Vosotros ya sabéis el camino para ir adonde yo voy.

Jacinta y Francisco

Francisco Marto, obsesionado con consolar a Jesús por los pecados del mundo
Francisco y Jacinta, los dos pastorcillos que el Papa canoniza hoy en Fátima
Jacinta Marto quería salvar a los pecadores y, por eso, se imponía duras penitencias

José Manuel Vidal, 13 de mayo de 2017 a las 09:53

En el otoño de 1918, Francisco y su hermana Jacinta cayeron enfermos de la conocida como gripe española y no tardaron en fallecer

Tres pastorcitos de Fátima

Francisco Marto (1908-1919), uno de los pastorcillos que aseguró haber visto a la Virgen en Fátima en 1917 y que será canonizado este sábado por el papa Francisco, dedicó su corta vida a la tarea de consolar a Jesús por los pecados del mundo.

El niño asistió a las apariciones de la Virgen junto a su hermana Jacinta y su prima Lúcia, una vivencia que le impresionó hasta tal punto que en los dos años que vivió tras las apariciones dedicó su vida a rezar el rosario para intentar acabar con el sufrimiento de Dios.


Francisco era un niño más del Portugal rural de la época: nació en 1908 en la aldea de Aljustrel, en Fátima, en el seno de una familia humilde y católica dedicada al campo.

La iconografía le representa vestido con pantalones largos, chaqueta corta y una enorme capucha típica que le llegaba hasta los hombros, como aparece en el retrato oficial de su canonización.

La mayoría de los detalles que se conocen en la actualidad sobre su carácter proceden de las Memorias de su prima Lúcia, la única de los tres videntes que sobrevivió al evento y que fue monja hasta su muerte en 2005.

"Francisco no parecía hermano de Jacinta, a excepción de su rostro y en la práctica de las virtudes. No era como ella, caprichoso y vivo; era todo lo contrario, natural, pacífico y condescendiente", relataba Lúcia, quien contaba que le encantaba tocar el pífano, una pequeña flauta que llevaba siempre encima.

Al igual que su hermana, no frecuentaba la escuela y se dedicaba a cuidar del rebaño de la familia en un descampado llamado Cova da Iria, donde aseguró que había asistido a seis apariciones de la Virgen, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.

Esta vivencia dejó completamente impresionado a Francisco, que quedó marcado por una de las misiones que les había encomendado la Virgen: la de consolar a Jesús por los pecados del mundo.

"Francisco pasa a ser más comprometido, sobre todo con lo que entendió como el sufrimiento de Dios. Era muy sensible a la percepción de que Dios estaba triste porque los hombres se alejaban de Él. Deseaba estar solo, pero solo con Dios", explicó en declaraciones a Efe la postuladora de la causa de su canonización, Ângela Coelho.

Tras la primera aparición, Francisco buscó refugio en "Nuestro Señor escondido" y se separaba de su hermana y su prima para rezar el rosario en solitario y para "pensar en Dios".

Por ello, se puede decir que Francisco "recibió el don de la contemplación", como confirma Ângela Coelho, que recuerda que Francisco era el único de los tres videntes que no conseguía oír lo que la Virgen les decía.

Sin embargo, esta diferencia nunca le importó ni le hizo sentirse menospreciado frente a su hermana y su prima, y quedó igual de comprometido que ellas con el mensaje transmitido por la Virgen.

"Es una lección para nuestro tiempo. Francisco aceptaba su condición de alguien que sólo podía ver y se entregó a su parte del misterio tal y como era", señala Coelho, que explica que los tres videntes "entendieron que lo más importante era aceptar con paciencia las dificultades de la vida".
Con esa paciencia afrontó Francisco los días que los tres videntes pasaron en la prisión de Vila Nova de Ourém bajo constantes interrogatorios sobre lo que les había contado la Virgen, donde, según contaba Lúcia, el niño "se mostró bastante animado e intentaba animar a Jacinta en los peores momentos".

En el otoño de 1918, Francisco y su hermana Jacinta cayeron enfermos de la conocida como gripe española y no tardaron en fallecer, algo que la Virgen ya les había revelado durante las apariciones.
Francisco murió en su casa la noche del 4 de abril de 1919, al día siguiente de recibir la comunión, y fue enterrado en el cementerio de Fátima.

En marzo de 1951, sus restos mortales fueron trasladados a la Basílica de Nossa Senhora do Rosário de Fátima, donde descansan en la actualidad.

Jacinta, su hermana

Jacinta Marto, una de los dos niños pastores testigos de las apariciones marianas que serán canonizados por el papa este sábado, fue la más obsesionada con salvar a los pecadores, por los que se impuso duras penitencias que pusieron fin a su hasta entonces carácter risueño.

