Tengo fe, pero dudo, ayúdame
- 25 Febrero 2019
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Waldburgis de Heidenheim, Santa
Abadesa, 25 de febrero
Martirologio Romano: En el monasterio de Heidenheim, en la región alemana de Franconia, santa Waldburgis, abadesa, cuyos hermanos, los santos Bonifacio, Willibaldo y Winebaldo, la convencieron para que pasase de Inglaterra a Germania, donde rigió aquel monasterio, doble de monjas y monjes († 779).
Fecha de canonización: El papa Adriano II alrededor del año 870.
Breve Biografía
Nació en Wessex (Inglaterra) cerca del 710. Hija del legendario rey san Ricardo el Sajón -un reyezuelo1 de los sajones occidentales- y de Winna, hermana de san Bonifacio, apóstol de Germania.
Cuando su padre partió en peregrinación hacia Roma junto con sus dos hijos —los también legendarios san Wilibaldo y san Winibaldo—, Waldburgis (entonces de once años de edad) quedó bajo el cuidado de la abadesa de Wimborne. Pasó 26 años encerrada en el convento inglés, preparándose para las hazañas que llevaría a cabo en Alemania. Gracias a la educación que recibió en Winborne, Walpurga pudo más tarde escribir en latín la Vida de san Winibaldo y los viajes de san Willibaldo por Palestina. Eso la convertiría en la primera escritora de Inglaterra y Alemania. Apenas un año después de su arribo, recibió noticias de la muerte de su padre el rey Ricardo en Lucca (Italia).
Durante este periodo, san Bonifacio estaba sentando los cimientos de la iglesia en Germania. Walpurga viajó a Württemberg para asistir a san Bonifacio. Se convirtió en monja y vivió en el convento Heidenheim, que había sido fundado por su hermano san Wilibaldo. Se encontraba en el actual distrito Weißenburg-Gunzenhausen, vecino al distrito de Eichstätt, en Baviera, que en esa época formaba parte del imperio franco.
Bonifacio fue el primer misionero que pidió ayuda a las mujeres. En el año 748, en respuesta a su pedido, la abadesa Tetta envió a Germania a santa Lioba y santa Waldburgis, junto con muchas otras monjas. Partieron del puerto británico con buen clima, pero se desató en el viaje una terrible tempestad. Waldburgis se arrodilló en el puente de la nave y oró, y rápidamente el mar se calmó. Al arribar al puerto en el continente, los marineros proclameron el milagro que habían presenciado, por lo que Waldburgis era recibida en todas partes con veneración.
En la iglesia de Amberes hay una tradición que dice que la santa pasó algún tiempo allí, en su viaje hacia Alemania. En la iglesia más antigua de la ciudad (que ahora recibe el título de santa Waldburgis), se encuentra una gruta donde se dice que la santa rezaba. Esta misma iglesia, antes de adoptar el Oficio Romano, acostumbraba a celebrar la fiesta de la santa Waldburgis cuatro veces al año.
En Mainz la santa fue recibida por su hermano san Willibald y por su tío san Bonifacio. Después de vivir algún tiempo bajo la tutela de santa Lioba en Bischofsheim, fue nombrada abadesa de Heidenheim, y así quedó cerca de su hermano favorito, san Winibaldo, que gobernaba un monasterio allí.
Después de la muerte de Winibaldo, ella quedó a cargo también de su monasterio. El 23 de septiembre del 776, ella asistió a su hermano Willibaldo a trasladar los restos de su otro hermano Winibaldo. Descubrieron que no había trazas de putrefacción en las reliquias. Un par de años después Walpurga cayó enferma y —confortada por san Willibald— falleció en Heidenheim el 25 de febrero del 779, y ese día lleva su nombre en el calendario católico; pero en algunos sitios -como Finlandia, Suecia y Bavaria (sur de Alemania)- su fiesta conmemora el tralado de sus reliquias, el 1 de mayo.
San Wilibaldo puso su tumba al lado de la de san Winibaldo. Wilibaldo sobrevivió hasta 786. Después de su muerte, la devoción hacia santa Waldburgis declinó gradualmente y su tumba se fue arruinando.
Cerca de 870, Otkar, el obispo de Eichstadt, determinó que había que restaurar la iglesia y el monasterio de Heidenheim, que se encontraba casi en ruinas. Declaró que la santa se le había aparecido y lo había amenazado debido a que su tumba había sido profanada por los trabajadores. Entonces se realizó el traslado ritual de sus restos hasta Eichstadt el 21 de septiembre de 870. Fueron instalados en la Iglesia de la Santa Cruz (ahora llamada Iglesia de Sta. Waldburgis. En el año 893 el obispo Erchanbold, sucesor de Otkar, abrió la tumba para arrancar un trozo de su cuerpo para regalarle a Liubula, la abadesa de Monheim. Dijo que el cuerpo estaba inmerso en un precioso óleo que -excepto en la época en que Eichstadt quedó en interdicto y en una ocasión en que unos ladrones lastimaron al encargado de retirar el aceite, continuó fluyendo de su cuerpo (especialmente de sus pechos).
Estas declaraciones hicieron que la santa fuera contada entre los elaephori (santos generadores de aceite). Partes de su cuerpo fueron repartidos a muchas ciudades, como Colonia, Amberes, Furnes y otros, mientras que su óleo ha sido repartido a todos los rincones del globo.
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Su nombre ha sido transcrito de diversas formas: Walburga, Walpurgis, Waldburgis, Walburg, Valpurgis, Valaburgia, Valborg, Valburga, Valburgia, Valderburger, Valpuri, Vappu, Vaubourg, Walburg, Walburge, Waltpurde, Wealdburg, Falbourg, Gauburge, etc.
Natural de Sussex. Hija del mítico san Ricardo, rey de Essex -un reyezuelo1 de los sajones occidentales- y de Winna, hermana de san Bonifacio, apóstol de Germania. Hermana de santos Wunibaldo y Wilebaldo.
Desde muy niña estuvo educada en el monasterio de Wimborne en Dorset, donde recibió una esmerada educación, durante el gobierno de la abadesa santa Tetta. Pasó 26 años encerrada en el convento inglés. Gracias a la educación que recibió en Winborne, Walpurga pudo más tarde escribir en latín la "Vida de San Winibaldo" y los viajes de san Willibaldo por Palestina. Eso la convertiría en la primera escritora de Inglaterra y Alemania.
En el año 748, participó, a petición de san Bonifacio, en la misión por tierras alemanas junto a santa Lioba y otras muchas monjas. Partieron del puerto británico con buen clima, pero se desató en el viaje una terrible tempestad. Walburga se arrodilló en el puente de la nave y oró, y rápidamente el mar se calmó. Al arribar al puerto en el continente, los marineros proclameron el milagro que habían presenciado, por lo que Walburga era recibida en todas partes con veneración.
En Mainz la santa fue recibida por su hermano san Wilebaldo y por su tío san Bonifacio. Después de vivir algún tiempo bajo la tutela de santa Lioba en Bischofsheim, fue nombrada abadesa del monasterio benedictino de Heidenheim, y así quedó cerca de su hermano favorito, san Wunibaldo, que gobernaba un monasterio allí. Tras la muerte de Wunibaldo, ella quedó a cargo también de su monasterio. En el 776, asistió a su hermano Wilebaldo a trasladar los restos de su otro hermano Wunibaldo. Descubrieron que no había trazas de putrefacción en las reliquias.
Un par de años después Walburga cayó enferma y -confortada por san Wilebaldo- falleció en Heidenheim el 25 de febrero del 779, y ese día se celebra su fiesta en el calendario católico; aunque en algunos sitios -como Finlandia, Suecia y Baviera- su fiesta se conmemora el día del traslado de sus reliquias, el 1 de mayo.
