A ti niño, te llamarán profeta del Altísimo”

Evangelio según San Marcos 6,17-29. 

Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". 

Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. 

Santa María de la Cruz (Juana) Jugan

Santa María de la Cruz Jugan, virgen y fundadora

Cerca de Renes, en Francia, santa María de la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de los Pobres para pedir limosna para los necesitados y para Dios, pero injustamente alejada de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad.

Nació el 25 de octubre de 1792. Su padre era un honrado pescador en las costas de Terranova y un día el mar bravío lo engulló. Ella tenía cuatro años. Después fue de gran ayuda para su madre, que debía alimentar a todos los hijos; cuidaba un rebaño mientras rezaba y mantenía viva la presencia de Dios en su corazón. En 1810 obtuvo empleo como ayudante de cocina en casa de la vizcondesa de la Chouë. A los 18 años la cortejó un marinero. No quiso comprometerse entonces y al cumplir los 24 el enamorado insistió. Su madre juzgaba que el matrimonio sería ventajoso, pero a Juana le movía esta poderosa convicción: «Dios me quiere para Él. Él me guarda para una obra que no es aún conocida...». En 1816 participó en una «Misión». Y en medio de la oración brotó el afán de consagrarse a Dios y de asistir a los pobres por amor a Él, vinculada a la Tercera Orden del Corazón de la Madre Admirable, obra de san Juan Eudes. Comenzó a trabajar como ayudante de enfermería en el hospital «du Rosais» de Saint-Servan, hasta que en 1823 cayó enferma por causa de gran fatiga. Pero ya había hecho acopio de una excelente formación que iba a ayudarle en su misión, y mostrado gran sensibilidad para comprender y paliar el dolor ajeno. Convivió con Marie Lecoq doce años. Compartían el mismo ideal: misa diaria, oración, visitas a los pobres de la parroquia, y la formación catequética a los niños. Ella ayudó a Juana a restablecerse.

Lecoq murió en 1835. Pocos años más tarde, la santa alquiló una vivienda junto a François Aubert, que era conocida suya. Inició la fundación en el invierno de 1839 con la acogida de una anciana viuda, pobre, ciega y enferma de la que tenía referencia directa. La ubicó en su dormitorio portándola en sus brazos, y ella se mudó al granero. Las siguientes integrantes fueron Virginia, una joven de 17 años, que sanó gracias a sus cuidados, y otra persona mayor, soltera, que había servido gratuitamente a un matrimonio sin recursos y que no tenía a donde ir. La demanda crecía y pronto escaseó el espacio.

Abnegada, generosa, llena de piedad y misericordia por los pobres desvalidos, los buscaba en barrios marginales y en toda clase de tugurios. En 1840 pusieron en marcha una asociación caritativa junto al vicario del lugar, Augusto Le Pailleur; éste sería su cruz. François tuvo en cuenta su avanzada edad, y prefirió quedarse en la retaguardia. Esta mujer, Juana y Magdalena Bourges, otra enferma cobijada en casa que la fundadora auxilió, fueron las primeras integrantes de las Hermanitas de los Pobres.

Para alimentar a tantas personas recogidas y a falta de ingresos, mendigaban. Lo habían hecho antes las ancianas, pero pidieron a Juana que las sustituyera. Y ella aceptó animada por un religioso de san Juan de Dios. Tuvo que vencerse y hacer un ímprobo esfuerzo, pero salió a la calle y plantó cara muchos desplantes y chanzas. Sufrió las inclemencias meteorológicas y la penalidad de los largos trayectos. Tenía dotes para la colecta, y obtenía no solo dinero sino también ayuda en especies. Un día le dieron una bofetada, y ella respondió mansamente: «Gracias; eso es para mí. ¡Pero ahora deme algo para mis pobres, por favor!». Una persona que poseía cuantiosos bienes juzgó que era suficiente con la notable cantidad que le entregó; no llevó bien que Juana volviese de nuevo en otra ocasión y la trató sin miramiento. Pero ella no se arredró.

