Tendréis ocasión de dar testimonio
- 17 Noviembre 2019
- 17 Noviembre 2019
- 17 Noviembre 2019
Isabel de Hungría, Santa
Memoria Litúrgica, 17 de noviembre
Viuda
Martirologio Romano: Memoria de santa Isabel de Hungría, que siendo casi niña se casó con Luis, landgrave de Turingia, a quien dio tres hijos, y al quedar viuda, después de sufrir muchas calamidades y siempre inclinada a la meditación de las cosas celestiales, se retiró a Marburgo, en la actual Alemania, en un hospital que ella misma había fundado, donde, abrazándose a la pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los pobres hasta el último suspiro de su vida, que fue a los veinticinco años de edad († 1231).
Breve Biografía
A los cuatro años había sido prometida en matrimonio, se casó a los catorce, fue madre a los quince y enviudó a los veinte. Isabel, princesa de Hungría y duquesa de Turingia, concluyó su vida terrena a los 24 años de edad, el I de noviembre de 1231. Cuatro años después el Papa Gregorio IX la elevaba a los altares. Vistas así, a vuelo de pájaro, las etapas de su vida parecen una fábula, pero si miramos más allá, descubrimos en esta santa las auténticas maravillas de la gracia y de las virtudes.
Su padre, el rey Andrés II de Hungría, primo del emperador de Alemania, la había prometido por esposa a Luis, hijo de los duques de Turingia, cuando sólo tenia 11 años. A pesar de que el matrimonio fue arreglado por los padres, fue un matrimonio vivido en el amor y una feliz conjunción entre la ascética cristiana y la felicidad humana, entre la diadema real y la aureola de santidad. La joven duquesa, con su austeridad característica, despertando el enojo de la suegra y de la cuñada al no querer acudir a la Iglesia adornada con los preciosos collares de su rango: “¿Cómo podría—dijo cándidamente—llevar una corona tan preciosa ante un Rey coronado de espinas?”.
Sólo su esposo, tiernamente enamorado de ella, quiso demostrarse digno de una criatura tan bella en el rostro y en el alma y tomó por lema en su escudo, tres palabras que expresaron de modo concreto el programa de su vida pública: “Piedad, Pureza, Justicia”.
Juntos crecieron en la recíproca donación, animados y apoyados por la convicción de que su amor y la felicidad que resultaba de él eran un don sacramental: “Si yo amo tanto a una criatura mortal—le confiaba la joven duquesa a una de sus sirvientes y amiga—, ¿cómo debería amar al Señor inmortal, dueño de mi alma?”.
A los quince años Isabel tuvo a su primogénito, a los 17 una niña y a los 20 otra niña, cuando apenas hacía tres semanas había perdido a su esposo, muerto en una cruzada a la que se había unido con entusiasmo juvenil. Cuando quedó viuda, estallaron las animosidades reprimidas de sus cuñados que no soportaban su generosidad para con los pobres. Privada también de sus hijos, fue expulsada del castillo de Wartemburg. A partir de entonces pudo vivir totalmente el ideal franciscano de pobreza en la Tercera Orden, para dedicarse, en total obediencia a las directrices de un rígido e intransigente confesor, a las actividades asistenciales hasta su muerte, en 1231.
El cristiano no tiene miedo cuando está con Cristo
Santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19. Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que realmente pueda confiar en ti y tener la certeza de que Tú confías en mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que la adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será destruido".
Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?".
