Entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre
- 17 Febrero 2021
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La salud es posible por ANDREAS KALKER
A finales del año 2012, mientras una parte de la humanidad esperaba el fin del mundo, tuvimos la oportunidad de iniciar una nueva era para la salud: en colaboración con la Cruz Roja de Uganda, que estaba interesada en el impacto positivo que el MMS tiene sobre la salud de las personas y, más concretamente, en la cura que supone para la malaria, llevamos a cabo un ensayo clínico, siguiendo el más riguroso protocolo, en el que participaron 781 pacientes.
De ellos, 154 dieron positivo en las pruebas de malaria. ¡Y 143 se curaron en solo un día con una única toma de MMS! Los 11 restantes, al día siguiente.
Derrotamos a la malaria, una enfermedad cruel que en la actualidad se cobra la vida de un niño cada 40 segundos, ¡con solo unas gotas de dióxido de cloro disueltas en agua!
Felicito por ello al hombre que le dio a mi vida una nueva dirección hace ya unos cuantos años: el incomparable Jim Humble.
Y queda claro, una vez más, que la salud es posible. Lo digo con absoluta rotundidad, lo afirmo sin ningún género de dudas, lo reitero una y mil veces y lo grito a los cuatro vientos: ¡la salud es posible!
Y en mi opinión, para recuperarla no se necesita mucho: basta con saber qué nos ha enfermado, aprender a mostrar el debido res- peto a nuestro cuerpo y a nuestros sentimientos, decidir por qué nos vamos a curar y encontrar el mejor modo de hacerlo. Os animo a reflexionar sobre ello. A buscar vuestra verdad y a recuperar la ener- gía auténtica que os ha llenado de vida.
Y en todo ese proceso, el CDS no pretende ser más que una molé- cula que brinda sus enlaces con objeto de facilitar la tarea.
En la actualidad son muchos los medicamentos en cuyo pros- pecto se advierte al paciente de que no debe conducir bajo sus efec-tos, ni manejar maquinaria peligrosa, ni realizar tareas complica- das... Bajo los efectos del CDS se puede conducir, se puede manejar maquinaria peligrosa y se pueden realizar tareas complicadas, por supuesto, aunque eso no es lo importante: lo verdaderamente importante es que bajo los efectos del CDS se puede vivir, se puede abrazar, se puede reír, se puede cantar y se puede amar. Y ESTAR PLENAMENTE SALUDABLE Y VIVO.
Por favor, lucha por tu salud, por la salud para todos. AMA LA VIDA COMO UN REGALO DEL BUEN DIOS QUE TE AMA Y SIENTE LO MISMO POR TODOS LOS TUYOS Y AMISTADES.
Fundadores de la Orden de los Servitas, Santos
Memoria Litúrgica, 17 de febrero
Siete Santos Fundadores de los siervos de Santa María Virgen (Servitas)
Martirologio Romano: Los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo. Siendo mercaderes en Florencia, se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, fundando una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo († 1310).
Breve Reseña
Según la tradición hubo siete hombres, muy respetables y honorables, a los que nuestra Señora unió, a manera de siete estrellas, para iniciar la Orden suya y de sus siervos. Los siete nacieron en Florencia; primero llevaron una vida eremítica en el monte Senario, dedicados en especial a la veneración de la Virgen María. Después predicaron por toda la región toscana y fundaron la Orden de los Siervos de Santa María Virgen, aprobada por la Santa Sede en 1304. Se celebra hoy su memoria, porque en este día, según se dice, murió San Alejo Falconieri, uno de los siete, el año 1310.
Los siete fundadores: Bonfilio Monaldi, Juan Bonagiunta Monetti, Benito Manetto dell’Antella,
Bartolomé Amadio degli Amidei, Gerardino Sostegno Sostegni, Ricovero Ugoccione dei Lippi-Uguccioni y Alejo Falconieri
En la Monumenta Ordinis Servorum Beatae Maríae Virginis se lee lo siguiente respecto del estado de vida de los Siervos de Santa María Virgen: “Cuatro aspectos pueden considerarse por lo que toca al estado de vida de los siete santos fundadores antes que se congregaran para esta obra.
