Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros...En esto conocerán que sois mis discípulos
- 30 Septiembre 2015
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Francisco, en la plaza de la Revolución de La Habana
La comunidad de Cienfuegos valora el viaje del Papa "que habla con palabras y con gestos"
Maristas en Cuba: "Hemos vivido intensamente el 'huracán Francisco'"
El Pontífice nos llamó "no a servirnos de los demás sino a servir, a cuidar la fragilidad del prójimo"
Redacción, 30 de septiembre de 2015 a las 12:10
Está contribuyendo al deshielo en las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos y en el acercamiento entre los dos pueblos
(Comunidad marista de Cienfuegos).- El Papa Francisco visitó Cuba del 19 al 22 de septiembre, antes de viajar hacia los Estados Unidos. Los maristas de la comunidad de Cienfuegos comparten con nosotros sus impresiones sobre la presencia del Pontífice en el país. Van a continuación algunas impresiones que no pretenden un análisis ponderativo de la misma, pero sí compartir a "vuela pluma" algo de lo que hemos reflexionado y sobre todo experimentado en estos días.
Han sido cuatro jornadas, antecedidas por cuatro meses, que como Iglesia cubana y como comunidad marista hemos vivido intensamente el "huracán Francisco", días de gozo, de esperanza, de escucha, de algunos temores y preocupaciones, también de mucho movimiento y ajetreo. Los medios de comunicación le han dado una cobertura en el antes y el durante absolutamente inusual en la isla. Ojalá sean días que se transformen en gracia y llamado para renovarnos en nuestros compromisos religiosos y misioneros.
He aquí unas breves impresiones.
En su llegada al aeropuerto de la Habana, el Papa destacó el carácter "apostólico" de su visita. Al final añadió algunas delicadas insinuaciones con implicaciones de sesgo social: "....que la Iglesia siga acompañando y alentando al pueblo cubano en sus esperanzas y preocupaciones, con libertad y con los medios y espacios necesarios para llevar el anuncio del Reino". Y al final: "Tendré ocasión de ir al Cobre, como hijo y peregrino, para pedirle a nuestra madre por todos sus hijos cubanos y por esta querida Nación, para que transite por los caminos de justicia, paz, libertad y reconciliación".
Las Eucaristías, tanto la de la Habana como la de Holguín, comparadas con celebraciones anteriores, ganaron en sabor caribeño, en participación activa de las comunidades, en espíritu de oración y de escucha, en inculturación. Nos pareció que ambas misas congregaron significativamente menos gente que en las visitas previas, lo cual nos alegró, pues fueron asambleas "no infladas" más a escala real de la Iglesia cubana, que es una Iglesia minoritaria. En la Habana las palabras del Papa nos invitaron, no "a servirnos de los demás sino a servir, a cuidar la fragilidad del prójimo". En la homilía de Holguín comentó la conversión de Mateo como un "juego de miradas" en las que siempre "es Jesús el que mira primero" y nos instó a "dejar que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza y el gozo de la vida". El silencio con el que el Papa fue seguido en las respectivas homilías "erizaba".
El encuentro con los jóvenes fue emotivo, las palabras del muchacho que le habló al Papa fueron francas, realistas, directas; en su respuesta Francisco dejó de lado el discurso que tenía preparado e improvisó un mensaje en que nos invitó a los allí presentes a soñar, a contar nuestros sueños, a ser tierra de encuentro, a dialogar, a promover la amistad social, a no encerrarnos en "conventillos", a vivir y contagiar esperanza.
El momento en que vimos al Papa más conmovido fue el encuentro con religiosas, seminaristas, sacerdotes y religiosos en la Catedral de la Habana. También aquí se apartó del mensaje que tenía preparado y nos alentó a ser una Iglesia pobre, dispuesta a llevar a cabo nuestra misión en medio de limitaciones y restricciones, privilegiando actitudes de misericordia y teniendo preferencia por los últimos.
El encuentro con los animadores de las Casas Misión en el Cobre tuvo un acentuado carácter mariano. Dentro del santuario nos congregamos alrededor de mil personas y afuera quizás el doble, personas sencillas venidas de barrios y bateyes de todas las Diócesis de Cuba. El fervor se hizo presente a través del entusiasmo de los ritmos cubanos que retumbaban en una basílica repleta. El Papa nos animó a "salir de casa", a imagen de María en la visitación, y a contribuir a la "revolución de la ternura".
