“Sígueme”

Evangelio según San Marcos 10,17-27. 


Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". 

Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!". Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible". 

San Gregorio de Narek

San Gregorio de Narek, monje y doctor de la iglesia armenia
En el monasterio de Narek, en Armenia, san Gregorio, monje, doctor de los armenios, ilustre por su doctrina, sus escritos y su sabiduría mística.

Nació hacia el 950 en una familia de eclesiásticos ilustrados. San Gregorio ingresó al monasterio de Narek, en el sudeste del lago Van (en la actualidad perteneciente a Turquía) siendo de joven edad. Cercano ya al primer milenio del cristianismo, el monasterio de Narek se alzaba como un floreciente centro de estudios. Eran estos tiempos de relativa calma, tiempos de creatividad, antes de que las invasiones mongolas y turcas cambiaran Armenia para siempre. Armenia esperimentó en esa época un renacimiento de su literatura, pintura, arquitectura y teología, de los que san Gregorio fue una figura central. Su obra de madurez fue el «Libro de Oraciones». Él mismo pensó en esta obra como su testamento: «Sus letras son como mi cuerpo, y su significado como mi alma» (oración 54e), y llamó a su obra una «enciclopedia de oración para todas las naciones»; tenía la esperanza de que su obra sirviera de guía para todos los hombres en cualquier situación. San Gregorio busca responder a la pregunta de que podemos ofrecerle a Dios, que ya tiene todo, y encuentra que lo mejor que podemos es ofrecerle los «suspiros del corazón» (frase con la que encabeza cada oración), que él plasma en estas oraciones, a veces llamadas también Lamentaciones. Según parece, escribió su libro tras una penosa y debilitante enfermedad:

Los tormentos de mis enfermedades [...]
como un cáncer que se disemina,
han tocado todas las partes de mi cuerpo,
no hay bálsamo -como no lo hubo para Israel-
para mis innumerables llagas.
cada parte de mi cuerpo, de la cabeza a los pies,
está enferma y alejada del auxilio de los médicos.
Pero tú, misericordioso, benéfico, bendito,
de largos sufrimientos, rey inmortal,
escucha por misericordia las oraciones de mi asediado corazón
cuando a ti grito, Señor,
en el tiempo de mi necesidad.
 (oración 18k, trad. del inglés)

En 95 oraciones llenas de gracia, san Gregorio lleva a plenitud la expresividad de la lengua clásica armenia para traducir los suspiros del corazón contrito y humillado en una ofrenda de palabras agradables a Dios; el resultado es un edificio de la fe para todas las edades, de rica imaginería, teología sutil, erudición bíblica, unidos a la inmediatez sincera de su comunicación con Dios. San Gregorio dejó este mundo hacia el 1005, pero a través de su obra su voz continúa hablando.

Esta breve noticia proviene de un sitio web en inglés dedicado al Libro de Oraciones de san Gregorio. Lamentablemente las referencias al santo en Occidente son escasísimas, prácticamente no hay datos sobre él en los santorales, incluso en los muy completos, ya que su incorporación al Martirologio Romano es reciente. El lector puede atisbar la belleza de su obra en dicho web, donde está volcado por entero al inglés por Thomas J. Samuelian, autor también del web.

En la Wikipedia en inglés hay también una interesante introducción, y las correspondientes referencias bibliográficas. En este sitio se halla otra transcripción visualmente más legible de la traducción del Dr. Samuelian.

León XIII (1810-1903), papa 1878-1903 Carta encíclica “Rerum novarum”, 18-19 (trad. © Libreria Editrice Vaticana)

“Sígueme”

Los que carezcan de bienes de fortuna, aprendan de la Iglesia que la pobreza no es considerada como una deshonra ante el juicio de Dios y que no han de avergonzarse por el hecho de ganarse el sustento con su trabajo. Y esto lo confirmó realmente y de hecho Cristo, Señor nuestro, que por la salvación de los hombres se hizo pobre siendo rico(2Co 8,9); y, siendo Hijo de Dios y Dios él mismo, quiso, con todo, aparecer y ser tenido por hijo de un artesano, ni rehusó pasar la mayor parte de su vida en el trabajo manual. «¿No es acaso éste el artesano, el hijo de María?» (Mc 6,3). 

