Este enseñar con autoridad es nuevo
- 28 Enero 2018
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Según Marcos, la primera actuación pública de Jesús fue la curación de un hombre poseído por un espíritu maligno en la sinagoga de Cafarnaún. Es una escena sobrecogedora, narrada para que, desde el comienzo, los lectores descubran la fuerza curadora y liberadora de Jesús.
Es sábado y el pueblo se encuentra reunido en la sinagoga para escuchar el comentario de la Ley explicado por los escribas. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseñan oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel.
La gente queda sorprendida al escucharle. Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos un Dios bueno.
De pronto, un hombre se pone a gritar: «¿Has venido a destruirnos?». Al escuchar el mensaje de Jesús se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañinas y perversas le bloquean el camino hacia el Dios bueno que anuncia Jesús?
Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal y grita: «¡Cállate y sal de este hombre!». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.
El narrador describe la curación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció violentamente y, dando un fuerte alarido, salió de él». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.
No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curarnos liberándonos de un Dios opresor.
Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor de Dios, no hacia el sometimiento ciego a la Ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque nos enseña a vivir solo de la bondad, el perdón y el amor, que no excluye a nadie. Sana porque nos libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.
Domingo 4 - B
(Marcos 1,21-28)
28 de enero 2018
IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Dt 18, 15-20; Sal 94; 1 Cor 7, 32-35; Mc 1, 21-28)
COMENTARIO
Por los textos que la Iglesia ha seleccionado para la Liturgia de la Palabra de este domingo, comprobamos que los pasajes del Antiguo Testamento contienen un sentido profético, que se descubre y realiza en Jesús.
Si Moisés anuncia de parte de Dios: “Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis”, el Evangelio alude al asombro de los habitantes de Cafarnaúm al escuchar la sabiduría del Hijo del carpintero, de Jesús de Nazaret: “Se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”.
Jesús es el profeta. Él es quien nos habla de parte de Dios. A Él es a quien debemos escuchar. De su Palabra hecha vida depende nuestra mayor alegría y la plenitud posible. Jesús tiene poder para liberarnos de nuestros demonios, y nos deja experimentar la gracia de ser hijos de Dios.
Ante estos textos, la invitación nos la dicta el salmista, y es lo que nos corresponde a nosotros: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».”
El apóstol, sin ánimo de violentar la conciencia, se refiere a la forma de vida cristiana que imita el modo de Jesús y de su Madre como ejemplo para seguir, pero no como exigencia, ni como imposición, sino como propuesta para quien sienta la gracia y la posibilidad del celibato.
Hoy la familia está herida; las relaciones humanas padecen a menudo desazón; los jóvenes buscan la felicidad y no la encuentran, la sociedad sufre ante hechos violentos. El apóstol nos ofrece un modo de vivir sereno, pero para quien tiene el don. Mas es de sabios conocer lo que dan de sí las cosas, y lo que deja experimentar el Señor cuando, como dice san Benito, no se busca otra cosa que a Dios mismo, y no se antepone nada al amor de Cristo.
Precisamente, el día 26 de enero se celebran los tres monjes llamados rebeldes, los fundadores del Cister, quienes iniciaron una forma de vida discreta, sobria, rural, bajo la Regla benedictina.
Desde la creación del ser humano, se vive la dialéctica de la soledad y de la necesidad de relación. Pero no es insignificante que Dios, al principio hiciera a Adán solo. Como tampoco que Dios invitara a Moisés a subir él solo a la montaña. San Agustín llega a confesar: “Inquieto está nuestro corazón, Señor, hasta que descanse en ti”.
Palabras y obras; IV Domingo Ordinario
Reflexión del evangelio de la misa del Domingo 28 de enero 2018
Ante el dolor nos volvemos sordos y ciegos. Cristo no permite la esclavitud, el hambre, ni la indiferencia ante el dolor humano.
Lecturas:
Deuteronomio 18, 15-20: “Les daré un profeta y pondré mis palabras en su boca”
Salmo 94: “Señor, que no seamos sordos a tu voz”
I Corintios 7, 32-53: “El soltero y la soltera se preocupan de las cosas del Señor”
San Marcos 1, 21-28: “No enseñaba como los escribas, sino como quien tiene autoridad”
Nadie puede quedar indiferente ante los noticias que nos llegan desde Chiapas: conflictos graves entre Chenalhó y Chalchihuitán, hombres y mujeres, desplazados, amenazados, sufriendo hambre y frío. Algunos se han solidarizado buscando mitigar un poco su padecimiento y envían alimentos y vestidos. Pero ellos, agradecidos por el noble gesto, afirman que eso no es solución, que lo que piden es justicia. “Basta de palabras y declaraciones. Denos la paz que necesitamos”. No quieren migajas, piden justicia para poder conseguir sus propios alimentos y ser sujetos de su historia. Como ellos, los pobres de todas las latitudes exigen coherencia entre palabras y obras. Y nos retan a que afrontemos esta crisis con sentido de solidaridad y organizadamente, transformándola en una oportunidad para ser más humanos y más hermanos. “Los pobres nos pueden humanizar siempre que los veamos como hermanos y aprendamos de ellos”. No se trata de dar una limosna para apaciguar nuestra conciencia, urge transformar estructuras injustas.