Francisco es un Papa que habla con palabras y con gestos. A través de su sonrisa abierta y de su cercanía a la gente, de sus abrazos y caricias hacia niños, personas con discapacidad, ancianos, nos animó a hacernos presentes en las periferias existenciales llevando alegría y consuelo. Es especialmente querido en Cuba porque además de una personalidad carismática que atrae, está contribuyendo al deshielo en las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos y en el acercamiento entre los dos pueblos. Casi todas sus intervenciones terminaron con un humilde "y no se olviden de rezar por mí, o al menos de desearme cosas buenas".
Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Lucas 9, 57-62. Tiempo Ordinario. Seguir a Cristo como nuestro modelo de vida y con la confianza de ir por el camino adecuado
Oración Introductoria
Señor, que esta oración renueve mi estilo de vida. Permite que sepa cultivar con esmero mi corazón de modo que siempre sepa responder a tu llamado, dándote el primer lugar en todo, único camino para lograr la santidad.
Petición
Jesús, dame la fuerza para aceptar todo lo que implique seguir tus pasos, sabiendo cortar con todo lo que pueda separarme de Ti.
Meditación del Papa Francisco
Jerusalén es la meta final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así llevar a cumplimiento su misión de salvación.
Desde ese momento, después de esa “firme decisión”, Jesús se dirige a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden seguirle les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada estable; saberse desprender de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado.
Pero Jesús dice también a sus discípulos, encargados de precederle en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no hallan disponibilidad para acogerle, que se prosiga, que se vaya adelante. Jesús no impone nunca, Jesús es humilde, Jesús invita. Si quieres, ven. La humildad de Jesús es así. Él invita siempre, no impone. (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013)
Reflexión
Todos los hombres tienen un ídolo, una persona a quién imitar, se sienten atraídos por su forma de ser. Lo imitan en todo, buscan tener su misma marca de ropa, peinarse igual, en fin, su porte gira en lo que es esa persona. Éstas a menudo son artistas o cantantes. Pero hay algo que no hacen: poner límites a sus seguidores. ¿Qué tendría Cristo para atraer tanto a las multitudes? No cantaba ni actuaba. Lo único que hacía era dar a conocer el amor de Dios a los hombres. Ésta fue su arma para que muchos trataran de seguirlo, y aún hoy muchos jóvenes, hombres y mujeres lo siguen como ideal de vida. En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente: "quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de Mí". Son duras las palabras de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan. Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos seguirle, aún sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también en una visita o después de la comunión por las vocaciones para que mande obreros fieles a su mies.
Propósito
Mantenerme fiel a la doctrina de Cristo, aunque el ambiente sea contrario a mi fe católica.
Diálogo con Cristo
Jesús, te pido me des la docilidad y confianza para saber escuchar y responder con prontitud a tu llamada. Permite que sea un testigo de tu amor, auténtico y sincero, de manera que mi fe se manifieste en mis palabras, obras y acciones. Te pido me concedas la gracia para ser coherente con mi fe, especialmente cuando las circunstancias sean contrarias a ella.
