Ven, y sígueme!

Bernardo de Claraval, Santo

Memoria Litúrgica, 20 de agosto

Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, el cual, habiendo ingresado con treinta compañeros en el nuevo monasterio del Cister, fue después fundador y primer abad del monasterio de Clairvaux (Claraval), dirigiendo sabiamente a los monjes por el camino de los mandamientos del Señor, con su vida, su doctrina y su ejemplo. Recorrió una y otra vez Europa para restablecer la paz y la unidad e iluminó a la Iglesia con sus escritos y sabios consejos, hasta que descansó en el Señor cerca de Langres, en Francia (1153).

Etimológicamente: Bernardo = corazón de oro. Viene de la lengua alemana

Fecha de canonización: Fue canonizado el 18 de enero de 1174 por el papa Alejandro III, y posteriormente el papa Pío VIII lo proclamó Doctor de la Iglesia en 1830.

Breve Biografía

En orden cronológico, o sea en cuanto al tiempo, San Bernardo es el último de los llamados Padres de la Iglesia. Pero en importancia es uno de los que más han influido en el pensamiento católico en todo el mundo.

Nace en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Sus padres tuvieron siete hijos y a todos los formaron estrictamente haciéndoles aprender el latín, la literatura y, muy bien aprendida, la religión.

La familia que se fue con Cristo

Esta familia ha sido un caso único en la historia. Cuando Bernardo se fue de religioso, se llevó consigo a sus 4 hermanos varones, y un tío, dejando a su hermana a que cuidará al papá (la mamá ya había muerto) y el hermanito menor para que administrara las posesiones que tenían. Dicen que cuando llamaron al menor para anuanciarle que ellos se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Conque ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí unicamente en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se fue de religioso. Y más tarde llegaron además al convento el papá y el esposo de la hermana (y ella también se fué de monja). Casos como este son más únicos que raros.

La personalidad de Bernardo
Pocos individuos han tenido una personalidad tan impactante y atrayente, como San Bernardo. El poseía todas las ventajas y cualidades que pueden hacer amable y simpático a un joven. Inteligencia viva y brillante. Temperamento bondadoso y alegre, se ganaba la simpatía de cuantos trataban con él. Esto y su físico lleno de vigor y lozanía era ocasión de graves peligros para su castidad y santidad. Por eso durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano y lo sensual. Pero todo esto lo llenaba de desilusiones. Las amistades mundanas por más atractivas y brillantes que fueran lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más y más desilusionado del mundo y de sus placeres.

A mal grave, remedio terrible
Como sus pasiones sexuales lo atacaban violentamente, una noche se revolcó entre el hielo hasta quedar casi congelado. Y el tremendo remedio le trajo mucha paz.

Una visión cambia su rumbo: una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía al Niñito Santo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado.

Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra

Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban, lo aceptó con gran alegría pues, en aquel convento, hacía 15 años que no llegaban religiosos nuevos.

Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para irse a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera.

Pero aquí sí que apareció el poder tan sorprendente que este hombre tenía para convencer a los demás e influir en ellos y ganarse su voluntad. Empezó a hablar tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y casi a todos los jóvenes de los alrededores, y junto con 31 compañeros llegó al convento de los Cistercienses a pedir ser admitidos de religiosos. Pero antes en su finca los había preparado a todos por varias semanas, entrenándolos acerca del modo como debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, se fue de religioso al convento.

El papá, el hermano Nirvardo, el cuñado y la hermana, ya irán llegando uno por uno a pedir ser recibidos como religiosos.

Formidable poder de atracción. En toda la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a las comunidades religiosas, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo, porque lo mas probable era que se iría de religioso. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

Fundador de Claraval. En el convento del Císter demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio sumamente árido y lleno de bosques donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa valle muy claro, ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día.

Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros a los pocos años tenía 130 religiosos; de este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos.

La oratoria de santo. Después de San Juan Crisóstomo y de San Agustín, es difícil encontrar otro orador católico que haya obtenido tantos éxitos en su predicación como San Bernardo. Lo llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo) porque sus palabras en la predicación eran una verdadera golosina llena de sabrosura, para los que la escuchaban. Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

Su amor a la Virgen Santísima.

Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo, porque entre todos los predicadores católicos quizás ninguno ha hablado con más cariño y emoción acerca de la Virgen Santísima que este gran santo. Él fue quien compuso aquellas últimas palabras de la Salve: "Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Y repetía la bella oración que dice: "Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno a Ti haya acudido, sin tu auxilio recibir".

El pueblo vibraba de emoción cuando le oía clamar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante. "Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial". Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.

Viajero incansable. El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso, por imprudente, se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le daño la digestión) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo fuertemente las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos.

Exclamaba: A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas (ya en las noches pararía luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).

De carbonero a Pontífice. Un hombre muy bien preparado le pidió que lo recibiera en su monasterio de Claraval. Para probar su virtud lo dedicó las primeras semanas a transportar carbón, y el otro lo hizo de muy buena voluntad. Después llegó a ser un excelente monje, y más tarde fue nombrado Sumo Pontífice: Eugenio III. El santo le escribió un famoso libro llamado "De consideratione", en el cual propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados no vayan a cometer el gravísimo error de dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. Y llegó a decirle: "Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".

Despedida gozosa. Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ej. Hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba: "Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca". Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a sus eternidad feliz el 20 de agosto del año 1153. Solamente tenía 63 años pero había trabajado como si tuviera más de cien. El sumo pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.

¡Felicidades quienes lleven este nombre!

La batalla del hombre del Reino

Santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30. Martes XX del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dame la gracia de reconocer que tu voluntad en mi vida es un don y un camino hacia mi propia felicidad, superando las dificultades contigo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios." Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo." Entonces le dijo Pedro: "Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

De frente a la dificultad de seguir a Cristo, no nos podemos quedar con los brazos cruzados porque el tiempo pasaría sin que hiciéramos algo, más bien, en estas situaciones, nos ponemos a trabajar y empezamos a darnos cuenta de que la vida no es fácil, y hay que pedir la fuerza para amar a Dios con todo nuestro ser. Nuestra vida espiritual está compuesta de nuestro esfuerzo y la gracia de Dios, por eso, aunque el camino sea difícil lo podemos pasar con la ayuda de Dios.

La gran motivación que tenemos es la recompensa de una vida eterna; por eso vale la pena que en nuestro peregrinar terreno nos esforcemos por seguir el plan de Dios. Pidamos la gracia de ser fieles a Dios y reconocer que su misericordia y perdón siempre nos acompañarán.

«Los confines de la tierra, queridos jóvenes, son para vosotros hoy muy relativos y siempre fácilmente “navegables”. El mundo digital, las redes sociales que nos invaden y traspasan, difuminan fronteras, borran límites y distancias, reducen las diferencias. Parece todo al alcance de la mano, todo tan cercano e inmediato. Sin embargo, sin el don comprometido de nuestras vidas, podremos tener miles de contactos, pero no estaremos nunca inmersos en una verdadera comunión de vida. La misión hasta los confines de la tierra exige el don de sí en la vocación que nos ha dado quien nos ha puesto en esta tierra. Me atrevería a decir que, para un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación».

(Mensaje S.S. Francisco, 20 de mayo de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a rezar por las vocaciones y mi propia vocación.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi verdadero hogar

La fe en la vida eterna es empuje para la vida, fuerza para la tentación, aliento en el sepulcro

Dios no me ha creado para esta tierra. Esta vida terrena no es más que el prólogo del libro de la eternidad. Si no hay otro mundo, entonces Dios está jugando con nosotros: inoculó en nosotros un deseo que nunca podemos satisfacer. ¿Por qué puso Dios en nuestros corazones el deseo abrasador de una justicia perfecta, de una felicidad imperecedera, si nunca hemos de verlo satisfecho?

Si en nuestro corazón encuentra resonancia todo lo hermoso, bueno y verdadero, señal es de que venimos de otra patria, de una patria inmortal donde moran la Belleza, la Bondad y la Verdad absoluta.

