FELIZ NAVIDAD

LE DESEAN   UNA  FELIZ NAVIDAD

SISTER CECILIA  SUPERIORA Y LA COMUNIDAD DE MISIONERAS DE PAX VOBIS LE DESEAN A USTED UNAS FELICES FIESTAS DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO. QUE JESUS Y LA VIRGEN MARIA CON SAN JOSE EXTIENDAN ESE AMOR A TODOS LOS SUYOS Y A TODOS LOS QUE HABITAN EN SU CORAZON PARA QUE RECIBAN LA LUZ DEL CIELO.

                                                                                                   CON AMOR Y ORACION.

Papa Francisco: “Hacer el belén es celebrar la cercanía de Dios”

DICIEMBRE 24, 2019 10:58 LARISSA I. LÓPEZ PAPA Y SANTA SEDE

(ZENIT – 24 dic. 2019)-. “Hacer el belén es celebrar la cercanía de Dios, es descubrir que Dios es real, concreto, es Amor humilde que descendió hasta nosotros”, recordó el Papa Francisco en un tweet reciente.

Entre el 15 y el 23 de diciembre, gran parte de los tweets del Papa Francisco han estado dedicados a la Navidad, dando lugar a una especie calendario de Adviento que ayuda a reflexionar sobre el Nacimiento de Jesús y prepararse para el mismo.

A lo largo del mes de diciembre, tras su peregrinación a Greccio, lugar donde san Francisco de Asís puso el primer pesebre y en el que firmó su Carta Admirabile signum sobre el significado del belén, el Santo Padre no ha dejado de animar a “hacer el belén”.

El pesebre

Efectivamente, en esta línea, en su cuenta de Twitter, el 19 de diciembre, el Santo Padre expresaba: “Dentro de poco será Navidad. En estos días, mientras corremos para hacer los preparativos de la fiesta, podemos preguntarnos: ¿Cómo me estoy preparando para el nacimiento del Festejado? Un modo eficaz de prepararse es hacer el belén”.

Sobre el sentido de dicha tradición, ayer, 23 de diciembre, reflexionaba que el pesebre “nos recuerda que Dios no permaneció invisible en el Cielo, sino que vino a la Tierra y se hizo hombre”.

Hoy, 24 de diciembre, víspera de Navidad, el Obispo de Roma recordó que el belén “es como un Evangelio vivo: lleva el Evangelio a las casas, las escuelas, los lugares de trabajo y de encuentro, a los hospitales y residencias, a las cárceles y las plazas”.

Y deseó que este hacer el pesebre “sea una ocasión para invitar a Jesús a entrar en nuestra vida. Porque si Él la habita, la vida renace. Y entonces es verdaderamente Navidad”.

La “sonrisa de Jesús”

Igualmente, el Pontífice dedicó algunos de sus tweets a hablar sobre la sonrisa de Jesús: “Siempre tenemos necesidad de dejar que la sonrisa del Niño Jesús nos renueve, que su bondad desarmada nos purifique de las escorias que a menudo se incrustan en nuestros corazones”, escribió el 21 de diciembre.

En ese mismo día, también señaló que “Jesús es la sonrisa de Dios. Vino a revelarnos el amor del Padre celeste, su bondad. Necesitamos la sonrisa de Dios para que nos despoje de las falsas seguridades y nos devuelva el gusto de la simplicidad y la gratuidad”.

La Virgen y san José

El día 15 de diciembre, Francisco pidió a  la Virgen María ayuda para, mientras se acerca la Navidad, no dejarse entretener “por las cosas exteriores, sino que hagamos sitio en el corazón a Jesús, que ha venido y quiere venir de nuevo a sanar nuestras enfermedades y a donarnos su alegría”.

Del mismo modo, se refirió a la figura de san José, aludiendo al evangelio del día 22 (Mt 1,18-24), que “nos guía hacia la Navidad a través de la experiencia de San José. Que su ejemplo nos ayude a escuchar a Jesús que llega y que pide que le acojamos en nuestros proyectos y en nuestras decisiones”.

Deseos del Papa

También el día 22, el Papa expuso que su pensamiento se dirigía “especialmente a las familias, que se reúnen en estos días de fiesta” y manifestó algunos de sus deseos: “Que la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad, de crecimiento en la fe, de gestos de solidaridad hacia los necesitados”.

