«Salió y se retiró a un lugar desierto»

Evangelio según San Lucas 4,38-44. 

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. 

Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. 

Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. 

De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. 

Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. 

Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado". 

Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

San Eleuterio de Spoleto

San Eleuterio, abad

En Spoleto, región de la Umbría, san Eleuterio, abad, cuya sencillez y compunción de espíritu alabó el papa san Gregorio Magno.

En los «Diálogos» de san Gregorio Magno, se menciona varias veces a «ese santo varón, el buen padre Eleuterio», y se dan crónicas sobre ciertos milagros obrados por él, según afirman sus monjes. Era abad del monasterio de San Marco, cerca de Spoleto. Cierta vez, que estaba en un convento de monjas, se llegó a él una de las hermanas para pedirle que se hiciera cargo de un niño a quien los malos espíritus perturbaban todas las noches. Eleuterio accedió, y durante algún tiempo nada volvió a ocurrirle al niño, de manera que se dijo para sí: «El diablo les ha jugado una mala pasada a las hermanas; pero ahora, cuando tiene que vérselas con verdaderos siervos de Dios, no se atreve a molestar al niño». Como una rápida contestación del cielo a aquellos pensamientos vanidosos, el niño sufrió un violento ataque. Eleuterio se sintió arrepentido, confesó sus culpables pensamientos a sus hermanos y les hizo esta proposición: «Que ninguno de nosotros vuelva a probar bocado hasta que el niño quede desposeído». Todos aceptaron la penitencia y no cesaron de orar hasta que el niño quedó curado. Un Sábado Santo, san Gregorio estaba enfermo y no podía ayunar, por lo que, según nos dice, se hallaba muy conturbado. «Al descubrir que en aquella sagrada vigilia, en la que no sólo los adultos sino hasta los niños ayunan, yo no podía hacerlo, sentí mayores penas por esa abstención que por mi mal». De manera que fue a pedirle a Eleuterio que orase por él a fin de que pudiera unirse al pueblo en la penitencia. Por virtud de aquellas plegarias, san Gregorio pudo ayunar sin malestares. San Eleuterio vivió durante muchos años en el monasterio de San Gregorio en Roma y ahí murió. 

Nada más que lo anotado sabemos sobre Eleuterio, y eso es todo lo que nos dice san Gregorio en sus Diálogos, sobre todo en el libro 3, capítulo 33; la historia la discuten los bolandistas en Acta Sanctorum sept. vol. II.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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(s. VI)  Fue un santo abad del monasterio de San Marcos Evangelista en Espoleto. Debió ser un hombre de grandes y probadas virtudes por los relatos que se conocen de su vida a través del gran papa Gregorio Magno que fue contemporáneo, conocido personal, amigo y hasta una de las personas que salió beneficiada del trato con el santo abad.   De hecho, cuenta San Gregorio de su amigo que, un buen día y con una sola bendición, el abad Eleuterio consiguió curarlo de un vehemente deseo de ingerir alimentos que él sufría. Además, refiere el mismo Papa, su santidad era tan grande que hasta llegó a resucitar un muerto.   Pero lo que llama la atención al relator de la vida del santo es un acontecimiento que tiene valor de ejemplaridad y estímulo para los hombres que, llenos de dificultades, limitaciones y pecados, viven soportando sus faltas de virtud y sufriendo los propios fracasos. Por eso la figura de este santo es más cercana, al ser víctima de su propio desmoronamiento.   Unas monjas habían confiado al santo abad la custodia de un niño atormentado por el Diablo. Como pasaran varios días sin notarse fenómenos extraños, el abad comentó a sus monjes que Satanás tenía asustadas a las pobres monjas, pero que ahora estaba con miedo y por eso no se manifestaba.   Al punto, el Mal Espíritu se apoderó del niño y de inmediato comenzó a maltratarlo.   Eleuterio calló en la cuenta de que su expresión fue de soberbia y presunción. Lloró dolorido su pecado y pidió a los monjes oraciones y penitencias para que cesaran los embates del Demonio.

Oremos Tú, Señor, que nos has dado un modelo de perfección evangélica en la vida ejemplar de San Eleuterio, abad, concédenos, en medio de los acontecimientos de este mundo, que sepamos adherirnos, con todo nuestro corazón, a los bienes de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Diadoco de  Foticé (c. 400-?), obispo Cien capítulos sobre el conocimiento, 78-80, en La Filocalia

«¡Cierra la boca y sal!»