Otro rito de purificación y defensa que se relacionaba con la santa Walpurgis, era el encendido de hogueras contra los poderes malignos a lo largo de la noche entre el 30 de abril y el 1 de mayo. Esta pagana Noche de Walpurgis se sigue celebrando en esa noche de primavera (previa a la fiesta de santa Walburga), cuando las brujas pueden celebrar sus fiestas paganas antes de ser barridas por el amanecer del día de la santa. El escritor alemán Wolfgang Goethe retrató de manera espantosa esa noche de Walpurgis en su "Fausto".
Curaciones extraordinarias le son atribuidas de un fluido que emana la roca que está colocada sobre su tumba, y que es llamado "aceite de Walburga".
Ha dado su nombre a un pueblo del departamento de Orne, próximo a Nogent le Rotrou. Es patrona de Amberes; de la diócesis de Eichstätt.
El paso de la fe
Santo Evangelio según San Marcos 9, 14-29. Lunes VII del tiempo ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús: Así como tumbaste a san Pablo del caballo de su egoísmo y de rencor, así te pido yo que me permitas caer para desprenderme de todo lo que me aleja de Ti. Que en este momento de oración pueda yo conocerte un poquito más, pero que, sobre todo, te permita entrar en mi corazón, pues eres Tú el único quien puede transformarlo y convertirlo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Han visto como aquel pobre hombre se sumía en el combate personal más fuerte de su vida, y cómo acudía a Jesús para pedir auxilio? Ese combate se resume en menos de una línea: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.»
Cuando tenemos la fe, resulta un poco paradójico cómo es que nos sigue costando tanto ser buenos cristianos... Muchas veces no tenemos en cuenta que el primer gran paso para comenzar a vivir la fe no es un simple paso, sino que es un salto, un salto por un acantilado enorme y profundo. Este acantilado es nuestro hombre viejo. Pero si no somos Superman, ¿cómo dar ese salto? Fácil, del mismo modo que aquel hombre: pidiendo la ayuda de Dios. De este modo, Él toma nuestra mano y nos lleva hacia el otro lado del abismo, hacia el camino de la santidad al que nos llama.
Y yo... ¿estoy dispuesto a dar ese salto de la fe?
«Este es un motivo de escándalo y de incredulidad no solo en aquella época, sino en cada época, también hoy. El cambio hecho por Jesús compromete a sus discípulos de ayer y de hoy a una verificación personal y comunitaria. También en nuestros días, de hecho, puede pasar que se alimenten prejuicios que nos impiden captar la realidad. Pero el Señor nos invita a asumir una actitud de escucha humilde y de espera dócil, porque la gracia de Dios a menudo se nos presenta de maneras sorprendentes, que no se corresponden con nuestras expectativas. Pensemos juntos en la Madre Teresa di Calcuta, por ejemplo. Una hermana pequeña —nadie daba diez liras por ella— que iba por las calles recogiendo moribundos para que tuvieran una muerte digna. Esta pequeña hermana, con la oración y con su obra hizo maravillas. La pequeñez de una mujer revolucionó la obra de la caridad en la Iglesia. Es un ejemplo de nuestros días. Dios no se ajusta a los prejuicios. Debemos esforzarnos en abrir el corazón y la mente, para acoger la realidad divina que viene a nuestro encuentro. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo para la gracia de Dios.»
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de julio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Durante esta semana, al menos tres veces al día, pediré: Señor, aumenta mi fe.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La fuerza de los débiles: la fe
El secreto está en fiarse de Dios, en saber descubrirlo en las mil sorpresas de la vida.
¿Cuál es la mayor fuerza de los débiles? Dar el paso de la fe. ¿Cuál es la mayor debilidad de los fuertes? Cerrar las puertas a la fe.
Estamos acostumbrados a medir la fuerza y la debilidad de las personas según parámetros equivocados. Medimos el dinero, la belleza, las energías físicas, las influencias, el contar con amigos poderosos, para juzgar si una persona es fuerte, si triunfa en la vida.
Nos olvidamos que esos y otros aspectos son pasajeros y mudables. Brillan durante días, meses o años. Luego, en un momento, o poco a poco, dejan de valer.
Lo que importa, lo realmente grande, lo que da fuerzas a cualquier ser humano, es la fe. Saber que Dios nos ama, que nuestra vida vale mucho para Él, que sueña con perdonarnos los pecados, que anhela poder abrazarnos, son riquezas, son poderes, que no se adquieren ni con el dinero, ni con la salud, ni con una multitud de aplausos.
El secreto está en fiarse de Dios, en saber descubrirlo en las mil sorpresas de la vida. Verlo presente en el amor de unos padres buenos, en unos educadores que nos dan el testimonio de su fe sincera, en un sacerdote que nos enseña a orar y a confiar en el Padre de los cielos.
Nuestra energía, nuestro poder, está en Dios y en su Amor. Aunque lluevan críticas al Papa, a los obispos, a la Iglesia. Aunque nos señalen con el dedo y nos excluyan de la vida pública. Aunque perdamos un puesto de trabajo por dar nuestro “sí” a Cristo y nuestro “no” a la falsedad, al robo, a la envidia, al miedo.
Todo lo podemos apoyados en Dios. Como los millones de santos sencillos, humildes, potentes, que han llenado de luz y de esperanza nuestro planeta bañado de lágrimas por culpa de la soberbia de los engreídos. Santos que rezan y cambian la historia del mundo. Santos que alegran el corazón de Dios y dan fuerzas a los atribulados, los abatidos, los enfermos. Santos que hacen que la misericordia avance, que el amor triunfe en corazones anhelantes de consuelo.
Santos que, sin dinero, sin aplausos, sin sables, son potentes simplemente porque se apoyan en Dios. Ese Dios que vence la muerte, borra los pecados, da vida a los jilgueros, pinta de verde los castaños, y nos repite “confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).
Comentario a la Liturgia VII Domingo TO C
¿Cómo podré yo vivir esto que el maestro me propone?
En la liturgia de este domingo encontramos en el Evangelio un conjunto de dichos y enseñanzas de Jesús que recoge el evangelista Lucas y los coloca en un discurso que dice Jesús durante su ministerio en Galilea. Él ya ha elegido a los doce, ya ha mostrado que es capaz de curar a los enfermos y de liberar a los endemoniados. Ahora presenta una serie de propuestas éticas para vivir.
En este discurso Jesús nos invita a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien a los que nos aborrecen, a bendecir a los que nos maldigan y a orar por los que nos difamen. Solo de escuchar esta primera frase del discurso nos podemos preguntar: ¿Cómo podré yo vivir esto que el maestro me propone? ¿Cómo amar a todos aquellos que me han hecho daño cuando en el interior quisiera que se haga justicia?
El discurso de Jesús en el llano presentado por Lucas está sintetizado en la frase que la liturgia coloca en el aleluya: Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Él fue quien nos enseñó el camino con su propia vida y su propio ejemplo. Pero no solo eso. Él fue el que nos alcanzó la posibilidad de vivir así, de responder así a los enemigos, de amar de esta manera tan plena.
Para entender mejor esta realidad es bueno tomar la segunda lectura de la liturgia de hoy de la carta de Pablo a los corintios. En ella Pablo hace una comparación del primer hombre, Adán y el último hombre, Jesús. Ahí nos podemos ver reflejados nosotros. Sabemos que somos como aquel primer hombre. Somos puramente humanos, hechos de tierra. Nuestro barro nos hace débiles y frágiles y por lo tanto incapaces de amar como Dios ama.
Sin embargo, la buena noticia viene en el mismo texto pero más adelante. San Pablo indica que somos semejantes al hombre terreno pero que también seremos semejantes al hombre celestial. Será Jesús, nuevo Adán, descrito como espíritu que da vida quien nos dará su Espíritu. Ese Espíritu es el que nos hará capaces de ser celestiales, es decir, de ser como Dios en lo que respecta al amor.
Jesús nos invita a ser misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso. Pero no nos pide solo imitarlo sino que ser como Él, es decir, ser en Él. Y para ello tenemos que ser invadidos constantemente por su Espíritu. La vida de Dios que es el amor habitará en nosotros en la medida que nos dejemos invadir por Él, por su amor y por su misericordia.
