A veces es bueno sentirse aludido ante las palabras de Jesús
- 30 Marzo 2021
- 30 Marzo 2021
- 30 Marzo 2021
Fundador, 30 de marzo
Martirologio Romano: En Turín, Italia, san Leonardo Murialdo, presbítero, que fundó la Pía Sociedad de San José, para educar en la fe y la caridad cristianas a los niños abandonados († 1900).
Fecha de beatificación: 3 de noviembre de 1963 por S.S. Pablo VI
Fecha de canonización: 3 de mayo de 1970 por S.S. Pablo VI
Breve Biografía
Leonardo Murialdo no es un hombre lejano: nace en Turín (Italia) el 26 de octubre de 1828 y muere en la misma ciudad el 30 de marzo de 1900. Es una persona dulce y noble, un hermano que se entrega todo a otros hermanos que no tienen casa y familia, que están solos y sin cariño, que non conocen a Dios.
A los 17 años, después de una crisis religiosa, decide consagrarse a Dios y en 1851 recibe la ordenación sacerdotal. Es el cura de los barrios pobres, el apóstol de los pequeños limpiachimeneas, de los chicos de la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros.
Piensa en la formación profesional de los jóvenes, en su capacitación para el mundo adulto y obrero. En 1866 acepta dirigir el colegio "Artesanitos", una institución para chicos pobres y huérfanos.
Dócil a la voluntad de Dios y para dar continuidad a su misión educativa, el 19 de marzo de 1873 dio vida a la Congregación de San José (Josefinos de Murialdo), formada por sacerdotes y laicos.
La pedagogía de san Leonardo se puede resumir "en el espíritu de dulzura, de paciencia y de familiaridad, porque éste es el secreto para realizar el bien entre los niños y los jóvenes". Este estilo educativo encuentra su fuente en el amor misericordioso de Dios que Murialdo experimentó desde su juventud. Todo esto se puede resumir en el vivir con los niños y jóvenes como "amigo, hermano y padre".
Hoy los Josefinos de Murialdo continúan en la Iglesia su amor hacia los niños y los jóvenes en los centros juveniles, colegios, casa-hogar, parroquias, misiones... Están presentes en varios países de América Latina, de Europa y de Africa.
El 3 de mayo de 1970 Leonardo Murialdo es proclamado santo por el Papa Pablo VI. Su fiesta se celebra el 30 de Marzo, los salesianos lo festejan el 18 de Mayo.
¿Quién eres, Señor?
Santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38. Martes Santo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Permíteme, Señor, recostarme en tu pecho. Haz más fuerte mi amor por ti, para que pueda acompañarte en el momento de la cruz. Tú, Señor, eres mi fortaleza, mi refugio, mi seguridad, mi salvación. Tú eres el mejor Amigo, el Amigo que nunca falla. ¡Jesús, en ti confío!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
“Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’ ”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿A dónde vas?». Jesús le respondió: «A donde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde». Pedro replico: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó: “¿Con que darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Leer el Evangelio cambia drásticamente si nos damos por aludidos. ¿Y si estuviera yo mismo en esta cena con Jesús? ¿Y si su voz se dirigiera realmente a mí?
«Uno de ustedes me va a entregar». ¿Quién es? Detengámonos un momento antes de decir «Judas Iscariote». ¿Quién es Judas? Uno de los apóstoles, es decir uno de los seguidores de Cristo, es decir uno como Pedro o Juan, es decir uno como yo. ¡Uno como yo! Y es que ninguno de nosotros está exento del pecado. Aquí está lo dramático de la escena: uno de sus amigos lo traiciona. Que podría ser yo, que podría ser Pedro, o cualquier otro discípulo. Cualquiera puede fallar a esta amistad en un momento o en otro, somos humanos y somos débiles. Por eso es tan importante pedir a Dios la fuerza para ser fieles. «Velen y oren, para no caer en tentación».