Contemplando lo divino de este ejemplo, se comprende más fácilmente que la verdadera dignidad y excelencia del hombre radica en lo moral, es decir, en la virtud; que la virtud es patrimonio común de todos los mortales, asequible por igual a altos y bajos, a ricos y pobres; y que el premio de la felicidad eterna no puede ser consecuencia de otra cosa que de las virtudes y de los méritos, sean éstos de quienes fueren. Más aún, la misma voluntad de Dios parece más inclinada del lado de los afligidos, pues Jesucristo llama felices a los pobres (cf. Lc 6,20), invita amantísimamente a que se acerquen a Él, fuente de consolación, todos los que sufren y lloran (cf. Mt 11,28), y abraza con particular claridad a los más bajos y vejados por la injuria. Conociendo estas cosas, se baja fácilmente el ánimo hinchado de los ricos y se levanta el deprimido de los afligidos; unos se pliegan a la benevolencia, otros a la modestia.

Cuando las riquezas son un obstáculo
San Marcos 10, 17-27. VIII Lunes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dame la gracia, Señor, de callar el ruido de mis pensamientos, de mi corazón y sólo escuchar tu silencio. Ahí donde sólo estamos Tú y yo…

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Grande misterio es la libertad del hombre; capaz de rechazar aun lo que más desea. Es un grande y hermoso misterio…Sólo en la libertad puede existir el amor.

Dios ve, ama; fija su mirada e invita. Nunca presiona. Muestra el camino del amor tal como es: radical. El amor es donación total. Al verlo de frente, el hombre pide más…más amor. Al encontrarse, no con migajas de amor, sino con el verdadero amor…siente vértigo, siente miedo.

¿Qué habrá pasado con aquel joven? Sabía que lo que buscaba sólo en Cristo se encontraba. Sabía que aquello que tenía, no satisfacía lo que su alma pedía. Aun así pone en acto su libertad y escoge las migajas de amor. Escoge las cosas de Dios pero no a Dios.

¿Qué habrá pasado con aquel joven?No lo sé…pero lo entiendo; lo comprendo. El amor verdadero da vértigo. El abandonarse en Dios es sencillo pero no es fácil. La cima es muy alta y no se sabe dónde se caerá. La libertad escoge quedarse y no lanzarse hacia el amor. Este abandono en Ti no lo puedo hacer sin Ti; es imposible para mí.

Llévame de la mano, Señor. No dejes de fijar en mí tu mirada de amor. Quiero decirte siempre sí…lo deseo, de verdad lo quiero. Soy débil y mi pobre amor es lo que te entrego.

¿Qué habrá pasado con aquel joven?... ¿Aquél a quien Dios miró con amor…aquél a quien Dios invitó? Sé que ese joven puedo ser yo…Aquél que escoge las cosas de Dios, pero no a Dios.

¿Qué hubiera pasado si te hubiera dicho sí Señor? Creo que eso sí lo puedo saber…Ayúdame a que siempre opte por Ti, Señor…

«Las riquezas no son algo absoluto. Algunos creen en lo se llama la teología de la prosperidad, es decir, Dios te hace ver que tú eres justo si te da muchas riquezas. Pero es un error. Por ello también el salmista dice: “A las riquezas no apeguéis e corazón”. Y es este precisamente el problema que implica a cada uno de nosotros: ¿está mi corazón apegado a las riquezas, o no? ¿Cómo es mi relación con la riqueza?. Al respecto Jesús habla de “servir: no se puede servir a Dios y a las riquezas; son opuestos. En sí mismas son buenas, pero si tú prefieres servir a Dios, las riquezas pasan a un segundo plano: al sitio justo. En el episodio evangélico del joven rico que Jesús amó, porque era justo, él era bueno pero estaba apegado a las riquezas y esas riquezas, al final, para él se convirtieron en cadenas que le quitaron la libertad de seguir a Jesús.»

(Homilía de S.S. Francisco, 19 de mayo de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezar un Angelus a lo largo del día pidiéndole a María que me enseñe a decir sí, con alegría y amor, a aquello que Dios me pida y me pueda pedir.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.


Dejar mi vida entre tus manos
Todavía me cuesta, Señor, poner las redes de mi vida entre tus manos. Sé que Tú tienes un camino distinto para mi vida.


Todavía me cuesta, Señor, poner las redes de mi vida entre tus manos.

Parece que temo tus proyectos, tus planes. Parece que todavía prefiero seguir mis gustos, gozar de salud, decidir mis pasos, tenerlo todo bajo el control de mis deseos.

