Jesús la tomó de la mano y la levantó

Marcelo I, Santo

XXX Papa, 16 de enero

XXX Papa

Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, sepultura de san Marcelo I, papa, que, como recuerda el papa san Dámaso, fue un verdadero pastor, por lo que sufrió mucho, siendo expulsado de su patria y muriendo en el destierro por haber sido denunciado falsamente ante el tirano por algunos que despreciaban la penitencia que les había impuesto (309).

Etimología: Marcelo = relativo al dios Marte, es de origen latino.

Breve Biografía

El papa san Marcelo I (308-309), fue elegido después de cuatro años de la muerte del papa san Marcelino debido a la persecución del emperador Diocleciano (303 al 305).

Le tocó hacerle frente a la crisis dejada entre los cristianos por dicha persecución y que por miedo al martirio habían apostatado de su fe o simplemente abandonado las prácticas religiosas, pero ahora querían regresar a la Iglesia. Decretó que aquellos que deseaban volver a la Iglesia tenían que hacer penitencia por haber renegado de la fe durante la persecución.

Los que estaban en contra de esta decisión consiguieron que el emperador Majencio lo desterrara.

Según el "Libro Pontifical", el Papa Marcelo se hospedó en la casa de una laica muy piadosa de nombre Marcela, y desde ahí, siguió dirigiendo a los cristianos. Al enterarse el Emperador, obligó al Pontífice a relalizar trabajos forzosos en las caballerías y pesebres imperiales que fueron trasladados a esa zona.

Murió en el exilio el 16 de enero de 309. Su cuerpo fue devuelto a Roma y sepultado en el cementerio de Priscila.

Durante su pontificado se dedicó a volver a edificar los templos destruidos en la persecución. Dividió Roma en veinticinco sectores con un presbítero o párroco al frente de cada uno de ellos. Su carácter enérgico, aunque moderado, llevo a que ordenase que ningún concilio se pudiese celebrar sin su autorización explícita.

Dios, guía en el camino de la caridad

Santo Evangelio según San Marcos 1, 29-39. Miércoles I del tiempo ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, Tú no te cansas de buscarme, siempre estás allí cuando te necesito y cuando parece que no te necesito también estás junto a mí. Ayúdame a ser como Tú, que sea capaz de salir al encuentro de aquellos que me necesitan. Dame un corazón como el tuyo, un corazón que no titubee ante las necesidades del prójimo, un corazón que sepa amar sin medida.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Cristo se presenta a nosotros como el mejor ejemplo de amor, Él nos muestra el camino que todo hombre que ama de verdad debe recorrer. El amor verdadero no tiene límites, no conoce fronteras, no distingue entre razas ni clases sociales, el amor no tiene en cuenta capacidades o debilidades, no conoce distancias. Dios nuestro Señor, que se ha humillado acogiendo nuestra pobre condición y ha muerto por nosotros en la cruz, sabe que esto es verdad.

1. Salir al encuentro de los más cercanos.

El primer grado de amor inicia en el momento en que decido olvidarme de mí mismo y salir al encuentro de las necesidades de aquellos que son más cercanos. La suegra de san Pedro estaba enferma, y aun siendo la suegra, el Señor y el apóstol no le dieron menos importancia. «Saliendo de la sinagoga», después de una mañana de trabajo apostólico, se fueron a visitar a aquella persona que más los necesitaba. Este tipo de amor presupone el desapego de los propios intereses y se aferra a la búsqueda del bienestar de la persona amada.

2. Acoger a los que se acercan.

El siguiente grado es el de la acogida. Son muchas las ocasiones en las que estamos en una situación de indisposición para recibir a otras personas, sin embargo, pareciera que son éstos los momentos en las que las personas más se acercan a pedirnos ayuda. Parece que las ocasiones de cansancio, de estrés o incluso de problemas personales pueden ser una excusa para rechazar a aquellos que se acercan a pedirnos ayuda. El amor verdadero no toma en cuenta la propia situación cuando se trata de ayudar al amado. Es fácil amar cuando no se tiene ninguna dificultad, pero que duro es hacerlo cuando nosotros mismos necesitamos ayuda.

3. Salir en busca de los desconocidos.

El tercer grado es el amor al desconocido. Hasta ahora hemos hablado del amor hacia aquellos que conocemos y nos son cercanos, pero qué hay de aquellos que no conocemos.

Nuestro Señor no los deja de lado, ni siquiera espera a que sean los otros los que tomen la iniciativa y se acerquen,

Él mismo sale en su búsqueda; «vamos a otra parte... a predicar allí también». Del mismo modo nosotros debemos salir en busca de aquel desconocido que necesita del amor de Dios que nosotros le podemos transmitir. No podemos ni pensar en cuantas circunstancias nosotros podemos ser instrumentos del amor de Dios; especialmente cuando pensamos que no nos corresponde, o que no es nuestro deber, es ahí cuando más debemos tomar la iniciativa, vencernos a nosotros mismos y salir al encuentro de los otros.