Las descripciones de la niña -que tenía 7 años cuando comenzaron los relatos de las apariciones de Virgen en mayo de 1917-, destacan su vitalidad y energía, su pasión por el baile y su enorme rivalidad cuando de jugar se trataba, sobre todo, con su prima Lúcia, la tercera vidente de Fátima.

"Era mimada, caprichosa, con mucha energía, inquieta, sensible y con espíritu abierto de artista", cuenta a Efe el periodista Manuel Arouca, uno de los pocos expertos en Portugal sobre la figura de Jacinta, vidente de Fátima junto a su hermano Francisco, que también será canonizado, y a Lúcia.

Arouca asegura, tras investigar para su libro "Jacinta, la profecía", que la pequeña fue "la que más se transformó" de los tres menores, ya que dejó de golpe sus habituales aficiones, como bailar o jugar, para entregarse a duras penitencias, que llevaba "hasta el límite" en su afán por salvar a pecadores.

Las más "cotidianas" eran realizar ayuno, negarse a beber incluso cuando pasaba jornadas particularmente pesadas bajo el sol para pastorear y, de forma ocasional, otras penitencias "que le causaban mucho dolor físico".

Jacinta (Aljustrel, 1910), como prácticamente todas las campesinas portuguesas de la época, era analfabeta, y su actividad principal consistía en pastorear el rebaño de ovejas familiar, una "vida dura" acorde con los tiempos.

En sus ratos libres, bailaba y escuchaba sin perder detalle las historias religiosas de Lúcia, que había comenzado a recibir rígidas lecciones de catequesis por parte de su madre, aunque ponía su acento curioso planteando preguntas "incómodas".

"Por ejemplo, le provocaba mucha confusión comprender cómo Jesús podía estar escondido en la hostia. Era directa, no se cohibía a la hora de preguntar lo que no le parecía que tenía sentido, para ella la catequesis estaba llena de afirmaciones sin respuestas que la convenciesen", sostiene Arouca.

Las apariciones acaban para siempre con su desenfado, y se convierten, ante todo, en un secreto que no puede contener. Pese al pacto establecido entre los tres niños pastores, Jacinta es la primera en revelar que vieron una presencia que "brillaba como el sol y era de una inmensa belleza".

A partir de ese momento, su energía para los juegos deja paso a una gran "espiritualidad", y la más pequeña de los pastorcillos empieza, por causa de los relatos de las apariciones, a ser "perseguida por personas que constantemente la querían tocar".

Sus costumbres cambian, comienza a odiar que le toquen el pelo del que antes presumía y que hasta la prima Lúcia recuerda en sus memorias, y se encierra en las penitencias y el rezo, preocupada por los pecadores, mientras se suceden los interrogatorios de la Iglesia y el poder político ante la creciente curiosidad de los vecinos.

En el otoño de 1918, Jacinta y su hermano Francisco contraen la gripe española, que sería la causante de sus muertes, según los videntes ya anticipadas por la Virgen en las apariciones.

Tras permanecer varios meses en su aldea natal de Aljustrel y ser atendida en un centro de salud cercano, la pequeña es trasladada al Hospital Dona Estefânia de Lisboa, donde es operada, y acaba por fallecer el 20 de febrero de 1920, a pocos días de cumplir diez años.

Sus restos mortales son sepultados en el cementerio de Vila Nova de Ourém, localidad a la que pertenece Fátima, hasta septiembre de 1935, cuando fueron trasladados al cementerio de Fátima.

Finalmente, en marzo de 1951, los restos de Jacinta fueron de nuevo trasladados, esta vez a la Basílica de Nossa Senhora do Rosário de Fátima, donde descansan desde entonces.




El Papa bendice a al multitud con el Santísimo

"No tengáis vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia"
El Papa bendice a los enfermos: "En el altar, adoramos la carne de Jesús; en vosotros, descubrimos sus llagas"
El agradecimiento del obispo de Fátima: "Salve, Santo Padre, bienvenido a Fátima"

José Manuel Vidal, 13 de mayo de 2017 a las 14:16

Todos tienen los ojos fijos en el Papa Francisco, como voz prpofética, audible en el panorama mundial...voz de los pobres, de los desheredados, de abrir caminos de esperanza y de paz

(José M. Vidal).- Al final de la eucaristía, el Papa, revestido de capa pluvial, reza ante el Santísimo expuesto y bendice a los enfermos, a los que llama "llagas de Jesús" y a los que invita a sentirse orgullosos de ser "un tesoro valioso de la Iglesia". Por último, despide a la Virgen de Fátima con el pañuelo en la mano, como los cientos de miles de peregrinos que lo acompañan.

