El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga

Teresa Benedicta de la Cruz, Santa

Memoria Litúrgica, 9 de agosto

Monja Mártir

Martirologio Romano: Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen de la Orden de las Carmelitas Descalzas y mártir, la cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado filosofía durante algunos años entre grandes dificultades, recibió por el bautismo la nueva vida en Cristo y la desarrolló bajo el velo de religiosa, hasta que, en tiempo de un régimen hostil a la dignidad del hombre y de la fe, fue desterrada y encarcelada, muriendo en la cámara de gas del campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia (1942).

Fecha de beatificación: 1 de mayo de 1987 por S.S. Juan Pablo I
Fecha de canonización: 11 de octubre de 1998 por S.S. Juan Pablo II

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

Breve Biografía
Cuando Edith Stein, la última de once hermanos, nació en Breslau el 12 de octubre de 1891, la familia festejaba el Yom Kippur, la mayor fiesta hebrea, el día de la expiación. "Esto hizo, más que ninguna otra cosa, que su madre tuviera una especial predilección por la hija más pequeña". Precisamente esta fecha de su nacimientó fue para la carmelita casi un vaticinio.

El padre, comerciante de maderas, murió cuando Edith no había cumplido aún dos años. La madre, una mujer muy religiosa, solícita y voluntariosa, una persona verdaderamente admirable, al quedarse sola, debió hacer frente tanto al cuidado de la familia como a la gestión de la gran hacienda familiar; pero no consiguió mantener en los hijos una fe viva. Edith perdió la fe en Dios. "Con plena conciencia y por libre elección dejé de rezar".

Obtuvo brillantemente la reválida en 1911 y comenzó a estudiar germanística e historia en la Universidad de Breslau, más para tener una base de sustento en el futuro que por auténtica pasión. Su verdadero interés era la filosofía. Le interesaban también los problemas de la mujer. Entró a formar parte de la organización "Asociación Prusiana para el Derecho Femenino al Voto". Más tarde escribía: " como bachiller y joven estudiante, fui una feminista radical. Perdí después el interés por este asunto. Ahora voy en busca de soluciones puramente objetivas".

En 1913, la estudiante Edith Stein se fue a Gottinga para asistir a las clases universitarias de Edmund Husserl, de quien llegó a ser discípula y asistente, consiguiendo con él el doctorado. Por aquellos tiempos, Edmund Husserl fascinaba al público con un nuevo concepto de verdad: el mundo percibido no solamente existía de forma kantiana, como percepción subjetiva. Sus discípulos entendían su filosofía como un viraje hacia lo concreto. "Retorno al objetivismo". Sin que él lo pretendiera, la fenomenología condujo a no pocos discípulos y discípulas suyos a la fe cristiana. En Gottinga Edith Stein se encontró también con el filósofo Max Scheler y este encuentro atrajo su atención sobre el catolicismo. Pero todo esto no la hizo olvidar el estudio con el que debía ganarse el pan en el futuro y, en 1915, superó con la máxima calificación el examen de Estado. No obstante, no comenzó el periodo de formación profesional.

Al estallar la primera guerra mundial escribía: "ahora ya no tengo una vida propia". Siguió un curso de enfermería y prestó servicio en un hospital militar austríaco. Fueron tiempos difíciles para ella. Atendía a los ingresados en la sección de enfermos de tifus y prestaba servicio en el quirófano, viendo morir a hombres en la flor de su juventud. Al cerrar el hospital militar en 1916, siguió a Husserl a Friburgo en Brisgovia, donde obtuvo el doctorado "summa cum laude" con una tesis "Sobre el problema de la empatía ".

Por aquel tiempo le ocurrió un hecho importante: observó cómo una aldeana entraba en la Catedral de Frankfurt con la cesta de la compra, quedándose un rato para rezar. "Esto fue para mí algo completamente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes que he frecuentado los creyentes acuden a las funciones. Aquí, sin embargo, una persona entró en la iglesia desierta, como si fuera a conversar en la intimidad. No he podido olvidar lo ocurrido". En las últimas páginas de su tesis de doctorado escribió: "ha habido personas que, tras un cambio imprevisto de su personalidad, han creído encontrar la misericordia divina". ¿Cómo llegó a esta afirmación?

Edith Stein tenía gran amistad con el asistente de Husserl en Gottinga, Adolf Reinach y su esposa. Adolf Reinach muere en Flandes en noviembre de 1917. Edith va a Gottinga. Los Reinach se habían convertido al Evangelio. Edith tenía cierta renuencia ante el encuentro con la joven viuda.

Con gran sorpresa encontró una creyente. "Este ha sido mi primer encuentro con la cruz y con la fuerza divina que transmite a sus portadores... Fue el momento en que se desmoronó mi irreligiosidad y brilló Cristo". Más tarde escribirá: "lo que no estaba en mis planes estaba en los planes de Dios. Arraiga en mí la convicción profunda de que -visto desde el lado de Dios- no existe la casualidad; toda mi vida, hasta los más mínimos detalles, está ya trazada en los planes de la Providencia divina y, ante los ojos absolutamente clarividentes de Dios, presenta una coherencia perfectamente ensamblada".

En otoño de 1918, Edith Stein dejó la actividad de asistente de Edmund Husserl porque deseaba trabajar independientemente. La primera vez que volvió a visitar a Husserl después de su conversión fue en 1930. Tuvo con él una discusión sobre la nueva fe de la que la hubiera gustado que participara también él. Tras ello escribió una frase sorprendente: "Después de cada encuentro que me hace sentir la imposibilidad de influenciar directamente, se agudiza en mí el impulso hacia mi propio holocausto".

