Como Jesús formó a sus apóstoles

Evangelio según San Juan 14,6-14. 

Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. 

Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". 
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". 

Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? 

¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. 

Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. 

Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre."

Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."

Santiago Apóstol

Santos Felipe y Santiago, apóstoles

Fiesta de san Felipe y Santiago, apóstoles. Felipe, que, al igual que Pedro y Andrés, había nacido en Betsaida, era discípulo de Juan Bautista y fue llamado por el Señor para que le siguiera. Por su parte, Santiago, de sobrenombre «Justo», hijo de Alfeo y considerado en Occidente como el pariente del Señor, fue el primero que rigió la Iglesia de Jerusalén. Al suscitarse la controversia sobre la circuncisión, se apartó del criterio de Pedro, a fin de que no se impusiese a los discípulos venidos de la gentilidad aquel antiguo yugo. Muy pronto coronó su apostolado con el martirio.

Santiago el menor y/o Santiago el pariente del Señor

Santiago, como es sabido, es la forma aglutinada de San Jacobo o San Jaime, que son el mismo nombre latinizado del muy bíblico, y muy frecuente, Iaacov, que a través de su transcripción Yago da Sant'Yago, y de allí Santiago. Como en la España levantina abundan los Vicentes, en Palestina abundaban los Iaacov. Sólo entre los apóstoles tenemos dos que se llaman así, y que para distinguirlos los señalamos como "el mayor" y "el menor". Pero hay más Santiagos en el Nuevo Testamento:

-Mateo 13,55 nos dice que los «hermanos» de Jesús (es decir, hermanastros o primos quizás) se llamaban Santiago, José, Simón y Judas;
-Mt 27,56 menciona a una María «madre de Santiago y de José»;
-en Marcos 16,1 se habla de «María la de Santiago», que vuelve a mencionarse igual en Lucas 24,10;
-en Lucas 6,16 y Hechos 1,13 se habla de un «Judas de Santiago», a quien habitualmente identificamos con Judas Tadeo; ese «de Santiago» es más probable que se refiera a «hijo de Santiago» y no a «hermano de Santiago», como arbitrariamente se ha leído a veces;
-naturalmente las menciones de Hechos a «Santiago y los hermanos [de Jesús]» (12,17);
-una de las epístolas del NT se atribuye a un Santiago, aunque es difícil saber a cuál.

Ya he señalado otras veces la tradición armonizadora que se pone en movimiento a fines del siglo I, pero que se intensifica sobre todo con la crisis gnóstica, en el siglo II (ver, por ejemplo, Santas María de Cleofás y SaloméSan Simón, obispo (pariente del Señor)San Bartolomé, apóstol), y que trata de suplir con una supuesta equivalencia de personajes, basados en evidencias por completo secundarias, el desconocimiento -que ya a esa altura era semejante al nuestro- con respecto a situaciones y personas que habían sido, o tan cotidianas que los Evangelios no necesitaron explicarlos a sus contemporáneos, o tan poco relevantes, que se ahorraron las digresiones. Así, y en especial respecto de los Santiagos, todos los que se mencionan en el NT, que a lo mejor fueron tres o más, quedaron reducidos a dos: los dos apóstoles. Naturalmente, hubo que forzar un poco el panorama, porque con una lectura atenta de Hechos de los Apóstoles poco puede sostenerse que los «hermanos de Jesús» hayan sido apóstoles, cuando más bien los evangelios dicen que en vida de Jesús no creyeron en él (cfr. Mc 3,21.31; y sobre todo Jn 7,5, que lo afirma rotundamente).

Hoy ya es imposible sostener que no hay, por lo menos, tres Santiagos:

-El llamado Mayor, Apóstol del grupo de tres más cercanos a Jesús, testigo de la transfiguración y Getsemaní, según afirma la tradición (la terna «Pedro, Santiago y Juan» que se menciona en los evangelios estaría formada por este Santiago), cuya fiesta celebramos el 25 de julio, y que es a la vez el Apóstol de España y el que murió en martirio hacia el 44, el primero de los Doce, dos hechos que no parecen del todo compatibles...