Y por ello es importante vivir en nuestra propia vida lo que nos dice el salmo. El salmista ha experimentado el amor y la misericordia de Dios y se dice a sí mismo, a su alma, que bendiga al Señor y que jamás olvide los beneficios recibidos por parte suya. Ha experimentado que Dios no lo ha tratado como merecen sus culpas ni le ha pagado según sus pecados. Más bien, al contrario, el Señor ha sido compasivo.
Habiendo experimentado la compasión de Dios y la misericordia del Padre entonces sí seremos compasivos con los demás. El Espíritu del Señor habitará en nosotros por la misericordia y amaremos como Él ama. Pidamos pues este don al Señor este domingo. Que nuestro Adán terreno sea invadido por el Adán celestial y por lo tanto seamos semejanza de Aquél que ama sin medida, Jesús, Nuestro Señor.
Terminemos con una oración: «Padre de bondad, somos Adán, hemos sido hechos de barro. Nuestra vida terrena necesita ser invadida por la vida celestial que nos ofrece el nuevo Adán, Jesús. Llenos de su Espíritu podremos amar a nuestros enemigos como nos lo pides tu. Amén.»
¿Cómo podemos tener libre albedrío si Dios lo sabe todo?
Conocer no es lo mismo que determinar
Pregunta:
“¡Hola! Tengo una duda teológica: con respecto al término omnisciencia, ¿cómo se puede explicar que Dios todo lo sabe cuando hay seres con libre albedrío que pueden determinar qué hacer y cómo comportarse en su entorno? Sabemos que la omnisciencia se refiere a saber todo acerca de la creación y sus formas; pero, ¿cree usted que la omnisciencia alcanza la libertad de pensamiento y acción que tienen los hombres que repercute en las decisiones que ellos mismos toman? Por ejemplo, ¿Dios sabe si uno va a ser pobre o rico?”.
SD – Costa Rica
Respuesta:
Te agradezco por tu consulta pues permitirá resolver una cuestión filosófica que en algún u otro momento ha atormentado a muchos: cómo conciliar la Omnisciencia divina con la libertad humana. En efecto, son varias las personas que se han preguntado cosas tales como “¿Cómo podemos tener libre albedrío si Dios ya sabe lo que vamos a hacer?” o “¿Cómo puede Dios saberlo todo si es que tenemos libre albedrío?”.
Pues bien, comencemos con la definición de Omnisciencia. En mi libro ¿Dios existe?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer especifico la definición de cada uno de los atributos divinos y cómo se deducen lógicamente a partir del concepto de Dios. Respecto de la Omnisciencia escribo que “Se dice que un ser es omnisciente en cuanto tiene en sí la plenitud y totalidad del conocimiento” (1). En consecuencia, absolutamente nada de lo existente y sus formas puede caer fuera del conocimiento divino. Dios lo sabe todo.
Ahora, pasemos a la cuestión: ¿hay contradicción necesaria entre la Omnisciencia y el libre albedrío? De ningún modo. Y esto por una razón muy sencilla: porque un acto libre puede ser perfectamente conocido como precisamente eso, como “acto libre”, y, por tanto, el que se lo conozca no le quita en nada su cualidad de tal. Pongámoslo con un ejemplo sencillo: imaginemos que vemos en la calle a alguien que libremente está pateando a otra persona, ¿el hecho de que lo estemos viendo quita en algo que su acto sea libre? No. Conocemos su acto como acto libre, y punto. El hecho de que nosotros veamos (conozcamos) el acto de esa persona no implica que nuestro conocimiento lo haya determinado a hacer eso sino que la determinación de su acto viene de su voluntad.
Pero aquí alguno podrá objetar: “Oh, bueno, pero con el caso de Dios es diferente porque él conoce todas las cosas desde antes que sucedan”. Aquí la clave del problema está en la palabra “desde antes”. Sucede que con tal tipo de cláusula se está diciendo como que el conocimiento de Dios es algo que se desarrolla en el tiempo conforme a un esquema de pasado-presente-futuro respecto de distintas cosas. Pero no es así pues Dios y su conocimiento, que se identifica con su ser, no está ni existe en el tiempo sino de modo trascendente al tiempo. A diferencia de lo que sucede con nuestros procesos cognitivos, Dios “ve las cosas simultánea y no sucesivamente” (2). Así que Dios no conoce en un “antes” en el sentido temporal sino que desde su conocimiento eterno abarca en un solo acto todos los sucesos temporales.
Pongamos un ejemplo adicional para ilustrar bien este último aspecto. Imaginemos que, por alguna razón, se me concede el don de la Omnisciencia y, por tanto, tengo simultáneamente el conocimiento de todo lo pasado, presente y futuro. Dentro de eso conozco, por ejemplo, que para el año 2080 un joven X elegirá libremente casarse con una muchacha Y. Ahora, sucede que estoy conociendo tal acto como acto libre. El joven podría haber elegido casarse con cualquier otra muchacha, pero en la realidad se ha dado que, de entre todas las opciones potenciales, él eligió libremente casarse con la muchacha Y. De este modo, la omnisciencia simplemente implica esto: que yo, al conocer todo lo real (en este ejemplo hipotético), conozco que el joven realizará esa elección libre por el simple hecho de que tal elección libre es un evento de la realidad. Punto, tan sencillo como eso. Análogamente, pues, Dios conoce absolutamente todos los actos, pensamientos y deseos que libremente surgen en el hombre (así como si tal o cual será “rico” o “pobre”) sin que ello elimine la libertad. Conocer no es lo mismo que determinar. Luego, no hay propiamente contradicción entre Omnisciencia y libre albedrío.
Referencias:
- Dante A. Urbina, ¿Dios existe?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer, Ed. CreateSpace, Charleston, 2016, p. 32.
- Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, I, q. 14, art. 7, rpta.
Tener los mismos sentimientos de Cristo
El amor a la voluntad del Padre y el amor a los hombres son los dos principales sentimientos de Cristo.
“Tener los mismos sentimientos de Cristo” (Fil 2,5). Este era el consejo que San Pablo daba a la primitiva comunidad cristiana de Filipos y del cual se puede sacar mucho provecho para vivir la Semana Santa.
¿Cuáles son esos sentimientos, esos motivos que Cristo guarda en su corazón? Ante todo, un profundo amor al Padre por el que hace todo. El “GPS” que dirigió su vida fue siempre ese: “¡He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad!” (Hb 10,7).
Los evangelios son testimonios de esta entrega plena de Jesús a la voluntad de su Padre. “No viene a hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 5,30). O cuando Cristo dijo: “el que me ha enviado está conmigo no me ha dejado solo pues siempre hago lo que le es de su agrado (Jn 8, 29).
El Jueves Santo lo veremos, en su momento más dramático, volveremos a recordar ese hilo conductor que motivó toda su existencia humana: “Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22,42).
Jesús es el eterno enamorado de la voluntad de su Padre. No hay nada más para Él que agradar a su Padre y esto significa cumplir su voluntad. Vemos que esto agrada al Padre y muestra esta satisfacción con su Hijo durante la Transfiguración en el Tabor cuando dice: “Este es mi Hijo amado en quien me complazco” (Mt 3,17).
El otro sentimiento que Cristo tenía en su corazón era el amor a los hombres. ¡Los amaba tanto! Sus entrañas se conmovían profundamente al contemplar a los hombres que estaban como ovejas sin pastor (cf. Mt 9,36). Llega incluso a derramar lágrimas y a conmoverse al ver la tristeza de María por la muerte de su hermano Lázaro y es tan evidente su compasión que los mismos judíos exclaman: cómo le quería (cf. Jn 11,33-36).
Ante las tentaciones de riquezas y poderío que el demonio le ofreció a Nuestro Señor, Él no se puso de rodillas para alabarle. Sí lo hace, en cambio, para lavarle los pies a Judas, que está a punto de traicionarle (cf. Jn 13,5). Así es Jesús: un corazón lleno de amor, humildad y ternura para con los hombres. Incapaz de no amar.
