Aquello que has escondido a los sabios y entendidos, lo has revelado a los más pequeños
- 17 Julio 2019
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Alejo, Santo
Laico, 17 de julio
Mendigo
Martirologio Romano: En Roma, en la basílica situada en el monte Aventino, se celebra con el nombre de Alejo a un hombre de Dios que, como cuenta la tradición, dejó su opulenta casa para vivir como un pobre mendigo pidiendo limosna (s. IV).
Etimologicamente: Alejo = Aquel que es el defensor, es de origen griego.
Breve Semblanza
"El hombre de Dios" de Edesa, Siria.
A finales del siglo IV, vivía en Edesa, Siria, un mendigo a quien el pueblo veneraba como un santo. Después de su muerte, un anónimo escribió su biografía. Como ignoraba el nombre del mendigo, le llamó simplemente "el hombre de Dios". Según ese documento, el hombre de Dios vivió en la época del obispo Rábula, quien murió el año 436. El mendigo compartía con otros pobres la limosna que recogía a las puertas de las iglesias.
La leyenda
San Alejo es hijo de un senador romano. A la edad de veinte años comprendió que su vida rodeada de riquezas era un peligro para su alma. Para servir a Dios en la mayor humildad, se fue de Roma a Edesa disfrazado de mendigo. En Siria vivió por 17 años dedicado a la oración y a la penitencia.
Mendigaba para vivir y para ayudar a otros. Cuando se descubrió que era hijo de una familia rica de Roma, Alejo temió que le rindieran honores y regresó a Roma, a casa de su padre donde vivió por años de incógnito, como un criado, durmiendo debajo de una escalera. Todo lo aceptaba con humildad y lo ofrecía por los pecadores. Ya moribundo, reveló a sus padres que era su hijo y que había escogido vivir aquella vida por penitencia. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir. Cuando el obispo se enteró del caso, mandó exhumar el cadáver, pero no se encontraron más que los andrajos del hombre de Dios y ningún cadáver. La fama del suceso se extendió rápidamente.
Antes del siglo IX, se había dado en Grecia al hombre de Dios, el nombre de Alejo y San José el Hinmógrafo (833) dejó escrita en un "kanon" la leyenda, adornada naturalmente con numerosos detalles. Aunque se tributaba ya cierto culto al santo en España, la devoción a San Alejo se popularizó en occidente gracias a la actividad de un obispo de Damasco, Sergio, desterrado a Roma a fines del siglo X. Dicho obispo estableció en la iglesia de San Bonifacio del Aventino un monasterio de monjes griegos, y nombró a San Alejo co-patrono de la iglesia.
Se cuenta que en el siglo XII la leyenda de San Alejo ejerció profunda influencia sobre el hereje Pedro Waldo.
En el siglo XV, los Hermanos de San Alejo le eligieron por patrono y, en 1817, la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María le nombró patrono secundario. También en el oriente le profesa el pueblo gran devoción y aun le llama "el hombre de Dios."
En 1217 se encontraron unas reliquias en la iglesia de San Bonifacio, Roma, pero ningún martirologio antiguo y ningún libro litúrgico romano menciona el nombre de San Alejo, el cual, según parece, era desconocido en la Ciudad Eterna hasta el año 972.
ORACIÓN
¡Oh gloria de la nobleza romana
y verdadero amador de la pobreza
e ignominia de Cristo!
¡Oh Alejo bendito!
que en la flor de tu juventud,
por obedecer a la inspiración del Señor,
dejaste a tu esposa y saliste como otro
Abraham de la casa de tus padres,
y habiendo repartido lo que llevabas
con los pobres,
viviste como pobre y mendigo tantos años
desconocido y menospreciado entre los hombres.
Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María
nuestra Reina y señora,
y huyendo de las alabanzas de los hombres,
volviste por instinto de Dios
a la casa de tus padres
que por su voluntad habías dejado,
para darnos ejemplo de humildad,
de paciencia, de sufrimiento y constancia,
y para triunfar de tí
y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.
