Pidan y se les dará
- 05 Marzo 2020
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XXII Papa, 5 de marzo
Martirologio Romano: En Roma, en la vía Apia, en el cementerio de Calisto, sepultura de san Lucio, papa, sucesor de Cornelio, que sufrió el exilio por la fe de Cristo y fue, en tiempos angustiosos, eximio confesor de la fe, actuando con moderación y prudencia (254).
Etimológicamente: Lucio = nacido con la primera luz, es de origen latino.
Breve Biografía
Fue Pontífice de 253-254; murió en Roma el 5 de marzo de 254. Después de la muerte del Papa San Cornelio, quien murió en el exilio en el verano del 253, Lucio fue elegido para tomar su lugar, y fue consagrado Obispo de Roma. Nada se sabe de la vida temprana de este Papa antes de su elevación. De acuerdo con el libro "Liber Pontificalis", era romano de nacimiento y su [[padre] se llamaba Porfirio. No se sabe de dónde el autor obtuvo esta información. Todavía continuaba la persecución de la Iglesia bajo el Emperador Gallo durante la cual Cornelio había sido desterrado. Lucio también fue enviado al exilio pronto después de su consagración, pero en un corto tiempo, presuntamente cuando Valeriano fue designado emperador, a él le fue permitido regresar a su rebaño. El Catálogo Feliciano, cuya información se encuentra en el "Liber Pontificalis", nos informa del exilio y del milagroso retorno de Lucio: "Hic exul fuit et postea nutu Dei incolumis ad ecclesiam reversus est." San Cipriano, quien escribió una carta (perdida) de felicitaciones a Lucio en su elevación a la Santa Sede y sobre su exilio, envió una segunda carta de felicitaciones para él y sus acompañantes en el exilio, como también a toda la Iglesia Romana (ep. LXI, ed. Hartel, II, 695 sqq.).
La carta comienza: “Querido Hermano, hace muy poco tiempo te ofrecimos nuestras felicitaciones, cuando Dios te exaltó a gobernar Su Iglesia y te concedió la doble gloria de confesor y obispo. De nuevo te felicitamos a ti, a tus acompañantes y a toda la congregación; con esto, debido a la bondadosa y poderosa protección de nuestro Dios, Él te ha guiado de regreso con alabanzas y gloria a Sí mismo, de manera que el rebaño pueda recibir de nuevo a su pastor, el barco a su piloto y la gente a un director que los gobierne y les muestre abiertamente que fue el designio de Dios que permitió tu destierro, no para que el obispo exiliado fuera privado de su Iglesia, sino más bien para que regresara a su Iglesia con mayor autoridad”.
Cipriano continúa, refiriéndose a los tres niños hebreos en el horno ardiente, que el regreso del exilio no aminoraba la gloria de la confesión, y que la persecución, la cual iba dirigida sólo contra los confesores de la Iglesia verdadera, comprobaba cuál era la Iglesia de Cristo. En conclusión, él describe la felicidad de la Roma cristiana ante la llegada de su pastor. Cuando Cipriano afirma que Dios por medio de la persecución buscó “hacer avergonzar y silenciar a los herejes” y así probar dónde estaba la Iglesia, quién era su único obispo elegido por el designio de Dios, quiénes eran sus presbíteros sujetos al obispo en la gloria del sacerdocio, quiénes eran la verdadera gente de Cristo, unidos a Su rebaño por un amor excepcional, quiénes eran los oprimidos por sus enemigos, y al mismo tiempo dónde estaban aquellos que el Diablo protege como suyos, refiriéndose obviamente a los novacianos. El Cisma de Novaciano, a través del cual se presentó como antipapa, en oposición a Cornelio, todavía continuaba en Roma bajo Lucio.
En referencia a la confesión y a la restauración de los “Lapsi" (caídos), Lucio se adhirió a los principios de San Cornelio y de San Cipriano. De acuerdo con el testimonio del último, contenido en una carta al Papa San Esteban I (ep. LXVIII, 5, ed. Hartel, II, 748), Lucio, así como Cornelio, había expuesto su opinión por escrito:
"Illi enim pleni spiritu Domini et in glorioso martyrio constituti dandam esse lapsis pacem censuerunt et poenitentia acta fructum communicationis et pacis negandum non esse litteris suis signaverunt." (Para ellos, llenos del Espíritu Santo de Dios y confirmado en glorioso martirio, juzgaron que el perdón debe ser otorgado a los Lapsi, y dieron a entender en sus cartas que, que cuando éstos hayan realizado la penitencia, no se les debe negar el gozo de la comunión y de la reconciliación.) Lucio murió a principios de marzo del año 254. En el "Depositio episcoporum" el "Cronógrafo de 354" da la fecha de su muerte como el 5 de marzo, el "Martyrologium Hieronymianum" como el 4 de marzo. La primera fecha es probablemente la correcta. Quizás Lucio murió el 4 de marzo y fue enterrado el 5 de marzo. De acuerdo al "Liber Pontificalis" este Papa fue decapitado en tiempos de Valeriano, pero este testimonio no puede ser comprobado. Es verdad que Cipriano en la antedicha carta a Esteban (ep. LXVIII, 5) le da a él, como también Cornelio, el titulo honorario de mártir: "servandus est enim antecessorum nostrorum beatorum martyrum Cornelii et Lucii honor gloriosus" (pues debe ser preservada la memoria gloriosa de nuestros predecesores los santos mártires Cornelio y Lucio); pero probablemente esto fue un relato del corto destierro de Lucio. Cornelio, quien murió en el exilio, fue honrado como mártir por los romanos después de su muerte; pero no así Lucio. En el calendario romano de fiestas del "Cronógrafo de 354" él es mencionado en el "Depositio episcoporum", y no bajo el encabezado de "Depositio martyrum". Sin embargo, su memoria fue particularmente honrada, como aclara la aparición de su nombre en el "Martyrologium Hieronymianum". Es cierto que Eusebio sostiene (Hist. Eccl., VII, 10) que Valeriano favorecía a los cristianos al principio de su reinado. El primer edicto de persecución del emperador apareció sólo en el año 257.
