“Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.”
- 29 Abril 2015
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El Papa pide abrirse al Dios de las sorpresas
Francisco pide a los cristianos no olvidar que "Dios es el Dios de las sorpresas"
El Papa reclama "coraje" para "no transformar la vida cristiana en un museo de recuerdos"
"La Iglesia va adelante gracias a las sorpresas del Espíritu Santo"
Redacción, 28 de abril de 2015 a las 17:22
Podemos estudiar toda la Historia de la Salvación, podemos estudiar toda la Teología - advirtió Francisco - pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace comprender la verdad
(RV).- La Iglesia va adelante gracias a las sorpresas del Espíritu Santo. Es uno de los conceptos que expresó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. Al reflexionar sobre la predicación del Evangelio a los paganos, que se lee en los Hechos de los Apóstoles, el Pontífice subrayó que también hoy es necesario tener "coraje apostólico" para no transformar "la vida cristiana en un museo de recuerdos".
Inspirándose en la Primera Lectura, en que se lee que los discípulos de Jesús comenzaron a predicar en Antioquía, no sólo a los judíos, sino también a los griegos y a los paganos, logrando que muchos creyeran y se convirtieran al Señor, el Papa subrayó que en la vida de la Iglesia es fundamental abrirse a las novedades del Espíritu Santo. En efecto, Francisco explicó que en aquella época tenían la inquietud de oír el Evangelio predicado también a los que no eran judíos. De ahí que cuando Bernabé llega a Antioquía se siente feliz al ver que estas conversaciones de los paganos eran obra de Dios.
Además, el Santo Padre recordó que en las profecías estaba escrito que el Señor habría venido a salvar a todos los pueblos, tal como lo refiere el capítulo 60 de Isaías. Y sin embargo - dijo - muchos no comprendían estas palabras:
"No entendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: ‘Yo hago todo nuevo', nos dice. Que el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para renovarnos y continuamente hace este trabajo de renovarnos. Un poco da miedo, esto. En la Historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta ahora cuántos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas".
"Pero ¡hay novedades y novedades!", exclamó el Papa. Y admitió que de algunas novedades "se ve que son de Dios", mientras otras no. Y se preguntó cómo hacer para distinguirlas. En realidad - dijo- tanto de Bernabé como de Pedro se dice que son hombres llenos del Espíritu Santo. "En ambos casos - reafirmó - está el Espíritu Santo que hace ver la verdad. Porque nosotros solos no podemos. Con nuestra inteligencia no podemos".
"Podemos estudiar toda la Historia de la Salvación, podemos estudiar toda la Teología - advirtió Francisco - pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace comprender la verdad o - usando las palabras de Jesús - es el Espíritu quien nos hace conocer la voz de Jesús": "Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen".
"El ir adelante de la Iglesia - dijo también el Obispo de Roma - es obra del Espíritu Santo", que nos hace escuchar la voz del Señor. "¿Y cómo puedo hacer - se preguntó el Papa - para tener la certeza de que aquella voz que siento es la voz de Jesús, que lo que siento que debo hacer es obra del Espíritu Santo?". Rezar, fue su respuesta:
"Sin oración no hay lugar para el Espíritu. Pedir a Dios que nos envíe este don:‘Señor, danos el Espíritu Santo para que podamos discernir en cada tiempo lo que debemos hacer', que no es siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: la Iglesia va adelante, la Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu Santo. Es necesario discernirlas, y para discernirlas es necesario rezar, pedir esta gracia. Bernabé estaba lleno del Espíritu Santo y lo entendió inmediatamente; Pedro vio y dijo: ‘Pero ¿quién soy yo para negar aquí el Bautismo?'. Es Él quien hace que no nos equivoquemos. ‘Pero, Padre, ¿para qué meterse en tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos más seguros...'"
Pero hacer como se ha hecho siempre - advirtió - es una alternativa "de muerte". Y exhortó a correr el riesgo, con la oración y con humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide, es decir "cambiar", porque "éste es el camino".