Ahora, fijémonos en otro evento de la cena. Detrás del dramatismo y la tristeza del momento se esconde una perla: «uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha». ¿Quién es Juan? «Uno de ellos», es decir uno de los apóstoles, es decir… Puedo ser yo mismo, apoyarme sobre el pecho de Cristo. Y, más aún, ¡yo mismo soy, realmente, aquel discípulo! «…Al que Jesús tanto amaba…». Dentro de pocos días vamos a conmemorar la expresión más grande de este amor: Cristo murió por mí, me ama tanto que da su vida para salvarme del pecado. Así, la misericordia de Dios es tan real como mi pecado.
A veces es bueno sentirse aludido ante las palabras de Jesús. Pero siempre, siempre, es bueno recordar que realmente estoy siendo aludido por los hechos de Cristo: su pasión, su muerte y su resurrección.
«Eran pecadores, ¡todos! Los doce eran pecadores. “¡No, Padre, solamente Judas!”. No, pobrecillo… Nosotros no sabemos qué ha sucedido después de su muerte, porque la misericordia de Dios está también en el momento. Pero todos eran pecadores, todos. Envidiosos, tenían celos entre ellos: “No, yo tengo que ocupar el primer lugar y tú el segundo…”; y dos de ellos hablan con la madre para que vaya a hablar con Jesús y que les dé el primer lugar a sus hijos… Eran así, con todos los pecados. También eran traidores, porque cuando Jesús fue capturado, todos se escaparon, llenos de miedo; se escondieron: tenían miedo. Y Pedro, que sabía que era el jefe, sintió la necesidad de acercarse un poco a ver qué sucedía; y cuando la asistenta del sacerdote dijo: “Pero tú también eres…”, dijo: “¡No, no, no!”. Renegó de Jesús, traicionó a Jesús. ¡Pedro! El primer Papa. Traicionó a Jesús. ¡Y estos son los testigos! Sí, porque eran testigos de la salvación que Jesús lleva, y todos, por esta salvación se han convertido, se han dejado salvar».(Homilía de S.S. Francisco, 15 de enero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy acompañaré a Cristo Eucaristía en alguna iglesia, dándole gracias por su sacrificio redentor y pidiéndole la fuerza para ser fiel a su amistad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Por qué no vivimos una Semana Santa más espiritual?
5 Tips para vivir una Semana Santa más espiritual.
La Semana Santa es el tiempo litúrgico donde revivimos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Aunque en ocasiones es muy complicado para nuestros hijos vivir los oficios porque son largos y no tiene gran significado para ellos, nosotros podemos explicarles lo que está sucediendo y ayudarles a vivir la Semana Santa más plena, por eso aquí te dejo mis 5Tips para vivir una Semana Santa más espiritual.
PRIMERO. Lee con la biblia para que sepas lo que va a suceder.
Es importante conocer lo que vamos a vivir para tratar de hacerlo desde el corazón de alguno de los involucrados, así lo viviremos de forma más real y mucho más aterrizado.
Por ejemplo, podemos vivirla desde el corazón de María, podemos vivirlo desde el corazón de Juan, el discípulo amado o podemos vivirla desde el corazón de Pilatos o de quienes lo entregaron; esto nos ayudará a tratar de darle un sentido más trascendente y espiritual a esta Semana Santa.
SEGUNDO. Piensa como lo van a vivir en familia.
Es importante que les demos a conocer todo esto a nuestros hijos. Si están pequeños puede ser por medio de dibujos y si son más grandes podemos compartir la lectura con ellos.
Podemos hacer una estrategia familiar para que cada quien lo viva de forma personal y que después lo comparta con la familia.
También podemos organizar ver la película de la pasión y reflexionarla.
TERCERO. Prepara actividades que inviten a la reflexión y vivencia personal.
De forma particular, te invito a que esta Semana Santa la vivamos más desde el aspecto espiritual, es decir, acompañando a Jesús a cada momento y tratando de sentir lo que El sentía.
Así podremos también reparar y suavizar un poco sus sufrimientos al acompañarle espiritualmente.
CUARTO. Asiste a las celebraciones.
