariño ni la atención de nadie.
A veces se diría que la Iglesia, nacida de Jesús para anunciar su Buena Noticia, va haciendo su propio camino, olvidada con frecuencia de la vida concreta de preocupaciones, miedos, trabajos y esperanzas de la gente. Si no escuchamos bien las llamadas de Jesús, no pondremos palabras de esperanza en la vida de los que sufren.
Hay algo paradójico en algunos discursos de la Iglesia. Se dicen grandes verdades, pero no tocan el corazón de las personas. Algo de esto está sucediendo en estos tiempos de crisis. La sociedad no está esperando «doctrina religiosa» de los especialistas, pero escucha con atención una palabra clarividente, inspirada en el Evangelio de Jesús, cuando es pronunciada por una Iglesia sensible al sufrimiento de las víctimas, y que sabe salir instintivamente en su defensa invitando a todos a estar cerca de quienes más ayuda necesitan para vivir con dignidad.
José Antonio Pagola Domingo 23 Tiempo ordinario - B (Marcos 7,31-37)
9 de septiembre 2018
XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, “B”
(Is 35, 4-7; Sal 145; Sant 2, 1-5; Mc 7, 31-37)
COMENTARIO
Actualmente, existen propuestas de diversos métodos que ofrecen técnicas y herramientas para progresar en el propio conocimiento, en el crecimiento de la atención y consciencia personales, con el objetivo de madurar afectivamente, ser más dueño de los propios impulsos, tener mayor capacidad productiva…
En muchos casos, las técnicas apelan a diversos ejercicios corporales y de silenciamiento con resultados bastante exitosos por la percepción inmediata de efectos en principio saludables, como es la pacificación interior, la armonización del ser, la capacidad de silencio, la conexión con el propio interior...
Si es cierto que la aplicación de algunos métodos puede ayudar al crecimiento de la consciencia, no es algo novedoso, y se debe prestar atención por si son movimientos un tanto introspectivos y narcisistas.
Las diversas técnicas se apoyan en el conocimiento corporal y en la aplicación de los cinco sentidos como mediación inmediata para percepciones interiores. Los evangelios presentan a Jesús como quien abre los ojos al ciego, da voz a los mudos, oídos a los sordos, movilidad a los paralíticos, alimento a los hambrientos y con ello no solo nos revela curaciones físicas, sino la restauración personal más completa.
Las lecturas de este domingo inciden en el protagonismo de los sentidos corporales. El profeta anuncia los tiempos mesiánicos con la alusión a la rehabilitación sensorial: “Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará”. Y lo que aparece como profecía, en los evangelios se narra como realidad: “Le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: -«Effetá», esto es: «Ábrete». Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad”.
En definitiva, la Palabra de Dios nos asegura que quien tiene poder para concedernos la más plena rehabilitación personal es Jesús y su enseñanza. Si puede ser bueno un ejercicio por el que crecer en atención y consciencia y si deseamos abrirnos a la mayor sensibilidad, deberemos acoger la luz de la fe, la sensibilidad auditiva del corazón, el movimiento que supera toda inercia, no solo en beneficio personal, sino solidarios, y teologales.
El Dios del Silencio; XXIII Domingo Ordinario
Hemos perdido la capacidad de propiciar un encuentro cálido, cordial y amable con los demás.
Lecturas:
Isaías 35, 4-7: “Se iluminarán los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán”
Salmo 145: “Alaba, alma mía, al Señor”
Santiago 2, 1-5: “Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos herederos del Reino”
San Marcos 7, 31-37: “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”
Un mundo de silencio, aislamiento y soledad… siempre pensaba que el mundo de los débiles auditivos sería muy cercano al silencio total, la celebración de una misa con ellos, cambió toda mi experiencia. Hablar con las manos y escuchar con el corazón, cantar con el movimiento y percibir una comunicación especial del Dios que habla más allá de las palabras y de los sonidos, me hicieron entender que el que es “la Palabra” va más allá de nuestras limitaciones y nuestras exclusiones. Por momentos temía que mis palabras profanaran esa comunicación tan singular; en otros momentos me sentía como un intruso al no “hablar” el mismo idioma de signos, sonrisas y miradas. Sin embargo más allá de las limitaciones, más allá de las palabras, más allá de los silencios, había una comunicación muy especial del Dios del silencio, del Dios del amor, del Dios de la comunicación, que yo no quería profanar con mis ruidos. Más allá de las palabras, la “Palabra” entraba en el corazón.
