El hijo del hombre vino para dar su vida

Evangelio según San Marcos 10,32-45. 

Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 

"Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará". 

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". 

El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". 

Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". 

Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". 

"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. 

En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados". 

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. 

Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. 

Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. 

Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 

Santa Juana de Arco, virgen

En Rouen, en la región de Normandía, en Francia, santa Juana de Arco, virgen, conocida como la doncella de Orleans, que después de luchar firmemente por su patria, al final fue entregada al poder de los enemigos, quienes la condenaron en un juicio injusto a ser quemada en la hoguera.

Hija de campesinos, Juana de Arco nació en 1412 en Donremy, Francia. Jamás aprendió a leer y escribir pero su madre que era muy piadosa le infundió una gran confianza en el Padre Celestial y una tierna devoción hacia la Virgen María.

A causa de los estragos de la invasión de los ingleses, Francia atravesaba una difícil situación. Por revelación divina, la santa supo cuál que su misión era salvar a su patria y al rey de las manos de Inglaterra. Sin embargo, sus familiares, amigos y oficiales de la corte francesa desoyeron su petición de sostener un encuentro con el rey.

Al fin, luego de muchos intentos, Juana de Arco conversó con el monarca, quien se quedó impresionado de la sabiduría y revelaciones de la santa.    Los ingleses habían invadido y dominado casi toda Francia; sólo faltaba una ciudad importante: Orleans, y por petición de Santa Juana, el rey Carlos y sus militares le concedieron el mando sobre las tropas, nombrándola capitana. Juana manda a confeccionar una bandera blanca con los nombres de Jesús y de María y al frente de diez mil hombres se dirige hacia Orleans, donde logra un triunfo glorioso.

Luego, se dirige a otras ciudades donde logra la victoria y la libertad del dominio inglés.    Sin embargo, a causa de envidias y ambiciones entre los miembros de la corte del Rey Carlos VII, éste retira a Juana de sus tropas, cayendo herida y hecha prisionera por los borgoñones en la batalla de París.   La santa fue abandonada por los franceses; pero los ingleses estaban supremamente interesados en tenerla en la cárcel, pagando más de mil monedas de oro a los de Borgoña para que se la entregaran, siendo sentenciada a cadena perpetua.

En la prisión, la santa sufrió las más terribles humillaciones e insultos, pero se mantenía adherida a la cruz del Señor y a la protección de la Madre del Cielo y de San Miguel Arcángel.    Los enemigos de Juana la acusaron de utilizar brujería y conjuros para obtener sus conocidas victorias en Francia. Juana de Arco siempre negó todas las acusaciones y pidió que el Pontífice fuese el que la juzgase.

Todos desoyeron su petición, y la santa fue condenada a padecer en la hoguera. Murió rezando y su mayor consuelo era mirar el crucifijo que un religioso le presentaba y encomendarse a Nuestro Señor. Era el 29 de mayo del año 1431.

Tenía apenas 19 años.   

Fue declarada Santa, por el Papa Benedicto XV, en el siglo XX y no en 1454. 

En 1454, el proceso de nulidad, ordenado por el Papa Calixto III, encontró que Juana fue condenada a muerte injustamente y que sus revelaciones eran verdaderas, así como se recogió el milagro de que su corazón, después de que ella fue reducida a cenizas, quedó sin quemar y lleno de sangre.

Esto último, lo testificó Gean Masieu, quien la acompañó los últimos metros hasta la hoguera. Estoy interesada en encontrar libros que hablen de los milagros por los que se dieron la beatificación de Santa Juana de Arco, por el Papa San Pío X, y su canonización por el Papa Benedicto XV, ya que este es un caso curioso, en tanto que Juana es considerada mártir y en tal caso, no se suele pedir el milagro de los otros procesos.

Oremos

Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes a los que diste a Santa Juana de Arco, para que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra fe y con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia Novena de Navidad, discurso 6º

El hijo del hombre vino para dar su vida

El Señor eterno se ha dignado presentarse ante nosotros, primero como un pequeño niño en un establo, después como un simple obrero en un taller, más tarde como un criminal muriendo en la cruz, y finalmente como pan en una ofrenda. Aspectos numerosos, aspectos intencionales de Jesús, aspectos que no tienen más que un efecto: el de mostrar el amor que tiene por nosotros.

Oh, Señor, ¿puedes inventar alguna cosa más para que te amemos? “Aquel día diréis: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso” (Isaías 12,4). Almas redimidas, dad a conocer por todas partes las obras de amor de este Dios lleno de amor. Él las concibió y realizó para que todos los hombres se amaran, Él que, tras haberlos colmado de sus favores, se donó a sí mismo, ¡y de tantas maneras!