Es importante que hagamos el esfuerzo de asistir a las celebraciones aunque esto implique un gran esfuerzo.
Cuando nuestros hijos son pequeños, es importante tomar precauciones y llevar todo lo necesario para que nos puedan acompañar.
Recuerda que siempre es mejor que asistamos para que nuestros hijos se vayan familiarizando con las celebraciones y las vivan al máximo.
Si el trabajo no nos lo permite, te ofrezco la opción de ver la celebración del día por www.florycanto.digital ondemand, es decir, a la hora que puedas, así lograrás vivir plenamente esta Semana Santa.
Claro que siempre es mejor que sea en vivo y en el templo.
QUINTO. Vive con la familia cada momento que vivió Jesús.
Es importante vivir en familia cada acontecimiento y acompañar a Jesús todos juntos.
Yo sé que todo esto puede estar pasado de moda para muchos, pero en verdad que vivir la Semana Santa le da sentido y razón a él ser católicos y por lo mismo es importante vivirlo en familia.
Recordemos que la pasión y muerte de Jesús son el acto de Amor más grande que Dios ha tenido con nosotros y que la resurrección de Jesús nos ha traído la salvación eterna, por eso es la máxima fiesta que debemos tener los católicos.
Deben aprender a quitarse las sandalias
S.S. Francisco a sacerdotes mexicanos.
Esta mañana el Santo Padre ha recibido en la Sala Clementina del Vaticano a más de 85 sacerdotes del Pontificio Colegio Mexicano de Roma para invitarles a que, ante los actuales problemas, configuren su mirada con el Señor: “Al conformar nuestra mirada con la suya, la nuestra se transforma en una mirada de ternura, de reconciliación y de fraternidad” les ha dicho el Papa.
Además, les ha pedido que – teniendo en cuenta la necesidad de no distraer nuestra mirada de Cristo, el Siervo sufriente – “no dejen de profundizar en las raíces de la fe que han recibido en sus distintas Iglesias particulares, y que provienen de un rico proceso de inculturación del Evangelio, del que es modelo Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen veneran en la capilla del colegio”. “Ella – dice el Papa – nos recuerda el amor de elección de su Hijo Jesús al hacernos partícipes de su sacerdocio” y es por eso que les pide a los sacerdotes que recurran siempre con confianza “a la Morenita, Madre de Dios y Madre nuestra”.
Mirada de ternura
Después, Francisco ha explicado estos tres rasgos; estas tres miradas de las que ha hablado al principio de su discurso: mirada de ternura, de reconciliación y de fraternidad.
“Ante todo, necesitamos tener la mirada de ternura con que nuestro Padre Dios ve las problemáticas que afligen a la sociedad” dice el Papa Francisco. El Papa invita a los sacerdotes mexicanos a tener esta mirada ante la violencia, las desigualdades sociales y económicas, la polarización, la corrupción y la falta de esperanza, especialmente entre los más jóvenes. De hecho – señala – “la configuración cada vez más profunda con el Buen Pastor suscita en cada sacerdote una auténtica compasión, tanto por las ovejas que le son confiadas como por aquellas que se encuentran extraviadas”. De ahí su invitación a “dejarse modelar por Él” para que se intensifique su caridad pastoral y para que no se encierren en casa, en la oficina o en pasatiempos, sino que “salgan al encuentro de la gente”.
Mirada de reconciliación
En segundo lugar, el Papa asegura que los sacerdotes tienen que tener también una mirada de reconciliación: “Las dificultades sociales por las que atravesamos, las enormes diferencias y la corrupción nos exigen una mirada que nos haga capaces de tejer los distintos hilos que se han debilitado o han sido cortados en la multicolor tilma de culturas que conforma el tejido social y religioso de la nación, prestando atención, sobre todo, a aquellos descartados a causa de sus raíces indígenas o de su particular religiosidad popular”.
Es por ello que llama a los pastores a “ayudar a recomponer relaciones respetuosas y constructivas entre personas, grupos humanos y culturas al interior de la sociedad”, proponiendo a todos “dejarse reconciliar por Dios y comprometerse en el restablecimiento de la justicia”.