«Vivimos la cultura de la exclusión, la cultura del descarte. Salir al encuentro de esos hermanos excluidos, abandonados a su suerte, pisoteados por intereses egoístas… Ellos también son nuestros hermanos que necesitan nuestra ayuda y necesitan experimentar la presencia de Dios que sale a su encuentro. Allí también ustedes son enviados para hacer realidad el espíritu de las Bienaventuranzas a través de las obras de misericordia: escuchando y dando respuesta a los gritos de quienes piden pan y justicia; llevando paz y promoción integral a los que buscan una vida más digna; consolando y ofreciendo razones de esperanza a las tristezas y sufrimientos de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo… Que esta sea la brújula que oriente sus pasos de hermanos y misioneros.»

(Discurso de S.S. Francisco, 22 de junio de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado... o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy abriré mi corazón de manera especial y buscaré ayudar a alguien cercano a mí; si alguien viene en busca de mi ayuda no dudaré en tenderle la mano, y de una manera especial buscaré ayudar a alguien desconocido, o con quien no trato seguido.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Papa pide a la Iglesia relanzar el humanismo de la vida

"La Iglesia esta? llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida"

El Papa Francisco afirmó que “la Iglesia está llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida”, en una carta enviada con ocasión del 25° aniversario de la Pontificia Academia para la Vida fundada el 11 de febrero 1994.

En la carta titulada “La comunidad humana” (humana communitas) publicada este 15 de enero, el Santo Padre asegura que “la comunidad humana ha sido el sueño de Dios desde antes de la creación del mundo”. Por ello pide “restaurar la evidencia de esta pasión de Dios por la criatura humana y su mundo”.

La misiva anticipa la próxima Asamblea General que se llevará a cabo del 25 al 27 de febrero con el tema de “Robótica. Personas, máquinas y salud” en el Aula Nueva del Sínodo.

“En nuestro tiempo, la Iglesia está llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida que surge de esta pasión de Dios por la criatura humana. El compromiso para comprender, promover y defender la vida de todo ser humano toma su impulso de este amor incondicional de Dios”, escribe el Papa. Añade que “la belleza y el atractivo del Evangelio nos muestran que el amor al prójimo no se reduce a la aplicación de unos criterios de conveniencia económica y política o a ‘algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas’”.

El Papa Francisco dijo que esta pasión ha animado la actividad de la Pontificia Academia para la Vida desde su fundación hace veinticinco años, por San Juan Pablo II, siguiendo la recomendación del siervo de Dios y gran científico Jérôme Lejeune. “Este último, claramente convencido de la profundidad y rapidez de los cambios que se producen en el ámbito biomédico, consideró oportuno sostener un compromiso más estructurado y orgánico en este frente”, subrayò.

En estos años, el Santo Padre destacó que la Academia “ha podido desarrollar iniciativas de estudio, formación e información para que quede de manifiesto que la ciencia y la técnica, puestas al servicio de la persona humana y de sus derechos fundamentales, contribuyen al bien integral del hombre y a la realización del proyecto divino de salvación”.

Por lo tanto, el Papa aseguró que “es urgente intensificar el estudio y la comparación de los efectos de esta evolución de la sociedad en un sentido tecnológico para articular una síntesis antropológica que esté a la altura de este desafío de época” y alertó que el área de su experiencia calificada “no puede limitarse, pues, a resolver problemas planteados por situaciones específicas de conflicto ético, social o legal”.

El Santo Padre señaló que “la pasión por lo humano, por toda la humanidad encuentra en este momento de la historia serias dificultades”, y denuncia que “la distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad se amplía hasta tal punto que da la impresión de que se está produciendo un verdadero cisma entre el individuo y la comunidad humana”.

Por ello, el Papa dijo que “una nueva perspectiva ética universal, atenta a los temas de la creación y de la vida humana, es el objetivo que debemos perseguir a nivel cultural” porque “la diversidad de la vida humana es un bien absoluto, digno de ser custodiado éticamente y muy valioso para la salvaguardia de toda la creación”. “Es hora de relanzar una nueva visión de un humanismo fraterno y solidario de las personas y de los pueblos”, exhorta.

San Juan Pablo II

En su carta, el Santo Padre también destacó signos de la acción de Dios en este ámbito realizados por San Juan Pablo II, como “los gestos de acogida y defensa de la vida humana, la difusión de una sensibilidad contraria a la guerra y a la pena de muerte, así como un interés creciente por la calidad de la vida y la ecología”.