“Enfermo o herido, ¿deseas curarte? Jesús es la medicina”: Él te sana con su sangre. ¿La fiebre te quema? Él es la fuente refrescante. ¿Te atormentan las pasiones y problemas de este mundo? Él es la fuente de los consuelos espirituales y del verdadero bienestar. “¿Temes a la muerte? Él es la vida. ¿Aspiras a llegar al cielo? Él es el camino (Juan, 14,6)”: palabra de San Ambrosio. Jesucristo no solo se dio a todos los hombres en general; él se da también a cada uno en particular. Por eso San Pablo dijo: “Él me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2,20). Y San Juan Crisóstomo afirma que “Dios nos ama tanto a cada uno de nosotros como a toda la humanidad”. Así, mi querido hermano, si hubieras estado solo en el mundo, el divino Redentor habría venido, habría dado su sangre y su vida solo por ti.    

La felicidad está en el servicio

Santo Evangelio según San Marcos 10, 32-45. Miércoles VIII de Tiempo Ordinario.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, aumenta en mí el deseo de ser santo dándome a Ti en el servicio a los demás. Renueva en mí cada día mi amor por Ti, y si mi amor se ha desviado condúcelo de nuevo a Ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hoy en día se cree que los más grandes son aquellos que tiene a los demás bajo su poder, bajo su dominio. En verdad es todo lo contrario, es el que sirve a los demás el que es más grande. El verdadero amor implica donación, implica darse por completo al amado. Si amamos a Dios, amamos a los que nos rodean. Al servir a los demás, servimos a Dios. Que nuestra vida sea un constante servicio, una constante donación al prójimo.

El servir implica salir de uno mismo, que a todos nos cuesta, pues es hacer algo que en sí no queremos. Lo más natural es dejar que los demás hagan y sirvan. Pero en la entrega es en donde encontramos la verdadera felicidad.

Rabindranath Tagore, un poeta filósofo, dijo: "Soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era alegría.". Él pudo entender que en el servicio se encuentra la felicidad, en el darse a uno mismo a los demás. Nosotros, como católicos, estamos llamados a encontrar esa felicidad en el servicio a nuestro prójimo. Si la felicidad está en el servicio, para ser feliz tengo que servir a los demás con amor, nunca servir por servir.

Jesús camina con decisión hacia Jerusalén. Sabe bien lo que allí le aguarda y ha hablado ya de ello muchas veces a sus discípulos. Pero entre el corazón de Jesús y el corazón de los discípulos hay una distancia, que sólo el Espíritu Santo podrá colmar. Jesús lo sabe; por esto tiene paciencia con ellos, habla con sinceridad y sobre todo les precede, camina delante de ellos. A lo largo del camino, los discípulos están distraídos por intereses que no son coherentes con la "dirección" de Jesús, con su voluntad, que es una con la voluntad del Padre. Así como -hemos escuchado- los dos hermanos Santiago y Juan piensan en lo hermoso que sería sentarse uno a la derecha y el otro a la izquierda del rey de Israel. No miran la realidad. Creen que ven pero no ven, que saben pero no saben, que entienden mejor que los otros pero no entienden. […]

A través de la intercesión de la Virgen María, invocamos con fe el Espíritu Santo, para que reduzca toda distancia entre nuestro corazón y el corazón de Cristo, y toda nuestra vida sea un servicio a Dios y a los hermanos.

(Homilía de S.S. Francisco, 28 de junio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré un tiempo para estar con Jesús Eucaristía y haré un acto de servicio a mi prójimo por amor a Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino! Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Mi felicidad está en ti

Contra viento y marea, pero contento, me siento dichoso por haber entregado mi vida totalmente a tu reino.

Hola Jesús

Esta mañana vengo presuroso a alabarte. Me he levantado, como todos los días, feliz y alegre, pero en cada jornada quiero encontrar un sentido nuevo a mi vida joven. Ya sabes que todo lo que sea monotonía me espanta y me aburre hasta consumirme los huesos y las entrañas.

Me siento feliz en tu servicio, dichoso y entusiasmante. Nunca había disfrutado tanto en mi vida como cuando percibí adentro, muy adentro que mi felicidad está en ti “mi Dios. Los que buscan a otros dioses no hacen más que aumentar sus penas; jamás pronunciarán mis labios su nombre”.

Le cuento a todo el mundo juvenil, que me encuentro realizado plenamente en tu servicio. Eres el Dios que me da la suprema alegría y el afán de entregarme cada día a vivir tu Evangelio.