Él les respondió: "Cuídense que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio de hoy resuenan las palabras de Cristo un poco apocalípticas. Cristo nos habla del fin del mundo, sin embargo, nos dice que no tengamos miedo ante las dificultades que se puedan presentar en ese momento. El cristiano que está con Cristo nunca debe tener miedo pues, ante todas estas dificultades, siempre debe tener una cosa muy presente, que Cristo jamás le dejará solo, que Cristo siempre estará a su lado, que Cristo realmente tiene su confianza puesta en él. Cuánta tranquilidad y cuánta paz nos debe de dar el saber que el Maestro realmente confía en cada uno de nosotros; no es una confianza en abstracto, realmente es una confianza leal, sincera y perdurable a través del tiempo. Llegarán las dificultades y, de facto, en nuestro diario vivir tenemos muchísimas dificultades que afrontar en nuestra vida; pero estas pequeñas dificultades que se nos presentan en nuestro diario vivir son una pequeña prueba de lo que realmente tenemos que atestiguar en el día en que tengamos que defender a nuestro Señor.
¿Qué tan dispuesto estoy para mantener la palabra dada a mi Señor? También podemos preguntarnos, ¿cómo está mi confianza en mi Señor? Que la respuesta que demos realmente la demos desde el fondo de nuestro corazón, que sea una respuesta llena de sinceridad y no tener miedo a la respuesta que pueda surgir de nuestro corazón. Si es una respuesta negativa, pedir la gracia a Dios nuestro Señor de poder tener la certeza de que realmente Él nunca nos dejará solos (as), pues lo dice en el Evangelio: «Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa por qué yo les daré palabras sabias, a los que no podrán resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes».
«Entonces, cuídense de la mundanidad. Fíjense que esto no es ocurrencia mía; es lo que Jesús le pidió al Padre para los discípulos: “No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves, que los cuides, para no caer en el espíritu del mundo”. Y el espíritu del mundo se nos filtra por todos lados, ¡por todos lados!: “Ahora está de moda esto –todos allá, atrás de la moda–, ahora está de moda esto, ahora está de moda pensar así...”. Y, dentro de esto de la mundanidad, tengan los ojos abiertos, no se “coman” cualquier cosa. Hay una palabra que a mí me dice mucho. Cuídense de las “colonizaciones ideológicas”. “Colonizar”: nosotros fuimos colonia, América Latina toda fue colonia, África fue colonia, Asia fue colonia… Entonces pensamos que colonizar es que vienen los conquistadores, agarran el territorio y mandan, porque así vimos en la historia. Pero también está la colonización de la mente, la “colonización ideológica”, cuando desde otras partes te ponen criterios que no son ni humanos, ni de tu patria y menos cristianos: eso es mundanidad. Vivir ingenuamente. Entonces, segundo peligro: la mundanidad».
(Video mensaje de S.S. Francisco, 28 de octubre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Que el día de hoy pueda hacer un acto de valentía para defender a mi Señor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La persecución a los cristianos en la historia de la Iglesia
Según diversos estudios, en el siglo XX habrían sido asesinados unos 45 millones de cristianos
Numerosos cristianos han sufrido persecuciones por parte de no cristianos e incluso de otros cristianos de creencias diversas o más o menos estrictas durante la historia del Cristianismo. Tal persecución admitía varios grados, desde el arresto sin garantías, la mengua de derechos públicos, el encarcelamiento, el azotamiento y la tortura, la ejecución, llamada martirio, pasando por el pago de un impuesto suplementario (como el caso de los mozárabes), la confiscación de sus bienes o incluso la destrucción de sus propiedades, su arte, sus libros y sus símbolos o la incitación a abjurar de sus principios y delatar a otros cristianos.
Persecución a los primeros cristianos
El Nuevo Testamento dice que los primeros cristianos (comenzando por el propio Jesús) sufrieron persecución a manos de los jefes judíos de esa época. También relata el principio de persecuciones por los romanos.
Según el Nuevo Testamento, la persecución de los primeros cristianos continuó después de la muerte de Jesús. Pedro y Juan fueron encarcelados por los jefes judíos, incluido el sumo sacerdote Ananías, quien no obstante los liberó más tarde (Hechos 4:1-21). En otro momento, todos los apóstoles fueron encarcelados por el sumo sacerdote y otros saduceos, pero fueron liberados por un ángel (Hechos 5:17-18). Los apóstoles, tras haber escapado, fueron llevados nuevamente ante el Sanedrín, pero esta vez Gamaliel (un rabino fariseo bien conocido de la literatura rabínica) convenció al Sanedrín de liberarlos (Hechos 5:27-40).
