Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios
- 20 Diciembre 2014
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Anuncio de la Navidad
Feliz Navidad, a pesar de los Herodes
Dios no se ha escapado
"¡Feliz Navidad!, aunque el cartero siga trayendo ordenes de desahucio del banco"
¡Feliz Navidad!, aunque la compañía eléctrica, de telefonía o gas natural amenacen nuevamente con cortar el suministro
(Antonio Ramos, sacerdote).- Celebramos un año más que Dios se hace hombre para quedarse con nosotros en la santa Navidad. En estas fechas debemos mirar a nuestro alrededor con más intensidad y descubrir con dolor que muchos seres humanos se preguntan hoy si Dios ya se cansó del hombre.
Si regresó a su cielo o si decidió quedarse encerrado en nuestras sacristías para no comprometerse con el sufrimiento del exterior. Para numerosas personas hoy les resulta muy difícil decir: ¡Feliz Navidad! Tienen serias dificultades para descubrir la presencia de Dios en medio de nosotros, para sentir como su luz nos ilumina y su palabra salvadora nos libera y cambia nuestra historia y sus estructuras sociopolíticas, plagadas en muchas ocasiones de corrupción e injusticia. Gente con rostro, que desgraciadamente muchos de ellos, viven en situación de exclusión social, de manera dramática y sangrienta, en la aldea global que pretendía ser nuestro mundo, cada vez más aislado y egoísta. Pero no os asustéis, Dios no se ha escapado, ni se ha encerrado en nuestras Iglesias. Dios sigue en nosotros, sí, en ti, en mí y en todos aquellos que seguimos soñando y luchando con un reino distinto al presente.
Un mundo donde tienen cabida todos los seres humanos, especialmente los pecadores, los pobres, los mal vistos, las víctimas de la marginación... Dios es y está, no lo olvidemos en esta Navidad, especialmente en los pobres de las periferias existenciales. Sí, queridos amigos: ¡Feliz Navidad a todos!, aunque el portal de Belén siga embargado en muchos lugares del planeta. ¡Feliz Navidad!, aunque el cartero siga trayendo ordenes de desahucio del banco. ¡Feliz Navidad!, aunque el pobre y bueno de Jose tenga que cerrar la carpintería por impago a proveedores. ¡Feliz Navidad!, aunque la compañía eléctrica, de telefonía o gas natural amenacen nuevamente con cortar el suministro. ¡Feliz Navidad!, en medio de este panorama social, político y económico, angustioso, indigno, inmoral, injusto y contra derecho para muchos jóvenes y no tan jóvenes. Los negros y densos nubarrones siguen presentes, amenazando y arrastrando a mucha gente al abismo.
Desgraciadamente aún no atisbo a ver los brotes verdes de la "falaz lechuga", por más que nos lo anuncien; quizás con los años me este volviendo daltónico. Muy posiblemente la recuperación económica, con su paz, bienestar y seguridad esté llegando a este país. Sí, pero creo que a hogares equivocados. Espero que ni la lotería, ni los Reyes Magos se equivoquen también de domicilios. ¡Feliz Navidad a todos!, a pesar de que el Herodes de turno siga persiguiendo a la Sagrada Familia para robarles los últimos óbolos que María esconde en un pañuelo, amarrado a modo de portamonedas Cristian Dior. En un momento de la historia Dios se hizo carne en Jesús de Nazaret. Hoy sólo puede hacerse carne en cada uno de nosotros. Todo esto será posible si tú y yo nos hacemos presentes y cercanos con quienes sufren. Una presencia que transmita misericordia, perdón, cariño desinteresado, esperanza y amor. El desafío para los cristianos no es celebrar la Navidad, ya lo hacemos a nuestra manera, sino el reto es que nosotros debemos ser Navidad para los demás. Debemos ser signos palpables de la presencia de Dios en muchos de quienes viven marginados, excluidos y abandonados por todos.
Sólo a través de nosotros la humanidad podrá experimentar la cercanía sensible de un Dios que camina con nosotros en cada rincón del mundo, en cada periferia existencial, en toda situación humana.
