«¿Un ciego, puede guiar a otro ciego?»

Evangelio según San Lucas 6,39-42. 

Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? 
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano." 

San Pedro Claver

San Pedro Claver, religioso presbítero

San Pedro Claver, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que en Nueva Cartagena, ciudad de Colombia, durante más de cuarenta años consumió su vida con admirable abnegación y eximia caridad para con los esclavos negros, y bautizó con su propia mano a casi trescientos mil de ellos.

Nació en Verdú, España, el 26 de Junio de 1580. Murió en Cartagena, Colombia, el 8 de Septiembre de 1654.  Pedro Claver y Juana Corberó, campesinos catalanes, tuvieron seis hijos, pero solo sobrevivieron Juan, el mayor, y los dos mas pequeños, Pedro e Isabel. El padre apenas podía firmar su nombre, pero era un hombre trabajador y buen cristiano. La infancia de Pedro quedó oculta para la historia como la de tantos santos, incluso la de Nuestro Señor.

Trabajaba en el campo con su familia.   Pedro se graduó de la Universidad de Barcelona. A los 19 años decide ser Jesuita e ingresa en Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encuentra con San Alonso Rodriguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar lo territorios españoles en América.

Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610. Debía estudiar su teología en Santa Fe de Bogotá. Allí estuvo dos años, uno en Tunja y luego es enviado a Cartagena, en lo que hoy es la costa de Colombia. En Cartagena es ordenado sacerdote el 20 de Marzo de 1616.   Al llegar a América, Pedro encontró la terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada que había comenzado ya desde el segundo viaje de Colón el 12 de Enero de 1510, cuando el rey mandó a emplear negros como esclavos.

Se trata de una tragedia que envolvió a unos 14 millones de infelices seres humanos. Un millón de ellos pasaron por Cartagena. Los esclavos venían en su mayoría de Guinea, del Congo y de Angola. Los jefes de algunas tribus de esas tierras vendían a sus súbditos y sus prisioneros. En América los usaban en todo tipo de trabajo forzado: agricultura, minas, construcción.   Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de las flotas españolas se convirtió en el principal centro del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban cada mes. Aunque se murieran la mitad en la trayectoria marítima, el negocio dejaba grandes ganancias.

Por eso, las repetidas censuras del papa no lograron parar este vergonzoso mercado humano.   Pedro no podía cambiar el sistema. Pero si había mucho que se podía hacer con la gracia de Dios. Pero hacía falta tener mucha fe y mucho amor. Pedro supo dar la talla. En la escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval, Pedro escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus" (yo Pedro Claver, de los negros esclavo para siempre". Así fue.

San Pedro no se limitó a quejarse de las injusticias o a lamentarse de los tiempos en que vivía. Supo ser santo en aquella situación y dejarse usar por Jesucristo plenamente para su obra de misericordia. En Cartagena durante cuarenta años de intensa labor misionera se convirtió en apóstol de los esclavos negros. Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, el supo ser luz y sal, supo hacer constar para la historia lo que es posible para Dios en un alma que tiene fe.

A pesar de su timidez la cual tubo que vencer, se convirtió en un organizador ingenioso y valiente. Cada mes cuando se anunciaba la llegada del barco esclavista, el padre Claver salía a visitarlos llevándoles comida. Los negros se encontraban abarrotados en la parte inferior del barco en condiciones inhumanas. Llegaban en muy malas condiciones, víctimas de la brutalidad del trato, la mala alimentación, del sufrimiento y del miedo. Claver atendía a cada uno y los cuidaba con exquisita amabilidad. Así les hacia ver que el era su defensor y padre.

Los esclavos hablaban diferentes dialectos y era difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a esta dificultad, el padre Claver organizó un grupo de intérpretes de varias nacionalidades, los instruyó haciéndolos catequistas.   Mientras los esclavos estaban retenidos en Cartagena en espera de ser comprados y llevados a diversos lugares, el padre Claver los instruía y los bautizaba. Los reunía, se preocupaba por sus necesidades y los defendía de sus opresores. Esta labor de amor le causó grandes pruebas.