Mirada de fraternidad
Por último, Francisco les pide tener una mirada de fraternidad ante los desafíos que enfrentamos en la actualidad: “Junto a Cristo Siervo y Pastor, hemos de ser capaces de tener una visión de conjunto y unidad, que nos impulse a crear fraternidad, que nos permita poner en evidencia los puntos de conexión e interacción en el seno de las culturas y en la comunidad eclesial”. Además – dice – esa mirada de fraternidad debe animar y guiar a los fieles “a ser respetuosos de nuestra casa común y constructores de un mundo nuevo”.
Aunque para lograr esta mirada de fraternidad, Francisco asegura que “se necesita la luz de la fe y la sabiduría de quien sabe “quitarse las sandalias” para contemplar el misterio de Dios y, desde esa óptica, leer los signos de los tiempos”. “Para ello – continúa – es indispensable armonizar en la formación permanente las dimensiones académica, espiritual, humana y pastoral” y al mismo tiempo, “necesitamos tomar conciencia de nuestras deficiencias personales y comunitarias, así como de las negligencias y faltas que tenemos que corregir en nuestra vida”. “Estamos llamados a no subestimar las tentaciones mundanas que pueden llevarnos a un insuficiente conocimiento personal, a actitudes autorreferenciales, al consumismo y a las múltiples formas de evasión de nuestras responsabilidades” ha concluido.
Asistencia Espiritual y Emocional
Se unen líderes espirituales y científicos para ofrecer espiritualidad, conocimiento y salud.
Se propaga por ahí que existe una situación alarmante en la que muestra que 340 millones de personas padecen de depresión. Expertos y organizaciones conmovidos ante esta “depresiva noticia”, se unen para ofrecer la solución a tan grave problema.
¿Qué ofrecen?
Asistir emocional y espiritualmente a personas que sufren de estrés, ansiedad y depresión. Las técnicas recomendadas van orientadas a la terapia psico-espiritual e integral en la sanación de la persona humana.
Afirman que se han dado cuenta que para sanar la depresión indudablemente es importante una la atención al dinamismo biológico, psicológico, social y espiritual, pero en esta última está la sanación ya que sólo “el ser supremo” puede llegar hasta lo más profundo del alma.
Algunos de sus argumentos:
En el mundo actual ya no se descubre la presencia de Dios, esto provoca una gran falta de estabilidad existencial, sentido a la vida. Una gran Crisis del ser en donde el hombre es rebajado a su dimensión corporal y mental, limitando el espacio de libertad. Un mundo donde sólo importa el tener y no el ser, no hay tiempo de escuchar y de ser escuchado. Las personas desean mucho pero no saben dónde dirigir sus energías vitales y así hay enfermedad causada por el abuso del tiempo, del ecosistema del mundo. Una gran intolerancia reina en donde el hombre no es libre...
Consecuencias desastrosas:
Desempleo, divorcio, inseguridad, falta de auténtica educación, falta de transmisión del saber, de la cultura, de la moral, de la vida religiosa y la negligencia de las normas objetivas.
Su propuesta: Dios no, espiritualidad si...
Proponen una espiritualidad capaz de recuperar la unidad de personas y familias afectadas por el stress, una toma de conciencia para que el espíritu sea el motor de la vida
¿Realmente el mundo es tan malo o el hombre tan hueco, como para convertirse en un ser depresivo? Y una espiritualidad sin Dios ¿podrá hacer la tierra buena y llenar al hombre vacío?
Evidentemente un mundo sin Dios entristece, pero más dejar que otros depresivos nos curen sin él. No será que detrás de todo esto esta presente la gran sombra de espiritualidades baratas en donde abunda la idea errada de que todas las religiones pueden ser por igual caminos válidos para la felicidad, de una moral relativista en la que lo bueno es aquello que te hace sentir bien, en paz, en armonía... y de esta forma un hombre sin dios, pero con mucha “espiritualidad”, se convierte en una verdadera veleta que gira hacia donde el viento le lleve...