Sé que Tú tienes un camino distinto para mi vida. Quizá difícil, quizá incomprensible, quizá lleno de espinas. Pero viene de Ti, y eres Tú quien sabes lo que es mejor, lo que me permite avanzar hacia el amor y la esperanza.

Ayúdame a descubrir ese proyecto. Dame fuerzas para confiar, para no olvidar que eres un Padre bueno. Permíteme reconocer que la Cruz es parte del camino del que ama, es una astilla que nos permite contagiarnos del fuego de amor que trajiste al mundo.

Dame también fuerzas para acompañar a quienes sufren a mi lado. Porque no encuentran sentido a sus fracasos. Porque no entienden que también el dolor encierra un tesoro inmenso. Porque olvidan que existe el cielo, donde el Perdón vence el pecado, donde el egoísmo queda lejos, donde el Amor lo es todo para todos.

Quisiera hoy, en estas horas de mi caminar frágil, dejar mi vida entre tus manos, como jarrón dócil, como vasija humilde, como barro confiado. Dejar que modeles en mi alma y en mi cuerpo tu proyecto; permitirte conquistar mis ideas y mis actos; prestarme para que también otros, desde mi vida transformada, puedan avanzar hacia la esperanza y descubrir Tu Amor eterno.

¿Cómo puedo escuchar que Dios me habla en la oración?
Dios es una persona real y que está interesado –apasionadamente interesado- en nuestras vidas, nuestra amistad, nuestra cercanía

La frase «conversación con Dios» describe muy bien la oración cristiana. Cristo ha revelado que Dios es una persona real y que está interesado –apasionadamente interesado- en nuestras vidas, nuestra amistad, nuestra cercanía. Para los cristianos, entonces, la oración, como lo explicó el Papa Benedicto XVI cuando visitó Yonkers, Nueva York en el 2007, es una expresión de nuestra «relación personal con Dios». Y esa relación, continuó diciendo el Santo Padre, «es lo que más importa».

Parámetros de la fe

Cuando oramos, Dios nos habla. Antes que nada, necesitamos recordar que nuestra relación con Dios se basa en la fe. Esta virtud nos da acceso a un conocimiento que va mas allá de lo que podemos percibir con nuestros sentidos. Por la fe, por ejemplo, sabemos que Cristo está realmente presente en la Eucaristía, a pesar de que nuestros sentidos sólo perciban las especies del pan y del vino. Cada vez que un cristiano ora, la oración tiene lugar dentro de este ámbito de la fe.

Cuando me dirijo a Dios en la oración vocal, sé que me está escuchando, aunque no sienta su presencia con mis sentidos o mis emociones. Cuando lo alabo, le pregunto cosas, lo adoro, le doy gracias, le pido perdón...en todas estas expresiones de oración, por la fe (no necesariamente por mis sentidos o mis sentimientos) sé que Dios está escuchando, se interesa y se preocupa. Si tratamos de entender la oración cristiana fuera de esta atmósfera de fe, no vamos a llegar a ninguna parte.

Teniendo esto en mente, echemos un vistazo a las tres formas en que Dios nos habla en la oración.

El don del consuelo.

En primer lugar, Dios puede hablarnos cuando nos otorga lo que los escritores espirituales llaman consuelo. A través de él, toca el alma y le permite ser consolada y fortalecida con la sensación de percibir su amor, su presencia, su bondad, su poder y su belleza.

Este consuelo puede fluir directamente del significado de las palabras de una oración vocal. Por ejemplo, cuando rezo la famosa oración del beato Cardenal Newman «Guíame, luz amable», Dios puede aumentar mi esperanza y mi confianza, simplemente porque el significado de las palabras, nutren y revitalizan mi conciencia del poder y la bondad de Dios.

El consuelo también puede fluir desde la reflexión y la meditación en la que nos involucramos cuando hacemos oración mental. Al leer y reflexionar lentamente, la parábola del hijo pródigo, por ejemplo, puedo sentir que mi alma se conforta con la imagen del padre abrazando al hermano menor arrepentido. Esa imagen del amor de Dios viene a mi mente y me da una renovada conciencia de la misericordia y la bondad de Dios. ¡Dios es tan misericordioso!, me digo a mí mismo y siento la calidez de su misericordia en mi corazón. Esa imagen y esas ideas son mías en tanto surgen en mi mente, pero son de Dios en la medida que surgieron en respuesta a mi reflexión de la revelación de Dios, dentro de una atmósfera de fe.
O, en otra ocasión, puedo meditar el mismo pasaje bíblico y ser trasladado a una profunda experiencia de dolor por mis propios pecados: en la rebelión ingrata del hijo pródigo, veo una imagen de mis propios pecados y rebeliones y siento repulsión por esto. Una vez más, la idea de la fealdad del pecado, y el dolor por mis pecados personales son mis propias ideas y sentimientos, pero son una respuesta a la acción de Dios en mi mente en la medida en que Él va guiando mi ojo mental para que perciba ciertos aspectos de su verdad mientras lo escucho hablar a través de su Palabra revelada en la Biblia.