La razón más probable de la persecución fue, por parte de los judíos, la evidente herejía que representaba la doctrina cristiana desde un punto de vista de la doctrina tradicional judía, ya que entre otras cosas, la idea de un Dios-Hombre chocaba de frente con su arraigado monoteísmo. Es deducible además que a oídos romanos, la predicación de los cristianos sobre el inminente regreso del Rey de los Judíos y el establecimiento de su reino, era sediciosa. Los romanos dieron a los judíos en ese tiempo un autogobierno limitado; las principales obligaciones de los líderes judíos eran recolectar impuestos para Roma y mantener el orden civil. Así, los líderes judíos tendrían que suprimir cualquier tesis sediciosa, como las que defendían los cristianos. Esta oposición judía fue un potente motor para plantar en Roma la semilla del odio al incipiente cristianismo
Esteban es recordado en el cristianismo como el primer mártir. El Nuevo Testamento relata la lapidación de Esteban (Hechos 6:8-7:60) por miembros del Sanedrín.
La ejecución de Esteban fue seguida de una gran persecución de cristianos (Hechos 8:1-3), dirigida por un fariseo llamado Saulo de Tarso, enviando a muchos cristianos a prisión. Según el Nuevo Testamento, esta persecución continuó hasta que Saulo se convirtió al cristianismo (y cambió su nombre a Pablo), tras decir que había visto una luz brillante y oído la voz de Jesús en el camino hacia Damasco, donde estaba viajando para encarcelar a más cristianos (Hechos 9:1-22).
Hechos 9:23-25 dice que «los judíos» en Damasco trataron entonces de matar a Pablo. Estaban esperándole en las puertas del pueblo, pero los evadió al ser bajado sobre el muro de la ciudad en una canasta por otros cristianos y luego escapó hacia Jerusalén. Comprensiblemente, tuvo dificultad al principio para convencer a los cristianos de Jerusalén que él, su antiguo perseguidor, se había convertido y de que ahora estaba siendo perseguido a su vez (Hechos 9:26-27). Otro atentado se hizo contra su vida, esta vez por «los grecianos» (KJV), refiriéndose a un grupo de judíos helenistas (Hechos 9:29), a quienes él debatió mientras estaban dentro y alrededor de Jerusalén.
Persecución a cristianos en el Imperio Romano
Al principio, los romanos consideraron el cristianismo como una nueva secta judía. Aparte de las esporádicas persecuciones de Nerón y Domiciano, durante el siglo I los cristianos tuvieron que enfrentarse con mayor frecuencia con la animadversión de los escribas y fariseos, rectores del judaísmo, que con las autoridades romanas.
Con base en diversos testimonios1 se afirma que durante la segunda mitad del siglo I, todo el siglo II y hasta el siglo IV, los cristianos fueron también perseguidos por autoridades del Imperio Romano, que consideraba a los cristianos, ya sea como judíos sediciosos (recordando que en el año 70 los judíos armaron una revuelta en Judea que originó la destrucción de Jerusalén y la deportación de los judíos de su territorio a manos romanas), o como rebeldes políticos. El historiador Suetonio menciona las revueltas causadas en Roma en tiempo del emperador Claudio "por un tal Cresto", a quien cabe identificar con Cristo, cuyas doctrinas debían haber sido divulgadas por emigrantes o esclavos judíos en Roma. Asimismo, Tácito en sus Anales habla de la persecución a los cristianos ("nombre que toman de un tal Cristo"), por parte de Nerón.