Mis amigos, por el contrario, me cuentan que soy “tonto” en privarme de los placeres de la vida : el dinero, el sexo, la fama , el éxito, el poder, la ganancia económica... Yo les digo que miran solamente de tejas para abajo. Si alzaran la vista más arriba, se darían cuenta de que la felicidad depende profundamente de ti, Señor amigo.

Contra viento y marea, pero contento, me siento dichoso por haber entregado mi vida totalmente a tu reino. Esto no lo entienden. La fe es la clave única para adentrarse contigo en tu Evangelio.

Cuando me preguntan cosas acerca de la posibilidad de vivir sin chica, les contesto que “mi felicidad está en ti”. Sé que no lo entienden. Hace falta un poco de riesgo para asumir esta responsabilidad de entregarse a ti de por vida. Tú, Señor, eres muy exigente. Y, en el fondo, me alegro de que seas así.

Si no fueras duro y exigente con quienes te siguen de cerca en su vocación de consagrados, no estaría aquí hoy contigo. Aunque siento los placeres y la atracción por las cosas de la tierra- cosa totalmente normal -, sin embargo, tú me has llamado a la entrega total. Piensan algunos que el celibato nos aprisiona en nuestra libertad y que es absurdo y antihumano estar sin chica durante todo el tiempo. Les recuerdo tus palabras del Evangelio: “Quien tenga oídos para entender que entienda”. Es verdad. Miradas las cosas fuera de tu prisma evangélico, todo resulta sin sentido y hasta aberrante para la gente que no enfoca toda su existencia bajo la luz de tus coordenadas.

Mi Dios eres solamente tú. Ellos, entre unas cosas y otras, se apegan a dioses “falsos”, cuyo lastre les va conduciendo a la pérdida de identidad personal. Respeto a quienes, habiendo hecho una opción libre por el matrimonio, lo viven a pleno pulmón y con la gracia de compartir toda su vida con otra persona.

Esto me parece que es muy difícil cuando el egoísmo de uno o de otra sigue flotando en la relación entre ambos. Hay quienes fracasan en esta relación porque se entregaron atraídos simplemente por la fascinación física. Les compadezco, y me duele en mi corazón, de que no hayan encontrado la plenitud de su felicidad compartiendo todas las cosas del matrimonio: ideas, proyectos, ilusiones, quehaceres, hijos...

Mis palabras, en esta carta, Señor, no tienen sabor a jactancia, a orgullo tonto y estúpido.

Son simplemente petición de ayuda para que siga adelante en el trabajo de tu reino. No quiero ser como el joven del Evangelio: ”Le invitaste a seguirte de cerca, pero él tenía sus preocupaciones y te dejó plantado”.

Ya sabes que no miro lo que he dejado atrás sino lo que he encontrado contigo, a tu vera, codo a codo. "Eres mi dicha y el lote de mi heredad y mi suerte”. Soy un afortunado porque, entre desgracias y atendiendo a la gente que me rodea, siento mi deleite en tus cosas y en tus mandatos que me alegran enteramente.

Ya ves que disfruto de todo cuanto tengo a mi derredor con la mayor naturalidad. No problematizo nada. Todo me viene de ti. Vivo la grata experiencia de tu fe. La gente, incluso la creyente, está avitaminada porque le falta la íntima experiencia de tu persona. Y, Jesús amigo, en faltando esta experiencia, todo se hace duro y pesado. Tu carga es ligera para quien te sigue y ha comprendido que solamente quien muere a su egoísmo, se levanta cada día "como el sol alumbrando toda la faz de la tierra”.

Gracias, Señor, por haberme enseñado de cerca el sendero de la vida y de que pueda “saciarme de gozo en tu presencia”.

¿Qué significa ponerse de rodillas cuando se reza?

Rezar significa sentir el sentido del mundo fuera del mundo, hacerlo de rodillas es declarar nuestro límite.

Rezar de rodillas no es un símbolo de esclavitud ni indigencia sino una manera de reconocer los propios límites y la necesidad de Dios

El hombre por naturaleza es religioso

Así es, es homo religiosus, como es homo sapiens y homo faber. El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre.

Los hombres de todas las épocas, desde la era digital hasta las cavernas, han buscado a Dios en la oración para dar sentido a sus vidas.

El hombre lleva en sí una sed de infinito, una nostalgia de eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de amor, una necesidad de luz, que lo empuja hacia lo Absoluto; el hombre lleva en sí mismo el deseo de Dios.

¿Cómo definimos la oración?