“La comunidad científica de la Pontificia Academia para la Vida ha demostrado, en sus veinticinco años de historia, cómo precisamente desde esta perspectiva puede ofrecer su alta y calificada contribución. Prueba de ello es el compromiso con la promoción y protección de la vida humana en todo su desarrollo, la denuncia del aborto y de la supresión de los enfermos como males gravísimos que contradicen el Espíritu de vida y nos hunden en la anti-cultura de la muerte”, aseguró el Papa.

El Pontífice pidió continuar en esta línea, pero “prestando atención a otros desafíos que la coyuntura contemporánea presenta para la maduración de la fe, para una comprensión más profunda de la misma y para una comunicación más adecuada a los hombres de hoy”.

“Debemos, ante todo, hacer nuestro el lenguaje y la historia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, incorporando el anuncio del Evangelio en la experiencia concreta, como el Concilio Vaticano II ya nos indicó con determinación. Para captar el sentido de la vida humana, la experiencia a la que se hace referencia es aquella que puede reconocerse en la dinámica de la generación. De esta manera, se evitará reducir la vida a un concepto puramente biológico o a una idea universal abstraída de las relaciones y de la historia”, subrayó.

En ese sentido, el Papa pidió a la Pontificia Academia para la Vida que “sea un lugar lleno de valentía de esta interacción y este diálogo al servicio del bien de todos. No tengan miedo de elaborar argumentos y lenguajes que puedan ser utilizados en un diálogo intercultural e interreligioso, así como interdisciplinar. Participen en la reflexión sobre los derechos humanos, que son un punto central en la búsqueda de criterios universalmente compartidos”, animó.

Asimismo, Francisco recordó que Benedicto XVI insistió mucho en la importancia de “urgir una nueva reflexión sobre los deberes que los derechos presuponen, y sin los cuales éstos se convierten en algo arbitrario” porque hoy se da “una profunda contradicción”. “Mientras, por un lado, se reivindican presuntos derechos, de carácter arbitrario y superfluo, con la pretensión de que las estructuras públicas los reconozcan y promuevan, por otro, hay derechos elementales y fundamentales que se ignoran y violan en gran parte de la humanidad”, entre los que el Papa Emérito denunció “la carencia de comida, agua potable, instrucción básica o cuidados sanitarios elementales”.

Al finalizar, el Papa propuso inspirarse en el testimonio de San Francisco de Asís “con su capacidad de reconocerse como hermano de todas las criaturas terrenas y celestiales”, porque “son hermosos los pies de aquellos que llevan el anuncio gozoso del amor de Dios por la vida de cada uno y de todos los habitantes de la tierra”.

¿Qué diferencia hay entre un sacerdote diocesano y un religioso?

Son un modo de vivir diverso del único sacerdocio confiado por el Señor Jesús a su Iglesia.

En la última cena (Mt 26; Mc 14; Lc 22), el Señor Jesús instituyó el Sacramento de la Eucaristía y el Sacramento del Orden, este último con el objetivo de seguir celebrando el primero y así, perpetuar la presencia del mismo Señor en las especies eucarísticas. Sin embargo,hay sacerdotes “diocesanos” y sacerdotes “religiosos”. ¿Cuál es la diferencia?

El ministerio sacerdotal confiado a los apóstoles fue, posteriormente, comunicado por ellos a otros que los sucederían en la misión, a los cuales llamaron Epíscopos (obispos) (1 Tim 3,1ss; 2 Tim 1,6). Este ministerio, además de la potestad de celebrar los sacramentos, conlleva el oficio pastoral. Con el tiempo, los mismos apóstoles van asociando a su ministerio a otros a los que llamanpresbíteros (Hch 14,23), sin olvidar la presencia casi inmediata de los diáconos (Hch 6,1-7). Así, cada comunidad cristiana, situada en un territorio determinado, estaba pastoreada por un obispo con un grupo de presbíteros y diáconos, situación que continúa hasta hoy. El oficio del presbítero (sacerdote) ha sido siempre el de colaborar con su obispo en el ministerio pastoral de la Iglesia.

Por otra parte, desde los primeros siglos de la Iglesia, se empezó a gestar un movimiento de personas que de manera individual se alejaban de la vida común para dedicarse únicamente al Señor, especialmente yéndose al desierto, conocidos comoeremitas y anacoretas. Con el tiempo, se empiezan a reunir en grupos para compartir este estilo de vida. Esto es el germen de los que más a delante se llamará vida religiosa.