Una de las quejas más frecuentes de las personas es que no son escuchados. Expresan la imposibilidad de comunicar sus necesidades, sus problemas y buscan canales para que sus solicitudes lleguen a su destino. “A los pobres no nos hacen caso”, es un lamento constante y van buscando quien les de voz que pueda ser escuchada. Nos encontramos en un país de sordos y mudos. Los que tienen las graves necesidades y los muchos problemas, por más que se cansen de gritar, de pedir y de demostrar, no son escuchados. Quienes tienen la autoridad, el poder, el dinero y las posibilidades de solucionar problemas, se han vuelto incapaces de escuchar los gritos de angustia y de dolor del pueblo. En nuestro tiempo, se ha recrudecido este problema fundamental de la comunicación y el lenguaje. En lugar de hacer más fácil el entendernos, nos quedamos solos, nos aislamos o solamente nos relacionamos con nuestro grupito.
Somos sordos que cerramos los oídos para no percibir realidades que nos están gritando: un ecosistema que se agota, una naturaleza que ya no aguanta nuestra destrucción; hermanos que claman de hambre y necesidades, pero que no encuentran respuesta. Hemos cerrado nuestros oídos y no percibimos estos gritos desgarradores. Hemos perdido la capacidad de propiciar un encuentro cálido, cordial y amable con los demás.
Los vemos como extraños y alejados, más del corazón que en la distancia; no somos capaces de escucharlos, entenderlos y atenderlos como hermanos. Así, terminamos agobiados por nuestro propio aislamiento, vivimos en soledad y no nos sentimos comprendidos ni amados por nadie. Sería hoy muy importante examinar por qué me cierro frente a determinadas personas o grupos, mirar cuándo y dónde pongo oídos sordos, y buscar las razones por las que no me solidarizo, ni me comunico y quedo en soledad. Frecuentemente las causas de esta incomunicación, indiferencia y aislamiento, tienen su raíz en el egoísmo, la desconfianza y la falta de solidaridad. La imagen del sordomudo podría también representar a las personas incomunicadas no solamente con sus semejantes, sino también con Dios. No tenemos tiempo para escuchar su palabra, no queremos oír sus mensajes, no estamos dispuestos a dejarlo entrar en nuestro ámbito interior. Hoy es un desafío ser comprensivos y no sordos e intransigentes.
Me impresiona la forma en que Cristo cura al sordomudo: “El lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva”. Es todo un ritual de acercamiento y atención personalizada. Es lo que requiere la comunicación. No se trata a la persona como si fuera una ficha o un número, no se le aplican controles, sino se crea el momento oportuno, donde pueda escucharse, donde se pueda palpar cuáles son sus sentimientos. Se rompen los muros de los prejuicios, de la discriminación, de la separación y se puede entablar un verdadero diálogo. Sólo entonces se abren los oídos y se pronuncian las palabras que tienen sentido. Sólo entonces puede haber verdadera comunicación. Hoy vuelve a resonar el mandato de Jesús: “¡Effetá!”, y debemos abrir los oídos y el corazón.
Es necesario escuchar a Dios en la historia, en el Evangelio, en la vida, en las personas, descubriendo lo que Él nos dice, no lo que nosotros queremos escuchar. Hay que buscar los momentos apropiados para dejar que el eco de su voz resuene en nuestro interior, porque Él nos sigue hablando en todos los momentos de la vida. Necesitamos también abrir nuestra boca para anunciar buena nueva.