Edith Stein deseaba obtener la habilitación para la libre docencia, algo que, por aquel entonces, era inalcanzable para una mujer. A este respecto, Husserl se pronunciaba así en un informe: "Si la carrera universitaria se hiciera accesible a las mujeres, la podría recomendar encarecidamente más que a cualquier otra persona para el examen de habilitación". Más tarde, sin embargo, se le negaría la habilitación a causa de su origen judío.

Edith Stein vuelve a Breslau. Escribe artículos en defensa de la psicología y de las humanidades. Pero lee también el Nuevo Testamento, Kierkegaard y el opúsculo de los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola. Se da cuenta de que un escrito como éste no se le puede simplemente leer, sino que es necesario ponerlo en práctica.

En el verano de 1921 fue durante unas semanas a Bergzabern (Palatinado), a la finca de la Señora Hedwig Conrad-Martius, una discípula de Husserl. Esta señora, junto con su esposo, se había convertido al Evangelio. Una tarde Edith encontró en la biblioteca la autobiografía de Teresa de Ávila. La leyó durante toda la noche. "Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad".

Considerando retrospectivamente su vida, escribía más tarde: "mi anhelo por la verdad era ya una oración".

En enero de 1922 Edith Stein se bautizó. Era el día de la Circuncisión de Jesús, la acogida de Jesús en la estirpe de Abraham. Estaba erguida ante la fuente bautismal, vestida con el blanco manto nupcial de Hedwig Conrad-Martius, que hizo de madrina. "Había dejado de practicar mi religión hebrea y me sentía nuevamente hebrea solamente tras mi retorno a Dios". Ahora tendrá siempre conciencia, y no sólo intelectualmente, sino de manera tangible, de pertenecer a la estirpe de Cristo. En la fiesta de la Candelaria, una fiesta cuyo origen se remonta también al Antiguo Testamento, fue confirmada por el Obispo de Espira en su capilla privada.

Después de su conversión, lo primero que hizo fue volver a Breslau. "Mamá, soy católica". Las dos lloraron. Hedwig Conrad-Martius escribió: "mira, dos israelitas y en ninguna de ellas hay engaño" (cf. Jn 1, 47).

Inmediatamente después de su conversión, Edith Stein aspira a entrar en el Carmelo, pero sus consejeros espirituales, el Vicario general de Espira y el Padre Przywara, S.J., le impiden dar este paso. Acepta entonces un empleo de profesora de alemán e historia en el Instituto y seminario para maestros del Convento dominico de la Magdalena de Espira hasta Pascua de 1931. Por insistencia del Archiabad Raphael Walzer, del convento de Beuron, hace largos viajes para dar conferencias, sobre todo sobre temas femeninos. "Durante el período inmediatamente precedente y también bastante después de mi conversión... creía que llevar una vida religiosa significaba renunciar a todas las cosas terrenas y vivir solamente con el pensamiento puesto en Dios. Gradualmente, sin embargo, me he dado cuenta de que este mundo exige de nosotros otras muchas cosas..., creo, incluso, que cuanto más se siente uno atraído por Dios, más debe "salir de sí mismo", en el sentido de dirigirse al mundo para llevar allí una razón divina para vivir". Su programa de trabajo es enorme. Traduce las cartas y los diarios del período precatólico de Newmann y la obra Quaestiones disputatae de veritate de Tomás de Aquino, en una versión muy libre por amor al diálogo con la filosofia moderna. El Padre Erich Przywara, S.J., la incitó a escribir también obras filosóficas propias. Aprendió que es posible "practicar la ciencia al servicio de Dios... sólo por tal motivo he podido decidirme a comenzar una serie de obras científicas". Encuentra siempre las fuerzas necesarias para su vida y su trabajo en el convento benedictino de Beuron, al que va para pasar allí las fiestas más importantes del año eclesiástico.

En 1931 termina su actividad en Espira. Intenta de nuevo obtener la habilitación para la libre docencia en Breslau y Friburgo. Todo en vano. Compone entonces una obra sobre los principales conceptos de Tomás de Aquino: "Potencia y acción". Más tarde hará de este ensayo una obra mayor, desarrollándola bajo el título de Endliches und ewiges Sein (Ser finito y Ser eterno) en el convento de las Carmelitas de Colonia. No fue posible imprimir esta obra durante su vida.

En 1932 se le asigna una cátedra en una institución católica, el Instituto de Pedagogía científica de Münster, donde tiene la posibilidad de desarrollar su propia antropología. Aquí encuentra la manera de unir ciencia y fe, y de hacer comprensible esta cuestión a otros. Durante toda su vida sólo quiso ser "instrumento de Dios". "Quien viene a mí, deseo conducirlo a Él ".

En 19331 la noche se cierne sobre Alemania. "Había oído ya antes algo sobre las severas medidas contra los judíos. Pero ahora comencé de pronto a entender que Dios había puesto una vez más su pesada mano sobre su pueblo y que el destino de este pueblo era también el mío". El artículo de la ley de los nazis sobre la raza ariana hizo imposible que continuara su actividad docente. "Si aquí no puedo continuar, en Alemania ya no hay posibilidades para mí ". "Me había convertido en una extranjera en el mundo".

El Archiabad Walzer, de Beuron, ya no le impidió entrar en un convento de Carmelitas. Durante el tiempo que estuvo en Espira había hecho ya el voto de pobreza, castidad y obediencia. En 1933 se presenta a la Madre Priora del Monasterio de Carmelitas de Colonia. "Solamente la pasión de Cristo nos puede ayudar, no la actividad humana. Mi deseo es participar en ella".