El bautismo, ese baño de santidad, quita la suciedad de nuestro pecado, pero no evita nuestra doble voluntad y no priva a los espíritus del mal de luchar contra nosotros o de arrastrarnos a la ilusión... Pero la gracia de Dios tiene su morada en la profundidad misma del alma, es decir, en el entendimiento. En efecto, se dice que «la gloria de la hija del Rey está dentro de ella» (Sl 44,15): no se expone a los demonios. Por eso desde las mismas profundidades de nuestro corazón sentimos como surge el deseo divino cuando nos acordamos ardorosamente de Dios. Pero es entonces que los malos espíritus acechan a nuestros sentidos corporales y se esconden en ellos, aprovechando que la carne está relajada... Así pues, nuestro entendimiento, según el divino apóstol Pablo, se goza siempre con la ley del Espíritu (Rm 7,22). Pero los sentidos carnales quieren dejarse llevar siempre por la pendiente de los placeres... 

«La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibe» (Jn 1,5)...: el    Verbo de Dios, la luz verdadera quiso manifestarse a la creación en su propia carne, enciendo en nosotros la luz de su conocimiento divino en su inconmensurable amor al hombre. El espíritu del mundo no recibió el designio de Dios, es decir, no lo conoció...; y sin embargo el maravilloso teólogo, el evangelista Juan, añade: « Él era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él, y el mundo no le conoció.  Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que le recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (v.10-12)... El evangelista no se refiere a Satán cuando dice que no recibió la verdadera luz, porque desde el principio la luz le es extraña puesto que no brilla en él. Sino que a través de esta palabra estigmatiza  a los hombres que comprenden los poderes y las maravillas de Dios pero que, a causa de su corazón entenebrecido, no quieren acercarse a la luz de su conocimiento.

Déjate sorprender por Dios

Santo Evangelio según San Lucas 4,38-44. Miércoles XXII del Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, sé que ahí estás; que de mí estás pendiente… Hoy te pido la gracia de dejarme sorprender.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Ante los milagros que llaman la atención, que son trasmitidos en televisión; ante aquellos que sólo tú sabes, que consideras detalles de Dios simplemente…¡déjate sorprender!

Hay que dejarnos sorprender por aquellos regalos que consideramos ya como aspectos cotidianos; la amistad, la familia, la vida misma. Sin olvidar también aquellos aspectos misteriosos que no llegamos a entender, aquellos que incluso nos hacen dudar si Dios verdaderamente está… aun ahí hay que dejarnos sorprender.

"La gente lo andaba buscado e intentaban retenerlo para que no se les fuese". Ésa es la actitud de alguien que se ha dejado sorprender por Dios en su vida. Es una experiencia que te hace buscarlo, noche y día. Es una experiencia que te hace no querer soltarlo; que te hace querer a Dios como compañero, no sólo por unos cuantos días, sino para toda la vida.

El amor te abre a la sorpresa. El amor siempre es una sorpresa, porque supone un diálogo entre dos: entre el que ama y el que es amado. Y a Dios decimos que es el Dios de las sorpresas, porque él siempre nos amó primero, y nos espera con una sorpresa. Dios nos sorprende. Dejémonos sorprender por Dios. Y no tengamos la 'psicología del computer' de creer saberlo todo. -'¿Cómo es esto?' -'Wait a moment' (espera un momento). [Francisco hace que consulta en el ordenador] El computer, todas las respuestas. Ninguna sorpresa...

(Mensaje de S.S. Francisco, 18 de enero de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy intentaré viviren la presencia de Dios en todos los aspectos de mi día y me esforzaré por dedicar menos tiempo a las redes sociales.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Jesús ha vendo a curar a la humanidad que sufre

Hoy en día seguimos teniendo fiebres (Marcos 1, 29-39; Lucas 4,38-44)

Hoy nos presenta la Liturgia de la Palabra a tres personajes: JOB, que nos manifiesta la visión negativa y amarga de la vida humana: "el hombre está cumpliendo un servicio"; "es un jornalero" que aguarda el salario insuficiente; "es un esclavo" Job, 7.1. Si la vida es así, el hombre quiere que pase pronto. El libro de Job, escrito cinco siglos antes de Cristo, aún no tiene idea de la resurrección. Job, despojado de todos sus bienes: sus bueyes, rebaños, camellos, criados, hijos; herido por la enfermedad, sentado en el estercolero. Incomprendido y maldecido por su mujer, sus amigos y por su entorno social. Más profundo todavía: Piensa que Dios le ha abandonado. Y se queja. Y protesta.

