Al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo
- 28 Julio 2018
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DECAPITADO POR NO RENUNCIAR A SU FE EN EL 305
...y la sangre de San Pantaleón volvió a licuarse
Una ampolla con su sangre se encuentra en el Real Monasterio de la Encarnación
Jesús Bastante, 26 de julio de 2018 a las 17:25
El milagro que se repite de San Pantaleón
Unos dos meses antes el contenido de una y otra ampolla va cambiando de color, de más opaco se va haciendo más transparente y rojizo; al principio disminuye el volumen, como se si contrajera, y después va a pasar al estado líquido
Este viernes, 27 de julio se celebra la festividad litúrgica de san Pantaleón,médico que murió mártir en el año 305. Desde este jueves a las 17 horas, las puertas del real monasterio de la Encarnación de Madrid estarán abiertas para quienes acudan a venerar la reliquia del mártir
Hace 1.709 años, un prestigioso médico de Asia Menor llamado Pantaleón fue decapitado por no renunciar a su fe en Jesucristo. La veneración de la Iglesia por sus mártires ha permitido conservar hasta hoy varias reliquias de él. Entre ellas, está una ampolla con su sangre, que cada año se licúa el 27 de julio, día de su fiesta. Esta muestra de la sangre de san Pantaleón se encuentra en el Real Monasterio de la Encarnación, de Madrid, que desde este jueves abre sus puertas para que los fieles la veneren, como llevan haciendo cuatro siglos.
San Pantaleón se había convertido por el testimonio del presbítero Hermolao. Después de distribuir sus bienes entre sus empleados y los pobres, se dedicó a practicar la medicina gratuitamente. Otros médicos, por envidia, le denunciaron al emperador Maximiano, que lo mandó torturar y luego decapitar, junto a Hermolao y otros dos compañeros de este, en el año 305. Los cristianos recogieron su sangre, una parte de la cual llegó en el siglo XVII al Monasterio de la Encarnación.
Sobre el milagro de la licuefacción de la sangre, «hay constancia fehaciente de que todos los años sucede el mismo fenómeno», asegura el capellán del monasterio, Joaquín Martín Abad. «Ya entre 1724 y 1730 hubo observaciones y declaraciones de trece testigos (doctores en Medicina y Teología) que declararon y firmaron ante un juez "que dicha reliquia es la misma que han admirado y visto líquida y suelta el día del glorioso mártir, veinte y siete de julio; y pasada su festividad también la han visto, dura y condensada, como está al presente", y "unánimes y conformes confesaron todos que era claro prodigio y maravilla del Altísimo la liquidación y condensación de la sangre del glorioso mártir"».
Y en las dos ampollas, la de Madrid y que se conserva en Ravello, en el Salerno italiano, sucede lo mismo y en los mismos tiempos. «Unos dos meses antes el contenido de una y otra ampolla va cambiando de color, de más opaco se va haciendo más transparente y rojizo; al principio disminuye el volumen, como se si contrajera, y después aumenta el volumen cuando paulatinamente va a pasar al estado líquido», asegura Martín Abad. «El día 27 es cuando mayor grado de liquidez muestra; después de la fiesta, otra vez, también poco a poco y progresivamente pasa al estado sólido: disminuyendo de volumen, perdiendo la transparencia y volviendo recobrar el color más oscuro en el que permanece el resto del año». Es un fenómeno, asevera, «que no tiene nada que ver con calor o frío, porque nadie manipula la ampolla».
Horarios de apertura
Con este motivo, un año más, la iglesia del Monasterio de la Encarnación (plaza de la Encarnación, 1) abrirá sus puertas este jueves 26 de julio a los numerosos fieles que acuden a venerar las reliquias del mártir. Desde las 17:00 horas quedará expuesta a la devoción popular la ampolla con la sangre del santo. En esta jornada, se celebrará la Eucaristía a las 19:00 y a las 20:30 horas. Y, como viene siendo tradicional, cada media hora se dará a besar a los fieles la reliquia de un hueso del santo que se guarda también en el relicario del monasterio.