Respuestas
La verdadera depresión:
En la depresión como estado patológico se pierde la satisfacción de vivir, la capacidad de actuar y la esperanza de recuperar el bienestar. Se acompaña de manifestaciones clínicas en la esfera del estado de ánimo (tristeza, pérdida de interés, apatía, falta de sentido de esperanza), del pensamiento (capacidad de concentración disminuida, indecisión, pesimismo, deseo de muerte, etc.), de la actividad psicomotriz (inhibición, lentitud, falta de comunicación o inquietud, impaciencia e hiperactividad) y de las manifestaciones somáticas (insomnio, alteraciones del apetito y peso corporal, disminución del deseo sexual, pérdida de energía, cansancio, etc.)
Este conjunto de síntomas ponen de manifiesto que nos hallamos ante un estado patológico específico, netamente distinto de la tristeza normal y que adquiere formas e intensidades bien definidas. Y en este sentido se han establecido diversas formas clínicas de depresión internacionalmente aceptadas, que de menor a mayor intensidad son: reacción depresiva; trastorno depresivo mayor; distimia; trastorno bipolar; trastorno depresivo orgánico; depresión melancólica; y depresión psicótica. Cada una de ellas con rasgos diferenciales clínicos bien establecidos.
Por lo tanto, sentirse triste o deprimido no es suficiente para afirmar que se padece una depresión. Este término puede indicar un signo, un síntoma, un síndrome, un estado emocional, una reacción o una entidad clínica bien definida. Por ello es importante diferenciar entre la depresión como enfermedad y los sentimientos de infelicidad, abatimiento o desánimo, que son reacciones habituales ante acontecimientos o situaciones personales difíciles. Y evidentemente aunque el hombre es un ser biológico, social, intelectual y espiritual, no podemos olvidar que todo su ser integral se ordena a un fin ultimo, a su creador; Pero si se intenta “curar” por partes, hay que dar a cada parte la medicina que le corresponde...
Las técnicas orientales:
Puestas de modo por la Nueva Era, buscan que las personas experimenten estados emocionales placenteros que identifican con paz del alma. Lo que realmente crean es una atmósfera de debilidad y vulnerabilidad psíquica, en dónde ya no se actúa por principios que mueven la voluntad, sino por momentos de falsa armonía, que en el fondo sólo llevan a pintar un mundo color de rosa, en donde la responsabilidad es poco conocida.
El hombre, desde el enfoque cristiano, ha sido creado a imagen y semejanza de Dios:
Somos creados a imagen y semejanza de Dios (genesis1, 27). Esta dignidad de la persona humana fue revelada en Jesucristo quien siendo Dios si hizo hombre para redimir al propio hombre. Este gesto hace que la relación con Dios sea auténtica, personal y de imitación. Esto está muy lejos de la caricatura del antropocentrismo atribuido al Cristianismo y rechazado por muchos autores y seguidores de la Nueva Era.
La verdadera espiritualidad es aquella que lleva a la Amistad con Dios:
Alcanzar la amistad con Dios significa lograr la santidad. Todos estamos llamados a la santidad desde el momento del bautismo. La santidad es cumplir con alegría la voluntad de Dios en la propia vida (Juan Pablo II). Santo es aquél que se esfuerza y lucha por superar los obstáculos que le impiden acercarse más a Dios y lograr parecerse cada vez más a Cristo. El hombre santo es el que más se parece a Dios, porque Dios es santo y su amistad lo ayuda a ser semejante a Él, santo. Le permite ser reflejo suyo, hijo de Dios, como su Hijo Jesucristo. La santidad nos lleva a alcanzar la vida eterna. Pero, ser santos supone un gran esfuerzo. Este esfuerzo lo llamamos vida espiritual, es decir, todas aquellas acciones y actividades que realizamos para alcanzar la amistad con Dios. Por tanto, nuestra vida espiritual dará frutos de eternidad, en la medida en que hagamos caso de los llamados y exhortaciones de Dios.