Una vez más Edith fue a Breslau para despedirse de su madre y de la familia. El 12 de octubre fue el último día que pasó en su casa, el día de su cumpleaños y, a la vez, la fiesta hebrea de los tabernáculos. Edith acompaña a su madre a la sinagoga. Fue un día nada fácil para las dos mujeres. "¿Por qué la has conocido (la fe cristiana)? No quiero decir nada contra Él. Habrá sido un hombre bueno. Pero ¿por qué se ha hecho Dios? " . Su madre lloró. A la mañana siguiente Edith tomó el tren para Colonia. "No podía tener una alegría arrebatadora. Era demasiado tremendo lo que dejaba atrás. Pero yo estaba tranquilísima, en el puerto de la voluntad de Dios". Cada semana escribirá después una carta a su madre. No recibirá respuesta. Su hermana Rosa le mandará noticias de casa.

El 14 de octubre Edith Stein entra en el monasterio de las Carmelitas de Colonia. En 1934, el 14 de abril, tuvo lugar la ceremonia de toma de hábito. El Archiabad de Beuron celebró la misa. Desde aquel momento Edith Stein llevará el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz.

Escribe en 1938: "bajo la Cruz entendí el destino del pueblo de Dios que entonces (1933) comenzaba a anunciarse. Pensaba que entendiesen que se trataba de la Cruz de Cristo, que debían aceptarla en nombre de todos los demás. Es verdad que hoy entiendo mejor estas cosas, lo que significa ser esposa del Señor bajo el signo de la Cruz. Aunque ciertamente nunca será posible comprender todo esto, puesto que es un secreto". El 21 de abril de 1935 hizo los votos temporales. El 14 de septiembre de 1936, en el momento de renovar los votos, murió su madre en Breslau. "Hasta el último momento mi madre ha permanecido fiel a su religión. Pero, puesto que su fe y su firme confianza en su Dios... fue lo ultimo que permaneció vivo en su agonía, confío en que haya encontrado un juez muy clemente y que ahora sea mi más fiel abogada, para que también yo pueda llegar a la meta".

En el recordatorio de su profesión perpetua, el 21 de abril de 1938, hizo imprimir las palabras de San Juan de la Cruz, al que dedicará su última obra: "que ya sólo en amar es mi ejercicio ".
La entrada de Edith Stein en el convento de las Carmelitas no fue una huida. "Quien entra en el Carmelo no se pierde para los suyos, sino que le tienen aún más cercano; y esto porque nuestra profesión es la de dar cuenta de todos a Dios ". Dio cuenta a Dios sobre todo de su pueblo.

"Pienso continuamente en la reina Ester, que fue sacada de su pueblo para dar cuenta ante el rey. Yo soy una pequeña y débil Ester, pero el Rey que me ha elegido es infinitamente grande y misericordioso. Esto es un gran consuelo " (31.10.1938).

El 9 de noviembre de 1938 se puso de manifiesto ante todo el mundo el odio que tenían los nazis a los judíos. Arden las sinagogas, se siembra el terror entre las gentes judías. La Madre Superiora de las Carmelitas de Colonia hace todo lo posible para llevar al extranjero a Sor Teresa Benedicta de la Cruz. La noche de fin de año de 1938 cruza la frontera de los Países Bajos y la llevan al monasterio de Carmelitas de Echt, en Holanda. Allí redacta su testamento el 9 de junio de 1939.

"Ya desde ahora acepto con gozo, en completa sumisión y según su santísima voluntad, la muerte que Dios me haya destinado. Ruego al Señor que acepte mi vida y muerte... de manera que el Señor sea reconocido por los suyos y que su Reino venga con toda su magnificencia para la salvación de Alemania y la paz del mundo... ".

Ya en el monasterio de Carmelitas de Colonia, a Edith Stein se le había dado permiso para dedicarse a las obras científicas. Allí había escrito, entre otras cosas, De la vida de una familia judía. "Deseo narrar simplemente lo que he experimentado al ser hebrea". Ante "la juventud que hoy es educada desde la más tierna edad en el odio a los judíos..., nosotros, que hemos sido educados en la comunidad hebrea, tenemos el deber de dar testimonio".

En Echt, Edith Stein escribirá a toda prisa su ensayo sobre Juan de la Cruz, el místico doctor de la Iglesia, con ocasión del cuatrocientos aniversario de su nacimiento, 1542-1942. En 1941 escribía a una religiosa con quien tenía amistad: "una scientia crucis (la ciencia de la cruz) sólamente puede ser entendida si se lleva todo el peso de la cruz. De ello estaba convencida ya desde el primer instante y de todo corazón he pronunciado: Ave, Crux, Spes unica (te saludo, Cruz, única esperanza nuestra)". Su estudio sobre San Juan de la Cruz lleva como subtítulo: " La ciencia de la Cruz ".

El 2 de agosto de 1942 llega la Gestapo. Edith Stein se encuentra en la capilla con las otras Hermanas. En cinco minutos debe presentarse, junto con su hermana Rosa, que se había bautizado en la Iglesia Católica y prestaba servicio en las Carmelitas de Echt. Las últimas palabras de Edith Stein que se oyen en Echt están dirigidas a Rosa: "Ven, vayamos, por nuestro pueblo".