Lucio fue enterrado en un compartimiento de la bóveda papal en las catacumbas de San Calixto. En la excavación de la bóveda, De Rossi encontró un fragmento grande del epitafio original, el cual sólo da el nombre del Papa en griego: LOUKIS. La losa está quebrada justo atrás de la palabra, así que con toda probabilidad no había nada más escrito excepto el titulo EPISKOPOS (obispo). Las reliquias del santo fueron trasladadas por el Papa San Paulo I (757-767) a la Iglesia de San Silvestre en Capita, o por el Papa San Pascual I (817-824) a la Basílica de San Práxedes [Marucchi, "Basiliques et eglises de Rome", Roma, 1902, 399 (inscripción en San Silvestre), 325 (inscripción en San Práxedes)]. El autor del "Liber Pontificalis" ha atribuido desautorizadamente a San Lucio un decreto, de acuerdo con el cual dos sacerdotes y tres diáconos deben acompañar siempre al obispo para ser testigos de su vida virtuosa: "Hic praecepit, ut duo presbyteri et tres diaconi in omni loco episcopum non desererent propter testimonium ecclesiasticum." Tal medida debió ser necesaria bajo ciertas condiciones en un periodo posterior; pero en época de Lucio esto era increíble. Este supuesto decreto indujo una falsificación posterior para inventar otro decreto apócrifo y se lo atribuyeron a Lucio. Es también fabricada la historia en el "Liber Pontificalis" que Lucio, cuando era llevado a la muerte, dio al archidiácono Esteban poder sobre la Iglesia.
Santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12. Jueves I de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, gracias por el regalo de estar aquí, ayúdame a estar con todo mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca se le abre. ¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuanto mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
A veces venimos con Dios y pensamos en pedirle cosas y Dios escucha, pero Dios planea algo más grande. Una relación íntima con nosotros.
Dios es un buen Padre, de hecho, el mejor de todos. Nuestra relación con Él es como la de un Padre con su hijo. Piensa en la familiaridad con la que Jesús trataba con Dios Padre. Ese es el deseo de Dios con nosotros: hijos en el Hijo. Quizá para poder entender esto mejor podríamos hacer una contemplación de este misterio. Imagínate a ti y a Dios sentados en el lugar que más te gusta. Un lugar que da paz o que evoca sentimientos de alegría. Ahí estás tú, y enfrente Dios Padre. Lo primero que haces quizá es saludarlo, le invitas a pasar y quizá le ofreces un café. Tómate este momento para estar con Dios, estar «a gusto» en su presencia.
Dios te pregunta cómo estás. Tú le preguntas lo mismo. Como cuando hablamos con una persona que amamos, cuando pregunta cómo estamos, le decimos cómo nos sentimos sin miedo a ser juzgados. Dile cómo estás. Platícale de cosas que son importantes para ti.
Después de un tiempo detente y escucha. Sí, al principio no se oye nada, pero después poco a poco en el corazón, sin palabras, se va formando la respuesta de amor de Dios Padre. Piensa que si tu tuvieras a una persona delante y te preguntara o te pidiera algo no le ignorarías. Lo mismo pasa con Dios: a veces creemos que no nos habla, pero la verdad es que Él se conmueve por la confianza de quien viene a Él.
No tengas miedo, habla de tu día, de todo lo que quieras. Si no tienes nada de qué hablar o no tienes palabras, quédate en silencio, a Dios le encanta tenerte ahí de todas formas.