Con tal de ganar un alma más para su Reino, estuvo dispuesto a perdonar al buen ladrón minutos antes de pasar de este mundo al Padre (cf. Lc 23,43). Él sabía que valía la pena todo el sufrimiento, todo el dolor, toda la incomprensión, toda la soledad e injuria con tal de conseguir para nosotros la vida eterna en la que estaremos junto a Él en el cielo.
Estos sentimientos de su corazón le movieron a “despojarse de sí mismo tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil 2,6-8).
También nosotros podemos hacer propios estos sentimientos del corazón de Cristo y aplicarlos en nuestra vida. Mostrarle nuestra gratitud a Dios esforzándonos por cumplir su voluntad en las circunstancias particulares de nuestra vida, ya que sean agradables o arduas. Imitar sus sentimientos comprendiendo a nuestros compañeros de trabajo, de colegio, de oficina, sabiendo que todo lo que les hacemos o dejamos de hacer es a Cristo mismo a quien se lo hacemos (cf Mt 25,40).
"LA UNIVERSALIDAD DE ESTA PLAGA NO DISMINUYE SU MONSTRUOSIDAD DENTRO DE LA IGLESIA"
]Papa, ante la "plaga" de los abusos: "Detrás está Satanás"
El Papa fija 9 'buenas prácticas' de la Iglesia ante los abusos de poder, de conciencia y sexuales
José Manuel Vidal, 24 de febrero de 2019 a las 11:20
El Papa, en la misa de la Sala Regia
RELIGIÓN | VATICANO
El santo temor de Dios nos lleva a acusarnos a nostoros mismos como personas y como institución. Nodebemos caer en la trampa de acusar a los otros"
(José M. Vidal).- Misa en la Sala Regia presidida por el Papa Francisco, para clausurar la cumbre antipederastia. Al final, Bergolgio pronunció un largo, denso y profundo discurso denunciando la plaga de los abusos en la sociedad y en la Iglesia y ofreciendo 9 prácticas buenas, para evitarlos. Porque "l auniversalidad de esta plaga no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia". Una monstruosidad que el Papa achacó a "Satanás" y "al espíritu del Mal".
Entre otras cosas, el papa Francisco se comprometió hoy a que la Iglesia "no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido" abusos de tipo sexual" y que "nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso".
Ademçás, el papa Francisco comparó este domingo la "plaga" de los abusos sexuales a menores con las prácticas religiosas del pasado de "ofrecer seres humanos", dijo al término de la cumbre sobre la pederastia celebrada en el Vaticano.
"Me trae a la mente la cruel práctica religiosa, difundida en el pasado en algunas culturas, de ofrecer seres humanos (frecuentemente niños) como sacrificio en los ritos paganos", dijo el papa tras reiterar que la Iglesia se compromete a combatir ese fenómeno con "la máxima seriedad".
"Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso (que representa ya en sí mismo una monstruosidad), ese caso será afrontado con la máxima seriedad", añadió en un largo discurso ante los líderes de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo, secretarios de congregaciones, obispos y cardenales reunidos en la Sala Regia del Vaticano.
Para el papa el abusador "es un instrumento de Satanás", dijo al recordar que la Iglesia está frente a una manifestación del mal "descarada, destructiva y agresiva".
#PBC2019. #Popeprotectionminors. #PapaFrancesco pronuncia un discorso a conclusione dell'Incontro su “La protezione dei minori nella Chiesa”. Dinanzi al mistero del male, rimarca, occorre proteggere i piccoli dai lupi voraci. https://www.vaticannews.va/it/papa/news/2019-02/papa-francesco-discorso-finale-incontro-protezione-minori-vatiab.html …
En su discurso el papa habló de las estadísticas a nivel mundial y aseguró que la Iglesia se compromete a aplicar las estrategias de las organizaciones internacionales, entre la ONU y la Organización Mundial de la Salud, para erradicar la pederastia.
"No se puede, por tanto, comprender el fenómeno de los abusos sexuales a menores sin tomar en consideración el poder, en cuanto estos abusos son siempre la consecuencia del abuso de poder, aprovechando una posición de inferioridad del indefenso abusado", afirmó.
"El abuso de poder está presente en otras formas de abuso de las que son víctimas casi 85 millones de niños, olvidados por todos: los niños soldado, los menores prostituidos, los niños malnutridos, los niños secuestrados y frecuentemente víctimas del monstruoso comercio de órganos humanos, o también transformados en esclavos, los niños víctimas de la guerra, los niños refugiados, los niños abortados y así sucesivamente", añadió.
"Ante tanta crueldad, ante todo este sacrificio idolátrico de niños al dios del poder, del dinero, del orgullo, de la soberbia, no bastan meras explicaciones empíricas; estas no son capaces de hacernos comprender la amplitud y la profundidad del drama", admitió.
Antes, revestidos con casullas verdes, el color litúrgico del tiempo y de la esperanza), en el marco bellísimo de la Sala Regia del Palacio apostólico, todos los presidentes del episcopado mundial concelebran con el Papa. En el mismo lugar, donde ayer, el Papa y los suyos pidieron solemnemente perdón y escucharon, estremecidos, el testimonio de una víctima de abusos chilena.
Tras el Kirye y el Cloria, las lecturas. La primera lectura del libro de Samuel, leída por Emili Turu, ex superior general de los maristas y actual secretario general de la Unión de Superiores Mayores.
Salmo 102: "El Señor es compasivo y misericordioso"
Segunda lectura de Pablo a los Corintios.
Lectura del Evangelio de Lucas: "Amad a vuestros enemigos...rezad por los que os calumnian...Tratad a los demás como queréis que ellos os traten..."
Monseñor Coleridge
Algunas frases de la homilía de Marc Coleridge, arzobispo de Brisbane y presidente de la conferencia episcopal de Australia:
"Cristo nos habla de poder en esta sala que también nos habla de poder, de batallas y de luchas entre Papas y emperadores"
"En esta sala regia la palabra de Dios nos invita a contemplar el poder, como lo hemos hecho estos días"
"Los pastores de la Iglesia han recibido el don del poder. El poder para servir. Un poder con y para, pero no sobre"
"El poder es peligroso, porque puede destruir, cuando el poder de la Iglesia se epara del servicio, cuando no es una forma de amar, cuando es sólo poder"
Emili Turu
"En el abuso sexual, los poderosos ponen las manos sobre los consagrados del Señor...Se apoderan de la lanza"
"En el abuso y su ocultamiento, los poderosos se muestran como los hombres de la tierra"
"Los enemigos no son las víctimas ni los supervivientes de los abusos"
"A veces, hemos visto a las víctimas como el enemigo y no los hemos amado ni bendecido"
"Hemos sido nuestro peor enemigo"
"No siempre hemos escogido la misericordia. A veces, hemos preferido la indiferencia y el deseo de proteger la reputación de la Iglesia"
"Hemos mostrado poca misericordia y, por lo tanto, recibiremos la misma"
"Esto requerirá una verdadera conversión"
"Las herida de los que han sido maltratado son nuestras heridas, que su destino es el nuestro, que no son nuestros enemigos, sino carne de nuestra carne. Ellos son nosotros y nosotros somos ellos"
"Esta conversión es una revolución copernicana"
"La revolución coprenicana es el descubrimiento que nosotros tenemos que girar alrededor de las víctimas, no al contrario"
"Ver con sus ojos y oír con sus oídos"
"Esta es la verdadera revolución y la gracia que puede abrir a la Iglesia un nuevo tiempo de misión"
"Señor, ¿cuándo te vimos abusado y no te hemos ayudado?"
"En ellos, los más pequeños, en las víctimas encontramos a Cristo crucificado".