En primer lugar, con respecto a la Iglesia. Algunos de ellos se habían comprometido a guardar virginidad o castidad perpetua, por lo que no se habían casado; otros estaban ya casados; otros habían enviudado.
En segundo lugar, con relación a la sociedad civil. Ellos comerciaban con las cosas de esta tierra, pero cuando descubrieron la piedra preciosa, es decir, nuestra Orden, no sólo distribuyeron entre los pobres todos sus bienes, sino que, con ánimo alegre, entregaron sus propias personas a Dios y a nuestra Señora, para servirlos con toda fidelidad.
El tercer aspecto que debemos tener en cuenta es su estado por lo que se refiere a su reverencia y honor para con nuestra Señora. En Florencia existía, ya desde muy antiguo, una sociedad en honor de la Virgen María, la cual, por su antigüedad y por la santidad y muchedumbre de hombres y mujeres que la formaban, había obtenido una cierta prioridad sobre las demás y, así, había llegado a llamarse “Sociedad mayor de nuestra Señora”. A ella pertenecían los siete hombres de que hablamos, antes de que llegaran a reunirse, como destacados devotos que eran de nuestra Señora.
Finalmente, veamos cual fuera su estado en lo que mira a su perfección espiritual. Amaban a Dios sobre todas las cosas y a él ordenaban todas sus acciones, como pide el recta orden honrándolo así con todos sus pensamientos, palabras y obras.
Cuando estaban ya decididos, por inspiración divina, a reunirse, a lo que los había impulsado de un modo especial nuestra Señora, arreglaron sus asuntos familiares y domésticos, dejando lo necesario para sus familias y distribuyendo entre los pobres lo que sobraba. Finalmente buscaron a unos hombres de consejo y de vida ejemplar, a los que manifestaron su propósito.
Así subieron al monte Senario, y en su cima erigieron una casa pequeña y adecuada, a la que se fueron a vivir en comunidad. Allí empezaron a pensar no sólo en su propia santificación, sino también en la posibilidad de agregarse nuevos miembros, con el fin de acrecentar la nueva Orden que nuestra Señora había comenzado valiéndose de ellos. Por lo tanto, comenzaron a recibir nuevos hermanos y, así, fundaron esta Orden. Su principal artífice fue nuestra Señora, que quiso que estuviera cimentada en la humildad, que fuese edificada por su concordia y conservada por su pobreza.
Santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18. Miércoles de Ceniza
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Te compadeces de todos, Señor, y no odias nada de lo que has hecho; cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan y los perdonas, porque tú eres nuestro Dios y Señor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, hoy me pides que todo lo que haga sea de manera humilde, escondida, allí donde sólo tu mirada puede penetrar.
Me dices que allí es donde el Padre me recompensará… y yo me pregunto, ¿qué he hecho de extraordinario para que Tú me recompenses?, ¿qué puedo darte yo que no haya recibido de ti? Nada; y sin embargo, Tú me quieres dar la mejor recompensa: Tu amor.
¿Acaso no me amas ya aunque no ayune, ore ni dé limosna? ¡Claro que sí! Me amas por lo que soy, y no por lo que hago. Y entonces, ¿para qué hacer todo lo que me dices? Tú me pides todo esto, no para que Tú me regales tu amor, sino para que yo pueda recibirlo.
Me pides orar en lo secreto, en medio del silencio, ya que sabes que sólo allí, en la intimidad, puedo escuchar tu voz que dice: «Te amo».
Me pides dar limosna sin esperar que me pongan una estatua en la ciudad o un comercial en la tv… pues sabes cuán presto los hombres olvidamos. Tú, en cambio, quieres darme un amor sin fecha de caducidad, un amor que dure para siempre…, pero yo no puedo recibirlo si estoy lleno de alabanzas humanas, del mismo modo que sólo puedo llenar una copa con un buen vino si está vacía.
Tú me pides ayunar sin poner cara de viernes santo, pues sabes que la verdadera felicidad no me la dan los banquetes, sino el privarme de algo para dárselo al que está a mi lado.
Jesús, ¡yo no quiero otra recompensa que no seas Tú! Mírame. Dame la gracia de aprender a cifrar mi felicidad sólo en ti.
«Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón; bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía; bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran; bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común; bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros; bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos… Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida».
