Más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena
- 27 Septiembre 2015
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Son amigos, no adversarios
A pesar de los esfuerzos de Jesús por enseñarles a vivir como él, al servicio del reino de Dios, haciendo la vida de las personas más humana, más digna y dichosa, los discípulos no terminan de entender el Espíritu que lo anima, su amor grande a los más necesitados y la orientación profunda de su vida.
El relato de Marcos es muy iluminador. Los discípulos informan a Jesús de un hecho que les ha molestado mucho. Han visto a un desconocido «expulsando demonios». Está actuando «en nombre de Jesús» y en su misma línea: se dedica a liberar a las personas del mal que les impide vivir de manera humana y en paz. Sin embargo, a los discípulos no les gusta su trabajo liberador. No piensan en la alegría de los que son curados por aquel hombre. Su actuación les parece una intrusión que hay que cortar.
Le exponen a Jesús su reacción: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros». Aquel extraño no debe seguir curando porque no es miembro del grupo. No les preocupa la salud de la gente, sino su prestigio de grupo. Pretenden monopolizar la acción salvadora de Jesús: nadie debe curar en su nombre si no se adhiere al grupo. Jesús reprueba la actitud de sus discípulos y se coloca en una lógica radicalmente diferente. Él ve las cosas de otra manera. Lo primero y más importante no es el crecimiento de aquel pequeño grupo, sino que la salvación de Dios llegue a todo ser humano, incluso por medio de personas que no pertenecen al grupo: «el que no está contra nosotros, está a favor nuestro». El que hace presente en el mundo la fuerza curadora y liberadora de Jesús está a favor de su grupo. Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Este es el Espíritu que ha de animar siempre a sus verdaderos seguidores. Fuera de la Iglesia católica, hay en el mundo un número incontable de hombres y mujeres que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.
26 Tiempo Ordinario – B (Marcos 9,38-43.45.47-48) José Antonio Pagola
XXVI DOMINGO EL AMIGO DEL ALMA (Núm 11, 25-29; Sal 18; Sant 5, 1-6; Mc 9, 38-43, 45. 47-48)
Dios hizo al hombre a imagen suya, del polvo del suelo y del aliento divino. Todo ser humano guarda en su interior la semejanza con su Creador. Por el bautismo, se nos regala el don del Espíritu, que nos permite invocar a nuestro Hacedor como Padre. El Espíritu del Señor se derrama sobre el corazón de los fieles con el don de Sabiduría, y va haciendo Amigos de Dios y profetas. De muchas maneras se manifiesta en las criaturas la fuerza de lo alto, en algunos casos con dones especiales. Una prueba de que el don es del Espíritu es si se manifiesta con humildad. De aquí la oración del salmista: “Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine” (Sal 18). Porque cabe el riesgo de engreírse por los dones que no vienen de nosotros, sino que nos los ha dado Dios para servicio de los demás.
Las lecturas de este domingo nos sorprenden con la revelación de la acción del Espíritu, no solo sobre quienes oficialmente se presentan como ministros ordenados, sino sobre el pueblo de Dios, y no solo sobre quienes están bautizados, sino sobre todas las personas de buena voluntad. Jesús, dice a los apóstoles ante su alarma al enterarse de que personas que no son del grupo de los discípulos oficialmente manifiestan dones especiales: -«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9, 38-43). Algo semejante sucedió en tiempo de Moisés, cuando reposó el Espíritu de profecía sobre los que estaban en la tienda del encuentro, y también sobre quienes no estaban. Alguno pensaba que eso no debía consentirse, pero Moisés respondió: -«¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!» (Núm 11, 27-29). Demasiadas veces quienes pertenecemos a la Iglesia podemos reaccionar a la manera de los discípulos, como si tuviéramos el monopolio del Espíritu. En los tiempos apostólicos, san Pedro se sorprendió de que personas no bautizadas actuasen sin embargo movidas por el Espíritu Santo. Curiosamente, cuando Israel estuvo deportado y vivió el exilio de Babilona, fueron reyes paganos los que decidieron restaurar el templo de Jerusalén y posibilitar el retorno de los israelitas. Por la enseñanza que hoy nos ofrece el mensaje revelado, debemos abrirnos a la esperanza, porque la Iglesia la dirige el Espíritu del Señor. El axioma evangélico: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”, nos debe infundir ánimo, porque hay muchas personas de buena voluntad, generosas, serviciales, solidarias, buenas, que manifiestan, aunque no lo sepan, la presencia del Espíritu en ellas.
Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48.
Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena,
donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
San Clemente de Roma, papa del año 90 a 100 aproximadamente Carta a los Corintios 7- 9
“La gracia de la conversión”.
Fijemos con atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuán preciosa ha sido a los ojos de Dios su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó la gracia de la conversión para todo el mundo. Recorramos todos los tiempos y aprenderemos cómo el Maestro, de generación en generación,“concedió un tiempo de conversión”(Si 17,24) a todos los que deseaban convertirse a él. Noé predicó la conversión, y los que le escucharon se salvaron. Jonás anunció a los ninivitas la destrucción de su ciudad, y ellos, arrepentidos de sus pecados, pidieron perdón a Dios y, a fuerza de súplicas, alcanzaron la indulgencia, a pesar de no ser del pueblo elegido. Los ministros de la gracia de Dios inspirados por el Espíritu Santo, hablaron de la conversión. El Maestro del universo habló también con juramento: “Por mi vida, oráculo del Señor, yo no quiero la muerte del pecador sino que se convierta” (Ez 18,23). Y añade aquella sentencia llena de bondad: “Convertios a mí, casa de Israel, de vuestra inquietud. Di a los hijos de mi pueblo: Aunque vuestros pecados lleguen hasta el cielo, aunque sean como la púrpura y rojos como escarlata, si os convertís a mí de todo corazón y decís “Padre”, os escucharé como a mi pueblo santo” Queriendo, pues el Señor, que todos los que él ama tengan parte en la conversión, lo confirmó con su omnipotente voluntad. Obedezcamos, por tanto, a su magnifico y glorioso designio, e implorando con súplicas su misericordia y benignidad recurramos a su benevolencia y convirtámonos, dejadas a un lado las vanas obras, las contiendas y la envidia, que conduce a la muerte.
San Vicente de Paúl
San Vicente de Paúl, presbítero y fundador
Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero, que, lleno de espíritu sacerdotal, vivió entregado en París, en Francia, al servicio de los pobres, viendo el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad.
Aun en los períodos de mayor decadencia religiosa, cuando los hombres parecen haber olvidado totalmente el Evangelio, Dios se encarga de que surjan en la cristiandad ministros fieles, capaces de reavivar la caridad en el corazón de los hombres. San Vicente de Paul fue uno de esos instrumentos de la Providencia. Sus padres poseían una pequeña granja en Pouy, aldea vecina a Dax, en la Gascuña. Allí nació Vicente, el tercero de cuatro hermanos. Ante la inteligencia y la inclinación al estudio de que Vicente daba muestras, su padre le confió a los franciscanos recoletos de Dax para que le educasen. Vicente terminó sus estudios en la Universidad de Toulouse y, en 1600, a los veinte años de edad, recibió la ordenación sacerdotal. Lo poco que sabemos sobre la juventud de Vicente no hacía prever la fama de santidad que alcanzaría en el futuro. Se dice que hizo un viaje a Marsella, qnc estuvo prisionero en Túnez y que logró escapar en forma muy novelesca. Pero estos sucesos han sido tan controvertidos y plantean tantos problemas, que lo mejor que podemos hacer es ignorarlos.
El propio san Vicente cuenta que, en aquella época, lo único que le preocupaba era hacer carrera. Logró obtener el puesto de capellán de la reina Margarita de Valois, al que estaban anexas las rentas de una pequeña abadía, según la reprobable costumbre de aquel tiempo. Vivía en París con un amigo, cuando ocurrió un suceso que iba a cambiar su vida. El amigo con quien compartía sus habitaciones, le acusó de haberle robado cuatrocientas coronas y como todos los indicios estaban en contra de Vicente, empezó a esparcir entre sus conocidos el rumor de que su compañero era un ladrón. Vicente se contentó con negar el hecho diciendo: «Dios sabe la verdad». Seis meses más tarde, cuando Vicente había soportado la difamación con increíble paciencia, el verdadero ladrón confesó su fechoría. San Vicente relató más tarde el suceso en una conferencia espiritual a sus sacerdotes (pero habló en tercera persona), para hacerles comprender que la paciencia, el silencio y la resignación son la mejor defensa de la inocencia y el medio más apto para santificarse gracias a la calumnia y la persecución.