Al día siguiente, viernes 27, el templo abrirá sus puertas desde las 8:00 hasta las 14:00 horas y desde las 17:00 hasta las 22:00 horas. Y se celebrarán Eucaristías a las 8:00, a las 10:00, a las 12:00, a las 19:00 y a las 20:30 horas.
Durante los dos días habrá confesores para atender a los fieles que deseen reconciliarse en el sacramento de la Penitencia.
Celebrado El 28 De Julio De
San Pedro Poveda Castroverde, presbítero y mártir
En Madrid, en España, san Pedro Poveda Castroverde, presbítero y mártir, que, preocupado por la difusión evangelizadora de los cristianos en el mundo, principalmente en los campos de la educación y la cultura, fundó la Institución Teresiana, y al comienzo de la persecución contra la Iglesia en tiempo de guerra, fue asesinado por quienes odiaban la religión, ofreciendo a Dios un claro testimonio de su fe.
Pedro Poveda Castroverde nació en Linares (Jaén) el 3 de diciembre de 1874. Ya de niño sintió atracción por el sacerdocio. Ingresó en el seminario de Jaén y concluyó los estudios en el de Guadix, diócesis en la que recibió el presbiterado en 1897. Comenzó su ministerio en el Seminario y en la atención pastoral a los que vivían en las cuevas que rodeaban la población, creando una escuela para ellos. Nombrado canónigo de Covadonga se ocupó de la formación cristiana de los peregrinos y comenzó a escribir libros sobre educación y la relación entre la fe y la ciencia.
A partir de 1911, con unas jóvenes colaboradoras, comenzó la fundación de Academias y Centros pedagógicos que darían inicio a la Institución Teresiana. Se trasladó a Jaén para consolidar la misma Institución que recibiría allí la aprobación diocesana y después, estando él ya en Madrid como capellán real, la aprobación pontificia. Sacerdote prudente y audaz, pacífico y abierto al diálogo, entregó su vida por causa de la fe en la madrugada del 28 de julio de 1936, identificándose, «Soy sacerdote de Cristo», ante quienes le conducirían al martirio.
Fue beatificado el 10 de octubre de 1993, y canonizado el 4 de mayo de 2003, en España. En homilía de la misa de canonización decía SS. Juan Pablo II: San Pedro Poveda, captando la importancia de la función social de la educación, realizó una importante tarea humanitaria y educativa entre los marginados y carentes de recursos. Fue maestro de oración, pedagogo de la vida cristiana y de las relaciones entre la fe y la ciencia, convencido de que los cristianos debían aportar valores y compromisos sustanciales para la construcción de un mundo más justo y solidario. Culminó su existencia con la corona del martirio.
San Juan María Vianney (1786-1859)
presbítero, cura de Ars
Espíritu del Cura de Ars en sus Catecismos, en sus homilías, en sus Conversaciones
Evangelio según San Mateo 13,24-30.
Jesús propuso a la gente otra parábola:
"El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.
Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'.
El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".
Vemos, en el Evangelio, este día mis hermanos, que el maestro del campo habiendo sembrado su grano en tierra fértil, el enemigo vino mientras dormía y sembró la cizaña. Esto quiere decir que Dios había creado el Hombre bueno y perfecto, pero que el enemigo vino y sembró el pecado. He allí la caída de Adán, terrible caída que dio la entrada al pecado en el corazón del Hombre. ¿Hay que arrancar la cizaña? Dirán ustedes. «No, responde el Señor, no sea que, al recoger la cizaña, arranquen a la vez el buen grano. Esperen hasta la ciega». El corazón del Hombre debe permanecer así, hasta el final, una mezcla de bien y de mal, de vicio y de virtud, de luz y de tinieblas, de buen grano y de cizaña. Dios no quiso destruir esta mezcla, rehaciendo nuestra naturaleza adónde solamente habría buen grano. Él quiere que combatamos, que trabajemos en impedir que la cizaña invada todo. El demonio viene a sembrar las tentaciones en nuestros pasos; pero con la gracia podemos vencerlo, podemos sofocar la cizaña. Tres cosas son absolutamente necesarias contra la tentación: la oración para iluminarnos, los sacramentos para fortificarnos, y la vigilancia para preservarnos. ¡Felices las almas que son tentadas! Es cuando el demonio prevé que un alma tiende a la unión con Dios que aumenta su rabia.