(Homilía de S.S. Francisco, 1 de noviembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a privarme de alguna cosa que me guste y se la voy a regalar a alguien.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La intención es lo que importa
La única verdadera es que tenemos en el corazón. ¡Y sólo Dios puede ver lo que ocurre en nuestros corazones!.
Es muy notable como la misma actitud, el mismo gesto, puede en dos personas distintas contener significados opuestos. Una buena acción de alguien a veces nos deja con la extraña sensación de que algo está mal allí. Y la misma situación puesta en cabeza de otra persona parece ser sin dudas un gesto de amor sincero.
Otras veces, una acción que nos parece incorrecta a la luz de nuestro pobre juicio, nos deja con la impresión de que en el fondo puede no estar tan mal. Y puesta en cabeza de otra persona, ¡definitivamente es una mala actitud! ¿Qué es lo que ocurre?.
Ocurre que hay algo que es invisible a nuestros ojos: es la intención verdadera que tiene la persona en el corazón. ¡Y sólo Dios puede ver lo que ocurre en nuestros corazones!. Es por este motivo que Jesús nunca dejaba a sus discípulos juzgar a los demás, porque muchas veces el silencio humilde de una persona la colocaba en actitud incómoda frente a los hombres, ante un supuesto mal gesto. Sin embargo, en su corazón, esta persona guardaba una intención recta y sincera para con Dios. Y otras veces, quienes se esforzaban en aparecer justos y nobles frente a los hombres eran quienes abrigaban intenciones más indignas en el corazón.
Las cosas que se hacen deben estar originadas en intenciones virtuosas, intenciones de hacer el bien. Esto es mas importante que las consecuencias mismas de nuestras acciones, ya que Dios ve en lo profundo de nuestros corazones, muy por encima de la opinión de los hombres sobre nuestros actos. Y no hay que preocuparse tanto de cómo luzcamos frente a los demás, ya que no son ellos quienes nos juzgarán cuando llegue el momento de sopesar nuestra vida: será el Justo Juez, Jesús, quien dictamine si hubo intención virtuosa en la forma en que hemos vivido.
Por otra parte, es preferible pensar que los demás tienen una intención virtuosa en sus actos, y no desconfiar al extremo de accionar permanentemente nuestras defensas en anticipación a ser engañados o perjudicados. Si el otro tuvo intención virtuosa, Dios verá con agrado como dos de sus hijos obran en el bien. Y si el otro se aprovechó de mi, pues tendré un perjuicio a nivel humano, pero seré visto con mirada agradable por Dios. Y el juicio Divino recaerá sólo sobre el otro.
Jesús llevó la intención virtuosa al extremo de jamás haber pecado. Y si bien El es Dios, también fue hombre. Y como tal estuvo sometido a la tentación: recordemos los cuarenta días en el desierto, y tantas otras veces en que los hombres lo sometieron a presiones e intentos de engaño. Sin embargo, en treinta y tres años de vida ¡jamás pecó!. Buena parte de las acusaciones que los hombres hicieron para llevarlo a la muerte, fueron acumulándose en la negativa de Cristo a aceptar las reglas de juego del mundo: El simplemente tuvo intención virtuosa en todo lo que hizo, más allá de las reacciones de los hombres. Claro que llevar la intención virtuosa a tal extremo de perfección tuvo sus consecuencias: ¡Nuestro Señor terminó crucificado en el Gólgota!.
Hagamos todo en la vida con una intención virtuosa, con ánimo de hacer el bien. Las cosas nos podrán ir bien o mal, pero sin dudas estaremos en el sendero que Dios marca para nosotros.
¡Gracias por testimoniar a Jesús!
El Papa Francisco recuerda a 21 mártires cristianos asesinados.
El Papa Francisco ha enviado un video mensaje con motivo de la conmemoración del martirio de 21 cristianos (20 coptos ortodoxos egipcios y un ghanés) asesinados en Libia por los terroristas del autoproclamado Estado Islámico. El video de la masacre se publicó hace seis años, el 15 de febrero de 2015.