Le recordó que precisaban comer todos los días. El hombre, impresionado, se avergonzó y se convirtió en uno de sus benefactores. La santa también infundía el amor al trabajo a los ancianos, que ayudaban con lo que sabían hacer para costear los gastos. En 1843 fue unánimemente reelegida superiora por sus compañeras. En 1845 la Academia Francesa le concedió el premio Montyon por su labor humanitaria; el dinero que le dieron lo invirtió en reparar un techo. También la logia masónica premió su labor con una medalla de oro que fundió para hacer un cáliz. Su fama crecía, aunque ella no la buscara. Sin embargo Le Pailleur tenía aspiraciones que no discurrían por el camino evangélico. Su intención era manejar a su antojo la fundación y pensando que no podría intervenir en ella si Juana estaba al frente, poco tiempo después de la elección, dando por inválida su designación, la relegó a la colecta sin más atribuciones. Como siempre, un santo obra milagros en la adversidad y arrebata las gracias con su virtud.

Juana, que no perseguía el poder, obedeció y asumió con mansedumbre la decisión y las humillaciones que siguieron después, incluido el trato prepotente y altivo de la nueva y joven superiora. Enviada a Rennes a mendigar, fundó allí en 1846 y luego abrió casas en distintos puntos del sur de Francia. Devotísima de san José, logró que los ancianos se encomendaran a él, y obtuvieran lo que pedían. En 1852 Le Pailleur, que le prohibió también pedir limosna, la envió a la casa fundadora. Allí permaneció cerca de tres décadas realizando tareas domésticas, completamente postergada, íntima y profundamente unida a Cristo, amando a los pobres, en quienes le veía: «No olviden nunca que el pobre es nuestro Señor». Desde el anonimato se ocupó de mantener en pie la Orden, impulsándola, gozándose íntimamente en su sencillez de los frutos que se cosechaban. ¡Qué corazón tan grande! Con sus propios matices, es la noble y conmovedora historia que late en las fundaciones porque quienes las impulsaron murieron día a día a sí mismos buscando únicamente la gloria de Dios. La obra fue aprobada por León XIII en marzo de 1879. El 29 de agosto de ese año ella murió en silencio, como hizo en las décadas de humano ostracismo mientras que su espíritu iba inundándose con la luz divina. Muchas de las hermanas supieron después que era la fundadora. Juan Pablo II la beatificó el 3 de octubre de 1982. Benedicto XVI la canonizó el 11 de octubre de 2009. 

San Máximo de Turín (¿-c. 420), obispo Sermón, 36

“A ti niño, te llamarán profeta del Altísimo” (Lc 1,76)

Entre los títulos de gloria del santo y bienaventurado Juan Bautista, celebramos hoy su fiesta, no sé a cuál de ellas darle preferencia: ¿a su nacimiento milagroso o a su muerte más milagrosa todavía? Su nacimiento aportó una profecía (Lc 1,67s), su muerte la verdad; Su nacimiento anunció la llegada del Salvador, su muerte condenó el incesto de Herodes. Este hombre santo... mereció a los ojos de Dios, no desaparecer de la misma manera que otros hombres de este mundo: dejó este cuerpo recibido del Señor, confesándolo. Juan cumplió en todo la voluntad de Dios, ya que su vida y su muerte corresponden a sus designios...

Todavía está en el vientre de su madre cuando ya celebra la llegada del Señor, por sus movimientos de alegría, ya que no podía hacerlo con su voz. Isabel le dice a María: “En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre" (Lc 1,44). Juan exulta pues, antes de nacer, y antes de que sus ojos no reconozcan al que se presenta al mundo, su espíritu reconoce al que es el Maestro. Pienso que este es el sentido de la frase del profeta: "Antes de formarte en el vientre materno, te conocí; antes de que salieras del seno materno, te consagré" (Jr 1,5). No nos asombremos pues, si encerrado en la prisión por mandato de  Herodes, continuó predicando a Cristo a través de sus discípulos (Mt 11,2), ya que, encerrado en el seno de su madre, ya anunciaba, por sus estremecimientos la llegada del Señor.

La muerte de Juan Bautista
Solemnidades y FiestaMartirio de Juan Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado:  prisionero, a los de Dios, un triunfador

Oración introductoria
Creo, Señor, en Ti. Eres mi Padre, me amas y me buscas en esta oración para que sepa moldear mi vida según tu Palabra. Que la luz y la fuerza de tu Espíritu Santo guíe mis actividades de este día para ser, como san Juan Bautista, un auténtico discípulo y misionero de tu amor.