Esta consiste en vivir la consagración al Señor, como sacerdote o como hermano, en una comunidad con un carisma específico, esto es, la intención con la cual fue fundada: atender a los jóvenes, a los niños sin hogar, a las prostitutas, a los enfermos, a los privados de libertad, a los inmigrantes, entre otros.

Esto nos lleva, entonces, a hablar del modo de vivir diverso del único sacerdocio confiado por el Señor Jesús a su Iglesia, esto es, sacerdote diocesano y sacerdote religioso. Es el mismo sacerdocio vivido de modo diverso, en cuanto a su comunidad específica.

El sacerdote diocesano tiene un modo de vida que brota de lo que los apóstoles fundaron en las primeras comunidades: un obispo y un grupo de sacerdotes con él pastoreando un territorio determinado llamado Diócesis (de ahí su nombre, diocesanos). El carisma particular está inspirado en Cristo Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas (Jn 10). Propiamente, atienden las parroquias y otras dependencias de la diócesis. Están bajo la autoridad exclusiva de su obispo, por medio de las promesas hechas el día de su ordenación: castidad, pobreza y obediencia.

El sacerdote religioso tiene las mismas facultades de un sacerdote diocesano, es decir, la capacidad de celebrar los sacramentos, pero lo que lo distingue es su modo de vivir. Ya no es entorno a un obispo en una diócesis determinada, sino en una comunidad especifica de religiosos, con un carisma propio, inspirado por el fundador de tal comunidad, bajo la autoridad de un hermano superior de la misma comunidad. Toda la comunidad bajo la autoridad y cuidado del obispo de la diócesis en la que reside. Cada uno profesa, antes de su ordenación sacerdotal, los votos de pobreza, castidad y obediencia. Así tenemos a los Redentoristas, Vicentinos, Carmelitas, Siervos de Jesús, Salesianos, Somascos, Jesuitas y muchos más.

En síntesis, es el mismo sacerdocio, sólo que el diocesano lo ejerce bajo la autoridad de un Obispo en un territorio específico llamado Diócesis, mientras que el religioso lo ejercer bajo la autoridad de un Superior, siguiendo el carisma de su fundador y viviendo en una comunidad.

El hombre de fe puede abrir agujeros en el Cielo

Jesús perdona los pecados y sana al enfermo, pero antes la fe de cuatro hombres los llevó a abrir un agujero en el cielo.

Este episodio es relatado por los tres sinópticos (Mt 9,1-8; Mc 2,1-12; Lc 5,17-26), aunque en contextos distintos, por lo que es más fácil situarlo en el suyo propio. En Mateo se dice que Jesús sube a la barca y luego llega a su pueblo, en cambio en Marcos se omite la barca y “vuelve de nuevo a Cafarnaúm”, en Lucas Jesús está enseñando y en donde había algunos fariseos y doctores de la ley.

"Después del comienzo del ministerio en Galilea, Jesús fue objeto de la admiración del pueblo. Esta se hizo manifiesta ya en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,22). Se vio crecer en la sinagoga de Cafarnaúm (Mc 1,22). A raíz de la curación del endemoniado en la misma sinagoga, la fama de Jesús se extendió por toda Galilea (Mc 1,28). La admiración llego al tope después de la curación del leproso, de tal manera que Jesús se vio obligado a aislarse (Mc 1,45). Los fariseos seguían todos los movimientos de Jesús con suma atención, aunque públicamente no mostraron ninguna reacción. Es probable que la curación del leproso diera un toque de alarma, este hombre se va haciendo demasiado popular, su fama crece de modo constante y lo peor, se muestra independiente de la línea oficial que ellos representan, ha llegado el momento del enfrentamiento público"[1].

ANALISIS GRAMATICAL AL TEXTO GRIEGO

(A. Robertson) [2]

1. Otra vez en Capernaum después de algunos días (palin eis Kapharnaoum di’ hëmerön). Después de la primera gira por Galilea, cuando Jesús está de vuelta a la ciudad que es ahora el cuartel general para la obra en Galilea. La frase di’ hëmerön significa días que intervienen en medio (dia, duo, dos) de la partida y el retorno. En casa (en oiköi), esto es, en la casa de Pedro, ahora la casa de Jesús. Otra imagen directamente proveniente del discurso de Pedro. Algunos de los manuscritos dicen aquí “eis oikon”, ilustrando la práctica identidad de significado de en y eis. Corrió la voz (ëkousthë). Fue oído (primer aoristo pasivo de indicativo, de akouö, oír). La gente esparció el rumor: «Está en casa, ha llegado».