Vicente conoció en París a un virtuoso sacerdote, Pedro de Bérulle, quien sería más tarde cardenal. Bérulle, que Ie profesaba gran estimación, consiguió que aceptase el cargo de tutor de los hijos de Felipe de Gondi, conde de Joigny. La condesa le eligió como confesor y director espiritual. En 1617, cuando la familia se hallaba en la casa de veraneo en Folleville, Vicente acudió a confesar a un campesino gravemente enfermo. Como el mismo penitente relató más tarde a la condesa y a otras personas, todas sus confesiones anteriores habían sido sacrílegas y debía su salvación a la bondad de san Vicente. La condesa quedó horrorizada al oír hablar de tales sacrilegios. La señora de Gondi era una buena mujer que, en vez de encastillarse en la ilusión de orgullo, por la que tantos amos se desentienden del cuidado de sus criados, comprendía que estaba ligada a sus servidores por los lazos de la justicia y de la caridad, que la obligaban a velar por el bien espiritual de su servidumbre. Las buenas inclinaciones de la condesa ayudaron también a san Vicente a caer en la cuenta del abandono religioso en que vivían los campesinos de Francia, de suerte que la condesa le convenció fácilmente para que predicase en la iglesia de Folleville e instruyese al pueblo sobre la confesión. Tras los primeros sermones, fue tan grande la multitud de los que acudieron a hacer su confesión general, que Vicente tuvo que pedir ayuda a los jesuitas de Amiens.
Ese mismo año de 1617, por consejo del P. Bérulle, Vicente renunció al cargo de tutor para encargarse de la parroquia de Chatillon-les-Dombes. En el desempeño de ese puesto consiguió la conversión del conde de Rougemont y otros personajes que llevaban una vida escandalosa. Pero al poco tiempo retornó a París y empezó a trabajar con los galeotes de la Conciérgerie. Fue nombrado oficialmente capellán de los galeotes (de los que estaba encargado el general Felipe de Gondi), y su primer cuidado consistió en predicar una misión en Burdeos, en 1622. Por entonces, comenzó a circular la leyenda -cuya veracidad no ha sido probada- de que Vicente sustituyó una vez a un galeote en una galera. La condesa de Joigny le ofreció una renta para que fundase una misión permanente para el pueblo, en la forma en que lo creyese conveniente, pero Vicente no hizo nada por el momento, ya que su humildad le llevaba a creerse incapaz de semejante empresa. La condesa, que sólo encontraba la paz en la dirección espiritual del santo, le arrancó la promesa de que nunca dejaría de dirigirla y de que la asistiría en la hora de la muerte. Deseosa por otra parte de hacer cuanto estaba en su mano por el bien espiritual de sus súbditos, consiguió que su esposo la ayudase a formar una asociación de misioneros que consagrasen su celo a atender a sus vasallos y, en general, a los campesinos. El conde habló del proyecto a su hermano, el arzobispo de París, quien puso a su disposición el edificio del antiguo colegio «Bons Enfants» para alojar a la comunidad. Los misioneros estaban obligados a renunciar a las dignidades eclesiásticas, a trabajar en las aldeas y pueblecitos de menor importancia y a vivir de un fondo común. San Vicente tomó posesión de la casa en abril de 1625. Como lo había prometido, el santo asistió a la condesa en su última hora, pues Dios la llamó a Sí dos meses después. En 1633, el superior de los Canónigos Regulares de San Víctor, regaló a los misioneros el convento de San Lázaro, que se convirtió en la sede principal de la congregación. Por ello se llama a los padres de la misión, unas veces lazaristas y otras vicentinos. Se trata de una congregación de sacerdotes diocesanos que hacen cuatro votos simples de pobreza, castidad, obediencia y perseverancia. Se ocupan principalmente de las misiones entre los campesinos y de la dirección de seminarios diocesanos; actualmente tienen colegios y misiones en todo el mundo. Cuando murió san Vicente, la congregación tenía ya veinticinco casas, en Francia, el Piamonte, Polonia y aun en Madagascar.
