“Jesús le dijo: ‘¡María!’. Ella lo reconoció y le dijo (…) ‘¡Maestro!”
- 22 Julio 2015
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El cambio climático no es una invención del Papa Francisco
Hablan los alcaldes del mundo en el congreso "Cambio climático y nuevas formas de esclavitud moderna" en el Vaticano
ARY WALDIR RAMOS DÍAZ
©Pontifical Academy of Sciences
Alcaldes de las principales ciudades del mundo han participado en el congreso sobre la esclavitud moderna y el cambio climático que se ha celebrado los días 21 y 22 de julio en el Vaticano con el objetivo de buscar un desarrollo sostenible para todos con el "compromiso de las ciudades", organizado por la Academia Pontificia de las Ciencias.
“Para nosotros es muy importante que la Iglesia y el Papa Francisco lance, a través del mensaje (de la encíclica) de Laudato si, el desafío para que los gobiernos locales, que somos los que estamos más cerca de los ciudadanos, podamos avanzar en el desafío de dos temas tan importantes como son la trata de personas y el cambio climático”, dijo a Aleteia el alcalde de la ciudad argentina de Villa María, Eduardo Accastello.
Los alrededor de 70 alcaldes reunidos en el Vaticano están convencidos de la necesidad de que la ONU “declarela trata de personas como crimen de lesa humanidad para ayudar y reconocer derechos a las zonas del mundo que han vivido este tipo de situaciones de esclavitud”, declaró Accastello
Por otro lado, en próximas iniciativas en Sudamérica, Accastello destacó que “en el caso del cambio climático queremos realizar en septiembre en la Argentina una agenda 20/20 para que los alcaldes locales nos comprometamos en el desafío de tomar decisiones concretas que beneficien a los ciudadanos del mundo”.
Por ello, existe una atención especial del mensaje de la encíclica social del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común (la Tierra).
“Nosotros (los alcaldes) estamos siendo testimonios permanentes de la encíclica sobre el compromiso que tenemos que asumir todos los ciudadanos, especialmente los líderes locales para llevar adelante este mandato urgente, porque el Papa nos está pidiendo que tomemos decisiones a nivel de gobierno, de las empresas”, expresó el alcalde argentino.
Sobre la repercusión de la encíclica en América Latina, el alcalde Accastello ratificó que los administradores locales del continente están despertando al llamado del Papa Francisco a la protección del ambiente y la lucha contra el cambio climático caminando junto “con los jóvenes y los niños, como sugiere el Papa, creando conciencia en los adultos”.
Los administradores locales empiezan a dar señales de conciencia de la responsabilidad que tienen. “El Papa nos está diciendo: es ahora el momento, es ahora el desafío, nuestra responsabilidad es aplicar normas concretas contra la corrupción y las empresas que contaminan. En este sentido, tenemos mucha responsabilidad y cosas por hacer”.
Las empresas que contaminan y “engrosan la corrupción para no cumplir las normas” están sentadas en el banquillo de los acusados y de los especialmente vigilados.
“Nosotros (los alcaldes) creemos que existen muchas empresas que no tienen piedad, que solo tienen como prioridad el negocio y el objetivo económico. Con la acción de los Estados nacionales, municipales y provinciales, se puede controlar el efecto invernadero y los efectos del cambio climático que afectan a la humanidad y para esto hay que ser muy severos”, declaró Accastello.
Los alcaldes son conscientes que existe un saldo en rojo de la mayor parte de los países ricos en materia de contaminación ambiental. “Nosotros decimos que los países desarrollados tienen mayor responsabilidad porque son los que más contaminan y hay países muy pobres que se ven muy perjudicados pero que no son los que contaminan”.
“Por lo tanto, los países desarrollados tienen que luchar por este objetivo, como indica el Papa en Laudato si, así tenemos que exigirles a ellos para que no pongan más excusas, primero en la ONU en septiembre
declarando la trata de personas como lesa humanidad y por el otro lado en París (Cumbre mundial sobre el clima) donde todos nos comprometamos a realizar acciones y que los gobiernos tomen decisiones ahora”.
Si no gobernamos el mercado, seguirán los estragos ambientales
Por su parte, el alcalde de Bogotá (Colombia), Gustavo Petro, se sumó a las voces de otros líderes locales latinoamericanos para indicar que “el daño ambiental será irreversible si no actuamos ahora”.