La oración íntegra del Papa en la bendición de los enfermos
Queridos hermanos y hermanas enfermos.
Como dije en la homilía, el Señor nos precede siempre: cuando atravesamos por alguna cruz, él ya ha pasado antes. En su Pasión, cargó con nuestros sufrimientos. Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con san Francisco Marto y santa Jacinta, y con los santos de todas las épocas y lugares. Pienso en el apóstol Pedro, en cómo la Iglesia entera rezaba por él mientras estaba encadenado en la prisión de Jerusalén. Y el Señor lo consoló. Este es el misterio de la Iglesia: la Iglesia pide al Señor que consuele a los afligidos y él os consuela, incluso de manera oculta; os consuela en la intimidad del corazón y os consuela dándoos fortaleza.

Queridos peregrinos, ante nuestros ojos tenemos a Jesús invisible pero presente en la Eucaristía, así como tenemos a Jesús oculto pero presente en las llagas de nuestros hermanos y hermanas enfermos y atribulados. En el altar, adoramos la carne de Jesús; en ellos, descubrimos las llagas de Jesús. El cristiano adora a Jesús, el cristiano busca a Jesús, el cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús. Hoy, la Virgen María nos repite a todos nosotros la pregunta que hizo, hace cien años, a los pastorcillos: «¿Queréis ofreceros a Dios?». La respuesta: «¡Sí, queremos!», nos ofrece la oportunidad de entender e imitar su vida. Ellos la vivieron con todo lo que conlleva de alegría y sufrimiento, en una actitud de ofrecimiento al Señor.

Queridos enfermos, vivid vuestra vida como una gracia y decidle a Nuestra Señora, como los pastorcillos, que queréis ofreceros a Dios con todo el corazón. No os consideréis solamente como unos destinatarios de la solidaridad caritativa, sino sentíos partícipes a pleno título de la vida y misión de la Iglesia. Vuestra presencia silenciosa, pero más elocuente que muchas palabras, vuestra oración, el ofrecimiento diario de vuestros sufrimientos, en unión con los de Jesús crucificado por la salvación del mundo, la aceptación paciente y hasta alegre de vuestra condición son un recurso espiritual, un patrimonio para toda comunidad cristiana. No tengáis vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia. Jesús va a pasar cerca de vosotros en el Santísimo Sacramento para manifestaros su cercanía y su amor. Confiadle vuestro dolor, vuestros sufrimientos, vuestro cansancio. Contad con la oración de la Iglesia que, por vosotros y con vosotros, se eleva al cielo desde todas partes. Dios es Padre y nunca os olvida.

Y el Papa se suma a la procesión del Santísimo y bendice con la custodia a los enfermos. Tras la bendición, el canto del 'Tantum ergo'.

El Papa bendice a la multitud con la custodia en forma de sol de Fátima y la gente reza el 'Bendito sea el nombre de Jesús'.

Tras la bendición, el obispo de Fátima, da las gracias al Papa, por "el don de vuestra presencia en medio de nosotros" "Con usted queremos exclamar: ¡Bendito sea Dios!"

"Salve, Santo Padre, bienvenido a Fátima. Está en su casa"
"Os traigo el abrazo y el afecto de todo el pueblo católico de Portugal,con todo el episcopado aquí presente"
"De todos los paregrinos, procedentes de 55 países de todo el mundo"
"Todos tienen los ojos fijos en el Papa Francisco, como voz prpofética, audible en el panorama mundial...voz de los pobres, de los desheredados, de abrir caminos de esperanza y de paz, de llevar la alegría del Evangelio. Gracias por vuestro testimonio que nos llega profundamente"

"Gracias, porque nos trajiste dos santos, los dos pastorcillos de Fátima"
"Un día histórico y memorable y lleno de belleza"
"Estaremos siempre unidos a usted"
"Que el Señor le conceda salud, fortaleza, coraje y fecundidad en su ministerio apostólico"
"Gracias, Santo Padre"

Y el Papa le regala un cáliz para el santuario y, después, unido a todos los peregrinos, se pone en pie y con el pañuelo en la mano despide a la Virgen de Fátima, que es conducida de nuevo a la capilla de las apariciones.
Y, antes de dar por concluido el acto, se sube al papa movil y se pasea por entre la multitud de peregrinos que los aclaman.

El camino

Al final de la última cena, los discípulos comienzan a intuir que Jesús ya no estará mucho tiempo con ellos. La salida precipitada de Judas, el anuncio de que Pedro le negará muy pronto, las palabras de Jesús hablando de su próxima partida, han dejado a todos desconcertados y abatidos. ¿Qué va a ser de ellos?

Jesús capta su tristeza y su turbación. Su corazón se conmueve. Olvidándose de sí mismo y de lo que le espera, Jesús trata de animarlos: «No os inquietéis. Confiad en Dios y confiad también en mí». Más tarde, en el curso de la conversación, Jesús les hace esta confesión: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí». No lo hemos de olvidar nunca.