Por otra parte, el 19 de diciembre, siguiendo con su reflexión expuesta en la homilía de la Casa Santa Marta, pidió que en los días previos a la Navidad “alabemos al Señor por la gratuidad de la salvación, por la gratuidad de la vida, por todo lo que nos da gratis. Todo es gracia”. DICIEMBRE 24, 2019 10:58PAPA Y SANTA SEDE

Tierra Santa: El Nacimiento de Jesús trae esperanza y vida en las dificultades

Palabras de patriarcas y jefes de Iglesias

DICIEMBRE 24, 2019 08:14

(ZENIT – 24 dic. 2019)-. Frente a la situación socio-política actual que se vive en Tierra Santa, los patriarcas y los jefes de las Iglesias de Jerusalén recuerdan, en su mensaje de Navidad, que “Jesús mismo experimentó la falta de un hogar, siendo un refugiado. También enfrentó amenazas y, en última instancia, la muerte”, al mismo tiempo que subrayan que su nacimiento trajo esperanza y vida, informa Vatican News.

“La celebración del nacimiento de Cristo es un llamado constante a la redención que Dios nos ha otorgado transformando toda forma de mal y pecado en plenitud e integridad de vida”, se lee en el citado texto. “Jesucristo ha tomado forma humana para traer salvación y redención al mundo entero”, continúa, y añade que “la obra salvadora de Jesús ha sido transformar el mundo entero en la verdad de su salvación”.

Paz, justicia y reconciliación

Además, de acuerdo al medio vaticano, los patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén enfatizan que “como persona humana, Jesús experimentó nuestra humanidad de tal modo que pudiéramos ser transformados a su imagen y semejanza”.

En el mensaje se pide que el “período sagrado de Navidad traiga justicia a todos los hombres”. Por último, ofreciendo su apoyo y oraciones “por la presencia cristiana en el Medio Oriente”, los trece patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén desean que esta Navidad “traiga a todas las naciones alegres noticias de paz, justicia y reconciliación”.

Que el Príncipe de la Paz “transforme el mal y el pecado de nuestro mundo en luz y plenitud de vida”, concluyen.

Palabras de Mons. Pizzaballa

Por su parte, el administrador apostólico del patriarcado latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, dirigió un mensaje, en el que, teniendo en cuenta la realidad actual, observó que “los tiempos de Jesús no fueron mejores que los nuestros”.

Al mismo tiempo, el administrador apostólico subraya que han existido muchas propuestas de soluciones, pero que nunca se han realizado y que aunque el número de peregrinos en Tierra Santa sustenta la economía, en la mayor parte del territorio de la diócesis, el trabajo sigue siendo el principal problema.

“También estamos presenciando el empeoramiento de las condiciones de vida de muchos trabajadores extranjeros e inmigrantes”, destacó el representante del patriarcado latino. “La idea de emigrar se convierte en una tentación, un pensamiento persistente en muchos de nosotros (…). En resumen, todo parece decirnos que hablar de esperanza es una simple retórica, un alejamiento de la verdadera realidad de nuestra tierra”, explica.

Conquistar el corazón del hombre

Ante todo ello, Mons. Pizzaballa invita a no resignarse: “El nacimiento de Jesús no canceló ninguna de las tragedias políticas, sociales y económicas de su tiempo. Jesús no vino a revolucionar las estructuras sociales de su tiempo, no quería conquistar el poder, sino el corazón del hombre”, explicó. “Así es como cambió el mundo”.

El administrador apostólico en Jerusalén finaliza su mensaje refiriéndose a los que “con amor, en silencio y sin fanfarrias, todavía donan sus vidas y sus corazones de forma gratuita”: “aquellos que han entendido que ser cristiano significa dar vida, amar libremente, sin esperar nada por sí mismos, porque ya lo tienen todo”, que “son la esperanza de nuestra Iglesia. Aquí, la verdadera Navidad todavía se celebra en ellos”.