Santo Evangelio según San Mateo 13, 24-30
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Sólo quiero ser fiel a lo que me pidas. Tal vez tenga dificultades, dudas o pruebas que me pongan a pensar en una vida sin un Dios por detrás. Pero tengo la certeza de querer hacer tu voluntad. Ayúdame a quererlo con todas mis fuerzas, con toda mi alma y con todo mi corazón para que así pueda vivir una vida sobrenatural.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Dios nos dio la vida para que creciésemos como la semilla que tiende hacia el bien. Somos sus hijos adoptivos porque Él así lo ha querido. Desde el día en que hemos sido bautizados en su nombre obtuvimos la gracia de ser semillas buenas por naturaleza al reconocer a Dios como Padre.
Ahora bien, así como lo es el pecado, la cizaña está en nosotros sin ser parte de nosotros. Nuestro deber es no dejar entraral mal en nuestro interior pues, aveces, podrá parecer que el mal está tan adherido a nuestro corazón que sentimos o creemos que ya no somos capaces de obrar correctamente.
El bien y el mal parecen ser temas tan repetidos, pues desde que fuimos pequeños se nos enseñaban que esto estaba bien y aquello estaba mal;incluso cada vez que abrimos el periódico encontramos todo tipo de noticias, positivas y negativas. Sin embargo,debemos procurar hacer crecer aquella virtud que Dios nos ha donado por pequeña que sea, aunque haya una gran cantidad de defectos, de pecados, de cizaña.
Lo importante es hacer crecer el mucho o poco trigo que ha sido sembrado en nuestros corazones. Al final de los tiempos podremos presentar todo el trigo que cultivamos con gran esmero a lo largo de nuestra vida.
El cristiano sabe que el Reino de Dios, su Señoría de amor está creciendo como un gran campo de grano, aunque en medio está la cizaña. Siempre hay problemas, están los chismorreos, están las guerras, están las enfermedades... están los problemas. Pero el grano crece, y al final el mal será eliminado. El futuro no nos pertenece, pero sabemos que Jesucristo es la gracia más grande de la vida: es el abrazo de Dios que nos espera al final, pero que ya desde ahora nos acompaña y nos consuela en el camino. (Audiencia de S.S. Francisco, 23 de agosto de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un examen para ver el trigo bueno que tengo en mi vida y buscaré la forma de acrecentarlo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Y qué es la cizaña?
La cizaña es todo aquello que nos sirve de tropiezo para llegar a Dios o se opone a Él.
Mateo 13, 24-43
Otra parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.
Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ´Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?´El les contestó: ´Algún enemigo ha hecho esto.´ Dícenle los siervos: ´¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?´ Díceles: ´No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.´» Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Entonces despidió a la multitud y se fue a casa.
Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
Reflexión
La expresión artística ha sido, a lo largo de los siglos, una de las manifestaciones más nobles de la belleza, de la originalidad, del genio y de la grandeza del espíritu humano. Y, además, un vehículo importante para la comunicación del pensamiento y de la cultura, ya que el arte –al igual que la música y la poesía– transmite siempre una idea, una visión de la vida y de las cosas, una experiencia o un sentimiento personal. Durante varios siglos, sobre todo en el arte paleocristiano, bizantino y gótico, se hizo común la creación de “trípticos”, tanto en la pintura, como en los mosaicos, vitrales y en las así llamadas “miniaturas”. Consistían éstos en representar juntas tres escenas de la Biblia o del Evangelio, formando una unidad artística y catequética. El arte cristiano fue, desde los orígenes, una forma extraordinaria de predicación sagrada y de catequesis popular.
Pues hoy nuestro Señor en el Evangelio nos presenta un maravilloso “tríptico” de parábolas para hablarnos del misterio del Reino de los cielos: la parábola de la cizaña, del grano de mostaza y de la levadura. Cristo está hablando a sus discípulos –y también a nosotros hoy– de una realidad sumamente importante y esencial de su mensaje, de su “Buena Nueva” –esto precisamente significa “evangelio” en griego–, pero a la vez de algo misterioso y de difícil comprensión. Por eso Jesús usa parábolas, para ayudarnos a comprender misterios muy profundos a través de sencillas imágenes y asequibles comparaciones.