El apóstol Santiago, en la segunda lectura, nos dice, con un ejemplo muy duro pero muy cierto, que no todas las personas son escuchadas del mismo modo, hay algunas a las que no se les hace caso y se les ignora. Lo dice de las asambleas de su tiempo, pero lo mismo pasa en nuestras asambleas, a veces tiene más estimación un traje bonito que la dignidad de una persona. En nuestra sociedad hay muchos marginados que no tienen voz, ni derechos, ni presencia. No encuentran espacios en la educación, en la medicina, en los proyectos de vida, en la dignidad del trabajo, son como sombras que deambulan sin hacer ruido. O bien, hacen ruido, pero son silenciados por otros intereses. Necesitamos acabar con esta sociedad de sordos y mudos, y construir una nueva sociedad donde la voz y la palabra tengan su relevancia, no importando quién es el que la pronuncie, sino su contenido. Una sociedad donde sea más importante encontrarse con el hermano que todos los bienes materiales.
Más allá de todas las divagaciones, al final de esta reflexión me quedan en el corazón unas preguntas: ¿Quiero realmente escuchar las “voces” de Dios? ¿Soy capaz, aunque con tartamudez y lentitud, de anunciar su mensaje? ¿Tengo espacios para “encontrarme” con Él? Y en el horizonte fraternal: ¿escucho el sentir y el dolor de los hermanos? ¿Permanezco mudo ante las injusticias, la mentira y el dolor?
Señor Jesús, que te has hecho Palabra y comunicación del Padre, abre nuestros oídos para escuchar tu mensaje, nuestro corazón para recibir a los hermanos y nuestra boca para anunciar tu Evangelio. Amén
Pedro Claver, Santo
Memoria Litúrgica, 9 de Septiembre
Esclavo de los esclavos
Martirologio Romano: San Pedro Claver, presbítero de la Compañía de Jesús, que en Nueva Cartagena, ciudad de Colombia, durante más de cuarenta años consumió su vida con admirable abnegación y eximia caridad para con los esclavos negros, bautizando con su propia mano a casi trescientos mil de ellos (1654).
Fecha de canonización: Beatificado el 16 de Julio de 1850 por Pío IX. Canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con Alfonso Rodriguez.
Breve Biografía
Nació en Verdú, España, el 26 de Junio de 1580.
Murió en Cartagena, Colombia, el 8 de Septiembre de 1654.-
Pedro Claver y Juana Corberó, campesinos catalanes, tuvieron seis hijos, pero solo sobrevivieron Juan, el mayor, y los dos mas pequeños, Pedro e Isabel. El padre apenas podía firmar su nombre, pero era un hombre trabajador y buen cristiano. La infancia de Pedro quedó oculta para la historia como la de tantos santos, incluso la de Nuestro Señor. Trabajaba en el campo con su familia.-
Pedro se graduó de la Universidad de Barcelona. A los 19 años decide ser Jesuita e ingresa en Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encuentra con San Alonso Rodriguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar lo territorios españoles en América.-
Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610. Debía estudiar su teología en Santa Fe de Bogotá. Allí estuvo dos años, uno en Tunja y luego es enviado a Cartagena, en lo que hoy es la costa de Colombia. En Cartagena es ordenado sacerdote el 20 de Marzo de 1616.-
Al llegar a América, Pedro encontró la terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada que había comenzado ya desde el segundo viaje de Colón el 12 de Enero de 1510, cuando el rey mandó a emplear negros como esclavos. Se trata de una tragedia que envolvió a unos 14 millones de infelices seres humanos. Un millón de ellos pasaron por Cartagena. Los esclavos venían en su mayoría de Guinea, del Congo y de Angola. Los jefes de algunas tribus de esas tierras vendían a sus súbditos y sus prisioneros. En América los usaban en todo tipo de trabajo forzado: agricultura, minas, construcción.-
Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de las flotas españolas se convirtió en el principal centro del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban cada mes. Aunque se murieran la mitad en la trayectoria marítima, el negocio dejaba grandes ganancias. Por eso, las repetidas censuras del papa no lograron parar este vergonzoso mercado humano.-