En la conmemoración, que se celebra hoy de manera online, participan, entre otros, el patriarca copto ortodoxo Teodoro II y el primado de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
A continuación compartimos la traducción del mensaje integral del Santo Padre pronunciado en el video, en italiano:
En el día de hoy tengo en mi corazón, ese febrero de 2015. Tengo en mi corazón ese bautismo de sangre, estos veintiún hombres bautizados como cristianos con el agua y el Espíritu, y aquel día bautizados también con sangre. Son nuestros Santos, los Santos de todos los cristianos, los Santos de todas las confesiones y tradiciones cristianas. Son aquellos que han blanqueado sus vidas en la sangre del Cordero, son aquellos... del pueblo de Dios, del pueblo fiel de Dios.
Han ido a trabajar al extranjero para mantener a sus familias: hombres corrientes, padres de familia, hombres con la ilusión (el deseo) de tener hijos; hombres con la dignidad de trabajadores, que no sólo buscaban llevar el pan a casa, sino llevarlo a casa con la dignidad del trabajo. Y estos hombres dieron testimonio de Jesucristo. Degollados por la brutalidad del ISIS, murieron diciendo: "¡Señor Jesús!", confesando el nombre de Jesús.
Es cierto que hay una tragedia, que estas personas dejaron sus vidas en la playa; pero también es cierto que la playa fue bendecida por su sangre. Pero es aún más cierto que de su sencillez, de su fe simple pero coherente, recibieron el mayor regalo que un cristiano puede recibir: testimoniar a Jesucristo hasta dar la vida.
Doy gracias a Dios, nuestro Padre, porque nos ha dado estos valientes hermanos. Agradezco al Espíritu Santo porque les dio la fuerza y la coherencia de llegar a la confesión de Jesucristo hasta con la sangre. Doy gracias a los obispos, a los sacerdotes de la Iglesia hermana copta que los han educado, les han enseñado a crecer en la fe. Y agradezco a las madres de estas personas, de estos veintiún hombres que los "alimentaron" en la fe: son las madres del santo pueblo de Dios que transmiten la fe "en dialecto", un dialecto que va más allá de las lenguas, el dialecto de la pertenencia.
Me uno a todos ustedes, hermanos obispos, que están en esta conmemoración. A ti, gran y amado Teodoro, hermano y amigo obispo. A ti, Justin Welby, que también quisiste venir a este encuentro. Y a todos los demás obispos y sacerdotes, pero sobre todo me uno al santo pueblo fiel de Dios que con su sencillez, con sus coherencias e incoherencias, con sus gracias y pecados; lleva adelante la confesión de Jesucristo: Jesucristo es el Señor.
Agradezco a ustedes, veintiún Santos, Santos cristianos de todas las confesiones, por su testimonio. Y doy gracias a ti, Señor Jesucristo, por estar tan cerca de tu pueblo, por no olvidarlo.
Oremos juntos, hoy, en esta conmemoración de estos veintiún mártires coptos: que intercedan por todos nosotros ante el Padre.
Amén.
Recomendaciones para realizar la imposición de la ceniza en familia.
Este subsidio pretende ser una ayuda para todos los fieles, especialmente las familias, presuponiendo que también tomarán parte, a través de los diferentes medios, en la transmisión de las celebraciones, principalmente las dominicales; de este modo se busca que los fieles puedan reunirse en familia para orar juntos, a propósito principalmente de lo que la Palabra de Dios presenta para este Domingo: “La carne del Señor es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida; este es el verdadero bien que se nos da en la vida presente, alimentarse de su carne y beber su sangre, no solo en la Eucaristía sino también en la lectura de la Sagrada Escritura. En efecto, lo que se obtiene del conocimiento de las Escrituras es verdadera comida y verdadera bebida” (San Jerónimo). Por esta razón, será tan importante que todos los fieles, mejor si es en familia, puedan escuchar toda la Palabra de Dios prevista para este día, a través de las transmisiones, así como la homilía que el sacerdote celebrante haga a propósito de ella.
Miércoles de Ceniza y la cuaresma.
Una breve explicación de qué significa esta fecha y cómo se puede hacer para aprovecharla al máximo.
Hoy arranca un nuevo tiempo del calendario litúrgico. Una breve explicación de qué significa esta fecha y cómo se puede hacer para aprovecharla al máximo.
