“Venga a nosotros tu reino”

El Papa, con un báculo indígenas en Chiapas

El Papa pide perdón a los indios chiapanecos: "Dios dice basta, no más"
El Papa clama en Chiapas: "Vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad"
"Nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto"

José Manuel Vidal, 15 de febrero de 2016 a las 16:48

Sus pueblos abren relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como casa común, fuente de alimentos y altar del compartir humano

(José M. Vidal).- De la periferia obrera de Ecatepec a la de los indígenas de Chiapas. Al aire libre, tras un decorado indígena, el Papa Francisco clama y denuncia: "Vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad". Y dice que "basta ya", que sus clamores han llegado a los oídos de Dios. Para asegurar que los pueblos originarios no sólo no son inferiores, sino que los necesitamos, para restablecer la armonía con "uestra tierra oprimida y devastada, que fime y sufre".

Francisco es recibido con banderas, cantos, gritos y vivas: "Viva el Papa de los pobres" y "Viva el Papa de los indígenas". "El Papa que nos hace volver la cara al pobre". "Francisco, hermano, Chiapas te da la mano". "Vida el Papa que ama los pueblos originarios". "El pueblo camina junto a ti y Samuel". "Francisco, tu presencia despierta la conciencia". "Para ya eres chiapaneco". De fondo, suenan bellos cantos en lenguas indígenas. La misa se celebra en el centro deportivo municipa, al aire libre. Con las montañas al fondo. Detrás del altar sencillo y austero, se erigió todo un bello decorado de la catedral de San Cristóbal de Las Casas. Con los típicos adornos florales indios.
Las lecturas en lenguas indígenas. El Papa luce también una tiara con decoración típica de los indios. Y un báculo de madera labrado en madera y con la cruz encorvada. Y mucho incienso.

Algunas frases dela homilía del Papa
"La Ley del Señor es perefecta"
"La ley del Señor hace sabio al sencillo"
"Ley que quería ser luz para sus pasos"
"Hasta que Dios dice basta, no más. He oído el clamor y he conocido su angustia"
"El alba sobrevino sobre las tribus juntas. La paz de la tierra fue enseguida saneada por el sol"
"Los pueblos que han caminado en las distintas tinieblas de la historia"
"Anhelo que tiene sabor a tierra prometida, donde la opresión y la degradación no sean moneda corriente"

"Anhelo de una tierra y de un tiempo, donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz"
"Cristo es la solidaridad del Padre caminando a nuestro lado"
"Cristo se hace camino, verdad y vida, para que las tinieblas no tengan la últiman palabra y el alba no deje de venir"

"Se ha querido silenciar y callar este anhelo"
"Han intentado anestesiarnos el alma, aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes"
"La creación también sabe levantar su voz. Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del abudo de los bienes que Dios ha puesto en ella"

"Crecimos pensando que eramos sus propietarios y explotadores"


"Entre los pobres más abandonados y maltratados está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto"

"Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la Historia"
"En esto ustedes tienen mucho que enseñar a la Humanidad"

"Sus pueblos abren relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como casa común, fuente de alimentos y altar del compartir humano"
"Vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad"

"Algunos han considerados inferiores vuestros valores y culturas"

"Otros los han despojado de sus tierras o las han contaminado"

"Hacer un examen de conciencia t aprender a decir perdón"

"El mundo de hoy los necesita a ustedes"

"Los jóvenes necesitan que no se pierda la sabiduría de sus ancianos"

"El mundo de hoy necesita reaprender elvalor de la gratuidad"

"El Creador nunca nos abandona"

  

Texto completo de la homilía del Papa
Li smantal Kajvaltike toj lek - la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma, así comenzaba el salmo que hemos escuchado. La ley del Señor es perfecta; y el salmista se encarga de enumerar todo lo que esa ley genera al que la escucha y la sigue: reconforta el alma, hace sabio al sencillo, alegra el corazón, es luz para alumbrar el camino.