La parábola del grano de mostaza nos enseña que el Reino de los cielos –es decir, la vida de la gracia divina en nosotros, la Iglesia y las obras de Dios– es siempre pequeño y casi insignificante en sus inicios, pero tiene que ir creciendo hasta convertirse en un árbol frondoso, capaz de abrigar en sus ramas a las aves del cielo; o sea, capaz de salvar a miles de personas y llevarlas a la vida eterna. El crecimiento continuo es ley de vida, y el día que no se crece, se muere.
La parábola de la levadura nos habla de esa acción silenciosa y lenta, pero profundamente eficaz y transformante que realiza el Evangelio, no sólo en la propia alma, sino también en los ambientes y en las sociedades, impregnando de fe y de vida nueva todas las realidades humanas. Eso fue lo que hizo el cristianismo en el imperio romano: los primeros cristianos, con su maravilloso testimonio de vida santa y auténtica, con su ejemplo de caridad, de pureza, de piedad y con el perfume de sus virtudes lograron transformar el ambiente corrompido y enrarecido del paganismo antiguo. Esto es lo que ha hecho la Iglesia a lo largo de veinte siglos de historia, a pesar de tantas persecuciones y calumnias. Y lo sigue haciendo en nuestros días, con las mismas armas de siempre: la fe, la esperanza y la caridad.
La parábola de la cizaña, por su parte –valdría la pena detenerse con más calma en la consideración de esta enseñanza de Cristo, aunque el tiempo y el espacio aquí disponibles no lo permiten– nos da tantas lecciones importantes para nuestra vida cristiana. La cizaña es toda yerba mala que impide al trigo –a la semilla buena– crecer libremente en el campo de Dios. Cizaña es todo aquello que significa obstáculo, pecado y vicio en el mundo. La cizaña tiene múltiples rostros y caretas: el odio, la persecución, la calumnia, la división, el engaño, la injusticia, el fraude... Cizaña es toda forma de egoísmo y de soberbia; son las pasiones desordenadas del ser humano, la intriga, la maledicencia, la mentira, el escándalo... Tal vez muchas veces hemos oído la expresión: “no vengas aquí a sembrar cizaña”, y con esa frase pretendemos decir que no queremos divisiones, odios ni malquerencias, intrigas o divisiones que dañen el buen espíritu cristiano de caridad.
La cizaña es todo aquello que nos sirve de tropiezo para llegar a Dios o se opone a Él. Es, en fin, –por decirlo con una sola palabra– el “mysterium iniquitatis” del que hablaba san Agustín: el misterio del mal en el mundo y en el hombre. ¡Y vaya que si es un misterio! ¡Cuántas veces hemos escuchado estas preguntas tan inquietantes como difíciles de responder!: “¿Por qué existe el mal en el mundo, si Dios es tan bueno? ¿Por qué permite el dolor y el sufrimiento humano, sobre todo de los más débiles, los inocentes y desamparados? ¿Por qué las guerras, las injusticias, el odio, la venganza, la prostitución, el abuso de los poderosos?” Y sentimos tal vez indignación o rebeldía interna... y también la tentación de preguntarle a Dios, como los obreros de la parábola: “Pero, ¿no sembraste tú buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, sale la cizaña?” Y el Señor nos responderá lo mismo que a los obreros: “Un enemigo lo ha hecho... mientras vosotros dormíais”.