"Hemos estado estos días en el calvario. Estamos en la montaña oscura. Al escuchar a las víctimas, hemos escuchado a las víctimas clamando en la oscuridad"
Gerard O'Connell@gerryorome
Waiting in the Sala Regia of the Vatican for Pope Francis to arrive to celebrate the closing Mass of the Vatican summit on the protection of minors, Feb. 24
Ver los otros Tweets de Gerard O'Connell
"La esperanza se convierte en oración"
"Sólo queda la voz del Señor Resucitado, que nos exhorta a no quedarnos mirando el sepulcro vacío"
"El fuego de un nuevo Pentecostés nos toca"
"Del miedo nace la audacia apostólica. Del desaliento profundo, la alegría del Evangelio"
"Una misión que exige no sólo palabras, sino acciones concretas y reales"
"Haremos todo lo posible para hacer justicia y sanar a las víctimas. Les creeremos y caminaremos con ellas"
"Pediremos cuentas a los que han encubierto los absusos"
"Haremos todo lo posible para que los horrores del pasado no se repitan y la Iglesia sea un laugar seguro para los menores, una madre amorosa"
"Trabajaremos con todos los interesados"
"Todo esto llevará tiempo, pero no nos atreveremos a fracasar"
Tras haber propuesto una hoja de ruta con puntos específicos para erradicar la pederastia dentro de la Iglesia con justicia, verdad y reparación, al final de la misa, Francisco leyó un largo discurso de más de 16 páginas, que, seguramente, sellará un antes y un después, en relación con la plaga de los abusos dentor y fuera de la Iglesia.
Texto integro del discurso del Papa
Queridos hermanos y hermanas:
En la acción de gracias al Señor, que nos ha acompañado en estos días, quisiera agradeceros también a vosotros por el espíritu eclesial y el compromiso concreto que habéis demostrado con tanta generosidad.
Nuestro trabajo nos ha llevado a reconocer, una vez más, que la gravedad de la plaga de los abusos sexuales a menores es por desgracia un fenómeno históricamente difuso en todas las culturas y sociedades. Solo de manera relativamente reciente ha sido objeto de estudios sistemáticos, gracias a un cambio de sensibilidad de la opinión pública sobre un problema que antes se consideraba un tabú, es decir, que todos sabían de su existencia, pero del que nadie hablaba. Esto también me trae a la mente la cruel práctica religiosa, difundida en el pasado en algunas culturas, de ofrecer seres humanos -frecuentemente niños- como sacrificio en los ritos paganos.
Sin embargo, todavía en la actualidad las estadísticas disponibles sobre los abusos sexuales a menores, publicadas por varias organizaciones y organismos nacionales e internacionales (Oms, Unicef, Interpol, Europol y otros), no muestran la verdadera entidad del fenómeno, con frecuencia subestimado, principalmente porque muchos casos de abusos sexuales a menores no son denunciados,[1] en particular aquellos numerosísimos que se cometen en el ámbito familiar.
De hecho, muy raramente las víctimas confían y buscan ayuda.[2] Detrás de esta reticencia puede estar la vergüenza, la confusión, el miedo a la venganza, los sentimientos de culpa, la desconfianza en las instituciones, los condicionamientos culturales y sociales, pero también la desinformación sobre los servicios y las estructuras que pueden ayudar. Desgraciadamente, la angustia lleva a la amargura, incluso al suicidio, o a veces a vengarse haciendo lo mismo. Lo único cierto es que millones de niños del mundo son víctimas de la explotación y de abusos sexuales.
Sería importante presentar los datos generales -en mi opinión siempre parciales- a escala mundial,[3] después europeo, asiático, americano, africano y de Oceanía, para dar un cuadro de la gravedad y de la profundidad de esta plaga en nuestras sociedades.[4] Para evitar discusiones inútiles, quisiera evidenciar antes de nada que la mención de algunos países tiene el único objetivo de citar datos estadísticos aparecidos en los informes mencionados.
La primera verdad que emerge de los datos disponibles es que quien comete los abusos, o sea las violencias (físicas, sexuales o emotivas) son sobre todo los padres, los parientes, los maridos de las mujeres niñas, los entrenadores y los educadores. Además, según los datos de UNICEF de 2017 referidos a 28 países del mundo, 9 de cada 10 muchachas, que han tenido relaciones sexuales forzadas, declaran haber sido víctimas de una persona conocida o cercana a la familia.
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7 medidas para combatir #abusos #PapaFrancisco 7. MUNDO DIGITAL: Los seminaristas, sacerdotes, religiosos, religiosas, agentes pastorales deben tomar conciencia de que el mundo digital y el uso de sus instrumentos incide a menudo más profundamente de lo que se piensa #PBC2019
— Zenit Español (@zenitespanol) 24 de febrero de 2019
Según los datos oficiales del gobierno americano, en los Estados Unidos más de 700.000 niños son víctimas cada año de violencia o maltrato, según el International Center For Missing and Exploited Children (ICMEC), uno de cada diez niños sufre abusos sexuales. En Europa, 18 millones de niños son víctimas de abusos sexuales.[5]
Si nos fijamos por ejemplo en Italia, el informe del "Telefono Azzurro" de 2016 evidencia que el 68,9% de los abusos sucede dentro del ámbito doméstico del menor.[6]
Teatro de la violencia no es solo el ambiente doméstico, sino también el barrio, la escuela, el deporte[7] y también, por desgracia, el eclesial.
De los estudios efectuados en los últimos años sobre el fenómeno de los abusos sexuales a menores emerge que el desarrollo de la web y de los medios de comunicación ha contribuido a un crecimiento notable de los casos de abuso y violencia perpetrados online. La difusión de la pornografía se está esparciendo rápidamente en el mundo a través de la Red.
La plaga de la pornografía ha alcanzado enormes dimensiones, con efectos funestos sobre la psique y las relaciones entre el hombre y la mujer, y entre ellos y los niños. Un fenómeno en continuo crecimiento. Una parte muy importante de la producción pornográfica tiene tristemente por objeto a los menores, que así son gravemente heridos en su dignidad. Los estudios en este campo documentan que esto sucede con modalidades cada vez más horribles y violentas; se llega al extremo de que los actos de abuso son encargados y efectuados en directo a través de la Red.[8]
Recuerdo aquí el Congreso internacional celebrado en Roma sobre la dignidad del niño en la era digital; así como el primer Fórum de la Alianza interreligiosa para Comunidades más seguras sobre el mismo tema y que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en Abu Dhabi.
Otra plaga es el turismo sexual: según los datos de 2017 de la Organización Mundial del Turismo, cada año en el mundo tres millones de personas emprenden un viaje para tener relaciones sexuales con un menor.[9] Es significativo el hecho de que los autores de tales crímenes, en la mayor parte de los casos, no reconocen que están cometiendo un delito.
Estamos, por tanto, ante un problema universal y transversal que desgraciadamente se verifica en casi todas partes. Debemos ser claros: la universalidad de esta plaga, a la vez que confirma su gravedad en nuestras sociedades,[10] no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia.
La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética. El consagrado, elegido por Dios para guiar las almas a la salvación, se deja subyugar por su fragilidad humana, o por su enfermedad, convirtiéndose en instrumento de satanás. En los abusos, nosotros vemos la mano del mal que no perdona ni siquiera la inocencia de los niños. No hay explicaciones suficientes para estos abusos en contra de los niños. Humildemente y con valor debemos reconocer que estamos delante del misterio del mal, que se ensaña contra los más débiles porque son imagen de Jesús. Por eso ha crecido actualmente en la Iglesia la conciencia de que se debe no solo intentar limitar los gravísimos abusos con medidas disciplinares y procesos civiles y canónicos, sino también afrontar con decisión el fenómeno tanto dentro como fuera de la Iglesia. La Iglesia se siente llamada a combatir este mal que toca el núcleo de su misión: anunciar el Evangelio a los pequeños y protegerlos de los lobos voraces.
Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso -que representa ya en sí mismo una monstruosidad-, ese caso será afrontado con la mayor seriedad. De hecho, en la justificada rabia de la gente, la Iglesia ve el reflejo de Dios, traicionado y abofeteado por estos consagrados deshonestos. El eco de este grito silencioso de los pequeños, que en vez de encontrar en ellos paternidad y guías espirituales han encontrado a sus verdugos, hará temblar los corazones anestesiados por la hipocresía y por el poder. Nosotros tenemos el deber de escuchar atentamente este sofocado grito silencioso.