Nunca podré creer que el día en que mi madre muera, se haya perdido todo. Nunca podré creer que con aquellos huesos, colocados en la tumba, se haya perdido también mi madre. ¿Acaso se ha terminado aquel amor sacrificado con que me cuidaba cuando era un niño, con que rezaba cuando fui adulto? “¿Cómo podrá esta fosa, tan estrecha y pequeña, encerrar el amor de una madre?”

Nos pasa lo que a las golondrinas. Cuando nieva en otoño, al primer viento frío, las golondrinas se ponen intranquilas y emigran a lugares cálidos, soleados, donde encuentran un nido caliente y comida segura. ¡Es su instituto!

Así es el hombre: no acepta y no cree que el frío de la muerte es para él. Él añora y desea el nido cálido de la vida eterna donde encontrará abrigo y amor seguro.

Quisiera decir con toda mi fuerza que la fe en la vida eterna es empuje para la vida, fuerza para la tentación, aliento en el sepulcro.

La fe en la vida eterna es empuje para la vida

El que no cree en la vida eterna, se parece a un puente que se ha desplomado en mitad del río y no puede alcanzar la seguridad de la orilla.

La fe en la vida eterna da más peso, valor, empuje a nuestra vida terrena, pues toda la vida eterna depende de la vida que se lleve en este mundo.

Esta fe en la vida eterna graba con fuego en nuestra alma la conciencia del deber, la seguridad de que la recompensa de la vida eterna se concede a quienes cumplen exactamente los deberes de la vida terrenal.

Esta fe en la vida eterna me da equilibrio en el uso de las cosas de aquí abajo y me hace vivir más desprendido, viviendo con lo justo, pues la vida aquí es transitoria.

Se cuenta que cuando San Felipe Neri oyó que el Papa quiso hacerle cardenal, lanzó al aire su birrete negro y exclamo: Paradíso ¡Lo que yo quiero es el paraíso y no la púrpura!

El filósofo griego Zenón preguntó en cierta ocasión al oráculo qué debía hacer para llevar una vida virtuosa. La contestación fue ésta: “Pregúntalo a los muertos”.

¿Qué significa ésto? Pensar en la vida eterna. Desde ahí vemos mejor la vida terrena desde su óptica concreta. Es decir, veremos todo “bajo la perspectiva de la eternidad”. Kempis diría: “En todo, mira tu fin”.

La fe en la vida eterna es fuerza en medio de la tentación

Las tentaciones quieren desviarnos de nuestro fin eterno. Por eso debemos sacrificar todo con tal de alcanzar la vida eterna: tu ojo, tu mano... La vida eterna no es el premio ganado de la lotería, que nos cae en suerte, sino que debemos luchar para alcanzarla.

El pensamiento de la vida eterna nos detendrá de caer en pecado, en la degradación, en la bajeza.

¿Qué es lo que comunica fuerza para cumplir el deber, ser fiel, ser bueno y honesto, puro y veraz? El saber que hay una vida eterna.

En París hubo un jefe de policía que luchó de un modo muy curioso y eficaz contra la embriaguez. ¿Qué hizo? Sacó video de los borrachos y una vez en su estado normal, lo hizo proyectar delante de ellos. La impresión fue enorme. Cada movimiento y gesto hecho en las horas de embriaguez era una fuerte represión que avergonzaba.

Dios esta grabando en un video toda nuestra vida... y el día del juicio nos pasará dicho video. ¿Resistiremos la impresión? ¿Nos dará alegría o vergüenza?

Que no nos pase lo que le pasó a un célebre experto y sabio de antigüedades que iba explorando las regiones del Nilo. Quiso pasar con una barca a la otra orilla, y mientras el barquero remaba, nuestro sabio entabló con él esta conversación:

-¿Sabes la lengua sánscrita? –pregunto el sabio al barquero.
-No la sé, señor.
-¿Conoces las estrellas?
-No señor.

-¿Sabes algo de la madre tierra?

-No, señor.

-¡Hombre! -exclamó el sabio- has perdido la mitad de tu vida.

De repente comenzó a soplar un viento vehemente, y las olas encrespadas volcaron la barca.

-Señor -gritaba el barquero- ¿Sabe usted nadar?

-No sé. -respondió el sabio-

-Entonces ha perdido su vida entera.

El barquero llegó a la orilla; pero el sabio; se ahogó.

