Fiesta de Todos los Santos
- 01 Noviembre 2018
- 01 Noviembre 2018
- 01 Noviembre 2018
Solemnidad litúrgica. 1 de noviembre
Solemnidad de Todos los Santos que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.
Este día se celebran a todos los millones de personas que han llegado al cielo, aunque sean desconocidos para nosotros. Santo es aquel que ha llegado al cielo, algunos han sido canonizados y son por esto propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana.
Comunión de los santos
La comunión de los santos, significa que ellos participan activamente en la vida de la Iglesia, por el testimonio de sus vidas, por la transmisión de sus escritos y por su oración. Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. La intercesión de los santos significa que ellos, al estar íntimamente unidos con Cristo, pueden interceder por nosotros ante el Padre. Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana.
Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.
Aunque todos los días deberíamos pedir la ayuda de los santos, es muy fácil que el ajetreo de la vida nos haga olvidarlos y perdamos la oportunidad de recibir todas las gracias que ellos pueden alcanzarnos. Por esto, la Iglesia ha querido que un día del año lo dediquemos especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. Este día es el 1ro. de noviembre.
Este día es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.
Se puede aprovechar esta celebración para hacer un plan para alcanzar la santidad y poner los medios para lograrlo:
¿Como alcanzar la santidad?
- Detectando el defecto dominante y planteando metas para combatirlo a corto y largo plazo.
- Orando humildemente, reconociendo que sin Dios no podemos hacer nada.
- Acercándonos a los sacramentos.
Un poco de historia
La primera noticia que se tiene del culto a los mártires es una carta que la comunidad de Esmirna escribió a la Iglesia de Filomelio, comunicándole la muerte de su santo obispo Policarpo, en el año156. Esta carta habla sobre Policarpo y de los mártires en general. Del contenido de este documento, se puede deducir que la comunidad cristiana veneraba a sus mártires, que celebraban su memoria el día del martirio con una celebración de la Eucaristía. Se reunían en el lugar donde estaban sus tumbas, haciendo patente la relación que existe entre el sacrificio de Cristo y el de los mártires
La veneración a los santos llevó a los cristianos a erigir sobre las tumbas de los mártires, grandes basílicas como la de San Pedro en la colina del Vaticano, la de San Pablo, la de San Lorenzo, la de San Sebastián, todos ellos en Roma.
Las historias de los mártires se escribieron en unos libros llamados Martirologios que sirvieron de base para redactar el Martirologio Romano, en el que se concentró toda la información de los santos oficialmente canonizados por la Iglesia.
Cuando cesaron las persecuciones, se unió a la memoria de los mártires el culto de otros cristianos que habían dado testimonio de Cristo con un amor admirable sin llegar al martirio, es decir, los santos confesores. En el año 258, San Cipriano, habla del asunto, narrando la historia de los santos que no habían alcanzado el martirio corporal, pero sí confesaron su fe ante los perseguidores y cumplieron condenas de cárcel por Cristo.
Más adelante, aumentaron el santoral con los mártires de corazón. Estas personas llevaban una vida virtuosa que daba testimonio de su amor a Cristo. Entre estos, están san Antonio (356) en Egipto y san Hilarión (371) en Palestina. Tiempo después, se incluyó en la santidad a las mujeres consagradas a Cristo.
Antes del siglo X, el obispo local era quien determinaba la autenticidad del santo y su culto público. Luego se hizo necesaria la intervención de los Sumos Pontífices, quienes fueron estableciendo una serie de reglas precisas para poder llevar a cabo un proceso de canonización, con el propósito de evitar errores y exageraciones.
El Concilio Vaticano II reestructuró el calendario del santoral:
Se disminuyeron las fiestas de devoción pues se sometieron a revisión crítica las noticias hagiográficas (se eliminaron algunos santos no porque no fueran santos sino por la carencia de datos históricos seguros); se seleccionaron los santos de mayor importancia (no por su grado de santidad, sino por el modelo de santidad que representan: sacerdotes, casados, obispos, profesionistas, etc.); se recuperó la fecha adecuada de las fiestas (esta es el día de su nacimiento al Cielo, es decir, al morir); se dio al calendario un carácter más universal (santos de todos los continentes y no sólo de algunos).