@Pontifex invite l'Eglise à se concentrer sur 8 points : protection des enfants ; sérieux irréprochable ; purification ; formation ; renforcer les lignes-guides ; accompagner les victimes ; surveiller le monde numérique ; combattre le tourisme sexuel #PBC2019
No se puede, por tanto, comprender el fenómeno de los abusos sexuales a menores sin tomar en consideración el poder, en cuanto estos abusos son siempre la consecuencia del abuso de poder, aprovechando una posición de inferioridad del indefenso abusado que permite la manipulación de su conciencia y de su fragilidad psicológica y física. El abuso de poder está presente en otras formas de abuso de las que son víctimas casi 85 millones de niños, olvidados por todos: los niños soldado, los menores prostituidos, los niños malnutridos, los niños secuestrados y frecuentemente víctimas del monstruoso comercio de órganos humanos, o también transformados en esclavos, los niños víctimas de la guerra, los niños refugiados, los niños abortados y así sucesivamente.
Ante tanta crueldad, ante todo este sacrificio idolátrico de niños al dios del poder, del dinero, del orgullo, de la soberbia, no bastan meras explicaciones empíricas; estas no son capaces de hacernos comprender la amplitud y la profundidad del drama. Una vez más, la hermenéutica positivista demuestra su proprio límite. Nos da una explicación verdadera que nos ayudará a tomar las medidas necesarias, pero no es capaz de darnos un significado. Y hoy necesitamos tanto explicaciones como significados. Las explicaciones nos ayudarán mucho en el ámbito operativo, pero nos dejan a mitad de camino.
¿Cuál es, por tanto, el "significado" existencial de este fenómeno criminal? Teniendo en cuenta su amplitud y profundidad humana, hoy no puede ser otro que la manifestación del espíritu del mal. Si no tenemos presente esta dimensión estaremos lejos de la verdad y sin verdaderas soluciones.
Hermanos y hermanas, hoy estamos delante de una manifestación del mal, descarada, agresiva y destructiva. Detrás y dentro de esto está el espíritu del mal que en su orgullo y en su soberbia se siente el señor del mundo[11] y piensa que ha vencido. Esto quisiera decíroslo con la autoridad de hermano y de padre, ciertamente pequeño, pero que es el pastor de la Iglesia que preside en la caridad: en estos casos dolorosos veo la mano del mal que no perdona ni siquiera la inocencia de los pequeños. Y esto me lleva a pensar en el ejemplo de Herodes que, empujado por el miedo a perder su poder, ordenó masacrar a todos los niños de Belén.[12]
Y de la misma manera que debemos tomar todas las medidas prácticas que nos ofrece el sentido común, las ciencias y la sociedad, no debemos perder de vista esta realidad y tomar las medidas espirituales que el mismo Señor nos enseña: humillación, acto de contrición, oración, penitencia. Esta es la única manera para vencer el espíritu del mal. Así lo venció Jesús.[13]
Así pues, el objetivo de la Iglesia será escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren. La Iglesia, para lograr dicho objetivo, tiene que estar por encima de todas las polémicas ideológicas y las políticas periodísticas que a menudo instrumentalizan, por intereses varios, los mismos dramas vividos por los pequeños.
Por lo tanto, ha llegado la hora de colaborar juntos para erradicar dicha brutalidad del cuerpo de nuestra humanidad, adoptando todas las medidas necesarias ya en vigor a nivel internacional y a nivel eclesial. Ha llegado la hora de encontrar el justo equilibrio entre todos los valores en juego y de dar directrices uniformes para la Iglesia, evitando los dos extremos de un justicialismo, provocado por el sentido de culpa por los errores pasados y de la presión del mundo mediático, y de una autodefensa que no afronta las causas y las consecuencias de estos graves delitos.
En este contexto, deseo mencionar las "Best Practices" formuladas, bajo la dirección de la Organización Mundial de la Salud,[14] por un grupo de diez agencias internacionales que ha desarrollado y aprobado un paquete de medidas llamado INSPIRE, es decir, siete estrategias para erradicar la violencia contra los menores.[15]
Sirviéndose de estas directrices, la Iglesia, en su itinerario legislativo, gracias también al trabajo desarrollado en los últimos años por la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores y a la aportación de este encuentro, se centrará en las siguientes dimensiones:
1. La protección de los menores: el objetivo principal de cualquier medida es el de proteger a los menores e impedir que sean víctimas de cualquier abuso psicológico y físico. Por lo tanto, es necesario cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Institución, en beneficio de una búsqueda sincera y decisiva del bien de la comunidad, dando prioridad a las víctimas de los abusos en todos los sentidos. Ante nuestros ojos siempre deben estar presentes los rostros inocentes de los pequeños, recordando las palabras del Maestro: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!» (Mt 18,6-7).
2. Seriedad impecable: deseo reiterar ahora que «la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso» (Discurso a la Curia Romana, 21 diciembre 2018). Tiene la convicción de que «los pecados y crímenes de las personas consagradas adquieren un tinte todavía más oscuro de infidelidad, de vergüenza, y deforman el rostro de la Iglesia socavando su credibilidad. En efecto, también la Iglesia, junto con sus hijos fieles, es víctima de estas infidelidades y de estos verdaderos y propios delitos de malversación» (ibíd.).
3. Una verdadera purificación: a pesar de las medidas adoptadas y los progresos realizados en materia de prevención de los abusos, se necesita imponer un renovado y perenne empeño hacia la santidad en los pastores, cuya configuración con Cristo Buen Pastor es un derecho del pueblo de Dios. Se reitera entonces «su firme voluntad de continuar, con toda su fuerza, en el camino de la purificación. La Iglesia se cuestionará [...] cómo proteger a los niños; cómo evitar tales desventuras, cómo tratar y reintegrar a las víctimas; cómo fortalecer la formación en los seminarios. Se buscará transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo no solo del cuerpo de la Iglesia sino también de la sociedad» (ibíd.). El santo temor de Dios nos lleva a acusarnos a nosotros mismos -como personas y como institución- y a reparar nuestras faltas. Acusarnos a nosotros mismos: es un inicio sapiencial, unido al santo temor de Dios. Aprender a acusarse a sí mismo, como personas, como instituciones, como sociedad. En realidad, no debemos caer en la trampa de acusar a los otros, que es un paso hacia la excusa que nos separa de la realidad.
4. La formación: es decir, la exigencia de la selección y de la formación de los candidatos al sacerdocio con criterios no solo negativos, preocupados principalmente por excluir a las personas problemáticas, sino también positivos para ofrecer un camino de formación equilibrado a los candidatos idóneos, orientado a la santidad y en el que se contemple la virtud de la castidad. San Pablo VI escribía en la encíclica Sacerdotalis caelibatus: «Una vida tan total y delicadamente comprometida interna y externamente, como es la del sacerdocio célibe, excluye, de hecho, a los sujetos de insuficiente equilibrio psicofísico y moral, y no se debe pretender que la gracia supla en esto a la naturaleza» (n. 64).
5. Reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales: es decir, reafirmar la exigencia de la unidad de los obispos en la aplicación de parámetros que tengan valor de normas y no solo de orientación. Ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado (como ha sido costumbre en el pasado), porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo. De modo particular, desarrollar un nuevo y eficaz planteamiento para la prevención en todas las instituciones y ambientes de actividad eclesial.
6. Acompañar a las personas abusadas: El mal que vivieron deja en ellos heridas indelebles que se manifiestan en rencor y tendencia a la autodestrucción. Por lo tanto, la Iglesia tiene el deber de ofrecerles todo el apoyo necesario, valiéndose de expertos en esta materia. Escuchar, dejadme decir: "perder tiempo" en escuchar. La escucha sana al herido, y nos sana también a nosotros mismos del egoísmo, de la distancia, del "no me corresponde", de la actitud del sacerdote y del levita de la parábola del Buen Samaritano.