Junto con otros muchos otros judíos convertidos al cristianismo, las dos mujeres son llevadas al campo de concentración de Westerbork. Se trataba de una venganza contra el comunicado de protesta de los obispos católicos de los Países Bajos por los progromos y las deportaciones de los judíos. "Jamás había pensado que los seres humanos pudieran llegar a ser así, y tampoco podía pensar que mis hermanas y hermanos debieran sufrir así... cada hora rezo por ellos. ¿Oirá Dios mi oración? En todo caso, oye ciertamente sus lamentos". El Prof. Jan Nota, cercano a ella, escribirá más tarde: "para mí, ella es, en un mundo de negación de Dios, una testigo de la presencia de Dios".

Al amanecer del 7 de agosto sale una expedición de 987 judíos hacia Auschwitz. El 9 de agosto Sor Teresa Benedicta de la Cruz, junto con su hermana Rosa y muchos otros de su pueblo, murió en las cámaras de gas de Auschwitz.

Con su beatificación en Colonia el 1 de mayo de 1987, la Iglesia rindió honores, por decirlo con palabras del Sumo Pontífice Juan Pablo II, a "una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo ".

El milagro para su canonización

Diez años después de la beatificación, en 1997, Teresa Benedicta McCarthy, una pequeña niña de la ciudad de Boston, en Estados Unidos, fue diagnosticada con un grave e irreversible caso de daño hepático luego de consumir una fuerte dosis de medicamentos, se recuperó repentinamente apenas sus padres oraron a Edith Stein.

Este hecho, completamente documentado, fue reconocido oficialmente como un milagro, abriendo así el camino para la canonización.

El que quiera venir conmigo

Santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28. Viernes XVIII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor que abra mi corazón a tus inspiraciones, y así poder cumplir siempre tu santa voluntad.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Estas palabras de Jesús nos invitan preguntarnos qué tan desprendidos somos de nuestros criterios para dejar que el Espíritu hable en nuestros corazones, y cuan dócil soy en sus manos para dejarme modelar por Él.

Cargar con nuestra cruz y seguir a Cristo es esa nuestra misión, nada simple pero tampoco imposible, Dios jamás pedirá cargar una cruz que nosotros no podamos cargar. Hoy es un buen momento para contemplar la cruz y ver como Cristo desde el patíbulo nos bendice, con sus brazos extendidos sobre el madero, con ademan de sacerdote eterno. Contemplemos sus llagas donde brota la gracia y la misericordia.

«Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles» la fuerza de nuestros días se funda en la esperanza de una vida eterna, de una vida colmada de misericordia de amor, y es eso lo que nos tiene que motivar a vivir todos los días, con el corazón puesto en Cristo, buscando trasformar mis actividades de la vida ordinaria en extraordinarias.

Lo maravilloso de nuestras actividades es que podemos hacerlas no como las hace el mundo, sino como las haría Jesús en sus años de vida oculta. Pensemos en María santísima, como sería su trabajo en casa de Nazaret, cuanto amor pondría en todo lo que hace sabiendo que servía al Rey de reyes, cuantos detalles tendría para con su prójimo, con sus vecinos, parientes, etc, pidamos a nuestra madre del cielo que nos ayude a ser siervos humildes, que aprendamos a servir a nuestro Padre del cielo como lo hizo ella porque «La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante».

«No se trata de una cruz ornamental, o ideológica, sino es la cruz de la vida, es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor, por los padres, por los hijos, por la familia, por los amigos, también por los enemigos; la cruz de la disponibilidad a ser solidario con los pobres, a comprometerse por la justicia y la paz».

(Ángelus de S.S. Francisco, 19 de junio de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En cualquier momento del día, rezar un ave María, pidiendo que mi alma este siempre cerca de Dios.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?

El que quiera venir conmigo que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga

Santa Clara

Deuteronomio 4,32-40: “El Señor amó a tus padres y después eligió a sus descendientes”
Salmo 76: “¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?”
San Mateo 16,24-28: “¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?”

Inmediatamente después del rechazo a la propuesta de Pedro que se negaba a aceptar la cruz como el camino de salvación, Jesús pone muy claro delante de sus discípulos el camino que Él ha escogido y el camino que también ellos deberán aceptar para ser verdaderos seguidores: “El que quiera venir conmigo que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga”. Es una decisión radical, seria y profunda. A veces se le ha interpretado como la aceptación estoica del sufrimiento y de las situación injustas, o el padecer en silencio las injusticias y los atropellos de los tiranos y opresores. Pero cargar la cruz no se refiere a infligirse castigos, culpas o remordimientos propios o ajenos, sino a aceptar la propuesta de Jesús con sus peligros, con su radicalidad y con sus exigencias

La cruz implica un cambio de los valores del mundo por los valores del Reino y trae con frecuencia persecución, incomprensiones y rechazo. Jesús mismo lo padeció y no es que se infligiera graves castigos o buscara las condiciones adversas. Sus enemigos, por lo contrario, lo acusan de vividor y borracho, porque Él vivió plenamente cercano a los hombres de su tiempo, pero sin tener en su corazón las ambiciones y los intereses mezquinos de ellos. Seguir a Jesús no es huir de sí mismo, del mundo o de la vida, sino al contrario: dar sentido a la propia vida, buscar el verdadero aprecio de la humanidad y llenar de los verdaderos valores, toda nuestra vida. Negarse a sí mismo, no es vivir acomplejado y temeroso, es saberse creatura amada por Dios y centrar en el Señor toda nuestra actividad.

Es dejar los criterios mundanos para tener el mismo estilo de vida y los mismos valores de Jesús. Para Él no es importante ni el poder, ni los bienes materiales, ni el disfrutar, sino descubrir en cada persona a un hijo de Dios, acercarse a ella como a un hermano, gozar con las maravillas de su Padre y restablecer la dignidad de cada persona. Implica ciertamente riesgos, pero cuando se ama se pueden superar todos los obstáculos y aún vivir con alegría esos acontecimientos. ¿Cómo es nuestro seguimiento de Jesús? ¿A qué estamos dispuestos por él?