Esa es la ley que el Pueblo de Israel había recibido de mano de Moisés, una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían sido llamados. Ley que quería ser luz para sus pasos y acompañar el peregrinar de su Pueblo. Un Pueblo que había experimentado la esclavitud y el despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia (cf. Ex 3,9). Y ahí se manifiesta el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se volvía símbolo de libertad, símbolo de alegría, sabiduría y luz. Experiencia, realidad que encuentra eco en esa expresión que nace de la sabiduría acunada en estas tierras desde tiempos lejanos, y que reza en el Popol Vuh de la siguiente manera: El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue enseguida saneada por el sol (33). El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia.

En esta expresión, hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente. En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz.

Nuestro Padre no sólo comparte ese anhelo, Él mismo lo ha estimulado y lo estimula al regalarnos a su hijo Jesucristo. En Él encontramos la solidaridad del Padre caminando a nuestro lado. En Él vemos cómo esa ley perfecta toma carne, toma rostro, toma la historia para acompañar y sostener a su Pueblo; se hace Camino, se hace Verdad, se hace Vida, para que las tinieblas no tengan la última palabra y el alba no deje de venir sobre la vida de sus hijos.

De muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar este anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles. Frente a estas formas, la creación también sabe levantar su voz; «esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que "gime y sufre dolores de parto" (Rm 8,22)» (Laudato si', 2).

El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos (cf. Laudato si',14) y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia.

En esto ustedes tienen mucho que enseñarnos, que enseñar a la humanidad. Sus pueblos, como han reconocido los obispos de América Latina, saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como «fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano» (Aparecida, 472).

Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura, sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! Perdón hermanos, el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes.

Los jóvenes de hoy, expuestos a una cultura que intenta suprimir todas las riquezas y características diversidades culturales en pos de un mundo homogéneo, necesitan que no se pierda la sabiduría de sus ancianos.

El mundo de hoy, preso del pragmatismo, necesita reaprender el valor de la gratuidad.

Estamos celebrando la certeza de que «el Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, que no se arrepiente de habernos creado» (Laudato si', 13). Celebramos que Jesucristo sigue muriendo y resucitando en cada gesto que tengamos con el más pequeño de sus hermanos. Animémonos a seguir siendo testigos de su Pasión, de su Resurrección haciendo carne Li smantal Kajvaltike toj lek - la ley del Señor que es perfecta del todo y reconforta el alma.

Palabras de agradecimiento de los indígenas al final de la eucaristía
Tatik Francisco: Todo el pueblo indígena de Chiapas, de México y de Guatemala estamos muy agradecidos por tu visita aquí en nuestra diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Gracias por la confianza de estar con nosotros, por aumentar nuestra fe en Dios, por la forma en que nos enseñas. Aunque muchas personas nos desprecian, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta, como la Virgen de Guadalupe a San Juan Dieguito.

Llévanos en tu corazón con nuestra cultura, también con nuestra alegría y nuestros sufrimientos, con las injusticias que sufrimos, con el dolor de nuestros enfermos, con nuestros niños, jóvenes y ancianos, y con nuestra esperanza en Cristo resucitado. Aunque vives lejos en Roma, te sentimos muy cerca de nosotros. Síguenos contagiando la alegría del Evangelio y sigue ayudándonos a cuidar la hermana y madre tierra, que Dios nos dio. Y que nos tengas en cuenta en tus oraciones, para que podamos realizar las obras de la misericordia.

Muchas gracias, jTatik, por autorizar nuevamente el cargo de diaconado permanente indígena con su propia cultura, y haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas. Queremos escuchar a Dios y hablarle en nuestro propio idioma. Muchas gracias, jTatik, que has llegado a nuestra tierra, de ascendencia maya. Estamos unidos con el Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra, como nuestros antepasados le llamaban a Dios, como dice el Popol Vuh, con un solo corazón con los árboles, flores, animales, plantas silvestres, agua y manantiales, porque creemos en un solo Padre y Madre Dios.

Evangelio según San Mateo 6,7-15. 

Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes. 
Juan Taulero (c. 1300-1361), dominico en Estrasburgo Sermón 62

“Venga a nosotros tu reino”

Si alguien pudiera mirarlo de cerca, quedaría asustado al ver de qué manera el hombre busca, en toda cosa, su bien personal aun en detrimento de otros hombres, en las palabras, las obras, los dones, los servicios. Tiene siempre la vista puesta en su bien personal: gozo, utilidad, gloria, servicios a recibir, siempre ventajas para sí mismo. He aquí lo que buscamos y queremos conseguir de las criaturas, e incluso en el servicio de Dios. El hombre no ve más que las cosas terrestres, de la misma manera que la mujer encorvada de la que nos habla el evangelio, estaba totalmente inclinada hacia el suelo y no podía mirar hacia lo alto (Lc 13,11).