Pero el celo de «Monsieur Vincent», como empezó a llamársele cariñosamente, no se satisfizo con esa fundación, sino que trató de remediar las necesidades corporales y espirituales del pueblo por todos los medios posibles. Con ese fin, estableció las cofradías de la caridad (la primera de ellas en Chatillon), cuyos miembros se dedicaban a asistir a los enfermos de las parroquias. Tal fue el origen de las Hermanas de la Caridad, que san Vicente Fundó con santa Luisa de Marillac. De las Hermanas de la Caridad se ha dicho que «tienen por convento el cuarto de los enfermos, por capilla la iglesia parroquial y por claustro las calles de la ciudad». El santo organizó también la asociación de las Damas de la Caridad entre las señoras ricas de París, para conseguir fondos y ayuda para las obras de beneficencia. No contento con eso, fundó varios hospitales y asilos para huérfanos y ancianos y empezó a construir, en Marsella, el hospital para galeotes, que no llegó a terminar. Para financiar todos esos establecimientos encontró generosos bienhechores y dejó fijadas reglas muy sabias para su administración. Igualmente redactó un plan de retiro espiritual para los candidatos al sacerdocio, un método de examen de conciencia para la confesión general y otro para deliberar sobre la vocación, e instituyó una serie de conferencias sobre las obligaciones clericales, para remediar los abusos e ignorancia que descubría a su alrededor. Parece casi increíble que un hombre de humilde origen, sin fortuna y sin las cualidades que el mundo más aprecia, haya podido realizar solo una tarea tan extraordinaria.
Al saber san Vicente la miseria que reinaba en Lorena durante la guerra en esa región, consiguió en París una suma fabulosa de dinero para socorrer a los habitantes. Además, envió a sus misioneros a predicar entre los pobres y enfermos de Polonia, Irlanda, Escocia y aun de las Hébridas. Su congregación rescató en el norte de África a 1200 esclavos cristianos y socorrió a muchísimos otros. El rey Luis XIII mandó llamar al santo para que le asistiese en su lecho de muerte, y la regente, Ana de Austria, le consultaba acerca de los asuntos eclesiásticos y la concesión de beneficios. Sin embargo, san Vicente no consiguió persuadir a la reina, en el asunto de la Fronda, a que hiciese renunciar a su ministro Mazarino por el bien del pueblo. Gracias a la ayuda del santo, las Benedictinas inglesas de Gante pudieron fundar un convento en Boulogne en 1652. Pero esta colosal actividad no distraía un instante a Vicente de su unión con Dios. En los fracasos, decepciones y ataques, conservaba una serenidad extraordinaria y su único deseo era que Dios fuese glorificado en todas las cosas.
Por increíble que pueda parecer, san Vicente «era un hombre de carácter belicoso y colérico», según lo confiesa él mismo; podría creerse que se trata de una exageración debida a la humildad, pero otros testigos confirman esas palabras. «Sin la gracia -dice el mismo Vicente-, me habría dejado llevar de mi temperamento duro, áspero e intratable». Pero la gracia de Dios no le faltó y supo aprovecharla hasta convertirse en un hombre dulce, afectuoso y extraordinariamente fiel a los impulsos de la caridad y el amor de Dios. El santo quería que la humildad fuese la base de su congregación y no se cansaba de repetirlo. En cierta ocasión, se negó a admitir en su congregación a dos hombres de gran saber, diciendo: "Vuestras habilidades están por encima de nuestro nivel y pueden encontrar mejor empleo en otra parte. Nuestra gran ambición es instruir a los ignorantes, mover a penitencia a los pecadores y sembrar en el corazón de los cristianos el evangelio de la caridad, la humildad, la mansedumbre y la sencillez». Según las reglas de san Vicente, los misioneros no debían hablar nunca acerca de sí mismos, porque tales conversaciones proceden generalmente de soberbia y fomentan el amor propio. Era muy grande la preocupación de san Vicente por la rapidez con que se divulgaba el jansenismo en Francia. «Durante tres meses -confesó el santo- el único objeto de mis plegarias ha sido la doctrina de la gracia y, cada día, Dios ha confirmado mi convicción de que Nuestro Señor Jesucristo murió por todos nosotros y que desea salvar al mundo entero». Él mismo se opuso activamente a los predicadores de la falsa doctrina y no toleró que permaneciera en su congregación ningún sacerdote que profesara sus errores.