Pues, ¡oh santo bienaventurado!
rico y pobre, noble y humilde,
casado y puro, llorado de tus padres,
denostado de tus criados,
desestimado de los hombres
y honrado de los ángeles,
abatido en el suelo
y sublimado en el cielo,
yo te suplico,
Alejo dulcísimo,
que por tus merecimientos y oraciones
yo alcance del Señor
la virtud de la perfecta castidad,
de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias,
y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria,
y desconocido y muerto al mundo. Amén.
Cristo vive en un corazón sencillo
Santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27. Miércoles XV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la gracia de tener un corazón sencillo para que Tú vivas en él.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y que a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En la palabra de Dios vemos hoy como Cristo da gracias al Padre porque ha revelado los grandes misterios a las personas sencillas. La sencillez del corazón es la que le agrada a Dios y, por eso, muchas veces nos sorprendemos cuando nos encontramos personas que nunca han estudiado temas teológicos y parecen que fueran doctores, con una humildad y sencillez te hacen comprender los misterios más grandes que ni los teólogos más doctos pueden explicar con tanta claridad, no solo con palabras sino también con obras.
¡Cristo vive en el corazón sencillo! La vida espiritual es un camino que recorremos de la mano de Dios, y no es tan difícil como parece ser; somos nosotros los que tantas veces la complicamos, y llenamos este camino con tantos obstáculos que, después, es imposible recorrerlo y llegar a la vida de unión que Dios quiere para mí. Cristo se revela al corazón sencillo, se revela en el alma que realmente quiere hacer lo que Dios quiere para ella. Siempre me ha llamado la atención cómo algunos grandes maestros de la oración definen este encuentro. Tenemos a santa Teresita del Niño Jesús que dice: «la oración es un impulso del corazón una sencilla mirada lanzada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor…», a san Juan Crisóstomo: «Que nuestra oración sea escuchada no depende de la cantidad de palabras, sino del fervor de nuestra alma». Pidamos un corazón sencillo a María santísima, para que Cristo pueda vivir en cada uno de nosotros.
«Jesús enseña a la masa, la gente sencilla escucha al Señor porque tiene ganas, tiene sed, tiene sed de doctrina, sed de verdad; tiene una fe que busca crecer. La gente sencilla intuye que el Señor es un profeta, un maestro y lo sigue. Simplemente escucha. En cambio, estos fariseos, o también doctores de la ley se acercaron y para ponerlo a prueba le hicieron una pregunta casuística, aquellas preguntas de la fe que “se puede o no se puede”, donde la fe está reducida a un “sí” o a un “no”. Pero no el gran “sí” o el gran “no” de los que hemos escuchado hablar, que es Dios.»
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de mayo de 2018 en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Tratar de tener un gesto de sencillez hoy en mi vida espiritual; puede ser conmigo mismo o con otro.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Las siete peticiones que hacemos a Dios en la oración del Padre Nuestro
Las tres primeras son para dar gloria al Padre, son los deseos de un hijo que ama a su Padre sobre todas las cosas. Las cuatro últimas le pedimos su ayuda, su gracia
Uno de sus discípulos le pidió a Jesús que los enseñara a orar y Él lo hizo, enseñándoles la oración del Padrenuestro. Es así como Jesús nos regaló esta oración siendo la oración cristiana fundamental, la que todos nos sabemos, grandes y chicos, la que rezamos en la casa, en el colegio, en la Misa. A esta oración también se le llama “Oración del Señor” porque nos la dejó Cristo y en esta oración pedimos las cosas en el orden que nos convienen. Dios sabe que es lo mejor para nosotros. A través del Padrenuestro vamos a hablar con nuestro Padre Dios. Se trata de vivir las palabras de esta oración, no solo de repetirlas sin fijarnos en lo que estamos diciendo. El Padrenuestro está formado por un saludo y siete peticiones.