2. El Salmo 146 anticipa la solución de la esperanza: "El Señor sana los corazones destrozados, venda sus heridas, reconstruye Jerusalén". Es decir, el Señor, ante este panorama, no es un espectador, un convidado de piedra, que se queda impasible e inactivo. No es un dios griego, sino que "Tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17). El salmista, para hacer estas afirmaciones y motivar al pueblo a cantar himnos al Señor, tiene en cuenta su bondad, que ha reconstruido las murallas de Jerusalén y ha repatriado a los desterrados afligidos. Que es protector y médico sabio y solícito. Es más, como ha escrito Paul Claudel "Jesús no ha venido a traer una teoría, sino a tomar el sufrimiento sobre sí mismo".

3. Dios, actuando por Jesús, realiza lo que el salmo ha profetizado... Cura a la suegra de Simón, que está con fiebre alta en la cama. Ella se levantó y comenzó a servir. Esta mujer representa a la humanidad, a cada hombre y a cada mujer, a quienes Jesús encuentra enfermos. El mundo es un hospital gigantesco, que está esperando que una mano le alivie su dolor. En nuestra madre la Iglesia han florecido bellas flores hospitalarias, que están en la mente de todos. En nuestros tiempos hemos visto a la Madre Teresa de Calcuta, con su cuarto voto de buscar a los más pobres de los pobres. Es verdad que algunos enfermos, muchos, no se dejan curar... La suegra de Simón, sí. "Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó"... Jamás un rabino se hubiera dignado acercarse a una mujer y menos cogerla de la mano. Jesús rompe los moldes y realiza unos gestos que rebosan humanismo, misericordia, delicadeza y ternura. Pocas veces el evangelio expone y analiza tantos signos y gestos hechos por Jesús, que evidencian su decisión de salvar al hombre de las consecuencias del pecado, y de la inseguridad y angustia que provoca la enfermedad, con tanto realismo como las describe el libro de Job, que también rompe moldes escribiendo una teología nueva sobre el misterio de la remuneración, en la que prevalece la misericordia de Dios sobre la acción del hombre.

4. La visión de Dios, que nos desvela el evangelio es más optimista que la de los hombres. Aquélla nos descubre a Dios actuante en la criatura de su mundo y de sus hijos. La de los hombres tiene una valoración pesimista o excesivamente negativa de la vida y del mundo. El hombre se inclina mejor a destacar la ausencia de Dios y su abandono que los signos de los tiempos de su Reino, que ya ha comenzado a desarrollarse en nuestro interior. Es una gracia saber descubrir la acción de Jesús, actuando en este mundo de mil maneras; con curaciones físicas o espirituales, conversiones, o sencillas señales de esperanza, o brotes nuevos de alguna obra que ayude a salir de situaciones desesperadas..En una reciente carta del Cardenal de Barcelona, Carles, mi amigo, me escribe esta frase optimista de fe: "Cuando una puerta se nos cierra, Dios nos abre una ventana". La curación de los enfermos por Cristo está descubriendo que el Reino de Dios ha llegado.

5. Hoy, la suegra de Simón, liberada de la fiebre, y, puesta en pie, levantada por Jesús, como una profecía de que El se levantará del sepulcro, se puso a servir a Jesús y a los suyos. Jesús sigue curando por sus sacramentos, el Bautismo y la Penitencia en los que nos libera de la enfermedad del pecado para que sirvamos con diligencia y ternura amorosa, como El, que "No ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos" (Mc 10,45).