Pedro no podía cambiar el sistema. Pero si había mucho que se podía hacer con la gracia de Dios. Pero hacía falta tener mucha fe y mucho amor. Pedro supo dar la talla. En la escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval, Pedro escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus" (yo Pedro Claver, de los negros esclavo para siempre". Así fue. San Pedro no se limitó a quejarse de las injusticias o a lamentarse de los tiempos en que vivía. Supo ser santo en aquella situación y dejarse usar por Jesucristo plenamente para su obra de misericordia. En Cartagena durante cuarenta años de intensa labor misionera se convirtió en apóstol de los esclavos negros. Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, el supo ser luz y sal, supo hacer constar para la historia lo que es posible para Dios en un alma que tiene fe.-
A pesar de su timidez la cual tuvo que vencer, se convirtió en un organizador ingenioso y valiente. Cada mes cuando se anunciaba la llegada del barco esclavista, el padre Claver salía a visitarlos llevándoles comida. Los negros se encontraban abarrotados en la parte inferior del barco en condiciones inhumanas. Llegaban en muy malas condiciones, víctimas de la brutalidad del trato, la mala alimentación, del sufrimiento y del miedo. Claver atendía a cada uno y los cuidaba con exquisita amabilidad. Así les hacia ver que el era su defensor y padre.-
Los esclavos hablaban diferentes dialectos y era difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a esta dificultad, el padre Claver organizó un grupo de intérpretes de varias nacionalidades, los instruyó haciéndolos catequistas.-
Mientras los esclavos estaban retenidos en Cartagena en espera de ser comprados y llevados a diversos lugares, el padre Claver los instruía y los bautizaba. Los reunía, se preocupaba por sus necesidades y los defendía de sus opresores. Esta labor de amor le causó grandes pruebas. Los esclavistas no eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser indiscreto por su celo por los esclavos y de haber profanado los Sacramentos al dárselos a criaturas que a penas tienen alma. Las mujeres de sociedad de Cartagena rehusaban entrar en las iglesias donde el padre Claver reunía a sus negros.-
Sus superiores con frecuencia se dejaron llevar por las presiones que exigían se corrigiesen los excesos del padre Claver. Este sin embargo pudo continuar su obra entre muchas humillaciones y obstáculos. Hacia además penitencias rigurosas. Carecía de la comprensión y el apoyo de los hombres pero tenia una fuerza dada por Dios.-
Muchos, aun entre los que se sentían molestos con la caridad del padre Claver, sabían que hacia la obra de Dios siendo un gran profeta del amor evangélico que no tiene fronteras ni color. Era conocido en toda Nueva Granada por sus milagros. Llegó a catequizar y bautizar a mas de 300,000 negros.-
En la mañana del 9 de Septiembre de 1654, después de haber contemplado a Jesús y a la Santísima Virgen, con gran paz se fue al cielo.
Beatificado el 16 de Julio de 1850 por Pío IX.
Canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con Alfonso Rodriguez.
El 7 de Julio de 1896 fue proclamado patrón especial de todas las misiones católicas entre los negros.
El papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver en la Iglesia de los Jesuitas en Cartagena el 6 de Julio de 1986
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San Pedro Claver
Oración
Oh Dios, que, con el fin de llevar el Evangelio a los esclavos negros, has dotado a San Pedro Claver de admirable amor y paciencia, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, superadas todas las discriminaciones raciales, amemos a todos los hombres con sincero corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
JESÚS ACTÚA SIEMPRE CON DISCRECCIÓN...NO ANDA EN BUSCA DE POPULARIDAD O DE ÉXITO"
El Papa invita a hacer el bien "sin ostentación y en silencio"
Denuncia que "hay muchas formas de marginar, incluso con una falsa piedad"
José Manuel Vidal, 09 de septiembre de 2018 a las 11:43
Papa, en la ventana
Hay una segunda curación, quizás más difícil, y es la curación del miedo, de nuestro miedo, que nos impulsa a marginar al enfermo y al que sufre
(José M. Vidal).- Desde la cátedra de la ventana, ante el pueblo reunido en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco invita a los fieles a hacer el bien "sin ostentación y en sielncio", pero curando física y espiritualmente a los que necesitan curación. Y advierte de que la curación más difícil es la del propio miedo. Antes y después del ángelus, la gente, consciente de que el Papa está siendo atacado por los 'cuervos' vaticanos, prorrumpe en 'vivas'. Para hacerle sentir su cariño y su apoyo.