"El Señor nos ha dicho que si comemos su Cuerpo y bebemos su Sangre, tendremos vida. Ahora continuamos esta celebración, con esta palabra: ‘Señor, Tú que estás aquí con nosotros en la Eucaristía, Tú que estarás dentro de nosotros, danos la gracia del Espíritu Santo. Danos la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me dice que dé un paso hacia adelante'. Y en esta Misa, pidamos este coraje, este coraje apostólico de ser portadores de vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos".
El Éxtasis de Santa Teresa de Bernini
Todos los efectos de la escultura se encaminan a mostrar ese momento mágico en que Teresa alcanza una perfecta comunicación con Dios
Este grupo escultórico está ubicado en la Capilla Cornaro de la iglesia romana de Santa María de la Victoria. En realidad, es muy importante conocer su ubicación para comprender toda la valía artística de esta obra, en la que se alía la escultura, la pintura y la propia arquitectura de la capilla y de todo el templo en general.
Para empezar, porque hay un punto de vista principal para apreciarla, y ese es desde la nave de la iglesia, a cierta distancia, para poder apreciar todo el conjunto.
La escena como el propio nombre de la obra dice, representa el momento en el que Santa Teresa alcanza el éxtasis gracias a una perfecta comunicación con Dios. Se ve a la santa en un espacio irreal, sobre una nube, y allí arrodillada se le acerca un ángel que le lanza una flecha, que le va a atravesar el corazón, lo que simboliza el amor divino y la unión mística con la santa.
Ese momento es el clímax de la santa y la presencia divina se materializa en los rayos dorados que provenientes del cielo la iluminan. Son unos rayos materiales, pero también, si se visita la iglesia al atardecer se ve el efecto lumínico que buscó el autor, Gian Lorenzo Bernini. Porque tras la capilla, oculta hay una ventana con cristal amarillo, que por la tarde filtra la luz directa del sol, que ilumina directamente la figura blanca y resplandeciente de la santa.
Se trata de una composición muy barroca, muy teatral, ya que Bernini también tenía experiencia como escenógrafo y la aplicaba a sus obras escultóricas. Lo cual es muy común en el arte barroco, sobre todo en pintura, donde artistas como Caravaggio también planteaban muchos de sus cuadros como si fuera obras de teatro.
Pero no solo utiliza técnicas teatrales para la composición, sino que en esta escultura también se emplean los efectos pictóricos como por ejemplo en el cielo pintado sobre la bóveda de la capilla, así como la propia arquitectura, real o fingida, forma parte de la obra.
Todo el conjunto se sitúa en un profundo nicho, bajo un dosel que enmarca la escena, y a la que rodean las figuras de la familia Cornaro arrodilladas. Era muy importante que aparecieran estos personajes, ya que ellos pagaban las obras en esta capilla.
Para el escultor Bernini, en esta y en todas sus obras, era muy importante el asunto que representaba. Y en este caso es como alcanza Santa Teresa la gracia divina. Todos los efectos de la escultura se encaminan a mostrar ese momento mágico: los rayos, los efectos lumínicos, el blanco puro del mármol, el gesto extasiado de la santa, todo está pensado para crear la representación de algo sobrenatural y poético, como la misma Santa Teresa había escrito en sus versos místicos, o como también había escrito otro santo y poeta español: San Juan de la Cruz. Ambos poetas vivieron un siglo antes que Bernini, y su influencia literaria y mística fue muy importante durante todo el siglo XVII.
Evangelio según San Juan 12,44-50.
Jesús exclamó: "El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
Y el que me ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día. Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".
Orígenes (c.185-253), presbítero y teólogo
Homilías sobre el Génesis 1, 5-7 (SC 7)
“Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.”
Cristo es la luz del mundo (Jn 8,12) que ilumina a la Iglesia con su luz. Y como la luna recibe su luz del sol para que ella ilumine la noche, así la Iglesia, recibiendo la luz de Cristo ilumina a todos aquellos que se encuentran en la noche de la ignorancia... Cristo es, pues, la verdadera luz del mundo “que con su venida al mundo ilumina a todo hombre” (Jn 1,9), mientras que la Iglesia, recibiendo su luz, se hace luz del mundo, “iluminando a los que están en tinieblas” (cf Rm 2,19), según las palabras del Señor a sus discípulos: “Sois la luz del mundo.” (Mt 5,14) De ahí que Cristo es la luz de los apóstoles y los apóstoles, a su vez, son la luz del mundo.