Los esclavistas no eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser indiscreto por su celo por los esclavos y de haber profanado los Sacramentos al dárselos a criaturas que a penas tienen alma. Las mujeres de sociedad de Cartagena rehusaban entrar en las iglesias donde el padre Claver reunía a sus negros.   Sus superiores con frecuencia se dejaron llevar por las presiones que exigían se corrigiesen los excesos del padre Claver. Este sin embargo pudo continuar su obra entre muchas humillaciones y obstáculos.

Hacia además penitencias rigurosas. Carecía de la comprensión y el apoyo de los hombres pero tenia una fuerza dada por Dios.   Muchos, aun entre los que se sentían molestos con la caridad del padre Claver, sabían que hacia la obra de Dios siendo un gran profeta del amor evangélico que no tiene fronteras ni color. Era conocido en toda Nueva Granada por sus milagros.

Llegó a catequizar y bautizar a mas de 300,000 negros. En la mañana del 9 de Septiembre de 1654, después de haber contemplado a Jesús y a la Santísima Virgen, con gran paz se fue al cielo.   Beatificado el 16 de Julio de 1850 por Pío IX.

Canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con Alfonso Rodriguez. El 7 de Julio de 1896 fue proclamado patrón especial de todas las misiones católicas entre los negros. El papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver en la Iglesia de los Jesuitas en Cartagena el 6 de Julio de 1986

Oremos  

Oh Dios, que, con el fin de llevar el Evangelio a los esclavos negros, has dotado a San Pedro Claver de admirable amor y paciencia, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, superadas todas las discriminaciones raciales, amemos a todos los hombres con sincero corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Liturgia española mozárabe Prefacio Eucarístico para el segundo domingo de Cuaresma; PL 85, 322

«¿Un ciego, puede guiar a otro ciego?»

Es justo y necesario darte gracias, Señor, Padre santo, Dios eterno y todopoderoso, por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor... Él vino a este mundo para hacer justicia, de modo que los ciegos vean y los que veían queden ciegos (Jn 9,39). Aquellos que se han reconocido en las tinieblas del error, han recibido la luz eterna que los ha librado de la oscuridad de sus errores. Y los arrogantes, que pretendían poseer ellos mismos la luz de la justicia, han sido sumergidos, con razón, en sus propias tinieblas. Inflados de su orgullo y seguros de su justicia, no han buscado médico para curarse. Hubieran podido tener acceso al Padre por Jesús, que se ha declarado la puerta (Jn 10,7), pero como han prevalecido insolentemente en sus méritos, han mantenido su ceguera. 

Por ello, venimos humildemente a ti, Padre santo, y sin presumir de nuestros méritos, abrimos ante tu altar nuestra propia herida. Reconocemos las tinieblas de nuestros errores, descubrimos las caídas de nuestra conciencia. Queremos encontrar, te rogamos, un remedio a nuestra herida, la luz eterna para nuestras tinieblas, la pureza de la inocencia en nuestra conciencia. Queremos con todas nuestras fuerzas contemplar tu rostro..., deseamos ver el cielo... 

Ven a nosotros, Jesús, que rezamos en tu templo, y atiéndenos en este día, tú que no has tenido en cuenta el sábado para hacer milagros... Tú que nos has hecho de la nada, prepara un ungüento y aplícalo sobre los ojos de nuestro corazón... Escucha nuestra oración y elimina la ceguera de nuestros pecados, para que veamos la gloria de tu rostro, en la paz de la bienaventuranza eterna.

¿Podrá un ciego guiar a otro ciego?
Lucas 6, 39-42. Tiempo Ordinairo. Busca hacer felices a los que viven a tu lado sin pensar en ti mismo. 


Oración Introductoria
Padre mío, gracias por tu paciencia y por tu misericordia. Te pido perdón por las veces en que he ignorado tu presencia. Ayúdame a descubrir en esta oración los medios que tengo que concretar para ya no defraudarte y corresponder siempre a tu amor.

Petición
Dios mío, ayúdame a ser misericordioso y que no me atreva nunca a juzgar a los demás.

Meditación del Papa Francisco
El apelativo «hipócritas» que Jesús da varias veces a los doctores de la ley en realidad es dirigido a cualquiera, porque quien juzga lo hace en seguida, mientras que Dios para juzgar se toma su tiempo.

Quien juzga se equivoca, simplemente porque toma un lugar que no es suyo. Pero no solo se equivoca, también se confunde. Está tan obsesionado con lo que quiere juzgar, de esa persona -¡tan tan obsesionado!- que esa idea no le deja dormir. ... Y no se da cuenta de la viga que él tiene.