¡De cuántas cosas se preocupan muchos en la tierra y nada se preocupan de la vida eterna! ¡Cuántas cosas superfluas van almacenando, y no se interesan por aprender a nadar para cuando se mueva el huracán del juicio final!

Agresividad, hiperactividad, déficit de atención o mal humor: efectos de las pantallas en los niños

Es gravísimo el perjuicio que les estamos haciendo

Lleva 24 años atendiendo niños. Son miles los que han pasado por la consulta de Nacho Calderón a través del Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía Aplicadas (INPA) en Madrid y el Neurological Rehabilitation International Consultants de Texas (EEUU) siendo uno de los neuropsícologos infantiles de rerefencia en la escena internacional.

Durante los últimos años ha observado los perniciosos efectos que están teniendo sobre los niños la utilización de móviles y tabletas por lo que no para dealertar a los padres y pedágogos del peligro al que se está sometiendo a los más pequeños y los problemas de salud y comportamiento que hoy en día son ya una realidad, tal y como él mismo atestigua en sus consultas.

Nacho Calderón, que es autor de una colección de libros titulada Educar con sentido, ha conversado con Religión en Libertad, sobre este fenómeno de las pantallas y del tiempo que esto está restando a jugar, en su opinión, la que debe ser la gran prioridad de un niño. Asimismo, hace un repaso sobre la educación actual, la falta de normas y el exceso de regalos que se da a los niños.

- Hay un gran debate en torno a las tablets, móviles y sobre el abuso que se hace de las pantallas, ¿regalando estas Navidades dichos dispositivos estamos haciendo bien o en realidad estamos perjudicando a los niños?
- Si el niño tiene menos de 14 años al regalarle un dispositivo digital de pantalla ya sea tablet o móvil estamos creando un perjuicio y si no lo medimos puede ser grave.

Yo les insisto mucho a los niños cuando me vienen antes de los 14 años que lo que más importante para el desarrollo cerebral y neurológico es el juego, es lo que mejor desarrolla el sistema nervioso. Y cuando están delante de una pantalla están perdiendo tiempo de juego y les hago darse cuenta de que cuando cumplan 14 años, aunque no existieran móviles o no existieran pantallas, ya no van a jugar más.

Jugamos muy poco tiempo de nuestra vida. Si ese poco tiempo que tienen para jugar que es vital para su desarrollo neurológico lo pierden delante de una pantalla no lo van a poder recuperar nunca. ¡Es una perdida tan grave la que están sufriendo los niños hoy en día por culpa de las pantallas en cuanto al tiempo de juego! Es gravísimo el perjuicio que les estamos haciendo.

- Pero, ¿por qué es tan importante que los niños jueguen? ¿Qué perderían al no jugar?
El juego es importante porque permite desarrollar habilidades y relaciones entre los elementos que luego van a necesitar en su vida adulta. En el juego un niño tiene que desarrollar habilidades de solución de problemas. Por ejemplo, tengo un palo y una cuerda, ¿qué puedo hacer? Estoy jugando al pilla-pilla y tengo que encontrar a mis amigos, ¿qué estrategia voy a seguir? En el juego simbólico voy a imaginarme que soy un vaquero, que soy un enfermero, son formas de relacionarme con aquello que me estoy imaginando. Si me quitas esto me vas a hacer llegar a la edad adulta sin haber puesto en práctica determinadas formas de relación y determinadas resoluciones de problemas cuya única forma de alcanzarlas es mediante el juego.

- ¿Por qué cree usted que existe este boom por las pantallas no solo en las familias sino también entre los pedagogos?
- Por una razón muy sencilla, porque tienen enormes posibilidades educativas…Pero lo que ocurre es que esas posibilidades si tuviéramos un poco de paciencia e imaginación serían muy fácil que las desarrolláramos sin esos elementos. Es más fácil y más rápido recurrir a la tablet. Yo no digo que tengamos que prohibirlas del todo, sobre en centros educativos. Debe ser un elemento más pero no el único elemento. Como elemento aislado puede ser útil pero de vez en cuando. Lo que no podemos hacer es solamente enseñar a leer a través de la literatura sino que hay que hacer muchos juegos, no puedes enseñar matemáticas solamente con una calculadora. Por eso, no puedes enseñar únicamente ahora con un dispositivo electrónico de pantalla porque entonces estás arruinando la educación.