2. Tanto que ya no quedaba sitio ni aun delante de la puerta (höste mëketi chörein mëde ta pros tën thuran). Otro gráfico detalle marcano visto a través de los ojos de Pedro. El doble compuesto negativo del griego intensifica el negativo. Esta puerta de la casa parece que se abría a la calle, no a un patio como en las casas más grandes. La casa estaba a rebosar dentro, y había una gran multitud fuera que colmaba el espacio. Y les hablaba la palabra (kai elalei autois ton logon). Y les estaba hablando la palabra, donde Marcos emplea su favorito y descriptivo tiempo imperfecto (elalei). Nótese esta palabra laleö empleada de la predicación de Jesús (originalmente suena como el piar de los pájaros, el hablar de los niños, pero en este caso es una clase más seria de habla). En contraste con legö (decir) es más bien una palabra onomatopéyica con un cierto énfasis en el son y manera del habla. Este término es común en los ejemplos vernaculares de los papiros acerca de las relaciones sociales.

3. En esto, llegan (kai erchontai). Una buena ilustración del vívido presente dramático histórico de Marcos, preservado por Lucas 5,18, pero no por Mateo 9,2 (imperfecto). Llevado por cuatro (airomenon hupo tessarön). Otro gráfico detalle marcano, que no se halla en los otros Evangelios.

4. Acercarse (proseggisai). Abrieron un boquete en el techo (apestegasan tën stegën). Destecharon el techo (nótese la paronomasia en el griego y el cognado acusativo). El único ejemplo de este verbo en el N.T. Una palabra infrecuente en griego tardío. Subieron por una escalera en el exterior, quizá una escalera de mano, hasta el techo plano de tejas, y agujerearon (exoruxantes) el tejado. Así, había tejas (dia tön keramön, Lc. 5:19) de arcilla e incluso losas de piedra introducidas para dar resistencia, que tenían que ser quitadas. No está claro dónde se hallaba Jesús (hopou ën), bien en el piso de abajo (Holtzmann) o en el de arriba (Lightfoot), o en el cuadrángulo (atrium o compluvium, si la casa tenía uno). Sobre los tejados se extiende una mezcla de mortero, brea, cenizas y arena y se prensa fuertemente, creciendo hierba en las grietas. En las casas de los pobres en el campo la hierba crece con mayor abundancia, y se pueden ver las cabras sobre los tejados, comiéndola. Bajaron la camilla (chalösi ton krabatton), otra vez un presente histórico, en aoristo en Lucas 5,19 (kathëkan). El verbo significa descender de un lugar más alto, como de una barca. Es probable que los cuatro hombres ataran una cuerda a cada esquina de la camilla o cama de pobre (krabatton, latín grabatus. Una de las palabras latinas de Marcos). Mateo (9,2) tiene klinë, es el término general para cama. Lucas tiene klinidion (cama pequeña o camilla). La palabra empleada por Marcos es común en los papiros, y se escribe también krabbatos, en ocasiones krabatos, mientras que W, el Códex Washingtonius, tiene krabbaton.

5. La fe de ellos (tën pistin autön). La fe de los cuatro hombres y la del hombre mismo. No hay razón alguna para excluir su fe. Tenían toda la confianza en el poder y la buena disposición de Jesús para sanar este caso desesperado. Son perdonados (aphientai, presente pasivo aoristo). Así Mateo 9,3, pero Lucas (5,20) tiene el perfecto pasivo dórico apheöntai. Lo asombroso tanto para el paralítico como para los cuatro amigos es que Jesús le perdonó los pecados en lugar de sanarlo. Es probable que sus pecados hubieran causado la parálisis.

6. Allí sentados … Ios cuales razonaban en sus corazones (ekei kathëmenoi kai dialogizomenoi en tais kardiais autön). Otra de las imágenes de Marcos a través de los ojos de Pedro. Estos escribas (y fariseos, Lc. 5,21) estaban allá para provocar, para detectar deficiencias en las enseñanzas y en la conducta de Jesús. Su popularidad y poder habían llenado sus corazones de celos. No hay evidencias de que dijesen en voz alta los pensamientos de sus corazones, «dentro de sí» (Mt. 9.3). No era necesario, porque sus miradas los traicionaban, y Jesús conocía sus pensamientos (Mt. 9,4; Lc: 5,22). Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu (euthus epignous ho lësous töi pneumati autou, Mc. 2,8). El Señor percibe en el acto la atmósfera cargada de hostilidad en la casa. El debate (dialogizomenoi) en sus corazones estaba escrito en sus rostros. No había salido ninguna voz, pero sí que estaba todo electrizado con el sentimiento de ellos.

