Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre
- 27 Mayo 2017
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- 27 Mayo 2017
Evangelio según San Juan 16,23b-28.
Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.
Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre".
San Agustìn de Cantorbery
Nació en el siglo VI. Fue monje y prior del monasterio de San Andrés que había sido fundado por san Gregorio Magno en Roma. Este pontífice le envió a evangelizar la fecunda Inglaterra en la que tantos monasterios y santos habían florecido pese a las invasiones sufridas, como las de los sajones que indujo a muchas gentes a la idolatría. Gran parte de los contemporáneos de Agustín, que eran ingleses, aún persistían en ella y el cristianismo estaba en trance de desaparecer. Sin embargo, hasta el Santo Padre habían llegado noticias del ferviente anhelo y disposición a abrazarse a la fe que mostraban numerosos anglosajones. Así que maduró en su oración el sueño de evangelizar y afianzar la Iglesia en ese país. Simplemente necesitaba obreros para atender tanta mies. Y dio un primer paso. Alentó la conversión de las gentes ordenando a su administrador en los territorios provenzales, el presbítero Cándido, que le proporcionara algunos esclavos oriundos de esas tierras con objeto de formarlos y enviarlos después a predicar entre sus compatriotas. Pero se dio cuenta de que era una labor lenta. Y un apóstol se caracteriza por la urgencia; no mide el tiempo por las agujas del reloj. Es la fe rompiendo toda barrera la que marca una ruta a seguir que jamás se detiene. Desde el punto de vista espiritual un segundo perdido es irreparable; no se puede volver a recuperar.
De modo que el año 596, el papa escogió a Agustín, conocido por su virtud y celo apostólico. Y éste, con treinta y nueve monjes, partió en la primavera de ese mismo año a Gran Bretaña. Al llegar a la Provenza hicieron un alto en el monasterio de Lérins. Allí constataron la dificultad que revestiría su misión. Los compañeros del santo se aterrorizaron ante los relatos trazados por los monjes que ilustraban los peligros que podrían hallar subrayando la crueldad del pueblo. Entonces, Agustín se vio obligado a regresar a Roma para informar al papa del carácter belicoso de los sajones. Éste no dio marcha atrás y animó a todos a enfrentarse a las circunstancias con fe. Les entregó cartas de recomendación para prelados y reyes, designando abad a Agustín. El retorno lo hicieron por Autun, donde pasaron el invierno. Después recorrerían Orleáns, Tours para embarcar después rumbo a Gran Bretaña desde Boulogne. En la primavera del año 597 llegaron a la isla de Thanet, siendo recibidos personalmente por el rey Ethelberto. Llegaban portando la cruz y recitando procesionalmente las letanías. Conmovido el rey, pidió que le explicaran las verdades de la fe, les autorizó para predicar el Evangelio y les condujo a una residencia en Canterbury, que fue origen de la conocida abadía. Siguiendo retazos de la historia, el primer encuentro entre ambos debió producirse en campo abierto, seguramente al abrigo de un corpulento roble, ya que el monarca tendría sus reservas pensando en algún maleficio obrado por Agustín. No tardó en percatarse de su error. El hombre que tenía ante sí era un dechado de sencillez, de prudencia y sabiduría. Le hablaba de un Dios amor tan poderoso que enseguida quedó seducido por Él. Fue constatando la autenticidad de todos los misioneros, la fortaleza que mostraban ante las dificultades, su entrega sin paliativos…, y se convirtió. Pidió ser bautizado ante el asombro de sus súbditos, a quienes dio plena libertad para seguir sus pasos. No usó su poder para ello. Hizo saber a Agustín su convicción de que debía respetar la creencia primitiva que había formado parte de su pueblo durante tanto tiempo. Pero las gentes cuando vieron que él seguía la enseñanza del santo, quisieron secundarle. Miles de ellos fueron instruidos y se abrazaron también a la religión cristiana en las navidades del año 597. Ethelberto colaboraba con esta ingente obra apostólica y legó hasta su propio palacio que fue monasterio y sede del obispo.