El Papa de los puentes
Francisco da las gracias a Castro, a Obama y a Ban Ki Moon
El Papa pide para Cuba "libertad en la dingidad"
"La mayor riqueza de USA y de su gente está en su patrimonio espiritual y ético"
José Manuel Vidal, 30 de septiembre de 2015 a las 10:15
Francisco pide a Estados Unidos que "siga siendo tierra de libertad y de acogida"
(José M. Vidal).- Primera audiencia pública delPapa Francisco tras su triunfal visita a Cuba y Estados Unidos y antes del comienzo del Sínodo. Y a Cuba y USA dedica su catequesis. Para dar gracias por la acogida a los presidentes de los dos países, Raúl Castro y Barcak Obama, y al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Para la isla grande volvió a pedir "libertad en la dingidad" y para EEUU. que sigan siendo "tierra de libertad y de acogida"
Lectura del Evangelio de Juan: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros...En esto conocerán que sois mis discípulos"
Algunas frases del Papa
"La audiencia de hoy será en dos lugares: Aquí y en el aula Pablo VI, donde hay tantos enfermos, que siguen la audiencia a través de las pantallas, porque el tiempo no es muy bueno. Allí estarán mejor. Unámonos y saludémonos"
"Cuba, primera etapa de mi itinerario"
"Mi reconocimiento al presidente Castro y al presidente Obama y al secretario general Ban Ki Moon por la acogida que me dispensaron"
"Gracias a los obispos"
"Misionero de la misericordia. Así me presenté en Cuba, tierra rica en belleza, misericordia y fe"
"La misericordia de Dios es mayor que cualquier ideología"
"Pude abrazar a todo el pueblo cubano, en patria y fuera, por encima de cualquier división"
"Fui peregrino al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre"
"Compartí con el pueblo cubano la esperanza de que, como decía Juan Pablo II, que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba"
"Libertad en la dignidad"
"Un camino de responsabilidad y de servicio al prójimo"
"Un camino que saca fuerzas de las raíces cristianas"
"Que el Espíritu Santo haga crecer la semilla sembrada"
"De Cuba a Estados Unidos, un puente. Dios siempre quiere construir puentes. Somo snosotros los que edificamos muros, que siempre se hunden"
"La mayor riqueza de USA y de su gente está en su patrimonio espiritual y ético"
"Todos los hombres son creados iguales por Dios y dotados de inalienables derechos: vida, libertad y la persecución de la felicidad"
"Canonización de Junípero Serra, gran misionero de California, que muestra la vía de la alegría"
"Puede seguir siendo tierra de libertad y de acogida"
"En Nueva York, pude visitar la sede central de las Naciones Unidas"
"Necesidad de cuidar la creación, prevenir la violencia contra las minorías étnicas y religiosas y contra las poblaciones civiles"
"Enorme servicio que las comunidades católicas ofrecen"
"Culmen del viaje, encuentro de las familias en Fladelfia"
"La familia equilibra la dimensión personal y comunitaria"
"Es el sujeto protagonista de une ecología integral, porque es el sujeto social primario"
"Fraterno y caluroso gracias a monseñor Chaput, arzobispo de Filadelfia"
"Es providencial que el impulso haya venido de Estados Unidos, con el máximo desarrollo sin renegar de sus raíces religiosas"
Texto completo de la Catequesis del Papa traducido del original italiano
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La audiencia de hoy es en dos lugares: aquí en la plaza y también en el Aula Pablo VI, donde hay tantos enfermos que siguen la audiencia por la pantalla. Como el tiempo es un poco feo hemos elegido que ellos estén cubiertos y más tranquilos allá. Unámonos unos con otros y saludémoslos.
En los días pasados he realizado el viaje apostólico a Cuba y a los Estados Unidos de América. Esto nació de la voluntad de participar al Encuentro Mundial de las Familias, en programa desde hace tiempo en Filadelfia. Este "núcleo originario" se ha ampliado en una visita a los Estados Unidos de América y a la sede central de las Naciones Unidas, y después también a Cuba, que ha sido la primera etapa del itinerario. Expreso nuevamente mi reconocimiento al presidente Castro, al presidente Obama y al Secretario General Ban Ki-moon por la acogida. Agradezco de corazón a los hermanos Obispos y a todos los colaboradores por el gran trabajo realizado y por el amor a la Iglesia que lo ha animado.
"Misionero de la Misericordia": así me he presentado en Cuba, una tierra rica de belleza natural, de cultura y de fe. La misericordia de Dios es más grande que cada herida, cada conflicto, cada ideología; y con esta mirada de misericordia he podido abrazar todo el pueblo cubano en patria y fuera, más allá de cada división. Símbolo de esta unidad profunda del alma cubana es la Virgen de la Caridad del Cobre, que hace cien años ha sido proclamada Patrona de Cuba. Fui como peregrino al Santuario de esta Madre de esperanza, Madre que guía en el camino de justicia, paz, libertad y reconciliación.
He podido compartir con el pueblo cubano la esperanza del cumplirse la profecía de san Juan Pablo II: que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba. No más cierres, no más explotación de la pobreza, sino libertad en la dignidad. Este es el camino que hace vibrar el corazón de tantos jóvenes cubanos: no una vía de evasión, de ganancias fáciles, sino de responsabilidad, de servicio al prójimo, de cuidado de la fragilidad. Un camino que trae fuerza de las raíces cristianas de aquel pueblo que ha sufrido tanto. Un camino en el cual he animado en modo particular a los sacerdotes y todos los consagrados, los estudiantes y las familias. El Espíritu Santo, con la intercesión de María Santísima, haga crecer las semillas que hemos sembrado.