Hacia el fin de su vida, la salud del santo estaba totalmente quebrantada. Murió apaciblemente, sentado en su silla, el 27 de septiembre de 1660, a los ochenta años de edad. Clemente XI le canonizó en 1737, y León XIII proclamó a ese humilde campesino patrono de todas las asociaciones de caridad. Entre éstas se destaca la Sociedad de San Vicente de Paul, que Federico Ozartam fundó en París en 1883, siguiendo el espíritu del santo. Su cuerpo permanece incorrupto y descansa en la Iglesia de San Lázaro, en París.
Las fuentes P. Pierre Coste, Saint Vincent de Paul, correspondance, entrétiens, documents (1920-1925), en catorce volúmenes. La biografía escrita por el mismo autor, Le grand saint du siécle (3 vols.), completa dicha obra. La primera biografía de san Vicente fue la que publicó Mons. Abelly cuatro años después de su muerte. Las biografías modernas son innumerables; citemos, entre otras, las de Bougaud, de Broglie, y Lavedan. Esta última, a pesar de su maravilloso estilo, no iguala en veracidad histórica La vraie vie de S. Vincent de Paul de Redier (1927), ni el S. Vincent de Paul de P. Renaudin (1929).
Oremos. Señor, tu que adornaste a San Vicente de Paúl con las cualidades de un verdadero apóstol, para que se entregara al servicio de los pobres y a la formación de los ministros de tu Iglesia, concédenos a nosotros que, animados por un celo semejante al suyo, amemos lo que él amó y practiquemos lo que él enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
OREMOS POR LAS INTENCIONES DEL PAPA FRANCISCO
¿Es cuestión de fanatismo?
Marcos 9, 38-43. 45. 47-48. Domingo 26o.Tiempo Ordinario B. Adoptar una actitud de autenticidad en nuestros comportamientos y de radicalidad en nuestras opciones de vida.
Oración introductoria
En Ti, Señor, encuentro mi gozo y felicidad. Eres dulce huésped de mi alma. Estoy tan a gusto cuando experimento tu cercanía en mi oración, por ello te pido tu gracia para prepararme a vivir este momento de oración con fe, en la esperanza que no defrauda y en la caridad que no espera recompensa.
Petición
Señor Jesús, que haga todo por amor a Cristo, hoy y siempre, para tener algo que dar a los demás.
Meditación del Papa Francisco
'Quien escandalice a uno sólo de estos pequeños que creen en mí, uno sólo de estos hermanos, hermanas que tienen fe, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar'. Un cristiano incoherente hace mucho mal y el escándalo mata.
Muchas veces hemos escuchado: 'Pero padre, yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen otra. Y también: 'yo creo en Dios, pero en ustedes no. Y esto sucede por la incoherencia.
Si tú te encuentras delante --imaginemos-- de un ateo y te dice que no cree en Dios, tú puedes leerle toda la biblioteca, donde se dice que Dios existe y también probar que Dios existe, y él no tendrá fe. Pero si delante de este ateo tú das testimonio de coherencia de vida cristiana algo comenzará a trabajar en su corazón. Será precisamente tu testimonio lo que le traerá esta inquietud sobre la cual trabaja el Espíritu Santo. Es una gracia que todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: 'Señor, que seamos coherentes'.
Es necesario rezar porque para vivir en la coherencia cristiana, es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirlo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 27 de febrero de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Recuerdo lo que me sucedió hace ya muchos años, cuando vine a Roma por primera vez. Yo era un joven seminarista. Fui a la Plaza de San Pedro, al Vaticano, con un grupo de compañeros sacerdotes. Me tocó estar al lado de un señor napolitano y, al poco rato, comenzamos a platicar. Sin yo preguntarle nada, él me dijo que era muy católico y que creía mucho en Dios. Yo lo felicité y, después de algunos comentarios por el estilo, me atreví a hacerle una pregunta: - "Oiga, amigo -le dije- ¿usted va a misa todos los domingos?". Y el buen napolitano, entre extrañado y sobresaltado, me respondió: -"Padre, yo soy católico, pero no fanático". Me quedé de piedra.
Tristemente, yo creo que esto mismo es lo que piensan hoy en día muchos católicos... Tal vez no lo digan así, tan abiertamente, pero así viven. Sí, se proclaman católicos y muy creyentes, -¡no faltaba más!-, pero van a misa muy de vez en cuando, no frecuentan los sacramentos y dicen que sólo oran y van a la iglesia "cuando les nace". ¿Qué tipo de católicos tenemos en nuestra Iglesia? Y si esto sucede en América, desgraciadamente en los países de Europa la situación está muchísimo peor en este sentido...