En esa época, Agustín fue consagrado obispo en Francia. Entretanto, comunicó al papa estos hechos a través de dos monjes que envió al efecto. Y san Gregorio respondió enviando nuevos colaboradores que portaron valiosos recursos para las gentes. Asimismo eran custodios del palio y el nombramiento de Agustín como arzobispo primado de Inglaterra. Llevaban indicaciones expresas del pontífice en las que, con gran prudencia, proporcionaba al nuevo primado paternales y lúcidos consejos. Respecto a los templos decía: «no conviene derribarlos, sino solamente los ídolos en ellos existentes». Y en cuanto a las tradiciones del pueblo advertía: «como hay costumbre de hacer sacrificios de bueyes a los demonios, es conveniente cambiarla en una fiesta cristiana. Así las fiestas de la Dedicación y de los Mártires podrían celebrarlas por medio de banquetes fraternales». Otras previsiones del papa concernientes a la organización jerárquica eclesial del país tuvieron que esperar. La comunidad presidida por Agustín vivía bajo la regla benedictina. En ese momento era el único obispo que había para la Gran Bretaña sajona. Y mientras se progresaba en la evangelización, mantuvo diversas entrevistas con responsables de la iglesia bretona. No solo buscaba ayuda con nuevos misioneros, sino la conciliación entre los dos pueblos que estaban enfrentados. En el año 601 todavía no se había llegado a un acuerdo. La autoridad de Agustín no era reconocida por los bretones y tampoco estaban dispuestos a evangelizar a los anglosajones. Así que Agustín y sus compañeros se volcaron con más brío en la tarea apostólica. En el 604 murió el papa y ese mismo año se establecía un segundo obispado en Rochester, y quedaban abiertas las puertas a un tercer obispado en Londres. Para ello Agustín contó con la ayuda incondicional de Ethelberto. Pero este nuevo despliegue acontecía cuando este gran apóstol de Inglaterra se hallaba al final de su vida. Murió el 26 de mayo del año 605 dejando en marcha esta magna obra que, aunque impulsada por el pontífice, fue materializada por él.
Oremos
Dios nuestro, que por la predicación del obispo San Agustín de Cantorbery hiciste brillar la luz del Evangelio sobre el pueblo de Inglaterra, haz que la semilla de sus trabajos apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
San Anselmo (1033-1109), benedictino, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia Proslogion, 26
Señor Dios mío, mi esperanza y gozo de mi corazón, di a mi alma si su gozo es el mismo que nos has dicho por medio de tu Hijo: «Pedid y recibiréis y vuestro gozo será completo». En efecto, he encontrado un gozo completo y más que completo, porque el corazón, el espíritu, el alma, todo mi ser se ha llenado de este gozo y veo que todavía crecerá sin medida. No es que sea él el que va a entrar en los que se alegran, sino que más bien serán ellos los que entrarán en él con todo su ser.
¡Habla, Señor! Di a tu servidor, en el fondo de su corazón, si el gozo que experimento es el mismo gozo en el que entrarán los que gustarán el mismo gozo que su maestro (Mt 25,21). Mas, si este gozo que experimentarán tus siervos «ningún ojo vio, ningún oído escuchó, ni el corazón del hombre puede pensarlo» (1C 2,9), te pido, Dios mío, me concedas conocerte, amarte, para que mi gozo sea estar en ti.
Y si en esta vida no lo puedo obtener plenamente, hazme adelantar de manera que un día entre plenamente en este tu gozo. Que crezca aquí abajo mi conocimiento de ti para que pueda llegar a la plenitud donde tú estás. Que mi amor aquí, crezca a fin de ser total allá arriba. Que ahora mi gozo sea inmenso en esperanza, para ser entonces total en realidad. Señor, tú quieres que por tu Hijo te pidamos, y nos prometes recibir lo que pedimos a fin de que nuestro gozo sea completo... ¡Haz crecer en mí el hambre de este gozo, para que entre en él!
La historia del Icono de María Auxiliadora
Cuando una mano invisible guió el pincel del pintor
El icono recoge toda la teología de Don Bosco sobre la Auxiliadora de los Cristianos.
En la Basílica de María Auxiliadora en Turín se encuentra una de las imágenes más representativas de la Virgen en su advocación de "Auxiliadora de los Cristianos". El precioso cuadro, que se halla tras el altar y se aprecia desde cualquier punto del templo salesiano, tiene tras de sí una historia llena de misticismo.
Fue el mismo San Juan Bosco -gran propagador de la devoción a María Auxiliadora-, quien mandó pintar la majestuosa obra al pintor italiano Tomás Lorenzone y le dio instrucciones precisas sobre cómo debía realizarla. El artista tardó tres años en culminar el cuadro, que luego fue entronizado en la Basílica de María Auxiliadora con el título de "María Madre de la Iglesia". Tiempo después, cuando ya había culminado el cuadro, Lorenzone confesó que al representar el rostro de la Virgen sintió como si una mano invisible guiaba su pincel; de ahí la preciosa expresión del rosto de Nuestra Señora.