Categorías de culto católico
Los católicos distinguimos tres categorías de culto:
- Latría o Adoración: Latría viene del griego latreia, que quiere decir servicio a un amo, al señor soberano. El culto de adoración es el culto interno y externo que se rinde sólo a Dios.
- Dulía o Veneración: Dulía viene del griego doulos que quiere decir servidor, servidumbre. La veneración se tributa a los siervos de Dios, los ángeles y los bienaventurados, por razón de la gracia eminente que han recibido de Dios. Este es el culto que se tributa a los santos.
Nos encomendamos a ellos porque creemos en la comunión y en la intercesión de los santos, pero jamás los adoramos como a Dios. Tratamos sus imágenes con respeto, al igual que lo haríamos con la fotografía de un ser querido. No veneramos a la imagen, sino a lo que representa.
- Hiperdulía o Veneración especial: Este culto lo reservamos para la Virgen María por ser superior respecto a los santos. Con esto, reconocemos su dignidad como Madre de Dios e intercesora nuestra. Manifestamos esta veneración con la oración e imitando sus virtudes, pero no con la adoración.
Todos llamados a ser santos
Novena de oración por nuestros difuntos
Catholic.net ha organizado, juntamente con diversos conventos y casas de religiosos y religiosas, una novena de oraciones por todos los Fieles Difuntos, con adoraciones, oraciones, el rezo del rosario, y una intención especial en la Santa Misa el día 2 de noviembre celebrada por sacerdotes amigos de Catholic.net que se han sumado a nuestra primer Novena de los Fieles Difuntos.
Únase a nuestras oraciones, y envíenos los nombres de los difuntos a quienes usted desea que encomendemos. Tendremos un recuerdo especial para ellos durante los nueve días previos a la fiesta de los Fieles Difuntos el día 2 de noviembre. Si desea enviarnos los nombres y sus intenciones es muy sencillo, rellenando el formulario en nuestro sitio Novenas Catholic.net (click aquí) Nosotros enviaremos estos nombres e intenciones a los diversos conventos y casas de religiosos y religiosas, y sacerdotes diocesanos que se han sumado a esta Novena de los Fieles Difuntos.
Santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12. Solemnidad de Todos los Santos.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Permíteme escuchar tu voz, Señor, esa voz que llama a la santidad auténtica, la del día a día.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Todos hemos visto imágenes de santos, sobre todo de aquellos que son patronos de nuestra parroquia, que nuestros abuelos tuvieron una devoción especial o simple y sencillamente porque los hemos visto en algún lugar. Vemos esos santos que son monjes, religiosos, religiosas, sacerdotes, misioneros…, nos vemos muy pequeños ante cada una de estas personas, pareciera que no somos capaces de llegar a tan grandes alturas; que no nos podremos dedicar a tantas cosas; que es un camino interminable y que se hace con ardua fatiga.
Hace relativamente poco, el Papa Francisco ha escrito la exhortación apostólica Gaudete et Exultate que literalmente se traduce alegraos y regocijaos; otras traducciones válidas, como la que acabamos de leer en el Evangelio son precisamente estad alegres y contentos. Ésa es la verdadera santidad, la que el Papa nos pide que sepamos transmitir, que no se eleva a los arrebatos místicos y experiencias sobrenaturales; es más, el Santo Padre habla de san vecino de enfrente, santa señora que habla bien, santos niños obedientes… entre muchas otras cosas que suceden a nuestro alrededor y que no nos damos cuenta.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver el Evangelio con el santo de cada día, el santo de la calle? Pues tiene que ver muchísimo, porque si no somos perseguidos con armas, somos perseguidos con comentarios, leyes injustas, ideologías que se cierran a la vida, al amor, a la familia. Sí que tiene que ver mucho, pues nuestro ejemplo de fieles cristianos es el anuncio más elocuente del reino de Dios. Es hora de, como dice el Santo Padre, salir al encuentro de los demás pues la santidad se alcanza haciendo lo que tenemos que hacer en clave de bienaventuranzas, por amor, y dejando de lado incluso toda forma autorreferencial.