Tertuliano, en su "Apología contra los gentiles", escrita en el año 200, explica cuáles eran los delitos que la fama imputaba a los cristianos:
"Que en la nocturna congregación sacrificamos y nos comemos un niño. Que en la sangre del niño degollado mojamos el pan y empapado en la sangre comemos un pedazo cada uno. Que unos perros que están atados a los candeleros los derriban forcejeando para alcanzar el pan que les arrojamos bañado en sangre del niño. Que en las tinieblas que ocasiona el forcejeo de los perros, alcahuetes de la torpeza, nos mezclamos impíamente con las hermanas o las madres. De estos delitos nos pregona reos la voz clamorosa popular, y aunque ha tiempo que la fama los imputa, hasta hoy no ha tratado el Senado de averiguarlos". Tertuliano, Apología, c.7
Los gentiles asimilaban las reuniones nocturnas de los cristianos a ritos orientales de los "misterios", como los de Eleusis y Samos, enraizados en las prácticas mágicas, los misterios de Cibeles, los de Isis, originarios de Egipto, o los de Mitra, procedentes de Persia, que alcanzaron notable difusión incluso en España y en especial en la costa catalana.
En este contexto, hay que recordar que se hizo costumbre entre varios emperadores romanos el erigir estatuas propias en las diversas ciudades del imperio, y en autoproclamarse dioses o hijos de dioses (bajo el título de señor de señores) a los que sus súbditos debían de respetar. Un signo ejemplar de esto era la obligación de adorar o cuando menos arrodillarse ante las estatuas de los emperadores en las ciudades donde se encontraran. Los cristianos, tomando como principio el que Jesús es el único Señor de señores, y el único hijo del Dios verdadero, se negaban a tomar tales actitudes. Los romanos, antes que juzgar sus creencias, verían en estos gestos las actitudes de una rebelión política contra el imperio, lo cual originó varias persecuciones contra los cristianos en esa época.
Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo, denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.
Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio, los cristianos debían ocultarse. Sus reuniones serían entonces secretas y son famosas las catacumbas de la ciudad de Roma, donde se dice que los cristianos se reunían,2 aunque según los testimonios cristianos conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado para esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se haría secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse habrían utilizado símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes, como el símbolo del Pez (Ichthys, o IXΘΥΣ en griego), acrónimo que significaba para ellos Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor.
Persecuciones a cristianos desde inicios del siglo XX hasta nuestros días
Una de las mayores persecuciones contra los cristianos de la historia moderna tuvo lugar en Vietnam, a lo largo de un periodo de tiempo que va desde 1625 hasta 1886. Se calcula que en esos años fueron asesinados unos 130 mil cristianos.
Según diversos estudios, en el siglo XX habrían sido asesinados unos 45 millones de cristianos.
En España, desde 1934 a 1939 (periodo que va desde la revolución de octubre hasta la Guerra civil española) se contabilizan alrededor de 10 mil católicos (sacerdotes, religiosos y laicos) asesinados por motivos religiosos. Esta persecución, por su intensidad, ha podido ser calificada la mayor de toda la historia del cristianismo:
"En toda la historia de la universal Iglesia no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos".
En el año 2001, el número de cristianos asesinados por motivos de su fe sería superior a 160 mil.
Entre los años 2003 y 2009, según informó Asianews en diciembre 2009, habrían sido asesinados alrededor de 2000 cristianos en Irak. A causa de la inestabilidad y de los ataques dirigidos contra cristianos, muchos de ellos han huido a otros territorios: de los cerca de 800 mil cristianos que había en 2003, se calcula que quedan 450 mil en 2010.
Por lo que se refiere a La India, entre 2008 y 2010 se registraron más de 1000 episodios anticristianos en el estado de Karnataka, según se informó en marzo de 2010. En el estado de Orissa, entre los años 2008-2010 más de 4000 cristianos sufrieron persecución y presiones para convertirse a la religión hindú.