«Yo soy el camino»

El problema de muchos no es que vivan extraviados o descaminados. Sencillamente viven sin camino, perdidos en una especie de laberinto: andando y desandando los mil caminos que, desde fuera, les van indicando las consignas y modas del momento.
¿Y qué puede hacer un hombre o una mujer cuando se encuentra sin camino? ¿A quién se puede dirigir? ¿Adónde puede acudir? El que camina tras los pasos de Jesús podrá seguir encontrándose con problemas y dificultades, pero está en el camino acertado que conduce al Padre. Esta es la promesa de Jesús.

«Yo soy la verdad»

Estas palabras encierran una invitación escandalosa a los oídos modernos. Y, sin embargo, también hoy hemos de escuchar a Jesús. No todo se reduce a la razón. El desarrollo de la ciencia no contiene toda la verdad. El misterio último de la realidad no se deja atrapar por los análisis más sofisticados. El ser humano ha de vivir ante el misterio último de su existencia.
Jesús se presenta como camino que conduce y acerca a ese Misterio último. Dios no se impone. No fuerza a nadie con pruebas ni evidencias. El Misterio último es silencio y atracción respetuosa. Jesús es el camino que nos puede conducir a confiar en su bondad.

«Yo soy la vida»

Jesús puede ir transformando nuestra vida. No como el maestro lejano que ha dejado un legado de sabiduría admirable a la humanidad, sino como alguien vivo que, desde lo más profundo de nuestro ser, infunde en nosotros un germen de vida nueva.
Esta acción de Jesús en nosotros se produce casi siempre de forma discreta y callada. El mismo creyente solo intuye una presencia imperceptible. A veces, sin embargo, nos invade la certeza, la alegría incontenible, la confianza total: Dios existe, nos ama, todo es posible, incluso la vida eterna. Nunca entenderemos la fe cristiana si no acogemos a Jesús como el camino, la verdad y la vida.

V DOMINGO DE PASCUA “A”

TEXTOS PROFÉTICO
“Moisés exclamó: «¡Muéstrame tu gloria!» Y él le respondió: «Yo haré pasar ante ti toda mi bondad y pronunciaré ante ti el nombre del Señor, pues yo me compadezco de quien quiero y concedo mi favor a quien quiero». Y añadió: «Pero mi rostro no lo puedes ver, porque no puede verlo nadie y quedar con vida». (Ex 33, 18-23)

TEXTOS EVANGÉLICO
-“Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le replica: -Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre?» ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?” (Jn 14, 8-9)

TEXTOS PATRÍSTICO
“Yo soy vuestro perdón, soy la Pascua de salvación, soy el cordero degollado por vosotros, soy vuestra agua lustral, vuestra vida, vuestra resurrección, vuestra luz, vuestra salvación y vuestro rey. Puedo llevaros hasta la cumbre de los cielos, os resucitaré, os mostraré al Padre celestial, os haré resucitar con el poder de mi diestra” (S. Melitón de Sardes)

TEXTOS MÍSTICO
“Vi a la Humanidad sacratísima con más excesiva gloria que jamás la había visto. Representóseme por una noticia admirable y clara estar metido en los pechos del Padre. Esto no sabré yo decir cómo es, porque sin ver me pareció me vi presente de aquella Divinidad” (Santa Teresa, Vida 38, 17).

CONSIDERACIÓN
El Dios del Antiguo Testamento, a quien no se podía ver ni nombrar, se ha revelado en el rostro de su Hijo amado. En Él nos ha mostrado su inmenso amor.
La espalda de Dios es la Cruz, el envés de la gloria, manifestada en la entrega total de Jesús para perdón de nuestros pecados.
Ya no podemos decir que Dios es inimaginable. Él nos lo ha dicho todo con su Palabra encarnada, su Hijo, quien desde antes de los siglos moraba en el seno del Padre.
Déjate mirar por el rostro del Resucitado y tus facciones se iluminarán con su gloria, con la alegría del Evangelio.

Matías, Santo
Fiesta litúrgica, 14 de mayo

Apóstol

Martirologio Romano: Fiesta de san Matías, Apóstol, que siguió al Señor Jesús desde el bautismo de Juan hasta el día en que Cristo subió a los cielos y, por esta razón, después de la Ascensión del Señor fue puesto por los apóstoles en el lugar que había ocupado Judas, el traidor, para que, formando parte del grupo de los Doce, fuese testigo de la Resurrección. ( s. I)

Etimológicamente: Matías = “don de Dios”. Viene de la lengua hebrea.

Breve Biografía

Clemente de Alejandría, basándose en la tradición, afirma que San Matías fue uno de los 72 discípulos que el Señor envió a predicar durante su ministerio. Los hechos de los Apóstoles afirman que Matías acompañó al Salvador, desde el Bautismo hasta la Ascensión.

Cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas, los candidatos fueron José, llamado Bernabé y Matías. Finalmente, la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce.

El Espíritu Santo descendió sobre él en Pentecostés y Matías se entregó a su misión.