En cualquiera de estos casos, mi alma vuelve a ser tocada y por tanto nutrida y consolada por la verdad de quién es Dios para mí y quién soy yo para Él –es verdad que Dios le habla a mi alma. Pero la distinción entre el hablar de Dios y mis propias ideas no es tan clara como a veces nos gustaría que fuera. Él realmente habla a través de las ideas que me llegan a medida que, en la oración, yo vuelco mi atención hacia Él; habla dentro de mí a través de las palabras que surgen en mi corazón cuando contemplo su Palabra.

Nutriendo los dones del Espíritu Santo.

En segundo lugar, Dios puede respondernos en la oración incrementando los dones del Espíritu Santo en nuestra alma: sabiduría, ciencia, entendimiento, piedad, temor de Dios, fortaleza y consejo. Cada uno de estos dones nutre nuestros músculos espirituales, por así decirlo, y juntos, desarrollan nuestras facultades espirituales haciendo más fácil descubrir, apreciar y querer la voluntad de Dios en nuestra vida, y llevarla a cabo. En pocas palabras, los dones mejoran nuestra capacidad para creer, esperar y amar a Dios y a nuestro prójimo. Entonces, cuando estoy dirigiéndome a Dios en la oración vocal o tratando de conocerlo más profundamente a través de la oración mental, o adorándolo a través de la oración litúrgica, la gracia de Dios toca mi alma, nutriéndola mediante el aumento de la potencia de estos dones del Espíritu Santo.

Dado que estos dones son espirituales y no materiales, y que la gracia de Dios es espiritual, no siempre sentiré que Dios me nutre. Puedo pasar 15 minutos leyendo y reflexionando sobre la parábola del Buen Pastor sin tener ideas o sentimientos consoladores; mi oración se siente seca. Pero eso no quiere decir que la gracia de Dios no esté nutriendo mi alma y que no se estén fortaleciendo dentro de mí los dones del Espíritu Santo.

Cuando tomo vitaminas (o me alimento con brócoli) no siento que mis músculos estén creciendo, pero sé que esas vitaminas están permitiendo el crecimiento. De igual manera, cuando rezamos, sabemos que estamos entrando en contacto con la gracia de Dios, con un Dios que nos ama y nos está haciendo santos. Cuando no experimento el consuelo, puedo estar seguro que, como quiera, Dios está trabajando en mi alma, fortaleciéndola con sus dones por medio de las vitaminas espirituales que mi alma toma cada vez que, lleno de fe, entro en contacto con Él. Pero esto lo sé sólo por la fe porque Dios, al nutrirnos espiritualmente, no siempre envía consuelos sensibles. Es por esto que el crecimiento espiritual depende de manera tan significativa de nuestra perseverancia en la oración, independientemente de si sentimos o no los consuelos.

Inspiraciones directas.

En tercer lugar, Dios puede hablar a nuestra alma a través de palabras, ideas o inspiraciones que reconocemos claramente como venidas de Él. Personalmente, tengo un vívido recuerdo de la primera vez que el pensamiento del sacerdocio me vino a la mente. Ni siquiera era católico y nadie me había dicho que debería ser sacerdote. Y, sin embargo, a raíz de una poderosa experiencia espiritual, el pensamiento simplemente apareció en mi mente, completamente formado con claridad convincente. Yo sabía, sin lugar a duda, que la idea había venido directamente de Dios y que Él me hablaba dándome una inspiración.