Petición
Jesús, ayúdame a prestar hoy mucha atención para oír tu voz que me llama en mi conciencia.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Una misión requiere valor heroico.

Juan era tu precursor. Su misión marcó su vida desde antes de nacer.

Además, murió proclamando la Verdad, preparando el camino para que llegara tu Reino, Jesús. Anunciar tu nombre no es fácil. A muchos les costó la fama; otros eran expulsados de la sinagoga; a Juan su valentía le costó la cárcel, y poco después la cabeza. Su audacia, sin embargo, no cayó en vano: Tú mismo, Señor, lo reconociste ante todos como el más grande de los profetas.

¡Qué contraste tan grande hacen Herodes y Juan! Uno, decidido y sin ningún miedo; el otro, víctima de la imagen, temeroso de perder la reputación, incapaz de abandonar el pecado. A veces, Señor, quisiera ser como Juan Bautista, siendo fiel a mi vocación cristiana y a mi misión en el mundo… y a pesar de todo, muchas veces sabes que me parezco más a Herodes: no me atrevo, o no tengo fuerzas para hacer lo que es correcto, lo que te agrada, lo que el mundo necesita ver. Aunque sean cosas pequeñas, Señor, Tú conoces mi corazón: no mires mi fragilidad, sino mis deseos de mejorar cada día.

Ser fiel a Ti, Dios mío, es ante todo un don. Sabes que ser profeta ante el mundo sobrepasa mi capacidad humana. Por eso hoy te pido la gracia de ser fiel. Cueste lo que cueste, quiero que puedas contar conmigo y que haya alguien que anuncie tu Nombre ante los demás. Por eso, Señor, hazme valiente, hazme perseverante. ¡Que tu fuerza sostenga mi misión en la extensión de tu Reino!

«Hay otra persecución de la que no se habla tanto. La primera forma de persecución se debe al confesar el nombre de Cristo y por lo tanto es una persecución explícita, clara. Pero la otra persecución se presenta disfrazada como cultura, disfrazada de cultura, disfrazada de modernidad, disfrazada de progreso: es una persecución —yo diría un poco irónicamente— educada.

Se reconoce cuando el hombre es perseguido no por confesar el nombre de Cristo, sino por querer tener y manifestar los valores del hijo de Dios. Por lo tanto, es una persecución contra Dios Creador en la persona de sus hijos. Y así vemos todos los días que los potencias hacen leyes que obligan a ir por este camino y una nación que no sigue estas leyes modernas, cultas o al menos que no quiera tenerlas en su legislación, es acusada, es perseguida educadamente. Es la persecución que le quita al hombre la libertad, ¡también la de la objeción de conciencia! Dios nos ha hecho libres, pero ¡esta persecución te quita la libertad! Y si tú no lo haces, serás castigado: perderás el trabajo y muchas cosas o serás dejado de lado».

(Homilía de S.S. Francisco, 12 de abril de 2016, en Santa Marta).

Reflexión
"Quien me reconocerá delante a los hombres, también yo lo reconoceré delante a mi Padre que está en los cielos".

La obra de la redención, el triunfo del Reino Amor sobre el de las tinieblas se realiza en medio de la pobreza y de la persecución. Así llevó a cabo su misión el mismo Cristo, así cumplió su misión también Juan el Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, aborrecido por los poderosos según el mundo, decapitado, sepultado.

Y sin embargo, es precisamente ahora, cuando la semilla que cae en tierra y muere, comienza a dar sus frutos. Esta derrota aparente es tan solo la antesala, el preludio de una victoria definitiva: la de la Resurrección. Entonces le veremos y ésa será nuestra gloria y nuestra corona.

Nuestra vida de cristianos, si es una auténtico seguimiento de Cristo, es una peregrinación “en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios”. Sí, llegan los ataques, las calumnias, las persecuciones... pero ellos son sólo una señal de que vivimos el amor, animados por el Espíritu Santo.

Pero, si somos de Dios, si Dios nos ama y somos su pueblo... ¿Qué otra cosa importa? Él nos ama y nos quiere ver semejantes a su Hijo, como una hostia blanca dorándose bajo el sol. Sólo nos toca abandonarnos confiadamente entre sus manos, para que así pueda transformarnos en Cristo.