Siendo hombres de un ser espiritual, debemos llenarnos de espiritualidades verdaderas, conocer la propia fe y hacer una experiencia real de Cristo para no necesitar técnicas que sólo ofrecen espiritualidades baratas y que sólo confunden donde nada es bueno ni malo, todo depende de las circunstancias.
Nuestra fe Católica es capaz de llenar el alma y hacer hombres fuertes, maduros, equilibrados y sobre todo en esa constante lucha por alcanzar la felicidad eterna: el definitivo encuentro con Dios en el cielo.
Documentos de apoyo
Dominus Iesus (Declaración sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia)
Jesucristo , Portador del Agua de la Vida (estudio a cerca de las características, filosofías y prácticas de la Nueva Era de Cara a la doctrina Católica).
UNITATIS REDINTEGRATIO (Decreto de los documentos del Concilio Vaticano II sobre el Ecumenismo)
Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana
El Hogar Feliz que todos queremos
Un buen hogar siempre estará donde el crecimiento sea por el mismo tronco.
Un buen hogar siempre estará donde el camino esté lleno de “paciencia”; la almohada, de secretos; el perdón, de rosas. Estará donde el puente se halle tendido para pasar, las caras estén dispuestas para sonreír, las mentes activas para pensar y las voluntades deseosas para servir.
Un buen hogar siempre estará donde los besos tengan vuelo, y los pasos, mucha seguridad; los tropiezos tengan cordura y los detalles significación; la ternura sea muy tibia y el trato diario muy respetuoso; el deber sea gustoso, la armonía contagiosa y la paz dulce.
Un buen hogar siempre estará donde el crecimiento sea por el mismo tronco y el fruto por la misma raíz. Donde la navegación sea por la misma orilla y hacia el mismo puerto; la autoridad se haga sentir y, sin miedos ni amenazas, llene la función de encauzar, dirigir y proteger. Donde los abuelos sean reverenciados, los padres obedecidos ¡y los hijos acompañados!
Un buen hogar siempre estará donde el fracaso y el éxito sean de todos. Donde disentir sea intercambiar y no guerrear. Donde la formación junte los eslabones ¡y la oración forme la cadena! Donde las pajas se pongan con el alma y los hijos se calienten con amor. Donde el vivir esté lleno de sol y el sufrir esté lleno de fe.
Un buen hogar siempre estará en el ambiente donde naciste, en el huerto donde creciste, en el molde donde te configuraste y el taller donde te puliste.
Y muchas veces será el punto de referencia y la credencial para conocerte, porque el hogar esculpe el carácter, imprime rasgos, deja señales y marca huellas.
Con buenos hogares se podría salvar al mundo, porque ellos tocan a fondo la conducta de los hombres, la felicidad de los pueblos y la raíz de la vida.
Señor Jesús, Tú viviste en una familia feliz.
Haz de esta casa una morada de tu presencia,
un hogar cálido y dichoso.
Venga la tranquilidad a todos sus miembros,
la serenidad a nuestros nervios,
el control a nuestras lenguas,
la salud a nuestros cuerpos.
Que los hijos sean y se sientan amados,
y se alejen de ellos para siempre,
la ingratitud y el egoísmo.
Inunda, Señor, el corazón de los padres
de paciencia y comprensión,
y de una generosidad sin límites.
Extiende, Señor Dios, un toldo de amor,
para cobijar y refrescar, calentar y madurar
a todos los hijos de la casa.
Danos el pan de cada día
y aleja de nuestra casa
el afán de exhibir, brillar y aparecer;
líbranos de las vanidades mundanas
y de las ambiciones que inquietan y roban la paz.
Que la alegría brille en los ojos,
la confianza abra todas las puertas,
la dicha resplandezca como un sol;
sea la paz la reina de este hogar
y la unidad su sólido entramado.
Te lo pedimos a Ti que fuiste un hijo feliz
en el hogar de Nazaret junto a María y José.
Amén.
El Hogar donde yo vivo:
Es un mundo de dificultades afuera y un mundo de amor adentro.