¿Cómo hace su presentación Jesús en sociedad? Después de su pregón anunciando la cercanía del Reino, San Marcos hoy nos lo describe dando sus primeros pasos y presentándose tanto delante de sus discípulos y personas sencillas como ante las autoridades religiosas y políticas que empiezan a descubrirlo. Esta primera escena es colocada en Cafarnaúm, pequeña ciudad a orillas del lago de Galilea, cruce de culturas, punto fronterizo y cosmopolita, que llegará a ser especialmente entrañable al convertirse en el centro de sus operaciones. Nos presenta a Jesús resaltando dos aspectos que estarán íntimamente unidos en toda su vida: la predicación y la liberación de la enfermedad.
Su enseñanza, bella y cercana, se ve confirmada por su acción, dos rasgos indisolubles que lo manifiestan como verdadero Mesías. Jesús no sólo dice palabras, sino que es la verdadera “Palabra” que libera y da vida. Recoge las promesas que encontramos en la primera lectura y se nos presenta como el verdadero profeta que revela los designios de Dios Padre. Sólo en Jesús encontramos la plenitud del profeta que es fiel a Dios y que es fiel al hombre. Sólo en Jesús encontramos la coherencia plena entre lo que predica y lo que obra. Confirma con su presencia que el Reino de Dios está cerca, pues es una realidad presente y operante en esta vida. No es un profeta de visiones ajenas al dolor del pueblo, se encarna en su sufrimiento y le da nueva vida.
Jesús anuncia la llegada del Reino y este anuncio va asociado directamente a la curación de los enfermos y la restauración de la vida. Las curaciones son signo que prueban la cercanía del Reino que se hace presente ya en la actualidad, interesándose por el ser humano en lo más básico y elemental: curación de todo achaque y enfermedad, devolviéndole la salud y la vida. No olvidemos que esta misma misión y estas mismas señales son las que identificarán a sus discípulos.
Nosotros hoy tendríamos que tener muy claro que no seremos verdaderos profetas si no luchamos por una vida integral para todos los hermanos. Lo que Jesús quiere de su comunidad de discípulos es que defiendan la vida y alivien el sufrimiento de todos los hermanos. Pero enfermos y endemoniados van estrechamente unidos, porque las expulsiones de demonios y las curaciones son cosa idéntica para el hombre judío. Los sufrimientos y los males en general se consideraban estrechamente ligados al demonio y a las fuerzas maléficas.
El enfermo era no sólo una persona que sufría en su cuerpo, sino que además era juzgado como impuro y condenado por la sociedad. Y Jesús al hacer presente el Reino se interesa por la persona plena, en su salud, su dignidad y su vida entera. Todo mal y toda enfermedad esclavizan y atan a la persona, y Cristo viene a liberar a la persona íntegra. Así que no siempre serán exorcismos los que haga Jesús pero todos sus signos sí serán liberación del mal y de la opresión.
En nuestro siglo tan lleno de luces tenemos más miedo a las posesiones y buscamos más los exorcismos que una verdadera liberación del mal. Pero el demonio se nos mete en todos los ambientes y en todos los terrenos, hasta disimular su presencia con toques de heroísmo, dignidad o verdad. Quizás muchos digamos al igual que los demonios del hombre del Evangelio: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazareth?” O quizás nos hagamos los disimulados ante su palabra, y pasemos de largo ante las situaciones “diabólicas” de hambre y de injusticia que se viven actualmente. Ante el dolor nos volvemos sordos y ciegos. Cristo no permite ni la esclavitud, ni el hambre, ni la indiferencia ante el dolor humano. Calla a los demonios y libera a los hombres. No estará a gusto donde el hombre sea sometido por las fuerzas del mal, tengan el nombre que tengan: progreso, discriminación, autoritarismos, conveniencias. Cristo viene a liberar hoy, aquí, en medio de nosotros. Como cristianos que intentamos seguir a Jesús hemos de traducir este “milagro” a nuestro tiempo y circunstancias. El reto en nuestros días es hacer “milagros” que, al igual que el de Jesús, humanicen, dignifiquen y liberen. Necesitamos expulsar los demonios de la pobreza, la mentira y de la corrupción. Necesitamos sanar a nuestra sociedad de la ambición y del materialismo, necesitamos una lucha abierta contra las drogas y la violencia. Necesitamos rehabilitar al hombre y hacerlo nuevo. Estas serían las palabras de autoridad que cada uno de nosotros tendría que pronunciar para proclamar que el Reino de Dios está entre nosotros.
Ciertamente la palabra de Jesús es exigente y descubre el corazón, pero es la única que nos dará la verdadera vida y libertad. Purifica y sana, pero hemos de abrirle el corazón. En este día pensemos: ¿cómo acogemos esta palabra de Jesús? ¿En qué forma ejercemos la autoridad? ¿Qué “milagros” hacemos que dignifican a las personas y hacen creíble la presencia del Reino en medio de nosotros? Sin temores, con sinceridad y audacia, porque Cristo está con nosotros.
Padre Bueno, concédenos acoger con un corazón abierto las palabras de tu Hijo y traducirlas en “milagros” que hagan creíble la presencia de su Reino en medio de nosotros. Amén
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te invito en estos momentos a que subas a mi barca y tomes el timón de mi vida para afrontar las tempestades que se me presenten ¡Mi alma está sedienta de ti! (Sal 42)
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Quién no se ha sentido alguna vez con el agua al cuello? Cuando nos encontramos en una situación límite queremos ayuda urgentemente, ahí es cuando nos acordamos de Jesús. Sin embargo, puede suceder que por más que oramos parece que Dios no nos escucha, que se ha olvidado de nosotros, que está dormido.