El relato del Apocalipsis Bíblico ¿pánico o esperanza?

Ciertamente, no es un texto fácil de leer pero quizá lo siguiente te sea de utilidad cuando intentes tu próximo acercamiento al texto

No hay duda de que el último libro de la Sagrada Biblia suele presentarse como uno de los más misteriosos en la vida de los creyentes. No se me haría extraño si también formas parte del amplio grupo de personas que quedan asombradas por su contenido, en el cual se perciben fenómenos extraños y hasta seres sobrenaturales que no comprendemos del todo. Ciertamente, no es un libro fácil de leer, y no pretendo aquí ofrecerte una explicación completa y detallada sobre su contenido, pero quizá lo siguiente te sea de utilidad cuando intentes tu próximo acercamiento al texto.

Antes que nada, sé que quizá tienes amigos o conocidos que han querido alarmarte o inquietarte por lo que ahí vas a encontrar (¿Un destino fatal? ¿Lo que podría ser de ti al final de los tiempos?) Ammm, no lo creo. Hoy quiero invitarte a que pierdas el miedo, te libres de prejuicios, y conozcas un poco acerca de las razones que impulsaron al autor a escribir el Apocalipsis.
Cada que lees un libro por primera vez, me inclino a apostar que es porque ya conoces un poco sobre quien lo escribió, más o menos en qué fecha, y tal vez un poco de las razones por las cuales fue redactado. Pues eso precisamente hay que tomarlo en cuenta también cuando nos acercamos a un texto bíblico, verás que así disfrutaremos bastante aquello que quiere transmitirnos, y conservaremos su sentido correcto.

¿En qué ambiente surgió el Apocalipsis?

De una buena vez, quiero que sepas y jamás se te olvide, que el Apocalipsis de San Juan no es un texto trágico sino de mucha esperanza, y más aún, de victoria del Bien sobre el Mal, de Jesucristo que es glorificado.

El texto está dirigido a las regiones de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea; que podemos identificar como las siete Iglesias de Asia. No porque sólo hubiera siete Iglesias en aquel territorio, sino porque el autor quiere referirse a todas las que había, utilizando el recurso del número siete, que bíblicamente significa: “totalidad”. En el fondo, el mensaje termina siendo para todos los cristianos.

Te has de estar preguntando ¿Cuál fue el motivo de los mensajes del libro? Bien, hay que situar a aquellas iglesias a las que nos referimos anteriormente, en el siglo I d.C.

Aproximadamente entre los años 86-95, los cristianos estaban siendo fuertemente perseguidos por el emperador romano Domiciano. Sabemos lo fuertes que siempre han sido las persecuciones al cristianismo y ésta definitivamente no fue la excepción. Estoy cierto de que tú también has tenido la inquietud o necesidad de dirigir palabras alentadoras a nuestros hermanos, que en épocas recientes no han sido libres para vivir su fe cristiana sin temor, ¡Pues eso fue precisamente una de las cosas que Juan quiso hacer en su momento, inspirado por el Espíritu! Dar unas palabras llenas de consolación y significado para los cristianos que sufrían la persecución de Domiciano.

¿Cómo puedo entender mejor el texto?

Toma en cuenta que el Apocalipsis precisamente pertenece al género apocalíptico. O sea que, cuando te acerques a él, ten claro que no estarás ante el Evangelio, una epístola (carta), un salmo, un libro profético, etc.

El género apocalíptico tiene características muy peculiares. De entrada, el término proviene de las palabras griegas apó (lejano de) y kaliptós (cubierto), literalmente significaría “lejano de lo cubierto” pero para entenderlo mejor podríamos traducirlo como “revelación de lo (que estaba) cubierto” o incluso “revelación del misterio”. Los textos apocalípticos han surgido en la historia casi siempre en momentos de mucha crisis, recuerda que los cristianos estaban siendo perseguidos. Lo que se buscaba con el género apocalíptico era transportar al lector a otro mundo, desde el cual comprendiera mejor un mensaje específico. Quien escribía en este género literario buscaba siempre colocarse como un testigo de aquello que narraba, y transmitiendo sensaciones de terror o admiración.

Es por eso que Juan también te quiere hacer partícipe a ti de aquellas escenas que describe, además incluyendo criaturas como una bestia con siete cabezas y diez cuernos, un dragón, y un cordero nada común. Hay también algunos ancianos, unos cuantos candelabros, “Una mujer vestida de sol” (Ap 12, 1), etc. ¿Cómo podemos tratar de entender un poco mejor, a qué o a quienes se refieren esta serie de personajes u objetos? No seré como una USB que te transmitirá de modo instantáneo la respuesta a esa pregunta, pero haré un intento para que puedas contestarla, y seguir moviendo tu curiosidad de saber más sobre este magnífico y fascinante escrito.

¿Cuál es el mensaje central de Juan en el Apocalipsis?

Pasemos entonces ahora a una parte muy interesante, a la que quizá llegaste saltándote las anteriores si la curiosidad te ganó. ¡No pasa nada! Puede llegar a ser muy válido comer ansias por comprender algo.