7. Está blasfemando (blasphëmei). Ésta es la acusación no dicha de palabra, pero que estaba en sus corazones, y que Jesús leyó como en un libro abierto. El texto correcto aquí tiene este verbo. Ellos justifican la acusación con la convicción de que sólo Dios tiene el poder (dunatai) de perdonar pecados. La palabra blasphëmeö significa habla injuriosa o calumniosa. Para ellos era blasfemia que Jesús asumiera esta prerrogativa divina. La lógica de ellos era correcta. El único fallo en ella era pasar por alto la posibilidad de que Jesús tuviera una peculiar relación con Dios que justificara su reivindicación. Así, las dos fuerzas chocan aquí, como en la actualidad, con respecto a la deidad de Cristo Jesús. Sabiendo bien que había ejercido la prerrogativa de Dios al perdonar los pecados de aquel hombre, pasa a justificar su reivindicación sanándolo.

8. Para que sepáis (hina eidëte). Los escribas hubieran podido intentar cualquiera de las alternativas en el versículo 9 con la misma impotencia. Jesús podía pronunciar cualquiera de ambas con la misma efectividad. De hecho, Jesús eligió primero la más difícil, el perdón, que ninguno de ellos podía ver.

Así ahora lleva a cabo el milagro de sanidad, que todos podían ver, para que todos pudieran saber que (el Hijo del Hombre, la favorita designación de Cristo para sí mismo, una reivindicación de ser el Mesías en términos que no podrían ser objetados con facilidad) Él tenía realmente la autoridad y el poder (exousian) para perdonar pecados. Él tiene el derecho y el poder (exousian) para perdonar pecados, aquí y ahora, sin esperar al día del juicio. Dijo al paralítico (legei). Este notable paréntesis en medio de la oración aparece también en Mateo 9,6 y Lucas 5,24, prueba de que ambos, Mateo y Lucas, siguieron la narración de Marcos. Es inconcebible que los tres escritores hubieran introducido, independientemente, el mismo paréntesis en el mismo lugar.

9. A la vista de todos (emprosthen pantön). Lucas 5,25 sigue a Marcos en este detalle. Tomó (aras) su camilla y salió andando, yéndose a casa tal como Jesús le había ordenado (Mc. 2,11). Fue una acción asombrosa e hizo innecesario para Jesús refutar más a los escribas en esta ocasión. El asombro (existasthai, nuestro término éxtasis, como aparece en Lc. 5,26) era demasiado general y grande para ser expresado en palabras. La gente solamente podía decir: «Nunca hemos visto nada como esto» (houtös oudepote eidamen). Jesús había actuado con el poder de Dios y había afirmado su igualdad con Dios, confirmando su afirmación. Todos se maravillaron ante las paradoxes (paradoxa, Lc. 5,26) de aquel día. Y glorificaban a Dios por todo ello.

ANÁLISIS REDACCIONAL DEL TEXTO

Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa y pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta.

Cafarnaúm en griego significa “ciudad de Nahúm o también ciudad de consuelo”. Era una ciudad en la ribera noroeste del lago de Galilea, en la región de Zabulón y Neftalí.

No es nombrada en el AT, siendo posible que no existiera sino después de la cautividad. Era un centro de comercio referente a la pesca y un control de aduana, debido a encontrarse en la ruta comercial que discurría desde Siria al Mediterráneo. En Cafarnaúm Jesús la hizo su residencia habitual (Mt 9,1), frecuentó la sinagoga con regularidad para enseñar en ella (Jn 6,59; Lc 4,33). Allí escogió a Mateo mientras recogía los impuestos (Mt 9,9-13), sanó la fiebre de la suegra de Pedro (Mt 8,14-17; Mc 1,29), a un endemoniado (Mc 1,21-28), al hijo del oficial real (Jn 4,46-54) y a otros números de enfermos (Mt 8,16-17; Mc 1,32-34).

A pesar de las enseñanzas y de las obras de Jesús sus habitantes no aceptaron su mensaje. El Señor anuncio su ruina (Mt 11,23-24), que efectivamente se cumplió.

Mientras Él enseñaba su doctrina le quisieron presentar un paralitico que llevaban entre cuatro.

Jesús tenía como oficio principal exponer la Palabra de Dios y este interés se lo contagió a sus apóstoles, los cuales exclamaron "No está bien que nosotros abandonemos el trabajo de predicar la Palabra de Dios para dedicarnos a administrar" (Hch 6,2).

Existe un dato bien interesante en el pasaje evangélico y es que los camilleros “quisieron” llevar al paralitico a Jesús y no lo pudieron lograr por la gran cantidad de personas, sin embargo su fe era solida y no se desanimaron al primer intento. Cuantos cristianos hoy día se desaniman en su fe al primer inconveniente en sus vidas, su fe es inmadura.

Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.

