He aquí una enseñanza nueva, proclamada con autoridad

San Pablo de Tebas

Celebrado el 15 de enero

San Pablo es venerado por la Iglesia como modelo de la vida solitaria, por ser el primer ermitaño o anacoreta de quien habla la historia. Nació en la Tebaida, hacia el año 228. Sus padres le dieron una esmerada educación en las ciencias humanas, pero él cada día progresaba más en las divinas. Quedó huérfano muy joven, heredero de los bienes paternos, de los que muy pronto se desprendió totalmente para siempre.

Ante la persecución contra los cristianos decretada por el emperador Decio, huyó al desierto. En principio su idea era estar allí sólo hasta que amainase la persecución. Pero empezó a tomarle gusto al silencio del desierto, a la oración sin estorbos. Perdió el miedo a las fieras que al principio le asustaban. Y se quedó en el desierto, para no salir nunca más. Una pléyade de anacoretas le seguirían, y "el desierto se cubrió de flores".

Se adentró más y más en aquellas soledades. Encontró una cueva como destinada para él por la divina Providencia, y determinó sepultarse en ella para todos los días de su vida, sin otra ocupación que contemplar las verdades eternas y gastar en oración los días y las noches.

Había a la entrada de la cueva una palmera que con sus hojas y dátiles le daba para cubrirse y alimentarse. Más tarde cuenta la tradición que, la divina Providencia, que alimenta las aves del cielo y viste los lirios del campo, dispuso que un cuervo, como al santo profeta Elías, le trajese cada día medio pan, prodigio que duró hasta el día de su muerte.

Tenía Pablo 113 años y llevaba ya 90 en el desierto. Entonces San Antonio, que tenía 90 años y vivía en otro desierto - la región de la Tebaida estaba llena de anacoretas y cenobita - tuvo el deseo de saber si habría algún otro anacoreta que viviese por aquellos agrestes parajes. Se sintió inspirado por Dios y desafiando las fieras que, según San Jerónimo, le salían al paso, caminó sin parar hasta dar con la cueva de Pablo. Así vencería la tentación de vanagloria al creer que no había en todo el desierto otro más antiguo y santo que él.

Una escena entrañable tuvo lugar entonces. Se abrazaron con ternura los dos ancianos, se saludaron por sus nombres, y pasaron muchas horas en oración y en santas conversaciones. En esto vieron llegar al cuervo con un pan entero en el pico. Admirado Pablo, dijo: Alabado sea Dios. Hace 60 años que este cuervo me trae medio pan cada día, pero hoy Jesucristo, en tu honor, ha doblado la ración. Demos gracias a Dios por su bondad.

Pablo anunció a Antonio - sigue la leyenda dorada - que estaba muy próxima su muerte, y le pidió que le trajese el manto de San Atanasio. Cuando Antonio volvía con el manto, vio subir al cielo el alma de Pablo, llena de esplendor. Llegó a la cueva, lo amortajó con el manto y, con la ayuda de dos leones que abrieron la sepultura, lo enterró. Era el año 342. Antonio se quedó con la túnica de Pablo, que luego vestía en las solemnidades.

San Jerónimo termina su relato comparando a los que tienen fortunas fabulosas con la vida del más perfecto solitario de todos los tiempos. Vosotros, les dice, lo tenéis todo, él no tenía nada. Pero el cielo se le ha abierto a este pobre, a vosotros, en cambio, se os va a abrir el infierno. Por mi parte, prefiero la túnica de Pablo a la púrpura de los reyes.

Velásquez inmortalizó con su pincel la figura de Pablo el Tebano.