Es un fantasioso. Y quien juzga se convierte en un derrotado, termina mal, porque la misma medida será usada para juzgarle a él. El juez que se equivoca de sitio porque toma el lugar de Dios termina en una derrota. ¿Y cuál es la derrota? La de ser juzgado con la medida con la que él juzga.

El único que juzga es Dios y a los que Dios da la potestad de hacerlo. Jesús, delante del Padre, ¡nunca acusa! Al contrario: ¡defiende! Es el primer Paráclito. Después nos envía el segundo, que es el Espíritu Santo. Él es defensor: está delante del Padre para defendernos de las acusaciones. ¿Y quién es el acusador? En la Biblia se llama «acusador» al demonio, satanás. Jesús nos juzgará, sí: al final de los tiempos, pero mientras tanto intercede, defiende. 

(Cf Homilía de S.S. Francisco, 23 de junio de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
Hoy vemos que la perseverancia en esa lucha por lograr unirse cada vez más a la voluntad santísima de Dios, pues en ello estriba la verdadera perfección, tiene su premio.

Aunque la vida esté llena de dificultades, desalientos y trabajos, también es verdad que es muy corta y que es pasajero el sufrir. Pronto llegará el fin de la jornada y ahí encontraremos el descanso y el premio si hemos sabido luchar por Jesucristo.

Qué hermoso programa el seguir a Cristo buscando hacer felices a los que viven a nuestro lado sin pensar en nosotros mismos y a la vez cuánta fuerza de voluntad y cuánta abnegación nos exige y qué premio tan grande nos conquista para el cielo. Ser viriles en la caridad, ser generosos y magnánimos, sin entregarnos a la estrechez tacaña de lo que es obligación estricta. Más allá comienza el amplio campo de la delicadeza y de las atenciones, del sacrificio y de la afabilidad ingeniosa para dar gusto a los demás en todo. Hay que llegar al detalle y no despreciar las pequeñas ocasiones de sacrificarse dando a nuestro hermano una muestra de atención, un rostro alegre, una palabra de aliento, una condescendencia en la conversación.

Hay que aprovechar esa vida tan pequeña, que es un punto en medio de la eternidad, pues al final nos espera el premio, la corona; nos espera la inefable dicha de poseer a Dios, a Jesús, con plenitud y sin temor de perderle más.

Propósito
Hacer el ejercicio constante de no juzgar la actuación de las personas con las que convivo.

Diálogo con Cristo
Señor, Tú me enseñas que nunca debo juzgar ni criticar a los demás. Haz que logre tratar a los demás como Tú me tratas Señor: comprendiendo sus limitaciones, disculpando sus faltas, poniendo atención a sus necesidades, sin guardar ningún rencor, ningún resentimiento, con la capacidad de ser misericordioso y bondadoso, siempre y con todos.

En medio de la enfermedad

He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios.

He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios.

Tus fuerzas te abandonan y tú te abandonas ante su presencia soberana. Entonces surge Dios y dice: “No temas, Yo estoy contigo”. Y todo cambia. Comprendes que hay un sentido para todo, incluso tu enfermedad.

Por momentos, acostado, me trasladaba con mi mente a una capilla donde esta expuesto Jesús Sacramentado. Me detengo frente a Jesús y lo miro. Y le digo que lo quiero. “Eres mi mejor amigo, Señor”. No hacemos más que eso. Pero me siento tan feliz de poder entregarle estos pequeños gestos de amor.

Comprendo lo frágiles que somos los humanos y la grandeza de nuestro espíritu.
Anoche, ocurrió algo significativo. Me dormí profundamente y dormido, en sueños, me puse a rezar. Entonces escuché la voz paternal de Dios que se preguntaba:

“¿Qué haré contigo?”
Yo, intuitivamente respondí:
“Devolverme la salud”.
De pronto surgió una pregunta que me estremeció:
“¿Y qué hiciste con la salud que te di?”

Me vi entonces en un tranque vehicular gritándole al conductor de al lado… luego, molesto con una cajera que no me atendió a tiempo. Surgieron así, en cuestión de segundos, cientos de situaciones similares de las que me avergoncé.

Sin dejar de amarme, Dios preguntó:

“¿Amaste?”

