“En la orilla… se recoge lo que es bueno”

Papa Francisco: "El Rosario es la oración de mi corazón"

Unas líneas escritas por el Papa confirman su vinculación con esta oración mariana

ELISABETH DE BAUDOÜIN

© ALESSIA GIULIANI/CPP

“El Rosario es la oración que acompaña todo el tiempo mi vida. Es también la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”. Con estas palabras, el Papa Francisco prologó el libro El Rosario, oración del corazón (Il Rosario Preghiera del Cuore) escrito por el padre Yoannis Lahzi Gaid, un sacerdote copto de rito católico que, desde hace unos meses, forma parte de su secretariado particular.
 
Datado el 13 de mayo de 2014, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, el prólogo ha sido escrito por el mismo Santo Padre.
 
El libro del padre Yoannis salió en lengua árabe y en unos pocos años, aunque los coptos representan una pequeña comunidad, ya se han difundido más de 130.000 ejemplares.
 
Acaba de ser reeditado en italiano, no sólo prologado por el Papa, sino enriquecido con algunos pasajes de sus discursos sobre María y con otros de sus predecesores. La peculiaridad de este librito es que permite rezar el rosario teniendo en cuenta las tradiciones oriental y occidental.
 
El rosario me ayuda a relajarme
 
Ya se sabe cómo quiere el Papa a María. Su vinculación con el Rosario no es ningún secreto: el pasado mes de marzo, con motivo del primer aniversario de su pontificado, monseñor Alfred Xuereb, entonces su secretario personal, hablaba de ello ante los micrófonos de Radio Vaticano.
 
“¡El Papa no pierde un minuto! Trabaja incansablemente –explicó-. Y cuando necesita hacer una pequeña pausa, no cierra sus ojos sin hacer nada: se sienta y reza su rosario. Creo que reza tres al día. Él me ha dicho: “Esto me ayuda a relajarme”. Después retoma el trabajo”.

- ALETEIA

Evangelio según San Mateo 13,47-53. 

Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. 

Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. 

Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. 

¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. 

Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo". 

Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia 
Comentario sobre el salmo 95, 14-15

“En la orilla… se recoge lo que es bueno”

“Regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad” (Sl 95,13). ¿Qué significan esta justicia y esta fidelidad? En el momento de juzgar reunirá junto a sí a sus elegidos (Mc 13,27) y apartará de sí a los demás, ya que pondrá a unos a la derecha y a otros a la izquierda (Mt 25,33). ¿Qué más justo y equitativo que no esperen misericordia del juez aquellos que no quisieron practicar la misericordia antes de la venida del juez? En cambio, los que se esforzaron en practicar la misericordia serán juzgados con misericordia (Lc 6,37). Dirá, en efecto, a los de su derecha: “Venid, vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. Y les tendrá en cuenta sus obras de misericordia: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed, y me disteis de beber”, y lo que sigue (Mt 25,31s)…

¿Acaso, porque tú eres injusto, el juez no será justo? O, ¿porque tú eres mendaz, no será veraz el que es la verdad en persona? Pero, si quieres alcanzar misericordia, sé tú misericordioso antes de que venga: perdona los agravios recibidos, da de lo que te sobra… Y si dieras de lo tuyo, sería generosidad, pero porque das de lo suyo es devolución.  ¿Tienes algo que no hayas recibido? (1C 4,7). Éstas son las víctimas agradables a Dios: la misericordia, la humildad, la alabanza, la paz, la caridad. Si se las presentamos, entonces podremos esperar seguros la venida del juez que “regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad”.

Oración introductoria
Jesús gracias por permitirme este encuentro contigo. Me pongo delante de Ti para presentarte mis debilidades, preocupaciones y también aquello que no me agrada, así como mis alegrías, triunfos e ilusiones. Me pongo en tus manos y te pido la fortaleza necesaria para perseverar en el amor a Ti.

Petición
Jesús permíteme comprender el fin de la vocación en mi vida para que pueda hacer sólo lo que te agrada.

Meditación del Papa S Juan Pablo II
La parábola de la cizaña en medio del trigo y la de la red para pescar se refieren, sobre todo, a la presencia, ya operante, de la salvación de Dios.

Pero, junto a los “hijos del reino”, se hallan también los “hijos del maligno”, los que realizan la iniquidad: sólo al final de la historia serán destruidas las potencias del mal, y quien hay cogido el reino estará para siempre con el Señor. Finalmente, las parábolas del tesoro escondido y de la perla preciosa, expresan el valor supremo y absoluto del reino de Dios: quien lo percibe, está dispuesto a afrontar cualquier sacrificio y renuncia para entrar en él.

De la enseñanza de Jesús nace una riqueza muy iluminadora. El reino de Dios, en su plena y total realización, es ciertamente futuro, “debe venir”; la oración del Padrenuestro enseña a pedir su venida: “Venga a nosotros tu reino”.