- A tenor de su experiencia y sin ir a los casos más extremos, ¿qué efectos reales puede tener este abuso de las pantallas?
- Efectos reales que estamos notando en la clínica en niños considerados sanos: niños que han tenido una infancia más o menos normal cuando aparece una tablet o un móvil en su vida dejan el juego y comienzan a ser más agresivos hacia el entorno y más agresivos contra sus padres. Punto uno. Pierden la capacidad de juego y por tanto pierden empatía. Cambia mucho el humor. Punto dos.

Tienen dificultades para conciliar el sueño. Las tablets y los móviles emiten una luz llamada ‘luz azul’ que tiene un efecto similar al de la cafeína en el sistema nervioso y hace que aumenten los tiempos de vigilia. Los niños tardan más en conciliar el sueño, duermen menos y consecuentemente tienen menos atención porque lo que más afecta a la atención es la falta de sueño.

Además la luz azul provoca un nivel de estimulación al sistema nervioso tan alto que el niño va a requerir ese tipo de luz para mantener la atención. De tal forma que cuando el niño esté delante del profesor, al no emitir éste esa luz azul le va a costar atenderle, va a estar a otras cosas y se va a distraer con más facilidad. Los móviles y tablets están generando déficit de atención con hiperactividad.

- Y yendo a los casos más extremos…
- Yendo a los casos más extremos llegaríamos por supuesto a problemas graves de conducta, muy muy graves de agresividad, de aislamiento social, niños que ya solo saben vivir a través de la pantalla. En casos en los que hay una patología previa como puede ser el autismo se pueden dar casos graves donde la desconexión con el ambiente es máxima y problemas de aislamiento muy muy graves.

- El abuso de las pantallas, ¿acentúa los síntomas de un síndrome o puede provocar uno?
- Buena pregunta. No, la pantalla no te va a crear un síndrome de Asperger o te va a hacer autista sino que va a agravar los síntomas de esos síndromes. Pero en personas que a priori no son diagnosticables de nada, que no tienen una patología determinada sí va a generar problemas de conducta que en su grado máximo sí van a ser diagnosticables de aislamiento social, agresividad…

Déficit de atención con hiperactividad es solo uno de los efectos que tiene el abuso de las pantallas por parte de los niños

- ¿Cómo se puede revertir esta situación?
- La forma de conseguirlo es educando a los padres en el perjuicio que estos elementos están creando para que así sepan racionalizarlos. ¿Cuál es el nivel racional? El nivel racional es el uso de pantallas tipo tablet o móvil exclusivo para educación y hasta entonces nada más, eso es lo racional.

Frente a esa postura existe la posición de que estos dispositivos están en la sociedad, y no puedes prohibirlo porque el niño va a convertirse en un niño raro. Entonces a lo que nos están enfrentando es: ¿usted que quiere tener, un niño raro o un niño mediocre? Si por raro se entiende un niño que no ve la pantalla y que lee, que no ve la pantalla y que juega, que no está absorto en la pantalla y tiene una relación normal con los demás yo quiero que mis hijos sean raros porque si ser normal es ser mediocre yo esto es lo último que quiero para mis hijos.

- Usted trabaja entre Estados Unidos y España. ¿Existen diferencias significativas entre países o es muy similar a nivel global?
- Existen diferencias muy significativas entre distintos países. En EEUU el uso de las pantallas ha alcanzado unas proporciones absolutamente increíbles. Aquí un niño está de promedio, según las estadísticas, dos horas y media delante de la pantalla. En EEUU superan las cuatro horas y media diarias. En México es raro que un niño de 6 años no tenga su propia tablet. Hablo de todos los niños, también en los niveles socioeconómicos tienen tablet a los 6 años. Son introducidos en la pantalla mucho antes y abusan de ella mucho más por su cercanía con EEUU.