En el Evangelio de hoy tal vez podemos encontrar una respuesta a este problema. Nuestro Señor no habla directamente del culto público de la religión o de la práctica de la fe. Pero creo que sus palabras nos pueden ofrecer una luz para iluminar esta situación. Nos dice: "Si tu mano te hace caer, córtatela, pues más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo, pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusasno no muere ni el fuego no se apaga". ¿Qué relación tienen estas palabras con la práctica religiosa? Es cierto que nuestro Señor está hablando aquí del escándalo, pero con un lenguaje tan claro y contundente que nos ayuda a entender bien su mensaje. Nos está invitando a adoptar una actitud de autenticidad en nuestros comportamientos y de radicalidad en nuestras opciones de vida; a no ser mediocres ni conformistas; a no contentarnos nunca con el "ahí se va" tan típico de nuestra cultura mexicana.
Y a propósito de esto, me viene ahora a la memoria una simpática historia que nos puede iluminar. Se cuenta que un hombre recién convertido iba un día caminando a toda prisa, mirando por todas partes, como buscando algo con ansiedad. Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó: -"Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?". El anciano, encogiéndose de hombros, le contestó: -"Depende del tipo de cristiano que ande buscando". -"Perdone -dijo contrariado el joven-, pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos de cristianos que hay. Sólo conozco a Jesús". Y el anciano añadió: -"Pues sí amigo; hay de muchos tipos y para todos los gustos. Hay cristianos por tradición, cristianos por cumplimiento y cristianos por costumbre; cristianos por superstición, por obligación, por conveniencia; y también hay cristianos auténticos..." -"¡Los auténticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!"-exclamó el hombre emocionado. -"¡Vaya! –dijo el anciano con voz grave-. Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted". -"¿Cómo podré reconocerle?". Y el anciano contestó tranquilamente: -"No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en este mundo semipodrido. Lo reconocerá por sus obras. Allí donde va, siempre deja una huella".
Y esto, querido amigo lector, no es fanatismo, sino autenticidad y coherencia de vida. Es ser cristiano y católico de verdad, de cuerpo entero, y no mediocre y conformista. No sólo de los que se llaman cristianos, sino de aquellos que se han tomado en serio el Evangelio y lo testimonian con sus obras y con su vida. No tengamos miedo tomarnos nuestra fe en serio y ser cristianos como San Pablo o al estilo de los santos y de los mártires. ¿También tú dejas una huella allí por donde pasas? ¿o ni siquiera se dan cuenta los demás de que eres un cristiano auténtico? Pues ¡se debería notar, amigo mío!
Propósito
Hacer un sacrificio y oración especial por un miembro de mi familia que se encuentre alejado de la fe.
Diálogo con Cristo
Señor, cuánto esfuerzo desperdiciado por malos entendidos o envidias. Cuánta influencia negativa por un testimonio contrario a la caridad. Los medios que la Iglesia ofrece para conocer y vivir nuestra fe son muchos. Dame tu gracia para vivir mi misión en la unidad, porque la salvación es para todos y la forma de vivir el camino para alcanzarla es variada. Quiero tener algo que dar a las demás personas con las que conviviré este día. No quiero ser un sagrario vacío, quiero llevar lo mejor, para su salvación, a los demás, y eso mejor eres Tú.
Francisco, aclamado en USA
La seducción que ejerce Francisco trasciende religión, edad y política
Se espera en torno a un millón de personas en la última misa del Papa en USA
El "papa del pueblo", de 78 años, parece alimentarse de la energía de las masas
José Manuel Vidal, 27 de septiembre de 2015 a las 13:19
También se espera que mantenga un encuentro privado con víctimas de abusos sexuales durante el fin de semana
Arropado en todo momento por una marea de fieles entusiastas, el papa Francisco cierra su visita a Estados Unidos del modo más apropiado - con una misa multitudinaria en el mayor bulevar de Filadelfia - mientras pasa tiempo con reos de la cárcel más grande de la ciudad.
Se espera que el "papa del pueblo", de 78 años y que parece alimentarse de la energía de las masas que lo acompañan, enfrente el domingo la más larga de las seis jornadas que ha pasado en Estados Unidos, que cerrará con una misa al aire libre en el Benjamin Franklin Parkway antes de volar de regreso a Roma.
