“Los hombres de Nínive se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”

El Papa, ante la Virgen de Morelia

Advierte contra la tentación de la resignación, "el arma preferida del diablo"
El Papa en Morelia a la vida consagrada: "No queremos ser funcionarios de lo divino"
Puso de ejemplo al "Tata Vasco, el español que se hizo indio", primer obispo de la diócesis

José Manuel Vidal, 16 de febrero de 2016 a las 16:39

La resignación que nos paraliza y nos impide hacer camino, nos atemoriza y nos atrinchera en nuestra ssacristías y aparentes eseguridades

(José M. Vidal).- "Se ve, se siente, Francisco está presente". Francisco aclamado por los suyos, en un estadio repleto de seminaristas, curas, monjas y frailes, en Morelia. El Papa les invita a entregarse a fondo, evitando la resignación, asi como el convertirse "en funcionarios de lo divino". Y les puso como ejemplo al primer obispo español de la diócesis, amado por los indios, el "Tata (papá) Vasco".

Papa recorrer el estadio, el Papa se sienta en un pequeño cochecito de golf. En él, al lado del Papa, el cardenal de Morelia, Suárez Inda, uno de los prelados mexicanos con mayor sintonía con Francisco.

El altar, austero como viene siendo habitual en su recorrido mexicano, está colocado en una de las gradas del estadio.

El Papa, antes del perdón, ofreció la eucaristía por monseñor Carlos Quintero, arzobispo emérito de Hermosillo, que murió ayer, a los 96 años. Y celebra con el báculo y el cáliz del primer obispo de Michoacán, el español al que los indios llamaban "Tata" (papá) Vasco.

Algunas frases de la homilía del Papa
"Hay un dicho que dice así: Dime cómo rezas y te dire como vives; dime como vives y te diré como rezas"
"Nuestra vida habla de la oración y la oración de nuestra vida"
"A rezar se aprende, como aprendemos a caminar"
"La escuela de la oración es la escuela de la vida"
"Pablo le dice a Timoteo, su discípulo predilecto: 'Acordate de tu madre y de tu abuela'"

"A los seminaritas: 'Seguid rezando como te enseñaron en tu casa y, después, poco a poco, tu oración irá creciendo, como tu vida"
"En Jesús, la expresión 'Padre nuestro' tiene sabor a vida, a experiencia, a autenticidad"
"Supo vvir rezando y rezar viviendo"
"Nos invita a nosotros a lo mismo"
"¡Ay de nosotros, consagrados, si no la compartimos! ¡Si no somos testigos de lo que hemos visto y oído!"
"No queremos ser funcionarios de lo divino. No somos ni queremos ser nunca empleados de la empresa de Dios"
"La misión es decir con nuestra vida: Padre nuestro"
"No nos dejes caer en la tentación"
"¿Cuál puede ser una de las tentaciones que nos pueden asediar?"
"Tentación de ambientes dominados por la corrupción, el tráfico de drogas..."
"La tentación de la resignación"
"Una de las armas preferidas del demonio: la resignación. Y qué le vas hacer, la vida es así"

"Resignación que nos paraliza y nos impide hacer camino, nos atemoriza y nos atrinchera en nuestra ssacristías y aparentes eseguridades"
"Nos impide anunciar y alabar. Nos quita la alegría"
"Nos frena para arriesgar y transformar"
"No nos dejes caer en la tentación, Padre Nuestro"
"Recuperar la historia que nos ha traído hasta aquí"
"No podemos olvidar a alguien que se hizo hijo de esta tierra"
"Agradezco al señor cardenal que haya querido que se celebrase esta eucaristía con el báculo y el cáliz de este hombre, el primer obispo de Michoacán"
"Hacer memoria del Tata Vasco, el español que se hizo indio"
"Movió su vida y su compasión y lo impulsó a hacer propuestas"
"El dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración. Y eso le ganó entre los indios elnombre de Tata (papá) Vasco"
"No nos dejes caer en la tentación de la acedia"

Evangelio según San Lucas 11,29-32. 

Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás. 

San Romano el Melódico (?-c. 560), compositor de himnos Himno 51

“Los hombres de Nínive se convirtieron con la predicación de Jonás,
y aquí hay uno que es más que Jonás”

Abre, Señor, ábreme la puerta de tu misericordia antes de mi partida (Mt 25,11). Porque es preciso que me vaya, que venga a ti y me justifique de todo lo que digo de palabra, de todos mis actos y de todo lo que pienso en mi corazón.