El alcalde Petro declaró en el Vaticano que el culpable del daño ambiental en el mundo es el mercado, recordando que varias ciudades en el mundo ya se han visto afectadas por el impacto ambiental. La sequía que afecta al Estado de California y a la ciudad de Los Ángeles es un caso emblemático.
“Esa mentalidad de que el agua o la salud se pueden convertir en mercancía nos ha llevado a desastres y hay que detenerlos ya”, afirmó Petro.
Asimismo, en su intervención transmitida en streaming desde el aula nueva del Sínodo, reiteró que en el mundo se está forjando una red de ciudades y movimientos sociales, políticos y religiosos que trabaja por salvar el planeta.
“Esta red […] sabe con claridad que el culpable del cambio climático es el mercado y el exceso de consumo en las capas más ricas de la sociedad y por lo tanto tenemos que construir un nuevo paradigma de pensamiento y de sociedad”, sostuvo el primer ciudadano de Bogotá.
Entretanto, recordó que “Bogotá tiene un peligro inminente en sus páramos y debe actuar ahora para controlar el cambio climático, esa acción no es solamente en el interior de la ciudad: la muerte de los niños indígenas wayúu tiene que ver con el cambio climático y con usar el agua como una mercancía”.
En el contexto de su ciudad, recordó que las decisiones jurídicas a veces son obstáculos para cambiar las cosas, y citó como ejemplo el impedimento de implementar el Plan de Ordenamiento territorial alrededor del agua por decisión de un tribunal.
Desde otras latitudes, la alcaldesa de Madrid, elegida recientemente, Manuela Carmena, dirigió su atención sobre el tema de la prostitución y la trata de personas. ¿Por qué los hombres van a prostitutas en varias sociedades?, se preguntó la administradora de la capital española. Y pidió una discusión “sincera sobre las causas” de este comportamiento y "entender la sexualidad desde la cultura de los cuidados".
También pidió que se realicen políticas educativas sobre la sexualidad, que -opinó- son el lado “oculto” del problema y de ellas “nadie habla”. En su opinión, existe una relación entre las “causas” de los crímenes sexuales y la trata de seres humanos, y una falta de prevención por medio de la educación antes que de reprimir.
Luego, sobre el tema del cambio climático sostuvo que los políticos deberían poner el buen ejemplo en el uso de medios de transporte público. "En mi equipo de gobierno estamos acostumbrados a usar el metro”, refirió. Además es una cuestión de “cercanía” con los ciudadanos.
Con relación a los derechos humanos, Carmena explicó que es una lucha que se debe enfrentar directamente apuntando a la raíz de las causas de la “corrupción”. “La corrupción política lo que hace es plantear dos sociedades diferentes: la aparente y la real", indicó.
Los 70 alcaldes de todo el mundo que participaron en el taller “Esclavitud moderna y cambio climático: el compromiso de las ciudades” firmaron una declaración final.
- Aleteia
Evangelio según San Juan 20,1-2.11-18.
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo".
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'".
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.
“Jesús le dijo: ‘¡María!’. Ella lo reconoció y le dijo (…) ‘¡Maestro!”
El verdadero amante casi no encuentra placer en cosa alguna fuera de la cosa amada. Así “todas las cosas le parecían basura” y lodo al glorioso San Pablo, en comparación con el Salvador (Fil 3,8). Y la sagrada esposa [del Cantar de los cantares] es toda ella para su Amado: “Mi Amado es todo para mí y yo soy toda para Él. (…) ¿No habéis visto al amado de mi alma? (2,16; 3,3)
La gloriosa amante Magdalena encontró, en el sepulcro, unos ángeles que le hablaron en un tono angelical, es decir, con toda suavidad, para calmar la desazón que sentía; mas ella, al contrario, no sintió complacencia alguna ni en la dulzura de sus palabras, ni en el resplandor de sus vestiduras, ni en la gracia celestial de su porte, ni en la simpática hermosura de su rostro, sino que, deshecha en lágrimas, les dijo: “Se han llevado de aquí a mi Señor y no sé donde lo han puesto, y volviéndose hacia atrás vió a su dulce Salvador, pero en forma de jardinero, con lo que se sosegó su corazón, pues toda llena de dolor por la muerte de su Maestro, no quería flores, ni por consiguiente, jardinero. Tenía en su corazón la cruz, los clavos y las espinas, y buscaba a su crucificado. ¡Ah, mi buen jardinero! –dijo ella– si habéis plantado a mi difunto Señor como un lirio hollado y marchito entre vuestras flores, decídmelo en seguida, y me lo llevaré.”