-El que Hechos llama «el hermano del Señor», que es, según parece, el único de los hermanos que tuvo gran importancia en la iglesia primitiva, a pesar de que se mencionen cuatro en Mateo (aunque Simón también fue luego Obispos de Jerusalén, y la tradición lo identifica con otro de los hermanos). Este hermanastro está asímilado en la tradición armonizadora al que hoy nos ocupa, es decir, al «Menor», y por lo tanto no tiene fecha de celebración propia, aunque es dudoso que deba ser considerado apóstol. Este Santiago es quizás el integrante de la terna «Pedro, Juan y Santiago» de Hechos, es decir, las «Columnas de la Iglesia», que lo más probable es que no sea la misma terna de los evangelios, donde claramente se mencionaba a tres apóstoles.

-Finalmente el que celebramos hoy, el «Menor», del que muy cautamente el elogio del Martirologio Romano aclara: «considerado en Occidente como el pariente del Señor». Lamentablemente, si el pariente del Señor no es el Apóstol -y esto es más que probable: es dato que puede afirmarse con certeza razonable-, sobre Santiago el menor no poseemos casi datos, ya que la tradición se ha limitado a transferirle a este apóstol lo que posiblemente deba decirse del pariente del Señor: que fue el primer obispo de Jerusalén, que fue columna de la Iglesia, que tuvo muchísima influencia en los primeros años de la Iglesia, y que quizás deba atribuirse a él la epístola que lleva su nombre.

El Martirologio se encuentra tironeado por dos lados, por una parte, el santoral no es ni debe ser una caja de resonancia de leyendas y tradiciones espurias; desde el principio, ya con el Cardenal Baronio en el siglo XVI, se procuró que lo que entrara al santoral -en cada época con los medios disponibles- tuviera no sólo la plausibilidad de lo bien narrado, sino la solidez del dato históricamente cierto, o al menos probable. El planteo teórico del Martirologio actual mantiene y acrecienta esta línea de rigurosidad. Por otra parte, en lo que hace a los primeros siglos de la Iglesia, y en especial al primero, en muchos casos las tradiciones legendarias están tan firmemente arraigadas que hasta hay creyentes que creen que todos esos «datos» (la cantidad de Marías, de Santiagos, las listas de apóstoles, etc.) son parte del depósito de la fe, cuando son sólo expresión de recuerdos necesariamente imprecisos del momento en que sólo devinieron importantes cuando ya no quedaba nadie a quien preguntarle. El Butler-Guinea, edición castellana del 64 que se basa en la inglesa de 1954, dice, por ejemplo: «Ordinariamente se considera al Apóstol Santiago el Menor (o el joven), a quien la liturgia asocia con san Felipe, como el personaje designado con los nombres de «Santiago, el hijo de Alfeo» (Mat. 10,3 ; Hechos 1,13) y «Santiago, el hermano del Señor» (Mat. 13,55; Gal. 1,19). Tal vez se identifica también con Santiago, hijo de María y hermano de José (Marc. 15,40). Pero no vamos a discutir aquí el complicado problema de los "hermanos del Señor", ni las cuestiones que se relacionan con él»; de parecido tenor nos encontramos en otras publicaciones prestigiosas; prácticamente lo que se refiere a divulgar estas cuestiones, se despacha con «no vamos a discutir aquí», lo que todos saben que es, no sólo discutible, sino casi incuestionable: que la tradición armonizadora ha achicado la tradición para dar un panorama de conocimiento y certeza que no es tal; ha reemplazado auténtica tradición por seguridad.