“Incluso el rumor de mis murmullos no dejan de escuchar tus oídos” (Sab 1,10). David exclama en su salmo: “Tú has creado mis entrañas; se escribían todas en tu libro” (Sl 138, 13.16). Leyendo en él los caracteres de mis malas acciones, grábalas sobre tu cruz, porque es en ella que me glorío (Gal 6,14) gritándote: “Ábreme”…

Nuestro espíritu se ha endurecido hasta el punto que cuando hemos oído hablar de las calamidades de otros, no nos hemos corregido en absoluto (Lc 13,1s).

“Todos se extravían, igualmente obstinados, no hay uno que obre bien, ni uno solo” (Sl 13, 2-3). Los ninivitas, en otro tiempo, se convirtieron al escuchar la palabra del profeta. Pero nosotros no hemos comprendido ni la llamada ni la amenaza. Ezequías con sus lágrimas consiguió hacer huir a los asirios provocando contra ellos la justicia de lo alto (2R 19). Ahora bien, los asirios… nos han llevado a la cautividad, y nosotros no hemos llorado ni gritado: “Ábrenos”.

Altísimo Señor, juez de todos, no esperes a que nosotros cambiemos de conducta; tú no tienes necesidad de nuestras buenas acciones, porque cada uno de nosotros se dedica a hacer malas acciones con el pensamiento y la voluntad. Puesto que esto es así, Salvador, dirige nuestros días según tu voluntad, sin esperar a nuestra conversión, porque es posible que ella nunca llegue a realizarse. Y aunque viniera, sería por poco tiempo, no persiste hasta el final. Es como la simiente caída entre las piedras, como la hierba sobre los tejados, que se seca antes de crecer (Mc 4,5; Sl 128,6). Derrama tus misericordias sobre nosotros y sobre los que exclaman: “Ábrenos”.

Los siete Santos Fundadores de la Orden de los Siervos de la Virgen María

Los siete santos Fundadores de la Orden de los Siervos de la Virgen María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo, todos mercaderes de Florencia, que se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, y fundaron para ello una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo.

En un período de dos años, siete jóvenes florentinos –miembros de las familias más importantes de la ciudad- se asociaron a la Confraternidad de la Santísima Virgen –popularmente conocidos como los "Ludesi" o los alabadores-, en una época en que Florencia estaba acosada por alborotos políticos y perturbada por la herejía. 

Pese a algunas dificultades, los jóvenes, por revelación divina, decidieron alejarse del mundo y tras conseguir la aprobación del Obispo, se mudaron a una casa llamada "La Carmazia", en las afueras de la ciudad, donde decidieron llevar una vida de penitencia y oración, pero los continuos visitantes florentinos comenzaron a distraerlos y así decidieron retirarse a las laderas desiertas del Monte Senario, donde construyeron un sencilla Iglesia y una ermita, en la que llevaban un vida austeridades casi increíbles.

Sin embargo, tras una nueva visión de la Virgen en oración profunda, los jóvenes –por indicación de Nuestra Señora- decidieron formar la orden de Siervos de María, vistiendo un hábito negro y siguiendo la regla de San Agustín. 

A partir de 1240, fueron conocidos como Siervos de María o Servitas, quienes rápidamente extendieron su labor apostólica por toda Florencia, llegando a fundar varios conventos e iglesias.

Oremos 
Dios todopoderoso y eterno, que al premiar a los Santos nos ofreces una prueba de tu gran amor hacia los hombres, te pedimos que la intercesión y el ejemplo de los santos nos sirvan de ayuda para seguir mas fielmente a Jesucristo, tu hijo. Que vive y reina contigo.

Señor, infunde en nosotros el espíritu de amor que llevó a estos santos hermanos a venerar con la mayor devoción a la Madre de Dios, y les impulsó a conducir a tu pueblo al conocimiento y al amor de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

Nuestra Señor de Constantinopla, Bari, Turquía, (566)

No se le dará otra señal que la de Jonás
Lucas 11, 29-32. Cuaresma. La señal más grande que Dios haya podido obrar en el alma es la conversión.

Oración introductoria 
Señor, conoces mi corazón, todos mis pensamientos, deseos e intenciones, buenos y malos, y sé que puedo contar con tu amor, aunque no soy digno de él. Gracias por tu paciencia y misericordia, por las innumerables gracias que hoy quieres concederme en esta oración, por eso te pido que me ilumines para dedique estos preciosos momentos a contemplar la grandeza de tu amor.

Petición
Señor, no permitas que te pida señales o dude de Ti, ayúdame a crecer cada día en la fe y en la humildad.

Meditación del Papa Francisco
Realmente hace un milagro, porque en este caso él [Jonás] ha dejado de lado su terquedad y ha obedecido a la voluntad de Dios, y ha hecho lo que el Señor le había mandado.  Nínive se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada: Jonás sintió una gran tristeza y se desdeñó.