Según unas declaraciones de Mario Mauro en agosto 2010, que fungía entonces como representante de la OSCE contra la discriminación de los cristianos, de 100 personas que mueren al año por persecución religiosa, 75 serían cristianos. Ese mismo mes de agosto de 2010, monseñor Mario Toso, Secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, declaró que los cristianos eran el grupo religioso más perseguido en el mundo. Habría, según los datos de ese año, unos 200 millones de cristianos en situaciones de persecución. En cambio, según un informe publicado también en 2010 por la Comisión de las Conferencias Episcopales Europeas, el número de cristianos perseguidos estaría en torno a la cifra de 100 millones.
En cuanto al número de cristianos muertos anualmente por su fe, según una declaración hecha pública en junio de 2011 por Massimo Introvigne, representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la lucha contra la intolerancia y la discriminación contra los cristianos, se trataría de 105.000 muertos al año.
Sientan con el corazón de la Iglesia
El Papa al Dicasterio Laicos Familia y Vida
“Sentir con el corazón de la Iglesia madre y tener una mirada de hermanos. Dos imágenes que el Papa Francisco ha dado a los participantes en la Asamblea Plenaria del Dicasterio Laicos, Familia y Vida, con estos dos aspectos, les dijo, podrán reflexionar sobre el camino que tienen por delante.
“Estas son dos imágenes que nos hacen mirar a María, la que encarna perfectamente a la Iglesia-madre y que enseña a todos los discípulos de su Hijo a vivir como hermanos”.
Primera Asamblea Plenaria
El Dicasterio, comenzó su actividad hace poco más de dos años, en su camino, dijo el Papa ha ido recolectando el legado del Consejo Pontificio para los Laicos y del Consejo Pontificio para la Familia. Reflexionando sobre algunos puntos, de las problemáticas específicas que se encarga el dicasterio, el Papa recordó en primer lugar el papel como Miembros y Consultores. Al respecto les propuso sentir con el corazón de la Iglesia.
“Todos juntos, sacerdotes, personas consagradas y laicos, están uno al lado del otro para llevar a cabo un servicio a la Iglesia universal, comprometiéndose a promover y apoyar a los laicos, las familias y la vida; y, por lo tanto, es esencial que cada uno de ustedes haga suyo el corazón de la Iglesia. Esto implica un esfuerzo por salir de ti mismo y entrar en una nueva perspectiva, quizás inusual para algunos de ustedes”.
Para ello, el Pontífice, les dijo que primero se debe pasar de una perspectiva local a una universal, la Iglesia no se identifica con una diócesis o movimiento eclesial de pertenencia, es católica, universal y es mucho más amplia, es de un alma mayor, "magnánima", en comparación con un punto de vista individual. "Sentirse con el corazón de la Iglesia", por lo tanto, dijo, significa sentirse católico, universal, mirar a toda la Iglesia y al mundo y no solo a una parte”.
La Iglesia no favorece favoritismo y preferencias
“La Iglesia, como verdadera madre, desea sobre todo la armonía entre todos sus hijos y no favorece el favoritismo y las preferencias. Por lo tanto, también para ustedes, es importante proponer siempre modelos positivos de colaboración entre laicos, sacerdotes y personas consagradas, entre pastores y fieles, entre cuerpos diocesanos y parroquiales y movimientos y asociaciones laicas, entre jóvenes y viejos, evitando oposiciones y antagonismos estériles y animando una colaboración fraterna en vista del bien común de la familia que es la Iglesia”. Además, dijo el Papa en su discurso, la Iglesia, como toda madre, también quiere que sus hijos crezcan y se vuelvan autónomos, creativos y emprendedores, y no que sigan siendo infantiles, superando la resistencia y el miedo y saliendo a la luz, de una manera audaz y valiente, poniendo sus talentos al servicio de nuevas misiones en la sociedad, en cultura, en política, frente a los desafíos que plantea el mundo contemporáneo sin miedo y sin complejos.