“Muy poco Señor”, reconocí, “creo que fui egoísta con el tiempo que me diste”.

“Está bien reconocerlo”, dijo con ternura… “Tendrás otra oportunidad. Ama y haz todo el bien que puedas”.

Entonces desperté.

Algo pasó en ese sueño, que me llenó de esperanza.

La gripe está cediendo y pronto volveré a salir. Pero esta vez seré diferente. Trataré de ver al prójimo como a mi hermano, y estaré más cerca de Dios: amando, ayudando al que pueda.

La ONU rinde homenaje a la Madre Teresa en una exposición.

“La Madre Teresa era una verdadera vocera para la santidad de la vida y la familia”, señaló Napier, y agregó que “a veces usaba las palabras para exponer sus ideas, pero sus acciones y su ejemplo hablaba más que sus palabras”. 

La ONU rinde homenaje a la Madre Teresa en una exposición.
“La vida de la Madre Teresa y su legado para la ONU”, es el título de la exposición sobre la Madre Teresa de Calcuta que se realizará del 6 al 9 de septiembre en el edificio de conferencias de las Naciones Unidas en Nueva York.

30 agosto de 2016.- La exposición, organizada por la Misión de Observación Permanente de la Santa Sede ante la ONU, en conjunto con la organización jurídica “Alliance Defending Freedom International” (ADF), tiene lugar en el contexto de la próxima canonización de la Madre Teresa por el papa Francisco el próximo domingo 4 de septiembre.“La vida de la Madre Teresa y su legado para la ONU”, es el título de la exposición sobre la Madre Teresa de Calcuta que se realizará del 6 al 9 de septiembre en el edificio de conferencias de las Naciones Unidas en Nueva York.   La exposición, organizada por la Misión de Observación Permanente de la Santa Sede ante la ONU, en conjunto con la organización jurídica “Alliance Defending Freedom International” (ADF), tiene lugar en el contexto de la próxima canonización de la Madre Teresa por el papa Francisco el próximo domingo 4 de septiembre. 

Asimismo, el 9 de septiembre tendrá lugar, en el edificio central de la ONU, una conferencia con la participación de oradores que fueron cercanos a la religiosa y tendrá un enfoque en los “aspectos más relevantes de su vida y su trabajo; preocuparse por los más pobres de los pobres, abogar por la paz y no dejar a nadie en el abandono”.  “Hoy, conmemoramos su vida con esa exposición, puesta en el corazón de la ONU, para recordarnos de su sabiduría, sus destacadas labores y su interminable amor por cada ser humano entre ellos, los pobres, los enfermos, los no nacidos y los moribundos”, afirmó Doug Napier.  “La Madre Teresa era una verdadera vocera para la santidad de la vida y la familia”, señaló Napier, y agregó que “a veces usaba las palabras para exponer sus ideas, pero sus acciones y su ejemplo hablaba más que sus palabras”.  “Ella actuaba fielmente y sin descanso. Es esta pasión por los otros, lo que la hace un gran modelo para cualquier persona que trabaja y colabora con las Naciones Unidas. Asegurar que las personas como la Madre Teresa sean libres para vivir su fe e impactar el mundo de manera positiva, debería ser la prioridad de todas las naciones”, sostuvo el abogado.

El Papa en Sta. Marta: Evangelizar no es hacer proselitismo ni presumir

En la homilía de este viernes, el Santo Padre recuerda que evangelizar es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis

9 SEPTIEMBRE 2016

REDACCIONEL PAPA FRANCISCO

Misa En Santa Marta --Osservatore Romano

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- No reducir la evangelización al funcionalismo ni tampoco a un simple ‘paseo’. Es la petición realizada por el papa Francisco en la homilía de esta mañana en Santa Marta. De este modo, el Pontífice ha subrayado la importancia que debe asumir el testimonio en la vida de los cristianos, advirtiendo de la tentación de proselitismo y de convencer con la fuerza de las palabras. El Santo Padre hace referencia a la Primera Lectura, de san Pablo a los Corintios, para preguntarse qué significa dar testimonio. De forma especial el Papa se ha detenido en el hecho de que evangelizar no significa reducirlo “a una función”.