Propósito
Pedirle a Dios la valentía de Juan Bautista para defender mi fe cristiana y fidelidad a su Iglesia.

Diálogo con Cristo
Jesús, la vida que ofreces a tus seguidores no es una vida fácil. Es un estilo de vida que necesita el valor y la renuncia. Es una conquista del mundo que empieza cuando me venzo a mí mismo, por amor a Ti; porque tengo que dejar todo lo que me lleva al pecado. Por intercesión de san Juan Bautista te imploro la gracia de la fidelidad.

Martirio de San Juan el Bautista
Memoria Litúrgica, 29 de agosto


Mártir

Martirologio Romano: Memoria del martirio de san Juan Bautista, al que Herodes Antipas retuvo encarcelado en la fortaleza de Maqueronte y a quien, en el día de su cumpleaños, mandó decapitar a petición de la hija de Herodías. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio de la verdad (s. I)

Breve Reseña
El evangelio de San Marcos nos narra de la siguiente manera la muerte del gran precursor, San Juan Bautista: "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: "No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano". Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto".

"Pero llegó el día oportuno, cuando Herodes en su cumpleaños dio un gran banquete a todos los principales de la ciudad. Entró a la fiesta la hija de Herodías y bailó, el baile le gustó mucho a Herodes, y le prometió con juramento: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".

La muchacha fue donde su madre y le preguntó: "¿Qué debo pedir?". Ella le dijo: "Pida la cabeza de Juan Bautista". Ella entró corriendo a donde estaba el rey y le dijo: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja, la cabeza de Juan Bautista".
El rey se llenó de tristeza, pero para no contrariar a la muchacha y porque se imaginaba que debía cumplir ese vano juramento, mandó a uno de su guardia a que fuera a la cárcel y le trajera la cabeza de Juan. El otro fue a la prisión, le cortó la cabeza y la trajo en una bandeja y se la dio a la muchacha y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse los discípulos de Juan vinieron y le dieron sepultura (S. Marcos 6,17).

Herodes Antipas había cometido un pecado que escandalizaba a los judíos porque esta muy prohibido por la Santa Biblia y por la ley moral. Se había ido a vivir con la esposa de su hermano. Juan Bautista lo denunció públicamente. Se necesitaba mucho valor para hacer una denuncia como esta porque esos reyes de oriente eran muy déspotas y mandaban matar sin más ni más a quien se atrevía a echarles en cara sus errores.

Herodes al principio se contentó solamente con poner preso a Juan, porque sentía un gran respeto por él. Pero la adúltera Herodías estaba alerta para mandar matar en la primera ocasión que se le presentara, al que le decía a su concubino que era pecado esa vida que estaban llevando.

Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista el rey sintió enorme tristeza porque estimaba mucho a Juan y estaba convencido de que era un santo y cada vez que le oía hablar de Dios y del alma se sentía profundamente conmovido. Pero por no quedar mal con sus compinches que le habían oído su tonto juramento (que en verdad no le podía obligar, porque al que jura hacer algo malo, nunca le obliga a cumplir eso que ha jurado) y por no disgustar a esa malvada, mandó matar al santo precursor.

Este es un caso típico de cómo un pecado lleva a cometer otro pecado. Herodes y Herodías empezaron siendo adúlteros y terminaron siendo asesinos. El pecado del adulterio los llevó al crimen, al asesinato de un santo.

Juan murió mártir de su deber, porque él había leído la recomendación que el profeta Isaías hace a los predicadores: "Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar". El Bautista vio que llegaban los enemigos del alma a robarse la salvación de Herodes y de su concubina y habló fuertemente. Ese era su deber. Y tuvo la enorme dicha de morir por proclamar que es necesario cumplir las leyes de Dios y de la moral. Fue un verdadero mártir.

Una antigua tradición cuenta que Herodías años más tarde estaba caminando sobre un río congelado y el hielo se abrió y ella se consumió hasta el cuello y el hielo se cerró y la mató. Puede haber sido así o no. Pero lo que sí es histórico es que Herodes Antipas fue desterrado después a un país lejano, con su concubina. Y que el padre de su primera esposa (a la cual él había alejado para quedarse con Herodías) invadió con sus Nabateos el territorio de Antipas y le hizo enormes daños. Es que no hay pecado que se quede sin su respectivo castigo.