Pero al mismo tiempo, Jesús afirma que el reino de Dios “ya ha venido”, “está dentro de vosotros” mediante la predicación y las obras, de Jesús. Por otra parte, de todo el Nuevo Testamento se deduce que la Iglesia, fundada por Jesús, es el lugar donde la realeza de Dios se hace presente, en Cristo, como don de salvación en la fe, de vida nueva en el Espíritu, de comunión en la caridad.» (San Juan Pablo II, Audiencia, 18 de marzo de 1987).

Reflexión
Este evangelio nos presenta la realidad a la que algún día nos enfrentaremos, solo Dios sabe cuándo. Es por eso una nueva invitación para estar en vigilancia y oración. Cada momento en nuestra vida tenemos la oportunidad de elegir entre lo bueno y lo malo, entre el bien y el pecado. Cristo quiere que nos demos cuenta de esta realidad y que valoremos el gran premio para la eternidad. Ciertamente no es nada fácil mantenerse en vigilancia porque por todos lados estamos rodeados de tentaciones, pero nos preservaremos en la medida que esa fe en Jesús se haga realidad constantemente a través de un pensamiento, una jaculatoria, una renuncia por amor, una conquista ofrecida...

Como cristianos estamos llamados a ayudar a nuestros hermanos a llegar al cielo. El apóstol es una moneda de dos caras: por un lado está la oración y por otro el apostolado; no existen los santos egoístas. Vivo mi vocación en el trabajo, en la familia, con los amigos, ese es mi apostolado y también la manera de estar en vigilancia. Si quiero el cielo para mí, debo quererlo también para todos aquellos que me rodean.

Propósito 
Hoy leeré un capítulo del Evangelio, lo meditaré y comentaré con alguien.

Oración final 
Nuevamente te agradezco Jesús por este rato de diálogo contigo. Sé que la misión es ardua y por eso hoy te quiero ofrecer el esfuerzo que me pueda suponer el ayudar a los demás a conocerte. María en tus manos encomiendo mi apostolado de este día.

El cristianismo tiene mucho que ofrecer en el ámbito práctico y moral, pues el Evangelio nunca deja de inspirar a hombres y mujeres a ponerse al servicio de sus hermanos y hermanas. Pocos podrían negarlo. Sin embargo, quienes fijan la mirada en Jesús de Nazaret con ojos de fe saben que Dios ofrece una realidad más profunda y, sin embargo, inseparable de la "economía" de la caridad operante en este mundo: él ofrece la salvación. (Benedicto XVI, Discurso del 28 de septiembre del 2009)

 

Pedro Crisólogo, Santo

Doctor de la Iglesia, 30 de julio

Por: . | Fuente: ACI Prensa 

Martirologio Romano: San Pedro, Crisólogo de sobrenombre, obispo de Ravena y doctor de la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol, desempeñó su oficio tan perfectamente que consiguió capturar a multitudes en la red de su celestial doctrina, saciándolas con la dulzura de su palabra. Su tránsito tuvo lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de la Emilia Romagna (c. 450).

San Pedro, quien fue uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Imola, Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios. 

San Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno. 

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar. 

A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII. 

Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.  

El Padre Pío salió al rescate de tres sacerdotes: el gordo roncador, el escrupuloso y el atrevido

El Padre Pío con el Padre Eusebio Notte, uno de sus más fieles amigos.

C.L. / ReL3 noviembre 2013

El Padre Pío (1887-1968) no fue sólo un santo popular por los estigmas y por los milagros, que atrajeron a millones de personas hasta el convento de San Giovanni Rotondo. Es también un modelo de vida sacerdotal, pues evidenció la eficacia del apostolado de los sacramentos: la misa -cuya esencia de sacrificio expiatorio era tanto más patente si la celebraba alguien con las llagas de Cristo- y la confesión, a la que consagró prácticamente en exclusiva toda su existencia.

Por eso los sacerdotes figuraban entre sus hijos predilectos, y no dejó de distinguirles con su ayuda en momentos de dificultad.

Trepar por el cristal
Dificultad espiritual, como la del padre Pasquale Cattaneo, quien recibió permiso de sus superiores para acudir a confesarse con aquel capuchino natural de Pietrelcina a quien todos consideraban ya santo. Durante el viaje en autobús preparó a fondo el examen de conciencia, para que, llegado el momento, no quedase un solo rincón de su alma sin exponer al juicio del buen fraile. E hizo nuevos propósitos de enmienda.

Pero al acercarse a su destino, algún escrúpulo debió asaltarle, que pensó con desánimo: "¡La vida espiritual... es como intentar escalar por el cristal!".

Llegó a San Giovanni Rotondo, avisó de que había venido para confesar con el Padre Pío, y esperó su turno. Cuando llegó el momento, se arrodilló ante el santo y empezó a desgranar lo que había preparado. Terminó, recibió la absolución, y se levantó feliz, porque había sido capaz de hacer una confesión sincera. Se volvió entonces para despedirle y entonces el Padre Pío le miró, le sonrió y con ojos cómplices le dijo: "Así que la vida espiritual es como escalar por el cristal, ¿eh?".