El servicio religioso será además el acto más importante del Encuentro Mundial de Familias, un evento patrocinado por el Vaticano y que es el motivo por el cual el popular pontífice viajó a Filadelfia.
Comenzará el día con un encuentro con obispos de todo el mundo antes de acudir a la prisión Curran-Fromhold, donde visitará a 100 reos - una selección de presuntos asesinos, violadores y miembros de pandillas. Se espera que les ofrezca palabras de esperanza, perdón y redención.
"Su misión son los marginados, los olvidados", dijo la portavoz de la cárcel, Shawn Hawes. "Según lo que sabemos, quiere que aquellos que están bajo custodia sepan que no son olvidados y que pueden redimirse".
Evangelizar en las prisiones ha sido una de las marcas del pontificado de Francisco.Suele reunirse a menudo con presos y ha lavado los pies a reos en las celebraciones de Semana Santa. Además se opone a la pena de muerte en cualquier circunstancia y ha pedido la abolición de la cadena perpetua y la prisión incomunicada.
También se espera que mantenga un encuentro privado con víctimas de abusos sexuales durante el fin de semana, algo que podría ocurrir el domingo. El cardenal Justin Rigali, ex arzobispo de Filadelfia que se retiró en 2011 en medio de un escándalo por abusos sexuales del clero, ofició la misa del sábado con Francisco.
El papa aterrizó en Filadelfia el sábado por la mañana y ofreció una misa para unas 1.600 personas en la catedral-basílica de San Pedro y San Pablo, diciendo que el futuro de la iglesia católica en Estados Unidos necesita de un papel más activo de los fieles, especialmente de las mujeres. Francisco ha insistido en que las mujeres deberían tener un papel más amplio en el liderazgo de la iglesia, aunque ha rechazado la idea de ordenar mujeres sacerdote.
Más tarde el sábado, exaltó los ideales de libertad e igualdad de los fundadores de Estados Unidos en un discurso en el exterior del Independence Hall, donde se firmaron la Declaración de Independencia y la Constitución.
"Esas palabras siguen resonando e inspirándonos hoy, como hicieron con personas de todo el mundo, para luchar por la libertad de vivir de acuerdo con su dignidad", dijo Francisco, el primer papa latinoamericano, sobre el texto de la Declaración de Independencia.
Se refirió a la abolición de la esclavitud, al crecimiento del movimiento obrero, a la lucha por la igualdad racial como prueba de que "esto demuestra que, cuando un país está determinado a permanecer fiel a sus principios fundacionales, basados en el respeto a la dignidad humana, se fortalece y renueva". Advirtió que la libertad religiosa está en peligro pero no hizo mención directa al matrimonio homosexual, al aborto o al programa estatal de contracepción.
Denunció "un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa, o de reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza pública, o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad".
Además animó a los migrantes presentes entre los 40.000 asistentes al acto a celebrar su herencia y tradiciones y les aseguró que son valiosos para América.
El lugar donde nació la democracia estadounidense se convirtió en un fortín para la visita del papa, con calles bloqueadas por vallas metálicas y barreras de concreto, controles de seguridad similares a los de los aeropuertos para los asistentes y miles de policías y soldados de la Guardia Nacional patrullando la ciudad.
Algunos temían que las fuertes medidas de seguridad pudiesen desalentar a algunos fieles y, de hecho, el flujo de pasajeros en tren fue menor al esperado el sábado. Los restauradores se quejaron de que tuvieron mesas vacías.
Pero Francisco fue aclamado por decenas de miles de personas el sábado por la noche en un festival de música y oración en el Parkway, saludando a la multitud desde su papamóvil descapotado. Entre los artistas que tomaron el escenario estuvieron Aretha Franklin y Andrea Bocelli.
El programa del evento se recortó luego de acumular más de una hora de demora y el papa cambió su discurso preparado por una intervención improvisada sobre las familias y el amor de Dios.
Dijo que las familias son una "fábrica de esperanza" aun con sus imperfecciones.
"Defendamos la familia porque ahí se juega nuestro futuro", dijo.
Al final de su intervención, un cántico partió de la Plaza Logan: "¡Viva El Papa, Viva La Familia!"
Los organizadores dijeron que esperan que alrededor de un millón de personas acuda a la última misa de Francisco en Estados Unidos, un país que el argentino visita por primera vez. En el oficio religioso, seis familias - de Australia, Congo, Cuba, Francia, Siria y Vietnam - recibirán una edición del Evangelio de San Lucas firmada por Francisco. Además tendrán otras 100.000 copias más para distribuir en sus países de origen.