Clemente de Alejandría afirma que se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Esta lección la había aprendido del mismo Jesucristo.

Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio, que sufrió persecuciones de parte de los pueblos bárbaros donde misionó y obtuvo finalmente la corona del martirio en Cólquida.

Los "Menaia" griegos sostienen que fue crucificado. Se dice que su cuerpo estuvo mucho tiempo en Jerusalén y que Santa Elena lo transladó a Roma.
 

Este es el apóstol No. 13 (El 14 es San Pablo). Es un apóstol "póstumo" (Se llama póstumo al que aparece después de la muerte de otro). Matías fue elegido "apóstol" por los otros 11, después de la muerte y Ascensión de Jesús, para reemplazar a Judas Iscariote que se ahorcó. La S. Biblia narra de la siguiente manera su elección:

"Después de la Ascensión de Jesús, Pedro dijo a los demás discípulos: Hermanos, en Judas se cumplió lo que de él se había anunciado en la Sagrada Escritura: con el precio de su maldad se compró un campo. Se ahorcó, cayó de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas. El campo comprado con sus 30 monedas se llamó Haceldama, que significa: "Campo de sangre". El salmo 69 dice: "su puesto queda sin quién lo ocupe, y su habitación queda sin quién la habite", y el salmo 109 ordena: "Que otro reciba su cargo".

"Conviene entonces que elijamos a uno que reemplace a Judas. Y el elegido debe ser de los que estuvieron con nosotros todo el tiempo en que el Señor convivió con nosotros, desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los cielos".

Los discípulos presentaron dos candidatos: José, hijo de Sabas y Matías. Entonces oraron diciendo: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cual de estos dos eliges como apóstol, en reemplazo de Judas".

Echaron suertes y la suerte cayó en Matías y fue admitido desde ese día en el número de los doce apóstoles (Hechos de los Apóstoles, capítulo 1).

San Matías se puede llamar un "apóstol gris", que no brilló de manera especial, sino que fue como tantos de nosotros, un discípulo del montón, como una hormiga en un hormiguero. Y a muchos nos anima que haya santos así porque esa va a ser nuestra santidad: la santidad de la gentecita común y corriente. Y de estos santos está lleno el cielo: San Chofer de camión y Santa Costurera. San Cargador de bultos y Santa Lavandera de ropa. San Colocador de ladrillos y Santa Vendedora de Almacén, San Empleado y Santa Secretaria, etc. Esto democratiza mucho la santidad, porque ella ya no es para personajes brillantes solamente, sino para nosotros los del montón, con tal de que cumplamos bien cada día nuestros propios deberes y siempre por amor de Dios y con mucho amor a Dios.

San Clemente y San Jerónimo dicen que San Matías había sido uno de los 72 discípulos que Jesús mandó una vez a misionar, de dos en dos. Una antigua tradición cuenta que murió crucificado. Lo pintan con una cruz de madera en su mano y los carpinteros le tienen especial devoción.



Un niño saluda al Papa en la audiencia

Insta a construir "un futuro de amistad, de diálogo, lejos de cualquier guerra"
El Papa pide por "cristianos, musulmanes y yazidíes de Oriente Medio, que padecen trágica violencia"
"Les hago una propuesta: un instante de silencio, cada uno rezando por su propia mamá"

José Manuel Vidal, 14 de mayo de 2017 a las 12:37

Gracias a Dios que me concedió acercarme a los pies de la Virgen Madre como peregrino de esperanza y de paz

(José M. Vidal).- Regina coeli del Papa Francisco, a pocas horas del regreso de su triunfal visita a Nuestra Señora de la paz de Fátima. Agradecido a Dios por la gracia de esa visita a la "bella Señora", Francisco pide, una vez más, en nombre de la Reina de la paz, por el Oriente Medio, que padece "trágica violencia" e insta a construir un mundo "lejos de cualquier guerra". También tuvo un recuerdo especial para las madres, cuya fiesta se celebra hoy en muchos países del mundo.

Algunas frases de la catequesis del Papa
"Ayer por la tarde, regresé del peregrinaje a Fátima" "Saludemos a la Virgen de Fátima"
"En Fátima, me inserté en la oración del santo pueblo de Dios"
"Oración que allí corre, desde hace cien años, ocmo un río"
"Gracias a Dios que me concedió acercarme a los pies de la Virgen Madre como peregrino de esperanza y de paz"
"Gracias, de corazón, a los obispos. El de Leiría Fátima, el presidente de la República y todos los que colaboraron"
"Desde el principio se creó un clima recogido y contemplativo"
"En el centro de todo, el Señor Resucitado, presente en medio de su pueblo en la Palabra y en la eucaristía"
"Presente, en medio de tantos enfermos, protagonistas de la vida de Fátima"
"Los niños de Fátima acogieron dignamente su mensaje, convirtiéndose en modelos de vida cristiana"
"Con su canonización, quise proponer a toda la Iglesia su testimono evangélico"
"Y también quise proponer a toda la Iglesia que cuide a los niños"
"También hoy, se necesita oración y penitencia, para implorar la gracia de la conversión, para implorar el fin de tantas guerras que hay por todas partes y que se alargan cada vez más"
"Como el final de tantos absurdos conflictos, grandes y pequeños, que desfiguran el rostro de la humanidad"
"Dejémonos guiar de la luz que viene de Fátima"