Celebrar la fiesta de la Navidad es importante, pero secundario. Lo importante es ser Navidad, ahí donde Dios resulta invisible. ¡Feliz Navidad! es iluminar la vida con la luz de la justicia de Dios.
Abrazo de Francisco a Correa
Karcher: "Vamos hacia una Cuba libre"
Rafael Correa: "Pareciera que el Papa está haciendo milagros"
"Es hermosamente increíble lo que está pasando", afirma el presidente de Ecuador
El Papa es un hombre que está llamado a crear y a mejorar relaciones entre los hombres y entre los pueblos
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, saludó ayer el proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y EE.UU. y comentó que "pareciera que el papa Francisco ya está haciendo milagros".
El gobernante ecuatoriano, quien ayer calificó de "histórico" el anuncio del giro en las relaciones entre esos países, se refirió hoy de nuevo a la noticia en su cuenta de Twitter. "Todavía no acabo de procesar lo que está pasando. Es hermosamente increíble. Cuba y EE.UU. deciden restablecer relaciones diplomáticas", escribió en la red social. El mandatario estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, anunciaron el miércoles el comienzo de un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas desde 1961, que contempla la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses. Las conversaciones secretas entre delegaciones de EE.UU. y Cuba para explorar la normalización de las relaciones comenzaron hace más de un año y las reuniones se celebraron en su mayoría en Canadá. El Vaticano también facilitó los contactos, recibiendo a delegaciones de los dos países, y el papa Francisco se involucró personalmente para impulsar las negociaciones. Correa expresó, además, hoy su confianza en que "el fin del criminal embargo se acerca", en referencia a la restrictiva medida económica impuesta por EE.UU.
"Un abrazo del pueblo ecuatoriano a ellos y sus familias. Esperamos que pronto puedan venir a visitarnos", tuiteó. Correa concluyó sus reflexiones sobre los cambios en la relación entre Cuba y EE.UU. al considerar que"pareciera que el papa Francisco ya está haciendo milagros. Lo mismo el Libertador: ayer fue un aniversario más de su temprana muerte (dijo en referencia a Simón Bolívar).
Por su parte, el jefe de Protocolo vaticano, Guillermo Karcher, celebró la reanudación del diálogo entre Estados Unidos y Cuba y admitió a MDZ que fue una apuesta fuerte del sumo pontífice hacia "una Cuba libre". "El mundo le ha hecho un regalo a él, y él le ha hecho un regalo al mundo", subrayó Karcher, quien incidió en que "el papa está cumpliendo con su rol fundamental de 'pontífice', el que tiende puentes, el hombre que está llamado a crear y a mejorar relaciones entre los hombres y entre los pueblos".
Evangelio según San Lucas 1,26-38.
En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo:
"¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Angel:
"¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Alabanzas de la Virgen María, 4,11
“Que se haga en mí según tu palabra.”
Escuchemos la respuesta de aquella que fue elegida para ser Madre de Dios sin perder su humildad: “He aquí la esclava del Señor, que se haga en mí según tu palabra.” (Lc 1,38)...Diciendo estas palabras, María expresa más bien su vivo deseo que no la realización de él, como quien tuviera alguna duda acerca de su cumplimiento. No obstante, nada nos impide de ver en su “hágase” una “oración”. Porque Dios quiere que le pidamos incluso las cosas que él nos promete.
Sin duda, ésta es la razón porque empieza por prometernos muchas cosas que tiene decidido darnos: la promesa despierta nuestra piedad, y la oración nos hace merecedores de lo que gratuitamente recibimos...
La Virgen lo ha comprendido ya que al don gratuito une el mérito de su oración: “Que se haga en mí según tu palabra. Que la Palabra eterna haga en mí lo que dice tu palabra hoy. Que la Palabra que desde el origen está junto a Dios se haga carne en mi carne según tu palabra... Que esta Palabra no sea sólo perceptible a mis oídos sino visible a mis ojos, palpable a mis manos, que yo la pueda llevar en mis brazos. Que no sea una palabra escrita y muda, sino la Palabra encarnada y viviente; no por signos inertes trazados sobre un pergamino seco, sino una Palabra en forma humana, impresa y viva en mis entrañas... “Después de hablar Dios muchas veces y de diversos modos antiguamente a nuestros mayores por medio de los profetas....” (Hb 1,1) Su palabra les fue dado a conocer, a proclamar y a practicar... En cuanto a mí, yo pido que se instale en mis entrañas... Llamo a la Palabra insuflada en mí en el silencio, encarnada en una persona, corporalmente unida a mi carne... Que se encarne en mí para el mundo entero".