Nuestro Señor dice que “no se puede servir a dos señores, a Dios y a las riquezas”, y continúa “buscad primero”, es decir ante todo y por encima de todo, “el Reino de Dios y su justicia” (Mt 6,24.33).

Vigilad, pues, vuestras profundidades, y no busquéis más que el Reino de Dios y su justicia –es decir no busquéis más que a Dios, que es el verdadero reino. Es este el reino que deseamos y pedimos todos los días en el Padrenuestro. El Padrenuestro es una oración muy subida y poderosa; no sabéis lo que pedís (Mc 10,38). Dios está en su propio reino, el reino de todas las criaturas dotadas de razón, y es el fin de sus movimientos e inspiraciones. El reino que pedimos es Dios, él mismo en toda su riqueza...

Cuando el hombre se mantiene en estas disposiciones, no buscando, no queriendo, no deseando nada más que a Dios, él mismo llega a ser el Reino de Dios y Dios reina en él. En su corazón reina magníficamente el rey eterno que le manda y gobierna; la sede de este reino está en lo más íntimo del fondo de su alma.

´En Morelia, a partir del 16 de febrero

90.000 jóvenes se reunirán con Francisco en el Estadio Morelos
El Papa visita Morelia, para 'hacer lío' con los jóvenes y condenar el narcotráfico
"Que rece por la juventud, que es el futuro y que podamos ser una juventud prometedora"

Redacción, 16 de febrero de 2016 a las 11:08

La escala del papa en Morelia es una señal de que respalda completamente el programa pastoral de Suárez Inda y lo considera un modelo para que otros clérigos lo emulen

Este martes el papa Francisco verá el rostro del México joven al que ha aludido en sus primeros discursos al llegar al país y que a menudo es el de adolescentes convertidos en carne de cañón de los cárteles del crimen organizado.

Unos 660 niños y 90.000 jóvenes mexicanos se encontrarán con el pontífice en Morelia, capital del occidental estado mexicano de Michoacán, en sendos encuentros programados en la Catedral Metropolitana y el Estadio Morelos.

De todo el país han llegado jóvenes para el encuentro con Francisco, en el que 40.000 estarán dentro del estadio y otros 50.000 lo observarán desde las pantallas que serán desplegadas en el estacionamiento del mismo.

Carlos y Marlene viven en Morelia pero no pudieron conseguir boletos para estar dentro del estadio. Han esperado casi 24 horas en la puerta de entrada pues "aunque sea en el estacionamiento" su único deseo es verlo, pues no saben cuándo tendrán una nueva oportunidad para ello.

"Es un mensajero de paz y aparte creemos que es el vicario de Jesús en la tierra, y es una emoción muy grande que venga a Morelia", dice a EFE Marlene, con el cabello ya un poco despeinado por la espera a la intemperie.
"Creemos firmemente que con su mensaje que viene a dar a Michoacán, a México, puede hacer (una) gran diferencia", agrega Carlos.

Al lado suyo y con las mochilas dispuestas en el suelo para esperar la llegada del pontífice,un grupo de 16 jóvenes deja sentir su energía con bromas y porras.

Llegaron de Indaparapeo, también en Michoacán, un pequeño poblado a 25 kilómetros de Morelia. Raymundo Navarro de 23 años, es el coordinador del grupo y afirma que todos están nerviosos y ansiosos de ver a quien consideran "el mensajero de Dios".

Para él esta visita significa una semilla de cambio en un estado que ha sufrido violencia e inseguridad, y en donde es frecuente que no puedan salir a las calles "por el miedo".


"Nos sentimos con una responsabilidad que tenemos nosotros los jóvenes, porque hay jóvenes que están alejados de Dios y como que va a plantar una semilla para darnos ese ánimo que nos hace falta", agrega.