El padre Cattaneo contó esta historia, que corrobora algo que cientos de personas vivieron: el don de conocimiento de almas que tenía San Pío de Pietrelcina, y que sorprendía con frecuencia a los fieles, para bien -como en este caso, en que la confesión fue buena- o para mal -como en tantas ocasiones en que preguntó a los penitentes por pecados que le habían ocultado, voluntaria o involuntariamente-.

Clamar ante el abismo
Pero el Padre Pío también ayudaba materialmente a quien se lo pedía en la necesidad. Como al padre Valentino, un capuchino de San Marco in Lamis, hijo espiritual suyo.

Durante la ocupación alemana de Italia en la Segunda Guerra Mundial, fray Valentino quedó en la Emilia Romagna, separado de su familia, originaria de la Puglia, por el frente de guerra. Tanto les echaba de menos y tanto le preocupaba su situación, que decidió ir al Sur a verles.

Para pasar a la zona controlada por los aliados contactó con grupos partisanos que luchaban contra los nazis, y le informaron de un paso montañoso, aunque advirtiéndole de su extremado peligro, y más con el frío invierno en el que estaban. Pero el atrevido padre Valentino pensó que era "ahora o nunca", se encomendó a su amigo y director espiritual el Padre Pío, y se unió a un grupo de gente en su misma situación para cruzar el frente por el lugar indicado.

Llegaron a un sendero muy estrecho y cubierto por la nieve, que discurría junto a un talud que desembocaba en un precipicio. Mientras lo descendía a duras penas, el fraile pisó en el lugar equivocado y se cayó, empezando a descender sin remedio hacia el abismo.

Empezó entonces a gritar desaforadamente "¡Ayúdame, Padre Pío, ayúdame!". Y justo en ese momento un arbusto detuvo su caída y le salvó la vida. Sus compañeros le ayudaron a subir de nuevo.

Llegaron a su destino, y días después el padre Valentino quiso ir a San Giovanni Rotondo a visitar al Padre Pío. En cuanto éste le vio, le dijo, antes de que hubiesen podido hablar: "¡Cuántas voces me diste el otro día! ¡Cuántas voces!". Y luego el santo se acercó a él, le abrazó y le dijo: "Vamos a dar juntos gracias a Dios".

Una escena cómica
Nada dramática, y más bien como salida de una película de humor, fue la escena que vivió el padre Nello Masini, un sacerdote de San Leonardo Murialdo que había conocido al Padre Pío en 1950 y se había convertido también en uno de sus hijos espirituales.

Un verano acudió con otros sacerdotes al Véneto para un retiro espiritual. Don Nello era un hombre rechoncho y jovial muy querido por sus compañeros, pero... a causa de su obesidad sus ronquidos nocturnos eran literalmente insoportables y no dejaban dormir a nadie. Así que convinieron en que durmiese él solo en una habitación al final de un largo pasillo.

Una noche el padre Nello se levantó para ir al baño que tenía al lado, pero la puerta se le cerró con tal fuerza que el pestillo se atrancó. Cuando quiso salir, comprobó que estaba atrapado. Empezó a llamar a voces a alguien, pero... ¿cómo iban a oírle, si le habían aislado justo para eso?

Como no estaba dispuesto a pasarse la noche en el retrete, decidió subirse a la taza para intentar salir por el estrecho ventanuco que daba al tejado. El plan era pasar desde allí a alguna habitación que tuviese la ventana abierta. Cuando intentó pasar sus 120 kilos por ese agujero... sucedió lo que tenía que suceder: se atrancó en él.

Tras denonados e inútiles esfuerzos por arrancarse de allí, ni p´alante ni p´atrás, se aferró al último recurso, y empezó a pensar en el Padre Pío y a rezar. Y de pronto, sin saber cómo, se vio en el tejado. Asombrado del hecho, pero dispuesto a aprovecharlo, bajo con cuidado hasta que encontró una ventana abierta de un pasillo, que le llevó hasta su dormitorio.

Meses después viajó hasta San Giovanni Rotondo a ver a su director espiritual, y se lo encontró en la terraza donde se sentaba, ya mayor, a hacer sus oraciones vespertinas al concluir la jornada. Se aproximó para besarle la mano, y en cuanto el Padre Pío le vio, le dijo: "¡Don Nello, Don Nello! ¡Aquella noche en el tejado...!".

* * *

Ya saben, pues, los sacerdotes a quién acudir en la tribulación espiritual, ante el peligro físico o cuando se vean atorados en algún infernal ventanuco. Ahora desde el cielo, como antes desde su celda, el Padre Pío echará siempre una mano.

(Estos testimonios, prestados por los interesados a la causa de canonización de San Pío de Pietrelcina, están tomados del libro Il Padre. San Pio da Pietrelcina del padre Marcellino Iasenzaniro, tal como los recoge el blog Mystics of the Church.)

- Religión en Libertad

PAXTV.ORG