Pero, en cuanto la llama por su nombre, exclama: “Maestro mío.” (…) Ahora bien, para mejor glorificar a su Amado, el alma anda siempre “en busca de su faz” (Sl 104,4), es decir, con una atención siempre más solícita y ardiente, va dándose cuenta de todos los pormenores de la hermosura y de las perfecciones que hay en Él, progresando continuamente en esta dulce busca de motivos que puedan perpetuamente excitarla a complacerse más y más en la incomprensible bondad que ama.
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-2. 11-18
Oración introductoria
Señor mío, te necesito. No soy digno y humildemente te pido perdón por todas mis debilidades. Permite, por tu inmensa misericordia, que hoy pueda reconocerte y experimentar tu cercanía para salir como Magdalena a anunciar a todos la Buena Nueva.
Petición
Dios mío, no permitas que las actividades diarias ni las atracciones del mundo me distraigan de mi fin último, de tu gloria y de tu servicio.
Meditación del Papa Francisco
El sentimiento dominante que trasluce en los relatos evangélicos de la resurrección es la alegría llena de asombro; un estupor grande, la alegría que viene desde adentro; y en la liturgia revivimos el estado de ánimo de los discípulos por la noticia que las mujeres habían dado: ¡Jesús ha resucitado! Nosotros lo hemos visto.
Dejemos que esta experiencia, impresa en el Evangelio, se imprima también en nuestros corazones y se vea en nuestra vida. Dejemos que el estupor gozoso del Domingo de Pascua se irradie en los pensamientos, miradas, actitudes, gestos y palabras... Ojalá seamos tan luminosos. ¡Pero esto no es un maquillaje! Viene desde dentro, de un corazón sumergido en la fuente de esta alegría, como el de María Magdalena, que lloró por la pérdida de su Señor y no creía a sus ojos viéndolo resucitado. Quien realiza esta experiencia se convierte en un testigo de la resurrección, porque en cierto sentido ha resucitado él mismo, ha resucitado ella misma. Entonces es capaz de llevar un "rayo" de la luz del Resucitado en las diferentes situaciones: en las felices, haciéndolas más bellas y preservándolas del egoísmo; en las dolorosas, llevando serenidad y esperanza. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de abril de 2014).
Reflexión
Es justo para María Magdalena que, en su infinita ternura y misericordia, Jesús Renacido prefiera mostrarse por primera vez a ella con su cuerpo transfigurado. La compasión que Jesús siempre ha demostrado respecto a las almas en pena lo ha llevado a mostrar mayor atención hacia ellas. María Magdalena siguió durante años a Cristo en sus recorridos por las calles de Israel compartiendo alegrías y esperanzas con los otros discípulos, y ahora recibe el consuelo de ser la primera en ver a su Maestro vivo.
¿Cuántas veces también nosotros nos sentimos deprimidos, trastornados, embrujados por los hechos que se arremolinan violentamente en nuestra vida? Es precisamente en estos momentos cuando Dios está más cercano a nosotros, ansioso de donarnos el consuelo de su abrazo y su Resurrección, si logramos renunciar a nuestra autocompasión y dejamos de hurgar, orgullosos, en nuestro corazón herido buscando sólo el bien propio. Si nos esforzamos por volver a la luz, entonces secaremos de nuestros ojos las lágrimas de la desesperación. Entonces veremos la esperanza de Cristo, el Hijo de Dios que ha triunfado sobre el dolor, el pecado y la muerte.
Diálogo con Cristo
Jesús, con frecuencia me parece tan difícil darme el tiempo y buscar el mejor lugar para poder encontrarte en mi oración. Me dejo envolver en mis asuntos y no sé descubrirte en los demás. Dame un corazón humilde y sabio, para reconocer siempre que sin Ti no soy nada y que nada de lo que haga, por más maravilloso que pueda parecer, tendrá valor.