Lamentablemente, ha advertido el Santo Padre, se ven cristianos que viven el servicio como una función. Laicos y sacerdotes que presumen de lo que hacen. Así, Francisco ha recordado que “evangelizar no es hacer proselitismo”. Es decir, “ni hacer el paseo, ni reducir el Evangelio a una función ni hacer proselitismo: esto no es evangelizar”. De este modo ha observado que Pablo dice que evangelizar es para él una necesidad “que se le impone”. Y ha añadido que un cristiano tiene la obligación, pero con esta fuerza, como una necesidad de llevar el nombre de Jesús, pero desde el propio corazón. El Papa ha proseguido que anunciar el Evangelio no puede ser un presumir sino “una obligación”. Y el estilo debe ser “hacerse todo a todos”. El estilo es “ir y compartir la vida de los otros, acompañar; acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe”.

En esta línea, el Pontífice ha asegurado que debemos ponernos en la condición del otro: “Si él está enfermo, acercarme, no agobiarlo con argumentos”, “ser cercano, asistirlo, ayudarlo”. Se evangeliza “con esta actitud de misericordia: hacerse todo a todos. Es el testimonio que lleva la Palabra”, ha precisado. El Papa ha hecho referencia a una pregunta que le hizo un joven en la JMJ de Cracovia, “qué decir a un amigo ateo”. A lo que Francisco respondió: “la última cosa que tienes que hacer es decir algo. Comienza por hacer y él verá lo que haces y te preguntará”. Asimismo, el Pontífice ha explicado que evangelizar es dar este testimonio: yo vivo así porque creo en Jesucristo. Y esto, reconoce el Papa, despierta curiosidad en la gente.

Por otro lado ha querido recordar que evangelizar es algo que se hace gratuitamente, “porque nosotros hemos recibido gratuitamente el Evangelio”, “la gracia, la salvación, no se compra y tampoco se vende: es gratis. Y gratis debemos darla”. El Santo Padre ha querido mencionar a San Pedro Claver, del que hoy se celebra la memoria. Un misionero que “se fue a anunciar el evangelio”. Quizá, ha añadido, “él pensaba que su futuro era predicar: en su futuro el Señor le pidió estar cerca, junto a los descartados de aquel tiempo, a los esclavos, los negros, que llegaban allí, desde África, para ser vendidos”. En esta línea, ha observado que “este hombre no dio un paseo, diciendo que evangelizada”, “no ha reducido la evangelización a un funcionalismo y tampoco a un proselitismo”. Sin embargo “anunció a Jesucristo con los gestos, hablando a los esclavos, viviendo con ellos, viviendo como ellos”. Y como él en la Iglesia “hay muchos”. Finalmente ha querido recordar que todos nosotros “tenemos la obligación de evangelizar”, viviendo la fe, hablando con mansedumbre, amor, sin querer convencer a nadie, pero gratuitamente. “Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis”, eso es evangelizar.

¿Se puede ser cristiano sin María?
Un cristiano sin María no es cristiano porque ella nos ha dado a Cristo. 

Dichosa por haber creído” (Lc 1, 45)

El término cristiano es bíblico, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra que fue en Antioquía en donde los Apóstoles recibieron el nombre de “cristianos” (Hch 11, 26), ahora bien, definido de donde proviene término cristiano, nos podemos preguntar ¿Qué significa ser cristiano? En la más simple de las definiciones cristiano es aquel que cree en Cristo, pero en realidad ser cristiano es aquel que cree en Cristo bajo la Fe de los Apóstoles, ya que no se puede creer en Cristo sino es por aquellos quienes contaron su historia y la han hecho trascender hasta nuestros días, por medio de la Sagrada Tradición en un primer momento, y luego por la Sagrada Escritura. En nuestra querida América Latina, se ha acuñado el término cristiano para referirse a los hermanos separados que viven su fe, iglesias o sectas de diferentes denominaciones, una equivocación que nosotros como católicos cometemos muy frecuentemente. No se debe caer en el error de reducir el término cristiano únicamente para refiriéndose a hermanos separados, es decir, quienes nacieron de la protesta contra Iglesia Católica (luteranos, calvinistas, anglicanos, presbiterianos, bautistas, pentecostales, etc.) y sectas fundamentalistas que existen en nuestro entorno. Los católicos somos cristianos, siempre lo hemos sido, porque nuestra fe proviene directamente de la Fe de los Apóstoles.