La oración, antes que una práctica o fórmula, es una postura interior, antes un acto de culto o unas palabras, es un modo de ser ante Dios... Rezar significa sentir el sentido del mundo fuera del mundo.

"La dinámica de orar de rodillas significa postrarse declarando nuestro límite y manifestando la necesidad de Dios."

En la experiencia de la oración, la criatura humana expresa toda su conciencia de sí mismo y a la vez dirige toda su persona hacia el Ser delante el cual se está.

La oración, que es apertura y elevación del corazón de Dios, se convierte en relación personal con el Señor

RECUERDA A POLONIA EN SU FIESTA NACIONAL: "BESAD TAMBIÉN EN MI NOMBRE LA QUERIDA TIERRA POLACA"
El Papa, en la audiencia: "Las dos Coreas juntas, un mensaje de paz para toda la Humanidad"
"Según la tradición apostólica, el Espíritu se comunica a través de la imposición de las manos", explica

José Manuel Vidal, 30 de mayo de 2018 a las 09:22

Pancarta por la paz entre las dos Coreas, en Roma

La confirmación es una señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo

(José M. Vidal).-El Papa Francisco aprovechó una exhibición atlética de coreanos, para alabar la eventual unión de "las dos Coreas juntas, un mensaje de paz para toda la Humanidad". También tuvo un recuerdo especial para Polonia, que celebra su fiesta nacional: "Besad también en mi nombre la querida tierra polaca"

Pasan los años y Francisco sigue manteniendo su extraordinario 'gancho' con la gente que, todos los miércoles, le aclama, le pide bendicions y oraciones y le muestra todo su cariño al Papa de los pobres. "México te ama", dice una señora entre la multitud, mientras un grupo de argentinos grita: "Te queremos, Francisco" y "te esperamos en Argentina, por favor". El Papa sonríe, saluda, bendice y besa a niños, enfermos y ancianos. Con su habitual medicina de la ternura.

Lectura de la carta de Pablo a los Gálatas: "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley"

Algunas frases de la catequesis del Papa

"Siguiendo el argumento de la confirmación, deseo subrayar la íntima conexión de este secramento con toda la inciiación cristiana"

"Uno sólo es el Espíritu, pero, al venir a nosotros, trae sus dones"

"Es el autor de la diversidad y, al mismo tiempo, de la unidad"

"Crea armonía entre todas estas riquezas espirituales que tenemos los cristianos"

"La imposición de las manos es un gesto bíblico"

"Recibiendo en la frente el signo de la cruz con el crisma perfumado, el confirmado recibe, pues, una impronta espiritual indeleble, el 'carácter', que lo configura más perfectamente a Cristo y le concede la gracia de expandir entre los hombres su buen perfume".

Tras el saludo en inglés, un grupo de gimnastas coreanos realizó una exhibición ante el Papa, mientras sonaba el 'Ave María'. Al finalizar desplegaron una pancarta que rezaba así: "La paz es más preciosa que el triunfo". El Papa les dijo: "Gracias a los atletas coreanos por vuestra exhibición. Ha sido un mensaje de paz para toda la humanidad: Las dos Coreas juntas. Gracias"

Texto íntegro del saludo del Papa en español

Queridos hermanos:

El rito de la confirmación tiene varios gestos litúrgicos que expresan la profundidad de este sacramento de la iniciación cristiana. Antes de recibir la unción que confirma y refuerza la gracia del bautismo, los candidatos son llamados a renovar las promesas bautismales y hacer profesión de fe. Después de un silencio orante, el Obispo extiende las manos sobre los confirmados e invoca la efusión del Espíritu sobre ellos. El Espírito enriquece con sus dones a los miembros de la Iglesia, construyendo así la unidad en la diversidad.

Según la tradición apostólica, el Espíritu se comunica a través de la imposición de las manos. A este gesto, se une la unción del aceite perfumado o crisma, que indica cómo el Espíritu entra hasta lo más profundo de nosotros, embelleciéndonos con tantos carismas. De este modo, el sacramento se confiere con la unción del santo crisma en la frente y pronunciando estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». Es una señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo.

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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Los animo a acoger y custodiar con gratitud y docilidad este hermoso regalo que nos da Dios, que es su Espíritu, de modo que el fuego de su amor plasme en nosotros la imagen de Jesús para poder ser discípulos misioneros en el mundo de hoy. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

Saludo del Papa en polaco

"Besad también en mi nombre la querida tierra polaca"

Saludo del Papa en italiano "Mañana concluye el mes mariano: Que la madre de Dios sea vuestro refugio y la guía de vuestras familias" 

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