E, incluso, reprende al Señor. La historia de Jonás y Nínive se articula en tres capítulos: el primero es la resistencia a la misión que el Señor le confía; el segundo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros. La obediencia a la voluntad de Dios y Nínive se convierte. En el tercer capítulo, hay una resistencia a la misericordia de Dios.

Esas palabras: ‘Señor, ¿no era esto quizás lo que yo decía cuando estaba en mi pueblo? Porque Tú eres un Dios misericordioso y clemente’, y yo he hecho todo el trabajo de predicar, he hecho mi trabajo bien hecho, ¿y Tú les perdonas? Y el corazón con esa dureza que no deja entrar la misericordia de Dios. Es más importante mi sermón, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que debo observar, todo, todo, todo que la misericordia de Dios.

Y este drama también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué Él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando Él iba a cenar con los publicanos y pecadores: no lo entendían. No entendían la misericordia. Hay que esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de octubre de 2015, en Santa Marta).

Reflexión
Son palabras duras las del Señor. Y valen también para hoy, y con una actualidad que espanta. Veámoslo.

Dentro de los deseos del hombre constatamos con bastante frecuencia esa tendencia a ver "rarezas" por doquier. Nos causa mucho placer, nos devora la curiosidad, nos arrojaríamos casi sin pensarlo adonde algún evento nos sacie este anhelo de espectacularidades. Y más si se trata de lo del más allá y todas esas cosas.

Pero también están los "racionales", los que piensan que todo tiene que tener una explicación científica, como si todo fueran astros y cálculos matemáticos. El día en que algún científico logre hacer la ecuación que demuestre cuánto amor tiene un hijo por su madre, seguramente llegará el fin del mundo porque nunca lo logrará. Entonces tenemos a los demasiado crédulos y a los netamente incrédulos. Los que han pedido signos a Cristo representan a estos dos bandos. No pedirían nada si fueran verdaderos creyentes. Veamos si las cosas no están así hoy en día.

Cerremos los ojos. Recordemos personas, situaciones, programas de televisión, etc. Seguramente saldrán a la memoria aquellos sujetos que buscan hasta en las piedras volcánicas algún rastro de lo divino, o de los que se montan en una exótica pirámide para aspirar energía cósmica. También serán rememorados los sabios del mundo que, mirando estrellas, formulan teorías científicas sobre agujeros negros, quasares y supernovas mandando, eso sí, a la Inteligencia que los creó a la oscuridad de supersticiones vanas.

Unos y otros piden una señal. ¿Qué ha dicho Cristo hoy por boca del evangelista Lucas? Que, lamentablemente, somos “una generación malvada”, esto es, no hemos convertido el corazón al Dios vivo, lo tenemos cegado con nuestra mala conducta y soberbia de la vida. ¿Cómo pedimos, entonces, una señal de fe si hemos cerrado, con esta actitud, el corazón a acoger al Señor?
Por eso la única señal será la del profeta Jonás, el hombre que predica la conversión por toda la ciudad de Nínive, a ver si libremente cada uno de nosotros acepta la propuesta, muda el corazón, y nos volvemos a Dios. Ya con esto habremos logrado la más grande señal que Dios haya podido obrar en el alma libre: la conversión por propia y deliberada iniciativa al Dios que da la vida, Fuente perenne del verdadero creyente, Verdad eterna del verdadero sabio.

Es mejor no pedir ninguna señal al Señor. Con esto hacemos mejor mérito a nuestra fe en Él.

Propósito
Rezar el resto de esta semana, una oración para pedir la humildad.

Diálogo con Cristo 
Señor, ¡qué distinto sería el mundo si los cristianos viviéramos en todo tu mensaje redentor! Mi falta de fe y soberbia inutilizan tu gracia, porque aunque digo que soy cristiano, muchas veces, en la vida diaria, me comporto como si no lo fuera, porque frecuentemente pierdo la paciencia, soy mal humorado y altanero en mi trato con los demás. Ayúdame para que, lleno de alegría y optimismo, dedique mi tiempo a querer, a amar, a sonreír y a poner en práctica mi fe para hacer feliz a los demás.

"La tentación favorita del Papa"
Burócratas y resignados, no
"Si en Chiapas hay hemorragia, Michoacán demostró el músculo de la fe"

Guillermo Gazanini Espinoza, 17 de febrero de 2016 a las 09:44

En Morelia, se aproximó a la fortaleza de la Iglesia

El pueblo de Dios en México ha sido lastimado por funcionarios de lo divino, burócratas de las tinieblas trasquilando a la oveja enferma

(Guillermo Gazanini Espinoza).- En Chiapas,Francisco constató la sangría del catolicismo; hoy en Morelia, se aproximó a la fortaleza de la Iglesia en la región de México que más vocaciones genera. Si en Chiapas hay hemorragia, Michoacán demostró el músculo de la fe. Vallas nutridas, estampas clericales y religiosas de la Iglesia en movimiento, seminaristas y novicias de todas las diócesis para constatar el futuro de la Iglesia sacudida por los escándalos, llamados a formarse en espíritu y verdad para no ser "clérigos de estado" como lo escribió en el libro de visitantes del seminario conciliar del Espíritu Santo de Ecatepec.