Notarás en la lectura del Apocalipsis que uno de los eventos centrales del mismo es el “Sacrificio de un Cordero”. ¿Acaso estás pensando lo mismo que yo? Tal vez sí, ese Cordero es precisamente Cristo (el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo). El pueblo judío, ya desde antes de que Jesús naciera, celebraba una festividad denominada “Yom Kippur” (de la expiación). El Sumo Sacerdote sacrificaba cada año un cordero en el que los judíos creían depositar todas sus culpas. Ese cordero era abandonado en el desierto y por supuesto, moría de hambre. Con su muerte, los habitantes del pueblo parecían entonces haber sido perdonados por todas sus faltas y liberados.

Si te das una vuelta por el libro del Génesis, recordarás que en el capítulo 22 se narra el sacrificio interrumpido de Isaac, hijo de Abrahán. Léelo detenidamente ¿No te llaman la atención algunos detalles? Por ejemplo, que Isaac iba subiendo el monte con su padre, cargando la madera con la que supuestamente sería sacrificado. ¿De qué estaba hecha la Cruz que curiosamente Jesús iba también cargando mientras subía un monte? Cuando posteriormente Isaac pregunta a Abrahán por el cordero para el sacrificio a Dios, su padre le contesta que Dios proveería aquel cordero. Y cuando el Ángel de Dios detiene a Abrahán en el acto de muerte, aparece de pronto un cordero que fue el que terminó siendo sacrificado ¿No te parece que podemos vernos muy similares a Isaac, cuya muerte fue sustituida por la de aquel cordero enviado por Dios para el sacrificio? Genial ¿no crees? Al parecer la gran hazaña de Jesús pudo haber sido anunciada mucho antes de lo que pensábamos, y es Él el verdadero cordero que se entrega para liberarnos de nuestros pecados (como en el Yom Kippur judío).

El Apocalipsis describe el hecho del sacrificio del Cordero quizá como el de mayor importancia. Ahora date cuenta que ese sacrificio del Cordero no es algo que vaya a pasar en el Fin de los Tiempos, ni nada terrorífico ¿Qué no precisamente lo vives cada domingo cuando celebras la Eucaristía como miembro de la Iglesia? ¡Oh sí! ¡Emociónate conmigo querido lector o lectora! Pues parece que nos vamos acercando a una de las claves más maravillosas y geniales para comprender el sentido del último libro de la Escritura:

LA SANTA MISA.

Ahora creo que será más notorio para ti que este libro está al parecer muy lejos de describir escenas del futuro y más aún con exactitud. ¡Qué mejor forma de animar a los cristianos en tiempos de crisis, que el recordarles lo privilegiados que son al poder tener la experiencia del gran banquete eucarístico que tiene lugar en la Misa! Nada nos da más fortaleza para enfrentar las circunstancias de la vida que Cristo siendo uno con nosotros y nosotros con Él.

Descubrirás que el Apocalipsis debemos leerlo sobre todo en clave litúrgica y ahora cada vez que intentes una lectura de este libro, te aconsejo que conforme vayas avanzando te imagines situad@ en el templo donde sueles normalmente celebrar la Liturgia. Ve pensando en cada una de las partes de la Misa y sus ritos correspondientes. Encontrarás en los diferentes capítulos del Apocalipsis muchísimas palabras y expresiones que te resultarán muy conocidas: “el Gloria”, “el Aleluya”, “el Santo” y no podía faltar “el Cordero de Dios”. Puede ser de utilidad que incluso a algunos personajes los pienses representando esos ritos. También comprobarás que es increíble la relación de comprensión entre la Misa y el Apocalipsis, es decir, que tanto el Apocalipsis te ayudará a comprender mejor el sentido y la estructura de la Misa, como la Misa el sentido y la estructura del Apocalipsis.

Sé que ciertamente no puedo agotar aquí el significado de cada objeto o personaje preciso del libro, incluso continuamente se siguen publicando grandes volúmenes de investigación sobre este escrito. Pero espero que esto te ayude, aunque sea un poco, a cambiar tu modo de verlo y a leerlo con más ánimo, cayendo en la cuenta de lo que un buen día dijo Joseph Ratzinger siendo aún cardenal: “La Misa es el Cielo en la Tierra”. El Apocalipsis es un gran medio para comprobar esa frase.

¡A mí, Dios no me escucha!

3 pasos sencillos para que puedas orar

Uno de los momentos más hermosos que un hombre puede experimentar, es el entrar en comunicación con Dios, siendo la oración el camino más viable que está a la mano de todos para poder comunicarse con nuestro Padre Dios.

Orar es hablar con Dios, y para hablar con él, tenemos que hacerlo con mucha naturalidad y confiando en que él siempre está ahí, dispuesto a escucharnos como Padre y como amigo. Nunca debemos pensar que Dios es indiferente a nuestras oraciones, jamás lo es, siempre nos escucha y las atiende.

Recordemos que Dios nos habla de muchas maneras, pero de un modo especial lo hace por medio de las Sagradas Escrituras. En Mt 6, 6 nos dice: “Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

Aquí te resumimos esto, en 3 pasos sencillos para que puedas orar:

Paso 1: Entra en tu aposento – Entra en un lugar apropiado para orar

Te recomendamos tener un lugar apropiado para hacer tu oración, donde esté alejado del ruido o del bullicio de la vida cotidiana. Si esto se te dificulta por tu ritmo de vida, ocupaciones diarias o espacio en tu casa, no te preocupes, el hablar de un lugar adecuado, es hablar de un lugar donde puedas estar en paz un momento, basta que cierres los ojos, te concentres y comiences a hablarte a tu Padre que te ama y siempre te escucha.

Paso 2: Cerrar la puerta – Cerrar la puerta a distracciones

En este mundo lleno de ruidos es difícil cerrar la puerta a las distracciones, pero al lograr hacerlo, esto fortalecerá tu oración y la hará más íntima entre Dios y tú. Esfuérzate y apártate de todo que lo que tu sabes que puede ser una distracción, nadie mejor que tú te conoces muy bien.