6. Aunque Marcos nos ofrece una agenda muy apretada de actividad de Jesús, es necesario que tengamos ideas muy claras sobre la intención del ministerio de los testigos de los hechos. Marcos, que reproduce la predicación de Pedro, hoy quiere manifestar la actividad taumatúrgica de Jesús y la extensión de su fama, por sus palabras y sus milagros, anunciando la salvación con palabras y obras, acompañando sus enseñanzas con numerosos milagros, prodigios y signos (Hch 2, 22), pruebas de que el Reino está presente en Él. Lo que atestigua que él es el Mesías anunciado (Lc 7,18), el enviado del Padre, a la vez que son una invitación a creer en El. Ese es su específico mensaje. Y para comprenderlo mejor, hay que saber que estos signos mesiánicos, que liberan a algunos hombres de los males terrenos del hambre (Jn 6,5-15), de la injusticia (Lc 19,8), de la enfermedad y de la muerte (Mt 11,5), no nos dan derecho a esperar que Dios ha enviado a Jesús para suprimir todos los males temporales (Lc 12,13). Su envió y misión es Redentor. Ha venido para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado (Jn 8,34), causa de todas las calamidades humanas.

7. Ya el domingo anterior Marcos nos relató la expulsión del demonio (Mc 1,21); hoy cura de la fiebre a la suegra de Pedro (Mc 1,29); el próximo domingo, curará a un leproso (Mc 1,40) y en el 7º, pondrá en pie a un paralítico (Mc 2,1). De todos, el milagro que mejor resume y expresa la obra de la salvación de los hombres, es la curación de un endemoniado, pues va a expulsar del dominio del mundo, al que hasta hoy ha sido el vencedor, y el príncipe y dominador de este mundo, que comenzó su reinado cuando consiguió desviar a los hombres de su camino, momento en el que comenzaron todos sus males. Desde el origen de la historia humana el mal ha ido creciendo, por eso se siente dueño de este mundo. Pero hoy está viendo clara su derrota. Y porque lo ve y porque comprende que el poder de Jesús, que no sólo habla, sino que demuestra que tiene poder para destruir sus obras y que su reino está en las últimas y derrotado, por eso gruñe: “¡Has venido a acabar con nosotros!”. Y cuando Jesús dando una nueva prueba de su autoridad, dio su orden: "Sal de él", con grandes muestras de contrariedad deja libre al hombre, y se aleja dando un grito desesperado. Jesús lo ha expulsado sencillamente con su orden..., con el “poder de Dios”.

8. La Palabra de Dios sigue teniendo el mismo poder hoy que ayer. Y sigue liberándonos de lo que nos oprime, y sigue perdonándonos, y dándonos salud y Salvación. Sigue hablando con autoridad y poder. Pero para que le dejemos obrar, es necesario que escuchemos su Palabra y que la vivamos con sinceridad. Si Jesús es el Santo de Dios, como lo reconoce el demonio, el pueblo que le sigue debe ser un pueblo santo empuñando la Palabra de Dios, vivida, practicada y anunciada. Con palabras y con obras. Si Jesús ha podido ordenar al demonio que deje en libertad a aquel hombre, es porque está libre de corrupción, porque es el “Santo de Dios”. Nuestra santidad de vida es la única forma de renovar el mundo. Es toda la comunidad cristiana la que debe ser el testimonio viviente de la santidad que se opone y destruye la raíz de todo mal. Sólo los santos pueden renovar la sociedad desde la raíz. Jesús actúa hoy en su Iglesia, su Palabra, sus sacramentos. Como enseñaba san León Magno: Lo que en Cristo era visible, ha pasado a los sacramentos de la Iglesia. Hoy hemos destacado la curación de la suegra de Simón Pedro, que estaba postrada por la fiebre, que le impedía servir a Jesús y sus acompañantes, tal como ella hubiese querido. Jesús se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles (Mc 1,31).

El término de este proceso es el servicio a Jesús y a los suyos, que en aquella mujer se limitaba a prepararles la comida. Los evangelistas son portadores de un mensaje, en el caso de Marcos, hoy y en todo su evangelio, su objetivo es probar la divinidad de Cristo, predicando en la sinagoga como signo de su misión de proclamar la Palabra, y testificar con el milagro que su poder es superior al de cualquier hombre, y al del mismo diablo, es decir, que Cristo es Dios. Nadie puede curar una fiebre muy alta como destaca el médico Lucas, cogiendo de la mano a la suegra de Pedro y levantándola, y que después de una fiebre tan intensa y extenunte, que deja a uno molido, comience a moverse y a preparar la comida y a hacer las faenas que comportaban el servicio de los huéspedes.