Un grupo de universitarios del estado de Aguascalientes viajaron a Morelia cargados con bolsas de dormir, libros y algo de comida. Unos esperaron afuera del estadio y otros cerca de la Catedral para poder ver al líder de la Iglesia Católica.

Entre ellos, Diego Heredia, de 23 años, lo verá por segunda vez después de la primera el año pasado en su natal Bolivia. Asegura que le emociona tenerlo cerca y le gustaría decirle que rece por la juventud.

"Que rece por todos nosotros, y sobre todo por la juventud, que es el futuro y que podamos ser una juventud prometedora", dice.

En la Catedral, 660 niños y niñas verán al papa Francisco y le entregarán cartas y dibujos hechos por ellos mismos en los que le expresan su agradecimiento y le piden "bendiciones" para Michoacán.

Los pequeños fueron elegidos por ser los mejores en sus colegios o por haber cumplido sus labores de catequesis en las iglesias. María del Sol Vallejo, de 11 años, vuelve a sonreír cuando recuerda cómo su madre le dio la noticia de que vería al santo padre.

"Hace mucho que quería ver al papa Francisco y cuando me dijeron que lo iba a ver me dio mucha emoción", afirma, y agrega que el dibujo que le entregará es un retrato del pontífice repartiendo bendiciones a Michoacán.

Ángel Chávez, de 11 años, afirma que hace un mes que supo que estaría con Francisco en la Catedral y se ha preparado con oración y asistiendo a misa. Lo que quiere es pedirle que rece para que él pueda ser sacerdote como lo ha deseado desde los seis años de edad.

"Que ore por todo Michoacán y por todo México para que sea aun mejor país, y que pida por mi vocación, que quiero ser sacerdote", dice el pequeño con timidez detrás de sus gafas.

Feudo del narcotráfico
La visita del pontífice a Morelia, capital del estado de Michoacán -el cual se ha convertido en un campo fértil para la producción y el contrabando de narcóticos_, llega en momentos en que busca dar consuelo a un país afligido por la violencia derivada de las drogas, al tiempo que envía un mensaje sobre su visión para el futuro de la Iglesia mexicana.


El año pasado Francisco hizo cardenal a Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, que al igual que el papa ha exhortado a los miembros de la jerarquía eclesiástica de México a que dejen de lado su vida cómoda y se conviertan en pastores con el "olor a oveja" de sus feligreses. Es una frase famosa del pontífice sobre la necesidad de los obispos de acompañar a su grey a través de los altibajos de la vida.

Desde que comenzó su viaje por el país el viernes por la noche, Francisco ha reprendido varias veces a los líderes de la Iglesia mexicana, muchos de los cuales se muestran renuentes a criticar a la élite de los ricos y poderosos con la que tienen vínculos cercanos.

En la Ciudad de México el sábado criticó a los que llamó clérigos chismosos, altivos y ensimismados por destacar en su carrera, y los exhortó a que apoyen a su grey y ofrezcan valor "profético" al enfrentar el narcotráfico. En un mensaje que dejó en un libro de visitas de un seminario, exhortó a los futuros sacerdotes a ser pastores de Dios en lugar de clérigos "del Estado".

La escala del papa en Morelia es una señal de que respalda completamente el programa pastoral de Suárez Inda y lo considera un modelo para que otros clérigos lo emulen.

En 2013, en la que ha sido tal vez la cúspide de la violencia en Michoacán, Suárez Inda encabezó a otros ocho obispos en la firma de una carta inusualmente dura en la que acusaban a las autoridades gubernamentales de "complicidad, forzada o voluntaria"con las bandas criminales. Exhortaban a los sacerdotes a que hicieran "cuanto esté a su alcance" para ayudar a la gente en un ambiente de secuestros, homicidios y extorsión, así como a emprender "acciones concretas a favor de la paz y la reconciliación".

Suárez Inda respalda de forma clara las ideas de Francisco acerca del papel del clero en el México contemporáneo, haciendo eco de la exhortación del papa de que "los pastores no deben ser burócratas y los obispos no debemos tener mentalidad ni actitud de príncipes".

El pontífice "sacude la conciencia del sacerdote para que no seamos sacerdotes mediocres, instalados, buscando simplemente una promoción social, sino que realmente vivamos con grande generosidad nuestra vocación al servicio de la gente", declaró Suárez Inda al período mexicano El Universal el mes pasado.