Tener aspecto de hermanos
Un segundo punto, que les dio el Papa. Recordando el tema de la Asamblea sobre la formación de fieles laicos destinados a fortalecer su identidad y su misión en el mundo. La imagen que les dio es la de tener un aspecto de hermanos, no de "ingenieros sociales" o "eclesiales", que planean estrategias que se aplicarán en todo el mundo para difundir una cierta ideología religiosa entre los laicos.
“Están llamados a pensar y actuar como "hermanos en la fe", recordando que la fe siempre proviene de un encuentro personal con el Dios viviente y se nutre de los sacramentos de la Iglesia. Cualquier formación cristiana siempre debe descansar en esta experiencia fundamental del encuentro con Dios y en la vida sacramental”.
Como hermanos en la fe, deben concentrarse en enseñar a los niños, jóvenes, parejas casadas a tener una vida de oración, un coloquio familiar y cotidiano con Dios. En este sentido, Francisco invita a los miembros del dicasterio a no tener miedo de confiar a los laicos el acompañamiento de otros laicos en la vida espiritual.
Mirando como hermanos en la fe la realidad del mundo
"Mirando "como hermanos" a los fieles laicos en todo el mundo, comprenderán mejor que su tarea no es principalmente crear iniciativas que tengan como objetivo insertarlos en las estructuras y programas eclesiales, sino que es hacerlos conscientes de ser testigos de Cristo en la vida privada y en la sociedad; Casi diría "signos visibles" de la presencia de Cristo en cada ambiente. Por lo tanto, el Dicasterio del cual ustedes hacen parte debe, por encima de todo, ayudar a los muchos discípulos de Cristo a vivir en la vida diaria de conformidad con la gracia bautismal que han recibido. Hay tantos fieles laicos en el mundo que, viviendo su fe con humildad y sinceridad, se convierten en grandes luces para quienes viven a su lado".
En este sentido, para evitar el riesgo de tener una mirada demasiado distante y desencarnada de la realidad, el Santo Padre los invitó a pensar siempre en los desafíos y dificultades que enfrentan cuando intentan vivir como cristianos en sus familias, en su trabajo, en el vecindario en donde viven. A partir de su experiencia y sus dificultades, comprenderán mejor el esfuerzo diario de los fieles laicos en todo el mundo, dijo, cuyas dificultades a menudo se ven incrementadas por las condiciones de pobreza e inestabilidad social, por la persecución religiosa, por la propaganda ideológica anticristiana. Por último les pidió que se identifiquen con aquellos cristianos que viven experiencias diferentes a las de cada uno de ellos, aquellos que no pertenecen a ninguna realidad eclesial en particular; aquellos que viven en las regiones más remotas de la tierra y que tienen pocas oportunidades de formación y crecimiento humano y espiritual; aquellos que representan una pequeña minoría en su país y viven en contextos multirreligiosos; aquellos que nutren su fe exclusivamente a través de la religiosidad popular; aquellos que son evangelizados sólo con la oración vivida en la familia. "Ampliar nuestra mirada a todos los hermanos en la fe, de todas las categorías sociales y de todas las regiones del mundo, les ayudará mucho a pensar de manera creativa y realista sobre cómo el Dicasterio puede ser de apoyo para que las Iglesias locales acompañen a los bautizados a vivir con alegría, convicción y fidelidad a Cristo, convirtiéndose en discípulos misioneros, protagonistas en la promoción de la vida, en la defensa de la razón correcta, la justicia, la paz, la libertad, en el fomento de una sana convivencia entre los pueblos y las culturas".
Así es San Fernando, una de las obras más valiosas de Murillo
La obra se encuentra en la Catedral de Sevilla
A propósito del Año de Murillo que se clausurará en Sevilla el próximo 8 de diciembre, evento que se ha conmemorado con ocasión del 4º centenario del nacimiento de conocido pintor barroco Bartolomé Esteban Murillo, la Archidiócesis de Sevilla, a través de un artículo difundido desde su página web, ha destacado una de las obras más valiosas del pintor que custodia la Catedral de Sevilla.