Dios no es el culpable de nuestros “pleitos” y fechorías. Es el mismo hombre el culpable de tantos desórdenes y abusos que vemos a cada paso: en las noticias, en la calle, en nuestra propia casa. ¿Ya te enteraste de lo que pasó hace unos días en el Parlamento europeo? ¡Unos cuantos gobiernos de izquierda pretenden imponer por la fuerza a todos los países de la Unión europea la ley del aborto obligatorio y de los anticonceptivos a todas las mujeres y adolescentes sin distinción! ¿No es escandaloso y motivo de rabia? ¡Y qué decir de tantos y tantos otros abusos y excesos en todos los campos: el libertinaje sexual, el subjetivismo y relativismo moral, el indiferentismo o el fanatismo religioso, la imposición de leyes y conductas que violan los derechos humanos, la libertad religiosa y la propia conciencia!.... ¿Por qué todo esto? ¡Ahí está la cizaña sembrada por el enemigo! Sí, mientras nosotros “dormíamos en los laureles”...
Ante este panorama, si somos buenos cristianos, personas con dignidad, con conciencia y con valores, ¡quisiéramos arrancarlo todo de raíz!, ¿no es cierto? Quisiéramos, como Santiago y Juan, “hacer llover fuego del cielo” a todos los que se oponen a Cristo para que los consumiera. Y, sin embargo, Dios, el Dueño del campo, nos dice que no. Que esperemos que crezcan juntos la cizaña y el trigo. Hasta que llegue el día de la siega. ¿Por qué actúa así Dios? Porque Él, en su infinita paciencia y misericordia, no quiere que “fulminemos” a los malos, sino que les demos tiempo. Tal vez también ellos se den cuenta de su error, se arrepientan y se conviertan, como el buen ladrón del Evangelio, aunque sea a la última hora de su vida. A nosotros nos toca ser buenos colaboradores de Dios: tener paciencia como Él, dar tiempo al tiempo, orar también por los que nos persiguen y calumnian –¿se acuerdan de la vergonzosa campaña de calumnias y críticas que varias gentes organizaron contra algunos sacerdotes católicos?....–. Pues Cristo quiere que sepamos perdonar, que les demos buen ejemplo de caridad y que oremos por todos aquellos que pueden ser, de algún modo, “cizaña” para que lleguen a ser trigo bueno en el campo del Señor.
10 cosas que debes saber sobre los ángeles
Enseñanzas de la Iglesia.
1. ¿Quiénes son los Ángeles?
El catecismo de la Iglesia Católica manifiesta que “La existencia de seres espirituales, no corporales, que la sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición” (CIC 328).La Sagrada Escritura los presenta como criaturas de Dios. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él” (Col 1, 16). Son servidores de Jesucristo, en la Escritura hemos visto cuando Jesús fue tentado, los Ángeles se le acercaron para servirle (Mt 4, 11).
Los Ángeles son mensajeros de Dios. En la escritura podemos encontrar muchos ejemplos de la acción de ellos en la vida del hombre. (Gn 18; Dn 10, 9-12; Is 6, 2; Sal 90,11; Lc 2,9). El ejemplo más grande que tenemos es como San Gabriel le anunció a la Santísima Virgen que sería madre del Salvador (Lc 1, 26).
2. ¿Existe alguna Jerarquía entre ellos?
En la Epístola de San Pablo a los Colosenses (Col 1, 16) se hace referencia a los tronos, dominaciones, los principados y las potestades. De acuerdo al padre de la Iglesia, Pseudo Dionisio, existen tres jerarquías de ángeles con tres coros cada una, sumando un total de nueve Coros u Ordenes Angélicos. La primera Jerarquía:Serafines, Querubines y Tronos. La Segunda Jerarquía son las Dominaciones, Virtudes y Potestades y finalmente, la Tercera Jerarquía son Principados, Arcángeles y Ángeles.
Teniendo clara la jerarquía de los Ángeles, ahora nos enfocaremos en los Ángeles custodios/ Ángel de la guarda:
3. ¿Cuál es la misión de los Ángeles Custodios?
La misión de los Ángeles custodios la podemos encontrar en la Sagrada Escritura: Éxodo 23, 20-23: “Yo enviaré un ángel delante de ti, para que te cuide en el camino y te lleve a la tierra que yo te he preparado. Respeta su presencia y escucha su voz; no te rebeles contra él, porque no perdonará vuestra infidelidad, pues mi nombre está en él. Si obedeces su voz y haces cuanto yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios; porque mi ángel irá delante de ti.”
4. ¿Qué han dicho los Papas acerca de los Ángeles?