Hoy es el silbato de salida. Todos los católicos estamos llamados a vivir los próximos cuarenta días en profunda reflexión sobre los acontecimientos ocurridos en la Semana Santa. Con el Miércoles de Ceniza, los fieles comenzamos a vivir en un clima penitente para arrepentirnos de nuestros pecados y convertirnos de corazón. Esas son las dos palabras clave de este tiempo: arrepentimiento y conversión.
Ahora bien. La celebración del miércoles, que marca el inicio del tiempo cuaresmal, es una que tiene una particularidad comparada con el resto de las liturgias: la imposición de las cenizas. ¿De dónde surge esta práctica? Antes de Cristo, judíos y Ninibitas utilizaban la ceniza como un símbolo de penitencia. Años más tarde, los fieles católicos comenzaron esta práctica para prepararse para la celebración de la Semana Santa y, ya en el siglo XI, se agrega al misal el rito del Miércoles de Ceniza.
Acostumbrados a vivir en la rutina, es muy fácil tratar al inicio de la cuaresma (y al resto de este tiempo) cómo un día más del año. Sin embargo, es necesario considerar algunas cuestiones antes de hacer caso omiso de la fecha.
El hecho de recibir cenizas tiene como objetivo recordarle al fiel su origen. “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”. Con un sentido simbólico de muerte, caducidad, humildad y penitencia, la ceniza ayuda a que mires en tu interior y descubras esas cosas que necesitan de la misericordia de Dios. Ayuda a reconocer que somos débiles, que vamos a tener un final y que necesitamos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús para poder llegar a vivir junto a Él en el Reino de los Cielos. Esta mirada a la interioridad de uno, de reconocer las fayas y querer arreglarlas, entran en la dinámica de las dos palabras claves de la cuaresma. Al reconocer nuestros pecados, nos arrepentimos y al querer cambiarlos nos convertimos.
Para vivir este tiempo de la mejor manera posible, la Iglesia propone tres actividades clave, destinadas a fomentar un crecimiento espiritual y cierta mortificación exterior: la oración, el ayuno y la limosna. Estas tres formas de penitencia demuestran una intención de reconciliarse con Dios, uno mismo y los demás.
Contrario a lo que muchos sostienen, la oración no fortalece nuestra relación con Dios. La oración ES nuestra relación con Dios. El constante diálogo con nuestro Padre, la meditación a conciencia de su palabra, es la relación personal que todo cristiano debe aspirar. Se va haciendo más fuerte, fruto de esa relación que se entabla en el hablar con Él. Es decir: la oración no va a hacer que, como por arte de magia, tu relación con Dios mejora.
La oración ES tu relación con Dios y, por tanto, debes preocuparte por hacerla cada vez mejor. Se podría considerar para algunos una mortificación por lo que exige: tiempo. Hay que renunciar a ese tiempo que le dedicaríamos a la serie, el deporte o simplemente dormir, para poder hablar con Dios. En Mt 6, Jesús nos enseña la oración de oraciones: el Padrenuestro. En esas frases, Cristo describe cómo ha de ser nuestro trato con el Padre.
Por otra parte, está el ayuno, apunta a que el fiel adquiera dominio sobre sus instintos y libere su corazón (CIC 2043). Como dijo Jesús: “No solo de pan vive el hombre sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Aprender a dejar de lado eso que queremos comer o tomar, para darle lugar a Dios en nuestra vida, es otra excelente manera de vivir la cuaresma.
Por último, la limosna. Renunciar a un bien propio para darlo a un hermano que lo necesita. Hoy en día, la gente vive muy apegada a lo que le pertenece, a lo que tiene. Algunas personas hasta se definen por eso que está bajo su posesión. Saber dejar de lado todo eso para poner al prójimo por encima de las cosas materiales, devuelve el orden natural de las cosas a nuestro interior. Ese diseño que Dios pensó de poner a todas las cosas al servicio de los hombres, los cuales son todos iguales ante Dios y peregrinan para llegar a Él.
Una vez que ese orden se restaura, se hace más fácil reconciliarse con uno mismo (ya que se aceptó la verdad de que no es más ni menos que nadie) y con Dios (objetivo de toda alma que verdaderamente persigue la santidad).