En el Evangelio que meditamos hoy, ¿será posible que verdaderamente Jesús se encuentre dormido en medio de la tempestad, el viento huracanado, los gritos de terror de sus amigos? Si Jesús hubiera querido jugar una broma, le salió muy mal, nadie le hubiera creído que estaba dormido.
Al inicio de nuestra vida sólo tenemos una certeza, que algún día vamos a morir. Ése es el momento crucial donde el Señor nos dice como a sus apóstoles ¡Vayan a la otra orilla! ¡Vayan al cielo! Pero en medio de este gran viaje a través de las aguas de la vida, la forma más segura de llegar a buen puerto es decirle a Jesús que se suba a nuestra barca.
Hoy si te encuentras sumido al borde de una tempestad y piensas que el Señor está ausente, recuerda por un instante, ¿a qué rincón de tu barca lo mandaste?
Jesús no merece estar en una esquina en la popa de nuestra barca, porque Él, además de ser el mejor capitán, puede tener el poder absoluto sobre tu tormenta. ¿Quieres ir a despertar al Señor?
¿Creemos que el Señor es fiel? ¿Cómo vivimos la novedad de Dios que todos los días nos transforma? ¿Cómo vivimos el amor firme del Señor, que se pone como barrera segura contra las olas del orgullo y de las falsas novedades? El Espíritu Santo nos ayude a ser siempre conscientes de este amor ‘rocoso’, que nos vuelve estables y fuertes en los pequeños y grandes sufrimientos, nos hace capaces de no cerrarnos ante las dificultades, de afrontar la vida con valentía y mirar al futuro con esperanza.
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de julio de 2015).
Santo Tomás de Aquino
Saber más cosas a propósito de los Santos del día
Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia
Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el II Concilio Ecuménico de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, fecha en la que, años después, se trasladaron sus restos a la ciudad de Toulouse, en Francia.
La familia de los condes de Aquino descendía en línea directa de los lombardos. Landulfo, el padre de Tomás, era caballero; su madre, Teodora, era de ascendencia normanda. Por su físico, Tomás era más nórdico que meridional: estatura imponente, anchas espaldas y tez clara. No conocemos con exactitud el año de su nacimiento (debió ser hacia 1225), en el castillo de Rocca Secca, cuyas ruinas dominan todavía, desde un alto acantilado, la llanura de Campania Felice y el pueblecito de Aquino. Tomás era el más joven de los cuatro hijos. Tenía también algunas hermanas, la más joven de las cuales murió fulminada por un rayo en la misma habitación que ocupaba el santo; éste escapó ileso. Se dice que tuvo durante toda su vida mucho miedo a las lempestades y que acostumbraba refugiarse en alguna iglesia cuando caían rayos. De ahí nació la costumbre popular de venerar a santo Tomás como abogado contra las tempestades y la muerte repentina.
A unos cuantos kilómetros al sur de Rocca Secca, se yergue sobre una llanura, la abadía de Monte Cassino, cuna de la vida monástica y uno de los sitios más venerables de Europa. Allí estuvo santo Tomás como oblato, desde los cinco hasta los doce años (cf. cap. LIX de la Regla de San Benito), cuando era abad un pariente suyo, Landulfo Sinbaldo, y allí recibió la primera instrucción. Sus padres le sacaron de la abadía, probablemente debido a la turbulencia del momento, y le enviaron a la Universidad de Nápoles, donde estudió durante cinco años e hizo sus primeros discípulos. En Nápoles se sintió atraído por la Orden de Predicadores, a cuya iglesia iba con frecuencia. Sus amigos, los frailes, le vieron con frecuencia absorto en oración, con el rostro resplandeciente; uno de ellos, el P. de San Julián, exclamó en cierta ocasión: «El Señor te tiene reservado para nuestra orden». Santo Tomás confió al prior que tenía ardientes deseos de ingresar en el convento. Teniendo en cuenta la oposición de su familia, el prior le aconsejó que cultivase su vocación y esperase tres años. El tiempo no hizo más que confirmar la vocación de Tomás, quien tomó el hábito de Santo Domingo hacia los diecinueve años de edad.