• San Pío X: “los ángeles son las criaturas más nobles creadas por Dios”.
• San Juan Pablo II: “La Iglesia confiesa su fe en los Ángeles Custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente”.
• Benedicto XVI: “El Señor está siempre cercano y operante en la historia de la humanidad, y nos acompaña también con la presencia singular de sus Ángeles, que hoy la Iglesia venera como “Custodios”, o sea, ministros de la divina premura para todo hombre”.
• Papa Francisco: “El ángel de la guarda está siempre con nosotros (…) Esta es una realidad. Es como un embajador de Dios con nosotros. Y el Señor nos aconseja: ‘¡Ten respeto por su presencia!””.
5. ¿Tienen un día especial?
Sí. La fiesta de los Santos Arcángeles (Miguel, Rafael y Gabriel) se celebra el 29 de septiembre. La fiesta de los Santos Ángeles custodios se celebra el 02 d octubre.
6. ¿Son ciertos los postulados de la Nueva Era acerca de los Ángeles?
No. La Nueva Era pregona una enseñanza de los Ángeles no bíblica. Todas las prácticas y libros que hablan acerca de la angelología y la mezclan con prácticas esotéricas, lectura del tarot, piedras mágicas, “contactos” con los ángeles mediante médium están totalmente alejados y contrarios a nuestra fe. ¡No te dejes engañar!
7. ¿Yo tengo un Ángel Custodio?
Sí. San Basilio Magno dijo: “Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida”. El Catecismo de la Santa Iglesia lo asegura: “Desde su comienzo (cf Mt 18, 10) hasta la muerte (cf Lc 16, 22), la vida humana está rodeada de su custodia (cf Sal 34, 8; 91, 10-13) y de su intercesión” (CIC 336).
8. ¿Existen santos devotos de su Ángel custodio?
Sí. ¡muchos! Te comparto algunas frases de diversos santos que fueron cercanos con su Ángel custodio:
• San Ambrosio: “¿Cómo pueden los ángeles estar lejos, cuando nos fueron dados por Dios para ayudarnos? Ellos no se apartan de nosotros, aunque aquel que es asaltado por tentaciones, piense que están lejos”.
• San Juan de la Cruz: “Los ángeles son nuestros pastores; no sólo llevan a Dios nuestros mensajes, sino que también nos traen mensajes de Dios. Ellos nutren nuestras almas de dulces inspiraciones y de comunicaciones divinas; son buenos pastores que nos protegen y nos defienden contra los lobos, es decir, contra los demonios”.
• Santo Tomás de Aquino: “Nuestro Ángel de la Guarda participa en todos los beneficios que recibimos de Dios, porque él nos ayuda a obtenerlos.”
• San Juan María Vianney (el Cura de Ars): “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa”.
• San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un Ángel destinado para su custodia.”
• San Pio de Pietrelcina: “Si me necesitas, mándame tu ángel custodio”
9. ¿Existe una oración especial para mi Ángel Custodio?
La Santa Iglesia propone, entre otras, las siguientes oraciones: Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname. Amén.”
“Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que amanezca en los brazos de Jesús, José y María. Amén.”
10. ¿Cómo puedo tener una buena relación con mi Ángel?
La mejor manera de tener una buena relación con tu Ángel Custodio es tener una vida de oración constante y profunda. Tal como lo hemos mencionado anteriormente, nuestro Ángel está ahí para enseñarnos, ayudarnos, protegernos, asistirnos en nuestro día a día. Dios nos ha dicho en Su Palabra que respetemos su presencia. Dios quiere que obedezcamos a nuestro Ángel en todas esas inspiraciones que surgen en nuestro corazón que nos llevan a Dios, respetando las enseñanzas de la Santa Iglesia.
Si tú tienes una vida sacramental sólida, eso te acercará más a Dios y a Su Voluntad, acercándote así, a tu Ángel Custodio. No olvides que él ha sido asignado a tu vida por Dios para acompañarte en tu camino al cielo. Él está a tu lado como un amigo fiel, para protegerte del maligno. No dudes en pedirle su auxilio para ser un mejor cristiano y discípulo de Jesús.