El arzobispo también formó parte de un grupo de clérigos de Michoacán y del vecino estado de Guerrero que prepararon un informe sobre la violencia del narcotráfico en México el año pasado que dijo dejó a Francisco "muy impactado, muy impresionado".

El pontífice podría esbozar más de su visión para la Iglesia durante una misa celebrada con clérigos, seminaristas y monjas en un estadio.

Pero el momento más destacado del día podría ocurrir en su último evento, una reunión con jóvenes mexicanos. Francisco suele improvisar cuando habla con gente joven, y es casi seguro que tocará el problema de las drogas.


Gran parte de Michoacán forma parte de una región llamada Tierra Caliente, conocida tanto por sus elevadas temperaturas como por las estrategias brutales de los delincuentes para controlar lucrativos territorios de producción y de contrabando de estupefacientes.

Para 2013, el cártel de los Caballeros Templarios, una organización pseudorreligiosa de corte evangélico, efectuaba tantos secuestros, extorsiones y ejercía un dominio tal sobre la escena política y económica del estado que los agricultores locales se alzaron en armas contra él. Pero la insurrección de las llamadas "autodefensas" trajo poca paz al estado, pues estos grupos comenzaron a pelear entre ellos al tiempo que surgían nuevas bandas delictivas y otras intentaban ingresar por la fuerza a Michoacán, una importante fuente de producción de metanfetaminas.

"Estoy emocionada por la llegada del papa, pero la realidad es que la gente está temerosa. Ahora se ve ambiente alegre y mucha policía, pero el día a día no es tan tranquilo. Ha crecido la delincuencia", dijo Yulisa Durán, una estudiante de enfermería de 18 años que estaba sentada con su novio en la plaza principal de Morelia.

"Vivía en un pueblito que era muy apacible", señaló, pero luego entraron los del cártel "y la gente está intranquila y se ven muertos o secuestros que nunca antes se habían visto". Francisco denunció el lunes la explotación y la exclusión que sufrieron durante siglos los indígenas de México en el estado sureño de Chiapas, e indicó que el mundo puede aprender de sus tradiciones. "Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones", les dijo el pontífice a los indígenas en la misa. "Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban". Dijo que la gente debería hacer un examen de conciencia y pedir "perdón" por el trato a estos pueblos autóctonos. En San Cristóbal de las Casas, Francisco celebró una misa en la que se incluyeron lecturas en lenguas mayas nativas. También quiso detenerse a orar ante la tumba del obispo Samuel Ruiz, que atendió a los más pobres de México y respaldó la controvertida práctica de mezclar su cultura indígena con los rituales católicos. "Viene a reivindicar toda una lucha de los pueblos", dijo el reverendo Marcelino Pérez, sacerdote indígena que tradujo la homilía del papa a tzotzil durante la misa. (RD/Agencias)

Tentaciones de Cristo, tres tentaciones que el cristiano se enfrenta diario

¿Hasta dónde somos conscientes de estas tentaciones en nuestra persona, en nosotros mismos?

Por: SS Papa Francisco | Fuente: Oficina de Prensa de la Santa Sede 

Ahora que estamos en Cuaresma, vale la pena meditar las palabras del Papa Francisco en la homilía de la Misa de Ecatepec 14 febrero 2016

El miércoles pasado hemos comenzado el tiempo litúrgico de la cuaresma, en el que la Iglesia nos invita a prepararnos para celebrar la gran fiesta de la Pascua. Tiempo especial para recordar el regalo de nuestro bautismo, cuando fuimos hechos hijos de Dios. La Iglesia nos invita a reavivar el don que se nos ha obsequiado para no dejarlo dormido como algo del pasado o en algún «cajón de los recuerdos». Este tiempo de cuaresma es un buen momento para recuperar la alegría y la esperanza que hace sentirnos hijos amados del Padre. Este Padre que nos espera para sacarnos las ropas del cansancio, de la apatía, de la desconfianza y así vestirnos con la dignidad que solo un verdadero padre o madre sabe darle a sus hijos, las vestimentas que nacen de la ternura y del amor.