Un propósito firme para vivir el Evangelio
Pidamos en la oración, la gracia de Dios para romper con el pecado y para vivir, en serio, el Evangelio.


Si reconocemos que el mundo es efímero y que no hay nada seguro en el reino de los átomos y la energía.

Si aceptamos que el cuerpo sufre un continuo desgaste y que no es posible mantener indefinidamente un buen nivel de salud y de habilidades psíquicas.

Si percibimos que los deseos a veces fluctúan en la propia alma, que pueden orientarnos hacia lo bueno y noble sólo si los guiamos con propósitos firmes y con ideas claras, o pueden llevarnos al pecado y la injusticia si seguimos nuestras pasiones más mezquinas.

Si nos toca sufrir el drama de perder la propia fama, o el trabajo, o la amistad, o los afectos de la familia.

Si abrimos los ojos al engaño de la avaricia y descubrimos que el dinero puede destruirnos con su fragilidad absurda.

Si salimos del sueño de placeres vanos, de imágenes brillantes y vacías, de músicas que embotan el corazón, de sustancias que provocan alucinaciones y que destruyen la nobleza del alma.

Si rompemos con ese egoísmo que lo centra todo en la búsqueda del propio bienestar y en la autoestima miserable, para descubrir que vale la pena dar la vida por quienes viven a nuestro lado.

Si dejamos que la inteligencia vuele alto, reconozca la belleza y la bondad de Dios, confiese que Cristo es el Hijo del Padre, y se lance a nadar en el mundo de las verdades eternas.

Si fortificamos la voluntad para que tome decisiones serias, orientadas hacia bienes verdaderos y hacia el amor sincero, capaces de ayudar a amigos y enemigos, con la energía necesaria para apartar los ojos y el corazón de los caprichos egoístas.

Si suplicamos, en la oración, la gracia de Dios para romper con el pecado y para vivir, en serio, el Evangelio.

Si usamos nuestras palabras y nuestro tiempo para anunciar desde las terrazas, como católicos, la gran noticia de la Muerte y de la Victoria de Jesucristo el Nazareno.
Entonces significa que hemos puesto la mano en el arado para no mirar nunca atrás: seremos verdaderos discípulos del Maestro, abriremos horizontes de esperanza para el corazón de tantas personas que serán tocadas por Dios gracias a la luz que brilla en nuestra vida nueva.
 
Madres solteras y madres solas
La Iglesia se alegra y admira el coraje de las madres que, aún en condiciones poco favorables, aceptan con valor y amor la vida que han engendrado y tratan siempre de ofrecer lo mejor a sus hijos

Las estadísticas
El fenómeno de madres solteras o abandonadas por sus parejas tiene una triste y larga historia en los países latinoamericanos:

• Aproximadamente el 23 % de las mujeres embarazadas, menores de 20 años son abandonadas por sus parejas al enterarse del embarazo; 32% de las madres son abandonadas por sus parejas antes de cumplir 35 años y el 43% de las madres quedan sin sus parejas entre los 40 y 50 años. Y sólo el 42% de estas madres alguna vez se casó (DANE-DNP-DRI, Encuesta Nacional, Colombia, 1981; México, Censo 2000 INEGUI. Véase también, Crecer sin Padres, www.jazztelia.com/crianza).

• Este fenómeno persiste en Estados Unidos donde también el 42% de todos los niños hispanos nacidos en Estados Unidos en el 2006 son hijos de madres solteras.

Ese número creció al 50%  entre las madres nacidas en Estados Unidos pero de origen hispano, comparados con el 34.7% de las madres hispanas nacidas fuera de Estados Unidos. En contraste, sólo el 26% de los niños blancos y el 13% de los asiáticos nacieron de madres solteras (Pew Hispanic Center, Statistical Portrait of Hispanics in the United States, 2006, Tabla 11).

Posibles causas
Ciertamente, como se muestra en otro de nuestros temas, los beneficios del matrimonio para los hijos son incalculables. Pero también es cierto que entre estas madres solteras hay muy pocas que escogieron su condición. Muchas de ellas, al igual que las que pierden a sus maridos, están solas asumiendo su maternidad, no porque desearon explícitamente negarles a sus hijos un padre y un hogar completo, sino porque, debido a múltiples vacíos en la educación y conciencia frente a la sexualidad y el matrimonio, muchos jóvenes hispanos terminan engendrando creaturas en relaciones que resultan ser mucho menos estables que las que ellos pensaron tener.