Algunas frases del saludo del Papa tras el Regina coeli
"Confío a María, Reina de la paz, la suerte de los pueblos afligidos por guerras y conflitctos, especialmente el Medio Oriente"
"Muchas personas inocentes son duramente probadas, cristianos, musulmanes o yazidíes, que padecen trágica violencia y discriminación"
"Animo a las diversas comunidades a recorrer el camino del diálogo y de la amistad social, para construir un futuro de amistad, de diálogo y de seguridad, lejos de cualquier guerra"
"Hoy se celebra en muchos países la fiesta de la madre"
"Recordamos con gratitud y afecto a todas las madres, incluidas las que están en el cielo"
"Les hago una propuesta: un instante de silencio, cada uno rezando por su propia mamá"

Piropos que los santos le regalaron a la Virgen

Recogemos en esta noticia 10 frases que santos de distintas épocas le dedicaron a Santa María

Los santos, a lo largo de la historia, han escrito numerosas prosas dedicadas a la belleza de la Virgen María. Piropos como "Estrella de la mañana", "Rosa mística", "Consuelo de los afligidos", "Puerta del Cielo" son repetidos a diario por los cristianos del mundo entero para honrar a la Reina del Cielo.

A continuación, 10 frases de santos que nos hablan sobre la Madre de Dios:

1. San Josemaría: "Y, si alguna vez no sabes cómo hablarle, ni qué decir, o no te atreves a buscar a Jesús dentro de ti, acude a María, "tota pulchra" -toda pura, maravillosa-, para confiarle: Señora, Madre nuestra, el Señor ha querido que fueras tú, con tus manos, quien cuidara a Dios: ¡enséñame -enséñanos a todos- a tratar a tu Hijo!"

2. San Juan Pablo II: "A ti, Virgen inmaculada, predestinada por Dios sobre toda otra criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, guía tú a sus hijos en la peregrinación de la fe, haciéndolos cada vez más obedientes y fieles a la palabra de Dios."

3. San Juan XXIII: "¡Oh, María Inmaculada, estrella de la mañana que disipas las tinieblas de la noche oscura, a Ti acudimos con gran confianza!"

4. San Luis de Monfort: "María es el camino más seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús."

5. Madre Teresa de Calcuta: "A María, nuestra Madre, le demostraremos nuestro amor trabajando por su Hijo Jesús, con Él y para Él."

6. San Ignacio de Loyola: "Por mucho que ames a María Santísima. Ella te amará siempre mucho más de lo que la amas tú."

7. San Juan Vianney: "Claro que Dios podría hacer un mundo más bello que éste; pero no sería más bello si en él faltara María."

8. San Juan Pablo II: "Totus Tuus (Todo tuyo) a través de la Inmaculada."

9. San Juan Bosco: "Quien confía en María no se sentirá nunca defraudado."

10. Beato Pablo VI: "Al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza, para salir al encuentro del Salvador que viene."



El Papa, en la rueda de prensa del avión

En el avión de regreso de Fátima
Texto íntegro de la rueda de prensa del Papa
Francisco responde sin red a todas las preguntas que le formulan los periodistas

José Manuel Vidal, 14 de mayo de 2017 a las 08:14

Le digo a los sacerdotes que es el clericalismo lo que aleja a la gente. El clericalismo es una peste en la Iglesia

Éste es el texto íntegro de las preguntas y respuestas de la rueda de prensa que ofreció el Papa Francisco a su regreso de Fátima. Con traducción de Vatican Insider.

¿Qué es lo que queda ahora para la Iglesia y para el mundo entero de las apariciones de Fátima? ¿Y qué se puede esperar sobre el encuentro con Trump del 24 de mayo?
Fátima es un mensaje de paz llevado a la humanidad por tres grandes comunicadores que tenían menos de 13 años. La canonización de los pastorcillos fue una cosa que al principio no estaba planeada, porque el proceso sobre el milagro procedía lentamente, después llegaron las pericias y para mí fue una gran felicidad. El mundo puede esperar la paz. Y con todos yo hablaré de paz. Antes de abordar el vuelo en Roma recibí a los científicos de diferentes religiones que participaron en un congreso en el observatorio vaticano. Un ateo, sin decirme de qué país venía, me saludó así: "¡Yo soy ateo! Le pido un favor: dígale a los cristianos que amen más a los musulmanes". ¡Este es un mensaje de paz!