7. El mundo digital: la protección de los menores debe tener en cuenta las nuevas formas de abuso sexual y de abusos de todo tipo que los amenazan en los ambientes en donde viven y a través de los nuevos instrumentos que usan. Los seminaristas, sacerdotes, religiosos, religiosas, agentes pastorales; todos deben tomar conciencia de que el mundo digital y el uso de sus instrumentos incide a menudo más profundamente de lo que se piensa. Se necesita aquí animar a los países y a las autoridades a aplicar todas las medidas necesarias para limitar los sitios de internet que amenazan la dignidad del hombre, de la mujer y de manera particular a los menores: el delito no goza del derecho a la libertad. Es necesario oponernos absolutamente, con la mayor decisión, a estas abominaciones, vigilar y luchar para que el crecimiento de los pequeños no se turbe o se altere por su acceso incontrolado a la pornografía, que dejará profundos signos negativos en su mente y en su alma. Es necesario comprometernos para que los chicos y las chicas, de modo particular los seminaristas y el clero, no sean esclavos de dependencias basadas en la explotación y el abuso criminal de los inocentes y de sus imágenes, y en el desprecio de la dignidad de la mujer y de la persona humana. Se evidencian aquí las nuevas normas "sobre los delitos más graves" aprobadas por el papa Benedicto XVI en el año 2010, donde fueron añadidos como nuevos casos de delitos «la adquisición, la retención o divulgación» realizada por un clérigo «en cualquier forma y con cualquier tipo de medio, de imágenes pornográficas de menores». Entonces se hablaba de «menores de edad inferior a 14 años», ahora pensamos elevar este límite de edad para extender la protección de los menores e insistir en la gravedad de estos hechos.
8. El turismo sexual: la conducta, la mirada, la actitud de los discípulos y de los servidores de Jesús han de saber reconocer la imagen de Dios en cada criatura humana, comenzando por los más inocentes. Solo aprovechando este respeto radical por la dignidad del otro podemos defenderlo del poder dominante de la violencia, la explotación, el abuso y la corrupción, y servirlo de manera creíble en su crecimiento integral, humano y espiritual, en el encuentro con los demás y con Dios. Para combatir el turismo sexual se necesita la acción represiva judicial, pero también el apoyo y proyectos de reinserción de las víctimas de dicho fenómeno criminal. Las comunidades eclesiales están llamadas a reforzar la atención pastoral a las personas explotadas por el turismo sexual. Entre estas, las más vulnerables y necesitadas de una ayuda especial son ciertamente las mujeres, los menores y los niños; estos últimos, necesitan todavía de una protección y de una atención especial.
Las autoridades gubernamentales deben dar prioridad y actuar con urgencia para combatir el tráfico y la explotación económica de los niños. Para este fin, es importante coordinar los esfuerzos en todos los niveles de la sociedad y trabajar estrechamente con las organizaciones internacionales para lograr un marco legal que proteja a los niños de la explotación sexual en el turismo y permita perseguir legalmente a los delincuentes.[16]
Permitidme un agradecimiento de corazón a todos los sacerdotes y a los consagrados que sirven al Señor con fidelidad y totalmente, y que se sienten deshonrados y desacreditados por la conducta vergonzosa de algunos de sus hermanos. Todos -Iglesia, consagrados, Pueblo de Dios y hasta Dios mismo- sufrimos las consecuencias de su infidelidad. Agradezco, en nombre de toda la Iglesia, a la gran mayoría de sacerdotes que no solo son fieles a su celibato, sino que se gastan en un ministerio que es hoy más difícil por los escándalos de unos pocos -pero siempre demasiados- hermanos suyos. Y gracias también a los laicos que conocen bien a sus buenos pastores y siguen rezando por ellos y sosteniéndolos.
Finalmente, quisiera destacar la importancia de transformar este mal en oportunidad de purificación. Miremos a Edith Stein - santa Teresa Benedicta de la Cruz, con la certeza de que «en la noche más oscura surgen los más grandes profetas y los santos. Sin embargo, la corriente vivificante de la vida mística permanece invisible. Seguramente, los acontecimientos decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influenciados por almas sobre las cuales nada dicen los libros de historia. Y cuáles sean las almas a las que hemos de agradecer los acontecimientos decisivos de nuestra vida personal, es algo que solo sabremos el día en que todo lo oculto será revelado».
El santo Pueblo fiel de Dios, en su silencio cotidiano, de muchas formas y maneras continúa haciendo visible y afirmando con "obstinada" esperanza que el Señor no abandona, que sostiene la entrega constante y, en tantas situaciones, dolorosa de sus hijos. El santo y paciente Pueblo fiel de Dios, sostenido y vivificado por el Espíritu Santo, es el rostro mejor de la Iglesia profética que en su entrega cotidiana sabe poner en el centro a su Señor. Será justamente este santo Pueblo de Dios el que nos libre de la plaga del clericalismo, que es el terreno fértil para todas estas abominaciones.
El resultado mejor y la resolución más eficaz que podamos dar a las víctimas, al Pueblo de la santa Madre Iglesia y al mundo entero, es el compromiso por una conversión personal y colectiva, y la humildad de aprender, escuchar, asistir y proteger a los más vulnerables.
Hago un sentido llamamiento a la lucha contra el abuso de menores en todos los ámbitos, tanto en el ámbito sexual como en otros, por parte de todas las autoridades y de todas las personas, porque se trata de crímenes abominables que hay que extirpar de la faz de la tierra: esto lo piden las numerosas víctimas escondidas en las familias y en los diversos ámbitos de nuestra sociedad.
***
[1] Cf. María Isabel Martínez Pérez, Abusos sexuales en niños y adolescentes, ed. Criminología y Justicia, 2012: se denuncia solo el 2% de los casos, sobre todo cuando los abusos ocurren en el ámbito familiar. Calcula de un 15 a un 20% de víctimas de pedofilia en nuestra sociedad. Solo el 50% de los niños revela el abuso sufrido y, de esos casos, solo el 15% llega a ser denunciado. Solo el 5% acaba en un proceso.
[2] Una de cada tres víctimas no habla de ello con nadie (Datos 2017 recogidos por la organización sin ánimo de lucro THORN).
[3] A escala mundial: en 2017, la OMS ha estimado que hasta mil millones de menores en una edad comprendida entre los 2 y los 17 años han sufrido violencias o negligencias físicas, emotivas o sexuales. Los abusos sexuales (desde las caricias a la violación), según algunas estimaciones de UNICEF en 2014, afectan a más de 120 millones de niñas, entre las que se registra el más alto número de víctimas. En 2017 la misma organización de la ONU ha referido que en 38 países del mundo de bajo o medio rédito, casi 17 millones de mujeres adultas han admitido haber tenido en su infancia una relación sexual forzada.
Europa: en 2013, la OMS ha estimado que mas de18 millones de niños han resultado ser víctimas de abusos. Según UNICEF, en 28 países europeos, alrededor de 2,5 millones de mujeres jóvenes han declarado haber sufrido abusos sexuales con o sin contacto físico antes de los 15 años (datos difundidos en 2017). Además, 44 millones (el 22,9%) han sido víctimas de violencia física, mientras que 55 millones (29,6%) víctimas de violencia psicológica. Y no solo: en 2017, el Informe INTERPOL sobre la explotación sexual de los menores ha llevado a la identificación de 14.289 víctimas en 54 países europeos. Respecto a Italia en 2017, el Cesvi ha estimado que 6 millones de niños han sufrido maltrato. Además, según los datos elaborados por el Telefono Azzurro, en el periodo comprendido entre el 1 de enero al 31 de diciembre de 2017, los casos de abuso sexual y pedofilia atendidos por el servicio 114 Emergenza Infanzia han sido 98, aproximadamente el 7,5% del total de los casos atendidos por este servicio. El 65% de los menores que pedían ayuda eran víctimas de sexo femenino y más del 40% eran menores de 11 años.