La mayoría de nosotros, aunque sean pocas veces, hemos tenido algunas experiencias como ésta, cuando sabíamos que Dios nos estaba diciendo algo específico, aun cuando sólo escucháramos las palabras en nuestro corazón y no con nuestros oídos físicos. Dios puede hablarnos de esta manera incluso cuando no estemos en oración, pero una vida de oración madura hará nuestras almas más sensibles a estas inspiraciones directas y creará más espacio para que, si así lo desea, Dios nos hable directamente más seguido.
Jesús nos aseguró que cualquier esfuerzo que hagamos por orar traerá la gracia a nuestras almas, ya sea que lo sintamos o no: « Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá .» (Mateo 7, 7-8). Pero al mismo tiempo, tenemos siempre que recordar que debemos vivir toda nuestra vida, incluyendo nuestra vida de oración, a la luz de nuestra fe, y no sólo de acuerdo con lo que percibimos o sentimos. Tal como san Pablo dijo de manera tan poderosa: «Caminamos en la fe, no en la visión...» (2 Corintios 5,7).
Cortesía de nuestro saliados y amigos: La Oración

Gabriel de la Dolorosa, Santo
Religioso Pasionista, 27 de febrero

Acólito

Martirologio Romano: En Isola, del Abruzo, en Italia, san Gabriel de la Dolorosa (Francisco) Possenti, acólito, que, renunciando a la vanidad del mundo, todavía adolescente ingresó en la Congregación de la Pasión y en breve tiempo consumó su vida († 1862).

Fecha de canonización: 13 de mayo de 1920 por el Papa Benedicto XV.

Breve Biografía
El 1 de marzo de 1838 nació en el pueblecito de Asís (Italia) un niño llamado Francisco que, como el famoso fundador de los franciscanos, llegó a ser santo. Era el undécimo de trece hermanos y quedó huérfano de madre a los cuatro años.

Francisco (que tomó mas tarde como nombre religioso Gabriel de la Dolorosa) tenía un "temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso, poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad... Era de palabra fácil apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía...".

De estatura más bien alta (medía 1,70 metros), tenía "buena voz, era ágil y bien formado".

Con su familia se trasladó a Spoleto donde, como el otro Francisco, era un líder de los jóvenes. Allí fue a la escuela de los hermanos de las Escuelas Cristianas, y al liceo clásico con los jesuitas. Le agradaba mucho el canto, y consiguió premios en poesía latina y en las veladas teatrales. Era un joven dinámico, con una gran pasión por su fe cristiana. En su habitación había colocado una escultura de la Piedad para su veneración íntima.

Cuando iba al teatro Meliso con su padre, muchas veces salía a escondidas para ir a rezar bajo el pórtico de la catedral, que estaba muy cerca; después regresaba antes de que concluyera la función para salir con los demás espectadores. Algunas veces usaba cilicio y se sabe que en una ocasión rechazó las proposiciones deshonestas de un libertino, amenazándole con una navaja.

Interviene la Virgen María
El 22 de agosto de 1856 estaba asistiendo a la procesión de la "Santa Icone", una imagen mariana venerada en Spoleto, cuando la Virgen María le habló al corazón para invitarle con apremio: "Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa" (Fuentes, p. 208). El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) y tomó el nombre religioso de Gabriel. Tenía solo 18 años. Su entrega fue con todo su corazón y en la vida religiosa encontró su felicidad: "La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles" (Escritos, p. 185). Sus mayores amores eran Jesús Crucificado, la Eucaristía y la Virgen María.

Muerte
En el convento de Isola, cuando los primeros rayos del sol entraban por la ventana de su celda en la mañana del 27 de febrero de 1862, Gabriel, sumido en éxtasis de amor y rodeado por los religiosos que lloraban junto a su lecho, abandonó la tierra y fue al cielo, invitado por la Virgen María.

Treinta años más tarde, El 17 de octubre de 1892, se iniciaron lo trámites para inscribirlo entre los santos ya que la devoción de los fieles y los milagros que realizaba eran muchos.
Fue canonizado por Benedicto XV en 1920.

Declarado copatrón de la juventud católica Italiana, 1926. Es el Patrón principal de Abruzo en 1959.

Santa Gemma al leer la vida de San Gabriel de la Dolorosa quedó profundamente vinculada espiritualmente con   él y este se le apareció en muchas ocasiones para guiarla y consolarla.

Fundamentos bíblicos del ayuno
El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior.

El Ayuno es una disciplina espiritual por la que voluntariamente se renuncia a ciertos alimentos por un tiempo definido con el fin de liberarse de los apegos carnales y poner todo el corazón en Dios.

El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4). Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en si mismo. El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.