Santa Catalina de Siena
Virgen y doctora de la Iglesia (1347-1380) Fue todo un prodigio de criatura. La penúltima de 25 hermanos. Hija del matrimonio formado por el dulce y bonachón Giacomo Benincasa, tintorero de pieles y de Lapa de Puccio dei Piangenti, mujer enérgica y trabajadora. Nació en Siena el 1347, el año anterior a la tristemente célebre Peste Negra que asoló a toda Europa.
Ella vendría a sanar grandes males que poco después se levantarían también en el seno de la Iglesia. A pesar de su corta vida y de no haber ocupado cargos de responsabilidad, parece casi increíble cómo una joven mujer de pueblo pudo realizar empresas tan grandes como le tenía reservadas el Señor. Aquella niña alegre, juguetona como correspondía a su edad, quedó prontamente truncada cuando siendo muy niña todavía, caminaba con su hermana y recibió una maravillosa visión del cielo: Veía a Jesús sentado en un rico trono y le acompañaban los Apóstoles San Pedro, San Pablo y San Juan...
Se entregó más a la oración, hacía todo mucho mejor que antes y de modo casi impropio de una jovencita de su edad. Parecía estar ensimismada y fuera de sí. Su madre para quitarle de la cabeza estas «manías», la pone al servicio de la criada de la casa. Catalina acepta gustosa esta nueva misión y se entrega de lleno a servir a los demás. Lo hace con gran cariño. Madre Lapa quiere que se aficione a la vida de sociedad y que piense en contraer matrimonio con un joven bueno y apuesto que ella le propone. Catalina no piensa así.
Ella se ha desposado ya secretamente con su Señor Jesucristo... Por fin el bueno y pacífico de su padre toma cartas en el asunto y dice: «Que nadie moleste a mi hija Catalina. Que ella sea quien tome la decisión de su futuro. Si ella quiere servir a Jesucristo que nadie se lo impida». Catalina ve abiertos los cielos y se hace terciaria dominica o Montelata como entonces se decía.
Oremos
Señor Dios nuestro, que diste a Santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de Cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Calendario de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de la Fe, Amiens, Francia.
¡Qué bueno caminar contigo!
Una leyenda africana cuenta que un granjero se encontró con un aguilucho recién nacido. Lo llevó a su granja y lo puso entre las gallinas, donde creció y se comportaba como ellas picoteando maíz y brincando. Un día el buen hombre pensó que un águila estaba destinada a vuelos mayores y decidió ponerla en libertad, pero el ave no se movía. Al fin la llevó a la cima de una montaña y allí la empujó, y entonces sí que voló, alcanzó gran altura y se perdió por el horizonte mientras sus alas brillaban al sol. Me parece una narración bonita aplicable a lo que podría ser la vocación, tema que propongo tratar en esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Sí, hemos de rezar por ellas y colaborar para que ninguna se frustre por falta de medios.
Surgirán las vocaciones, en cualquier parte del mundo, en el seno de las familias generosas, si se educa a los hijos en la importancia de no conformarse con volar corto, como hacía aquella águila, sino en volar alto, buscando el sol del amor a Dios que da calor a nuestro corazón y a todos los que tenemos alrededor.
El lema de la Jornada, que la Iglesia celebra cada cuarto Domingo de Pascua y que este año coincide con la Jornada de Vocaciones Nativas, es «¡Qué bueno caminar contigo!». Es una alusión a la alegría y paz interior que llega con la entrega, y a la idea de que la vocación no se consume en sí misma, sino que es para los demás. Caminar con otros, mostrarles en nuestras acciones y solidaridad el rostro amable de Dios.
La juventud es un periodo de la existencia en el que merece la pena proponerse metas altas. Actualmente hay la tendencia a pensar que no hay que asumir compromisos definitivos; mucha gente actúa como si la vida fuera una sucesión de contratos temporales. Rehúyen comprometerse incluso en el matrimonio, para toda la vida, o tienen miedo de entregarse a Dios como sacerdotes o religiosos por si después no fueran suficientemente felices.