La solemnidad de Todos los Santos es "nuestra" fiesta: no porque nosotros seamos buenos, sino porque la santidad de Dios ha tocado nuestra vida. Los santos no son figuritas perfectas, sino personas atravesadas por Dios. Podemos compararlas con las vidrieras de las iglesias, que dejan entrar la luz en diversas tonalidades de color. Los santos son nuestros hermanos y hermanas que han recibido la luz de Dios en su corazón y la han transmitido al mundo, cada uno según su propia "tonalidad".
(Homilía de S.S. Francisco, 1 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Vivir en clave de bienaventuranza mi jornada, pensando en ser un santo de la vida cotidiana, como dice el Papa.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino! Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Ser santo es un don y regalo de Dios
Todos los cristianos estamos llamados a la santidad......si ¡todos!
"Todas tenemos ya una aureola sobre nuestra cabeza", me comentó, con cierta ironía, una señora después de un retiro espiritual en el que invité a un grupo de madres de familia a ser santas. Con sus esposos me fue más o menos igual: "¿No cree usted, padre, que eso de la santidad es una palabra demasiada pía?", me dijo uno de ellos. ¿Qué opina usted, querido lector?
¿Quieres ser santo? Veamos qué nos dice el Papa:
La Iglesia vive "un confiado optimismo, aunque sin minusvalorar los problemas. No nos satisface ciertamente -afirma el Papa - la ingenua convicción de que haya un fórmula mágica para los grandes desafíos de nuestro tiempo. No, no será un fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ¡Yo estoy con vosotros!".
"¿Qué hemos de hacer?", nos pregunta el Papa al mismo tiempo que ofrece la respuesta: "En primer lugar, no dudo en decir que la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad" . Sus palabras son claras y lo afirma sin dudar: todo trabajo pastoral debe buscar la santidad. Ya sé lo que usted está pensando. También el Santo Padre lo sabe. Por ello, te dice: "Es un compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos: Todos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor". ¿Te convences? El Papa no se refiere solamente al sacerdote de tu parroquia o a la monjita del colegio de tu hija. Se refiere a ti. Sí, a ti, no dudes: tú debes ser santo.
"Nosotros también somos Iglesia" es una frase que muchos repiten, por desgracia, para opinar en contra del Vicario de Cristo y de los obispos.
De acuerdo, somos Iglesia. Por ella, Cristo "se entregó, precisamente para santificarla. Este don de santidad, por así decir, objetiva, se da a cada bautizado". El gran privilegio de ser Iglesia no es el poder opinar sino el poder llegar a ser santo como la Iglesia es santa.
Quizás conoces una película muy famosa hace unos años: "El soldado Ryan". Un grupo de militares recibieron la misión de sacar de la línea de fuego de una batalla a un soldado llamado Ryan. Después de muchas peripecias que costó la muerte a algunos de los militares, lo encontraron pero el bueno de Ryan no quería dejar la batalla.
Entonces el jefe de la expedición le incriminó: "¿eres consciente de lo que ha costado encontrarte y salvarte la vida?" Jesucristo nos podría interpelar del mismo modo: "¿eres consciente que lo que me ha costado darte la posibilidad de ser santo y salvarte como para que ahora no quieras aceptarlo?"
En realidad ser santo es, primero de todo, un don y regalo de Dios.
Pero también es "un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana". En efecto, al momento de bautizar la pregunta "¿quieres recibir el Bautismo?, significa al mismo tiempo preguntarle, ¿quieres ser santo? Significa ponerle en el camino del Sermón de la Montaña: sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial". Desde ese momento, si queremos ser coherentes, en todas las acciones de la vida diaria debemos buscar ser santos, pues "sería un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una religiosidad superficial".
Y el Papa vuelve a recalcar: "este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos genios de la santidad. Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este alto grado de la vida cristiana ordinaria".
Después de leer las palabras del Santo Padre, te propongo nuevamente la pregunta del inicio: ¿quieres ser santo?
¿PARA CUÁNDO LA CANONIZACIÓN Y ULTERIOR PATRONAZGO, DE ALGUNA MUJER MALTRATADA?
