Retirarse a orar
- 08 Febrero 2015
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Monaguillas al comienzo de la misa
Sacerdotes de EEUU limitan esta ayuda a los chicos
Diócesis españolas no ven "problema" en que las niñas sean monaguillas
En España las mujeres pueden servir en el altar desde hace 20 años
Redacción, 07 de febrero de 2015 a las 12:30
"Sospecho que los jóvenes pueden distraerse del sacrificio de la Misa si sirven junto a ellos niñas", explica el padre J. Illo en su blog
Monaguillos
Cientos de niños y niñas españoles ayudan cada domingo en la misa de su parroquia como "monaguillos" y "monaguillas", una dinámica que lleva años realizándose "con total normalidad", según han explicado a Europa Press desde varias diócesis españolas que no ven "problema" en que las niñas sirvan en el altar.
La pregunta sobre si las niñas deben o no ser monaguillas surge a partir de la decisión de un sacerdote de San Francisco (EE.UU.), Joseph Illo, que decidió hace dos meses que las niñas no podrán servir en su iglesia 'Star of the Sea' como monaguillas porque considera que el servicio en el altar va intrínsecamente ligado al sacerdocio.
El padre Illo asegura en su blog --'www.frilloblog.com'-- que ha adoptado esta política de monaguillos basándose en las normas de la Iglesia católica, concretamente, en una directiva de la Congregación para el Culto Divino que, según apunta el sacerdote, dice que un obispo "no necesita que los sacerdotes de las diócesis requieran el servicio en el altar de las mujeres, porque siempre es apropiado seguir la noble tradición de tener chicos en el altar".
"El servicio en el altar está ligado intrínsecamente al sacerdocio y sirve como un salto hacia el seminario. Si la Iglesia Católica ordenara mujeres, las monaguillas tendrían sentido, pero el sacerdocio es un carisma masculino. Con riesgo de generalizar, sospecho que los jóvenes pueden distraerse del sacrificio de la Misa si sirven junto a ellos niñas", explica, al tiempo que apunta que ha recibido la bendición del arzobispo Salvatore Cordileone.
Esta parroquia de San Francisco no es la primera de EE.UU. que cambia su política de monaguillos pues en agosto de 2011, en la diócesis de Phoenix, el padre John Lankeit, de la Catedral de San Simon y Jude, decidió poner en marcha dos programas diferenciados, uno para niños que sirvieran en el altar y otro para niñas como sacristanas. Lankeit citaba como ejemplo a las diócesis estadounidenses de Lincoln (Nebraska) y Ann Arbor (Michigan) donde la limitación del servicio en el altar a los chicos había generado muchas vocaciones.
Mientras, en España, desde el arzobispado de Zaragoza recuerdan que la Instrucción 'Redemptionis Sacramentum' de la Congregación del Vaticano para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de 2004, aclara que es "muy loable" que se conserve la costumbre de que niños o jóvenes sean "monaguillos" y puntualiza que "a esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del obispo diocesano y observando las normas establecidas".
En esta línea, diócesis españolas como las de Huelva, Gerona o Astorga no se plantean un debate sobre este tema porque no ven "problema alguno" en esta tradición de que niños y niñas sirvan a su parroquia como monaguillos. También desde Getafe explican que los párrocos se rigen por la costumbre.
EL OBISPO DE ASTORGA LO VE "POSITIVO"
Así, el obispo de Astorga, monseñor Camilo Lorenzo Iglesias, ve "positivo" que las niñas colaboren también de esta manera en la Iglesia diocesana. Precisamente, desde la diócesis de Astorga afirman a Europa Press que en las distintas parroquias "hay monaguillos y monaguillas", es decir, que "las niñas también ayudan en sus respectivas parroquias a los sacerdotes en la celebración de la Eucaristía".
Por su parte, desde la diócesis de Gerona han explicado que en muchas de sus parroquias "tanto niños como niñas" ejercen de monaguillos y monaguillas pues se trata de una dinámica que se da "con total normalidad y naturalidad" y que "responde a la realidad misma de cada una de las comunidades parroquiales".