Permiso de Israel

Según difundió la agencia de noticias Fides en una nota, el domingo 22 de diciembre, la Unidad de Coordinación para las actividades del gobierno israelí en los territorios palestinos (COGAT) comunicó en Twitter que las autoridades israelíes están dispuestas a otorgar a los cristianos que residen en la franja de Gaza los permisos necesarios para trasladarse a Jerusalén, Belén y otras áreas de Cisjordania en Navidad.

En los datos difundidos por la organización israelí, se aclara que los permisos se otorgarán a las personas según «criterios de seguridad» y sin tener en cuenta la edad de los solicitantes.

Este año, la falta de concesión hasta el último minuto de los permisos necesarios para que los cristianos en Gaza puedan ir a celebrar la solemnidad de la Navidad en los Lugares Santos de Belén y Jerusalén fue acogida con pesar por personalidades eclesiales.

Retraso de la apertura

Así, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén declaró, que  este “es un ritual anual, primero se niegan los permisos y luego se otorgan. Este año parece que los permisos, si se conceden, serán con cuentagotas».

Efectivamente, dado que la apertura a la concesión de permisos se ha producido casi en Navidad, dificulta la predicción de la cantidad de cristianos en Gaza que podrán beneficiarse de las disposiciones otorgadas por las autoridades israelíes.

El desgarrador mensaje de nochebuena de Pío XII…no le hicieron caso

Wikipedia-PD

Ary Waldir Ramos Díaz | Dic 24, 2019

En 1939 inicia la Segunda Guerra Mundial por la invasión nazi a Polonia: apelaba por la paz e ir de “rodillas” ante el ‘Belén’

Un día como hoy, 24 de diciembre de 1939, el papa Pío XII apela por la paz. Sus palabras parecen sin tiempo y nos recuerdan el nacimiento de Jesús para ir de “rodillas ante El, en nombre de esta humanidad inquieta y sacudida”. 

Para Pío XII era una fecha especial, pues se trataba de la primera fiesta navideña de su pontificado, al mismo tiempo que rememoraba la profecía de su predecesor sobre “la indecible desgracia de la guerra”.  

Pío XI preveía “con profundo y sumo dolor, y que con la indomable energía de su noble y altísimo espíritu quería, por todos los medios, alejar de las contiendas de las naciones, se ha desencadenado y ahora es ya una trágica realidad”.

En 1939 inicia la Segunda Guerra Mundial por la invasión nazi a Polonia. Las tropas alemanas invaden la católica Polonia. Tres días después Francia y Reino Unido declaran guerra a Hitler. 

En ese contexto, Pío XII invita a vivir la Navidad en Cristo: “Mediador de paz entre el cielo y la tierra, con su benignidad y humanidad aparecida en medio de nosotros”. 

El presidente de Estados Unidos, Roosevelt ordena la ley de neutralidad y vende armas a los protagonistas de la Guerra. En esa navidad, también envía una carta a Eugenio Pacelli en lengua inglesa, publicada en L’Osservatore Romano. 

Pío XII consideró ese anuncio navideño de Roosevelt como “grato, ya que representa, por parte del eminente jefe de una tan grande y poderosa nación, una valiosa y prometedora contribución a nuestras solicitudes” en especial por “aliviar los sufrimientos de las víctimas de la guerra”. 

El Pontífice italiano lamentaba las injusticias de la guerra y afirmaba que la invasión a Polonia era una “premeditada agresión contra un pueblo pequeño, laborioso y pacífico, con el pretexto de una amenaza ni existente ni querida y ni siquiera posible”. 

Sí la historia es cíclica, también denunciaba el uso ilícito de medios de destrucción incluso contra los no combatientes y los fugitivos, contra los ancianos, las mujeres y los niños; el desprecio de la dignidad; de la libertad y de la vida humana, del cual derivan actos que claman venganza en la presencia de Dios. 

El 10 de febrero de 1939 había fallecido Papa Pío XI, primer soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1922 y 1939, con lo que su pontificado abarca casi todo el período de entreguerras, según los libros de historia. 

La esperanza en la Navidad ante el ” fúnebre tronar de los cañones”.

Pío XII asumía el peso de la miseria bélica con determinación evangélica: “Mientras otros se asustan, mientras las amargas aguas de la aflicción y de la desesperación sumergen a los pusilánimes, las almas en que vive Cristo lo pueden todo, y se elevan sobre los desórdenes y las tormentas del mundo, con siempre igual coraje y ardor, al cántico de las disposiciones, de las justificaciones y de las magnificencias de Dios”. 