Los camilleros nunca desfallecieron en su fe y se fortalecieron la dificultad. El paralitico es incapaz de hacer algún movimiento y es por ello que "quitan parte del techo" y bajan al enfermo. Los camilleros abrieron un agujero en el techo, un buen ejemplo para todos los cristianos que también pueden “abrir agujeros en el cielo” para que venga la bendición divina a nuestras vidas.

San Agustín dice al respecto: "Pertenece a la fortaleza cristiana no sólo obrar el bien, sino también tolerar el mal. Quienes parecen enfervorizarse en obrar el bien, pero no quieren o no pueden tolerar los sufrimientos inminentes, son los débiles. Quienes por un mal deseo, siendo amantes del mundo, se retraen de las buenas obras, yacen enfermos y lánguidos; éstos, por su misma enfermedad, como hallándose sin fuerza alguna, no pueden obrar bien alguno. Tal fue en el alma aquel paralítico: los que le llevaban no pudiendo presentarlo al Señor, abrieron el techo y por él lo dejaron caer (Mc 2,3-4). Es como si quisieras hacer esto con el alma: abrir el techo y poner ante el Señor el alma paralítica, descoyuntada en todos sus miembros y sin obra buena alguna, cargada con sus pecados y sufriendo con el mal de su deseo. Quizá están descoyuntados todos los miembros y padeces una parálisis interior y no puedes llegar al médico; tal vez se oculta el médico y está dentro, es decir, quizá está oculto el auténtico sentido de la Escritura; abre el techo y baja al paralítico, descubriendo lo que está oculto. Escuchasteis ya lo que oirán quienes no hacen esto o lo realizan negligentemente: no fortalecisteis a la que estaba débil y a la que estaba fracturada no la vendasteis". (Sermón 46,13)

Las casas de los judíos eran de ladrillos y en menor cantidad de piedra, por su parte el techo era llano, formado por ramas mezcladas con tierra arcillosa y piedras pequeñas. Estaba rodeado de un parapeto y formaba una terraza de múltiples usos; para dormir en las noches de verano, para los trabajos domésticos, las conversaciones y la oración.

Viendo Jesús la fe de aquellos hombres le dijo: "Hijo tus pecados te quedan perdonados". Algunos escribas que estaban ahí sentados comenzaron a pensar: "¿Por qué habla así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?"

El milagro se activo no por la presencia del paralitico sino por la fe de los camilleros, por su perseverancia.

Jesús quiere sanar primeramente nuestra alma para ofrecernos luego la salud corporal, por eso dijo: "Hijo tus pecados te quedan perdonados".

El término pecado en hebreo no tiene un concepto técnico, sin embargo para designar una transgresión, una falta se utiliza la familia de términos griegos de la raíz "hamart" que es la más frecuente. El termino griego principal es "harmatia" que literalmente significa la acción de errar en el blanco.

Entre los múltiples términos tenemos:

• paráptôma: Significa “paso en falso, caída” (Mt 6,14; 18,35; Mc 11,25; Rom 4,15; 5,15).
• parábasis: Termino que denota “pie que traspasa” siempre en relación con la ley:
• ofeilema: Metafóricamente se expresa del pecado como "deuda", por cuanto exige una expiación (Mt 6,12)
• anomía: Es la "carencia de ley, desorden", en sentido de rechazo del principio mismo de la Ley o voluntad de dios (1Jn 3,4).
• adikía: Termino afín al anterior que indica un estado de "injusticia, irrectitud" (Lc 13,27; 16,18; 18,6; 1Co 13,6; 2Ts 2,10; Rom 1,18).

En última instancia el pecado siempre es una ofensa contra el carácter santo de Dios y sus mandamientos.

Siguiendo el texto dice que estaban allí uno escribas y que empezaron a reprochar las palabras de Jesús. El término viene del hebreo "sôfér" que significa contar. Del griego "grammateus" que significa las letras, los escritos los textos.

El escriba era un especialista e intérprete oficial de las escrituras santas. Hacia la edad de 40 años de prolongados estudios, esta persona era nombrada escriba, lo que le confería autoridad en las decisiones jurídicas, especialmente en el Sanedrín, donde tenía derecho a un puesto. En muchos ocasione Jesús reprocha a los escribas por sus excesos debido a su ciencia y a la preocupación por los honores (Mt 21,3-33; Lc 11,45-52).

Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: ¿Por qué pensaron así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralitico "Tus pecados te son perdonados o decirle: -Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa?" Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados. Le dijo al paralitico: "Yo te mando, levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa".

Jesús conoce nuestras intenciones y Él es el único que tiene autoridad o mando para erradicar alguna enfermedad en nuestro cuerpo. El mismo Jesús se hace llamar "Hijo del hombre", expresión tomada de dos traducciones: La primera se remonta a Ezequiel 2,1 y la segunda a Daniel 7,13 y es de tipo apocalíptico. La expresión la realizo Jesús en 3ra persona como lo hace ordinariamente sin preocuparse por definirse como Mesías y hace referencia a su misión, que es misión del Padre, mediante la cual lleva a cabo su acción salvadora de la humanidad sometido a los poderes terrenales de la inhumanidad.