Aunque por desgracia no contemos por el momento con tres fiestas de Santiago, correspondientes a los tres Santiagos que fueron relevantes en la Iglesia inicial, contentémonos con saber que hoy celebramos no sólo al Santiago Apóstol, segundo mencionado en las listas de apóstoles, llamado «Menor», sino también a un personaje prominente de Jerusalén, indispensable para entender cómo la Iglesia de Cristo fue dejando de ser una secta judía para pasar, a ser, no sabemos exactamente cuándo, pero rondando las décadas del 70 u 80, una comunidad creyente con una identidad completamente propia. En ese largo proceso, el Santiago que gobernó la Iglesia de Jerusalén, fuera el pariente del Señor, fuera el Apóstol, fue determinante, como fue determinante su actuación en el llamdo «Concilio de Jerusalén» (Hechos 15), como lo recuerda el elogio de la celebración: «Al suscitarse la controversia sobre la circuncisión, se apartó del criterio de Pedro, a fin de que no se impusiese a los discípulos venidos de la gentilidad aquel antiguo yugo.» este Santiago obispo de Jerusalén murió mártir, y, a creer al relato de Josefo (pero el hecho está atestiguado en distintas tradiciones), apedreado hacia el año 62, aunque otros dicen que arrojado desde lo alto del templo.

Bibliografía: La fuente principal de este artículo es el Butler-Guinea (pág 256ss), del que he tomado referencias, ideas, y algún fragmento de párrafo literal, sin embargo lo he desarrollado a mi manera, e incorporando datos de «Comentario Bíblico San Jerónimo», en especial del Tomo V, la cuestión de Los Doce (y los Santiagos), págs 752 y ss. Las citas de Eusebio están tomadas directamente, pero ya he hecho las referencias en el propio texto. Puede leerse con mucho provecho la elaboración histórica sobre los apóstoles en el cap. 27 (III vol.) de «Un judío marginal», de Meier, ed. Verbo Divino, 2003, también otras partes de la misma obra tratan el tema.

Cuadros: el de Felipe es de Durero, 1516, actualmente en Galería Degli Uffizi, en Florencia. El de Santiago el Menor es de Rubens, siglo XVII, y se encuentra en el Museo del Prado, Madrid. Puesto que lso orientales sí distinguen entre los dos Santiagos Apóstoles y Santiago el pariente (llamado por los ortodoxos «El Justo»), hay íconos específicos de ese Santiago, con los atributos propios del patriarcado, ya que fue el obispo de Jerusalén.

Oremos  Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad 

Entrevistas a las Hijas de la Caridad, Conferencia del 1ero de mayo de 1648. (Trad. ©Evangelizo.org).

«Como Jesús formó a sus apóstoles»

Mis hermanas, ustedes saben que las conferencias le sirvieron a Nuestro Señor para el establecimiento de su Iglesia. Desde el día en que reunió a sus apóstoles, se las impartió; después, cuando su Compañía fue más grande y tuvo apóstoles y discípulos, a veces tuvo también con ellos asambleas. Y fue en una conferencia como esa que Felipe, cuya fiesta celebramos este día, dijo a Nuestro Señor: « Señor, nos hablas de tu Padre, pero has que veamos al Padre»; y Nuestro Señor le respondió: «Quien me ve, ve al Padre; mi Padre y yo somos uno». 

Los apóstoles compartían sus dificultades en esas conferencias, y Nuestro Señor les respondía. Les hablaba del crecimiento de la Iglesia y de los medios que servían a Dios para hacerla florecer. De manera, mis queridas hermanas, que podemos decir, y es cierto, que el mismo Jesucristo instituyó las conferencias y las utilizó para el comienzo, el progreso y la perfección de su Iglesia. Después de su muerte y de su gloriosa ascensión, las instrucciones que se daban a los fieles se hacían por medio de los apóstoles y sacerdotes bajo la forma de conferencias. No había sermones; cuando los cristianos estaban reunidos, comenzaba la conferencia. 

Fiesta, 3 de mayo

La Santa Cruz

Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.

Fiesta

Hoy se celebra en Granada y en el mundo el día de la Cruz. Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.

Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso.

Eusebio de Cesarea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios.

Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:"Con este signo vencerás"

Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía:"Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena".

Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.

Hay, además, otros escritores célebres como san Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.

Los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor. Al cabo del tiempo, encontraron tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La respuesta se la dio una mujer que estaba muy enferma. Al tocarla, quedó curada.

Elena y el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en procesión por las calles de la ciudad.

A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano.

Ultimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando.

Por ejemplo es Granada es fiesta. De esta forma, mantiene viva la tradición.

Lea también este artículo: Fiesta de la Santa Cruz en México

¡Felicidades a quienes celebran hoy esta fiesta!

El que crea, tendrá vida eterna

Santo Evangelio según San Juan 3, 13-17. Fiesta de la Santa Cruz.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Concédeme, Señor, la gracia de conocerte cada día más.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio del día te invita a que respondas, ¿cuánto conoces a Jesús? ¿Crees en el Él?Y ¿cuánto conoces a las personas que son más cercanas a ti? Familiares, amigos, personas con quienes compartes un salón de clase o con quienes coincides en el ámbito laboral.

Mira en tu corazón y te darás cuenta que, aunque vivan bajo el mismo techo, no les conoces. Es una realidad el desconocimiento de Dios y de tu prójimo.

Tú que eres madre o padre, ¿conoces a tu hija(o)? Tú que eres hija(o), ¿conoces a tu mamá o papá? Algunos dirán «obvio que los conozco», te felicito si es así, si sabes sólo con verle su estado de ánimo, salud o intuyes lo que quiere decirte…

Si no, recuerda que el tener cosas materiales para darle a quien(es) viven bajo tu mismo techo no es sinónimo de conocerles, pues el consumismo es resultado de una carencia afectiva; basta que te preguntes y analices el tiempo que le dedicas a las personas que viven junto a ti y cuánto le dedicas a tus cosas materiales, cuánto disfrutas de una buena conversación en la mesa o cuán pendiente estás de los mensajes cuando estás comiendo en familia. ¿Cuántas veces has escuchado, sólo con ver a los ojos, lo que esa persona quiere decirte?

Dios nos entregó a su Hijo único, Jesús, para que creyendo en Él tuvieras la vida eterna. Él vino a salvarte pero ¿lo conoces realmente? «Tanto tiempo que estoy entre ustedes.¿y no me conoces?», una simple pregunta que si te atreves a contestar podrás recorrer un camino lleno de aventuras que ninguna tecnología o red social te hará vivir… Date la oportunidad de conocer a Cristo, a tu familia, amistades y a ti mismo.

Que a ejemplo de san José y la Virgen María aprendas a conocer a tu prójimo más próximo y a Cristo.

Este es el misterio de amor: la nobleza del amor de Jesucristo, la fidelidad del amor de Dios. No es sencillo entender la cruz, porque solo con la contemplación se avanza en este misterio de amor. Jesús, cuando quiere explicar este misterio de amor a Nicodemo, usa dos verbos: subir, bajar o bajar, subir. Este es el misterio de amor: Jesús bajado del cielo para llevarnos a todos nosotros a subir al cielo: este es el misterio de la cruz.

(Homilía de S.S. Francisco, 14 de septiembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy día de la Santa Cruz, rezaré, preferente con alguien más, un vía crucis.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu eino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El Hijo del hombre será elevado

Nuestra mirada a Cristo en la Cruz habrá de ser una mirada de fe, una mirada de confianza.

Juan 3, 14-21. Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.

Reflexión
El texto evangélico que acabamos de escuchar constituye el trozo final del diálogo que, en horas de la noche, mantuvo Jesús con Nicodemo. En el transcurso de esa conversación, Jesús le había enseñado la necesidad de nacer de nuevo, de nacer de lo alto, de renacer del agua y del Espíritu, para poder entrar en el Reino de Dios.

Y luego le siguió diciendo, ya en la parte que hemos escuchado hoy: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre para que todo el que cree en Él tenga vida eterna”. Probablemente Nicodemo no comprendió a fondo lo que Jesús acababa de revelarle, si bien algo habrá podido intuir. Respecto a él nosotros somos privilegiados, porque estamos en condiciones de captar mejor el significado de las palabras del Señor.

Alude Jesús a la serpiente de bronce que Moisés hizo erigir en el desierto. Sucedió cuando los judíos, cansados ya de tantas tribulaciones, comenzaron a murmurar contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en el desierto?”. Dios, indignado, envió contra el pueblo terribles serpientes, muriendo mucha gente de Israel. Entonces recurrieron a Moisés para que intercediese por ellos delante de Dios.