9. La otra característica de los evangelistas es que son mensajeros, no reporteros de una sección de sociedad, de los que esperamos un retrato de familia. Su objeto no es contarnos los avatares de una familia ni su árbol genealógico. Porque no pocos, en contra del celibato de los sacerdotes, usan el argumento ya desfasado, de que Pedro estaba casado, y lo prueban por la dichosa suegra. Pero, ¿por qué no preguntan, dónde estaba aquel día su mujer, que tenía enferma a su madre y es la suegra la que les tiene que servir? Jesús aceptaba lo que tenía a mano y en aquella cultura, los hombres no permanecían solteros tanto tiempo como en nuestra época. Jesús está en Galilea, junto al lago, donde la mayoría de los hombres son pescadores, no está en Roma, donde puede elegir tribunos. El Padre Gracián, mano derecha de Santa Teresa, era muy exigente en la elección de las candidatas a monjas. Santa Teresa, con mayor experiencia, le tendrá que decir que si ella hubiera seleccionado tanto, aún estaría sin monjas. Cada uno elige lo que tiene a su lado. Pues claro que Pedro estaba casado, pero no se dan cuenta de que el joven virgen Juan era el ojito derecho de Jesús.

10. Una vez curada la enferma, se puso a servirles Marcos 1,29. Para los griegos, cuya filosofía habían adoptado los hebreos en sus largas y varias invasiones, servir era una acción indigna. La dignidad consistía en dominar, no en servir. El fin del hombre consistía en conseguir el perfecto desarrollo de su personalidad, y de ninguna manera el servicio al prójimo. Jesús actúa desde el amor, pues por amor "No ha venido a ser servido, sino a servir" (Mt 20,28). Es lo que ha hecho esta mujer una vez curada. Parece que queda mucho de filosofía griega en nuestra sociedad: la juventud, sobre todo, sólo piensa en "realizarse". Lo de los demás "ese es tu problema".

11. Esta mujer con fiebre, es el signo de la humanidad con fiebre, es la Iglesia, que comienza a servir, como Jesús, con la oración, la palabra, el servicio, el coger de la mano, el hacerse débil con los débiles, sin orgullo, sino humildemente, uniendo las manos con los pobres del tercer mundo, evangelizando, dando vida hasta la cruz. Algunos gestos son aún de nuestros días: ahí tenemos a la Madre Teresa de Calcuta.

12. San Agustín nos dirá que seguimos con virus o bacterias, que sigue habiendo fiebre: nuestra fiebre es la avaricia, la soberbia, la ira, el orgullo, el egoísmo cerrado, la vanagloria. Nuestras fiebres son el odio, que destierra el amor; la ambición que seca el corazón humano; las riquezas mal adquiridas o mal conservadas, fuente de injusticias; la opresión, que destruye la caridad; la mentira, de tantas maneras, las medias verdades, las excusas que encubren caprichos, que nos gustan más que el cumplimiento de la palabra y que enmarañan las relaciones sociales, el afán de novedades bajo el prisma de la evangelización. Trampas del demonio que "suscita muchas cosas que hacer, para que no se haga ninguna", según San Francisco de Sales. La Iglesia curada ha de evangelizar sin soberbia: pues "Vale más ser granos de trigo dentro de la Iglesia, que quedarse a la puerta como revolucionarios" , dijo el gran teólogo Rahner. La Iglesia, limpia de pecado, curada, sirve. Para llegar a la unidad de todas las Iglesias, los Patriarcas orientales, deben considerar su ministerio como un humilde servicio de caridad; el episcopado oriental y occidental no debe ver en el poder recibido de Cristo un conflicto de autoridades, sino una conjunción de servicios. Y toda la comunidad cristiana, no sólo la jerarquía, pues la suegra de Pedro, no pertenecía al orden jerárquico, era una mujer seglar, debe vivir mejor el evangelio. A la comunidad le sobran miembros paralíticos. Para Santa Teresa los que no hacen oración son tullidos. No necesita personas enfermizas y convalecientes en la fe, sino miembros activos-contemplativos, como Cristo, que ora y cura a los enfermos.