San Domingo de Silos
Santo Domingo de Silos, abad
En el monasterio de Silos, en la región de Castilla, en España, santo Domingo, abad, el cual, siendo ermitaño, restauró después este monasterio que estaba relajado, introdujo allí la disciplina y favoreció día y noche la alabanza divina.
Cuenta la tradición que santo Domingo vino al mundo en el año mil de la era cristiana, en la pequeña villa de Cañas, que en aquellos tiempos pertenecía al reino de Navarra (actualmente provincia y comunidad de La Rioja), dentro de una familia de noble linaje. Ya desde niño, asistía a los Oficios Divinos con tal gravedad y cordura, que revelaba en él un profundo espíritu de fe.
Después de ejercer cuatro años el oficio de pastor, los padres de Domingo quisieron secundar los deseos del muchacho de consagrarse a Dios, por lo que le dedicaron como clérigo, tal vez con patrimonio de la familia, al servicio y ayuda del sacerdote de la parroquia, con el cual aprendió los Salmos de David, el canto eclesiástico y el Evangelio, ensayándose en la lectura y la comprensión de los libros de la Sagrada Escritura, pasionarios y homilías de los Santos Padres que más frecuentemente se recitaban en los Oficios Divinos. No nos consta con certidumbre si hizo toda la carrera eclesiástica en su pueblo, ya que solía haber una especie de seminarios parroquiales, o bien cursó lo que llamaríamos hoy teología en la ciudad episcopal de Nájera. Lo cierto es que don Sancho, obispo de esta ciudad, se decidió a conferir a Domingo el presbiterado cuando apenas contaba con veintiséis años, edad a la que los otros clérigos recibían solamente el diaconado.
Después de una breve experiencia eremítica, a los treinta años, decidió ingresar en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla. En los primeros tiempos de vida monástica, se dedicó Domingo a completar su formación intelectual, aprovechando la rica biblioteca del monasterio; allí estudió a Esmaragdo y, sobre todo, el famoso códice de San Millán, que contenían las promulgaciones dogmáticas de los concilios ecuménicos de la Iglesia y otros particulares. A los dos años de profeso, el abad le nombró maestro de los jóvenes que se educaban en el monasterio.
Semejante encumbramiento moral tan rápidamente conquistado, no pudo menos de suscitar ciertos recelos en algunos religiosos que, más antiguos de la casa, podían creerse postergados.
Por envidia o buena fe, se puso en tela de juicio su virtud y la objetividad de sus ideales. "Fácil es", decían, "obedecer cuando la obediencia trae consigo honores y cuando el trabajo se ve recompensado con el cariño y el agradecimiento. Confíesele una misión más dura y entonces veremos el verdadero valor de la obediencia". Fue entonces nombrado prior de Santa María de Cañas. El priorato se encontraba en un estado lamentable: desmantelado, sin enseres, sin bienes y sin libros. Con esfuerzo y gran acierto en el manejo de los negocios temporales, arregló las cuentas atrasadas y fomentó el cultivo en las propiedades del monasterio, de suerte que poco tiempo después pudo ya vivir de su trabajo y del de sus monjes, y procurar al priorato lo más preciso en ropas, ornamentos de iglesia y códices, construyendo poco después una iglesia nueva.