Propósito
Pedir al Espíritu Santo la sabiduría y la fortaleza para cambiar esta actitud o comportamiento que no es propio de un auténtico discípulo y misionero de Cristo.
María Magdalena, Santa
Discípula del Señor, 22 de julio
Por: Alejandro E. Pomar | Fuente: La Biblia Online
Martirologio Romano: Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos (s. I).
Breve Biografía
Hoy celebramos a Santa María Magdalen, debemos referirnos a tres personajes bíblicos, que algunos identifican en una sola persona: María Magdalena, María la hermana de Lázaro y Marta, y la pecadora anónima que unge los pies de Jesús.
Tres personajes para una historia
María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece en varias escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); está presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observa cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había expulsado de ella «siete demonios». (Lc 8, 2; Mc 16, 9)
María de Betania es la hermana de Marta y de Lázaro; aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva «la mejor parte» (Lc 10, 38-42) mientras su hermana trabaja.
Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el Fariseo.
Dos en una, tres en una
No era difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer una relación entre la unción de la pecadora y la de María de Betania, es decir, suponer que se trata de una misma unción (aunque las circunstancias difieren), y por lo tanto de una misma persona.
Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena podían significar un grave pecado del que Jesús la habría liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta a María Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato de la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50).
San Juan, al presentar a los tres hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro), dice que «María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos». El lector atento piensa: "Conozco a este personaje: es la pecadora de Lucas 7". Además, en el mismo evangelio de Lucas, inmediatamente después del episodio de la unción, se nos presenta a María Magdalena, de la que habían salido «siete demonios». El lector ratifica su impresión: "María Magdalena es la pecadora que ungió a Jesús". Y por último, en el mismo evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10), María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor sentada a sus pies. El lector concluye: "María Magdalena y esta María son una misma persona, la pecadora penitente y perdonada, que Juan también menciona por su nombre aclarándonos que vivía en Betania".
Pero esta conclusión no es necesaria porque:
no hay por qué relacionar a Juan con Lucas; los relatos difieren en varios detalles. Así, por ejemplo, la unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo; su relato hace explícita referencia a los pecados de la mujer que unge a Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, por su parte, hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente), y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese una pecadora. Sólo Juan nos ofrece el nombre de la mujer, que los demás no mencionan.
los «siete demonios» no significan un gran número de pecados, sino -como lo aclara allí mismo Lucas- «espíritus malignos y enfermedades»; este significado es más conforme con el uso habitual en los evangelios.
Dos teorías
Los argumentos a favor de la identificación de los tres personajes, como vemos, son débiles. Sin embargo, tal identificación cuenta a su favor con una larga tradición, como se ha mencionado. Hay que decir también que los argumentos a favor de la distinción entre las tres mujeres tampoco son totalmente concluyentes. Es decir que ambas teorías cuentan con razones a favor y en contra, y de hecho, a lo largo de la historia, ambas interpretaciones han sido sostenidas por los exégetas: así, por ejemplo, los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en identificar a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas.
Una respuesta "oficial"
A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos, hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado claramente por la distinción entre las tres mujeres. Concretamente, en los textos litúrgicos, ya no se hace ninguna referencia -como sí ocurría antes del Concilio- a los pecados de María Magdalena o a su condición de "penitente", ni a las demás características que le provendrían de ser también María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta. En efecto, la Iglesia ha considerado oportuno atenerse sólo a los datos seguros que ofrece el evangelio.
Por ello, actualmente se considera que la identificación entre Magdalena, la pecadora y María es más bien una confusión "sin ningún fundamento", como dice la nota al pie en Lc 7, 37 de "El Libro del Pueblo de Dios". No hay dudas de que la Iglesia, a través de su Liturgia, ha optado por la distinción entre la Magdalena, María de Betania y la pecadora, de modo que hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y por lo que nos afirma la Liturgia, no fue "pecadora pública", "adúltera" ni "prostituta", sino sólo seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo pascual a los mismos Apóstoles.