13. Después de curar a los enfermos y poseídos, Jesús "se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar". Dejando las alabanzas y el quedar bien, se fue a orar. Si no nos dedicamos asiduamente a la oración, no crecerá mucho el Espíritu. No le debemos dejar solo. Lo que podemos hacer nosotros y no lo hacemos, no lo hará el Espíritu. El no es un tapagujeros. Contaba el Padre Tardiff, que me honró con su amistad, que un obispo envió a una parroquia muy abandonada a un sacerdote muy dedicado a Dios y al servicio que, en pocos años, la transformó. Vino el Obispo de visita y dijo: "Me maravillo de la obra que ha hecho en esta parroquia el Espíritu Santo". Y el sacerdote le replicó: "Señor Obispo: ¡Si usted hubiera visto esta parroquia cuando el Espíritu Santo estaba solo!". El Cura de Ars después de la Revolución francesa, se hizo cargo de aquella parroquia, y a los quince años de luchas, oración y lágrimas, penitencia y sufrimientos, calumnias y persecuciones, confesaba "Ars ya no es Ars". "El cementerio de Ars es un relicario". No esperemos a que nos lo den hecho, como el muchacho incorporado al servicio militar que cuando llegó a su casa con permiso vestido de general. “¿Qué te han hecho General?, le preguntó lleno de asombro su padre. Y el militar bisoño, contestó: ¡Si esperas a que hagan!”…Era lo de aquellos vagos estudiantes que, sin haber dado golpe en todo el curso esperaban aprobar por la intercesión de San José de Cupertino a quien los últimos días de curso le rezaban una novena.

14. El segundo personaje de hoy es PABLO, que se ha hecho débil con los débiles, que no predica por soberbia, ni por propio gusto e interés, sino por exigencia interior y de balde. "¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!" 1 Coríntios 9, 16: San Pablo sigue presentándose a los Corintios, y muestra la inquietud y la humildad del verdadero apóstol; Pablo tenía el corazón rebosante y no podía callar, su palabra le ardía en el pecho como el fuego. Los que no tienen nada que decir, vacíos por dentro, consideran al que no puede callar, como soberbio o envanecido.

15. El tercer personaje es JESUS, como ya hemos visto: encuentra enferma a la suegra de Simón; le llevaron todos los enfermos y poseídos. Curó a muchos, no a todos. Quedan muchos. Maestro, cúralos. Curadlos vosotros. Yo os he cambiado el corazón para que los curéis y sirváis vosotros. A El en la oración, el Padre le dice lo que tiene que hacer. También a nosotros, en la oración nos cambia Jesús el corazón y nos pide lo que quiere de nosotros, nos informa sobre lo que él ha pensado que seamos nosotros.

16. "Vámonos a otra parte". -Aquí hay mucho que hacer, "todo el mundo te busca", le dicen. Yo he sido enviado para predicar también allí, QUE PARA ESO HE VENIDO. Todos hemos sido bautizados para evangelizar. A nuestro lado hay personas que necesitan, sobre todo, nuestro testimonio de cristianos.

17. Hemos venido a celebrar la Eucaristía, por lo tanto, a orar, a cantar salmos, "que la música es buena", aunque hay musiquillas que mueven poco a la alabanza y a la devoción, hemos de depurarlas, a escuchar la palabra de Dios, para prepararnos al banquete del cuerpo y la sangre de Cristo. Recojamos nuestro espíritu y pongamos toda nuestra atención en nuestra oración, evitando la dispersión y la distracción, para comer con fruto el manjar celestial.

El Papa viaja hoy a Colombia

Permanecerá en el país sudamericano hasta el domingo

A las once de la mañana, hora de Roma, el papa Francisco emprenderá el viaje que le llevará a Colombia. El Santo Padre estará en las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

Programa oficial del viaje del papa Francisco a Colombia:

Miércoles 6 de septiembre de 2017

ROMA - BOGOTÁ

11:00 Partida desde el Aeropuerto de Roma / Fiumicino hacia Bogotá
16:30 Llegada al área militar (CATAM) del Aeropuerto de Bogotá. Ceremonia de bienvenida

Jueves 7 de septiembre de 2017

BOGOTÁ

09:00 Encuentro con las autoridades en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño. Discurso del Santo Padre
09:30 Visita de cortesía al Presidente Juan Manuel Santos en el Salón Protocolar de la Casa de Nariño
10:20 Visita a la Catedral
10:50 Bendición a los fieles desde el balcón del Palacio Cardenalicio. Saludo y bendición del Santo Padre.
11:00 Encuentro con los obispos en el Salón del Palacio Cardenalicio. Discurso del Santo Padre.
15:00 Encuentro con el Comité Directivo del CELAM en la Nunciatura Apostólica. Discurso del Santo Padre.
16:30 Santa Misa en el Parque Simón Bolívar. Homilía del Santo Padre.