El compromiso y la fidelidad son, en cambio, y tenemos muchas experiencias de nuestros mayores, lo mejor que a un hombre o a una mujer les ha ocurrido. Si confiamos nuestros planes a Dios, evitaremos el fracaso que muchas veces procede del cálculo egoísta. Nuestra alegría está asegurada si confiamos nuestras vidas a Dios, y con ella, la de muchas personas a nuestro alrededor.
Presencia de Dios: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». La señal de la cruz hecho externamente con lentitud y respeto, o sólo recitado internamente al ritmo de la respiración, me sitúa ante Aquel que es fuente de mi vida.
Libertad: Señor, hazme el don de la libertad, de la libertad auténtica, hecha de sabiduría.
Conciencia: «Orar es entrar en esta Presencia de Jesús, dejar que él nazca en mí. Por la liturgia me siento encaminada hacia la oración silenciosa, contemplativa, en medio de la jornada en el trabajo, las relaciones, las cosas, yo misma »(C. Kauffmann).
Palabra de Dios: Mateo 11,25-30 En aquel tiempo, Jesús dijo:- Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado a la gente sencilla que has escondido a los sabios y entendidos. Sí, Padre, así te ha parecido hacerlo. El Padre lo ha puesto todo en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Mi yugo y hágase aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Hoy celebramos Santa Catalina de Siena, patrona de Europa, una sencilla mujer, que fue religiosa dominicana y que fue referente de la renovación de la Iglesia por su humildad, sencillez, piedad y valentía. Es por eso que el evangelio de hoy nos recuerda la acción de gracias que hizo Jesús al Padre por la revelación que comunica a los humildes, y también la invitación que el Señor nos hace para ir a Él en nuestras tribulaciones. Si nos centramos en nuestro viejo continente, del Norte al Sur y del Este al Oeste también encontramos, sin examinarlo masa, una gran cantidad de sufrimientos y tribulaciones. Somos invitados a orar por todos los que sufren, en especial para todos aquellos y aquellas que son víctimas de un sistema y de unas leyes que discriminan y hasta maltratan a los más débiles, y aquellos que no han tenido las oportunidades que como humanos los garantizan los derechos humanos. Reuniones, encuentros, discursos, largos parlamentos, convenios, ... todos los que se quieran y generalmente en el marco de buenas palabras y apretones de manos. Pero Santa Catalina nos recuerda que es la humildad del corazón, la sencillez, la profundidad y el amor fraternal lo que a la hora de verdad puede ser decisivo. Marginando estas actitudes interiores ya podemos hablar, suscribir tratados e ir manteniendo una charla interminable, que no nos pondremos de acuerdo. A nuestro nivel de hoy, los que estamos en estos momentos en oración, hacemos un propósito de responder y actuar con estas virtudes evangélicas, que hemos aprendido del Maestro y de muchos de sus discípulos, como aquella religiosa que ayudó eficazmente la Iglesia en unos momentos de grandes tribulaciones.
Conversación: Diálogo con Jesús, sin prisas, encomendándole las dudas y esperanzas para el curso que acaba de empezar.
Conclusión: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Yo hablo como el Padre me lo ha dicho
Juan 12, 44-50. Pascua. Ver a Jesús, es tener la luz que ilumina el camino en nuestro peregrinar al cielo.
Oración introductoria
Jesús quiero creer Señor, pero ayuda mi incredulidad. Quiero ver con ojos de fe. Tú, ayuda mi vista. Haz Señor que, puesto a tu escucha, más te sienta, más te guste, más te experimente en la oración. Tu rostro busco, Señor. ¡Enséñame a buscarte…Muéstrame tu Rostro! Porque, si Tú no me lo muestras, no puedo buscarte. No puedo encontrarte si Tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, Te desearé buscándote. Amándote Te encontraré, encontrándote Te amaré. (Cf. San Anselmo)
Petición
Jesús, muéstrate a mí en la sabia elocuencia de las cosas. Que sepa ver la huella de tus pasos en mi vida.
Meditación del Papa Francisco
Este es el camino de la historia del hombre: un camino para encontrar a Jesucristo, el Redentor, que da la vida por amor. En efecto, Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él. Este árbol de la Cruz nos salva, a todos nosotros, de las consecuencias de ese otro árbol, donde comenzó la autosuficiencia, el orgullo, la soberbia de querer conocer –nosotros-, todo, según nuestra mentalidad, de acuerdo con nuestros criterios, incluso de acuerdo a la presunción de ser y de llegar a ser los únicos jueces del mundo. Esta es la historia del hombre: desde un árbol a otro.