Saludo
Padre nuestro que estás en el cielo: Con esta pequeña frase nos ponemos en presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle.
¡Padre! : Al decirle Padre, nosotros nos reconocemos como hijos suyos y tenemos el deseo y el compromiso de portarnos como hijos de Dios, tratar de parecernos a Él. Confiamos en Dios porque es nuestro Padre.
Padre “Nuestro”: Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de amor de Dios hacia nosotros. Dios ha querido ser nuestro Padre y Él es un Padre bueno, fiel y que nos ama muchísimo. “Padre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos
“Que estás en el cielo”: El cielo no es un lugar sino una manera de estar. Dios está en los corazones que confían y creen en Él. Dios puede habitar en nosotros si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo, sino que su presencia abarca más allá de todo lo que podemos ver y tocar.
Las siete peticiones
Después de ponernos en presencia de Dios, desde nuestro corazón diremos siete peticiones, siete bendiciones. Las tres primeras son para dar gloria al Padre, son los deseos de un hijo que ama a su Padre sobre todas las cosas. Las cuatro últimas le pedimos su ayuda, su gracia.
1. Santificado sea tu nombre: Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada nación, en cada hombre. Depende de nuestra vida y de nuestra oración que su nombre sea santificado o no. Pedimos que sea santificado por nosotros que estamos en Él, pero también por los otros a los que todavía no les llega la gracia de Dios. Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo conozcan y le estén agradecidos por su amor.
Expresamos nuestro deseo de que el nombre de Dios sea pronunicado por todos los hombres de una manera santa, para bendecirlo y no para blasfemar contra él. Nos comprometemos a bendecir el nombre de Dios con nuestra propia vida.
2. Venga a nosotros tu reino: Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo presente en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la venida final del Reino de Dios.
Cristo vino a la Tierra por primera vez como hombre y nació humildemente en un establo. En el fin del mundo, cuando llegue la Resurrección de los muertos y el juicio final, Cristo volverá a venir a la Tierra, pero esta vez como Rey y desde ese momento reinará para siempre sobre todos los hombres. Se trata de ayudar en la Evangelización
y conversión de todos los hombres. Hacer apostolado para que todos los hombres lo conozcan, lo amen.
Pedimos el crecimiento del Reino de Dios en nuestras vidas, el retorno de Cristo y la venida final su Reino.
3. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, es que lleguemos a estar con Él.
Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Que en la tierra el error sea desterrado, que reine la verdad, que el vicio sea destruido y que florezcan las virtudes.
4. Danos hoy nuestro pan de cada día: Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre.
Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras ncesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En el mundo hay hambre de estos dos tipos, por lo que nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos necesitados.
5. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesitamos pedirle perdón cuando lo ofendemos. Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un corazón duro que no perdone los demás. Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es más fuerte que el pecado.
6. No nos dejes caer en tentación:El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las invitaciones que nos hace el demonio para obrar mal. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el pecado, hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la tentación. Hay que orar mucho para no caer en tentación.
7. Y líbranos del mal: El mal es Satanás, el ángel rebelde. La pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para la venida de Cristo.
AMÉN: Así sea.
Como te das cuenta, al rezar el Padrenuestro, le pides mucha ayuda a Dios que seguramente Él te va a dar y al mismo tiempo te comprometes a vivir como hijo de Dios.
7 consejos para lograr perdonar
No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete
Suele ser usual escuchar hablar del perdón, pero cuando tenemos la necesidad de recurrir a él no sabemos muchas veces cómo afrontarlo. A continuación te dejo estos 7 consejos para lograr perdonar.
1. Acércate a un sacerdoteo a una persona de confianza, y pídele un consejo. Coméntale la situación sin intentar presentarte como víctima, sino más bien presentando los hechos tal cual sucedieron. Recuerda que “compartir el sufrimiento disminuye la pena”.