Viernes 8 de septiembre de 2017

BOGOTÁ-VILLAVICENCIO-BOGOTÁ

07:50 Salida en avión del área militar (CATAM) del Aeropuerto de Bogotá hacia Villavicencio
08:30 Llegada a la Base Aérea de Apiay en Villavicencio
09:30 Santa Misa en el terreno CATAMA. Homilía del Santo Padre.
15:40 Gran Encuentro de Oración para la Reconciliación Nacional en el Parque Las Malocas. Discurso del Santo Padre.
17:20 Parada en la Cruz de la Reconciliación en el Parque de los Fundadores
18:00 Salida en avión hacia Bogotá
18:45 Llegada al área militar (CATAM) del Aeropuerto de Bogotá.

Sábado 9 de septiembre de 2017

BOGOTÁ-MEDELLÍN-BOGOTÁ

08:20 Partida en avión del área militar (CATAM) del Aeropuerto de Bogotá hacia Rionegro
09:10 Llegada a la Base Aérea de Rionegro
09:15 Traslado en helicóptero al Aeropuerto de Medellín
10:15 Santa Misa en el Aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín. Homilía del Santo Padre.
15:00 Encuentro en el Hogar San José. Saludo del Santo Padre.
16:00 Encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas, con sus familias en La Macarena. Discurso del Santo Padre.
Traslado en helicóptero a la Base Aérea de Rionegro
17:30 Partida en avión a Bogotá
18:25 Llegada al área militar (CATAM) del Aeropuerto de Bogotá.

Domingo 10 de septiembre de 2017

BOGOTÁ-CARTAGENA-ROMA

08:30 Partida en avión a Cartagena
10:00 Llegada al Aeropuerto de Cartagena
10:30 Bendición de la Primera Piedra de las Casas para los sintecho y de la Obra Talitha Qum en la Plaza San Francisco de Asís. Bendición del Santo Padre.
12:00 Ángelus ante la Iglesia de San Pedro Claver. Ángelus del Santo Padre.
12.15 Visita a la Casa Santuario de San Pedro Claver
15:45 Traslado en helicóptero de la Base Naval al área portuaria del Contecar
16:30 Santa Misa en el área portuaria del Contecar. Homilía del Santo Padre.
18:30 Traslado en helicóptero al Aeropuerto de Cartagena
18:45 Ceremonia de despedida
19:00 Partida en avión al Aeropuerto de Roma / Ciampino

Lunes 11 de septiembre de 2017

ROMA

12:40 Llegada al Aeropuerto de Roma / Ciampino.

Visita del Papa a Colombia

"Que nos ayudes a dar 'el primer paso'"
¡Bienvenido Papa Francisco!
"Todos de una u otra manera nos hemos estado implicando para recibir al ilustre visitante"

Francisco Murillo, 06 de septiembre de 2017 a las 09:14

Demos un primer paso con mi cercano, un paso hacia nuestro prójimo, una decisión que nos debe llevar a la concordia con quien estoy distanciado

(Francisco Murillo, Bogotá).- Ya hoy llega la esperada fecha cuando recibiremos al Papa Francisco. Los colombianos, somos un país, como la mayoría de los latinoamericanos: acogedores, alegres, tranquilos. Después de tantas adversidades, mantenemos la fe y la esperanza, así en ocasiones veamos que las cosas empeoran, mantenemos el ánimo pues hay que seguir adelante.