La palabra “católico” viene del griego “katholikos”, que significa universal y en los primeros siglos de la Iglesia los términos cristiano o católico se utilizaban indistintamente. Somos cristianos universales, católicos, porque Jesús antes de ascender al cielo nos dejó el siguiente mandato que expone la universalidad de su mensaje: “Vayan y prediquen el Evangelio a toda criatura.” (Mc 16, 15)

San Juan Crisóstomo en su homilía sobre el Evangelio de San Juan 19,2- 3 en el año 390 decía: “Entonces recibían diversos nombres. Mas ahora tenemos todos un único nombre, mayor que todos aquéllos; nos llamamos cristianos, hijos de Dios, amigos, un solo cuerpo. Esta apelación nos obliga más que cualquier otra y nos hace más diligentes en la práctica de la virtud. No hagamos nada que sea indigno de tan gran nombre, pensando en la gran dignidad con la que llevamos el nombre de Cristo. Meditemos y veneremos la grandeza de este nombre.”

Somos cristianos y bajo la universalidad del mandato que Cristo nos encomendó nos llamamos católicos, por ende somos cristianos católicos; comprometidos en la vivencia del misterio de Cristo a la luz de la Fe Apostólica. Dentro de la Fe Apostólica, María es celebrada tanto en la Tradición como en las Sagradas Escrituras como “Dichosa por haber creído” (Lc 1, 45). No se puede separar a María de la Apostolicidad, ya que desde la comunidad primitiva (compuesta por discípulos, amigos y familiares de Jesús) tenía especial estima entre todos los miembros, el cual se fue extendiendo entre los que se agregaban.

Cabe destacar que antes de ser escritos los evangelios, hubo un período de aproximadamente 20 años en que los relatos de la vida de Jesús fueron de boca en boca; pero al ir falleciendo quienes contaban estos relatos, los cristianos empezaron a poner por escrito todo cuanto escuchaban de quienes habían sido testigos de primera mano de la vida y obra de Jesús (La Sagrada Tradición Apostólica). En este contexto, podemos tomar como referencia el trabajo de San Lucas, discípulo de Pablo, en el cual es palpable que antes de escribir su evangelio, recopiló la mayor cantidad información sobre Jesús mediante una especie de investigación que tuvo que documentar, para escribir su obra y en la que podemos apreciar la importancia de María en la comunidad cristiana; él la llama “llena de gracia” (Lc 1, 28). A partir de este punto podemos empezar a esbozar que la figura de María está estrechamente ligada a la herencia cristiana que hemos recibido de los Apóstoles, no solo por tener el privilegio de haber sido la madre del Cristo, sino por méritos que ella reflejaba en su diario vivir. María fue la primera cristiana, ya que ella creyó en Cristo antes que cualquier otro ser humano, María fue la primera discípula, debido a que ella siguió atentamente los pasos y las enseñanzas de su hijo, siempre fue consciente que el fruto de su vientre era el Mesías, el Hijo de Dios; María fue la primera Apóstol, ya que el día de Pentecostés ella estaba presente en el cenáculo y fue testigo de la obra maravillosa del Espíritu Santo de la cual ella ya era partícipe desde la anunciación años atrás (Lc 1, 35).

Muchas de las sectas “cristianas” que están en el entorno Latinoamericano y con el que a diario nos encontramos, negando la Tradición Apostólica e interpretando a conveniencia la Sagrada Escritura manifiestan un odio tal, que en ocasiones hasta se percibe como diabólico hacia la Madre de Dios, María Santísima; a lo que tomando como base la definición del término cristiano genera los siguientes cuestionamientos: ¿Será digno de un cristiano no amar a la Madre de Cristo? ¿Se honra el nombre de Cristo al ofender a su Madre?

Tratando de obviar la Sagrada Tradición y tomando básicamente lo narrado en los Evangelios, nos podemos preguntar: ¿Cristo negó a su Madre? ¿Les enseñó Cristo a los apóstoles a no querer a su Madre? ¿Por qué entonces la encomendó al apóstol San Juan? ¿Se puede ser Cristiano sin María? ¿Por qué los hermanos separados nos atacan tanto en el tema de María? Parece un poco extraño que los propios reformadores tenían una concepción de María diametralmente opuesta a lo que predican nuestros hermanos de las sectas cristianas. Veamos que dicen algunos de sus fundadores acerca de la Santísima Virgen María, la madre de Jesús.