Nuestro Padre es el Padre de una gran familia, es nuestro Padre. Sabe tener un amor único pero no sabe generar y criar «hijos únicos». Es un Dios que sabe de hogar, de hermandad, de pan partido y compartido. Es el Dios del Padre nuestro no del «padre mío» y «padrastro vuestro».

En cada uno de nosotros anida, vive ese sueño de Dios que en cada Pascua, en cada eucaristía lo volvemos a celebrar, somos hijos de Dios. Sueño con el que han vivido tantos hermanos nuestros a lo largo y ancho de la historia. Sueño testimoniado por la sangre de tantos mártires de ayer y de hoy.

Cuaresma, tiempo de conversión porque a diario hacemos experiencia en nuestra vida de cómo ese sueño se vuelve continuamente amenazado por el padre de la mentira, por aquel que busca separarnos, generando una sociedad dividida y enfrentada. Una sociedad de pocos y para pocos. Cuántas veces experimentamos en nuestra propia carne, o en la de nuestra familia, en la de nuestros amigos o vecinos, el dolor que nace de no sentir reconocida esa dignidad que todos llevamos dentro. Cuántas veces hemos tenido que llorar y arrepentirnos por darnos cuenta que no hemos reconocido esa dignidad en otros. Cuántas veces —y con dolor lo digo— somos ciegos e inmunes ante la falta del reconocimiento de la dignidad propia y ajena.

Cuaresma, tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y proyecto de Dios. Tiempo para desenmascarar esas tres grandes formas de tentaciones que rompen, dividen la imagen que Dios ha querido plasmar.

Tres tentaciones de Cristo…

Tres tentaciones del cristiano que intentan arruinar la verdad a la que hemos sido llamados.
Tres tentaciones que buscan degradar y degradarnos.

1. La riqueza, adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o «para los míos». Es tener el «pan» a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos.

2. La vanidad, esa búsqueda de prestigio en base a la descalificación continua y constante de los que «no son como uno». La búsqueda exacerbada de esos cinco minutos de fama que no perdona la «fama» de los demás, «haciendo leña del árbol caído», deja paso a la tercera tentación.

3. El orgullo, o sea, ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la «común vida de los mortales», y que reza todos los días: «Gracias Señor porque no me has hecho como ellos».

Tres tentaciones de Cristo…
Tres tentaciones a las que el cristiano se enfrenta diariamente.
Tres tentaciones que buscan degradar, destruir y sacar la alegría y la frescura del Evangelio. Que nos encierran en un círculo de destrucción y de pecado.
Vale la pena entonces preguntarnos:

  • ¿Hasta dónde somos conscientes de estas tentaciones en nuestra persona, en nosotros mismos?
  • ¿Hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y en el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida?
  • ¿Hasta dónde creemos que el cuidado del otro, nuestra preocupación y ocupación por el pan, el nombre y la dignidad de los demás son fuentes de alegría y esperanza para vencer esas tentaciones?

Hemos optado por Jesús y no por el demonio. Si nos acordamos, lo que escuchamos en el Evangelio, Jesús no le contesta al demonio con ninguna palabra propia sino que le contesta con las palabras de Dios, con las palabras de la Escritura. Porque hermanas y hermanos, metámoslo en la cabeza, con el demonio no se dialoga. No se puede dialogar porque nos va a ganar siempre. Solamente la fuerza de la Palabra de Dios lo puede derrotar.

Hemos optado por Jesús y no por el demonio. Queremos seguir sus huellas pero sabemos que no es fácil. Sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder. Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo, nos invita a la conversión con una sola certeza: Él nos está esperando y quiere sanar nuestros corazones de todo lo que lo degrada, degradándose o degradando. Es el Dios que tiene un nombre: misericordia. Su nombre es nuestra riqueza, su nombre es nuestra fama, su nombre es nuestro poder y en su nombre una vez más volvemos a decir con el salmo: «Tú eres mi Dios y en ti confío».

Que en esta eucaristía el Espíritu Santo renueve en nosotros la certeza de que su nombre es misericordia, y nos haga experimentar cada día que «el Evangelio llena el corazón y la vida de los que se encuentran con Jesús... sabiendo que con Él y en Él renace siempre la alegría» (Evangelii gaudium, 1) 

Juliana, (o Ileana) Mártir, Santa

Virgen y Mártir, 16 de febrero 

Martirologio Romano: En la Campania, santa Juliana, virgen y mártir (s. inc.). 

Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana con la intención de llevarlas consigo a Roma. Por una tempestad, tuvo que desembarcar en Puzoli donde le edificó un templo que luego destruyeron los lombardos. Las reliquias se vieron peligrar y prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con gran devoción.

En Nicomedia tuvieron lugar los hechos, de mil maneras narrados y con toda clase de matices comentados, en torno a esta santa que hizo un proyecto de su vida contrapuesto al deseado por su padre. Los narraré escuetamente adelantando ya que fue por la persecución de Maximiano.

Juliana es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho - que cuando llega el momento llega a convertirse en perseguidor de los cristianos - y una madre agnóstica. Ella, por la situación del entorno familiar nada favorable para la vivencia cristiana, se ha hecho bautizar en secreto. Además se le ha ocurrido entregarse enteramente a Cristo y no entra el casamiento en sus planes de futuro. Este es el marco.

La dificultad del caso comienza cuando Eluzo, que es un senador joven, quiere casarse con Juliana. La cosa se pone aún más interesante porque, conociendo que Eluzo bebe los vientos por su hija, ya ha concertado el padre el matrimonio entre el senador y la joven, comprometiendo su honorabilidad.

La supuesta novia lo recibe amablemente y con cortesía haciendo gala de su esmerada educación. Pero, al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, salta sobre el tapete una condición al aspirante con la intención de desligarse del compromiso. No lo aceptará -le dice- mientras no sea juez y prefecto de la ciudad. Claro que eso era como pedir la luna; pero se vio pillada en sus palabras ya que en poco tiempo, gracias a influencias, dinero y valía personal, Eluzo se ha convertido en juez y prefecto de Nicomedia; además, continúa insistiendo en sus pretensiones matrimoniales con Juliana. La doncella mantiene la dignidad dándole toda clase de felicitaciones y parabienes, al tiempo que le asegura no poder aceptar el matrimonio hasta que se dé otra condición imprescindible para cubrir la sima que los separa: debe hacerse cristiano.

Ante tamaño disparate es el propio Eluzo quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando y de la «novedad» que se presenta. «Si eso es verdad, seremos juez y fiscal para mi hija». Juliana sólo sabe contestar a su padre furioso que ansía ser la primera dama de la ciudad, pero que sin ser cristiano, todo lo demás lo estima en nada.

«Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana».

Convertida al cristianismo, se destacó por su entusiasmo y ardor en la difusión de la fe, por lo que fue encarcelada, torturada y finalmente decapitada el año 305. Su cuerpo fue trasladado a Cumas, en Italia, y posteriormente su reliquias llegaron a España, donde en su honor los condes de Castilla levantaron el célebre monasterio de Santillana (Santa Ileana), uno de los mejores monumentos de la Edad Media española

En la conversación tratará a su padre con respeto y amor de hija, pero... «mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza». Vienen los tormentos esperados cuando las razones no son escuchadas. Estaño derretido y fuego; además, cárcel para darle tiempo a pensar y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 308.

Alguna vez hay padres «se pasan» al forzar a sus hijos cuando tienen que elegir estado. Esto tiene más complicaciones si razones profundas, como la fe práctica, dificulta la comprensión de los motivos que distancian. ¿No pensaría el padre de Juliana que sin matrimonio y cristiana su hija sería desgraciada? Quizá con viva fe cristiana llegara a vislumbrar que Jesucristo llena más que el dinero, el poder, la dignidad y la fama.

Uno de los hechos más característicos de las «Actas», es la discusión que tuvo la santa con el demonio, el cual, disfrazado cono un ángel de luz, trataba de persuadirla para que accediese a los deseos de su padre y de su pretendiente. Por ello, el arte medieval representaba comúnmente a Santa Juliana con una cadena o una cuerda disponiéndose a atar a un demonio alado

Padre nuestro que estás en los cielos...
Mateo 6, 7-15. Cuaresma. Repetir con los labios de nuestro corazón estas palabras para gustar el don de ser hijos de Dios. 