A la mayoría de los colombianos, nos gusta la fiesta, somos buenos trabajadores y nos reconocen por ser recursivos. Algunos muy optimistas nos señalan como el país más feliz del mundo. Pero de lo que sí estamos seguros, es de la gran calidad de las personas que habitamos este territorio, por aspectos como los arriba señalados y de las bellezas naturales que Dios puso en Colombia: el río más bello del mundo (Caño Cristales, el río de cinco colores), las costas en dos océanos, la sierra Nevada de Santa Marta, de la cual se dice "la formación montañosa litoral más elevada del mundo, con dos picos de 5.775 m de altitud; el pico Cristóbal Colón y el pico Simón Bolívar. ....fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1979".

Además tenemos los famosos páramos, "fábricas" especiales de agua y entre ellos el Páramo de Sumapaz, el más grande del mundo, las numerosas aves, que permiten que Colombia sea uno de los sitios preferidos para los observadores de estos bellos y coloridos animales y la posibilidad de estar en la selva tropical o en zonas desérticas, de ir en pocas horas "en cualquier época del año) de las alturas cubiertas de nieve a zonas con más de 30 grados centígrados de temperatura en promedio. Eso, y mucho más, es lo que se encuentra en esta nación que con fe y enormes expectativas espera al actual gran líder de los católicos del mundo.

El partido de Colombia contra Brasil, con todo lo que nos gusta el fútbol y con el gran amor por nuestro equipo, que se siente con intensidad cuando juega la selección, se vio algo desplazado por la llegada del Sumo Pontífice. Viendo los titulares de los periódicos, observando o escuchando los distintos noticieros y teniendo en cuenta a los ciudadanos del común, era claro que se comentaba más la visita papal, que el partido que puede definir nuestra clasificación al mundial.

Bogotá, Medellin, Villavicencio y Cartagena, las ciudades que visitará Francisco, se han estado alistando: los avisos de bienvenida se ven por todas partes; los preparativos de distintos grupos de ciudadanos han sido muchos y desde hace unos cuantos meses. Jóvenes o mayores, todos de una u otra manera nos hemos estado implicando para recibir al ilustre visitante: la oración; alistar eucaristías donde se calcula que en total en las cuatro ciudades, donde celebrará el pontífice, podrán asistir hasta cuatro millones de personas; organizar los desplazamientos de grandes grupo; preparar presentaciones culturales y claro, hacer el proceso de selección de las canciones para dar la bienvenida, han sido algunas de las muchas acciones emprendidas con mucho dinamismo por distintos estamentos de la sociedad colombiana.

Ayer, los colombianos recibimos como un abrebocas de lo que será la llegada del Papa su mensaje que antecede la visita. Allí nos señala de manera constante la intención de apoyarnos en el proceso que mantenemos para lograr la reconciliación. Dice nuestro visitante que vendrá a Colombia "como peregrino de esperanza y de paz"; nos hace llegar un claro mensaje, lleno de humildad y disposición.

Señala que hace su viaje "para aprender de vuestra caridad y constancia en la búsqueda de la paz y la armonía", que es algo que nos debe llenar a los colombianos de una sana modestia: el Papa viene a aprender de nosotros. Dios quiera, que tengamos algo que realmente aportarle, si es como el lo señala, sería maravilloso: busquemos esa caridad, mantengamos la constancia y en tal sentido, sigamos construyendo la paz y la armonía que todos requerimos, para lograr una vida digna.

"Demos el primer paso": "quiere ser la invitación para que cada colombiano asuma su responsabilidad frente al país y asuma la tarea de sembrar esperanza en el corazón, bondad en los actos, paz en las palabras y amor por Colombia, para que de esta forma la venida del papa Francisco sea un punto de partida para comenzar en Cristo algo nuevo", nos dice la Conferencia Episcopal Colombiana, respecto al lema de la visita papal.

Un primer paso con mi cercano, un paso hacia nuestro prójimo, una decisión que nos debe llevar a la concordia con quien estoy distanciado. Bienvenido Papa Francisco, para que nos acompañe en dar ese primer paso que nos permita reiniciar el camino cada día de nuestra vida, siempre saludando gratamente el nuevo amanecer, la nueva esperanza y la consolidación diaria de la paz; que el Señor le bendiga. Recordemos que el Papa nos solicitó en su mensaje, que recemos por él. Roguemos también al Señor, para que tengamos todos una visita pastoral que nos de fortaleza en la fe y ayude a toda Colombia en la intención de alcanzar la paz.  

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