Deja a un lado por unos instantes los mensajes del celular, las redes sociales o tus ocupaciones en el trabajo o en la casa. El poderte regalar unos minutos para orar sin ningún elemento que pueda interrumpir tu oración, te ayudará a tener una comunicación eficaz con el Padre amoroso que desea escucharte.

Paso 3: Ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto – Platica con Dios

Parte esencial de la oración es el poder comunicarte con Dios, así que platica con él, como lo que él es, un Padre amorosos, deseoso de escuchar a su hijo. Y como en cualquier relación de Padre e hijo hay sus altas y sus bajas, hay momentos de reclamo, pero también hay momentos de agradecimiento y de mostrar amor mutuo; te invitamos a que no le escondas nada a Dios, ábrele completamente tu corazón.

Sigue estos pasos recomendados por Mateo, y habla con Dios, él siempre estará dispuesto a escucharte. No esperes una contestación inmediata o alguna revelación, Dios siempre buscará la manera de contestarnos a todo lo que le pedimos, ya sea descubriendo las respuestas en el silencio o en las pequeñas grandes muestras que el día a día tiene en nuestras vidas.

Los 7 secretos de un amor para toda la vida

La vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez, a través de una amplia variedad de detalles y manifestaciones de amor.

Cuando Bartolomé habla de Maria Luisa, la más tierna de sus sonrisas ilumina su rostro. No hay mujer más elegante, atractiva, buena y hermosa que su esposa. Y no puede imaginar un viaje de negocios sin su compañía: ella es su mejor “relaciones públicas”, animada conversadora en cualquier idioma, sensible y delicada con los compañeros de trabajo de su marido, y con sus esposas. De hecho, no recuerda un solo viaje en que no hayan sido generosamente agasajados por sus anfitriones con una entrañable cena familiar.

Bartolomé refleja en su mirada que el matrimonio ha llenado su vida con todo lo que una persona podría desear. Se siente seguro, realizado, y es siempre un placer programar sus viajes y momentos a solas con su mujer.

Ella lo sabe todo sobre él; y él conoce hasta los más íntimos sentimientos de ella. De vez en cuando discuten, pero saben cómo reconciliarse. Es un ejercicio que sale casi de manera natural. En realidad, Maria Luisa y Bartolomé no están en su fase de “luna de miel”. Cuarenta años de matrimonio, cuatro hijos y cinco nietos no han hecho más que consolidar su amor. Se conocieron siendo muy jóvenes, y desde entonces están profundamente enamorados.

Está claro que Maria Luisa y Bartolomé, al igual que muchas parejas que conocemos, han logrado la felicidad en el matrimonio: su amor es para toda la vida. Han comprendido que una relación satisfactoria y duradera no sucede al azar, sino que la vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez, a través de una amplia variedad de detalles y manifestaciones de amor.

Los Secretos de un amor profundo, tierno y duradero

Busca siempre el segundo lugar

“Poner al otro por encima de uno mismo”. Muchos de los matrimonios que se rompen lo hacen por no vivir esta sencilla máxima. El egoísmo no funciona en un matrimonio. A menudo las parejas son más egoístas entre sí que con sus amigos. Se preocupan por estar al tanto de los éxitos y acontecimientos en la vida de sus amigos, por buscar áreas de interés común, y ceder para evitar romper una amistad. Y sin embargo, no ponen la misma energía cuando se trata de la relación con su esposo/a.

Los mejores matrimonios son aquellos en los que rige el principio de dar en lugar de recibir, donde los esposos colocan las necesidades, aspiraciones, esperanzas y sueños de su pareja por delante de los propios.

Si uno de los dos pone en práctica este principio con constancia, es altamente probable que el otro responda de manera recíproca y espontánea con el mismo amor, cariño, entrega y consideración.

Sé generoso en tus halagos

Al menos una vez al día, busca algo positivo que decir a tu esposo/a. Siempre puedes encontrar en la otra persona algo que sea noble, correcto, puro, amable, admirable, excelente o digno de ser alabado. Piensa en estas cosas, pon atención a lo largo del día. Para asegurar un amor para toda la vida, debes ser el “fan número uno” de tu esposo/a.

Samuel Johnson escribió en el s. XVIII: “El aplauso de un solo ser humano tiene grandes consecuencias en la vida de una persona”. El famoso psicólogo John Gottman, que estudió a 2.000 matrimonios, afirma que por cada comentario o acción negativa se precisan al menos cinco positivas que las puedan contrarrestar, para que el amor de la pareja se mantenga fresco. Gottman recomienda todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura posibles, al tiempo que advierte contra la crítica, el rencor y las actitudes defensivas.

Así pues, halaga a tu esposo/a por todo aquello que es admirable en él / ella. Si es honrado/a, dile cuánto te agrada que lo sea; si es fiel, explícale lo maravilloso que es poder contar siempre con él/ella; si es dependiente o inseguro/a, dile lo bien que te sientes pudiendo apoyarle y sintiendo cuánto cuenta tu opinión; y si está muy seguro/a de sí mismo/a, puedes expresar la seguridad que esa virtud te aporta también a ti.