Conmovido por la súplica del caudillo, el Señor le mandó hacer una serpiente de bronce y colocarla sobre un poste. Y cuando alguien era mordido por una víbora le bastaba con mirar la imagen de bronce para evitar la muerte. Fue una manifestación del poder de Dios, capaz de librar de todo mal. Y ahora el Señor se aplica a sí mismo la imagen de la serpiente del Antiguo Testamento: también Él será elevado en el mástil de la cruz, de manera parecida a la serpiente de bronce y con efectos similares.

En ese sentido, la crucifixión de Cristo no tiene solamente un aspecto doloroso sino que es, a la vez, el comienzo de su glorificación. Según lo consigna el evangelista San Juan, autor del Evangelio de hoy, el mismo Señor dijo en otra ocasión: “Cuando hayáis elevado al Hijo del hombre, entonces, sabréis que yo soy”. Y también: “Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. La “elevación” de Cristo es, así, el comienzo de su victoria: desde la cruz, como un imán divino, ejercerá una influencia universal, todo lo atraerá hacia Sí.

Jesús será allí la nueva serpiente, no como aquella del Génesis que en el Paraíso terrenal sedujo a nuestros primeros padres, y siguió seduciendo al pueblo elegido a lo largo de su historia. Jesús se hizo a sí mismo serpiente para librarnos de la antigua serpiente por cuya envidia, la muerte se introdujo en el mundo. Se hizo muerte para librarnos de la muerte. Por eso su elevación sobre la cruz es ya el preludio de la victoria, es la esencia del Misterio Pascual: proceso de muerte y de glorificación. Del seno del sepulcro brota la vida, vida que de la tierra se eleva, asciende, hasta el cielo.

Durante la Cuaresma, queridos hermanos, nos encaminamos a la celebración, de este misterio, que encuentra su momento, más relevante en la Semana Santa. Levantemos los ojos hacia Cristo, elevado en la cruz, con la misma confianza con que los judíos del desierto miraron a serpiente de bronce. Y así no pereceremos. Miremos a Cristo y creamos firmemente en Él, porque como nos dice el Evangelio de hoy: “Tanto amó Dios al mundo que entregó su Hijo Único, para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna”.

Nuestra mirada a Cristo en la Cruz habrá de ser, entonces, una mirada de fe, una mirada de confianza. Porque sabemos que Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar a los hombres, sino para que se salven por Él. Por eso, acerquémonos nosotros a Cristo, nuestra luz, nuestra serpiente, como lo llama San Ambrosio, con toda confianza, con toda humildad, mirémosle en los ojos... y creamos.

Queridos hermanos, pronto llegará el momento de la consagración y de la elevación. Una vez más Cristo será “levantado en alto”, esta vez por el sacerdote, para atraer a todos hacia Sí. La misa es la renovación del sacrifico de la Cruz, de ese sacrifico que implicó la primera y cruel “elevación” de tres horas interminables, en la cima del monte Calvario.

Luego nos acercaremos a recibir el Cuerpo del Señor inmolado. Su luz va penetrar en nosotros: Que ilumine todas las regiones oscuras de nuestra alma. Y que la contemplación de sus misterios pascuales sea para nosotros fuente de vida y de salvación.

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Catequesis del Bautismo

Papa Francisco: Para decir “sí” a Dios hay que decir “no” a Satanás

El Papa Francisco continuó reflexionando sobre el Bautismo en la catequesis de este miércoles 2 de mayo, durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, en la que se centró en el significado del agua bautismal y su simbolismo arraigado en la más antigua tradición bíblica.

Recordó que “el poder de perdonar los pecados no se encuentra en el agua por sí misma”. Por ello, “la Iglesia invoca la acción del Espíritu sobre el agua, ‘para que aquellos que en ella reciban el Bautismo, sean sepultados con Cristo en la muerte y con Él resuciten a la vida eterna’”, como señala el Rito del Bautismo.