Es el sitio donde los pequeños son grandes y donde los grandes son pequeños.
Es el mundo del padre, el reino de la madre, y el paraíso de los hijos.
Es el lugar donde rezongamos más y donde somos tratados mejor.
Es el centro de nuestros afectos, alrededor del cual, se tejen nuestros mejores deseos.
Es el sitio donde nuestro estómago recibe tres comidas diarias y nuestro corazón mil.
Es el único lugar de la tierra donde las faltas y los fracasos de la humanidad quedan ocultos bajo el suave manto del AMOR.
La excelencia en el hogar implica un esfuerzo común de los esposos, y luego de los hijos, por crear un lugar con un clima de cariño y ayuda mutua, con tradiciones y personalidad propias, fruto también de unos trabajos que trascienden la cotidianidad y la materialidad. Así, nuestro hogar será bendecido, iluminado y todos seremos felices viviendo en él…
¿Por qué el Padre elige este camino?
Martes Santo. Padre, aparta de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras Tú.
Getsemaní es el momento de la obscuridad de la voluntad de Dios; momentos en los cuales el mismo Cristo pide que se le aparte el cáliz: "¡Abba, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú."
San Marcos refleja la obscuridad que se presenta dentro del alma de Cristo. Los comentaristas de la Escritura siempre han visto aquí un momento en el cual como que Cristo viene a preguntarse: Todo lo que yo voy a hacer, ¿merecerá la pena?
No hay que olvidar el tremendo realismo que supone para Cristo la encarnación, y Él no ha querido, en cierto sentido, ahorrarse ni siquiera esas obscuridades interiores de saber si verdaderamente merecería la pena todo el esfuerzo que Él iba a hacer.
Pero junto con esta obscuridad, hay también otra obscuridad en el camino de Cristo, en el alma de Cristo: ¿Por qué el Padre elige ese camino? ¿Por qué no eligió otro? La elección del camino por parte del Padre es una elección que entra dentro del misterio eterno. ¿Por qué razón la cruz, por qué tanto sufrimiento, por qué tanto dolor? Y si es tremenda la obscuridad ante el camino particularmente duro que se le muestra a Cristo, creo que hay un aspecto muy preocupante y difícil, que es el hecho de que Dios Padre busca en Él el abandono total sin condiciones.
Cristo se sabe Hijo, se sabe, por lo tanto, amado por el Padre, a pesar del dolor que puede embargar el corazón, a pesar de la sangre que pueda brotar de la herida que le produce la renuncia de sí mismo. Sabe que el Padre le exige un abandono total, sin condiciones.
"Si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Cristo es consciente de que su amor por el Padre no puede tener otra opción sino la renuncia de sí mismo. ¿Qué amor sería el que desconfiara de su fuerza sobre el odio, sobre el dolor, sobre la renuncia total? Cristo se sabe amado por toda la eternidad, desde toda la eternidad, pero eso no le ahorra ni un momento de obscuridad.
El relato evangélico es suficientemente claro respecto a esta obscuridad y soledad que nuestro Señor siente ante la voluntad del Padre. Entremos en la obscuridad en el alma de Cristo.
Cristo ha querido tocar todo el dolor humano, y por eso, también Cristo ha querido, como tantas almas humanas, pasar por la obscuridad, de manera que también el alma de Cristo asuma sobre sí la obscuridad y la redima por medio de la oblación libre, del ofrecimiento libre al Padre.
Cristo sabe que el amor no quita del alma la presencia de la soledad purificadora, que reclama un desprendimiento absoluto de todo lo que podría haberle servido de soporte; la soledad del que tiene que lanzarse a la obscuridad, al dolor, a la angustia; la soledad del que sabe que su camino entra al desfiladero de la muerte, del despojo absoluto de toda seguridad humana; la soledad del que siente en su alma el mordisco implacable de la tristeza y de la amargura. Esa soledad que nadie puede evitar al hombre cuando quiere vivir sin pactos fáciles todas las exigencias de su identidad; una profunda soledad interior que reclama una verdadera convicción, para dar hacia adelante el siguiente paso, para darlo con decisión, con energía, porque sabe que su soledad no es excusa para no entregarse al Padre.