En el día de todos los santos (y santas)
"Es urgente revisar ideas y comportamientos que se intitulan 'religiosos de toda la vida'"
Antonio Aradillas, 01 de noviembre de 2018 a las 09:38
¿Para cuándo la canonización y ulterior patronazgo, de alguna MUJER MALTRATADA?Agencias
¡Felices, bienaventurados, todos los santos y santas cuya festividad hoy se celebra en el calendario litúrgico, nada más y nada menos que por haber sido, y ser, criaturas de Dios...¡
(Antonio Aradillas).- "Santos" -"aplicado a la persona de especial virtud y ejemplo"-, hay muchos. Diríase que muchísimos. Todos. Pertenecientes tanto al género masculino y tal vez una "pizca" más al femenino o al "neutro", aunque este término "pizca", en estos casos, no esté exento de interpretaciones disconformes por parte de muchos y muchas.
Y, por razones recónditas, misteriosas y seguramente ininteligibles y hasta rechazables por una gran mayoría, el número -letanía y calendarios locales y universales- , santos- santas canonizados por la Iglesia "oficial", proporcionalmente es reducido y escaso. La misma Iglesia tiene conciencia de ello y, para subsanar tamaña injusticia, le dedica todo un "santo día", solemne y en rojo festivo, a conmemorar, recordar y hacer presente y activa la imagen de quienes "vivieron y murieron en paz y en gracia de Dios.
Reflexionar sobre tema teológico, pastoral y dogmático es -será- de provecho para fieles e infieles:
. Santos de por vida, y a la hora de la muerte, -"salvarse"-, es vocación e intención de todos los seres humanos, por el hecho de haber sido, y ser, creados por Dios. Toda obra de Dios, y más las personas, son santas de por sí, pese a las limitaciones y "fragilidades" que consciente o inconscientemente, dictaminen las leyes y los criterios con los que las apliquen y juzguen sus intérpretes y administradores "oficiales".
. Aspirar a tal santidad es siempre bueno. Aspirar a la "santidad de los altares", de la liturgia y de los calendarios, aleja automáticamente de ella aún a los santos más santos, obligando a los hagiógrafos -historiadores de vidas de santos-, a buscar otros términos que describan con mayor fiabilidad tal definición, no lejanas de la hipocresía, del fariseísmo, del ritualismo y de la soberbia, por devota y espiritual que se nos presente.
. Aspirar a la santidad en exclusiva o fundamentalmente para los clérigos, desde las alturas jerárquicas máximas, a los niveles de "hermanos", legos o acólitos, "desantifican" a quienes así lo crean y lo practiquen. Acaparar este estatus y titulación solo para los cristianos y los bautizados, es improcedente e inmoral. Resultaría blasfemo, vulgar, insensato e injusto, expulsar de la esfera u órbita, en esta vida y en la otra, de la santidad, a quienes poblaron, pueblan y poblarán los territorios y las culturas no cristianas o por cristianizar. Una creencia como esta constituiría una ofensa al Creador- Redentor de la humanidad.
. En las relaciones con Dios y con el prójimo, con pautas de evangelio y de bienaventuranzas, es urgente e implacable revisar ideas y comportamientos que se intitulan "religiosos de toda la vida", pero que son radicalmente paganos. Tanto o más paganos, que aquellos a los que jamás purificaron las aguas lustrales del santo bautismo, ni tuvieron la más leve referencia acerca de los mandamientos de Nuestra Santa Madre la Iglesia.
. Los santos -intercesores ante Dios y ejemplos de vida-, demandan más sana, y certera seriedad teológica, catequística y pedagógica en el pueblo de Dios y en su jerarquía, con el fin de ser útiles, en conformidad con el plan de Dios, que en Cristo Jesús, encarna salvadoramente la Iglesia.
. Alienta, consuela, estimula y hace ser a todos, religiosos de verdad, tener rigurosamente en cuenta la mediación ante Dios de quienes conocimos, o conocemos, como "malos o pecadores", a tenor de adoctrinamientos "oficiales", aunque no a los ojos de Dios. Las palabras de los evangelios de que los pecadores, las prostitutas, la gente de mal vivir, los publicanos, es decir, los oficialmente malos, antecederán a los sacerdotes, fariseos y levitas - los oficialmente buenos- en el Reino de Dios, tienen y tendrán siempre soberana vigencia en el proyecto más elemental que se ofrezca de la verdadera Iglesia de Cristo.