En España nos estábamos salvando. Los padres hasta hace poco tenían muy claro que los niños antes de los 14 años no debían tener móvil. Hoy en día desgraciadamente el teléfono móvil y la tablet están siendo el regalo estrella en la primera comunión, con ocho o nueve años, y me temo que incluso la edad está bajando.

- Pasamos ahora a la televisión. ¿Es cierto el dicho de que la televisión atonta?
Sí, claro. Es imposible que la televisión no atonte. La televisión siempre se la ha llamado la caja tonta y no porque la caja sea tonta sino que los tontos son los que están delante. Hace muchos años cuando tenía 12 años vi un programa en la televisión que se llamaba ‘La Clave’ y el programa trataba sobre la televisión, sobre sus beneficios y perjuicios, hablo de 1978. Llevaron a un filósofo que no recuerdo su nombre y no tenía televisión. Le preguntaron por qué no tenía televisión. Y dijo: ‘porque me quita mucho más de lo que me da’.

Esa frase sigue siendo cierta hoy con todos estos dispositivos. Y es muy importante pensar qué nos da la televisión y que nos está quitando…

- Llegan los Reyes Magos y se bombardea a los niños con regalos, ¿qué opinión le merece como experto?
- Llevo años con una campaña intentando convencer a los Reyes Magos de que el número máximo de regalos que puede soportar un niño de una manera sana son cinco en total en todas las navidades. Si superas el máximo de cinco regalos en total, incluyendo los regalos que dejan en casa de los abuelos, en casa de los padrinos, que dejan en nuestra casa, el niño va a desarrollar un síndrome que es el síndrome de lo “merezco todo”. Este síndrome genera niños que son bastante difíciles de soportar. Es muy grave porque los niños en general son deliciosos, muy agradables y divertidos pero cuando generan el síndrome de me lo merezco todo porque los Reyes les han traído más de cinco regalos ya no son tan divertidos, ya no son tan simpáticos, ya no son tan agradables. Es una lástima.

- La colección de sus libros se llama ‘Educar con sentido’ al igual que su blog. ¿Qué es para usted educar con sentido?
- Dejamos el nombre abierto abierto, sin cerrarlo. Lo que quiero es que los padres respondan a qué sentido quieren dar a la educación de sus hijos, que piensen qué sentido doy al educar. Yo cuando escribí los libros pensaba en educar con sentido católico, con sentido crítico, con sentido del humor, con sentido de futuro… pero cada padre debe decidir que cuando educo qué sentido doy a la educación de mis hijos.

Para este neuropsicólogo infantil el juego debe ser la principal prioridad para los niños y quitarles tiempo de jugar puede tener graves implicaciones futuras para ellos

- ¿Y el sentido común dónde lo dejamos?
- Desde mi punto de vista hoy en día no existe. Podíamos hablar de sentido común hace 40 o 50 años cuando la sociedad era una sociedad muy homogénea. Cuando un niño bajaba a la calle y hacia algo que estaba mal le podía regañar el portero, el quiosquero, le podía llamar la atención cualquiera porque había un sentido común y los padres agradecían esa labor.

Hoy en día la sociedad es tan heterogénea, está tan mezclada de diferentes visiones que ya no hay algo que podamos llamar común, por eso no hablamos de sentido común.

- En sus libros insiste en el respeto y las normas en la educación pero en la actualidad ambas palabras no están muy de moda. ¿Cree que este hecho está creando pequeños dictadores?
- Claro. Lo que ocurre es lo siguiente: el niño al nacer en pocos meses va a descubrir que hay normas, que hay cosas que puede hacer y que no puede hacer y si intenta meter los dedos en el enchufe sus papás le van a decir “no” y si intenta a hacer algo que pueda poner en peligro su vida sus papás le van a decir “no”.

Pero llevas razón en que hoy en día a parte de esas cosas apenas se dice que no a los niños. El niño cuando descubre que hay cosas que se pueden hacer o no se pueden hacer va a intentar enseñar a los padres que es lo que pueden hacer ellos y lo que no pueden hacer. Va a intentar él poner sus normas. Si los padres son demasiado laxos en las normas o les da miedo educar, el niño se va a ocupar de hacerlo. Yo siempre digo que en los primeros seis años de vida alguien va a quedar educado. Lo adecuado es que al final de los seis años de vida el niño esté educado pero si el niño no ha sido educado los padres van a ser muy obedientes.