A diferencia de la reunión con los pastores en Catedral de la Arquidiócesis de México, en el estadio de Morelia está la tropa, el cuerpo en movimiento que sostiene y dirige comunidades, religiosas jóvenes con ilusiones y ancianas de fortaleza sobrenatural que sostienen la mayoría de las obras de caridad de la Iglesia católica a nivel nacional.

Es la región cercana al Bajío, emblemática por la convulsionada historia religiosa. Aquí el grito de "Viva Cristo Rey" se escuchó con tambores de guerra y hoy se aclama en honor al Papa Francisco afincado en la Iglesia de las periferias. La devoción esta mañana en Michoacán desborda porque en la médula de laicos y consagrados está el testimonio de sus mártires como el niño José Luis Sánchez del Río, el nuevo santo quien cayó a los 14 años en su natal Sahuayo, municipio michoacano colindante con Jalisco bañado de sangre y plagado de narcofosas.

La vida consagrada escuchó lo que debe ser lo importante. En el marco del Evangelio que proclamó la oración eminentemente sacerdotal del Padre Nuestro, el Papa llamó la atención de lo fundamental. Por encima de burocratismo y activismo, las decisiones de los hombres y mujeres de fe deben tener por sustrato la oración y contemplación. Las tentaciones salieron a relucir como el domingo pasado. Y cómo no cuando el sacerdocio mexicano fue blanco de la sospecha ante el mayor escándalo del clérigo que conmocionó al mundo cristiano y que, precisamente, nació en esta parte de México, ahora sepultado en Cotija, Michoacán, de Marcial Maciel, el burócrata depredador y oportunista defraudador que usó el Evangelio para arrojarlo a los lobos, el de la doble vida al servicio del mal humillando al mismo Dios de Jesucristo.

Resignación es la tentación favorita del demonio. Y el diálogo con el diablo adormila la conciencia para aceptar sin menor condición los problemas de violencia que acaban con nosotros, más en Michoacán que no ve la paz verdadera sino la de los sepulcros como señalo en algún editorial el semanario de la Arquidiócesis de México, "Desde la fe". La exigencia a la vida consagrada es a no instalarse y atrincherarse en la oficina de la burocracia eclesiástica enmohecedora de la vocación y apolillante de los tesoros de la gracia que gratis se recibieron.

Tata Vasco, dijo el Papa, abandonó la magistratura para aceptar el timón del sacerdocio al defender la dignidad de los purépechas en pobreza y abandono. Con la recuperación de la memoria emerge la fidelidad y la oración es don de fortaleza para ir al mundo en vez de pavonearse en el altar o golpear a las ovejas ya lastimadas por la grave descomposición social de México y Michoacán.

El llamado del Papa es evidente para los consagrados. Unirse a Cristo, confiar en el Padre para ser innovadores desintoxicados de la rutina. Don Vasco vivía en oración y actuaba por la oración para testimoniar en la historia no sin padecer reproches y ataques. Antes que beneficios y prebendas, la vida consagrada es participación de la vida divina. Ay de nosotros, decía Francisco, si no somos testigos de lo que hemos visto y oído. Y el pueblo de Dios en México ha sido lastimado por funcionarios de lo divino, burócratas de las tinieblas trasquilando a la oveja enferma.

Después de la etapa oscura, la vida consagrada y sacerdotal en México tiene enfrente una gran era de luz. Las sacudidas sociales abren el reto de innovación frente al sistema de pecado petrificado e inamovible apuntado por el Papa. En Morelia fustigó al clero y laicos para salir de la parálisis. En la vida consagrada, hay esperanza de pastores hábiles y sin discapacidades para ayudar y consolar, para anunciar y denunciar. Como don Vasco de Quiroga, el papá de los indígenas purépechas, la nueva etapa de la Iglesia de México imprime la obligación de formar gente orante, contemplativa y sincera, noble, fuerte y convencida de la vocación con don inestimable para bien de los hermanos.

La segunda etapa de la viaje de Francisco en Morelia tocará otra de las fibras más lastimadas de México. La juventud seducida por las tentaciones del crimen, juventud que parece no tener camino certero de esperanza. A pocos kilómetros de distancia, la tierra michoacana había sufrido una nueva ola de violencia, a pocos kilómetros del Papa muchos jóvenes mueren desconocidos por aceptar con resignación el camino del poder del narcotráfico.

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