Una palabra tuya bastará para sanarme

Santo Evangelio según San Marcos 1, 21-28. Martes I del tiempo ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor mío Jesucristo, te quiero agradecer por venir a este mundo y hacerte carne, solo para redimirme. Te pido que me ayudes a comprender el gran Amor que Tú me tienes.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En cada misa en la que asistimos, decimos esta frase y me pregunto, ¿cuántos de nosotros la decimos conscientemente? La verdad es que pocas. Vemos como en el Evangelio de hoy; Jesús solo con decir «una palabra» sano a esa persona que tenía demonios. Jesús nos enseña que, aunque tengamos tantas cosas malas dentro de nosotros y aunque nuestro pasado no haya sido el mejor, solo nos basta que salga una palabra de su boca, para quedar sanos.

Escuchar esa palabra requiere de:

Fe: En estar atento a lo largo del día a la palabra que Jesús me quiere decir. (que puede ser a través de una sacerdote, de algún familiar o de algún amigo).

Esperanza: En saber que, aunque tenga tantas enfermedades o defectos la PALABRA de Dios sanará mi alma.

Amor: En acoger, sí, esa palabra, pero no basta solo eso, sino hacerlo con amor (como si un amigo o un familiar me da un regalo en este momento, lo recibiría con un gran amor).

«El diablo dice la verdad: Jesús ha venido para destruir al diablo, para destruir al demonio, para vencerlo. Este espíritu inmundo conoce el poder de Jesús y proclama también la santidad. Jesús lo grita, diciéndole: “Cállate y sale de él”. Estas pocas palabras de Jesús bastan para obtener la victoria de Satanás, el cual sale de ese hombre “agitándole violentamente”, dice el Evangelio. Este hecho impresiona mucho a los presentes; todos se quedaron pasmados y se preguntan: “¿Qué es esto? […] Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen”. El poder de Jesús confirma la autoridad de su enseñanza. Él no pronuncia solo palabras, sino que actúa. Así manifiesta el proyecto de Dios con las palabras y con el poder de las obras.»

(Ángelus de S.S. Francisco, 28 de enero de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me pondré delante del sagrario y escucharé dentro de mi alma esa palabra que Jesucristo, Rey Sumo Sacerdote, quiere decirme para que quede sana mi alma.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vivir con Alegría

Hay que pedirle a Dios el arte de sonreír.

Un día me senté simplemente delante de mi ordenador con la idea de escribir los pensamientos y sentimientos que brotaran de mi mente y de mi corazón.

Una vez que empecé, me sorprendí de lo fácil que era seguir escribiendo sobre mi mismo, sobre mis amigos y familia y sobre Dios. Mucho de lo que escribo forma parte de mi vida. No intento ser original sino auténtico. A veces no me gusta ser como soy, pero sí, ser el que soy. Me gustaría claro, tener esas virtudes de las que sin duda carezco y derrochar más amor hacía los demás.

Sin embargo no quisiera ser otra persona ni parecerme a nadie sin otro fin, que poder dar el máximo de mi mismo, porque estoy convencido que uno tiene que empezar a aceptarse y amarse así mismo, para poder aceptar, amar y ayudar a los demás.

Además, uno debe poseer un punto muy especial de agradecimiento, cuando recibes la alegría de alguien que te dice que una palabra tuya le fue útil. Y consideras que es un milagro, estar en cierto modo viviendo en los demás esa misteriosa forma de fecundidad que hace que la alegría, idea o ganas de vivir nazca en un alma diferente de la tuya.

Por todo ello, puedo comprender lo que hace unos días me decía mi amigo Gilberto, del que ya he hablado en estos escritos, que padece una horrible soledad motivada por la fuerte depresión que le supuso entre otras cosas la ruptura de su matrimonio.

Comentaba Gilberto que después de mucho meditar sobre su estado de pesimismo casi crónico, se había dado cuenta de que verdaderamente su asignatura pendiente más importante en su carrera de hombre, había sido la de no dar ante todo culto a la alegría. Que tal vez no se haya podido recuperar de su tristeza acordándose de cuando era niño, de los sufrimientos de entonces, de la miseria de los años cuarenta y cincuenta, de todo los que se nos vino encima, guerras, posguerras, hambre y falta de libertades, por culpa de radicalismos, ambiciones y rencores de mucha gente.