De acuerdo con varios expertos, el icono recoge toda la teología de Don Bosco sobre la Auxiliadora de los Cristianos. Es una obra barroca en la que se contempla y exalta a la Virgen María como Reina y Madre de la Iglesia, especialmente al Niño Jesús, quien lleva en sus brazos y es representado como el Rey que acoge. Se observa en detalle cómo toda la Iglesia -apóstoles, santos y ángeles del cielo- le rinde tributo al pequeño Rey.
En el cuadro también hay varios símbolos representativos, entre ellos el cetro que lleva la Virgen en su mano derecha, que es símbolo de la monarquía, así como los atuendos que hablan de los usos sacerdotales, confeccionados con finos linos y bordados de oro. El vestido el Niño Jesús es de una sola pieza, que recuerda el pasaje evangélico de Juan sobre el reparto de las vestiduras de Cristo: "La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo".
Ambos atuendos, el de María y el Niño, se inspiran en las monarquías europeas vigentes durante la Edad Media, además de las dos coronas doradas que muy bien se relacionan con el texto del Apocalipsis que dice: "Una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza". La imagen fue coronada solemnemente mediante decreto del Papa León XIII el 17 de mayo de 1904.
Una antigua devoción
La devoción a María Auxiliadora se remota a los primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Éfeso, Atenas y Alejandría, quienes acostumbraban llamar a la Virgen como "Auxiliadora". Pero es gracias a la Batalla de Lepanto, ocurrida en el siglo XVI cuando los mahometanos estaban invadiendo Europa y el Papa San Pío V llamó a los príncipes católicos salir a defender a los cristianos, que la devoción ganó fuerza. Muy pronto se formó el ejército de los cristianos, que el 7 de octubre de 1572, cuando se encontraba en el Golfo de Lepanto, se topó con el enemigo: eran 88 mil soldados mahometanos, mientras que los cristianos eran inferiores.
Antes de empezar la batalla los cristianos se confesaron, participaron de la Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y rindieron tributo a la Madre de Dios. Los cristianos salieron victoriosos gracias al viento que corrió en dirección opuestas impidiendo a los enemigos alcanzar a los cristianos.
Mientras la defensiva tenía lugar, San Pío V se congregó con una multitud de fieles en las calles de Roma para rezar también en Santo Rosario. Fue en agradecimiento a lo sucedido que el Pontífice estableció que cada 7 de octubre la Iglesia Católica celebrase la fiesta de la Virgen del Rosario, y que en las letanías se ore diciendo: "María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros".
Pero es San Juan Bosco, junto con la Familia Salesiana, quien extendió por el mundo la devoción a esta advocación. El propio santo narra en uno de los sueños que fue la propia Virgen María quien le solicitó edificase un templo en su honor
Te tengo algo mejor… algo que ni siquiera puedes imaginar
San Juan 16, 23-28. VI Sábado de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Padre nuestro que estás en el cielo… Padre nuestro… Padre…mi Padre.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
He pedido, Señor. He pedido y Tú lo sabes, mas, ¿puedo decir que no he recibido? No lo sé, a veces pienso que sí y otras veces no. Aunque siempre que pasa el tiempo me doy cuenta que no sólo me has dado, sino que has derrochado.
Tantas veces se me olvida que eres Padre y yo soy hijo. Siempre das, pero siendo víctima del tiempo a veces es necesario esperar. No es que no respondas o que no escuches… se necesita paciencia; se necesita fe. Se necesita recordar que soy hijo y que Tú eres Padre… un Padre que me ama de verdad.
Pide y se te dará. Cuando me preguntas qué es lo que quiero pedir me siento poseedor de una oportunidad que no quiero desaprovechar. Tú sabes mis necesidades; sabes mis inquietudes, pues siempre estás pendiente. Pide y se te dará…, ¿qué te pido, Señor? ¿Qué te pido que no hayas percibido?
Te he pedido y en ocasiones has contestado inmediatamente… Te he pedido y en ocasiones me has recomendado esperar. Te he pedido y casi siempre me dices: "te tengo algo mejor… algo que ni siquiera puedes imaginar"."
Hoy te pido la gracia de saberme hijo, tu hijo. Creo que sabiendo de verdad esto lo demás… puede esperar.