Cristo quiere tocar la soledad de todos los hombres, de los hombres que se sienten retados por la obscuridad del alma ante la misión que se les confía. Y el alma de Cristo es consciente de que esa soledad que Él revive por su libre oblación es posible superarla a través de la oración. Y Cristo busca la oración, busca el contacto con el Padre. Cristo busca el encuentro con su Padre para fortalecerse, quizá no para superar la obscuridad. Porque no hay que olvidar que muchas veces la obscuridad no se supera sino que simplemente se soporta. Muchas veces la obscuridad no se puede quitar, no se puede arrancar del alma por mucho que se quiera.
En el alma de Cristo está presente la obscuridad que proviene del dolor interior, que proviene del peso de los pecados ajenos, y Cristo se abraza a este cáliz del Señor. Cristo quiere ser capaz de corresponder a su Padre abrazándose al cáliz que se le ofrece. Cada uno de nosotros debemos preguntarnos también por todas nuestras obscuridades. No es difícil ser fiel cuando todo es claro, cuando todo es amable. La fidelidad es difícil, más difícil todavía, cuando se realiza en la obscuridad, cuando sólo sabes que tienes que ser fiel, cuando sólo te queda la convicción de que tienes que seguir adelante. Y así es la fidelidad de Cristo en Getsemaní. "Si es posible que pase, pero no lo que yo quiera sino lo que quieras tú". Como dirá la carta a los Hebreos: "Aprendió con gritos y con lágrimas la obediencia, y así se constituyó en causa de salvación para todos los que le obedecen."
¿Qué hago yo con mis noches en la obscuridad cuando no entiendo qué quieren de mí? ¿Qué hago cuando soy tomado por Dios en caminos que yo no habría escogido para mí, cuando la misión es difícil, cuando el reclamo de la misión supone dar más todavía, cuando yo pensaba que ya estaba en el borde y más no se podía dar?
No tenemos que olvidar que la firmeza interior está en el homenaje de la libertad, en la ofrenda de mi libertad que se vuelve a ofrecer a Dios en medio de la obscuridad. Esa es la fidelidad interior, esa es la firmeza de mi alma. Cristo me da el ejemplo, y Cristo es fiel a sí mismo, fiel a su identidad, fiel a su Padre y fiel a mí, aunque lo único que ve es la obscuridad de una muerte ignominiosa. Fiel, aunque sabe que lo único que lo espera es la noche, el tiempo de las tinieblas, la hora en que el poder, la fuerza, es misteriosamente entregada a los enemigos del Dios fiel que nunca abandona a sus hijos. Cristo es fiel para mí, aunque yo no vea nada, aunque no entienda, aunque a mis ojos el panorama sea sólo la obscuridad, porque la fidelidad en la obscuridad es otro nombre del amor.
Explicación de la Semana Santa, Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo, Domingo de Resurrección, Recursos, Semana Santa para niños y mucho más.
PRECES
Jesús, aun sabiendo que iba a ser traicionado por uno de sus apóstoles, no abandonó su designio de ofrecer su vida por nuestra salvación; pidamos:
R/MSeñor, ten piedad de nosotros.
Por los cristianos que se han enemistado y les cuesta retomar la relación,
– para que puedan abrir su corazón a tu gracia y se reconcilien.MR/
Por los que se han visto decepcionados por sus familiares o amigos,
– para que con tu amor puedan rehacer los vínculos de afecto que los sostenían.MR/
Por los que han abusado de la confianza de los demás y les han provocado dolor,
– que puedan arrepentirse de sus actos y reparar el mal causado.MR/
Por nosotros,
– para que cuando hagamos mal uso de nuestra libertad y nos olvidemos de ti no temamos volver a tu lado y acoger tu perdón y misericordia.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar de tal modo en las celebraciones de la pasión del Señor, que merezcamos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.