En este sentido, la Conferencia Episcopal Española ha explicado a Europa Press que no tiene nada que objetar a lo que cada diócesis decida sobre los monaguillos ya que es su competencia.
20 AÑOS DE MONAGUILLAS
Las niñas pueden ser monaguillas desde hace 20 años y es una decisión que se deja en manos del obispo de cada diócesis. Así lo explica un documento de 1994 firmado por el entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Javierre Ortas, en el que se clarifican ciertos aspectos del canon 230.2 del Código de Derecho Canónico, referente a las funciones de los laicos en las celebraciones litúrgicas.
En este texto, el Vaticano señala que "si un obispo permite que, por particulares razones, la mujer sirva en el altar, esta decisión debe ser explicada a los fieles". Además, apunta que "los laicos, sean hombres o mujeres", pueden realizar estos servicios litúrgicos --leer, dar la comunión-- si así lo estima oportuno el prelado.
Más reciente es la Instrucción 'Redemptionis Sacramentum' de 2004, en la que el Vaticano subraya que para ser monaguillo "pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del obispo diocesano y observando las normas establecidas".
El Papa Juan Pablo II fue el primer Pontífice que fue ayudado por cuatro monaguillas en 1995 en una parroquia romana.
08 de febrero 2015 Domingo V Jb 7, 1-4.6-7
Job explica su situación desesperanzada: «A mí me ha tocado por herencia pasar meses en vano», se queja a sus amigos. Hay personas que se sienten plenamente identificadas con estos sentimientos de Job. Sólo Cristo es el que verdaderamente nos comprende, nos ama y nos libera de los males del alma. Señor sana los corazones destrozados.
Retirarse a orar
En medio de su intensa actividad de profeta itinerante, Jesús cuidó siempre su comunicación con Dios en el silencio y la soledad. Los evangelios han conservado el recuerdo de una costumbre suya que causó honda impresión: Jesús solía retirarse de noche a orar. El episodio que narra Marcos nos ayuda a conocer lo que significaba la oración para Jesús. La víspera había sido una jornada dura. Jesús «había curado a muchos enfermos». El éxito había sido muy grande. Cafarnaúm estaba conmocionada: «La población entera se agolpaba» en torno a Jesús. Todo el mundo hablaba de él.
Esa misma noche, «de madrugada», entre las tres y las seis de la mañana, Jesús se levanta y, sin avisar a sus discípulos, se retira al descampado. «Allí se puso a orar». Necesita estar a solas con su Padre. No quiere dejarse aturdir por el éxito. Solo busca la voluntad del Padre: conocer bien el camino que ha de recorrer. Sorprendidos por su ausencia, Simón y sus compañeros corren a buscarlo. No dudan en interrumpir su diálogo con Dios. Solo quieren retenerlo: «Todo el mundo te busca». Pero Jesús no se deja programar desde fuera. Solo piensa en el proyecto de su Padre. Nada ni nadie lo apartará de su camino. No tiene ningún interés en quedarse a disfrutar de su éxito en Cafarnaúm. No cederá ante el entusiasmo popular. Hay aldeas que todavía no han escuchado la Buena Noticia de Dios: «Vamos... para predicar también allí». Uno de los rasgos más positivos en el cristianismo contemporáneo es ver cómo se va despertando la necesidad de cuidar más la comunicación con Dios, el silencio y la meditación. Los cristianos más lúcidos y responsables quieren arrastrar a la Iglesia de hoy a vivir de manera más contemplativa.
Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas hablamos mucho de Dios, pero hablamos poco con él. La costumbre de Jesús se olvidó hace mucho tiempo. En las parroquias se hacen muchas reuniones de trabajo, pero no sabemos retirarnos para descansar en la presencia de Dios y llenarnos de su paz.
Cada vez somos menos para hacer más cosas. Nuestro riesgo es caer en el activismo, el desgaste y el vacío interior. Sin embargo, nuestro problema no es tener muchos problemas, sino no tener la fuerza espiritual necesaria para enfrentarnos a ellos.