Precisamente, en su discurso a los miembros del sacro colegio y de la prelatura romana con motivo de las felicitaciones de Navidad (24.12.1939) confirma su preocupación por el estruendo de la guerra: 

“Una inmensa amargura inunda nuestro ánimo, triste y preocupado porque el santo nacimiento del Señor, del Príncipe de la Paz, habrá de celebrarse hoy entre el funesto, fúnebre tronar de los cañones”.

Papa Pío XII lamenta que el mundo parece “ha olvidadlo el pacificador mensaje de Cristo, la voz de la razón, la fraternidad cristiana”.

Se trata de un mensaje sin tiempo. El Pontífice advierte en Navidad sobre la “fiebre de la lucha, a los gobernantes y a la parte sana de todos los pueblos”, y los invita a “moverlos y excitarlos a examinar sus efectos y a reflexionar sobre los objetivos y sobre la finalidad justificable de la guerra”.

La guerra a pedazos y el conflicto global prosigue…

Pió XII tuvo que ‘guiar la Iglesia’ en medio de la oscuridad de los horrores de la segunda guerra mundial (1939 y 1945). La mayor parte de los países del mundo estaban implicados en el conflicto. De hecho, en el momento de la caída del Reich alemán solo ocho Estados del mundo eran oficialmente neutrales (Afganistán, España, Irlanda, Mongolia, Nepal, Portugal, Suecia y Suiza). 

El papa Francisco denuncia en nuestros días el reconfigurarse de una tercera guerra mundial a pedazos, precisamente porque hoy son varios los países implicados en micro-conflictos y nuevos atentados a la vida.  

El mundo de hoy está siendo testigo del mayor número de desplazamientos debido a conflictos y desastres naturales: 70, 8 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa del conflicto y la persecución en los últimos dos años, según la ONU. 

Así, la segunda guerra mundial vuelve con su sombra funesta sobre la humanidad que parece no haber aprendido la lección. En efecto, Francisco ha denunciado que los discursos nacionalistas y extremistas de Hitler y de sus aliados hoy son replicados, de alguna manera, por políticos populistas. 

La herida de la segunda guerra mundial aún sangra, marcada por la muerte masiva de civiles, el Holocausto de los judíos y los asesinatos etnicos, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso de armas nucleares. La Segunda Guerra Mundial fue el más mortífero de los conflictos en la historia: entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5% de la población.  

Puntos fundamentales de una paz justa y honrosa

Pío XII invita a vivir la Navidad en Cristo, “Mediador de paz entre el cielo y la tierra, con su benignidad y humanidad aparecida en medio de nosotros”. 

Una exhortación dirigida, “especialmente a los que sufren, a los angustiados perseguidos, a los prisioneros, a los oprimidos de toda región y país, con inmutado afecto, como prenda de gracias de y de consolaciones y alivios celestiales, la bendición apostólica”.

 A continuación, presentamos los puntos claves de una paz justa y honrosa y sin tiempo de Pío XII, en su discurso en la Navidad de 1939: 

“1º Un postulado fundamental de una paz justa y honrosa es asegurar el derecho a la vida y a la independencia de todas las naciones, grandes y pequeñas, poderosas y débiles”. 

2º [….]Las naciones deben quedar liberadas de la pasada esclavitud de la carrera de armamentos y del peligro de que la fuerza material, en vez de servir para tutelar el derecho, se convierta en tiránica violadora de éste”. 

3º […]crear o reconstruir las instituciones internacionales…, preverlo todo y asegurarlo todo en el momento de los tratados de paz..la constitución de instituciones jurídicas que sirvan para garantizar el leal y fiel cumplimiento de tales tratados. 

4ºUn punto que debería reclamar la atención, si se quiere una mejor ordenación de Europa, se refiere a las verdaderas necesidades y las justas exigencias de las naciones y de los pueblos, como también de las minorías étnicas. […] Reconstituido así un verdadero equilibrio entre las naciones …se evitarían muchas tentaciones para recurrir a la violencia.