Algunas frases de la catequesis del Papa
"El pasaje del sordomudo"
"Jesús actúa siempre con discrección...No anda en busca de popularidad o de éxito"
"El bien hay que hacerlo sin ostentación, en silencio"
"Efetá, ábrete"
"Una doble curación"
"Hay una segunda curación, quizás más difícil, y es la curación del miedo, de nuestro miedo, que nos impulsa a marginar al enfermo y al que sufre"
"Hay muchas formas de marginar, incluso con una falsa piedad"
"Sordomudos frente al dolor y la sangustias de las personas"
"El enfermo o el sufriente se convierte en un problema"
"El milagro lo podemos repetir también nosotros hoy"
"Se trata de abrirse a las necesidades de nuestros hermanos sufrientes y necesitados de ayuda"
"Es el corazón lo que Jesús ha venido a abrir"
Saludo después del ángelus
"Ayer, en Loreto, se celebró la fiesta de la Natividad de María"
"Hoy, en Salzburgo se celebra la beatificación de Alfonsa María, fundadora...testimonió el amor de Dios a los que estaban enfermos en el cuerpo y en el espíritu. Un apàluso a la nueva beata"
Y un atronador 'Viva el Papa' cierra los saludos del Papa.
¡Feliz cumpleaños Virgen María!
El nacimiento de la Virgen María tuvo privilegios únicos
La Natividad de la Santísima Virgen María, 8 de septiembre
La Virgen María fue la Madre de Jesús y, con este hecho, se cumplieron las Escrituras y todo lo dicho por los profetas. Dios escogió a esta mujer para ser la Madre de su Hijo. Con ella se aproximó la hora de la salvación. Por esta razón la Iglesia celebra esta fiesta con alabanzas y acciones de gracias.
Un poco de historia
El nacimiento de la Virgen María tuvo privilegios únicos. Ella vino al mundo sin pecado original. María, la elegida para ser Madre de Dios, era pura, santa, con todas las gracias más preciosas. Tenía la gracia santificante, desde su concepción.
Después del pecado original de Adán y Eva, Dios había prometido enviar al mundo a otra mujer cuya descendencia aplastaría la cabeza de la serpiente. Al nacer la Virgen María comenzó a cumplirse la promesa.
La vida de la Virgen María nos enseña a alabar a Dios por las gracias que le otorgó y por las bendiciones que por Ella derramó sobre el mundo. Podemos encomendar nuestras necesidades a Ella.
La fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María se comenzó a celebrar oficialmente con el Papa San Sergio (687-701 d.C.) al establecer que se celebraran en Roma cuaro fiestas en honor de Nuestra Señora: la Anunciación, la Asunción, la Natividad y la Purificación.
Se desconoce el lugar donde nació la Virgen María. Algunos dicen que nació en Nazaret, pero otros opinan que nació en Jerusalén, en el barrio vecino a la piscina de Betesda. Ahí, ahora, hay una cripta en la iglesia de Santa Ana que se venera como el lugar en el que nació la Madre de Dios.
Algo que no debes olvidar
María vino al mundo sin pecado original y con la gracia santificante.
La Virgen María fue escogida para ser la Madre de Dios.
La Virgen María fue pura y santa.
Al nacer la Virgen María se cumplió la promesa de Dios de que mandaría al mundo a una mujer de la que nacería el Salvador para liberarnos del pecado.
Cómo vivir la fiesta en familia
Llevar flores a la Virgen en alguna capilla, en señal de que la amamos y dando gracias a Dios por haberla creado y escogido para esa gran misión.
Pedir a la Santísima Virgen María, para que nos consiga la gracia que más necesitemos en este momento de nuestra vida, como familia.
Oración
María, en este día que festejamos tu nacimiento, te pido que me ayudes a estar siempre cerca de ti y de tu Hijo Jesús. Amén.