La liturgia de su fiesta
Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria (que se celebra el 22 de julio) hablan de la búsqueda del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o de la muerte y resurrección de Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para «Aquel que murió y resucitó» por nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio que se proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama «¡Maestro!» y va a anunciar a todos que ha visto al Señor. Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni a su supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive de esta supuesta identificación el hecho de que la Memoria litúrgica de Santa Marta se celebra justamente en la Octava de Santa Magdalena, es decir, una semana después, el 29 de julio. Santa María de Betania aun no tiene fiesta propia en el Calendario Litúrgico oficial.
Los textos eucológicos de la Misa de la Memoria de Santa María Magdalena nos dicen, por su parte, que a ella el Hijo de Dios le «confió, antes que a nadie... la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena es aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta misericordia tu Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) y es modelo de «aquel amor que [la] impulsó a entregarse por siempre a Cristo» (Oración Postcomunión).
En la Liturgia de las Horas ocurre otro tanto, ya que los nuevos himnos compuestos después de la reforma litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes y Mágdalæ sidus para Vísperas) hacen hincapié en los mismos aspectos: María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro. Algo similar se verifica en los demás elementos del Oficio Divino, en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna a los supuestos pecados de la Magdalena ni a su condición de hermana de Marta y Lázaro.
Como claro contraste, cabe señalar que en la liturgia previa al Concilio, la Memoria del 22 de julio se llamaba «Santa María Magdalena, penitente», y abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. El evangelio que se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora que había en la ciudad»: "in civitate peccatrix".
Finalmente, mencionemos que el culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, "pecadora perdonada", adquiere aun más fuerza.
La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro.
Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los tres "hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del "Santo Bálsamo") a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos.
Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.
Finalmente, cabe consignar que el apelativo "Magdalena" significa "de Magdala", ciudad que ha sido identificada con la actual Taricheai, al norte de Tiberíades, junto al lago de Galilea.
Oración
María Magdalena, te pido me ayudes a reconocer a Cristo en mi vida evitando las ocasiones de pecado. Ayúdame a lograr una verdadera conversión de corazón para que pueda demostrar con obras, mi amor a Dios.
Amén.
Los ángeles ¿Quiénes son y que hacen? ¿En qué modo están presentes en la vida de la Iglesia?
Fragmentos de verdad católica
Los ángeles son criaturas puramente espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales; son seres personales dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando cara a cara incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en el cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.
Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net
¿Quiénes son los ángeles?
"Los ángeles son criaturas puramente espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales; son seres personales dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando cara a cara incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en el cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres" (Compendio, 60).
"En todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Por el hecho que «ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt18,10), estos son «poderosos ejecutores de sus órdenes, listos a la voz de su palabra» (Sal 103,20).
En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello (CCC, 329-330).
San Agustín dice al respecto «"Angelus" officii nomen est, […] non naturae. Quaeris nomen huius naturae, spiritus est. Quaeris officium, angelus est: ex eo quod est, spiritus est, ex eo quod agit, angelus - La palabra ángel designa el oficio, no la naturaleza. Si se pregunta el nombre de esta naturaleza, se responde que es espíritu; si se pregunta la función, se responde que es ángel: es espíritu por aquello que es, mientras que por aquello que cumple es ángel» (San Agustín, Enarratio in Psalmum 103, 1, 15: CCL 40, 1488).
¿La existencia de los ángeles es una verdad de fe?
Ciertamente. "La existencia de los seres espirituales, incorpóreos, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de Fe. El testimonio de la Escritura es tan clara como la unanimidad de la Tradición" (CCC, 328).
¿Qué cosa hacen los ángeles en el Antiguo Testamento?
- El Antiguo Testamento describe varias intervenciones de ángeles en la vida del Pueblo de Israel:
- Por ejemplo:
· La lucha con el ángel de Jacob (Gn 32, 25 -29);
· La escalera recorrida por los ángeles, soñada por Jacob (Gn 28, 12);
· Los tres ángeles huéspedes de Abrahám (Gn 18);
· La intervención del ángel que detiene la mano di Abraham que está por sacrificar a Isaac.
· El ángel que lleva alimento al profeta Elías al desierto.
- Fuerte es además la invitación que leemos en el Salmo 148 (Laude cósmica): "¡Alabad a Yahvé desde el cielo, alabadlo en las alturas, alabadlo, todos sus ángeles, todas sus huestes, alabad-lo!… Alaben ellos el nombre de Yahvé, pues él lo ordenó y fueron creados (Sal 148, 1-5).