Yo le digo que lo primero que deberíamos entender todo hombre, es que los humanos, no nacemos felices ni infelices, sino que la vida nos enseña a ser una cosa u otra y que nuestro éxito será el saber elegir entre buscar la felicidad o aceptar la desgracia. Que en cualquier modo la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que aún así, hay motivos más que suficientes de alegría a través de nuestra vida, sin dejarnos llevar por el sueño de conquistar la felicidad entera. Sinceramente no creo que haya recetas para conseguir la felicidad, pero una clave sería la de descubrir la nuestra propia, que por supuesto sería distinta de la de nuestros amigos.

No sé, pero me parece a mí que la clave de la alegría sería descubrir que no es que la vida sea aburrida y nos llene de problemas, si no que los que somos aburridos somos nosotros que hemos olvidado el tesoro que tenemos en la bodega de nuestra alma y somos incapaces, a veces, de dar solución a problemas que podrían tener solución a poco que lo intentáramos.

A mí me desconcierta la gente que parece vivir para la tristeza y se olvida de pedir a Dios el supremo arte de sonreír y de estar alegres

Siempre he sentido envidia de aquellas personas que permanecen alegres y que poseen una sonrisa sana y constante. Reconozco que existen sonrisas mentirosas, irónicas y despectivas.

Pero yo no hablo de éstas, sino de las que nos ofrece con su pureza un niño de ocho meses, o la de los viejitos que nos la regalan con facilidad y llenas de sinceridad. Y por supuesto las que surgen de un alma iluminada que por amar mucho, sonríe fácilmente y siempre suele estar alegre, porque sabe que la sonrisa y la alegría, producen paz. Un amargado jamás sabrá sonreír y un orgulloso menos.

Uno, sin poder evitarlo tiene que recordar a Juan XIII, al llorado y querido Roncalli , que mantenía siempre una beatífica sonrisa en sus labios, para entender que con hombres alegres, serenos, sonrientes, abiertos, confiados y humanamente cristianos como él era, el mundo estaría salvado.

Tal vez por ello, a lo largo de mi vida he pensado muchas veces, algo que me comentaba en mis años de adolescente, aquel viejo Profesor escolapio José de Calasanz: “El mal provoca tristeza y el bien alegría. La tristeza es una gran sensación de vacío y de fracaso, mientras que la alegría produce al que la siente, el mayor gozo del mundo. No olvides nunca que un mundo en el que los viejos fueran tristes y los adultos serios y aburridos sería una tragedia. Pero una tierra de jóvenes hastiados y pasotas sería una catástrofe”.

Papa pide testimoniar el valor inalienable de la vida

El Papa Francisco animó a los organizadores de la próxima Marcha por la vida 

El Papa Francisco animó a los organizadores de la próxima Marcha por la vida de Francia a “testimoniar los valores inalienables de la dignidad humana y de la vida”.

La Marcha por la vida se llevará a cabo el domingo 20 de enero en París y se centrará en el respeto de la objeción de conciencia para la profesión médica.

Los organizadores de esta iniciativa recibieron un mensaje del Santo Padre firmado por el Nuncio Apostólico en Francia, Mons. Luigi Ventura.

“El Papa Francisco saluda cordialmente a los participantes de la Marcha por la Vida. Animado por la convicción que todo el mal realizado en mundo se resume en este: el desprecio a la vida. El Pontífice anima a testimoniar sin parar los valores inalienables de la dignidad humana y de la vida”, se lee en el texto.

Según informó Vatican News, los organizadores de esta iniciativa explican que la marcha quiere ser “una llamada a los franceses para que miren decididamente la acogida de la vida, afirmando el derecho a la objeción de conciencia”.

“A pesar de los intentos de trivializar el aborto —reiteran los organizadores incluidos varios organismos católicos— este gesto plantea un verdadero caso de conciencia a toda la sociedad civil".