¿Cómo nacieron los Encuentros Mundiales de las Familias?

San Juan Pablo II creó estos encuentros porque tenía la convicción de que el mundo "no puede avanzar si la familia está enferma"

Faltan pocos días para que comience el 9° Encuentro Mundial de las Familias (EMF) –que se realizará del 22 al 26 de agosto en Dublín (Irlanda) – y tal vez muchos se pregunten cómo surgieron y cuál es su objetivo.

Vatican News explicó que San Juan Pablo II creó estos encuentros porque tenía la convicción de que el mundo “no puede avanzar si la familia, (primera escuela de la vida del hombre), está enferma”.

Así, en su discurso en el primer EMF celebrado en Roma en 1994, el Pontífice polaco indicó que “en la familia se fragua el futuro de la humanidad”.

Según Vatican News, debido a los cambios sociales y las corrientes ideológicas, “la Iglesia se ha centrado en proteger la estructura familiar y fomentar la evangelización dentro de las familias”.

Por ello, cada tres años el Pontificio Consejo para la Familia convoca a esta reunión internacional para “compartir, rezar y reflexionar sobre la importancia del núcleo familiar, así como debatir acerca de sus desafíos actuales”.

Agregó que este “acontecimiento gozoso y enriquecedor” ayuda a “crecer en la fe y en el amor” y a que los adultos, jóvenes y niños recorran juntos “el viaje de la vida”.

Al igual que su predecesor, el Papa Benedicto XVI también trató sobre la importancia de la familia en sus discursos, homilías y catequesis a lo largo de su pontificado.

El Papa Benedicto XVI participó en tres EMF, mientras que San Juan Pablo lo hizo en cuatro.

Durante su homilía en el EMF celebrado en México en el 2009, el Pontífice alemán recordó a los fieles que la familia es la “célula vital de la sociedad, el primer y decisivo recurso para su desarrollo”.

El Papa Francisco presidió su primer EMF en el año 2015 en Filadelfia (Estados Unidos) y asistirá el 25 y 26 de agosto al evento que se realizará en Dublín bajo el lema “El Evangelio de la familia, alegría para el mundo”.

¿Y por qué faltar a misa el domingo es pecado?

La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

¿Es pecado faltar a Misa el domingo?
La respuesta a esta pregunta podría ser muy corta:
Sí, faltar a Misa –sin un motivo serio que lo justifique– es pecado grave.

Quizá interese detenernos un poco a analizar porque esto es así.

¿Y por qué faltar a Misa el domingo es un pecado?

Porque dejando de asistir dejamos de cumplir voluntariamente una obligación grave que tenemos. Y el incumplimiento de un deber grave, es una falta grave. Por eso el punto de partida de esta cuestión es la consideración de la ley de la Iglesia que manda participar en la Misa los domingos y días festivos.

¿Por qué puede ser pecado, si quien falta a Misa no hace mal a nadie?

La gravedad de los pecados no se mide por cuánto mal hace a otros, sino por la ofensa que representa a Dios. Por eso, por ejemplo la blasfemia es un pecado grave, aunque ninguna otra persona la escuche. Por otro lado quien falta a Misa el domingo se hace daño a sí mismo y a la Comunidad eclesial a la que pertenece. La falta de Dios es una carencia peligrosa: hace daño al alma.

¿Cuáles son las obligaciones del católico?

Los católicos, además de los Diez Mandamientos que resumen la ley natural y que son válidos para todos los hombres –no sólo para los cristianos-, tenemos otras obligaciones específicas por serlo: son los cinco Mandamientos de la Iglesia. Se trata de algunos deberes que regulan y encauzan la forma concreta de ser católicos: cómo nosotros amamos a Dios y le rendimos culto en la Iglesia. Entre ellos se encuentra la obligación de participar en la Santa Misa los domingos y fiestas de precepto. Es una de las obligaciones más básicas de los católicos. Sorprendentemente algunos católicos desconocen sus obligaciones. Y otros no acaban de creerse que existan verdaderos deberes que los obliguen. Piensan que por ser el amor la máxima ley cristiana, todo tendría que ser amor espontáneo, sin obligaciones. Pero esto no es así, ya que el amor es muy exigente: cuánto más amor, más exigencia de manifestarlo y de evitar todo lo que lo ofenda.