La noticia causó gran indignación en Rocca Secca. Su madre no se habría opuesto a que entrase en la Orden de San Benito, pues probablemente le imaginaba ya abad de Monte Cassino, pero no podía aceptar que hubiese abrazado una orden de mendicantes. Así pues, partió hacia Nápoles con la intención de disuadir a su hijo, pero los frailes enviaron rápidamente a Tomás al convento de Santa Sabina de Roma y, cuando Teodora llegó, ya no encontró allí a su hijo. El superior general de la orden decidió que Tomás le acompañase a Bolonia junto con otros religiosos, pero Teodora no estaba dispuesta a verse burlada de ese modo y avisó a sus hijos mayores, que servían en el ejército del emperador en Toscana, para que impidieran la partida de Tomás. Cuando el joven religioso se hallaba descansando a la vera del camino de Aquapendente, cerca de Siena, sus hermanos se presentaron con un pelotón de soldados. En vano intentaron arrancarle el hábito, pero sí lo llevaron prisionero a Rocca Secca y después al castillo de Monte San Giovanni, a cuatro kilómetros de distancia, donde le encerraron, sin permitir más visitas que las de su hermana Marotta, que no era precisamente devota. Al principio, trataron de hacerle cambiar de ideas por todos los medios de convicción posibles; después, empezaron a mitigar poco a poco la severidad de la prisión. Santo Tomás aprovechó el cautiverio para estudiar las «Sentencias» de Pedro Lombardo y aprender de memoria gran parte de la Sagrada Escritura. Se dice que fue entonces cuando escribió un tratado sobre los sofismas de Aristóteles. Al ver fracasados todos sus intentos, los hermanos de Tomás concibieron el infame proyecto de introducir en su habitación a una mujer de mala vida. Pero el santo tomó una tea ardiente para echarla fuera. Se dice que inmediatamente después, se durmió y tuvo un sueño en el que vio a dos ángeles que le ciñeron el pecho con una cuerda que simbolizaba la castidad.
El cautiverio duró dos años, hasta 1245, cuando pudo volver al convento. Sus superiores determinaron enviarle a estudiar bajo la dirección de san Alberto Magno. Tomás partió con el superior general, Juan el Teutón, que iba a París y de ahí prosiguió el viaje a Colonia. Las universidades estaban entonces llenas de clérigos jóvenes, ansiosos de aprender y discutir. Ni los profesores, ni los otros estudiantes apreciaron al principio, en su justo valor, al humilde y tímido religioso. Su silencio en las discusiones y su gigantesca estatura, le valieron el apodo de «el buey silencioso». Un compañero bien intencionado, compadecido de la aparente estulticia de Tomás, le ofreció preparar con él las lecciones de cada día, lo que el santo aceptó con humildad y agradecimiento; pero, cuando se toparon con un pasaje difícil que el condiscípulo de Tomás no entendía, éste se lo explicó con una claridad que lo dejó atónito. Poco después, otro condiscípulo de Tomás mostró al maestro una hoja de los apuntes del santo y aquél no pudo menos de admirar su profundidad. Al día siguiente, San Alberto examinó públicamente a Santo Tomás y al fin exclamó: «Hasta ahora hemos llamado al hermano Tomás 'el buey silencioso'; pues bien, yo os aseguro que sus mugidos se oirán en todo el mundo». Pero todavía más grande que su ciencia era su piedad. La ordenación sacerdotal no hizo sino aumentar su unión con Dios. Su discípulo y biógrafo, Guillermo de Tocco, nos dice que pasaba horas enteras en oración, de día y de noche. «Al llegar en la misa al momento de la consagración, observó que Tomás, absorto en los divinos misterios y alimentado con sus frutos, se deshacía en lágrimas».
Es bastante incierta la cronología de la vida de santo Tomás en esta época. Sólo se sabe positivamente que en 1252, cuando no era todavía más que bachiller, enseñaba en la Universidad de París, a instancias de san Alberto y del cardenal Hugo de Saintcher. Se hace notar que el sistema de los grados académicos no era entonces el mismo que ahora; generalmente se conferían según los méritos alcanzados en la enseñanza. Santo Tomás comentó en París la Sagrada Escritura y el Líber Sententiarum de Pedro Lombardo. A este propósito escribió sus comentarios sobre el «Libro de las Sentencias», sobre Isaías y sobre el Evangelio de San Mateo. Cuatro años más tarde, se le confió la cátedra de doctor, encargado de enseñar, discutir y predicar. Hacia el fin de este período, empezó a escribir la Summa contra Gentiles. De 1259 a 1268, el santo, que era ya el profesor más popular de París, estuvo en Italia, donde se le nombró predicador general y profesor de la escuela de la corte pontifical para alumnos selectos. Santo Tomás recorrió toda Italia y tuvo ocasión de enseñar y predicar en muchas ciudades. Hacia 1266, empezó a escribir la más famosa de sus obras: la «Summa Theologiae» (Suma Teológica).
En 1269 volvió a París. San Luis de Francia le profesaba tanta estima, que le consultaba todos los asuntos de importancia. Pero nada puede darnos una idea más precisa de la fama del santo, que la decisión de la Universidad de atenerse a su opinión, sobre una cuestión muy debatida hasta entonces: si en el Santísimo Sacramento los accidentes permanecían realmente o sólo en apariencia. Santo Tomás, tras una ferviente oración, escribió su respuesta en forma de tratado y lo depositó sobre el altar, antes de darlo a la luz pública. La Universidad aceptó su decisión, que la Iglesia adoptó más tarde, y el tratado se conserva todavía. A lo que sabemos, ésta fue la primera ocasión en que el Señor manifestó sensiblemente a santo Tomás su aprobación por lo que había escrito, diciéndole en una aparición: «Has hablado bien del Sacramento de mi Cuerpo». Al oír esto, el santo entró en un éxtasis tan largo, que los frailes tuvieron tiempo de reunirse para verlo elevado sobre el suelo. Entonces se oyó una voz que venía del crucifijo y repetía: «Has hablado bien de mí, Tomás. ¿Qué quieres en premio de ello?» El santo respondió: «No quiero ningún otro premio fuera de Ti, Señor». Se cuenta también una historia muy diferente acaecida un día en que el santo fue invitado a comer con el rey san Luis. Durante la comida tuvo una inspiración repentina acerca de una cuestión sobre la que estaba escribiendo y, dando un puñetazo sobre la mesa, exclamó en voz alta: «¡Este es el fin de la herejía maniquea!» Al ver al santo absorto, el prior le tiró de la capa y le recordó que estaba comiendo con el rey; Tomás volvió en sí de su distracción y pidió perdón al monarca.