2. Ora por la persona que te ha ofendido, precisamente porque te cuesta hacerlo, ahí encontrarás mucho más mérito ante Dios. Muchas veces sólo nos concentramos en pensar en el daño, lo mejor que podemos hacer es pedirle a Dios que disponga nuestros corazones para la experiencia del perdón.
3. Pide auxilio al Espíritu Santopara que te ayude a perdonar y perdónate a ti mismo por dejar que tal situación te robara la paz. Recuerda que el Espíritu
Santo es “experto en causas imposibles”, por lo tanto por muy imposible que te parezca, se puede perdonar.
4. Si el que te ha ofendido no busca el perdón hazle saber que tú ya le perdonastecon tus buenos comportamientos.
5. Cierra el capítulo, sigue adelante recordando que ha sido una enseñanza para crecer espiritualmente.
6. Recuerda que Dios te ha perdonado y que tú eres capaz de perdonar.
7. Ve a Jesús Sacramentadoy conviértete en un discípulo de la misericordia. De esta manera ayudarás a los demás a ser testigo visible de su gracia con tus consejos.
“Se adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?». Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. (Mt 18,21-35)
7 claves en el matrimonio para tener UN AMOR para toda la vida
Construyan su relación en un compromiso estable, no en sentimientos vagos
Recientemente estuve en un funeral de un hombre de nuestra iglesia y de antemano cuando estaba preguntando a sus amigos y familiares para compartir historias sobre él, su hermana dijo algo de él que sigue siendo uno de los más altos y más hermosos elogios que he escuchado. Ella dijo:
"Él amó a su esposa más de lo que yo haya visto que cualquier hombre ame a alguna mujer".
¡Qué profundo legado de amor! Recuerdo haber pensado: "Espero que se diga lo mismo de mí y cómo amé a mi esposa en mi propio funeral algún día". (Mi esposa es realmente encantadora, lo que hace que amarla sea una tarea muy agradable ¡Estoy emocionado de pasar los siguientes 50 años con ella!)
Ed Sheeran tiene una canción de amor llamada "Pensando en voz alta", donde promete que el amor que tiene por una joven será tan fuerte a los setenta como a sus veintitrés años.
La promesa de esas letras simples es algo que todo el mundo quiere en su matrimonio, pero muy pocas parejas parecen lograrlo en la vida real.
Estoy convencido de que el amor, la pasión y la amistad duradera en el matrimoniono es el resultado de la suerte, el destino o el accidente. Es el resultado de seguir el camino eterno del amor y el matrimonio creado y enseñado por Dios mismo en la Biblia.
Usted puede no ser una persona de fe (todavía), pero no deje de leer, porque estos principios podrían ser de gran ayuda para usted. Son aplicables para todos nosotros.
A continuación, las claves para tener un amor para toda la vida:
1.- Inviertan en su amistad uno con el otro.
En el núcleo de cada matrimonio fuerte está una amistad fuerte y éste un aspecto de su relación que puede y debe crecer más rica y más profundamente con cada año que pasa.
Esfuércense no sólo por amarse el uno al otro, esfuércense para realmente agradarse el uno al otro también.
Las parejas que logran el amor de por vida simultáneamente logran una amistad duradera entre sí.
2.- Ser rápidos para el perdón y para perdonar
Pocas cosas sabotean un matrimonio más rápido que "mantener la cuenta" y guardar rencores, pocas cosas traen la paz a un matrimonio más rápido que unas humildes disculpas y un perdón genuino.
El perdón no significa que la ofensa no dolió o no importó; simplemente significa amar a su cónyuge lo suficiente como para buscar la sanación en lugar del castigo cuando alguno ha sido lastimado.
3.- Tener nuevos sueños
Sigan teniendo nuevos sueños y creando nuevas aventuras juntos.