¿Es un consejo o es una ley?

Es importante distinguir los consejos y las leyes. Una cosa son las recomendaciones de cosas buenas que nos dan para ayudarnos a ser mejores: “procura ayudar a los demás”, “trata de rezar el Rosario”, etc. En este caso haremos lo que nos parezca oportuno, pero sin estar obligados en conciencia a seguir dichos consejos. Obviamente no pecamos, si decidimos no seguir un consejo.

Otra muy distinta son las leyes que nos obligan en conciencia: las leyes establecen estrictos deberes.
Entonces, ¿el incumplimiento de las leyes es pecado?

Tenemos que distinguir entre la ley divina –que viene directamente de Dios- y la ley eclesiástica –dictada por la Iglesia para concretar modos de servir y honrar a Dios.

La ley divina regula cuestiones esenciales de la vida, por lo que no admite excepciones: su incumplimiento siempre es malo, no puede no ser pecado. Es el caso de los Diez Mandamientos.

En cambio, la ley eclesiástica trata de unas concreciones mínimas de la Iglesia para ayudarnos a vivir la vida cristiana y no tiene intención de obligar cuando existe una grave dificultad para cumplirla. Por esto la ley eclesiástica no me obliga cuando su cumplimiento me representa una incomodidad grave: si un domingo estoy enfermo o tengo otra dificultad que me lo hace muy difícil no tengo obligación de ir a Misa. Pero en situaciones normales obliga de tal manera que su incumplimiento es pecado. Porque el desprecio de la ley de la Iglesia no puede ser bueno. Y no darle importancia, dejar voluntariamente de cumplirla, sin motivo, supone de hecho un desprecio.
Como no es una cuestión de opiniones personales, sino de lo establecido por la Iglesia, que es quien ha establecido las leyes eclesiásticas.

Veamos ahora qué nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de estos mandamientos (he resaltado con negrita las partes específicas sobre este tema).

LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

2041 Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en esta línea de una vida moral ligada a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la santa Madre Iglesia son cinco:

2042 El primer mandamiento (oír misa entera y los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles") exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística, y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de estos días (cf CIC can. 1246-1248; CCEO, can. 880, § 3; 881, §§ 1. 2. 4).

El segundo mandamiento ("confesar los pecados mortales al menos una vez al año") asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo (cf CIC can. 989; CCEO can.719).

El tercer mandamiento ("recibir el sacramento de la Eucaristía al menos por Pascua") garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en conexión con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana (cf CIC can. 920; CCEO can. 708. 881, § 3).

2043 El cuarto mandamiento (abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón (cf CIC can. 1249-51; CCEO can. 882).

El quinto mandamiento (ayudar a las necesidades de la Iglesia) enuncia que los fieles están además obligados a ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia (cf CIC can. 222; CCEO, can. 25. Las Conferencias Episcopales pueden además establecer otros preceptos eclesiásticos para el propio territorio. Cf CIC, can. 455).

Y en concreto, sobre la Misa dominical, señala:

2177 La celebración dominical del Día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. "El domingo en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto" (CIC, can. 1246,1).

"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (CIC, can. 1246,1).

2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad apostólica (cf Hch 2,42-46; 1 Co 11,17). La carta a los Hebreos dice: "no abandonéis vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animaos mutuamente" (Hb 10,25).

La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: "Venir temprano a la Iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la oración...Asistir a la sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marchar antes de la despedida...Lo hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el descanso. Es el día que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos (Autor anónimo, serm. dom.).

La obligación del Domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: "El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa" (CIC, can. 1247). "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde" (CIC, can. 1248,1)

2181 La eucaristía del Domingo fundamenta y ratifica toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC, can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.

2182 La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.

2183 "Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el Obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias" (CIC, can. 1248,2).

Como se ve el Catecismo no deja lugar a dudas. Todo lo que se sale de esto, será una opinión personal al margen de lo establecido por la Iglesia.

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