De Cuba a los Estados Unidos de América: ha sido un pasaje emblemático, un puente que gracias a Dios se está reconstruyendo. Dios siempre quiere construir puentes; ¡somos nosotros quienes construimos muros! Y los muros caen siempre.
En los Estados Unidos ha realizado tres etapas: Washington, Nueva York y Filadelfia.
En Washington he encontrado las Autoridades políticas, la gente común, los Obispos, los sacerdotes y consagrados, los más pobres y marginados. He recordado que la más grande riqueza de aquel país y de su gente está en el patrimonio espiritual y ético. Y así, he querido animar a llevar hacia adelante la construcción social en la fidelidad a su principio fundamental, que todos los hombres son creados por Dios iguales y dotados de derechos inalienables, como la vida, la libertad y el perseguir la felicidad. Estos valores, compartidos por todos, encuentran en el Evangelio su pleno cumplimiento, como lo ha evidenciado la canonización del padre Junípero Serra, franciscano, gran evangelizador de la California. San Junípero muestra el camino de la alegría: ir y compartir con los otros el amor de Cristo. Este es el camino del cristiano, y también de cada hombre que ha conocido el amor: no tenerlo para sí mismo sino compartirlo con los otros. Sobre esta base religiosa y moral han nacido y crecido los hijos de los Estados Unidos de América, y sobre esta base pueden continuar a ser tierra de libertad y de acogida y cooperar a un mundo más justo y fraterno.
En Nueva York he podido visitar la Sede central de la ONU y saludar el personal que allí trabaja. He tenido coloquios con el Secretario General y los Presidentes de las últimas Asambleas Generales y del Consejo de Seguridad. Hablando a los representantes de las Naciones, en las huellas de mis predecesores, he renovado el ánimo de la Iglesia Católica a aquella Institución y a su rol en la promoción del desarrollo y de la paz, llamando en particular la necesidad del compromiso armonioso y activo para el cuidado de lo creado. He reafirmado también la llamada a detener y prevenir las violencias en contra de las minorías étnicas y religiosas y en contra de las poblaciones civiles.
Por la paz y la fraternidad hemos rezado en el memorial de la zona cero, junto a los representantes de las religiones, los familiares de tantos fallecidos y el pueblo de Nueva York, rico en variedad cultural. Y por la paz y la justicia he celebrado la Eucaristía en el Madison Square Garden.
Sea en Washington que a Nueva York he podido encontrar algunas realidades caritativas y educativas, emblemáticas del enorme servicio que las comunidades católicas -sacerdotes, religiosas, religiosos, laicos- ofrecen en estos campos.
Culmen del viaje ha sido el Encuentro de las Familias en Filadelfia, donde el horizonte se ha ampliado a todo el mundo, a través del "prisma", por así decir, de la familia. La familia, es decir la alianza fecunda entre el hombre y la mujer, es la respuesta al gran desafío de nuestro mundo, que es un desafío doble: la fragmentación y la masificación, dos extremos que conviven y se sostienen mutuamente, y juntos sostienen el modelo económico consumista. La familia es la respuesta porque es la célula de una sociedad que equilibra la dimensión personal y aquella comunitaria, y al mismo tiempo puede ser el modelo de una gestión sostenible de los bienes y de los recursos del creado. La familia es el sujeto protagonista de una ecología integral porque es el sujeto social primario, que contiene al interno los dos principios base de la civilización humana sobre la tierra: el principio de comunión y el principio de fecundidad. El humanismo bíblico nos presenta este ícono: la pareja humana, unida y fecunda, colocada por Dios en el jardín del mundo, para cultivarlo y cuidarlo.