Desde el monasterio de San Millán de la Cogolla, se seguía con interés la obra que Domingo realizaba en Cañas, por lo que a finales de 1038, Domingo fue nombrado prior mayor del monasterio, casi a la fuerza, porque la humildad del santo rehuía los honores de tan alto cargo. Desgraciadamente ocurrió que a los pocos meses de ser nombrado prior, murió el abad don García y en su lugar fue nombrado el anterior prior don Gomesano. Si la elección hubiese sido libre y estado en manos de los monjes, es indudable que hubiera recaído en la persona de Domingo. Gobernaba por entonces los reinos de Navarra y La Rioja don García, hijo mayor del rey don Sancho. Pródigo a veces con los monasterios e iglesias, cuando se veía apurado por las necesidades de la guerra, no respetaba ni derechos sagrados ni sus propias donaciones, ni siquiera las de San Millán. En el año 1040, exhausto su tesoro y creyendo que el nuevo abad le apoyaría en sus pretensiones, se dirigió al monasterio exigiendo una fuerte suma por sus pretendidos derechos reales. La negativa de Domingo fue respetuosa pero rotunda. Esta obstinación exacerbó de tal manera la cólera del monarca, que apenas salió de la iglesia, el rey tuvo una larga entrevista con el abad, quien consintió en deponer a Domingo del cargo de prior y enviarle desterrado al priorato de San Cristóbal, llamado también Tres Celdas. En 1041, Domingo se dirige hacia Castilla. El rey don Fernando le ofreció su protección y una morada en palacio, pero el santo pidió al monarca licencia para vivir retirado en la ermita que pertenecía al monasterio de San Millán, sirviendo en ella a la Virgen María.
A principios del año 1041, el monasterio de San Sebastián de Silos estaba casi abandonado. Perdido su antiguo prestigio y gran parte del patrimonio, todo anunciaba un fin poco glorioso, pues el puñado de monjes que lo habitaba, vegetaba y languidecía tristemente. Fue entonces cuando el rey don Fernando, movido tal vez por los ruegos del padre del Cid Campeador, que tenía sus posesiones colindantes con las de Silos, encomendó a Domingo la resturación del monasterio de San Sebastián de Silos y le propuso como abad. En una mañana de invierno, Santo Domingo entraba en la iglesia acompañado del obispo y de algunos nobles, para tomar posesión del cargo. Comenzó la restauración material del monasterio por la iglesia, de tal modo que, completada con la cúpula y atrio por sus sucesores, llegó a ser una de las más bellas basílicas románicas de España, parecida a la catedral antigua de Salamanca. Hacia 1056, se comenzó la construcción de la sala capitular en el sitio llamado hoy el "gallinero del santo", así como el maravilloso claustro románico, que es la joya más original en su estilo y que eternizará en la historia del arte el nombre de santo Domingo de Silos.
Corrían los años, y con ellos la actividad material y espiritual del monasterio de Silos iba aumentando. En los últimos años, la muerte se había llevado a sus mejores amigos: al rey don Fernando y a su hijo don Sancho, y finalmente a su amigo y vecino el abad de Arlanza, en 1072. Las fuerzas de su cuerpo se rendían al peso de sus 72 años, tan cargados de fatigas; su cuerpo, necesitaba el apoyo de aquel báculo sencillo de avellano, que aún se conserva en el Monasterio como preciosa reliquia. Su espíritu se mantenía firme y sereno, pero las fatigas del otoño de 1073, después de los últimos esfuerzos para la distribución de las cosechas, le rindieron del todo y cayó enfermo. Santo Domingo, murió el viernes 20 de diciembre de 1073.
fuente: Monasterio de Santo Domingo de Silos
Oremos: Señor, tú que diste a Santo Domingo de Silos la abundancia del espíritu de verdad y de amor para que fuera un buen pastor de tu pueblo, concede a cuantos celebramos hoy su fiesta adelantar en la virtud, imitando sus ejemplos, y sentirnos protegidos con su valiosa intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
20 de diciembre 2014 Sábado Adviento Feria privilegiada 1s 7, 10-14
Acaz dudaba que pudiera haber continuidad en la dinastía davídica, pero Isaías le abre la esperanza en decirle: «La chica tendrá un hijo y le pondrá Emmanuel». Quizá a nosotros nos puede pasar algo parecido a lo que le pasaba a Acaz: creer que las cosas de la fe se van perdiendo, disolviéndose en la indiferencia. Isaías nos dice: Dios está con nosotros! Señor, haz me memoria cuando me desanime.