Martín Lutero – fundador de los luteranos.

Sermón Navidad 1531: “[Ella es] la mujer más encumbrada y la joya más noble de la cristiandad después de Cristo… Ella es la nobleza, sabiduría y santidad personificadas. Nunca podremos honrarla lo suficiente. Aun cuando ese honor y alabanza debe serle dado en un modo que no falte a Cristo ni a las Escrituras.”
Juan Calvino- fundador de los calvinistas.

“Helvidius mostró demasiada ignorancia al concluir que María debió haber tenido muchos hijos, por la razón de que son mencionados algunas veces los hermanos de Cristo”

Ulrico Zuinglio – reformador protestante.

Publicó en 1524 uno de sus sermones que trató sobre María, siempre virgen, madre de Dios: “Nunca he pensado, ni mucho menos enseñado o declarado públicamente, nada concerniente al tema de la siempre Virgen María, Madre de nuestra salvación, que pudiera ser considerado deshonroso, impío, sin valor o malvado… Creo con todo mi corazón, de acuerdo con el santo Evangelio, que su pureza virginal nos conduce hacia el Hijo de Dios y que ella permaneció, durante y después del parto, pura y sin mancha, virgen por la eternidad>.

Heinrich Bullinger – reformador protestante.

“La Virgen María… completamente santificada por la gracia y la sangre de su único Hijo, abundantemente dotada del don del Espíritu Santo y distinguida entre todos… ahora vive felizmente con Cristo en el cielo, es llamada y permanece siempre Virgen y es la Madre de Dios.” Es interesante analizar como los fundadores de las iglesias provenientes de la reforma también amaban y veneraban profundamente a la Virgen María, pero aún más interesante como la Iglesia Católica ha logrado custodiar el agradecimiento a ella. Con este artículo no se pretende atacar a las Iglesias protestantes nacidas de la reforma, mucho menos las sectas cristianas que están presente en nuestro entorno, lo que se pretende con este artículo es crear conciencia que no es cristiano apartar a María de nuestra Fe, mucho menos menospreciarla o insultarla, porque dentro del corazón del cristiano lo mínimo que debe de existir es un infinito agradecimiento por haber colaborado con el plan de Salvación que Dios tenía preparado para cada uno de nosotros.

Cristiano sin María no es cristiano. ¿Virgen María que me has dado? con tu sí me has dado a Cristo, por tu sí, yo soy cristiano. ¡Gracias Señora!

El Papa, con la guardia suiza

Jubileo de la seguridad
Roma agradece a la Guardia Suiza y la Gendarmería su trabajo en tiempos de "máxima vigilancia"
"Lealtad, dedicación y profesionalidad"

Redacción, 09 de septiembre de 2016 a las 11:02

El Jubileo Extraordinario de la Misericordia se celebrará hasta el próximo 20 de noviembre y ya ha acogido en Roma a más de 15 millones de peregrinos, según cifras oficiales

El secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, elogió ayer la "lealtad, dedicación y profesionalidad" que en estos tiempos de "máxima vigilancia" muestran los agentes de la Guardia Suiza y de la Gendarmería vaticana, ambos responsables de garantizar la seguridad.

Parolin realizó estas reflexiones durante una homilía que pronunció con motivo del Jubileo de la Guardia Suiza y de la Gendarmería vaticana en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Durante esta celebración, el cardenal aplaudió "la lealtad, dedicación, profesionalidad y espíritu de sacrificio" que muestran "todas las personas que con su trabajo diario garantizan la seguridad en el seno del Estado de Ciudad del Vaticano, especialmente en tiempos en los que es necesaria la máxima vigilancia".

Paroli dijo que desde hoy los
guardias suizos y los gendarmes tienen nuevas armas para desarrollar mejor su trabajo, un arsenal que se compone del "pan y el vino eucarístico, algunas palabras de vida, un pequeño rosario y una puerta santa para cruzar".

Estas, apuntó, "son las armas de Dios, disponibles y asequibles para todo el mundo, aparentemente débiles, pero más fuertes que toda la astucia humana y todos los obstáculos".

El Jubileo Extraordinario de la Misericordia se celebrará hasta el próximo 20 de noviembre y ya ha acogido en Roma a más de 15 millones de peregrinos, según cifras oficiales. 

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