"La oración auténtica es un salir de nosotros mismos hacia el Padre en nombre de Jesús, es un éxodo de nosotros mismos que se realiza precisamente con la intercesión de Jesús, que ante el Padre le muestra sus llagas. Todo esto nos da confianza, nos da la valentía de rezar, porque sus heridas nos han curado. Éste es el nuevo modo de rezar: con la confianza, con la valentía que nos da la certeza de que Jesús está ante el Padre y le muestra sus llagas; pero también con la humildad para reconocer y encontrar las llagas de Jesús en sus hermanos necesitados. Ésta es nuestra oración en la caridad." (Homilía de S.S. Francisco, 11 de mayo de 2013, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar un misterio del rosario pidiéndole a María que nos conceda la gracia de sabernos hijos de Dios y pidamos todo al Padre en el nombre de Jesús.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Tres pasos para orar con la sencillez de un niño
Enséñame cómo buscarte...porque yo no sé buscarte a no ser que tú me enseñes, ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí.
Señor Dios, enséñame dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte... Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor, y yo nunca te he visto. Tú me has modelado y me has remodelado, y me has dado todas las cosas buenas que poseo, y aún no te conozco… Enséñame cómo buscarte... porque yo no sé buscarte a no ser que tú me enseñes, ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí. Que te busque en mi deseo, que te desee en mi búsqueda. Que te busque amándote y que te ame cuando te encuentre (San Anselmo de Canterbury)
***
En días pasados estuve en un campamento de verano con 64 niños de diez y once años. ¡Toda una experiencia! Intenté, junto con otros varios sacerdotes y monitores laicos, que disfrutasen y, en mi caso algo importante, que se acercasen más a Dios. Personalmente, creo que ambas cosas se dieron...
Uno de esos días, un niño llamado Miguel se me acercó y me dijo que tenía que decirme algo muy importante y que no podía ser más tarde. Estaba nervioso y, por un momento, me imaginé lo peor: un niño se cayó, alguien se hizo daño, etc. Pero la noticia que Miguel me iba a contar era mucho más seria; algo que, según sus propias palabras, «me ha dejado alucinado, padre».
¿Qué pasó? Le doy la palabra a Miguel:
«Esta mañana, padre, después de ducharme, me fui a la capillita que tenemos en el campamento. Ahí coincidí con Álvaro, que está aquí conmigo. No nos pusimos de acuerdo para nada, ¿eh? Lo que fui a pedirle a Jesús, padre, es que hoy me llamaran mis papás por teléfono, pues los echaba de menos. Álvaro ha hecho lo mismo. Pues, ¿sabe qué, padre? ¡Han llamado! Mis padres y sus padres. Jesús escucha realmente y responde. ¡Estoy que no me lo creo!».
No sé a ustedes, pero a mí la experiencia de Miguel y Álvaro me ha emocionado. Por dos motivos: porque una vez más he aprendido de la candidez que siempre emana de los niños, esa sencillez que nos hace ver el mundo bajo otra perspectiva. No por nada Cristo mismo nos invitaba a hacernos como niños para entrar en el reino de los cielos.
Y segundo, porque he podido tocar de una manera muy sensible la cercanía de un Dios que nos ama profundamente, que quiere comunicarse con nosotros, que espera que le hablemos y confiemos en Él.
Y ¿qué hacer para llegar a esta sencillez? El camino nos lo traza San Anselmo en la bellísima oración que les he puesto al inicio de este artículo:
1. Reconocerse débil y necesitado: « enséñame dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte... Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor, y yo nunca te he visto».
2. Agradecer los beneficios recibidos por Dios: «Tú me has modelado y me has remodelado, y me has dado todas las cosas buenas que poseo, y aún no te conozco...».
3. Buscar y no cansarse en la oración, aunque cueste: «Enséñame cómo buscarte... porque yo no sé buscarte a no ser que tú me enseñes, ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí» o aquella otra, más bella aún: «Que te busque en mi deseo, que te desee en mi búsqueda. Que te busque amándote y que te ame cuando te encuentre». Sí, el resultado último es el enamoramiento. Porque el amor es esa fuerza que nos hace capaces de cosas grandes. Y grande es la oración. Además, cuando alguien ama, vuelve a repetir los mismos pasos: se sabe débil ante los peligros que pueden apartarle de su amor; agradece siempre lo que la persona amada le da; y busca seguir amándola con locura. Es un círculo virtuoso que nos eleva cada vez que lo empezamos. Y voy más allá. Estos pasos reflejan, de manera muy nítida, la actitud de cualquier niño. Se sabe débil y por eso acude a los "brazos todopoderosos" de su madre. Agradece lo que recibe con los detalles típicos de un niño: un beso, una flor cortada en un campo, etc. Y, por último, está siempre buscando a sus padres, no puede estar solo, pues intuye que sería su perdición. Pregunta: ¿qué tan niños somos en nuestra oración? Si aún te falta algo por llegar, aquí están tres pasos sencillos; pasos que han sido vividos ya por otros, como San Anselmo... y como mis queridos maestros de 10 años llamados Miguel y Álvaro.