José Antonio Pagola. 5 Tiempo Ordinario – B. (Marcos 1,29-39). 8 de febrero 2015
El papa defiende que las mujeres sean protagonistas y no invitadas
El Papa en la conferencia
Quiere que se sientan "plenamente participantes" en la Iglesia
Insistiendo a religiosos y laicos en que no son "un mero objeto de venta en diversos mercados"
Redacción, 07 de febrero de 2015 a las 16:10
Jorge Bergoglio defiende la complementariedad del hombre y de la mujer
El papa Francisco abogó hoy por que la Iglesia Católica ponga en marcha criterios que favorezcan que las mujeres se sientan protagonistas y no invitadas cuando participen en la vida social y eclesiástica.
Así lo manifestó durante un encuentro en el Vaticano con miembros del Pontificio Consejo de la Cultura, que concluyó este sábado su asamblea plenaria bajo el título "La cultura femenina: igualdad y diferencia".
"El tema que han elegido es importante, y ya en otras ocasiones me he referido a él y he invitado a profundizar en él. Se trata de estudiar criterios y modalidades nuevas para que las mujeres se sientan, no invitadas, sino plenamente participantes en los ámbitos de la vida social y eclesial. Este es un reto impostergable", dijo. Jorge Bergoglio dirigió este mensaje a "los pastores de la comunidad cristiana, pero también a los laicos que participan en la cultura, en la educación, en la economía, en la política, en el mundo laboral, en las familias o en las instituciones religiosas".
El obispo de Roma alabó que "desde hace algún tiempo se está dejando atrás, al menos en las sociedades occidentales, el modelo de subordinación de la mujer al hombre" y aplaudió que se haya superado al mismo tiempo "el modelo de la mera igualdad, aplicado mecánicamente la igualdad absoluta". Ahora, el máximo representante de la Iglesia Católica aseveró que existe un "nuevo paradigma" que es "el de la reciprocidad y de equivalencia en la diferencia", es decir, aquel que defiende la complementariedad del hombre y de la mujer. Aún así, agregó Bergoglio, queda trabajo por hacer porque existen todavía "muchas formas de esclavitud, de mercantilización, y de mutilación de los cuerpos de las mujeres" en el mundo. En este sentido, el papa Francisco hizo un llamamiento general en el que pidió compromiso para "derrotar esta forma de degradación que reduce a las mujeres a un mero objeto de venta en diversos mercados". El pontífice argentino concluyó su intervención destacando el papel "insustituible" de la mujer en la familia y abogó porque se potencie "la presencia eficaz de las mujeres en los ámbitos de la esfera pública", favoreciendo al mismo tiempo que puedan "dedicar atención preferencial y del todo especial en y para la familia".
V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO LA JORNADA DE JESÚS
(Job 7, 1-4.6-7; Sal 146; 1Co 9, 16-19.22-23; Mc 1, 29-39)
En este tiempo ordinario, nos conviene tener referencias que nos ayuden a caminar sin caer en el tedio ni en la monotonía.
La Liturgia de la Palabra de este domingo nos ofrece un texto emblemático que sintetiza el modo en que Jesús estructuró su jornada, o dividió el tiempo de su vida pública.
Ruinas de Cafarnaúm
Es significativo el hecho de que Jesús se instale en Cafarnaúm, ciudad fronteriza con los pueblos paganos, tanto con Tiro y Sidón, como con las ciudades de la Decápolis. Con ello manifiesta que su misión es universal, lo que demostrará en su incursión por las tierras del Norte, y cruzando a la otra orilla, hacia el Este; ambas direcciones se adentraban por territorios paganos.
No obstante la presencia pública en la ciudad comercial y de tanto tránsito, el Evangelio señala cuatro espacios diferentes en los que Jesús se mueve; cada uno de ellos se convierte en enseñanza.
Por la mañana, va a la sinagoga; al mediodía, a casa de Simón; al atardecer atiende a los enfermos en la calle, y a la madrugada, de forma sigilosa, se retira a un lugar solitario para orar.