Durante los dos períodos de su enseñanza en París, la Universidad estuvo sacudida por diversas agitaciones. En 1272, estalló una especie de «huelga general» en las facultades. Justamente en ese momento, santo Tomás fue llamado a Italia y nombrado rector de la casa de estudios de Nápoles.
Ese fue el último cargo que ocupó. Al año siguiente, cuando celebraba la misa de la fiesta de san Nicolás, tuvo una visión que le afectó tan profundamente, que cesó de escribir y enseñar, sin acabar siquiera la Summa Theologiae. A los ruegos del hermano Reginaldo, replicó el santo: «Ya no es tiempo de escribir. Todo lo que he escrito me parece que no es sino paja, en comparación de lo que se me ha revelado». Se hallaba ya enfermo cuando el papa Gregorio X le pidió que asistiese al Concilio ecuménico de Lyon para la reunión de las Iglesias griega y latina y que llevase consigo su tratado «Contra los errores de los griegos». Su enfermedad se agravó tanto durante el viaje, que sus acompañantes le transladaron a la abadía cisterciense de Fossa Nuova, cerca de Terracina, donde el abad le cedió su propia celda y los monjes se pusieron a su servicio. Cediendo a los ruegos de los religiosos, el santo empezó a explicarles el «Cantar de los Cantares», pero la muerte le sorprendió antes de terminar. Hizo la última confesión con el P. Reginaldo de Priverno y, al recibir de manos del abad el Santo Viático, pronunció las famosas palabras: «Ahora voy a recibirte a Ti, que eres el precio de la redención de mi alma. Todos mis estudios, vigilias y trabajos han sido por tu amor. He enseñado y escrito mucho sobre el Sagrado Cuerpo de Jesucristo. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y en la Santa Iglesia Católica, a cuyo juicio las ofrezco y someto todas». Dos días después entregó el alma a Dios, en la madrugada del 7 de marzo de 1274, cuando no tenía más de cincuenta y cinco años de edad. A san Alberto, que se hallaba en Colonia en ese momento, se le saltaron las lágrimas ante toda la comunidad y dijo: «El hermano Tomás de Aquino, mi hijo en Cristo, la lumbrera de la Iglesia, ha muerto. Dios me lo ha revelado».
Santo Tomás fue canonizado en 1323, pero su cuerpo no volvió a poder de los frailes de Santo Domingo, sino hasta 1368. Fue trasladado con gran pompa a la catedral de Toulouse, donde descansa hasta hoy, aunque hubo un nuevo traslado de reliquias, dentro mismo de Toulouse, el 22 de octubre de 1974. San Pío V confirió a santo Tomás el título de Doctor de la Iglesia en 1567, y en 1880 León XIII le declaró patrono de las universidades, colegios y escuelas.
No podemos hablar aquí, en detalle, de los escritos filosóficos y teológicos del santo, que comprenden veinte gruesos volúmenes. Gran parte de su obra está formada por los comentarios de Aristóteles, de cuyos escritos se valió para construir una síntesis cristiana de la filosofía. Se ha dicho que su método consistía en aplicar la geometría a la teología, ya que primero expone el problema o teorema y después las dificultades. Abundan en sus escritos las citas de pasajes de la Sagrada Escritura, de la Tradición de la Iglesia, de las principales obras teológicas y la conclusión consiste siempre en una respuesta categórica a cada una de las objeciones enunciadas al principio. Santo Tomás escribió también disertaciones sobre el Padrenuestro, el Ave María y el Símbolo de los Apóstoles, además de los comentarios sobre numerosos libros de la Sagrada Escritura y de los tratados sobre las cuestiones que se le consultaban. La más importante de sus obras es la Summa Theologiae, que es una exposición muy completa de la doctrina teológica de su tiempo. Se trata indudablemente de uno de los monumentos teológicos más grandes de su época. De las tres obras que había sobre la mesa en el Concilio de Trento, una era la «Summa» de santo Tomás y las otras dos, la Biblia y los Decretos de los Papas. El tiempo que ha pasado hace muy difícil comprender la influencia que santo Tomás ejerció sobre la mentalidad teológica de sus contemporáneos y sus sucesores inmediatos. Por lo demás, los trabajos del santo no se limitaron solamente al dogma, la apologética y la filosofía. Cuando el papa Urbano IV decidió establecer la fiesta de Corpus Christi, movido por las visiones de la beata Juliana de Lieja, pidió a Santo Tomás que compusiera el oficio litúrgico y la misa del día. En ellos muestra el santo su extraordinario dominio de la lengua, no menos que su exactitud doctrinal y su ternura de sentimientos. Casi todos los católicos conocen los himnos «Verbum Supernum» y «Pange lingua» con sus estrofas finales, «0 Salutaris» y «Tantum ergo», que se cantan durante la bendición con el Santísimo Sacramento. También otros himnos del santo, particularmente el «Lauda Sion» y el «Adoro te devote», son muy conocidos.