"LA FRATERNIDAD SIGUE SIENDO LA PROMESA INCUMPLIDA DE LA MODERNIDAD", EXPLICA A LA ACADEMIA DE LA VIDA
Francisco critica los efectos del "sistema económico y la ideología del consumo"
Denuncia la "anti-cultura- de indiferencia", hostil al ser humano y "aliada con la prepotencia del dinero"

Hernán Reyes Alcaide, 15 de enero de 2019 a las 11:02

Denuncia la "anti-cultura- de indiferencia", hostil al ser humano y "aliada con la prepotencia del dinero"

Todos estamos un poco replegados sobre nosotros mismos. El sistema económico y la ideología del consumo seleccionan nuestras necesidades y manipulan nuestros sueños, sin tener en cuenta la belleza de la vida compartida

(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal de RD en Roma).- El papa Francisco criticó hoy los efectos del "sistema económico y la ideología del consumo" y lamentó que la fraternidad "sigue siendo la promesa incumplida de la modernida" al saludar a la Pontificia Academia para la Vida por su 25 aniversario.

En el documento, que lleva como títutlo "Humana communitas" (La comunidad humana), Francisco dio su visión sobre los cambios tecnológicos de los últimos años, refiriéndose a "las tecnologías de la información y de la comunicación, las biotecnologías, las nanotecnologías y la robótica".

"Hoy es posible intervenir con mucha profundidad en la materia viva utilizando los resultados obtenidos por la física, la genética y la neurociencia, así como por la capacidad de cálculo de máquinas cada vez más potentes", enmarcó su carta.

"También el cuerpo humano es susceptible de intervenciones tales que pueden modificar no solo sus funciones y prestaciones, sino también sus modos de relación, a nivel personal y social, exponiéndolo cada vez más a la lógica del mercado", agregó Bergoglio en la misiva.

En ese marco, destacó que "ante todo, es necesario comprender los cambios profundos que se anuncian en estas nuevas fronteras, con el fin de identificar cómo orientarlas hacia el servicio de la persona humana, respetando y promoviendo su dignidad intrínseca". Ante estos cambios, según el papa, "la medicina y la economía, la tecnología y la política que se elaboran en el centro de la ciudad moderna del hombre, deben quedar expuestas también y, sobre todo, al juicio que se pronuncia desde las periferias de la tierra".

"De hecho, los numerosos y extraordinarios recursos puestos a disposición de la criatura humana por la investigación científica y tecnológica corren el riesgo de oscurecer la alegría que procede del compartir fraterno y de la belleza de las iniciativas comunes, que les dan realmente su auténtico significado", lamentó.

"Debemos reconocer que la fraternidad sigue siendo la promesa incumplida de la modernidad", planteó, en un escenario en el que "el aliento universal de la fraternidad que crece en la confianza recíproca parece muy debilitada, dentro de la ciudadanía moderna, como entre pueblos y naciones".

"Todos estamos un poco replegados sobre nosotros mismos. El sistema económico y la ideología del consumo seleccionan nuestras necesidades y manipulan nuestros sueños, sin tener en cuenta la belleza de la vida compartida y la habitabilidad de la casa común", planteó en tono crítico.

En esa línea, lamentó " la falta de atención a la gran y decisiva cuestión de la unidad de la familia humana y su futuro", retomando los planteos de su encícilia sobre ecología integral de 2015, Laudato si'..

"La erosión de esta sensibilidad, por parte de las potencias mundanas de la división y la guerra, está creciendo globalmente a una velocidad muy superior a la de la producción de bienes", manifestó en la misiva divulgada este martes por el Vaticano.

"Es una verdadera y propia cultura -es más, sería mejor decir anti-cultura- de indiferencia hacia la comunidad: hostil a los hombres y mujeres, y aliada con la prepotencia del dinero", denunció.

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