Asia: En India, en el decenio 2001-2011, el Asian Center for Human Rights ha declarado un total de 48.338 casos de violación de menores, con un aumento del 336%: de los 2.113 casos del 2001, de hecho, se llegó a los 7.112 casos en el 2011.
América: en los Estados Unidos los datos oficiales del gobierno declaran que, cada año, más de 700.000 niños son víctimas de violencia o maltrato. Según el International Center for Missing and Exploited Children (ICMEC), uno de cada 10 niños sufre abusos sexuales.
África: en Sudáfrica, los resultados de una investigación llevada a cabo en el 2016 por el Centro para la justicia y la prevención de los crímenes de la Universidad de Ciudad del Cabo, ha revelado que un joven sudafricano de cada 3, hombre o mujer, está en situación de riesgo de abusos sexuales antes de haber cumplido los 17 años. Según este estudio, el primero de este género a escala nacional en Sudáfrica, 784.967 jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 17 años han sufrido abusos sexuales. Las víctimas en este caso son prevalentemente chicos, de sexo masculino. Ni siquiera un tercio ha denunciado la violencia a las autoridades. En otros países africanos los abusos sexuales a menores se insertan en el contexto más amplio de las violencias vinculadas a los conflictos que bañan de sangre el continente y son difícilmente cuantificables. El fenómeno está también estrechamente unido a la práctica de matrimonios precoces difundidos en varias naciones africanas y en otros lugares.
Oceanía: en Australia, según los datos difundidos por el Australian Institute of Health and Welfare (AIHW) en febrero de 2018 y que se refieren a los años 2015-2017, 1 de cada 6 mujeres (16%, es decir, 1,5 millones) han declarado haber sufrido abusos físicos y/o sexuales antes de los 15 años, y 1 de cada 9 hombres (11%, es decir 992.000) han declarado haber experimentado este abuso cuando eran muchachos. En el 2015-16, además, aproximadamente 450.000 niños han sido objeto de medidas de protección de la infancia, y 55.600 menores han sido alejados del ámbito doméstico para curar los abusos sufridos y prevenir otros. Finalmente, para no olvidar los riesgos que corren los menores nativos: siempre según el AIHW, en el 2015-2016, los niños indígenas han tenido 7 veces más probabilidad de ser objeto de abusos y de abandono respecto a sus coetáneos no indígenas (cf. http://www.pbc2019.org/it/protezione-dei-minori/abuso-dei-minori-a-livello-globale).
[4] Los datos presentados se refieren a países tomados como muestra por la fiabilidad de las fuentes disponibles. Las investigaciones difundidas por UNICEF sobre 30 países confirman este hecho: un pequeño porcentaje de víctimas afirmó haber pedido ayuda.
[5] Cf. https://www.repubblica.it/salute/prevenzione/2016/05/12/news/maltrattamenti_sui_minori_tutti_gli_abusi- 139630223.
[6] Específicamente, el presunto responsable del malestar sufrido por un menor es, en el 73,7% de los casos alguno de los padres (la madre en el 44,2% y el padre en el 29,5%), un pariente en el 3,3%, un amigo en el 3,2%, un conocido en el 3%, un profesor en el 2,5%. Los datos revelan que el porcentaje de un responsable adulto extraño es muy pequeño (2,2%) (cf. ibíd.).
[7] Una investigación inglesa de 2011, realizada por el NSPCC (National Society for the Prevention of Cruelty to Children), ha descubierto que el 29% de los sujetos entrevistados declaraba haber sufrido acoso sexual (físico o verbal) en los centros donde practicaba un deporte.
[8] Según los datos de 2017 del IWF (Internet Watch Foundation), cada 7 minutos una página web envía imágenes de niños abusados sexualmente. En el 2017, han sido individuados 78.589 URL que contenían imágenes de abuso sexual concentrados en particular en los Países Bajos, seguidos por los Estados Unidos, Canadá, Francia y Rusia. El 55% de las víctimas tiene menos de 10 años, 1'86% son niñas, el 7% niños, el 5% ambos.
[9] Los destinos más frecuentes son Brasil, República Dominicana, Colombia, así como Tailandia y Camboya. A estos, se han añadido últimamente algunos países de África y del Este europeo. Los primeros países de proveniencia de quienes perpetran los abusos son Francia, Alemania, Reino Unido, China, Japón e Italia. No se debe olvidar tampoco el número creciente de mujeres que viajan a países en vías de desarrollo, buscando sexo por dinero con menores: en total, ellas representan el 10% de los turistas sexuales en el mundo. Además, según un estudio guiado por ECPAT International (End Child Prostitution in Asian Tourism) entre el 2015 y el 2016, el 35% de los turistas sexuales pedófilos eran clientes habituales, mientras el 65% eran clientes ocasionales (cf. https://www.osservatoriodiritti.it/2018/03/27/turismo-sessuale-minorile-nel-mondo-italia-ecpat).
[10] «Si esta gravísima desgracia ha golpeado algunos ministros consagrados, la pregunta es: ¿Cuánto podría ser profunda en nuestra sociedad y en nuestras familias?» (Discurso a la Curia Romana, 21 diciembre 2018).
[11] Cf. R.H. Benson, The Lord of the World, Dodd, Mead and Company, Londres 1907.
[12] «Quare times, Herodes, quia audis Regem natum? Non venit ille ut te excludat, sed ut diabolum vincat. Sed tu haec non intelligens turbaris et saevis; et ut perdas umum quem quaeris, per tot infantium mortes efficeris crudelis [...] Necas parvulos corpore quia te necat timor in corde» (S. Quadvultdeus, Sermo 2 de Symbolo: PL 40, 655).
[13] «Quemadmodum enim ille, effuso in scientiae lignum veneno suo, naturam gusto corruperat, sic et ipse dominicam carnem vorandam presumens, Deitatis in ea virtute, corruptus interitusque sublatus est» Máximo el Confesor, Centuria 1, 8-13: PG, 1182-1186.
[14] (CDC: United States Centers for Disease Control and Prevention; CRC: Convention on the Rights of the Child; End Violence Against Children: The Global Partnership; PAHO: Pan American Health Organization; PEPFAR: President's
BOLLETTINO N. 0158- 24.02.2019
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Emergency Program for AIDS Relief; TfG: Together for Girls; UNICEF: United Nations Children's Fund; UNODC: United Nations Office on Drugs and Crime; USAID: United States Agency for International Development; WHO: World Health Organization).
[15] Cada letra de la palabra INSPIRE representa una de las estrategias, y la mayor parte ha demostrado tener efectos preventivos sobre diferentes tipos de violencia, además de beneficios en sectores como la salud mental, la educación y la reducción de la criminalidad. Las siete estrategias son las siguientes: Implementation and enforcement of laws: actuación y aplicación de las leyes (por ejemplo, prohibir disciplinas violentas y limitar el acceso de alcohol y armas de fuego); Norms and values: normas y valores para cambiar (por ejemplo, aquellos que toleran el abuso sexual a las chicas o la actitud agresiva entre los chicos); Safe environments: ambientes seguros (por ejemplo, identificar en los barrios los "puntos álgidos" de la violencia y hacer frente las causas locales con una política que resuelva los problemas y otras intervenciones); Parent and caregiver support: padres y apoyo del asistente familiar (por ejemplo, proporcionando formación a los padres de los jóvenes, y a los padres recientes); Income and economic strengthening: ingresos y fortalecimiento económico (como el micro-crédito y la formación sobre la equidad de género); Response and support services: servicios de respuesta y ayuda (por ejemplo, garantizar que los menores expuestos a la violencia puedan acceder a cuidados de emergencia eficaces y recibir una ayuda adecuada psico-social); Education and life skills: instrucción y capacitación para la vida (por ejemplo, garantizar que los menores vayan a la escuela y proporcionar las competencias sociales).
[16] Cf. Documento Final del VI Congreso Mundial sobre la Pastoral del Turismo, 27 julio 2004.