Francisco: el lugar del cristiano es el mundo, para predicar a Jesús
Cada uno de nosotros tiene su Galilea, aseguró el pontífice, dónde hemos conocido y nos hemos encontrado con Cristo.
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 26 May. 2017).- El lugar del cristiano es el mundo y allí debe anunciar a Jesús. Mientras tanto, su mirada ha de dirigirse al cielo, para estar unidos a él.
Esta fue la idea central del papa Francisco en su homilía realizada este viernes en la residencia Santa Marta del Vaticano.
El Santo Padre parte de la memoria y señala que el primer encuentro de los apóstoles con Jesús fue en Galilea. “Cada uno de nosotros tiene su Galilea”, aseguró el pontífice, dónde lo hemos conocido, y es necesario la memoria de este momento que “en los momentos de prueba me da certeza”.
Un segundo punto es la oración. Y que Jesús ya en el cielo, está “conectado con nosotros para interceder”. Y “hace ver al Padre sus llagas, el precio que pagó por nosotros y por nuestra salvación”.
Y después el Papa señala otro punto: “Jesús Antes de irse, lo hemos escuchado ayer en el evangelio de la Ascención, dice a los discípunos: ‘Vayan al mundo y hagan discípulos’. Vayan, el lugar del cristiano es el mundo, para anunciar la Palabra de Jesús, para decir que hemos sido salvado, que él vino para darnos la gracia, para llevarnos con él delante del Padre”.
Así, “la topografía del espíritu cristiano” son la oración y la misión, y las tres palabras para nuestro camino: Galilea, cielo y mundo.
Pidiendo siempre “la gracia de la memoria: “Que no me olvide del momento en que me has elegido, que no me olvide de los momentos en que nos hemos encontrado”. Además “mirar hacia el cielo, porque él está para interceder”. E ir en misión, o sea en nuestra vida “dar testimonio del Evangelio”, porque no sirve decir como Jesús si “vivo como un pagano”.
“Haciendo memoria, con la oración y en misión, la vida cristiana es hermosa y alegre”, asegura el Papa.
12 preguntas y respuestas acerca de la Eucaristía
Si te quedaste con lo que aprendiste acerca de la Eucaristía cuando hiciste la Primera Comunión te invitamos a leer este artículo
1. ¿Qué significa la Palabra Eucaristía?
Eucaristía es una palabra griega, que significa Acción de Gracias
2. ¿Quién instituyó la Eucaristía?
La Eucaristía fue instituida por Cristo en la Ultima Cena.
3. ¿Cuál evento del Antiguo Testamento prefigura la Eucaristía?
El Cordero Pascual, Jesús es el Cordero Pascual. Lee en el Evangelio el pasaje de la última cena (Lucas 22,7-20) y mira los elementos claves sobre la celebración de la Pascua que nos explican porque Jesús es el Cordero de Dios que se sacrifica por nosotros.
4. ¿Cristo vuelve a morir en cada misa?
No. En cada misa se actualiza el misterio de la muerte del Señor. "El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual (cf Hb 7,25-27): «Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que "Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado" (1Co 5, 7), se realiza la obra de nuestra redención» (LG 3)" - Catecismo de la Iglesia Católica #1364.
5. ¿Cual es la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la Eucaristía?
La Eucaristía es Jesús, su Cuerpo y su Sangre junto con el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor. Por lo tanto, en ella Cristo entero está realmente presente de forma sustancial.
"El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39)"- Catecismo de la Iglesia Católica # 1374.
6. ¿Cuándo se fijaron las líneas básicas sobre la Eucaristía en la comunidad Cristiana?
"Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo de la celebración eucarística. Estas han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales litúrgicas". - Catecismo de la Iglesia Católica #1345.
7. ¿Cuáles son los milagros de Jesús que nos ayudan a prepararnos para la institución de la Eucaristía?
"Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía (cf. Mt 14,13-21; 15, 32-29). El signo del agua convertida en vino en Caná (cf Jn 2,11) anuncia ya la Hora de la glorificación de Jesús. Manifiesta el cumplimiento del banquete de las bodas en el Reino del Padre, donde los fieles beberán el vino nuevo (cf Mc 14,25) convertido en Sangre de Cristo". - Catecismo de la Iglesia Católica #1335.
8. ¿Cuál fue la reacción de muchos de los seguidores de Jesús cuando explicó por primera vez lo que significaba la Eucaristía?
Muchos dejaron de seguirlo porque les costó entender sus palabras. "El primer anuncio de la Eucaristía dividió a los discípulos, igual que el anuncio de la pasión los escandalizó: "Es duro este lenguaje, ¿quién puede escucharlo?" (Jn 6,60). La Eucaristía y la cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio, y no cesa de ser ocasión de división. "¿También vosotros queréis marcharos?" (Jn 6,67): esta pregunta del Señor resuena a través de las edades, como invitación de su amor a descubrir que sólo Él tiene "palabras de vida eterna" (Jn 6,68), y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a Él mismo". - Catecismo de la Iglesia Católica #1336.
9. ¿Durante qué parte de la misa el pan y el vino se convierten en El Cuerpo y La Sangre de Cristo?
Durante la consagración, después de las palabras "Este es mi Cuerpo y esta es Mi Sangre". "En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (o el poder de su bendición (cf Plegaria Eucarística I o Canon romano, 90; Misal Romano) sobre el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después de la anámnesis). En el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre". - Catecismo de la Iglesia Católica #1353.
10. ¿Es muy importante recibir la Eucaristía?
Si, Jesús nos lo enseñó: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo". (Juan 6, 51)
11. ¿Cuándo reconocieron los discípulos de Emaús a Jesús resucitado?
En el momento de partir el Pan para la cena: Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Lucas 24,30-32) De esta forma notamos que la forma más clara de identificar a Jesús es en su presencia viva en la Eucaristía.
12. ¿Qué efecto tiene la Eucaristía en nuestro corazón?
San Juan XXIII nos enseñó: "La Eucaristía, infundiendo en el corazón del hombre una nueva energía -el amor sobrenatural-, refuerza, encauza y purifica el afecto humano, haciéndolo más sólido y más auténtico. Cuando tiene a Dios en su pecho, todo el hombre queda armonizado en sí mismo... En el sacramento divino, el Señor está sumido en el silencio para escucharnos".
El dios de la Nueva Era ¿es el mismo Dios de la fe cristiana?
A esta pregunta ha contestado monseñor Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas
Por: . | Fuente: Aleteia
El Dios de la Nueva Era ¿es el mismo Dios de la fe cristiana? A esta pregunta ha contestado monseñor Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), afirmando que la concepción de la suprema divinidad y de Cristo no tiene nada que ver con la revelación.
1.- ¿Es compatible el Dios de la New Age con el Cristianismo?
Claramente no, porque no existe lugar para un Dios Personal, Creador y Redentor, Trinidad, como creemos los cristianos. Para acceder al Dios de la Nueva Era, no se necesitan mediaciones (Iglesias u organizaciones) lo importante es abrirse a lo divino, “al potencial” que ya habita en nuestro interior.
2.- ¿Cómo es la divinidad que afirma la New Age?
En resumen, se desdobla en dos realidades:
1) Una especie de principio de totalidad, frente a los monoteísmos, que se define como teoría de los lazos, campos morfogenéticos, autoorganización del Universo, espiritualidad global, etc.
2) Gaia (Gea) la diosa madre Tierra, entendida como ser planetario, organismo vivo, y cuyo “órgano ejecutor” sería la humanidad. Se sustituye la imagen paterna de Dios por la materna inmanente, cuya energía todo lo sustenta e invade. La piedad y religiosidad nuevas son matriarcales.
La abolición del Dios personal, monoteísta, ya fue anunciada en los años cuarenta por A. Huxley, cuando criticaba en sus escritos que la creencia en dicho Dios personal y en las manifestaciones de su voluntad ética, sería la causa de los límites, barreras, ostracismos, hostilidades, guerras, etc., tal y como parece encontrarse en la historia del cristianismo. Sólo a través de una sintonía e identificación mística con la naturaleza y el universo llegará el hombre a la libertad y encontrará su humilde puesto en el devenir cósmico.
3.- ¿De qué hablan en la Nueva Era, cuando hablan de Cristo?