La oración comunitaria, la relación doméstica y familiar, la misión evangelizadora y la oración íntima y personal se conjugan de modo perfecto, para decirnos cómo debería ser nuestra jornada en cuanto a armonía y al ejercicio de las relaciones esenciales, el trato con nuestro Padre Dios, la vida social y laboral solidaria, la vida religiosa y familiar, y la relación interior. Quizá no se pueda vivir a diario el arquetipo de la jornada del Señor, pero deberá ser un referente para el propio discernimiento. Del equilibrio que mantengamos en las diferentes dimensiones dependen el crecimiento personal, la maduración espiritual y la estabilidad en la opción de vida cristiana.
Esta vez, nos hemos fijado en el texto evangélico. Sin embargo, las tres lecturas tienen su enseñanza, y son aviso para no perecer en el tedio, a la vez que para llevar a cabo la tarea que se nos ha encomendado: “El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero” (Job 7, 1). “El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!” (1Co 9, 16).
Quinto domingo - Tiempo Ordinario. Job 7,1-4.6-7; Co. 9,16-19.22.27; Mc 1,29-39
Hoy se celebra, en muchos lugares, la campaña de Manos Unidas contra el hambre en el mundo. Una jornada para tomar conciencia y tomar decisiones. Tomar conciencia del escándalo que supone el drama del hambre, de la falta de alimentos y de la injusta desigualdad, en un mundo en el que podríamos alimentarnos, casi, el doble de la población actual. Escándalo ... y pecado!
Tomar decisiones, también. De diferente alcance. Algunas de carácter personal - familiar. Compartiendo lo que tenemos y que tiene que ser, de alguna manera, para los que no tienen. Otras decisiones pueden ser más colectivas - sociales - políticas ... apoyando diferentes iniciativas que piden y trabajan para corregir las desigualdades flagrantes.
1.- Propongo que leamos el Evangelio de hoy como el relato que da respuesta -una respuesta, narrativa, vivida- a la pregunta por Jesús. ¿Quién es Jesús? ¿Quién es este Jesús que vamos conociendo y nos va cautivando? ¿Como es su vivir?
Seguimos este fragmento del Evangelio. Un buen retrato de Jesús.
Habrá que completarlo con otras secuencias. Aceptar. Hoy se nos da esta mirada. Es una buena aproximación. Vayamos por partes.
a.- Jesús es aquel que ama a sus amigos y compañeros. Los visita en su casa. Se deja llevar. Comparte y celebra la vida. Las alegrías y las penas. La vida doméstica. El encuentro crea y alimenta la comunión, la comunidad. Celebra aquello tan sencillo como "estar juntos" y "encontrarnos". Jesús es el amigo de sus amigos.
b.- Jesús es quien levanta quien está abatido y postrado. Rehace quien está aplastado. Le transmite fuerza y motivación para levantarse y dejar su postración. La toma de la mano y la ayuda a levantarse. Abre horizonte, retorna ilusión. Da nueva misión y sentido. Da, nuevamente espacio, al que piensa que la ha perdido. La que parecía "inútil" resulta que puede volver a utilizar.
c.- Jesús es quien toca la pequeñez humana. La enfermedad. Quien coge de la mano. Toca lo roto. Lo acoge, lo palpa. No lo rehuye. Se hace cargo ... Y, amándose esta naturaleza humana débil y vulnerable, la cura. Pon salvación (salud) donde había perdición (enfermedad).
Jesús es quien saca el mal. El despoja de poder. El hace fuera allí donde se había instalado. El saca del espacio que se había apropiado. Pon plazo al daño. Jesús es quien vence al mal que anula la persona. Y, de la mano de Jesús, la persona puede regresar a ser quien era. Reincorporarse a la comunidad humana. Ponerse derecha nuevamente. Y servir.
d.- Jesús es quien ora. Quien necesita de Dios. Quién necesita presentarse ante el Padre. Quien se sabe -y necesita sentirse se- en manos del Padre. Quien en soledad y silencio alimenta su corazón de su presencia. De su voluntad. De su amor. Jesús es quien, para poder estar del todo al lado de la gente, necesita estar bien junto al Padre. Jesús es quien se sabe habitado por Dios y le da espacio para que Dios actúe en él. Está a la escucha de su latido.
f) Finalmente Jesús es, también, el que huye de ser aclamado y buscado ... sin ser acogido en su misión y su persona. Quien ante ser utilizado en el beneficio propio, inmediato, desaparece y marcha.