Oración introductoria 
Señor, quiero iniciar mi oración llamándote ¡Padre! Permite que sepa meditar la profundidad de esta realidad tan hermosa. Por mi bautismo, ¡soy un verdadero hijo tuyo! Tomado con fe, esperanza y mucho amor de tu mano, concédeme que la presencia de Jesucristo en mi vida me convierta en un digno hijo tuyo.

Petición
Padre, que siempre rece el Padrenuestro.

Meditación del Papa Francisco
Hoy quisiera destacar este aspecto: que la familia es un gran gimnasio de  entrenamiento en el don y en el perdón recíproco sin el cual ningún amor puede ser duradero. Sin entregarse y sin perdonarse el amor no permanece, no dura. En la oración que Él mismo nos enseñó —es decir el Padrenuestro— Jesús nos hace pedirle al Padre: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Y al final comenta: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. No se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en la familia. Cada día nos ofendemos unos a otros. Tenemos que considerar estos errores, debidos a nuestra fragilidad y a nuestro egoísmo. Lo que se nos pide es curar inmediatamente las heridas que nos provocamos, volver a tejer de inmediato los hilos que rompemos en la familia. Si esperamos demasiado, todo se hace más difícil. Y hay un secreto sencillo para curar las heridas y disipar las acusaciones. Es este: no dejar que acabe el día sin pedirse perdón, sin hacer las paces entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas... entre nuera y suegra. Si aprendemos a pedirnos inmediatamente perdón y a darnos el perdón recíproco, se sanan las heridas, el matrimonio se fortalece y la familia se convierte en una casa cada vez más sólida, que resiste a las sacudidas de nuestras pequeñas y grandes maldades. Y por esto no es necesario dar un gran discurso, sino que es suficiente una caricia: una caricia y todo se acaba, y se recomienza. Pero no terminar el día en guerra. (Audiencia de S.S. Francisco, 4 de noviembre de 2015).

Reflexión
A un buen Padre no le hacen falta muchas explicaciones cuando un hijo pequeño se le acerca a pedirle algo. Un padre que se precie o una madre atenta saben, de antemano, lo que el hijo necesita, incluso cuando no sabe todavía pedirlo. La razón por la que los judíos y buena parte de los rabinos se perdían en largas oraciones y plegarias, está en que su Dios se había convertido para ellos en un Ser lejano, inalcanzable... razonaban humanamente pensando en que las oraciones crecían en valor a medida de su "longitud"... Del mismo modo habían ido añadiendo nuevas normas a las prácticas de la Ley mosaica.

Con ello exasperaban al mismo Dios. Con sus sacrificios, tan largos como vacíos de sentido, no se daban cuenta, y en esto nos podemos también incluir nosotros, que a Dios le bastan pocas palabras cuando éstas nacen verdaderamente del interior. Y que para acercársele la clave no está en añadir más sílabas o más "velas"... como si esto desencadenara un efecto "mágico" por sí solo. Sin dejar de tener su valor, no es lo más importante. Bastaría quizás con iniciar esa oración que Cristo nos enseña conscientes de sus primeras dos palabras... "Padre nuestro". Sí, repetirlas con los labios de nuestro corazón lentamente para gustar el inefable don de ser hijos. No nos resulta fácil, en un mundo tan complicado y "alambicado", regresar a esa infancia espiritual. Esa niñez del alma que vive permeada por la sencillez ¡Cuánto bien nos haría volver a ser así! Se es más feliz cuando se vive más confiado en Dios (Padre), como hace un niño pequeño.

Recordemos las palabras del mismo Jesús: "Quien no se hace como uno de estos... no podrá entrar en el Reino de los Cielos..."

Propósito
Con confianza y humildad hacer un acto de alabanza y adoración a Dios recitando el padrenuestro y algunos salmos.

Diálogo con Cristo 
Gracias, Señor, por enseñarme a orar. Sé que me puedo acercar a Ti con toda confianza, con la seguridad de ser escuchado y la certeza de ser amado. Que esta familiaridad no me lleve a olvidar con quién estoy tratando. Humildemente te pido que sepa, al igual que tu Madre Santísima lo hizo, reconocer y corresponder a las grandes maravillas con las que quieres enriquecer mi vida.

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