Usted ayer habló sobre derribar los muros, pero dentro de algunos días se encontrará con un jefe de Estado, el presidente Trump, que quiere construir muros y que no piensa lo mismo que usted, por ejemplo, sobre el clima y sobre los migrantes. A pocos días de esta audiencia, ¿cuál opinión tiene sobre las políticas del presidente estadounidense y qué espera del encuentro con él?
Nunca me hago un juicio sobre una persona sin escucharla, creo que no lo debo hacer. De nuestro coloquio saldrán las cosas, él dirá lo que piensa y yo diré lo que pienso. Sobre los migrantes ustedes saben muy bien qué pienso yo. Siempre hay puertas que no están del todo cerradas, hay que buscar las puertas que, por lo menos, estén un poco abiertas, hay que entrar y hablar sobre lo que existe en común y seguir adelante paso a paso. La paz es artesanal, se hace cada día. También la amistad entre las personas, el conocimiento mutuo, la estima recíproca es artesanal, se hace cotidianamente. Respeto por el otro, decir lo que se piensa sinceramente.

¿Espera que después del encuentro el presidente Trump suavice sus políticas?
Este es un cálculo político que no me permito hacer... Y, saben que a nivel religioso no hago proselitismo.

Usted, en Fátima se presentó como «obispo vestido de blanco», con las mismas palabras que usó sor Lucía en el Tercer Secreto. Hasta ahora se aplicaban a Juan Pablo II, al atentado que sufrió, a los mártires del siglo XX. ¿Qué significa ahora?
La oración a la Virgen que contenía esa expresión no la compuse yo, la hizo el Santuario de Fátima. Hay una relación entre el obispo de blanco, la Virgen vestida de blanco, el blanco de los niños inocentes por el bautismo. Creo que, literalmente, trataron de expresar con el blanco ese deseo de paz, de inocencia, de no hacer la guerra al otro. El entonces cardenal Ratzinger explicó todo claramente sobre el tercer secreto.

El 13 de mayo es un día particular para usted, porque en 1992 el nuncio Calabresi le anunció su nombramiento como obispo auxiliar de Buenos Aires. ¿Ha relacionado alguna vez este hecho con Fátima? ¿En estos días ha pensado en ello?
No he pensado en la coincidencia. Solamente ayer, mientras rezaba delante de la Virgen, me acordé de que el 13 de mayo de hace 25 años recibí la llamada del nuncio que me anunciaba el nombramiento. A la Virgen le pedí perdón por mis errores y también por mi mal gusto al elegir a la gente...

La Fraternidad San Pío X tiene una gran devoción por Fátima. Se habla de un acuerdo en breve y algunos se imaginaban un anuncio hoy. ¿Se llevará a cabo este acuerdo y cuál es, para usted, el sentido de esta reconciliación? ¿Volverán con triunfalismo?
Descartaría cualquier forma de triunfalismo. Hace algunos días, la Feria IV, el congreso de la Congregación para la Doctrina de la Fe, estudió un documento y este texto todavía no me ha llegado. Las relaciones actuales son fraternas, el año pasado di la dispensa para la confesión a todos sus sacerdotes y una forma de jurisdicción para los matrimonios. Pero ya desde hace tiempo para sus problemas, para los casos que deben ser resueltos por la Congregación para la Doctrina de la Fe (por ejemplo los casos de abusos), los están sacando adelante con los dicasterios vaticanos. Con monseñor Fellay tengo una buena relación, he hablado varias veces con él. A mí ni me gusta apresurar las cosas, sino caminar y caminar, luego se verá. Para mí no es un problema de vencedores o vencidos, sino de hermanos que dan pasos adelante.

¿Evangélicos y católicos pueden hacer un trayecto juntos? ¿Podrán participar en la misma mesa eucarística?
Se han dado grandes pasos. Pensemos en la declaración sobre la Justificación, desde aquel momento el camino no se ha detenido. El viaje a Suecia fue muy significativo. También por el ecumenismo del camino, del caminar juntos, con la oración, con el martirio, con las obras de caridad y misericordia. Y allí Caritas luterana y católica hicieron un acuerdo para trabajar juntos. Dios es el Dios de las sorpresas, no debemos detenernos nunca, debemos rezar juntos, ofrecer testimonio juntos, hacer las obras de misericordia juntos, afirmar que Jesús es el único salvador y que la gracia solo viene de Él. Los teólogos seguirán estudiando, nosotros seguimos adelante con el camino.