2.- ¿Quién es Jesús? Unas pinceladas sobre Él. Vitales. Vivenciales. Ante este fragmento del Evangelio -Buena Noticia- de Jesús, mirándolo en su actuar, nos sentimos llamados a ser como Jesús. A que sea Él quien viva en nosotros. A ser así. Como Él. Que nuestro vivir sea el vivir de Jesús hoy. Entre nosotros. En nuestro mundo y nuestro tiempo. Llamados a ser Jesús. Reflejarnos en Él. Transmisores de esperanza. Con los ojos bien abiertos. Próximos a quien está cerca de nosotros. Ahuyentadores del mal, a base de hacer el bien. Habitados por Dios y conducidos por su Espíritu. Viviendo desde el amor. Buscándolo y encontrándose allí donde Él es.
Tomando conciencia y tomando decisiones.
Santa Josefina Bakhita
Santa Josefina Bakhita, virgen
Santa Josefina Bakhita, virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que, siendo aún niña, fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad. Al obtener la libertad, abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad (Canosianas), y pasó el resto de su vida en Schio, en el territorio italiano de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio del prójimo.
En su biografía Bakhita cuenta su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. "Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco'. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percate que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: 'Si gritas, morirás! Síguenos!'". Los mismos secuestradores fueron quienes le pusieron Bakhita al ver su especial carisma. Luego de ser capturada, Bakhita fue llevada a la ciudad de El Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.
Nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Con quien más sufrió de humillaciones y torturas fue con su cuarto amo, cuando tenía más o menos 13 años. Fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal” El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita por quinta vez en 1882, y fue. "Esta vez fui realmente afortunada - escribe Bakhita - porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".
En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita se negó a dejar a su amo, y consiguió viajar con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia.
La esposa de Michieli los esperaba en Italia, y sabiendo la llegada de varios esclavos, exigió uno, dándosele a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, tras ser aconsejadas por las hermanas. Esta congregación fue fundada en 1808 con el nombre de Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, pero son más conocidas como hermanas de Canossa. Recibió el bautismo, primera comunión y confirmación, al mismo tiempo, el 9 de enero de 1890, por el Cardenal de Venecia. En este momento, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada. Ella misma cuenta en su biografía que mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma". La Señora de Michieli volvió de Sudán a llevarse a Bakhita y a su hija, pero con un gran coraje, Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora de Michieli no pudo forzar a Bakhita, y es así que permaneció en el Instituto y su vocación la llevó a convertirse en una de las Hermanas de la Orden el 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad. Algo que le costó demasiado trabajo fue escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. La salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y tuvo que postrarse a una silla de ruedas, la cual no le impidió seguir viajando, aunque todo ese tiempo fue de dolor y enfermedad. Se dice que le decía la enfermera: "¡Por favor, desatadme las cadenas… es demasiado!". Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!" En la ceremonia de beatificación, el Santo Padre reconoció el gran hecho de que transmitiera el mensaje de reconciliación y misericordia. "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa".
S.S. Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre del 2000.
Fue santificada por el pueblo, por lo que en 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones para encontrarla venerable. Todo salió muy bien y fue así que el 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. Por tanto, el proceso para declararla santa empezó con gran auge y el 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II y se declaró día oficial de culto el 8 de febrero
Su espiritualidad y fuerza la han convertido en Nuestra Hermana Universal, como la llamó el Papa
Oremos
Señor Dios, que otorgaste a Santa Josefina una especial dignidad como hija tuya y esposa de Cristo, por su obediente entrega, concédenos que movidos por su ejemplo, acompañemos a Jesús crucificado en los hermanos con amor constante y misericordia perseverante. Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Religión Digital Vaticano
El Papa Francisco
"Enciende una luz" en el Ángelus contra la "derrota de la comunidad mundial"
Infatigable llamamiento del Papa contra la trata de personas
Considera a los enfermos "camino privilegiado hacia Cristo"
RV, 08 de febrero de 2015 a las 12:37
El Papa pide que se erradiquen las causas de esa "vergonzosa plaga" y se ayude a las víctimas
(RV).-Desde la Plaza de San Pedro con miles de fieles romanos y de peregrinos, el Papa se unió a las diócesis del mundo en la primera Jornada de Oración y de Reflexión contra la trata de personas, respondiendo a los incontables llamamientos que el mismo Papa Francisco no desmaya en pronunciar para poner fin a este «crimen contra la humanidad», «derrota de la comunidad mundial», como ha dicho en varias oportunidades.