En su enseñanza, destacó el carácter sanador y renovador del agua bautismal que supone decir ‘no’ a diablo y ‘sí’ a Dios: “En la medida en que digo ‘no’ a las tentaciones del diablo, estoy preparado para decir ‘sí’ a Dios que me llama a conformarme a Él en mis pensamientos y obras”.

Francisco continuó: “No es posible adherirse a Cristo poniendo condiciones. Hay que librarse de ciertos vínculos para poder abrazarnos de verdad a los demás. Es necesario cortar puentes, dejándolos atrás, para emprender el nuevo Camino que es Cristo”.

El Papa recordó que la respuesta a las preguntas ‘¿Renuncias a Satanás, a todas sus obras, y a todas sus seducciones?’ se debe responder en primera persona singular: ‘Renuncio’. Y del mismo modo, la profesión de fe de la Iglesia: ‘Creo’.

“Es una elección responsable que exige ser traducida en gestos concretos de confianza en Dios. El acto de fe supone un compromiso que el mismo Bautismo ayudará a mantener con perseverancia en las diferentes situaciones y pruebas de la vida”.

Sobre el simbolismo del agua, explicó que “el agua es la matriz de la vida y del bienestar, mientras que su ausencia provoca la extinción de toda fecundidad, como sucede en el desierto”.

Sin embargo, “el agua puede ser también causa de muerte, cuando se sumerge en sus olas o en grandes cantidades abruma todo. Finalmente, el agua tiene la capacidad de lavar, de limpiar, de purificar”.

En este sentido, destacó la fuerte raigambre del agua en la tradición bíblica: “Por medio de este simbolismo natural, universalmente reconocido, la Biblia describe las intervenciones y las promesas de Dios por medio del signo del agua”.

“La oración de bendición dice que Dios preparó el agua como signo del Bautismo, y recuerda las principales prefiguraciones bíblicas: sobre las aguas de los orígenes el Espíritu flotaba para convertirla en semilla de vida; el agua del diluvio marcó el fin del pecado y el inicio de la nueva vida; por medio del agua del Mar Rojo los hijos de Abraham fueron liberados de la esclavitud de Egipto”.

En lo que respecta a Jesús, “se recuerda el Bautismo en el Jordán, la sangre y el agua vertidas desde su costado, y el mandato a sus discípulos de bautizar a todos los pueblos en el nombre de la Trinidad. Fortalecidos por este recuerdo, se le pide a Dios que infunda en el agua de la fuente la gracia de Cristo muerto y resucitado”.

Una vez santificada el agua de la Pila Bautismal, “es necesario disponer el corazón para acceder al Bautismo. Eso se produce con la renuncia a Satanás y la profesión de fe, los dos actos están conectados entre ellos, porque o estás con Dios o estás con el diablo, por eso la renuncia y la profesión de fe van juntas”.

El Papa Francisco finalizó la catequesis indicando que “cuando metamos la mano en el agua bendita y hagamos el signo de la Cruz, pensemos con alegría y agradecimiento en el Bautismo que hemos recibido y que renovamos con nuestro ‘Amén’, para vivir inmersos en el amor a la Santísima Trinidad”.

¿Cómo reconocer a un falso sacerdote?

La nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados

En varios países se ha multiplicado el número de falsos sacerdotes que se valen de la buena fe de los fieles para “ofrecer sus servicios” a cambio de dinero fácil.

Únicamente el sacramento del Orden Sacerdotal consagra al que lo recibe, configurándolo de modo particular con Jesucristo y capacitándolo para actuar en la misma persona de Cristo para el bien de todo el pueblo de Dios.

En la siguiente nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados.

¿Cómo reconocerlo?

Los falsos sacerdotes no tienen ni parroquia ni territorio designado porque no pertenecen a la Iglesia Católica, por lo tanto, no se encuentran en los registros de las diócesis.

Salen a “ofrecer sus servicios” (misas, sacramentos) y es común que regalen tarjetas de presentación para que puedan contactarlos.