Datos sobre el Miércoles de Ceniza:
- No es precepto. No hay obligación de participar en la Santa Misa ese día, aunque es realmente recomendable.
- Es día de ayuno y abstinencia. El primero aplica desde los 18 hasta los 75 años como obligatorio. La abstinencia (de carne o cualquier cosa que nos parezca apetecible y que nos saque del clima de penitencia) es aplicable desde los 14 años en adelante.
- Al imponer las cenizas, el celebrante puede decir dos frases:
o Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás.
o Conviértete y cree en el evangelio.
o Las cenizas están hechas con las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, mezclado con agua bendita e insienso.
9 cosas que conviene saber sobre el Miércoles de Ceniza
Comienza la Cuaresma, el desayuno ha sido hervidero de preguntas de mis hijos. Seguro que a más de uno también le ayudan.
Por: Junjo Romero | Fuente: http://infocatolica.com/blog/delapsis.php
1.- ¿Qué es el Miércoles de Ceniza?
Es el día en el que comienza la Cuaresma. No es el día en el que acaba el Carnaval.
Siempre cae en miércoles (parece obvio, pero alguno duda todavía) y da igual que el año sea bisiesto porque se cuenta hacia atrás desde la Misa de la Cena del Señor.
Misal Romano:
En la Misa de este día se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos en el Domingo de Ramos del año precedente.
2.- ¿Dónde se compra la Ceniza?
En ningún sitio. Se obtiene de quemar los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
Muchas familias guardan los ramos o las palmas y los llevan a la parroquia los días previos.
3.- ¿Por qué se impone la ceniza?
Es un símbolo, Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 125
El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual.
4.- ¿A quién se puede imponer?
No hace falta ser católico para que te impongan la ceniza. De hecho, muchos catecúmenos participan en la ceremonia en preparación para su bautismo el día/noche de Pascua de Resurrección.
Digamos que, en este sentido, es un «día de puertas abiertas»: creyente o no, niño, adolescente, maduro, mayor sin madurar o anciano. Todos.
5.- ¿Cómo y cuándo se impone?
No hay reglas fijas. Depende del ámbito cultural y de las costumbres locales.
En los países de tradición latina, las cenizas se imponen más hacia el pelo que en la frente, espolvoreando.
En los países del ámbito anglosajón, con agua bendita se hace una pasta y se suele «marcar la frente».
Después de la homilía, el sacerdote bendice las cenizas y las rocía con agua bendita. Luego se impone con una de estas dos fórmulas:
Conviértete y cree en el Evangelio. O,
Recuerda que eres polvo y al polvo volverás.
En el Misal romano dice que mientras se canta. Creo que no es una simple sugerencia.
6.- ¿Es obligatorio?, ¿es día de precepto?
No, no es obligatorio, y no, no es día de precepto. Aunque curiosamente sin «ser obligatorio» y siendo día laborable, suele aumentar considerablemente la asistencia a la Santa Misa ese día.
Tampoco es «obligatorio» confesarse. Pero, sinceramente, me parece una extraordinaria oportunidad. Tan extraordinaria como la que disfrutan los sacerdotes para explicar bien las cosas.
7.- ¿Cuánto tiempo hay que tener la ceniza en la cabeza o la frente?
Lo que quieras. Los hay que se lo quitan al volver al banco, en especial señoras. Otros, como testimonio, esperan a que desaparezca naturalmente.
8.- ¿Hace falta que la imponga un sacerdote?
La bendición, como todo sacramental, sólo un sacerdote o un diácono. Para la imposición pueden ser ayudados por laicos.
Puede hacerse fuera de la celebración de la Misa:
La bendición e imposición de la ceniza puede hacerse también fuera de la Misa. En este caso es recomendable que preceda una liturgia de la palabra, utilizando la antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la Misa. Sigue después la homilía y la bendición e imposición de la ceniza. El rito concluye con la oración universal, la bendición y la despedida.
9.- ¿Es obligatorio el ayuno y la abstinencia?
El Miércoles de Ceniza no hay obligación para los católicos de imponerse la ceniza, pero sí de hacer ayuno y abstinencia según las normas generales y las particulares de cada diócesis.
El ayuno es obligado, al igual que el Viernes Santo, a los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de los límites también se puede. Consiste en hacer solo una comida fuerte al día.