«Enciende una luz contra la trata», es el lema de esta jornada. La fecha elegida - 8 de febrero - es muy significativa, porque es la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, canonizada por San Juan Pablo II, que había sido esclava sudanesa, liberada y luego religiosa canosiana. Santa que el Papa Francisco cita en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2015, titulado «No esclavos, sino hermanos». Éste fue su llamamiento, después de la oración del Ángelus dominical, después de invocar a la Madre de Dios, para luego rezar el Ave María:
«Hoy memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, la religiosa africana que cuando era niña sufrió la dramática experiencia de ser víctima de la trata, las Uniones de las Superioras y de los Superiores Generales de los Institutos religiosos han promovido la Jornada de Oración y de Reflexión contra la trata de personas. Aliento a cuantos están comprometidos en ayudar a hombres, mujeres y niños esclavizados, explotados, abusados como instrumentos de trabajo o de placer y a menudo torturados y mutilados. Deseo que cuantos tienen responsabilidades de gobierno se esmeren con decisión en erradicar las causas de esta vergonzosa plaga, indigna de una sociedad civil. Cada uno de nosotros se sienta comprometido en ser voz de nuestros hermanos y hermanas, humillados en su dignidad. ¡Oremos por ellos y sus familiares!».
Al rezar la oración del Ángelus en el V domingo del tiempo ordinario, con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco se refirió al pasaje del Evangelio de Marcos que nos muestra a Jesús dedicado a curar a tantos enfermos.
Predicar y curar: ésta es la actividad principal de Jesús en su vida pública, afirmó el Pontífice, de este modo “Él anuncia el Reino de Dios y con las curaciones demuestra que nos está cerca, está en medio de nosotros”.
Francisco destacó que Jesús, que vino al mundo para anunciar y salvar a todos los hombres “muestra una particular predilección por aquellos que están heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, enfermos y marginados, revelándose médico de almas y cuerpo, buen samaritano del hombre”
“Tal realidad de la curación de los enfermos por parte de Cristo – dijo – nos invita a reflexionar sobre el sentido y el valor de la enfermedad. A esto nos llama la Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos el próximo miércoles 11 de febrero, memoria litúrgica de la Beata Virgen María de Lourdes”. Y prosiguió: “Bendigo las iniciativas preparadas para esta Jornada, en particular la Vigilia que tendrá lugar en Roma en la tarde del 10 de febrero”.
El Obispo de Roma prosiguió explicando que esta obra salvífica de Cristo “continúa mediante la Iglesia, sacramento del amor y de la ternura de Dios por los hombres. Jesús - dijo - enviando en misión a sus discípulos les confiere un doble mandato: anunciar el Evangelio de la salvación y curar a los enfermos (cfr Mt 10,7-8). Por ello, “la Iglesia siempre ha considerado la asistencia a los enfermos parte integrante de su misión” y “considera a las personas enfermas como una vía privilegiada para encontrar a Cristo, para acogerlo y servirlo”.
Cada uno de nosotros, dijo el Pontífice, está llamado a llevar la luz del Evangelio y la fuerza de la gracia a aquellos que sufren y a cuantos los asisten, familiares, médicos, enfermeros, para que su servicio al enfermo sea cumplido siempre con más humanidad, con dedicación generosa, con amor evangélico.
Francisco concluyó pidiendo a la Madre de Dios, “Salud de los enfermos”, para que toda persona en la enfermedad pueda experimentar, gracias a la atención de quien le está cerca, la potencia del amor de Dios y la consolación de su ternura paternal.