Deseo dirigir un fraterno y caluroso agradecimiento a Mons. Chaput, Arzobispo de Filadelfia, por su empeño, su piedad, su entusiasmo y su gran amor a la familia en la organización de este evento. Mirando bien, no es una casualidad, sino providencialmente es que el mensaje, más bien, el testimonio del Encuentro Mundial de las Familias se haya llevado a cabo en este momento desde los Estados Unidos de América, es decir del país que en el siglo pasado ha alcanzado el máximo desarrollo económico y tecnológico sin renegar sus raíces religiosas. Ahora estas raíces piden: volver a partir de la familia para repensar y cambiar el modelo de desarrollo, para el bien de la entera familia humana. Gracias
Texto del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy deseo compartir con ustedes el grato recuerdo de mi reciente viaje a Cuba y a los Estados Unidos de América, que culminó con el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.
Llegué a Cuba como «Misionero de la Misericordia», y allí he experimentado la esperanza y la unidad de un pueblo que más allá de toda división y bajo la maternal mirada de la Virgen del Cobre, toma fuerza de sus raíces cristianas y afronta el futuro con un espíritu de servicio y responsabilidad. De allí pasé a los Estados Unidos de América, un paso que ha sido emblemático, gracias a Dios un puente se está reconstruyendo. En aquel País, he podido apreciar su gran patrimonio spiritual y ético, sobre el principio de que todos los hombres son iguales y dotados de derechos inalienables como la vida y la libertad. Estos principios son universales y encuentran en el Evangelio su máximo cumplimiento. Y estaban ya presentes en los trabajos de Evangelización que por aquellas tierras realizó el ahora santo Junípero Serra.
En la Sede de la ONU he querido renovar el apoyo de la Iglesia católica a esta institución en la promoción de la paz, recordando también la importancia de frenar y prevenir toda clase de violencia contra las minorías étnicas y religiosas y contra la población civil. El viaje ha culminado con Encuentro de las Familias, que le ha dado una dimensión universal, pues la alianza entre el hombre y la mujer es la respuesta a los desafíos del mundo actual, siendo a su vez modelo de la gestión sostenible de la creación, sobre los principios comunión y fecundidad con que fue querida e instituida por Dios.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Encomendemos a Dios los frutos de este viaje, y que el ejemplo de san Junípero Serra, nos haga a todos auténticos evangelizadores, que vayan por el mundo compartiendo con todos el amor de Cristo. Muchas gracias.
¡Prepárate! en Octubre, no dejes de rezar el Rosario
Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo... El mundo necesita de muchos rosarios.
Mañana empezaremos Octubre y lo celebramos como el mes del rosario. Rezar el rosario para algunas personas es un tiempo desperdiciado en una letanía de repetidas oraciones, que en la gran mayoría, están dichas de una manera distraída y maquinalmente. Pero no es así. El hecho de ponernos a rezarle ya es un acto de amor a la Madre de Dios. Es una súplica constante y repetida para pedir perdón y rogarle por nosotros y por todos los hombres en el presente y también en la hora de la muerte.
Rezar el rosario es meditar en los Misterios de la Vida de Cristo, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, los sufrimientos, los momentos luminosos y transcendentales y glorificación del Señor, siempre acompañado de los momentos de grandeza de la Santísima Virgen, su Madre, siendo así una síntesis de su obra Redentora.
Rezar el rosario es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aún las menos instruidas y una excelente manera de ejercitar los actos más sublimes de fe y contemplación. El Padrenuestro con el que se empieza cada Misterio es la oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo no pueden cansarse de repetirlo. En cuanto el Avemaría, toda ella está centrada en el Misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en el Avemaría hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por la infinita misericordia que nos mostró al encarnarse en Ella y hacerse hombre para su Misión redentora.
La Santísima Virgen en sus repetidas apariciones , siempre ha sido la súplica más importante que en sus mensajes nos ha dado. Ella nos ha pedido que recemos el rosario. Ella nos lo pide insistentemente porque tiene su rezo un GRAN VALOR. Quiere que repitamos una y otra vez la súplica, la alabanza, con la esperanza puesta en su gran amor por toda la Humanidad.
Tal vez, por lo repetitivo del rezo, como decía Santa Teresa, la "loca de la casa", nuestra mente, se nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero aún así nuestro corazón y nuestra voluntad está puesto a los pies de la Madre de Dios, y esas Avemarías son como el incienso que sube en oscilantes volutas hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.
Nuestro mundo se está olvidando de rezar. Tenemos fe, creemos en Dios pero no hablamos con El. El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de muchos rosarios. Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y "nuestro mundo" será mejor.