¿Y el Nuevo Testamento cómo habla de los ángeles?
- También el Nuevo Testamento habla frecuentemente de los ángeles. Se vea por ejemplo:
· El anuncio, de parte de los ángeles, a los pastores del nacimiento de Cristo;
· El ángel que aparece en sueños a José, sugiriéndole escapar con María y el Niño;
· Los ángeles que adoran y sirven a Jesús después de las tentaciones en el desierto;
· El ángel que anunció a Magdalena y a las otras mujeres, la resurrección de Cristo;
· La liberación de S. Pedro, de las cadenas y de la cárcel en Roma;
· En el Apocalipsis.
- En particular conmueve la afirmación de Jesús acerca de los ángeles, en defensa de los pequeños: "Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos." (Mt 18, 10).
¿Cuál es la relación entre Jesucristo y los ángeles?
- "Cristo es el centro del mundo angélico. Ellos son sus ángeles: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...]» (Mt 25,31).
· Son suyos porque son creados por medio de Él y en vista de Él: «porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, tronos, dominaciones, principados, potestades: todo fue creado por Él y para Él» (Col 1,16).
· Son suyos además porque los hizo mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Heb 1, 14).
- Ellos, desde la creación y a lo largo de toda la historia de la salvación anuncian de lejos o de cerca esta salvación y sirven a la realización del designio salvífico de Dios (...).
- Desde la Encarnación a la ascensión, la vida del Verbo encarnado está circundada de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios «introduce a su Primogénito en el mundo dice: Adórenle todos los ángeles de Dios» (Heb 1,6). Su canto de alabanza al nacimiento de Cristo no ha dejado de resonar en la alabanza de la Iglesia: «Gloria a Dios...» (Lc 2,14). Ellos protegen la infancia de Jesús, sirven a Jesús en el desierto, lo confortan durante la agonía, cuando Él habría podido por ellos ser salvado de la mano de los enemigos como en un tiempo Israel. Son ahora los ángeles que anuncian la Buena Noticia de la encarnación y de la resurrección de Cristo. Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor" (CCC, 331-333).
¿Qué cosa significa la frase evangélica: "verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre" (Jn 1,51)?
Orígenes, antiguo sacerdote y teólogo que vivió entre el 185 y el 253 d.C., así ilustra ésta frase:
"Los ángeles descienden porque Cristo bajó primero; ellos temían bajar antes de que lo hubiera ordenado el Señor de las potestades celestiales y de todas las cosas (Col 1, 16). Pero cuando han visto al Príncipe de las huestes celestiales vivir en la tierra, entonces, por éste sendero abierto, han salido detrás de su Señor, obedeciendo a la voluntad de aquel que los ha destinado como guardianes de aquellos que creen en su nombre, (...).
Por esto cuando nació Cristo, había una «multitud del ejército celestial que alababa a Dios» (Lc 2, 18)" (Origenes, Homilía sobre Ezequiel I, 7; SC 352,71-73).
¿En qué modo los ángeles están presentes en la vida de la Iglesia?
Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles. En la liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar a Dios tres veces santo; e invoca su asistencia (así en In paradisum deducant te angeli…- Al paraíso te acompañen los ángeles- en la liturgia de difuntos, o todavía en el «Himno de los Querubines» de la liturgia bizantina), celebra la memoria de algunos ángeles, en particular (San Miguel, San Gabriel, San Rafael, los ángeles custodios). Desde su inicio hasta la hora de la muerte, la vida humana está circundada de su protección y de su intercesión" (CCC, 334 - 336).
"La Iglesia se une a su asistencia y de algunos, celebra litúrgicamente la memoria" (Compendio, 61).
¿En qué modo los fieles, imitando a los ángeles, pueden adorar a Dios?
- Adorar significa rendir culto a Cristo Señor, realmente presente con su Cuerpo en el Tabernáculo. Tal culto de adoración (o de latría) está reservado sólo y exclusivamente a Dios como expresión de honor, de reconocimiento de Su superioridad y de nuestra sumisión.