La abstinencia de comer carne es obligada desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también lo son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de sacrificio/mortificación.
Papa Francisco: Cuaresma es un éxodo de la esclavitud a la libertad
GUGLIELMO MANGIAPANE / POOL / AFP
Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 17/02/21
Todos tenemos miedos que nos paralizan, solos no podemos vencerlos. El papa Francisco presidió el Rito del Miércoles de las Cenizas.
«La cuaresma es un viaje de regreso a Dios. Cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: “Señor, volveré a Ti después… Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás”.
GUGLIELMO MANGIAPANE / POOL / AFP
El papa Francisco presidió la Santa Misa con el Rito de la Bendición de la Ceniza este miércoles en la mañana (9:30), 17 de febrero, en el Altar de la Cátedra en la basílica de San Pedro, abriendo así el camino de Cuaresma.
«La cuaresma no es una recolección de florecillas, es discernir hacia dónde está orientado el corazón», dijo el Pontífice. El rito se realizó en la Basílica de San Pedro y no como en años anteriores en la basílica de Santa Sabina en Roma, a causa de la situación sanitaria que ha obligado al Vaticano a cambiar el programa, así cómo sucede con la imposición de la ceniza en todo el mundo.
Con una participación limitada de los fieles en el Vaticano, el Pontífice tomó la ceniza por mano del cardenal Angelo Comastri, después de bendecir las cenizas y rociarlas con agua bendita. El cardenal italiano luego devolvió el gesto.
GUGLIELMO MANGIAPANE / POOL / AFP
Antes el Papa recitó la fórmula: ‘Conviértete y cree en el Evangelio’, o: ‘Acuérdate, hombre, de que eres polvo y al polvo volverás’.
Así, los sacerdotes en la Basílica Vaticana usando las máscaras sanitarias para proteger su nariz y boca, tomaron la ceniza y la dejaron caer sobre la cabeza de los fieles presentes, sin imponerla en la frente del fiel y sin mediar palabra, siguiendo las nuevas indicaciones sobre el rito de las Cenizas de la Congregación para el Culto Divino en tiempos de pandemia.
Viaje de la esclavitud a la libertad
«El viaje de la cuaresma es un éxodo de la esclavitud a la libertad». Son cuarenta días que recuerdan los cuarenta años en los que el pueblo de Dios viajó en el desierto para regresar a su tierra de origen».
El Papa indicó que para el pueblo fue más difícil sacar del corazón a Egipto que salir físicamente de esa tierra de esclavitud.
«Pero, ¡qué difícil es dejar Egipto! Siempre, durante el camino, estaba la tentación de añorar las cebollas, de volver atrás, de atarse a los recuerdos del pasado, a algún ídolo.
También para nosotros es así: el viaje de regreso a Dios se dificulta por nuestros apegos malsanos, se frena por los lazos seductores de los vicios, delas falsas seguridades del dinero y del aparentar, del lamento victimista que paraliza. Para caminar es necesario desenmascarar estas ilusiones».
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¿Cómo proceder entonces en el camino hacia Dios?
Nos ayudan los viajes de regreso que nos relata la Palabra de Dios, afirmó. «Miramos al hijo pródigo y comprendemos que también para nosotros es tiempo de volver al Padre. Como ese hijo, también nosotros hemos olvidado el perfume de casa, hemos despilfarrado bienes preciosos por cosas insignificantes y nos hemos quedado con las manos vacías y el corazón infeliz».
La confesión
En su predicación invita a abrir el corazón a Dios diciendo: «Hemos caído: somos hijos que caen continuamente, somos como niños pequeños que intentan caminar y caen al suelo, y siempre necesitan que su papá los vuelva a levantar».
«Es el perdón del Padre que vuelve a ponernos en pie: el perdón de Dios, la confesión, es el primer paso de nuestro viaje de regreso». Francisco recomendó a los confesores de obrar como “el Padre, no con el látigo, sino con el abrazo”.
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Enfermedad espiritual
El Pontífice invitó a volver a Jesús como aquel leproso sanado que volvió a agradecerle. «Diez fueron curados, pero sólo él fue también salvado, porque volvió a Jesús (cf. Lc 17,12-19)».