El 'efecto' Francisco
Humilde. Comprensivo. Genuino. Empático. Esas palabras han sido usadas con frecuencia esta semana para describir al papa Francisco.
Para el rabino David Ingber, hubo otro adjetivo clave.
"Es un papa tierno", dijo Ingber, quien dirige la congregación Kehilat Romemu en el Upper West Side de la ciudad de Nueva York, donde se sintió obligado a hablar de la visita del papa durante los servicios del Yom Kippur.
"Tiene 78 años, y ha sido ablandado, no endurecido, por la vida... Su corazón está abierto de par en par. Su sonrisa parece cálida y genuina. Se siente real y de fácil alcance. Predica con el ejemplo. Se sale del guion para seguir a su corazón".
"La gente con poder", agregó Ingber, "usualmente son los que no son tiernos. Pero mira lo que está pasando: es una revolución de ternura", dijo, en referencia a las palabras con que el pontífice cerró su visita a Cuba, la escala previa a su viaje a Estados Unidos.
El papa Francisco, en su primera visita a Estados Unidos, ha cautivado a muchos estadounidenses, muchos de ellos sin importar religión, edad o educación. Las razones son muchas: desde sentirse conmovidos por sus gestos de bondad -como salirse de su auto para bendecir a un niño en silla de ruedas, como lo hizo el sábado en Filadelfia- hasta pronunciar mensajes que llegan incluso a personas que no se identifican con una religión.
Umit Celebi es uno de muchos estadounidenses que dicen que no tienen lazos con la religión organizada, un grupo que representa una cuarta parte de la población del país. Está en desacuerdo con la postura del papa en temas como el matrimonio gay y el aborto. Pero se emocionó con un encuentro fortuito con el que muchos llaman "papa rock star".
Al salir de su apartamento la mañana del viernes para comprar un café, se encontró en medio de un grupo de personas justo cuando el vehículo del papa apareció en la calle donde Celebi vive, para dirigirse al monumento al 11Sep.
"La ventana estaba abierta y nos miró directamente", relató Celebi. "Estaba sonriendo. Definitivamente cruzamos miradas".
Celebi dijo que admira al papa por ser un hombre que claramente entiende su posición.
"Seas o no un creyente, siempre es importante ver a alguien que está comprometido con su mensaje las 24 horas del día", dijo Celebi. "Y su mensaje es... no olvidar a los pobres. Y viene y dice eso en un país donde algunos ven la pobreza como un defecto moral".
Otra palabra que surge con frecuencia es "auténtico".
"La gente en verdad cree que así es él", dijo Phillip Thompson, director ejecutivo del Centro de Teología Aquinas, de la Universidad Emory. "En un mundo que es tan cínico, donde constantemente somos bombardeados por falsedad, estamos viendo a alguien auténtico, y esto no es nuevo para él. Ha sido así toda vida adulta".
Durante un panel de discusión en su centro hace unos días, Thompson dijo que varias personas mencionaron que el discurso del papa en el Congreso los hizo llorar. "Cuando tocas a las personas de manera tan profunda en el corazón, has logrado algo", agregó.
También señaló que el papa ha sido directo pero no pendenciero. "No evadió algunos temas serios, como la pena capital", dijo. "Pero en esta época llena de ira, él habla desde una posición de amistad y amor, e integridad. Eso es diferente".
Muchos han señalado que Francisco atrae a personas de todas las edades. El viernes, dosjóvenes de 16 años entraron a la misa en el Madison Square Garden mientras los adultos que las acompañaban los esperaban afuera. Sólo había dos boletos, y fueron para las jóvenes.
"Mi hija está muy motivada por él", dijo Aimee Skiff, de Cairo, Nueva York, cuya hija, Morgan, estaba dentro con una amiga. "Es maravilloso que pueda atraer a la juventud. Nuestro sacerdote sintió que era importante que los jóvenes tuvieran esta oportunidad".
La amiga de Skiff, Barbara Koerner-Fox, trató de poner en palabras por qué el papa es tan popular. "Parece tan amable y generoso", dijo. "¿Sabes? No puedo decir exactamente qué.Simplemente es... muy diferente". (RD/Agencias)