En tiempos de crisis, sed uno solo

Nada une más a unos esposos que permanecer unidos en tiempos de crisis. El psicólogo Paul Pearsall, autor de “Laws of Lasting Love” describe cómo la fortaleza de su esposa, siempre a su lado durante el tiempo en que se enfrentó a un terrible cáncer, le ayudó a superar los fatalistas pronósticos de sus doctores. Pearsall relata cómo su mujer le agarró con fuerza y le llevó de un médico a otro hasta que dieron con uno que pudo salvar su vida: “éramos uno solo; nos movíamos a un tiempo, con la esperanza de encontrar un doctor que no confundiera el diagnóstico con un veredicto. Nunca habría podido caminar a mi curación por mí mismo”.

Otro caso muy conocido es el del actor Christopher Reeves. Una caída mientras cabalgaba produjo al protagonista de “Superman” una paraplejia irreversible. El libro escrito por su esposa, “Still Me”, ha batido record de ventas narrando cómo su matrimonio alcanzó plenitud a partir de ese momento. La fortaleza de esta mujer y su apoyo incondicional sostienen la voluntad de su marido por seguir viviendo. Y ambos han sido capaces de encontrar la felicidad permaneciendo unidos ante las dificultades más terribles.

Pasad mucho tiempo juntos

Es un mito que las parejas felices tienen vidas, intereses y actividades independientes. Para escribir su libro “Lucky in Love: The Secrets of Happy Couples and How Their Marriages Thrive”, la psicóloga Catherine Johnson entrevistó matrimonios de todos los Estados Unidos que llevan casados entre 7 y 55 años. Más de la mitad describieron su matrimonio como “muy feliz”.

Johnson se dio cuenta de que una característica común a todas las parejas felices era que pasaban bastante tiempo juntos, a pesar de no compartir los mismos intereses. En su opinión, la idea de que “es esencial mantener identidades separadas” es errónea. Estas parejas supieron encontrar una “identidad compartida”. A lo largo del tiempo, habían dejado de sentirse “individuos” y se sentían “casados” en lo más profundo de su corazón. Si este proceso no se da, el matrimonio tendrá problemas.

Cree siempre lo mejor, y no lo peor, de tu esposo/a

Seguramente habrán oído en alguna celebración religiosa del matrimonio, la famosa lectura que termina con la frase: “El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

Éstas son las pautas para creer siempre lo mejor del otro.

Lamentablemente, muchas parejas despojan a su relación de toda alegría, esperanza y amor, simplemente porque olvidan los aspectos positivos de su pareja y ven sólo lo negativo. Y esto tiene terribles consecuencias en el matrimonio.

El escritor John Powell indica acertadamente: “Son las actitudes las que hacen que una misma experiencia sea agradable o dolorosa”. En el matrimonio también sucede así: es necesario mantener una actitud positiva hacia la pareja, educando los ojos y la mente para encontrar lo positivo que tiene incluso el rasgo que menos agradable nos resulta:

Si crees que tu esposa es “chismosa”, dale a ese rasgo la característica de una cualidad: es sociable, abierta y expresiva, y sus comentarios nunca son hirientes.

Si sientes que tu esposo habla demasiado, trata de ver que podría ser introvertido, huraño y difícil de trato. Y de esta manera, siempre sabes cómo piensa y se siente.

Si crees que tu pareja es demasiado “seria y aburrida”, trata de agradecer que siempre dará a las cosas el peso y la importancia que merecen, que ponderará lo que dice y hace, evitando malos entendidos y discusiones impulsivas.
Si te parece que el otro es “demasiado débil y no sabe decir que no”, valora su buen carácter, su amabilidad, su capacidad de comprender y ayudar a los demás.
En lugar de calificar a tu esposo como “demasiado estricto”, seguro que puedes describirlo también como disciplinado, maduro, reflexivo y fiel a sus principios.

Además de “excesivamente extrovertida”, es muy probable que tu mujer sea a la vez vitalista, positiva, entusiasta y alegre.

Expresa tu amor frecuentemente y con creatividad
“Hola, cariño. Sólo te escribo esta notita para que sepas cuánto te quiero y te echo de menos. ¡Date prisa en volver junto a mí!”.

Jennifer sonríe cada vez que lee ese papelito doblado que ha guardado durante meses en su bolso. Durante sus siete años de matrimonio, se ha visto obligada a viajar mucho por su trabajo en una empresa consultora. Cuando llega a un hotel, se siente sola y desanimada. Pero William lo sabe y ha logrado suavizar esos sentimientos mostrándole su amor de mil maneras distintas. Ella sonríe y se ilumina su expresión cuando recuerda los divertidos detalles de su marido: cartas escondidas en su maleta, postales, poesías, regalitos, fotos y hasta galletas, su chocolate favorito o unos caramelos... “Me siento como en casa cuando descubro sus detalles: todo me recuerda cuánto me ama, y me ayuda a seguir adelante a pesar de echarle tanto de menos”.

Piensa tú también en qué forma especial e inesperada puedes sorprender a tu esposo/a, recordándole que es lo más importante de tu vida.

Haz de vuestro matrimonio tu prioridad
La psicóloga Judith Wallerstein, en un estudio sobre 50 matrimonios felices, destaca que todos ellos declararon que construir un matrimonio sólido y duradero había sido el compromiso más importante de toda su vida de adultos. Es un gran consejo para asegurar un amor para toda la vida.

Decálogo del Matrimonio Feliz

  • Nunca estéis enfadados los dos a la vez.
  • No os gritéis jamás, a no ser que la casa se incendie.
  • Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea el otro.
  • Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza.
  • Nunca menciones errores del pasado.
  • Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja.
  • Nunca os vayáis a dormir sin haber hecho las paces por una discusión.
  • Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o ten un gesto de amor.
  • Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si se equivoca, perdónale.
  • Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la razón es normalmente el que más habla.
PAXTV.ORG