5º Pero incluso las regulaciones mejores y más cumplidas serán imperfectas y condenadas en definitiva al fracaso si los que dirigen la suerte de los pueblos, y los pueblos mismos, no se dejan penetrar cada vez más de aquel espíritu del que únicamente puede provenir la vida, autoridad y obligatoriedad a la letra muerta de los párrafos de los ordenamientos internacionales. 

La Paz de camino a Belén

Vayamos a Belén. Allí encontraremos recostado en el pesebre al nacido «Sol de la justicia, Cristo, Dios nuestro», y a su lado la Virgen Madre, «Espejo de la justicia» y «Reina de la paz», con el santo custodio José, «el hombre justo»”. 

“Vayamos, pues, a Belén y a la gruta del recién nacido Rey de la paz, cantada sobre su cuna por los coros de los ángeles, y de rodillas ante El, en nombre de esta humanidad inquieta y sacudida”. 

Misa de Navidad: «Se ha manifestado la gracia de Dios»

Homilía del Papa Francisco

DICIEMBRE 24, 2019 22:20 RAQUEL ANILLOPAPA Y SANTA SEDE

(ZENIT – 24 diciembre 2019).- A las 21:30 horas, en la Basílica Vaticana, el Santo Padre Francisco ha celebrado la Santa Misa de la Noche en la Solemnidad del Nacimiento del Señor, el 24 de diciembre de 2019.

En la Celebración Eucarística, después de la proclamación del Santo Evangelio, el Papa ha pronunciado la homilía, que ofrecemos a continuación:

***

Homilía del Papa Francisco

«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande» (Is 9,1). Esta profecía de la primera lectura se realizó en el Evangelio. De hecho, mientras los pastores velaban de noche en sus campos, «la gloria del Señor los envolvió de claridad» (Lc 2,9). En la noche de la tierra apareció una luz del cielo. ¿Qué significa esta luz surgida en la oscuridad? Nos lo sugiere el apóstol Pablo,
que nos dijo: «Se ha manifestado la gracia de Dios». La gracia de Dios, «que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11), ha envuelto al mundo esta noche.

Pero, ¿qué es esta gracia? Es el amor divino, el amor que transforma la vida, renueva la historia, libera del mal, infunde paz y alegría. En esta noche, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús. En Jesús, el Altísimo se hizo pequeño para ser amado por nosotros. En Jesús, Dios se hizo Niño, para dejarse abrazar por nosotros. Pero, podemos todavía preguntarnos, ¿por qué san Pablo llama “gracia” a la venida de Dios al mundo? Para decirnos que es completamente gratuita. Mientras que aquí en la tierra todo parece responder a la lógica de dar para tener, Dios llega gratis. Su amor no es negociable: no hemos hecho nada para merecerlo y nunca podremos recompensarlo.

Se ha manifestado la gracia de Dios. En esta noche nos damos cuenta de que, aunque no estábamos a la altura, Él se hizo pequeñez para nosotros; mientras andábamos ocupados en nuestros asuntos, Él vino entre nosotros. La Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor. A mí, a ti, a cada uno de nosotros, Él nos dice hoy: “Te amo y siempre te amaré, eres precioso a mis ojos”. Dios no te ama porque piensas correctamente y te comportas bien; Él te ama y basta. Su amor es incondicional, no depende de ti. Puede que tengas ideas equivocadas, que hayas hecho de las tuyas; sin embargo, el Señor no deja de amarte. ¿Cuántas veces pensamos que Dios es bueno si nosotros somos buenos, y que nos castiga si somos malos? Pero no es así. Aun en nuestros pecados continúa amándonos. Su amor no cambia, no es quisquilloso; es fiel, es paciente. Este es el regalo que encontramos en Navidad: descubrimos con asombro que el Señor es toda la gratuidad posible, toda la ternura posible. Su gloria no nos deslumbra, su presencia no nos asusta. Nació pobre de todo, para conquistarnos con la riqueza de su amor.

Se ha manifestado la gracia de Dios. Gracia es sinónimo de belleza. En esta noche, redescubrimos en la belleza del amor de Dios, también nuestra belleza, porque somos los amados de Dios. En el bien y en el mal, en la salud y en la enfermedad, felices o tristes, a sus ojos nos vemos hermosos: no por lo que hacemos sino por lo que somos. Hay en nosotros una belleza indeleble, intangible; una belleza irreprimible que es el núcleo de nuestro ser. Dios nos lo recuerda hoy, tomando con amor nuestra humanidad y haciéndola suya, “desposándose con ella” para siempre.