Entre las cualidades sobresalientes de santo Tomás hay que mencionar el espíritu de oración y la humildad. Como él lo afirmaba constantemente, había aprendido más al pie del crucifijo que estudiando en los libros. El hermano Reginaldo escribe: «Su maravillosa ciencia provenía menos de su genio que de la eficacia de sus oraciones. Tomás oraba con muchas lágrimas para obtener de Dios la luz sobre Sus misterios y el Señor se la daba a raudales». La modestia con que santo Tomás consideraba su genio era extraordinaria. En cierta ocasión en que le preguntaron si tenía tentaciones de orgullo y vanagloria, replicó: «no». En seguida añadió que, las raras veces en que le venían tales pensamientos, el sentido común le demostraba inmediatamente cuán vanos eran. Por lo demás, tenía tendencia a considerar que los otros eran mejores que él. Exponía sus opiniones con increíble modestia; jamás se dejó llevar por la cólera en las discusiones, por mucho que le provocasen y nunca se le oyó decir alguna cosa que hubiese podido herir a un tercero.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Oremos
Señor Dios nuestro, que hiciste admirable a Santo Tomás de Aquino por su sed de santidad y por su amor a la ciencia sagrada, te pedimos que nos su luz para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia.
Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.
¿Por qué los jóvenes dejan la Iglesia?
3 tipos de jóvenes que se van; y una necesidad: que puedan preguntar sin miedo
¿Por qué los jóvenes abandonan la Iglesia? Un nuevo estudio que ha durado dos años en Estados Unidos ha descubierto las principales causas del abandono del ámbito religioso entre los adolescentes.
El estudio fue publicado por St. Mary´s Press y el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown (CARA) bajo el título de"Going, Going, Gone! The Dynamics of Disaffiliation in Young Catholics" (Me voy, me voy, me fui. Las dinámicas de desafiliación en los jóvenes católicos). El 74% de los 214 ex-católicos entrevistados aseguró que había dejado la Iglesia entre los 10 y los 20 años.
Preguntas trascendentales desde niños
“Hemos oído que los jóvenes comienzan a tener dudas y preguntas trascendentales muy pronto, entre los 10 y los 11 años, algunos incluso más pequeños”, ha asegurado John Vitek, uno de los principales autores del estudio. Vitek, presidente y director de St. Mary´s Press (www.smp.org), ha declarado a la CNA que esto puede resultar sorprendente para muchos adultos “porque muchos de estos jóvenes nos explicaron que nunca habían hablado de estas preguntas con sus padres o sacerdotes”.
Muchos de los jóvenes ex-católicos entrevistados, un 35% exactamente, se declaran ahora como personas sin afiliación religiosa. Sin embargo, tan solo un 14% se dicen ateos o agnósticos. Estos jóvenes sin afiliación religiosa denominados “Nones” en EEUU son cada vez más numerosos.
Los investigadores del CARA citan otro estudio de 2015 en el que se demuestra que 19 millones de adultos en EEUU se han declarado “Nones” entre 2007 y 2014.
Aunque la gran mayoría de antiguos católicos son “Nones”, Vitek ha especificado que“muchos de los jóvenes que pertenecen a los “Nones” aún siguen creyendo en Dios y buscan una comunidad religiosa a la que afiliarse.
Razones para dejarlo
Los investigadores del CARA han identificado ciertos patrones entre las declaraciones personales de los participantes y han encontrado tres arquetipos entre ellos:
- los “heridos”,
- los “dejados”
- y los “disidentes”.
Los “heridos” son aquellos jóvenes que vivieron algún tipo de tragedia o mala época en la que Dios parecía estar ausente. A pesar de sus oraciones, un familiar suyo murió, o sus padres se divorciaron, por ejemplo. Uno de los jóvenes explicó a los investigadores que, pese a que toda su familia rezó, su abuelo murió de cáncer de pulmón. “Todo el mundo estaba rezando por él, casi más de 150 personas. Cuando vi que no sirvió para nada, me empecé a volver escéptico”.
Los “dejados” son aquellos que tenían problemas para conectar sus creencias religiosas con sus experiencias concretas en el mundo. Acababan preguntándose qué importaba ser católico o no y finalmente dejaban la Iglesia. Los investigadores advirtieron que la influencia del entorno familiar era una de las principales razones de los “dejados” para abandonar la Iglesia. Poco a poco abandonan sus costumbres religiosas y se mundanizan.
Finalmente, es en los "disidentes” en los que los investigadores encontraron un rechazo más activo hacia la Iglesia. Estos jóvenes explicaban que desacuerdos en temas polémicos como los matrimonios del mismo sexo o los métodos anticonceptivos precipitaron su abandono.
¿Y los escándalos sexuales del algunos clérigos, o los abusos sexuales? Cabe destacar que tan solo un 2% dijo haber dejado la Iglesia por escándalos sexuales.
Es importante animar a los jóvenes y adolescentes a plantear sus preguntas con libertad
Un lugar abierto a las preguntas
Sin embargo, estos arquetipos se pueden mezclar. “Un joven puede tener una mala experiencia al principio que les haga sentir mal, o rotos”, ha dicho Vitek. “Después, ese mal sentimiento puede hacer que la persona comience a ser escéptica, y eso, finalmente, lleva a que dejen la Iglesia”.