En muchos países hispanos se acepta aún con mucha ligereza que los jóvenes se vayan a vivir juntos o “se acompañen,” sin darse cuenta que sólo el compromiso serio de quien es capaz de jurar ante el altar y la comunidad que amará a su pareja, puede dar mejores garantías de amor y fidelidad a su pareja y a sus hijos. El machismo y la ignorancia que a veces le resta importancia al rol de padre en la vida de los hijos, contribuyen también con esta realidad. A esta mentalidad que poco favorece la opción por el matrimonio se ha sumado hoy en día el influjo hedonista y superficial que predomina en muchos sectores de la juventud americana y que lleva a que muchos jóvenes hispanos prefieran cohabitar o “ensayar”  en relaciones ligeras y sin gran compromiso antes de pensar en relaciones serias que los “comprometa” para siempre.

El reto para las madres solteras o solas es minimizar en lo posible las consecuencias de la falta de un padre, tanto a nivel económico como moral y psicológico.

Retos y consejos
Con todo, y sea cual sea la causa de esta situación, la Iglesia se alegra y admira el coraje de las madres que, aún en condiciones poco favorables, aceptan con valor y amor la vida que han engendrado y tratan siempre de ofrecer lo mejor a sus hijos. La comunidad en general debe igualmente ser muy sensible y apoyar en la medida de lo posible la ardua tarea de estas madres. Pues así como Jesús tuvo siempre especial predilección por las viudas y los huérfanos que en su tiempo eran las personas en mayor necesidad, también hoy debemos colocar a las madres solas y sus hijos entre nuestras prioridades.

Los hijos siempre necesitan de un padre o de una figura paterna. Por eso, el reto de estas madres es minimizar en lo posible las consecuencias de la falta de un padre, tanto a nivel económico como moral y psicológico. Esto supone entonces:

• Hacer de padre y madre. Esto es, junto al amor y las caricias tiernas de una madre, y sin confundir autoridad paterna con violencia, estas madres deben crear la disciplina y ambiente de orden y respeto que todo niño necesita. Asistir a los cursos de formación para padres que se ofrecen en muchos centros del gobierno puede serles de gran ayuda.

• Relacionar los hijos con miembros de la familia o de la comunidad que sean una presencia masculina positiva. Los niños aprenden por imitación. Por eso, el abuelo, el tío, el entrenador de fútbol o el ministro de la Iglesia que sea un líder ejemplar, puede ser una imagen buena para ayudar a los hijos, especialmente los varones, a tener una sana identidad con su género, y a las niñas, una buena imagen masculina.

• Evitar hablar mal del padre en presencia de los hijos. Ya sea que el padre los haya abandonado o que haya habido un divorcio difícil, los problemas de pareja son diferentes de la relación de los hijos con el padre. Y si no hay nada bueno que comentar, por lo menos evitar las críticas.

• Reafirmar en los hijos la idea de que ellos han sido siempre deseados y esperados con amor, por parte de su madre, y recibidos con alegría en el ceno de la familia de la madre, ayudará a los hijos a minimizar su sensación de ser “indeseados” o “ilegítimos”.

• Si la madre encuentra otra pareja y se casa, es necesario incluir a los hijos de relaciones precedentes en las decisiones y ajustes a la nueva vida. Es muy importante asegurar igualmente que el padrastro no abuse de su autoridad, ni física, ni moralmente, y mucho menos sexualmente, como sucede con más frecuencia de la que se sospecha.

• Finalmente, familiarizar a los hijos con el amor al Padre Celestial, fuente última de toda vida, les dará la base para saber que más allá de todos los vacíos emotivos que los errores humanos puedan acarrearles, sus vidas fueron siempre deseadas y amadas por el Padre Celestial, quien además cuidará siempre de ellos. Este Padre ha previsto también para ellos a la Iglesia, la familia universal que los acoge y nutre con su fe.

• Y para todas estas madres solas, la compañía maternal y solidaria de María, la Madre de Dios, será un consuelo y guía en la formación de su familia.