Ven
Ven y sálvanos, líbranos de la oscuridad, y no tardes. Nuestra oración de cada día, nuestra hambre de profundidad, se une a un grito que surge del corazón de la historia pero también de los abismos de nuestro mundo necesitado. Y todo se eleva al Dios vivo, que verdaderamente viene a nosotros en el Niño que debe nacer de María.
III SÁBADO DE ADVIENTO, 20 DE DICIEMBRE (Is 7, 10-14, Sal 23; Lc 1, 26-38)
LA SEÑAL DE DIOS
Cuando intentamos imaginarnos cómo se manifestaría Dios al mundo, solemos pensar que se expresaría con signos de fuerza espectaculares, a la manera de los jefes de este mundo, pero con mayor esplendor. Sin embargo, cuando acudimos a la Biblia y contemplamos las manifestaciones divinas, nos sorprende que en la plenitud del tiempo, la mayor revelación del Todopoderoso ha sucedido como anunció el profeta: “La virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros” (Is 7, 14). Difícilmente se puede imaginar que el plan redentor divino se lleve a cabo por medio de la debilidad, la fragilidad y la ternura de una joven anónima nazarena. Por orden de Dios, el ángel Gabriel se acerca sin exhibiciones a la intimidad de María, y la saluda con la expresión más inesperada para la muchacha: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» (Lc 1,28)
SALUDO. Virgen María, ¡cuántas veces he tomado las palabras del arcángel para rezar! Pero quizá no he guardado el protocolo divino, y lo he hecho un tanto inconsciente, ritual, monocorde, desgranando “avemarías”.
Quiero hoy saludarte, Señora y joven María, personalizando la expresión más cariñosa de Dios hacia ti. Si tuviéramos en cuenta que la primera parte de la oración con la que te invocamos en el rosario está compuesta por las mismas palabras de Gabriel y de tu prima Isabel, quizá las recitaríamos con mayor recogimiento. Y si nos viéramos dando voz a todas las generaciones cuando te invocamos diciendo “Santa María, Madre de Dios…”, lo haríamos con mayor fuerza y consciencia. Santa Teresa, que funda muchos conventos bajo el patrocinio de tu esposo San José, también vivió muchos años en el Monasterio de la Encarnación de Ávila, y la providencia quiso que muriera en el de la Anunciación de Alba de Tormes. Cuando la fundadora de los carmelos descalzos se refiere a la Regla, lo hace con veneración a la Virgen María. “Sea todo para gloria y alabanza suya y de la gloriosa Virgen María, cuyo hábito traemos, amén” (Vida 36, 28). Y en relación con la admisión de postulantes, escribe: “Y en lo que toca al mayor servicio de Dios, entienda Laurencia que aunque ella esté de por medio no se me da nada, que más quiero una hilachita de la honra de mi Jesús y tantico de la mi Virgen María, Señora mía y Madre mía de mi alma, que a cien mil Laurencias” (Cartas 116, 1).
Virgen María, recíbenos como a quien desea acercarse al Portal de Belén con los mejores sentimientos: “Este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob” (Sal 23).
La Gran Revelación: el Mesías
Cristo, el hombre histórico, es verdaderamente el Hijo de Dios, el Mesías prometido a los judíos
En el tiempo en que vivió Jesús, más que nunca, se esperaba la venida del Mesías, pero se había falseado el concepto que de El habían dado los profetas. En su gran mayoría, los judíos contemporáneos de Jesús, esperaban un Mesías que les traería bonanza, un gran jefe político.
Las tres concepciones erróneas sobre el Mesías eran:
1) El reino mesiánico sería un período de prosperidad material obtenida sin cansancio ni molestias y en la liberación del dominio extranjero. Los mismos apóstoles no concibían que Jesús hablara de muerte en la cruz para atraer a sí todas las cosas.
2) Los rabinos concebían el Mesías futuro como un jefe político, el restaurador de la dinastía davídica.
3) La tercera corriente hacía coincidir la venida del Mesías con el fin del mundo. El reino mesiánico se realizaría en la otra vida (visión escatológica).