Suelen actuar en lugares lejanos a la parroquia de la ciudad como en pequeñas comunidades donde no hay sacerdotes. Es necesario saber que los sacerdotes católicos tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficiar misas fuera de la parroquia o de en un templo público reconocido.

Crean lazos de amistad con los feligreses e imparten “sacramentos” sin tener en cuenta los impedimentos.

Cobran dinero al final de la "Misa" que celebran “solicitando una contribución económica”.

Piden donativos para alguna casa hogar, orfanato o asilo que no existe. En algunos casos hasta ofrecen sus servicios a los propios sacerdotes para ayudarlos en la fiesta parroquial o en Semana Santa.

Un gran porcentaje de ellos son personas que estudiaron en el seminario, pero por diversas razones fueron expulsados, otros sirvieron en alguna parroquia como sacristanes o simplemente encontraron una forma de estafar a los fieles y hasta los mismos presbíteros porque conocen las celebraciones litúrgicas.

Medidas preventivas

  1. Acudir a nuestra parroquia para que nos orienten sobre los requisitos necesarios para la celebración de los sacramentos.
  2. En caso de la pérdida de un familiar, acudir a la parroquia más cercana al velatorio o a nuestra propia parroquia para solicitar los servicios correspondientes.
  3. Nunca aceptar a los sacerdotes que se dan a conocer con tarjetas de presentación o que ofrecen “servicios a domicilio”.
  4. Exigir al sacerdote la credencial expedida por la diócesis correspondiente.
  5. Si no es posible encontrar un sacerdote, es obligación de los fieles abstenerse de las celebraciones de los impostores pues no tienen ninguna validez.
  6. Se debe denunciar al falso sacerdote inmediatamente a las autoridades eclesiásticas.
  7. Advertir a los demás fieles a tener cuidado del impostor.

Rezar el rosario por la paz en Siria y en el mundo durante el mes de mayo

El Papa Francisco invita a los católicos a rezar el rosario durante el mes de mayo pidiendo por la paz

El Papa Francisco invita a los católicos a rezar el rosario durante el mes de mayo por la paz en Siria y en todo el mundo.

Después de la oración mariana del Regina Caeli, este domingo, 29 de de abril de, 2018, en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron cerca de 30 000 visitantes, el Papa mencionó su peregrinación el próximo martes, al Santuario de la Virgen del Amor Divino a las puertas de Roma: “Queridos hermanos y hermanas, pasado mañana, 1º de mayo, por la tarde, comenzará el mes mariano con una peregrinación al Santuario de la Madonna del Divino Amore. Rezaremos el Rosario, orando en particular por la paz en Siria y en todo el mundo. Los invito a unirse espiritualmente y extender la oración del Rosario por la Paz durante todo el mes de mayo”.

Luego, el Papa habló sobre la paz en Corea y Nigeria y luego escribió el Papa en un tweet @Pontifex_es: “¿Realmente queremos la paz? Así que desterremos las armas para no tener que vivir con miedo a la guerra”.

El Papa Francisco visitará el Santuario Mariano de Divino Amore en Roma el 1 de mayo a las 5 pm para la oración del rosario con motivo de la apertura del mes de María.

El santuario romano de “Divino Amore” – el “Amor Divino” – a unos quince kilómetros al sur de Roma, en Castel di Leva, es muy querido por los romanos: es el objetivo de una peregrinación tradicional con antorchas a pie en la noche del sábado, por la Via Ardeatina.

Esta será la segunda peregrinación del Papa Francisco a este santuario, después del 18 de mayo de 2014.

El Papa Francisco toma sus pasos en los de sus predecesores, incluido el Papa Benedicto XVI, quien visitó el “Divino Amore” el 1 de mayo de 2006, también para rezar el rosario y confiar a María “las necesidades de la Iglesia y de todo el mundo, especialmente marcado por muchas sombras”, dijo en la vigilia de la oración de Regina Caeli.

El origen del santuario es la intervención de la Virgen María a favor de un joven viajero perseguido por perros callejeros, en 1840.