Se trata del retrato de San Fernando -rey Fernando III de Castilla- que realizó Murillo hacia el año 1671, cuando se hallaba en plena plenitud artística y como un homenaje al monarca por su canonización. La obra fue dejada en herencia a la Catedral sevillana por Bartolomé Pérez Ortiz, primo del pintor, quien probablemente encargó el lienzo para su oratorio privado.
Sobre esta obra de arte, importante tesoro del templo sevillano, se refiere Antonio Rodríguez Babío, Delegado diocesano de Patrimonio Cultural, en el artículo: "La aportación de Murillo resulta decisiva en la iconografía de San Fernando, ya que existían pocos precedentes; además, no podemos olvidar que el 3 de abril de 1671 el Cabildo permite a Murillo y al escultor Pedro Roldán que vean el rostro del Santo, con objeto de que hicieran sendos retratos".
Vale la pena recordar que en la Catedral de Sevilla, en la Capilla Real, se encuentra sepultado Fernando III de Castilla, además de otros monarcas: Alfonso X de Castilla y Pedro I de Castilla. En dicha capilla también se halla la imagen de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla.
Esta pintura, que se encuentra en el trascoro de la Catedral, actualmente hace parte de la exposición "Murillo en la Catedral. La mirada de la santidad", que ha preparado el templo con ocasión del Año de Murillo. Al respecto, también refiere Antonio Rodríguez Babío: "El título parece hacer alusión directa a este retrato de San Fernando, ya que sus ojos dirigidos al cielo expresan acertadamente su santidad, que se refuerza además por el recurso de la luz que procede del ángulo superior izquierdo y que representa la presencia de Dios".
"El Santo Rey se recorta sobre un fondo oscuro y aparece representado de medio cuerpo a tamaño natural, como un hombre maduro en actitud contemplativa. La obra muestra una composición triangular, que confiere a la imagen un sentido ascendente, que queda reforzado por la mirada dirigida al cielo del Santo y por la espada", continúa explicando el Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural.
Murillo pintó al rey Fernando no como un monarca medieval, sino con atuendo de los Austrias del siglo XVII. Lleva una armadura y manto real con armiño. En su mano derecha sostiene la espada, la conocida "Lobera", que también custodia la Catedral de Sevilla, y en su mano izquierda sostiene un orbe, como símbolo del poder terrenal, que es de color azul para referir a la santidad, y en su cabeza la corona real, además de la aureola, que habla también de la santidad.
Esta no es la única pintura que Murillo realizó sobre San Fernando, otra de ellas se encuentra en el Museo del Prado, y otra en la Sala Captura de la Catedral de Sevilla, ésta última se trata de un tondo en el que representó al santo rey mirando al espectador.
Con información de la Archidiócesis de Sevilla.
San Pío X: El protestantismo es el compendio de todas las herejías para ruina de las almas
Recordemos lo que las enseñanzas que nos dejó el Papa San Pío X
La tesis oficial es que el 31 de octubre de 1517 un joven religioso agustino llamado Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg «Noventa y cinco tesis sobre las indulgencias». Sin embargo, hay dudas razonables de que no ocurrió así. En todo caso, ese es el evento que se señala como inicio de la reforma protestante.
Sobre la misma, escribe el papa San Pío X en el artículo 129 de su Catecismo mayor:
El Protestantismo o religión reformada, como orgullosamente la llaman sus fundadores, es el compendio de todas las herejías que hubo antes de él, que ha habido después y que pueden aún nacer para ruina de las almas.
En el artículo anterior, había escrito:
... y finalmente la gran herejía del Protestantismo (siglo XVI), forjada y propagada principalmente por Lutero y Calvino. Estos novadores, con rechazar la Tradición divina, reduciendo toda la revelación a la Sagrada Escritura, y con sustraer la misma Sagrada Escritura al legítimo magisterio de la Iglesia para entregarla insensatamente á la libre interpretación del espíritu privado, demolieron todos los fundamentos de la fe, expusieron los Libros Santos a las profanaciones de la presunción y de la ignorancia y abrieron la puerta a todos los errores.