- La adoración Eucarística brota:
- de la celebración de la Eucaristía: El sacrificio de la Santa Misa es verdaderamente el origen y el fin del culto dado a la Eucaristía fuera de la Santa Misa, el cuál está por tanto íntimamente ligado a la celebración eucarística, es su natural prolongación y a ella está dirigido;
- De la fe en la presencia real del Señor: ella lleva naturalmente a la manifestación externa, pública y privada de ésta misma fe.
- De la certeza que el Señor está siempre con nosotros: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt28,20).
- La adoración del Santísimo Sacramento puede ser personal o comunitaria, en sus varias formas, incluida la exposición del Santísimo Sacramento, en el Ostensorio o en la Píxide, en forma prolongada o breve. Esa, recomendada por la Iglesia a Pastores y fieles, expresa altamente la relación existente entre la celebración del Sacrificio del Señor (que en sí misma es el más grande acto de adoración de la Iglesia) y su presencia permanente en la Hostia consagrada.
- Adorar a Jesucristo presente en la Eucaristía fuera de la Misa, aún como reparación, es una consecuencia de nuestra fe en el misterio celebrado. La adoración por tanto, va entendida como la preparación a la S. Misa, como la actitud de celebración de los santos misterios y como agradecimiento por el don de la Eucaristía.
¿Existen otros modos de adorar al Señor?
Además de las formas de adoración, de las cuales ya se ha hablado, es preciso recordar que nuestro amor a la Eucaristía se puede expresar en otras formas, con las cuales también adoramos al Señor, como:
· La adoración perpetua, aquella de las cuarenta horas o en otras formas, que integran a una entera comunidad parroquial o religiosa, o a una asociación eucarística, y provee la ocasión para numerosas expresiones de piedad eucarística;
· La simple visita al Santísimo Sacramento, colocado en el tabernáculo: breve encuentro con Cristo sugerido de la fe en su presencia y caracterizado por la oración silenciosa.
· La bendición eucarística, que ordinariamente concluye las procesiones y adoraciones eucarísticas cuando está el sacerdote o el diácono. Porque la bendición con el Santísimo Sacramento no es una forma de piedad eucarística autónoma, debe ser precedida de una breve exposición, con un tiempo conveniente de oración y silencio. Y por tanto está prohibida la exposición hecha únicamente para impartir la bendición;
· Las procesiones Eucarísticas por las calles de la ciudad terrena: ellas ayudan a los fieles a sentirse pueblo de Dios que camina con su Señor, proclamando la fe en el Dios con nosotros y por nosotros. Esto vale sobre todo para la procesión eucarística por excelencia aquella del Corpus Christi. En las procesiones, todo debe colaborar a resaltar la dignidad y la reverencia hacia el Santísimo: el comportamiento, la decoración de las calles, los arreglos florales, los cantos y las oraciones deben ser una manifestación de fe en el Señor y de alabanza a Él;
· Los congresos eucarísticos: esos, signo de fe y caridad, se pueden considerar como una statio es decir una pausa de empeño y de oración, a la cual una comunidad invita a la Iglesia universal o una Iglesia local invita a otras Iglesias de la misma región o de la misma nación o del mundo entero, para profundizar juntos algún aspecto del misterio eucarístico y brindarle un homenaje de pública veneración.
¿Quiénes son los Arcángeles?
- En la fe cristiana, entre los ángeles se identifican también tres Arcángeles. En efecto en la Biblia, y en particular en el libro de Tobías, se lee que los Arcángeles son aquellos que se sientan en la presencia de Dios, contemplan su gloria y lo alaban incesantemente. La Iglesia católica reconoce tres Arcángeles:
· Miguel: Etimológicamente significa «¿Quién como Dios?», "Grandeza de Dios", " El Gran Dios", "Semejante a Dios". Es el Arcángel de la luz y del fuego; es el jefe de las huestes celestiales. Es el que expulsó a Lucifer lejos del Paraíso. Por esto en la iconografía cristiana viene representado como un joven fuerte, joven y bello, endosando una armadura. Viene identificado como el protector de la Iglesia Católica Romana, y además santo patrono de la nación hebrea. La liturgia de difuntos lo recuerda como compañero de las almas.