En la cruz está también la historia de Dios, para que podamos decir que Dios tiene una historia. Es un hecho que Dios ha querido asumir nuestra historia y caminar con nosotros: se ha abajado haciéndose hombre, mientras nosotros queremos alzarnos, y tomó la condición de siervo, haciéndose obediente hasta la muerte en la Cruz, para levantarnos: ¡Dios hace este camino por amor! No hay otra explicación: solo el amor hace estas cosas. Hoy miramos la Cruz, historia del hombre e historia de Dios. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 14 de septiembre de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
La oración es el reconocimiento explícito de nuestra dependencia de Dios. Acudimos a Él porque lo necesitamos, porque nos es indispensable confíale a alguien, que además es omnipotente, nuestras alegrías, tristezas y proyectos. Ver a Jesús, es tener la luz que ilumina el camino en nuestro peregrinar al cielo. Oramos porque creemos. Y creer así, ya es confiar. Como sucede en las relaciones humanas, confiamos en aquellos que queremos y sabemos que nos quieren. Con Dios, que nos ama con locura, hasta entregar a su propio Hijo, ¿tendría que ser diverso?
Propósito
Hacer un acto de confianza en Dios, poniendo en la oración las intenciones más profundas del corazón. Diálogo con Cristo
Enséñame, buen Jesús, a pedir lo que conviene. A no pedir para mí, sino para los hombres, mis hermanos. Enséñame a confiar en ti. Convénceme de que nada me puede pasar sin tu disposición. Y cuando el dolor toque a la puerta de mi vida, que me acuerde de ti, Señor, para obtener la fuerza en el camino que sólo tu puedas dar. Cuando los hombres me olviden, sepa, Señor, que siempre puedo acudir porque Tu eres mi Padre, mi hermano. Fiel compañero en el duro, pero hermoso camino al cielo.
No nos cansemos de orar. La confianza hace milagros. Santa Teresita del Niño Jesús
¡Cristo está vivo! No lo dejes en el sepulcro
Para muchos Cristo ha perdido su actualidad, no tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy.
La memoria del hombre no es infalible. Existe la famosa curva del olvido: después de aprender algo, poco a poco el tiempo lo oscurece y confunde y quizá hasta lo borra.
Algo así parece que ha pasado con la imagen de Cristo. Ha sufrido esa misma curva del olvido. Muchos hombres aún distinguen una imagen más o menos clara de Cristo aunque algo desfigurada. Otros la ven ya un poco borrosa. Algunos la han perdido. Hoy Cristo nos pregunta la opinión que de Él tiene el mundo como aquel día preguntó a sus discípulos en Cesarea de Filipo: ¿Quién dice la muchedumbre que soy yo?
También nosotros tendríamos que responderle: "los hombres dicen que eres Elías o uno de los antiguos profetas". Hablan de Cristo como si se tratara de un monumento histórico o de un personaje legendario. Para muchos hombres Cristo ha perdido su actualidad. No ejerce atractivo en el mundo. Su doctrina ha pasado de moda. No tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy.
Otros comparan a Cristo con Juan el Bautista. Lo creen demasiado sobrio y difícil, demasiado austero.
Les parece demasiado exigente y su doctrina muy pesada para los hombres de hoy. O quizá ellos son demasiado cómodos y buscan llegar a la cima sin moverse ni sudar. Ciertamente reconocen la validez de su doctrina pero no se animan a hacerla propia.
Preferirían alcanzar a Cristo más fácilmente. Ser virtuosos, pero sin esfuerzo. Desearían que Cristo no hubiera hablado de cruz, que se hubiera limitado a contarles esas cosas tan bonitas del cielo, del banquete, de los lirios del campo...