"Jesús envía al hombre a su casa, no al templo. No le manda al lugar santo de los sacerdotes, ni a la escuela doctrinal de las sinagogas donde siguen razonando los escribas. Le devuelve a su casa, es decir, al espacio de vida normal, convertido desde ahora en campo donde viene a expandirse y se refleja el perdón ya recibido"[3].

El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "¡Nunca habíamos visto cosa igual!".

El paralitico tomó su camilla que ya no la necesitaba más y salió de allí dando la gloria a Dios. Hoy también los cristianos deben dar las gracias por la gran cantidad de bendiciones de Dios en nuestras vidas.

ACTUALIZACION

  • Jesús es el único que tiene el poder y la autoridad para perdonar los pecados. Solamente necesita de nuestro arrepentimiento sincero, de nuestro deseo interior de cambiar de vida. Muchas veces es el pecado el que tiene obstruida y paralizada nuestra vida, vivimos inmersos en un mundo de dolor, desesperación y pena.

    • El cristiano de hoy día puede abrir agujeros en el cielo para ser escuchado por Dios y atraer las bendiciones divinas, solamente se necesita un corazón dispuesto al servicio del Evangelio y la entrega total a los demás.

    • Nuestras familias, comunidades y continente necesita de personas dispuestas a llevar a Jesús a todas aquellas personas que se encuentran pasando una situación difícil, la camilla representa el medio por el cual el paralitico es llevado a Jesús, nosotros tenemos múltiples medios también como la oración, el anuncio de la Palabra, el testimonio.

    • Nuestra vida necesita dar testimonio de la gloria de Dios. Hoy cada vez menos hablamos de lo que Jesús hizo y sigue haciendo por cada uno de nosotros. Vemos que en Semana Santa ya no se perciben las películas que por muchos años nos hablaban del relato de la Pasión Muerte y Resurrección de Jesús. Han sido sustituidas por novelas. Ese tiempo litúrgico que es de recogimiento es empleado muchas veces para tomar licor, para visitar familiares y Dios permanece ausente de nuestras vidas.

Audiencia General, 16 Enero 2019© Vatican Media

‘Padre Nuestro’: Para un cristiano, rezar es decir simplemente ‘abba’

5ª catequesis sobre el ‘Padre Nuestro’

ENERO 16, 2019 12:34 ROSA DIE ALCOLEA AUDIENCIA GENERAL

(ZENIT – 16 enero 2019).- “Para un cristiano, rezar es decir simplemente abba(padre)”. El Papa ha animado en la audiencia general a rezar el ‘Padre Nuestro’ con esta intención: “En cualquier momento de nuestra vida podemos encontrar la fuerza y la alegría del corazón dirigiéndonos con confianza a nuestro Padre”.

La audiencia general, este miércoles, 16 de enero de 2019, ha congregado a miles de peregrinos procedentes de todo el mundo en el Aula Pablo VI, que han recibido al Pontífice a las 9:20 horas, entre aplausos y voces de alegría.

En su catequesis, pronunciada en italiano, el Santo Padre ha meditado sobre el término «Abbà, Padre!» (de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos, 8, 14-16), empleado tradicionalmente en la oración del ‘Padre Nuestro’.

Siguiendo el ciclo sobre el ‘Padre Nuestro’, el Papa ha ofrecido la quinta catequesis en torno a esta oración, de la que ha destacado que se centra en la palabra: “Abba, Padre”. “Esta expresión es tan importante para los cristianos que se ha conservado en su forma original, escuchando en ella la misma voz de Jesús”, ha explicado. 

Hijos adoptivos

San Pablo –ha indicado Francisco– nos dice que no hemos recibido un espíritu de esclavitud, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: “¡Abba!, Padre”.

“El cristiano que ha conocido a Dios y ha escuchado su palabra no lo considera como un tirano al que debe temer, sino que siente confianza y afecto hacia él, como un niño en los brazos de su ‘papá’ “, ha aclarado el Pontífice.

Padre misericordioso

La parábola del padre misericordioso nos enseña el sentido de la palabra “abba” a través de los sentimientos del hijo pródigo.

La actitud de la figura del padre de esa parábola, que abraza al hijo después de haberlo esperado por mucho tiempo, nos recuerda el espíritu de la “madre”, que sigue amando y perdonando a los hijos, aunque no lo merezcan. 

ENERO 16, 2019 12:34 AUDIENCIA GENERAL

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