Rudy y Judy son una de las parejas más felices que conozco. Rudy está en sus ochenta años, pero tiene más energía que yo. Él y Judy se niegan a sentarse en las mecedoras a descansar en sus años dorados.
Ellos enseñan clases de baile, dan asesorías prematrimoniales para parejas comprometidas, tienen un enorme jardín de verduras deliciosas, toman cruceros al menos una vez al mes, se ofrecen como voluntarios en el hospital local de Virginia y siempre están esperando una nueva aventura juntos.
¡Todos podríamos aprender mucho de ellos!
4.- Elija ver lo mejor del otro.
Nadie conoce tus defectos mejor que tu cónyuge. Te ha visto en tus peores momentos, pero también debe ser la persona que constantemente celebre lo bueno y saque lo mejor de ti.
Si ambos lo hacen el uno por el otro, esto hará un mundo de diferencia en su matrimonio a través de los años.
5.- Cree un legado que sobreviva más que ambos
El objetivo del matrimonio debe ser soportado como una sentencia de prisión perpetua (¡ciertamente espero que no sea así como lo estás viendo!)
Su amor por el otro debe hacer del mundo un lugar más rico y mejor. Encuentren lugares para servir y causas significativas para comenzar a apoyar juntos.
Agregar un elemento de "misión" a su matrimonio los acercará más y también dejará un impacto duradero que perdurará para las siguientes generaciones.
6.- Rían lo más que puedan.
La risa es buena para el alma, el cuerpo y el matrimonio. No se rían uno del otro, si no que constantemente busquen oportunidades para reírse el uno con el otro.
La risa es en realidad uno de los actos más íntimos que una pareja puede compartir juntos. Incluso en tiempos difíciles, encuentren razones para celebrar con gratitud y alegría.
¡Estas harán sus vidas y su unión mucho más divertidas!
7.- Nunca renuncien uno al otro
Eliminen la palabra "Divorcio" de su vocabulario. Construyan su relación en un compromiso estable, no en sentimientos inconstantes.
Las parejas que han durado largo tiempo no son aquellas que nunca tuvieron una razón para divorciarse, son simplemente los que decidieron que su compromiso mutuo será siempre más grande que sus diferencias o defectos.
Nunca olviden los votos sagrados que se hicieron el uno al otro:
"En las buenas y en las malas, en la salud o en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza, siendo fiel, ¡hasta que la muerte nos separe!"
La promesa del Papa Francisco a la Virgen del Carmen
Artículo de ‘Desde la fe’
JULIO 16, 2019 11:15 REDACCIÓN PAPA FRANCISCO
(ZENIT – 16 julio 2019).- Hace más de 28 años que el Papa Francisco no ve la televisión. El 16 de julio de 1990 hizo esa promesa a Dios y la ha cumplido a cabalidad.
¿Por qué tomó esa decisión? En una entrevista publicada en 2015 por el periódico argentino La Voz del Pueblo, aseguró que es una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990.
Posteriormente, entrevistado por el diario El País, abundó en este tema. “Yo no veo televisión simplemente porque en un momento sentí que Dios me pidió eso”.
“Y eso que a mí el cine me gustaba mucho y había estudiado bastante cine, sobre todo el de la posguerra italiano, el realismo italiano, y el polaco Wajda, Kurosawa, algunos franceses”.
El Papa Francisco aseguró, no obstante, que esta decisión no ha significado para él estar incomunicado.
“No ver la televisión fue una opción personal, nada más. Pero la comunicación es divina. Dios se comunica. Dios se comunicó con nosotros a través de la historia. Dios no quedó aislado. Es un Dios que se comunica, y nos habló, y nos acompañó, y nos retó, y nos hizo cambiar de ruta, y nos sigue acompañando”.
En una entrevista anterior, concedida al mismo diario argentino, afirmó que esta promesa implica también dejar de ver los partidos del equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro, del que es fanático de toda la vida.
“Hay un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla”, reconoció el Pontífice.