De hecho, la «gran alegría» anunciada a los pastores esta noche es «para todo el pueblo». En aquellos pastores, que ciertamente no eran santos, también estamos nosotros, con nuestras flaquezas y debilidades. Así como los llamó a ellos, Dios también nos llama a nosotros, porque nos ama. Y, en las noches de la vida, a nosotros como a ellos nos dice: «No temáis» (Lc 2,10). ¡Ánimo, no hay que perder la confianza, no hay que perder la esperanza, no hay que pensar que amar es tiempo
perdido! En esta noche, el amor venció al miedo, apareció una nueva esperanza, la luz amable de Dios venció la oscuridad de la arrogancia humana. ¡Humanidad, Dios te ama, se hizo hombre por ti, ya no estás sola!

Queridos hermanos y hermanas: ¿Qué hacer ante esta gracia? Una sola cosa: acoger el don. Antes de ir en busca de Dios, dejémonos buscar por Él. No partamos de nuestras capacidades, sino de su gracia, porque Él es Jesús, el Salvador. Pongamos nuestra mirada en el Niño y dejémonos envolver por su ternura. Ya no tendremos más excusas para no dejarnos amar por Él: Lo que sale mal en la vida, lo que no funciona en la Iglesia, lo que no va bien en el mundo ya no será una justificación. Pasará a un segundo plano, porque frente al amor excesivo de Jesús, que es todo mansedumbre y cercanía, no hay excusas. La pregunta que surge en Navidad es: “¿Me dejo amar por Dios? ¿Me abandono a su amor que viene a salvarme?”.

Un regalo así, tan grande, merece mucha gratitud. Acoger la gracia es saber agradecer. Pero nuestras vidas a menudo transcurren lejos de la gratitud. Hoy es el día adecuado para acercarse al sagrario, al belén, al pesebre, para agradecer. Acojamos el don que es Jesús, para luego transformarnos en don como Jesús. Convertirse en don es dar sentido a la vida y es la mejor manera de cambiar el mundo: cambiamos nosotros, cambia la Iglesia, cambia la historia cuando comenzamos a no querer cambiar a los otros, sino a nosotros mismos, haciendo de nuestra vida un don.

Jesús nos lo manifiesta esta noche. No cambió la historia constriñendo a alguien o a fuerza de palabras, sino con el don de su vida. No esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se dio a nosotros gratuitamente. Tampoco nosotros podemos esperar que el prójimo cambie para hacerle el bien, que la Iglesia sea perfecta para amarla, que los demás nos tengan consideración para servirlos. Empecemos nosotros. Así es como se acoge el don de la gracia. Y la santidad no es sino custodiar esta gratuidad.

Una hermosa leyenda cuenta que, cuando Jesús nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos. Cada uno llevaba lo que tenía: unos, el fruto de su trabajo, otros, algo de valor. Pero mientras todos los pastores se esforzaban, con generosidad, en llevar lo mejor, había uno que no tenía nada. Era muy pobre, no tenía nada que ofrecer. Y mientras los demás competían en presentar sus regalos, él se mantenía apartado, con vergüenza. En un determinado momento, san José y la Virgen se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, sobre todo María, que debía tener en brazos al Niño. Entonces, viendo a aquel pastor con las manos vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús en sus manos. El pastor, tomándolo, se dio cuenta de que había recibido lo que no se merecía, que tenía entre sus brazos el regalo más grande de la historia. Se miró las manos, y esas manos que le parecían siempre vacías se habían convertido en la cuna de Dios. Se sintió amado y, superando la vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús a los otros, porque no podía sólo quedarse para él el regalo de los regalos.

Querido hermano, querida hermana: Si tus manos te parecen vacías, si ves tu corazón pobre en amor, esta noche es para ti. Se ha manifestado la gracia de Dios para resplandecer en tu vida. Acógela y brillará en ti la luz de la Navidad. © Librería Editorial Vaticano

DICIEMBRE 24, 2019 22:20 PAPA Y SANTA SEDE

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