Aterrorizado, levantó la mirada hacia la torre de un viejo castillo en ruinas, que tenía una pintura del siglo XIV, que representa a la Virgen y el Niño,en una columna rematada con una paloma, símbolo del Espíritu Santo, el “Amor Divino”. Gritó: “¡Madonna mia, Grazia!” ¡Oh Santa Virgen, piedad!”.  Los perros se alejaron en el campo, repentinamente apaciguados, “como si obedecieran una orden misteriosa”.

La historia se asemeja a la aparición de la Virgen María en Beauraing (Bélgica): los dos perros de los religiosos cuyo jardín albergaba el espino, donde apareció la Virgen, se desatadon contra los muchos peregrinos, pero se acostaron y se callaron inmediatamente durante el tiempo de la aparición, para comenzar de nuevo a hacer su trabajo, para guardar el recinto del convento.

El nombre del viajero del Divino Amore no se conservó, pero como contó su desventura a todos los que se encontró y por donde iba, Castel di Leva se hizo famoso, como las crónicas de la época informan: “Ya no podíamos distinguir el día de la noche, y los peregrinos acudían cada vez más piadosos y numerosos, recibiendo muchas gracias “.

Una iglesia fue construida en 1745 para albergar la imagen de la Virgen. La “sala de los exvotos”, cubierta con miles de exvotos de todo tipo, muestra cómo, a lo largo de los siglos, los romanos continuaron recurriendo a la intercesión de la Virgen del Divino Amore y han sido escuchados. También hay, por ejemplo, bicicletas de ciclistas que se beneficiaron de la protección de Maria, probablemente durante el Giro de Italia: una de ellas fue ofrecida por Eddie Merckx.

Siguiendo el deseo del Papa Pío XII y de los romanos por la salvación de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, el 4 de junio de 1944, el santuario se amplió y se surtido de obras de caridad.

El nuevo santuario, inaugurado por Juan Pablo II el 4 de julio de 1999, tiene hoy una “Casa del Peregrino”, un seminario, una residencia de asesoramiento psicológico para personas consagradas, un hogar para ancianos, un centro deportivo para los jóvenes, y una casa de oración “San Lucas”. Un hogar para discapacitados está actualmente en camino.

“Haz, oh Madre nuestra, que nadie venga nunca a este Santuario sin recibir en el corazón la consoladora certeza del Amor Divino”, rezó Juan Pablo II en la inauguración, llamándolo “el nuevo santuario de Roma”. .

El Divino Amore fue visitado por Juan Pablo II en tres ocasiones, el 1 de mayo de 1979, el 7 de junio de 1987 y el 4 de julio de 1999.

TAMBIÉN REVELARÁ LAS DE OTROS CUATRO BEATOS
El Papa anunciará el 19 de mayo la fecha de la canonización de Pablo VI y Romero

Celebrará la fiesta de Pentecostés el 20 de mayo en San Pedro

Redacción, 03 de mayo de 2018 a las 12:20

El Papa Pablo VI abraza al arzobispo Romero

La misma Oficina también ha informado que el Santo Padre celebrará la Santa Misa de Pentecostés el 20 de mayo de 2018 en la basílica vaticana

La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha informado mediante un comunicado que el sábado 19 de mayo de 2018, en el Salón del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francisco presidirá la celebración del Consistorio Público Ordinario para la Canonización de los Beatos:

Pablo VI (Giovanni Battista Montini), Sumo Pontífice;

Oscar Arnulfo Romero Galdámez, Arzobispo de San Salvador, Mártir;

Francesco Spinelli, sacerdote diocesano, fundador del Instituto de las Adoratrices del Santísimo Sacramento;

Vincenzo Romano, sacerdote diocesano;

Maria Caterina Kasper, Virgen, Fundadora del Instituto de Pobres Siervas de Jesucristo;

- Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús (nacida: Nazaria Ignazia March Mesa), Virgen, Fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

Por otro lado, la misma Oficina también ha informado que el Santo Padre celebrará la Santa Misa de Pentecostés el 20 de mayo de 2018 en la basílica vaticana.

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