Entre los grandes principios de la reforma protestante figuran el Sola Fide (justificación sólo por la fe), el Sola Scriptura (solo la Biblia es parte de la Revelación) y el «Libre examen» (interpretación privada y libre de las Escrituras).
El Sola Fide es negado expresamente por la Escritura en el único versículo donde aparecen precisamente las palabas sola y fe juntas:
Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no solo por la fe.
Stg 2,24
El Sola Scriptura es una doctrina que no aparece en la Escritura. Sin embargo, sí aparece el concepto de Tradición apostólica transmitida no solo por escrito sino oralmente:
Os alabo porque os acordáis en todo de mí y mantenéis las tradiciones como os las transmití.
1 Cor 11,2
Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.
2 Tes 2,15
Y el libre examen, como la historia se ha encargado de demostrar, solo conduce a la propagación de la división dentro del propio protestantismo, que no es capaz de matener una postura común sobre temas tan importantes como el bautismo, la eucaristía (Santa Cena), la posibilidad de caer de la gracia que nos salva, etc.
Papa Francisco en el Ángelus: “Responder al odio con amor y a la ofensa con el perdón”
ALBERTO PIZZOLI/AFP/East News
Radio Vaticano | Nov 17, 2019
El Papa Francisco invita a “no ser esclavos de temores y ansiedades” sino a “detener la fuerza destructiva del mal”.
“Los discípulos de Cristo están llamados a detener la fuerza destructiva del mal”. Es esta la exhortación que nos hace el Papa Francisco hoy, en el penúltimo domingo del Tiempo Ordinario, al comentar el Evangelio según San Lucas, en el presenta dos imágenes conflictivas: Por un lado, una mirada realista a la historia, “marcada por la calamidad y la violencia”, por otro, la tranquilidad de Jesús, “que nos habla de la actitud que debe tomar el cristiano al vivir esta historia”. Francisco asegura que tener una actitud “de esperanza en Dios” nos permite no dejarnos vencer ante eventos trágicos, de hecho, señala, “son una ocasión para dar testimonio”.
El Señor dirige nuestra existencia con ternura
El Pontífice nos invita hoy a no ser “esclavos de temores y ansiedades” sino a “habitar en la historia” y a “detener la fuerza destructiva del mal”, “con la certeza de que para acompañar su buena acción siempre está la ternura providente y tranquilizadora del Señor”.
El Señor nos llama a ser agentes de paz
En esta reflexión previa al Ángelus, el Papa también ha recordado que el Señor nos llama a colaborar en la construcción de la historia, “convirtiéndonos junto con Él en agentes de paz y testimonios de la esperanza en un futuro de salvación y resurrección” y explica que es “la fe” la que nos hace caminar con Jesús por los caminos sinuosos de este mundo “con la certeza de que la fuerza de su Espíritu doblegará las fuerzas del mal, sometiéndolas al poder del amor de Dios”.
Los mártires nos regalan su ejemplo
Por último habla de la potencia que tiene el amor, porque – dice – “el amor es superior”, el amor es “omnipotente” y lo es porque “es Dios”. En este sentido, ha citado a los mártires cristianos “nuestros mártires” y también los de nuestro tiempo, aquellos que a pesar de las persecuciones, “son hombres y mujeres de paz”, pero también aquellos que “nos dan un legado para ser preservado e imitado: el Evangelio del amor y la misericordia”. “Este es el tesoro más valioso que se nos ha dado y el testimonio más efectivo que podemos dar a nuestros contemporáneos, – dice – respondiendo al odio con amor y a la ofensa con el perdón”. Por último, exhorta a que lo pongamos en práctica en nuestra vida cotidiana: “Cuando recibimos una ofensa, sentimos dolor, pero perdonamos con el corazón… cuando nos sentimos odiados, recemos con amor por esa persona que nos odia”.