· Gabriel: Su nombre etimológicamente significa "Fueza de Dios", en cuanto se supone que haya combatido con Jacob, dislocándole el fémur (cfr. Gen cap. 32). Se presentó a Zacarías como »aquel que está en la presencia de Dios» (Lc 1, 19). Se presentó a la Virgen María, anunciándole el nacimiento de Jesús (Anunciación). Por esto es considerado cabeza de los embajadores, y también el Ángel de la Revelación . En la iconografía cristiana viene representado como un joven elegante, majestuoso, adornado con lujoso vestuario. Frecuentemente viene también retratado de rodillas frente a la Virgen con los brazos en cruz sobre el pecho, o con un pergamino, o un cetro o un lirio en la mano.
· Rafael: Su nombre significa "Médico divino", o "Dios cura", "Salvación de Dios", es citado en el libro de Tobías , y acompañó a Tobías en el viaje por Mesopotamia para recuperar el dinero del padre, liberó a Sara de un demonio y favoreció el matrimonio de ésta con Tobías. Es frecuentemente considerado como el ángel custodio por excelencia, el jefe de los ángeles custodios, el ángel de la Providencia que vela sobre toda la humanidad. Viene frecuentemente representado en la iconografía cristiana, junto con el joven Tobías o a su perro que le acompaña fiel y constantemente. Es identificado como el protector de los peregrinos, de aquellos que realizan un peregrinaje hacia un lugar religioso o mejor todavía de los que están en camino hacia la casa del Padre. Viene representado por esto como un viajero que viaja con bastón y sandalias, la cantimplora de agua y una alforja que cuelga.
- La Iglesia celebra la fiesta de éstos tres arcángeles el 29 de septiembre.
¿Qué hacen los ángeles custodios?
- En el libro del Éxodo, leemos: "Así dice el Señor: «Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado. Hazle caso y obedécele; no te rebeles contra él» (Ex 23, 20-21).
- «Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor, para conducirlo a la vida» (San Basilio Magno, Adversus Eunomium, 3, 1: SC 305, 148).
- "Desde su inicio hasta la hora de la muerte, la vida humana está circundada de su protección y de su intercesión" (CCC, 336).
- Leemos en el Libro de los Salmos: «Él (Dios) ordenará a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos» (Sal 90,11).
San Bernardo comenta así esta frase bíblica: "Éstas palabras ¡cuánta reverencia deben suscitar en ti, cuánta devoción deben producirte, cuánta confianza infundirte! Reverencia por la presencia, devoción por la benevolencia, confianza por la custodia. Están presentes, entonces, y están presentes en ti, no sólo contigo, sino también por ti. Están presentes para protegerte, están presentes para servirte. (…) Amemos afectuosamente a los ángeles de Dios, como aquellos que serán un día nuestros coherederos, mientras tanto son nuestros guías y tutores, propuestos para nosotros por el Padre. (…) No pueden ser derrotados ni seducidos y mucho menos seducir, ellos que nos protegen en todos nuestros caminos. Son fieles, son prudentes, son poderosos, ¿por qué angustiarse? Solamente sigámoslos, estemos cerca de ellos y permanezcamos en la protección del Dios del cielo" (San Bernardo, abate, Discurso 12 sobre el Salmo 9, opera omnia, ed. Cisterc. 4 [1966] 458-462).
- El culto de los Ángeles custodios aparece como fiesta en sí, en muchas Iglesias desde el siglo XVI. En el calendario romano viene introducido en el 1615.
¿Qué oraciones la Iglesia nos invita a dirigir a Dios a través de los ángeles custodios?
- En el día litúrgico de los ángeles custodios (2 de Octubre), la Iglesia ora así en la Celebración Eucarística:
"Dios nuestro, que con amorosa providencia has enviado a tus santos ángeles para que nos guarden, concédenos experimentar su protección aquí en la tierra y disfrutar, junto con ellos, la felicidad del cielo.
Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos en la festividad de tus santos ángeles, y concédenos que su continua protección nos libre de los peligros presentes y nos guíe a la vida eterna.
Padre Santo, que en este sacramento nos donas el pan para la vida eterna, guíanos, con la asistencia de los Ángeles, por la vía de la salvación y de la paz. Por Cristo nuestro Señor".
- La tradición popular cristiana ha trasmitido esta simple, pero bella oración al ángel custodio:
"Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname. Amén.".
El Primicerio
de la Basílica de San Ambrosio y San Carlos en Roma
Monsignor Raffaello Martinelli