Los jóvenes ex-católicos tenían distintos grados de unión con la Iglesia. El 28% reconoció a CARA que casi nunca iban a la Iglesia cuando se decían católicos. Tan solo un 17% iba semanalmente. Tres cuartos de los encuestados nunca fueron a un colegio católico. El 87% no piensa volver jamás a pisar una iglesia.
“Esto es cierto”, apuntó Vitek. “Los estudios demuestran que cada vez más gente que abandona la Iglesia Católica lo hace para siempre”.
Sobre qué puede hacer la Iglesia Católica para evitar el abandono masivo de los jóvenes, Vitek recomendó: “Necesitamos crear un lugar donde los jóvenes puedan expresar sus dudas y preguntas sobre la Fe sin miedo a ser juzgados”.
"CUANDO LA MADRE ESTÁ EN CASA, EL DIABLO NO ENTRA", RECUERDA FRANCISCO
El Papa, en Santa María la Mayor: "Sin la Madre, vivimos un cristianismo de ideas y programas, sin ternura ni corazón"
"Cuando nos falta la esperanza y se oscurece la vida, la madre interviene"
José Manuel Vidal, 28 de enero de 2018 a las 08:52
El Papa y la Salus Populi romani
RELIGIÓN | VATICANO
Mirémosla y saludémosla. Todos juntos y tres veces: Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios
(José M. Vidal).- Misa del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor con ocasión de la fiesta de la traslación del icono de la Salus Populi Romani. Ante ella, el Papa rcuerda que, sin Ella, corremos el risgo de vivir un "cristianismo de ideas y programas, pero sin corazón ni ternura", que nos aleja de la esperanza y oscurece la vida.
Es la advocación preferida del Papa en Roma. Ante ella, se postra cada vez que sale y que vuelve de algún viaje apostólico. En total, 59 veces la ha visitado ya. Es la Virgen a la que regala flores.
El icono de la Virgen recién restaurado, luce en todo su esplendor.
Entre los invitados de los primeros bancos, el embajador de España ante la Santa Sede, Gerardo Bugallo.
Primera lectura del profeta Isaías. La segunda lectura de la carta de San Pablo a los Gálatas. El evangelio de Juan, el pasaje de las bodas de Caná de Galilea.
Algunas frases de la homilía del Papa
"Estamos aquí, en el templo de la madre"
"Junto a generciones y generaciones de romanos"
"Esta casa materna es nuestra casa"
"En las dificultades y en las pruebas, acudimos a la Madre"
"Buscamos refugio"
"Su manto está siempre abierto para acogernos" "Plegaria repetida: Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios" "La madre custodia la fe...y preserva del mal" "Donde la mujer está en casa, el diablo no entra" "El miedo no vence" "María es el arca segura en medio del diluvio" "Aprendamos a buscar refugio en la madre"
Aquella que intercede rápidamente"
"Cuando nos falta la esperanza...y se oscurece la vida, la madre interviene"
"Nunca se avergüenza de nosotros"
"Quiere las debilidades de los hijos consigo"
"La Madre es el testamento de Cristo"
"Es un gran peligro para la fe vivir sin madre, sin protección"
"Sin madre, no podemos ser hijos"
"María es el signo que Dios puso para nosotros"
"Invitemos a María a nuestra casa, a nuestro corazón, a nuestra vida"
"No vivamos un cristianismo de ideas, sin corazón..."
"Madre, huésped de nuestra cotidianeidad...nuestro refugio seguro"
"Mirémosla y saludémosla. Todos juntos y tres veces: Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios".
ESTE DOMINGO, LA IGLESIA TE INVITA: "ATRÉVETE A SER MISIONERO"
Jornada de Infancia Misionera: un día para "los pequeños misioneros que salen de sí mismos"
Anastasio Gil: "Los niños son los protagonistas; no ponen condiciones a su entrega"
Redacción, 28 de enero de 2018 a las 08:43
Jornada de Infancia Misionera
Los niños no son solo los destinatarios a quienes ayudamos, ellos son los pequeños misioneros que salen de sí mismos, que tienen sensibilidad para conectar con el otro y sobre todo que son generosos y no ponen condiciones a su creatividad
"La Jornada de la Infancia Misionera tiene un protagonismo extraordinario y un gran sabor misionero porque es aquella en la que participan directamente los niños", dice a la Agencia Fides el padre Anastasio Gil, director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de España conversando sobre la Jornada de la Infancia Misionera, que se celebra en todo el país este domingo 28 de enero bajo el lema "Atrévete a ser misionero" y que además cumple 175 años de acción. "Desde el inicio de la obra hemos sido conscientes -continua el padre Anastasio - de que los niños son protagonistas de la misión. No son solo los destinatarios a quienes ayudamos, ellos son los pequeños misioneros que salen de sí mismos, que tienen sensibilidad para conectar con el otro y sobre todo que son generosos y no ponen condiciones a su creatividad, a su donación, a su entrega a los demás", dice Gil, explicando que gracias a la colaboración de los niños de todo el
mundo el año pasado se apoyaron 2.858 proyectos de educación, sanidad y evangelización de la niñez, como por ejemplo el orfanato Arco Iris de Gurúe, en Mozambique, donde se atienden entre 40 y 50 niños huérfanos, sobre todo a causa del sida. Entre las actividades que el secretariado de la Infancia Misionera en España realiza para que esta jornada se prolongue a lo largo de todo el curso escolar se encuentra la revista Gesto, una publicación que este año cumple 40 años de servicio en la animación y formación misionera de los niños. "A través de esta revista -dice el padre Anastasio- los pequeños van entrando en contacto con la vida cristiana con la persona de Jesús y sobre todo con la oración", además de servir como un instrumento de trabajo para que "los educadores sepan encaminar la formación universal católica de los niños" eintroducirles en el espíritu misionero, enseñándoles a acoger a los niños que les rodean y a ser sensibles a las injusticias que sufren muchos de ellos en todo el mundo.