Según A. Bailey y otros, tenemos que concebir “un Cristo total”, capaz de unificar las fuerzas espirituales de la humanidad, resumidas en el triángulo Luz-Amor, Poder, y capaz de darnos el nuevo agua de la Era de Acuario; capaz de iniciarnos en nuevas formas de conciencia e iluminación interior. Cristo es el paradigma de la humanidad, de la religión, y de la unión de las culturas orientales y occidentales.
El nuevo Cristo se llamará también «Logos Solar”, y equivale al Maestro de la Verdad, que se reencarna, en cada época zodiacal, en maestros espirituales, y que consumará la evolución en Acuario bajo el nombre de Maitreya.
El nuevo Evangelio, el de Acuario, será capaz de fusionar y fundir todas las tradiciones espirituales en una nueva iniciación mística de ese mismo Cristo. Es la espiritualidad del Cristo-Cósmico, del Cristo-Energía, del Espíritu Crístico-Universal, antes encarnado en grandes personalidades religiosas: Buda, Krishna, Jesús de Nazaret, Mahoma. De cualquier forma, el Cristo no es sólo uno, y único mediador y salvador. Se aplica a diversos personajes, y, finalmente, a cada uno de nosotros. Resumiendo, los nuevos nombres y atribuciones de Cristo serían: Cristo Cósmico, Cristo Instructor Mundial, Maestro Interior.
Cristo, en el fondo, y con palabras de A. Bailey, nos enseñarás a desarrollar la propia conciencia como individuo, y la conciencia de raza o totalidad de la especie humana. La evocación consciente de la vida crística en cada corazón humano, y nuestra rápida integración en el reino de Dios, es la tarea inmediata que nos espera, y el sentido de nuestra vida: «Estamos en el proceso de pasar de una era religiosa a otra. Las actuales tendencias espirituales se van definiendo cada vez más. Los corazones de los hombres nunca han estado más abiertos que ahora a la impresión espiritual, y la puerta hacia el propio centro de la realidad está abierta de par en par”.
4.- ¿Se puede hablar de una nueva teología cósmica?
Sí, capaz de cubrir el vacío y sin sentido del hombre y la sociedad actuales, y abrir a una nueva liberación más integral que la meramente racionalista-ilustrada o práxica. Es una cosmología inspirada en la visión de Teilhard de Chardin, pero dando un paso más: es la evolución transformadora de la cosmogénesis a la biogénesis; y de la biogénesis a la antropogénesis. Una vez vivenciada la antropogénesis como conciencia colectiva y vivencia del amor total, se pasará a la noogénesis superior. Es decir, se pasa de lo natural inerte a lo biológico; de lo biológico a lo humano; de lo humano a la humanidad; y de la humanidad «nueva”, con conciencia ecológica y holística, o de fusión, a una conciencia superior y perfecta. Todo ello moviéndonos dentro de un inmanentismo (sólo un mundo: el nuestro) y de un panteísmo (todo es a la vez natural y divino).
5.- ¿Cómo se auto-comprende una persona religiosa en la Nueva Era?
Entre los teóricos de la nueva religiosidad, podemos destacar a Enrique Barrios con su mensaje “Acuario”. La persona humana, según la New Age, es religiosa en el fondo de su existencia, pero no religiosa o religada a un Dios personal. Es religiosa en relación a un sentimiento y percepción originaria de la vida, la inmersión en la corriente «sobrenatural” de la vida misma.
Esta nueva mística, en palabras de H. Mynarek, pretende abarcar todo y todos los espacios interiores y exteriores de la realidad. Siguiendo una línea antropológica fundamental, pide la ampliación, extensión y prolongación de la perspectiva humana, la dilatación de la existencia espacio-temporal hasta dimensiones desconocidas aunque anunciadas por los grandes místicos. En aras de esta nueva mística debemos acabar con lo objetual, lo dogmático, y las concepciones teológicas de las grandes iglesias.
La nueva teología y espiritualidad es funcional-dinámica y no objetual-institucional. El camino de la salvación está escondido en el propio «yo”. Hay que encontrar «la nueva conciencia integral” o “la iluminación definitiva” en el encuentro con uno mismo, traducido, a su vez, en un «Sí mismo transpersonal” que abarca la totalidad, como energía cósmica que fluye por toda la realidad.
6.- ¿Un nuevo concepto de mística?