¡Felices, bienaventurados, todos los santos y santas cuya festividad hoy se celebra en el calendario litúrgico, nada más y nada menos que por haber sido, y ser, criaturas de Dios...¡ Ser y ejercer de santos y santas en cualquiera de los momentos, y situaciones de la vida, tal y como hoy están las cosas, es solo explicable gracias a la gracia de Dios. Y este es el milagro que bastaría y sobraría en cualquier proceso de canonización o beatificación posible, al margen, o sobre, las limitaciones explicables e impuestas por las respectivas religiones e Iglesias... ¿Para cuándo la canonización y ulterior patronazgo, de alguna MUJER MALTRATADA?
EL PAPA ANIMA A "SEGUIR EL CAMINO DE LAS BIENAVENTURANZAS" PESE A LAS DIFICULTADES
Francisco: "El Señor ofrece todo, y quiere todo. O santidad o nada"
"Unámonos a los santos de la puerta de al lado, a nuestros familiares que hoy forman parte de esa inmensa multitud"
Jesús Bastante, 01 de noviembre de 2018 a las 12:12
El Papa anima a "seguir el camino de las Bienaventuranzas" pese a las dificultadesRD
¿De qué parte estamos? ¿Del cielo o de la tierra? ¿Vivimos para el señor o para nosotros mismos? ¿Realmente queremos la santidad, o nos contentamos con ser cristianos que creen en Dios y estiman al prójimo, pero sin exagerar?
(Jesús Bastante).- Jornada lluviosa en Roma, día de Todos los Santos. También, de los "de la puerta de al lado", como recalcó el Papa Francisco en el rezo del Angelus, donde reivindicó el "camino de las Bienaventuranzas", frente a los senderos del mundo, y proclamó que Dios es generoso, pero también exigente: "El Señor ofrece todo, y quiere todo. O santidad o nada".
Los clásicos textos de esta festividad, el Apocalipsis y las Bienaventuranzas, rodearon la reflexión del Papa, quien mostró que "la multitud inmensa e incalculable" que "canta con alegría" desde el cielo son los santos.
"Estamos más unidos a ellos que nunca", proclamó Francisco, quien invitó a unirse " a todos los santos, no sólo a los más conocidos en el calendario, sino también a los de la puerta de al lado, a nuestros familiares y conocidos que hoy forman parte de esa inmensa multitud".
Y es que "hoy es una fiesta de familia: los santos son nuestros verdaderos hermanos y hermanas, nos ayudan y esperan. Son felices y quieren que seamos felices con ellos en el Paraíso".
¿Cómo serlo? "Nos invitan al camino de la felicidad, indicado en el Evangelio de hoy", recordó Bergoglio, pese a las dificultades que se presentan. "Nos dicen bienaventurados los pobres, mientras el mundo dice bienaventurados los ricos; el Evangelio habla de los humildes, y el mundo de los poderosos; si el Evangelio dice bienaventurados los puros, el mundo habla de los hedonistas".
"El camino de las bienaventuranzas parece conducir a la derrota, pero los santos han vencido, no el mundo, y nos exhortan a elegir su parte, la de Dios, que es santo", subrayó, para posteriormente preguntar: "¿De qué parte estamos? ¿Del cielo o de la tierra? ¿Vivimos para el señor o para nosotros mismos? ¿Realmente queremos la santidad, o nos contentamos con ser cristianos que creen en Dios y estiman al prójimo, pero sin exagerar?".
"El Señor quiere todo, y ofrece todo, la verdadera vida. La felicidad para la que fuimos creados, es decir: o santidad o nada", respondió. "Es bueno que nos dejemos provocar por los santos, que no han tenido medias tintas, y desde allá nos alientan para que elijamos a Dios, la humildad, la pureza, para que nos apasionemos por el cielo en vez de por la tierra".
"Hoy, estos hermanos nuestros no nos piden que oigamos de nuevo un hermoso Evangelio, sino que lo pongamos en práctica, que nos pongamos en camino de las bienaventuranzas, que nos lleva al cielo, a la familia, a la casa", concluyó.