A pesar de estas concepciones falsas, había un "pequeño resto" de personas que tenían una idea exacta del Mesías: El Mesías, sacerdote y víctima al mismo tiempo, sacrificaría su vida para liberarnos del pecado y para restaurar la amistad entre Dios y los hombres. En este grupo encontramos con María a su prima Isabel (Lc. 1, 41-46), el viejo Simeón (Lc. 2, 30-32), la profetisa Ana (2, 38) y sobre todo Juan el Bautista (Mt. 3, 2-12) y a los esenios, secta que los recientes descubrimientos del Mar Muerto nos han permitido conocer mejor y a la que pertenecía Juan el Bautista.
A causa de estas deformaciones Jesús usó una táctica prudente para no despertar demasiado escándalo para demostrar su mesianidad. Toma el título de "Hijo del Hombre" (Dan. 7, 13-14).
Acepta en primer lugar el testimonio de Juan Bautista (Jn. 1, 29-30). Declara abiertamente su mesianidad ante la samaritana Jn.4.25-26), ante Nicodemo (Jn. 3, 13-18) y de una manera contundente ante Caifás, durante su propio juicio (Mt. 26, 63-64).
Al mismo tiempo, también se presenta ante el mundo como el Hijo de Dios: "Nadie conoce al Padre sino el Hijo" (Mt. 11, 27). Nos revela su íntima unión con el Padre con el cual se identifica.
Esta afirmación, completamente original, no se encuentra en ningún otro fundador de religiones.
La apreciamos en la profesión de fe de Pedro (Mt. 16,18). La manifestación más clara de la divinidad de Jesús que tenemos en los sinópticos está en la respuesta que El dio ante el sumo sacerdote Caifás en el Sanedrín:
"Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios" (Mt. 26, 63). Jesús respondió: "Tú lo has dicho. Y os declaro que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Padre, y venir sobre las nubes del cielo" (Mt.26,64).
Aún es más clara la divinidad de Jesús en el evangelio de San Juan. Citaremos algunos textos:
"Y el Verbo era Dios" (1,1)
"Yo y el Padre somos una sola cosa" (10-30)
"Os lo dije y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi
Padre testifican de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois ovejas mías" (10, 25-26).
Nos queda además como testimonio la misma actuación de Jesús durante su vida pública. En primer lugar habla de perfeccionar la Ley que Dios le dio al pueblo judío, y solamente El, que esos, puede apropiarse un dominio sobre las cosas de Dios (Mt. 34-36, Juicio Final). También se proclama el fin mismo de la ley moral, cosa que únicamente Dios puede pretender. Por otro lado se proclama más digno de amor que todos los seres queridos, más aún que de nuestra propia vida (Mt.10, 37; y Mt.16, 25). Por consiguiente: JESUS SE PRESENTA COMO DIOS.
El lenguaje de algunas expresiones evangélicas sólo se comprende si se tiene esta perspectiva de la divinidad de Cristo:
"Yo soy la resurrección y la vida" (Jn.11, 25).
"Yo soy la luz del mundo" (Jn.8, 12).
"Yo soy el camino y la verdad y la vida" (Jn. 14, 6).
"El que no recoge conmigo, desparrama" (Mt. 12, 30).
Cuando cura a los enfermos, etc., obra directamente por propia virtud: "Quiero, queda limpio" (Mt. 8,3). Asume también el derecho a perdonar los pecados que es algo que solamente compete a Dios: "Confía, hijo, tus pecados te son perdonados" (Mt.9,2).
Actúa como Dios cuando la tempestad sacude la barca y amenaza con hundirla y Jesús despierta ordenando al mar: "¡Calla! ¡Cálmate!" (Mc.4,39).
Por último, durante toda su vida Jesús nunca tiene una duda, ni titubea. Pronuncia los juicios más decisivos y comprometidos sobre los problemas humanos más graves sin que nunca su inteligencia acuse el mínimo esfuerzo, sin verse obligado a reflexionar antes de responder, ya que lo que sabe no es en virtud del estudio o del razonamiento.