Baby Match ayuda a chicas embarazadas
Madre Teresa hubiera dicho lo mismo ¡No lo mates, dámelo a mi!

Madre Teresa hubiera dicho lo mismo ¡No lo mates, dámelo a mi!

Si oís que alguna mujer no quiere tener a su hijo y desea abortar, intentad convencerla para que me traiga a ese niño. M. Teresa de Calcuta.

Baby-match, lo que pretende es ayudar a que los bebés no queridos por sus madres biológicas, encuentren a través de Internet, unos papás deseosos de cuidarlos, quererlos y educarlos.

Por la situación de migración de Catholicnet, no la tenemos por el momento disponible por lo que por esta vía queremos promoverla y decirles que SI estamos disponibles para ayudar. En caso de requerir ayuda ante un embarazo en circunstancias difíciles favor de escribirle a la Dra Pilar CalvaEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

No se pretende que Catholic.net se convierta en una Agencia de Adopción, ni pretendo que las adopciones se hagan a través de Internet. En cada país se deberá cumplir con la legislación adecuada ,pero… puede ser un buen paso para crear vínculos entre personas necesitadas de ayuda con personas e Instituciones que las pueden ayudar.

Y, lo más importante:
Si estás embarazada
Si no quieres a tu bebé
Si has pensado en abortar...
Ponte de inmediato en contacto con nosotros:
Dra Pilar Calva Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

Consultores de bioética
Decisiones difíciles en temas de la vida
No estas sólo en esos momentos difíciles. A pesar del problema técnico por la migración de no poderte atender a través de nuestros consultorios. Nos ponemos a tu disposición y si quieres escribirnos directamente:

Dra. Pilar Calva  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Especialidad: Decisiones en el momento de la concepción, del nacimiento, de la enfermedad y de la muerte
Médico con especialidad en genética humana, maestría en bioética, instructora de Método de Ovulación Billings. Imparte cursos y asesora jóvenes en temas de bioética y sexualidad. Asesorías en foros médicos y legislativos.

Margarita Bosch Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Especialidad: Especialidad Biotecnologías y Bioética, Ética Sexual y de la Familia
Casada, madre de 4 niños. Licenciada en Ciencias Biológicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad De Buenos Aires, Doctor en ciencias Químicas de la misma Universidad y el Instituto de Investigaciones Bioquímicas Luis Federico Leloir de la misma Facultad.

Nicolás Lafferriere
Especialidad: Servicio a la vida. Bioética y bioderecho.
Abogado - Doctorando en Ciencias Jurídicas Secretario Académico de la Pontificia Universidad Católica Argentina Director del Servicio a la Vida del Movimiento FUNDAR Profesor de Derecho Civil - Universidad de Buenos Aires y Pontificia Universidad Católica Argentina Profesor de Bioderecho -... Master en Familia conorientación  Bioética por la Pontificia Universidad Lateranense y la Universidad católica del Sacro Cuore
Roma Italia, Curso Superior en Bioética del Instituto de Bioética de la Universidad del Sacro Cuore Roma .
Fue Investigador y Docente del a área bioética en temas como Sexualidad, PNF, el inicio de la vida, Biotecnología y Bioética en la facultad de Posgrados en Ciencias de la Salud y en el Instituto de Bioética en la Pontificia Universidad Católica Argentina
Santa Maria de los Buenos Aires. Actualmente se desempeña como Director del Club de Bioética, Rep Arg
Nicolás Lafferriere Especialidad: Servicio a la vida. Bioética y bioderecho.
Abogado - Doctorando en Ciencias Jurídicas Secretario Académico de la Pontificia Universidad Católica Argentina Director del Servicio a la Vida del Movimiento FUNDAR Profesor de Derecho Civil - Universidad de Buenos Aires y Pontificia Universidad Católica Argentina Profesor de Bioderecho -... Maestría en Ética Biomédica - Instituto de Bioética - Pontificia Universidad Católica Argentina
Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura - Conferencia Episcopal Argentina
Perito de la Comisión Ad-Hoc de Seguimiento Legislativo - Conferencia Episcopal Argentina
Coautor del libro "Familia y vida. Compendio de cuestiones legislativas", Conferencia Episcopal Argentina. Autor de numerosas publicaciones y conferencista en bioética y derecho

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