Ya en 1948, A. Bailey proponía las bases de una nueva religión y mística, basada sobre verdades que soportarán la prueba del tiempo y traerán bienestar y seguridad a los hombres de todas la Tierra. Estas verdades serán:
1.- El reconocimiento de la realidad de Dios. Esa realidad central puede ser denominada como el hombre quiera, de acuerdo a su inclinación mental o emocional y a su tradición racial y hereditaria;
2.- La relación del hombre con Dios, no importa cuál sea la creencia.
3.- La realidad de la inmortalidad y de la supervivencia eterna o inmortalidad del espíritu humano. En todo caso, se pone de relieve el papel central de la persona humana que busca, es decir, el denominado “giro antropológico”.
Años más tarde, en 1975, se celebró en Viena el Segundo Simposio Internacional sobre el giro que parecía estar dando el tema de la creencia y lo religioso: el paso de una “religiosidad confesional” a otra de la experiencia; de una religiosidad institucionalizada a otra personalizada; de una religiosidad formal a otra más interiorizada.
En este sentido, Consuelo Martín (discípula de Khrisnamurti, Nisargadatta y A. Blay) afirma que es religioso quien conoce vivencialmente el sentido misterioso de la vida. Hay que ir una y otra vez a lo interno, a lo que realmente soy; porque volver al origen de todo es el camino religioso. Religión es volver a unir lo separado. La autora enfrenta las religiones organizadas «que son creación del pensamiento humano, con esa otra religión auténtica que es ante todo vivencia, bella integración de lo que estaba disperso, nueva visión vivenciada y creadora”.
El ser humano se vuelve más religioso cuando va siendo más consciente del sentido que tiene su vida. Las religiones, como organizaciones, carecen de valor desde el punto de vista de la verdad. Sólo tienen un valor social o histórico. Ninguna importancia tiene que se acepten unas ideas (dogmas) o no. Unos dicen que creen en unas doctrinas, otros que no creen en ellas; sin embargo, su nivel de ser puede ser el mismo, e incluso podría vivir con más fe, la persona que no acepta las creencias, y vivir con menos fe quien las acepta.
La fe que tiene una persona no se nota porque diga «creo en Dios o no creo”, se manifiesta por la confianza con la que vive, por la paz y el equilibrio interior que expresa en su estar en la vida. La presencia de Dios, lo divino, no es algo que hay que alcanzar y que es extraño a la vida diaria. Lo divino es el trasfondo que tengo que descubrir en todo mi vivir. Es lo que dará sentido a mi vida, lo que únicamente me realiza. El «reino de los cielos, la vida religiosa, no es algo separado de nuestra vida del mundo. Es el reino de los despiertos. Ser religioso es ser consciente. La mente lúcida, despierta, es serena y religiosa.
7.- ¿Cómo es la oración en la Nueva Era?
Según Consuelo Martín, la oración, tal como se entiende en las religiones tradicionales, es la actitud natural de un ser humano cuando todavía se siente separado de la unidad. Es la actitud en la que nos encontramos habitualmente, sintiéndonos separados de la conciencia total que somos. Pero la oración verdadera, se tiene que convertir en oración de ofrecimiento, y de plenitud de Ser. El camino de la oración es encontrar nuestra forma adecuada, aquí y ahora, de volver a unirnos a la Realidad, de religarnos. La decisión de estar unidos, de ser auténticos, de ser verdaderos, de tomar conciencia.
Concluye la autora que hacer de mi vida una verdadera contemplación es hacer que mi vida se vaya haciendo cada vez más consciente. “Profundizar para abrir ese espacio interior “es mi verdadera actitud religiosa. No intentemos hacer sagrada nuestra vida. Ya lo es. Seamos conscientes de ello al contemplar. La plenitud, el éxtasis, será una conciencia total de unidad.
8.- Cuáles son los desafíos teológicos de la New Age en relación al cristianismo?
Según M. Fuss, están en juego, al menos, las siguientes realidades: la interpretación de lo religioso en clave “panenteísta”, fusionando cosmos-hombre y divinidad, sin la necesidad de recurrir a un Dios Trascendente. La no necesidad de un Cristo Mediador-Salvador, sino sólo como maestro interior. La oración como “potencial humano” y no “divinización en un diálogo interpersonal” con Dios.
En resumen, está en juego la profundización de los principales dogmas cristianos: el trinitario, el sentido de lo cristológico y pneumatológico, y el sentido de la Iglesia y de la espiritualidad propiamente cristiana. Se debe intentar un verdadero diálogo entre religiones.