La Jornada culminará con la celebración de la Eucaristía en el Colegio Stella Maris La Gavia, de Madrid este domingo 28 de enero, presidida por Mons. Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres, miembro de la Comisión Episcopal de Misiones; y concelebrada por Mons. Francisco Lerma, obispo de Gurué (Mozambique), junto con el director de las OMP, Anastasio Gil. Las colectas de este domingo permitirán que se vuelva a repetir, como lleva ocurriendo ya 175 años, este acto de generosidad de los niños para con sus coetáneos de todo el mundo.
"CERCANÍA Y SOLIDARIDAD" DE FRANCISCO CON LOS ENFERMOS DE LEPRA
El Papa se pregunta: "¿Cuánto tiempo tendrá que soportar el pueblo afgano esta violencia inhumana?"
Reza por las víctimas del atentado de Kabul en el que murieron un centenar de personas
Cameron Doody, 28 de enero de 2018 a las 12:44
Ángelus del Papa Francisco Vatican News
Jesús nos comunica la fuerza necesaria para superar dificultades, pruebas y tentaciones
(Cameron Doody).- "¿Cuánto tiempo tendrá que soportar el pueblo afgano esta violencia inhumana?". El Papa Francisco se reveló dolido este domingo en el rezo del ángelus por la "masacre terrorista" que se culminó en Kabul y en la murieron un centenar de personas. Dolido también por los enfermos de lepra, enfermedad que lamentó sigue afectando sobre todo "a las personas más desfavorecidas y pobres" del mundo.
Algunas frases de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el centro de la historia de hoy está el evento de un exorcismo, a través del cual Jesús se presenta como un poderoso profeta en palabras y obras
Entra a la sinagoga de Capernaum en el día de descanso y comienza a enseñar; las personas se sorprenden de sus palabras, porque no son palabras comunes
Los escribas enseñan pero sin tener su autoridad: (...) se basan en la tradición, en lo que dijeron Moisés y los profetas
Jesús, por otro lado, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose a sí mismo como el Mensajero de Dios
Jesús tiene plena autoridad. Su doctrina es nueva
Al mismo tiempo, Jesús también es poderoso en sus obras
El hecho [del exorcismo] impresiona mucho a los presentes; todos están asustados
El poder de Jesús confirma la autoridad de su enseñanza. Él no pronuncia solo palabras, sino hace gestos
En el Evangelio vemos que Jesús, en su misión terrenal, revela el amor de Dios a través de la predicación y con innumerables gestos de atención y asistencia a los enfermos, los necesitados, los niños y los pecadores
Jesús es nuestro Maestro, poderoso en palabras y obras
Jesús nos comunica toda la luz que ilumina los caminos, a veces oscuros, de nuestra existencia; también nos comunica la fuerza necesaria para superar dificultades, pruebas y tentaciones
¡Pensad en la gran gracia que es para nosotros haber conocido a este Dios tan poderoso y tan bueno!
Un maestro y un amigo, que nos muestra el camino y nos cuida, especialmente cuando lo necesitamos
Algunas frases de su saludo
Queridos hermanos y hermanas
Ayer llegaron desde Afganistán las dolorosas noticias de la terrible masacre terrorista llevada a cabo en la capital Kabul, con casi un centenar de muertos y muchos heridos
¿Cuánto tiempo tendrá que soportar el pueblo afgano esta violencia inhumana?
Oramos en silencio por todas las víctimas y sus familias, y rezamos por aquellos en ese país que continúan trabajando para construir la paz
Hoy es el día mundial de los enfermos de lepra
Lamentablemente, esta enfermedad todavía afecta a las personas más desfavorecidas y pobres
A estos hermanos y hermanas les aseguramos nuestra cercanía y solidaridad, y también rezamos por aquellos que los asisten y trabajan para su reintegración a la sociedad
Saludo a familias, parroquias, asociaciones y a todos los que vinieron de Italia y de muchas partes del mundo. En particular, los estudiantes de Badajoz (España), los fieles de Ljubljana (Eslovenia) y los de Venecia y Veglie
¡Con gran afecto saludo a los niños y niñas de la Acción Católica de la Diócesis de Roma! Espero que además de poder hacer ruido también podáis hacer cosas buenas
¡No os canséis de ser instrumentos de paz y alegría!
Escuchemos el mensaje que sus amigos, aquí a mi lado, nos leerán [...]
Y ahora, junto con nuestras oraciones por la paz, estos globos se elevarán al cielo¿Habéis visto estos globos? Cuando rezamos mal nuestras oraciones no llegan. A veces es necesario buscar ayuda Les deseo a todos un buen domingo. Por favor no os olvidéis de rezar por mí ¡Buen almuerzo y adiós!