"Mas ahora todavía - oráculo de Yahvé - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos". Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque El es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. - Joel 2,12-13

Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es mas aceptable que el ayuno mezclado de contiendas (Cf Is 58, 4-7; Zacarías 7, 5-10). No se rechazan el ayuno sino que lo sitúan en contexto.
El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37: "(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones"

La Biblia nos presenta numerosos ejemplos de ayuno en diferentes situaciones:

Intercesión general para lograr auxilio del Señor
Salmo 109,24 - ayuno hasta debilitarse las rodillas.

En arrepentimiento y para evitar castigo:
La ciudad de Nínive ayuna colectivamente al escuchar la predicación de Jonás (Jonás 3,4-7)

Joel 2,12 "volved a mi de todo corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos"

En caso de peligro:
Deuteronomio 10,10 "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renuncio a destruirte".

Saúl ayunó ante la batalla con los filisteos (Cf. I Samuel 28, 20-22)
Ajab ayunó al escuchar la profecía de desgracia pronunciada por Elías (I Reyes 21, 27)

Josafat ayunó cuando las naciones le hicieron la guerra (II Crónicas 20, 3-4)

David ayunó ante la persecución injusta. Ayuna y hace penitencia (Salmo 35,13)
Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. (Judit 4, 9-15)

En Ester 4,16 ella le dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mi. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentare ante el rey; y si tengo que morir, moriré". (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo)

Ante decisiones y actos importantes:
Éxodo 34,28 --Moisés está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió las nuevas tablas de la ley.

Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (Hechos 13, 2-3)

"Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído". (Hechos 14,23)

En la batalla contra el demonio:
Mc 9, 29 "esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno"

El beneficio del ayuno en la batalla se deduce también de estos pasajes:
Col 1, 24 "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia"

1 Cor 9, 25 "los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible."

Gal 5, 17 "pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais"

En caso de duelo:
Los hombres de Yabes de Galaad ayunaron por siete días después de enterrar a Saúl y sus hijos
(I Samuel 31,13)

David ayunó al conocer la muerte de Saúl y Jonatán (II Samuel 1, 12) y al enterarse que Abner había muerto (II Samuel 3, 35)

Después de un desastre:
Los israelitas ayunaron cuando fueron derrotados por los benjamitas (Jueces 20, 26)

El profeta Joel proclama el ayuno público tras una plaga. (Joel 1, 14)

Día de expiación: Era día anual de ayuno para los israelitas. (Levítico 16, 29-30: "ayunareis..porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros". Además de ese día, los reyes o profetas podían llamar a un día especial de ayuno.

Después de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos cuatro días de ayuno: el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz, cuando las murallas de Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno del quinto mes (cuando el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del mes); el ayuno del séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año nuevo) Jer 41, 1-2; y el ayuno del décimo mes (el noveno día cuando Jerusalén fue sitiado por los Babilonios (Zac 8,19).

Ayuno personal
Los salmos invitan frecuentemente al ayuno personal en ocasiones de dificultad: salmos 35, 69, 109. Ver también: Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.

La práctica del ayuno era frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en el NT, especialmente con los discípulos de Juán Bautista (Mc 2,18). Jesús ayunaba (Cf Mt 4) y su advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Cf Mt 6,17; Lc 18,12) no debe interpretarse como un rechazo. Como los profetas, Jesús enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del ayuno.

El A.T. nos revela el poder del ayuno sobre los enemigos exteriores, el N.T., nos revela además, el poder que tiene para vencer los enemigos del alma: carne, demonio y mundo.

Frutos del ayuno:
No es un fin en si mismo, sino medio de conversión.

  • conduce a libertad de corazón y mente. Proceso por el cual nos liberamos de todos los apegos terrenales y de todas las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado. Y nos encaminamos hacia la Paz.
  • fortalece, estabiliza y desarrolla el auto control (fruto del ES)
  • reconocer debilidad y dependencia en Dios.
  • pobreza de espíritu
  • edifica la vida interior
  • elimina los excesos de nuestra vida a fin de hacer mas espacio para Dios.

El ayuno permite llevar mas fácilmente una vida interior unida a Dios y al mundo celestial; el ayuno libera de la pesantez de la materia. Los santos recomiendan el ayuno a todo aquel que quiere llegar a una mayor interioridad. El ayuno apaga poco a poco la concupiscencia.