Todos tenemos enfermedades espirituales, solos no podemos curarlas; todos tenemos vicios arraigados, solos no podemos extirparlos; todos tenemos miedos que nos paralizan, solos no podemos vencerlos».
Necesitamos imitar a aquel leproso, que volvió a Jesús y se postró a sus pies. Necesitamos la curación de Jesús, es necesario presentarle nuestras heridas y decirle: “Jesús, estoy aquí ante Ti, con mi pecado, con mis miserias. Tú eres el médico, Tú puedes liberarme. Sana mi corazón”. Además, estamos llamados a volver al Espíritu Santo».
El rito de las Cenizas
«La ceniza sobre la cabeza nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos. Pero sobre este polvo nuestro Dios ha infundido su Espíritu de vida. Entonces, no podemos vivir persiguiendo el polvo, detrás de cosas que hoy están y mañana desaparecen.
Volvamos al Espíritu, Dador de vida, al Fuego que hace resurgir nuestras cenizas.
El Pontífice exhortó a volver a ese Fuego que enseña el amor. “Seremos siempre polvo, pero como dice el himno litúrgico, polvo enamorado”.
“Volvamos a rezar al Espíritu Santo, redescubramos el fuego de la alabanza, que hace arder las cenizas del lamento y la resignación”.
El viaje de regreso
Papa Bergoglio indicó que «nuestro viaje de regreso a Dios es posible sólo porque antes se produjo su viaje de ida hacia nosotros».
«Antes que nosotros fuéramos hacia Él, Él descendió hacia nosotros. Nos ha precedido. Insistió que Jesús para no «dejarnos solos y acompañarnos en el camino descendió hasta nuestro pecado y nuestra muerte».«Nuestro viaje, entonces, consiste en dejarnos tomar de la mano».
Bajar la cabeza
«Hoy bajamos la cabeza para recibir las cenizas. Cuando acabe la cuaresma nos inclinaremos aún más para lavar los pies de los hermanos.
La cuaresma es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás. Es entender que la salvación no es una escalada hacia la gloria, sino un abajamiento por amor. Es hacerse pequeños. En este camino, para no perder la dirección, pongámonos ante la cruz de Jesús: es la cátedra silenciosa de Dios».
De hecho en su mensaje de Cuaresma 2021: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…» (Mt 20,18), el Papa pide renovar la fe, la esperanza y la caridad en tiempos de la pandemia.
El Papa explicó que todos los días Jesús muestra a Dios sus plagas cuando reza e intercede por la humanidad. “Miremos cada día sus llagas. En esos agujeros reconocemos nuestro vacío, nuestras faltas, las heridas del pecado!» Sus llagas están abiertas por nosotros …Besémoslas y entenderemos que justamente ahí, en los vacíos más dolorosos de la vida, Dios nos espera con su misericordia infinita.
Porque allí, donde somos más vulnerables, donde más nos avergonzamos, Él viene a nuestro encuentro. Y ahora nos invita a regresar a Él, para volver a encontrar la alegría de ser amados”.
Preces
Hoy la Iglesia inicia el tiempo de Cuaresma. Conscientes de que necesitamos convertirnos, oremos a nuestro Padre Dios:
R/MSeñor, convierte nuestros corazones.
Para que la Iglesia, que anuncia y celebra el perdón de Dios, sea en el mundo signo e instrumento de reconciliación.MR/
Para que los cristianos que hoy iniciamos el ayuno cuaresmal no seamos indiferentes a los problemas y angustias de los hombres de nuestro tiempo.MR/
Para que los pobres y los que sufren reciban el consuelo de nuestra limosna y participen así de la alegría y la esperanza del pueblo de Dios.MR/
Para que las cenizas nos recuerden nuestra frágil condición y en las palabras del evangelio escuchemos la llamada a la conversión que diriges a cada uno de nosotros.MR/
Para que durante estos días encontremos tiempo para la oración y estemos atentos a todo lo que nos quieras decir.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
Oración
Concédenos, Señor, comenzar el combate cristiano con el ayuno santo, para que, al luchar contra los enemigos espirituales, seamos fortalecidos con la ayuda de la austeridad. Por nuestro Señor Jesucristo.