En Fátima hemos visto un gran testimonio de fe popular, la misma que se ve en Medjugorje. ¿Qué piensa sobre las apariciones y sobre el fervor religioso que han suscitado, puesto que decidió nombrar a un obispo delegado para los aspectos pastorales?
Todas las apariciones o las presuntas apariciones pertenecen a la esfera privada, no son parte del magisterio público ordinario. Para Medjugorje Benedicto XVI instituyó una comisión presidida por el cardenal Ruini. Yo recibí el resultado, estaba compuesta por buenos teólogos, obispos y cardenales. La relación de la comisión es muy, muy buena. Había algunas dudas en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el dicasterio consideró oportuno enviarle a cada uno de los miembros de la Feria IV (la reunión mensual de la Congregación) toda la documentación, incluso los pareceres contrarios a la relación Ruini. Yo recibí la notificación un sábado, ya tarde. No me pareció correcto: era como "subastar" la relación Ruini, que está muy bien hecha. El domingo por la mañana, el Prefecto de la Doctrina de la Fe recibió una carta en la que le pido que envíe a la Feria IV esas opiniones en contra, que me las envíe a mí personalmente. Estos pareceres fueron estudiados, todos (subrayo: todos). La relación Ruini afirma que hay que distinguir las primeras apariciones, cuando los videntes eran chicos y dice que hay que seguir investigando esas. Sobre las presuntas apariciones actuales, la relación presenta sus dudas. Yo, personalmente, soy más malo, prefiero a la Virgen Madre que a la Virgen que se vuelve encargada de una oficina de telégrafos y envía un mensaje cada día. Y estas presuntas apariciones no tienen tanto valor: esto lo sigo como opinión personal. Hay quienes piensan que la Virgen dice: "Vengan, ese día tal, a tal hora, le voy a dar un mensaje a ese vidente". Luego, tercer punto, está el hecho espiritual y pastoral, el nudo de la relación: gente que se convierte, que encuentra a Dios, que cambia de vida. Y esto no gracias a una varita mágica. Este hecho no se puede negar. Ahora, para ver esto, nombré a un buen obispo (monseñor Hoser, ndr.), que tiene experiencia para ocuparse de la parte pastoral. Al final se dirá algo.

Las ong que salvan a los migrantes en el Mediterráneo han sido acusadas de contubernio con los traficantes de hombres. ¿Qué piensa?
Leí en el periódico que existía este problema, pero todavía no conozco los detalles, por esto no puedo expresar opiniones. Espero que sigan adelante y que surja toda la verdad.

Marie Collins es el último miembro que ha renunciado a la Comisión para la Tutela de los Menores , y explicó que lo había hecho porque los oficiales en el Vaticano no ponían en práctica los consejos de la comisión. ¿De quién es la responsabilidad? ¿Qué se está haciendo para que se pongan en práctica?
Marie Collins me explicó bien la cosa. Hablé con ella, una buena mujer. Seguirá trabajando en la formación con sacerdotes sobre este punto. Hizo esta acusación y tiene un poco de razón, porque hay muchos casos retrasados. Retrasados porque se amontonaban ahí. En este tiempo se tuvo que hacer la legislación, hoy casi en todas las diócesis hay un protocolo que seguir, los informes se hacen bien, es un progreso grande. Hay poca gente, se necesita más personal capaz de seguir esto, el Secretario de Estado y el cardenal Müller están buscando personal. Se cambió el director de la oficina disciplinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que era muy bueno, pero estaba un poco cansado y volvió a su patria para hacer el mismo trabajo. El nuevo es un irlandés, monseñor Kennedy, muy bueno y eficiente, y esto ayudará bastante. Y luego hay un problema: a veces los obispos envían los casos, si el protocolo está bien, pasa inmediatamente a la reunión de la Feria IV, de lo contrario debe volver atrás y por esto se piensa en ayudas continentales, uno o dos por continentes: pre-tribunales o tribunales continentales. Cuando la Feria IV reducía a un sacerdote al estado laico, si él apelaba, el caso era estudiado por la misma Feria IV. Creé otro tribunal y puse a la cabeza a una persona indiscutible, el arzobispo de Malta Scicluna, entre los más fuertes contra los abusos. Si se aprueba la primera sentencia, se acabó el caso, el sacerdote solo tiene la posibilidad de apelar al Papa para pedir la gracia: nunca he firmado una sola gracia. Marie Collins tiene razón, pero nosotros estábamos en la calle, hay dos mil casos amontonados esperando. En el católico Portugal se instituye el matrimonio entre personas del mismo sexo y la despenalización del aborto, así como la eutanasia... Es un problema político, y de la conciencia católica que a veces no es de pertenencia total a la Iglesia. Detrás de esto está la falta de una catequesis bien hecha. Hay zonas, en Italia y en América Latina, por ejemplo, en las que son muy católicos y al mismo tiempo anticlericales y come curas. Me preocupa, pero le digo a los sacerdotes que es el clericalismo lo que aleja a la gente. El clericalismo es una peste en la Iglesia.

Traducción de Vatican Insider

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