El ayuno y la Palabra de Dios.
Mateo 4,4  "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"
Juan 4,32: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra"

El día de ayuno, debe ser un día de profunda oración, meditación de las Escrituras y del magisterio de la Iglesia. Alimentar nuestras mentes encontrando en la verdad nuestro alimento, nuestra satisfacción. Permitirle a nuestras almas que sean llenadas de la Palabra que es vida, que nos libera, que nos eleva y nos enseña a pensar, sentir y obrar según la voluntad de Dios. En los días de ayuno, por alguna razón, he descubierto que es mas fácil penetrar las Escrituras, escudriñarlas y captar el mensaje mas profundo, que se esconde detrás de las palabras.. Damos prioridad al alma.

El ayuno y la Eucaristía
Juan 6, 27: "Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre".

Vacío terreno y alimento verdadero. El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior y nuestra necesidad de las realidades espirituales.

El día de ayuno, debe ser eminentemente un día Eucarístico: adoración, reparación, etc.

¿A pan y agua?
Pan es comida de pobre. La disposición de vivir a pan y agua durante un día demuestra la buena voluntad de ser pobre ante Dios y bien dispuesto a su voluntad.
Pan y agua: dos símbolos importantes en las Escrituras:

  • Pan: símbolo de vida, de nutrición (Pan, alimento - Eucaristía)
  • Agua: purificación (de su corazón traspasado fluye el agua, símbolo del bautismo)

Para dar al pueblo pan y agua mientras caminaban en el desierto el Señor hizo milagros.

El ayuno busca la verdadera vida a través de la purificación. Ayunar a pan y agua es un llamado a crecer en dependencia de la Eucaristía. Es también un llamado a adentrarnos en una vida de purificación, de conversión, de arrancar de nosotros todo lo que nos separa del Señor o no nos deja ser sus hijos adoptivos, ni su imagen y semejanza.

Juan 6,34: "yo soy el pan de vida, el que venga a mi no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed"

San Juan Pablo II nos habla sobre la necesidad de ayunar para aplacar el "espíritu de muerte y la cultura de la muerte".

Evangelium Vitae #100: "es urgente...que desde cada comunidad, cada familia, cada individuo se eleve una súplica apasionada a Dios. Jesús mismo nos reveló con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas principales y mas eficaces contra las fuerzas del mal y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se expulsan de este modo. Por lo tanto, tengamos la humildad y la valentía de orar y ayunar para conseguir que la fuerza que viene de lo alto haga caer los muros del engaño y de la mentira, que esconden a los ojos de tantos la naturaleza perversa de comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y del amor."

El ayuno aplaca la gula
Con el ayuno estamos aprendiendo a dominarnos a nosotros mismos y sobretodo a liberarnos del pecado de gula, que no solo se manifiesta en la glotonería, sino en formas mas refinadas y mas espirituales.

  • Gula intelectual: gula en el terreno de conocimientos (curiosidad), de la ciencia. Esta es muy peligrosa pues el pecado primero de Eva fue la curiosidad. De ahí se deriva el ocultismo, los psíquicos, los astrólogos, leer cartas...etc. Querer saber el futuro.
  • Gula espiritual: busca los sentimientos que provocan lecturas piadosas, el placer sensible. No perderse ninguna experiencia espiritual.
  • Gula de placer, de honor, de fama: se hace lo que sea por sobresalir, por ser reconocidos, etc.

Ayunar no solo de comida
San Juan Crisóstomo dijo:
El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el ayuno posee. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras! Si ves a un hermano en necesidad, ten compasión de el. Si ves a un hermano siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.

Ayunas con tus manos al mantenerlas puras en servicio desinteresado a los demás. Ayunas con tus pies al no ser tan lenta en el amor y el servicio. Ayunas con tus ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarme en los demás para criticarlos. Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad. Seria inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, con impureza, con egoísmo, con competencias, con comodidades.

Ayunas de comida, pero te permites escuchar cosas vanas y mundanas. También debes ayunar con tus oídos. Debes ayunar de escuchar cosas que se hablan de tus hermanos, mentiras que se dicen de otros, especialmente chismes, rumores o palabras frías y dañinas contra otros.

Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir nada que haga mal a otro. Pues ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano?
¿Que nos dice San Juan Crisóstomo con esta reflexión?