En cambio, Pedro exclama, jubiloso, su experiencia de Cristo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
No sabe bien todavía cómo ha llegado a esa conclusión pero su corazón asiente a lo que acaba de decir. Al inicio él había seguido a Cristo atraído por su liderazgo, su personalidad. El rostro de Cristo irradiaba alegría y atractivo. Nadie como Él de íntegro: buscaban prenderlo pero no encontraban falta alguna en él. Ninguno tan recio y varonil y, al mismo tiempo, tan cariñoso con los niños y bondadoso con los enfermos y pecadores. Sabía apreciar mejor que nadie la belleza de una flor, del lago, del cielo...
Después Jesús había confirmado su fe incipiente con imponentes milagros, le había enseñado, orientado... incluso le había corregido varias veces. También le había puesto a prueba alguna vez, pero su amistad se había mantenido firme: "Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68).
Y ahora que Jesús se enfrenta con la hostilidad y el rechazo y ha tenido que abandonar Jerusalén, él le vuelve a reiterar su fe y su adhesión. Pero en esta ocasión, sus palabras denotan ya mayor profundidad y emoción: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
Tres experiencias de Cristo. Tres fotos. Pero válida sólo la que sacó Pedro. Los otros se la sacaron a un fantasma, no al Cristo auténtico.
Cristo está vivo. No luchamos por una figura histórica solamente. Como hace veinte siglos, Él es motivo de amor y de odio. Contra Él chocan las olas de la humanidad y en Él se dividen las vidas de los hombres.
El Papa en la audiencia: ¿por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse"
Fecha: 29 de Abril de 2015
El santo padre Francisco ha estado acompañado por dos invitados de honor en el papamóvil esta mañana. Un joven con síndrome de down y un monaguillo han seguido desde el jeep descubierto todo el recorrido por la plaza mientras el Papa saludaba a los fieles venidos de todas las partes del mundo para participar en la audiencia general.
Gracias a que la intensa lluvia que estos días ha sido protagonista en Roma ha cesado hoy, los peregrinos han podido disfrutar más la mañana de este miércoles en compañía del Pontífice. Como es habitual, durante el recorrido previo a la catequesis, Francisco ha bendecido a los más pequeños que le acercaban hasta el papamóvil y ha saludado e intercambiado algunas palabras con los fieles de las primeras filas.
Esta semana, el Santo Padre ha proseguido con las catequesis sobre la familia, y en concreto hoy sobre el matrimonio.
En el resumen hecho en español, Francisco ha indicado: “Queridos hermanos y hermanas: La presencia de Jesús en las bodas de Caná nos revela de modo nuevo la bondad y dignidad del matrimonio a los ojos de Dios”. Se trata --ha añadido-- de un mensaje cuya vigencia es más actual que nunca, precisamente en estos momentos en que en tantos países aumentan las separaciones y desciende el número de matrimonios. Debemos reflexionar seriamente para comprender por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse, a pesar de que casi todos desean una seguridad afectiva estable y un matrimonio sólido. Asimismo, ha recordado que “junto a otras causas, hay un miedo a equivocarse y fracasar que impide confiar en la gracia que Cristo ha prometido a la unión conyugal.
El matrimonio consagrado por Dios protege esa unión entre el hombre y la mujer, que el mismo Dios ha bendecido desde la creación del mundo, y que es fuente de paz y de bien para las personas y para la sociedad”. Finalmente, el Papa ha recordado que “los esposos que se casan en el Señor se transforman así en un signo eficaz del amor de Dios en el mundo. El mejor modo de mostrar al mundo de hoy la belleza y la bondad del matrimonio es el testimonio de vida de los mismos esposos y de la familia”.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular “a los grupos provenientes de España, Argentina, México, Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, Chile y otros países latinoamericanos”. De este modo, Francisco ha invitado a pedir a la Virgen María “que interceda por todos los esposos, especialmente por los que pasan por dificultades, para que vivan su matrimonio como un signo eficaz del amor de Dios. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.
Al concluir los saludos en todas las lenguas, el Papa ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. El Santo Padre ha recordado que hoy celebramos la fiesta de santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa. Por eso ha pedido que “su existencia haga comprender” a los jóvenes, “el significado de la vida vivida para Dios. Igualmente ha pedido que la fe inquebrantable de la santa ayude a los enfermos “a confiar en el Señor en los momentos de desconsuelo”. Y finalmente ha pedido que “su fuerza con los poderosos” indique a los recién casados los “valores que verdaderamente cuentan en la vida familiar.