Que los días de ayuno deben de ser especialmente días de abstenernos del uso desordenado o incluso exagerado de los otros sentidos: No fijarme en lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no desear lo que no debo, no buscar satisfacer todas mis necesidades emocionales, espirituales; no buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no requerir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc.
Ayunamos buscando conversión. Por lo tanto, ayunemos de todas esas actitudes contrarias a la virtud. Quizás tu ayuno va a consistir de ser mas servicial, (ayuna de tu pereza, comodidad), pues así como la Virgen nos pide que recemos con el corazón, debemos de ayunar con el corazón. Puede ser que tengamos que ayunar de nuestra ira, siendo los días de ayuno, mas amables, mas dulces, mas dóciles. Quizás tengo que ayunar de la soberbia, buscando activamente ser humillada, o hacer actos concretos de humildad, etc.

Ayuno y pureza corporal
Escuchemos al otora Cardenal Ratzinger (quien luego sería el Papa Benedicto XVI):
Ayunar significa aceptar un aspecto esencial de la vida cristiana. Es necesario descubrir de nuevo el aspecto corporal de la fe: la abstención de la comida es uno de estos aspectos. Sexualidad y alimentación son los elementos centrales de la dimensión física del hombre: hoy, a una menos comprensión de la virginidad corresponde una menor comprensión del ayuno. Y una y otra falta de comprensión proceden de una misma raíz: el actual obscurecimiento de la tensión escatológica, es decir, de la tensión de la fe cristiana hacia la vida eterna. Ser vírgenes y saber practicar periódicamente el ayuno es atestiguar que la vida eterna nos espera; mas aun, que ya está entre nosotros. Sin virginidad y sin ayuno, la Iglesia no es ya Iglesia; se hace intrascendente, sumergiéndose en la historia.

Hoy mas que nunca, la penitencia, mortificación es necesaria para expiar por nuestros pecados y reparar por los del mundo entero. A través de los siglos, la humanidad siempre ha sido pecadora, pero lo reconocía y hacia penitencia por ello. Hoy no es así, se vive en pecado, no se le llama pecado sino que al contrario se vive orgulloso de ello. Se están rechazando todos los principios morales y éticos, y por ello la humanidad ha perdido la libertad interior y ha llegado a ser víctima del peor tirano: el propio "yo" y el demonio.

El ayuno como acto común y público de la Iglesia, me parece hoy tan necesario como en tiempos pasados; es un testimonio público tanto de la primacía de Dios y de los valores del espíritu como de nuestra solidaridad con todos aquellos que padecen hambre. Si no ayunamos no conseguimos librarnos de ciertos demonios de nuestro tiempo"
Por eso el catecismo de la Iglesia, #2015, nos dice: "El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (2Tim 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas."

Ayuno y Caridad
El ayuno no puede separarse de la caridad fraterna. Si un cristiano se priva de algo es para darlo a sus hermanos y dar testimonio con ello de su amor a Dios.

Pío XII (1950): "lo que sustraiga a la vanidad, el cristiano lo dará a la caridad y subvendrá misericordiosamente a la Iglesia de los pobres. Así lo hacían los fieles de la Iglesia primitiva: alimentaban las fuentes de la caridad con el ayuno y abstinencia de las cosas permitidas".

San Agustín: "tus privaciones serán fecundas si muestras largueza con otro". Las privaciones son cristianas si nos hacen crecer en santidad, en caridad y generosidad.

En las primeras comunidades cristianas cuando había un pobre entre ellos ayunaban durante dos o tres días y acostumbraban a enviarle los alimentos que tenían preparados para ellos. Podemos apreciar por que la Iglesia primitiva observaba dos días de ayuno a la semana: miércoles y viernes.

Tipos de ayuno en la actualidad:
Ayuno Eucarístico: Anteriormente era costumbre ayunar desde la medianoche antes de recibir la Eucaristía. Es curioso que la palabra "desayuno" significa romper el ayuno. En la actualidad se requiere un ayuno de una hora antes de recibir la Eucaristía. (Ni medicinas, ni agua, rompen el ayuno).

Ayuno de Cuaresma: Una sola comida al día, las otras siendo algo ligero. La Iglesia requiere ayuno y abstinencia (no comer carne) los días: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo de cada año.

Ademas requiere abstinencia todos los viernes de cuaresma. ¿Para quién?, para todos los mayores de edad (18 años), hasta cumplir los 59 años. Los enfermos están excluidos. (Canon 1251)

Oración, ayuno y limosna los Padres de la Iglesia explican que debe unirse estas tres. La Iglesia recomienda el ayuno (cf. Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados. El ayuno siempre ha sido y es parte de la ascética católica. 

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