«Este es el primer punto: ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, fiarse de Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños. En el sentido de que los niños saben fiarse, saben que alguien se preocupará por ellos, de lo que comerán, de lo que se pondrán, etc. Esta es la primera actitud: confianza y confidencia, como el niño hacia los padres; saber que Dios se acuerda de ti, cuida de ti, de ti, de mí, de todos. La segunda predisposición, también propia de los niños, es dejarse sorprender. El niño hace siempre miles de preguntas porque desea descubrir el mundo; y se maravilla incluso de cosas pequeñas porque todo es nuevo para él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario dejarse maravillar. En nuestra relación con el Señor, en la oración —pregunto— ¿nos dejamos maravillar o pensamos que la oración es hablar a Dios como hacen los loros?». (SS Francisco, Audiencia, 15 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. Haré una lista de las cosas que me preocupan, me inquietan; de las personas que amo, de las personas con las que me cuesta relacionarme, y al final del día las pondré en manos de Jesucristo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La ley nueva o ley evangélica
Es obra de Cristo y se expresa particularmente en el Sermón de la Montaña
La Ley nueva o Ley evangélica es la perfección aquí abajo de la ley divina, natural y revelada. Es obra de Cristo y se expresa particularmente en el Sermón de la Montaña. Es también obra del Espíritu Santo, y por él viene a ser la ley interior de la caridad: ‘Concertaré con la casa de Israel una alianza nueva... pondré mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo’.
La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo dada a los fieles mediante la fe en Cristo. Actúa por la caridad, utiliza el Sermón del Señor para enseñarnos lo que hay que hacer, y los sacramentos para comunicarnos la gracia de realizarlo:
El que quiera meditar con piedad y perspicacia el Sermón que nuestro Señor pronunció en la montaña, según lo leemos en el Evangelio de san Mateo, encontrará en él sin duda alguna la carta perfecta de la vida cristiana... Este Sermón contiene todos los preceptos propios para guiar la vida cristiana.
La Ley evangélica ‘da cumplimiento’, purifica, supera, y lleva a su perfección la Ley antigua. En las ‘Bienaventuranzas’ da cumplimiento a las promesas divinas elevándolas y ordenándolas al ‘Reino de los cielos’. Se dirige a los que están dispuestos a acoger con fe esta esperanza nueva: los pobres, los humildes, los afligidos, los limpios de corazón, los perseguidos a causa de Cristo, trazando así los caminos sorprendentes del Reino.
La Ley evangélica lleva a plenitud los mandamientos de la Ley. El Sermón del monte, lejos de abolir o devaluar las prescripciones morales de la Ley antigua, extrae de ella sus virtualidades ocultas y hace surgir de ella nuevas exigencias: revela toda su verdad divina y humana. No añade preceptos exteriores nuevos, pero llega a reformar la raíz de los actos, el corazón, donde el hombre elige entre lo puro y lo impuro , donde se forman la fe, la esperanza y la caridad, y con ellas las otras virtudes. El Evangelio conduce así la Ley a su plenitud mediante la imitación de la perfección del Padre celestial, mediante el perdón de los enemigos y la oración por los perseguidores, según el modelo de la generosidad divina .
La Ley nueva practica los actos de la religión: la limosna, la oración y el ayuno, ordenándolos al ‘Padre que ve en lo secreto’, por oposición al deseo ‘de ser visto por los hombres’ . Su oración es el Padre Nuestro.
La Ley evangélica entraña la elección decisiva entre ‘los dos caminos’ y la práctica de las palabras del Señor ; está resumida en la regla de oro: ‘Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros; porque ésta es la Ley y los profetas’ .
Toda la Ley evangélica está contenida en el ‘mandamiento nuevo’ de Jesús : amarnos los unos a los otros como El nos ha amado .
Al Sermón del monte conviene añadir la catequesis moral de las enseñanzas apostólicas, . Esta doctrina transmite la enseñanza del Señor con la autoridad de los apóstoles, especialmente exponiendo las virtudes que se derivan de la fe en Cristo y que anima la caridad, el principal don del Espíritu Santo. ‘Vuestra caridad sea sin fingimiento... amándoos cordialmente los unos a los otros... con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad’. Esta catequesis nos enseña también a tratar los casos de conciencia a la luz de nuestra relación con Cristo y con la Iglesia.
La Ley nueva es llamada ley de amor, porque hace obrar por el amor que infunde el Espíritu Santo más que por el temor; ley de gracia, porque confiere la fuerza de la gracia para obrar mediante la fe y los sacramentos; ley de libertad , porque nos libera de las observancias rituales y jurídicas de la Ley antigua, nos inclina a obrar espontáneamente bajo el impulso de la caridad y nos hace pasar de la condición del siervo ‘que ignora lo que hace su señor’, a la de amigo de Cristo, ‘porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer’ , o también a la condición de hijo heredero.
Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. La distinción tradicional entre mandamientos de Dios y consejos evangélicos se establece por relación a la caridad, perfección de la vida cristiana. Los preceptos están destinados a apartar lo que es incompatible con la caridad. Los consejos tienen por fin apartar lo que, incluso sin serle contrario, puede constituir un impedimento al desarrollo de la caridad.
Los consejos evangélicos manifiestan la plenitud viva de una caridad que nunca se sacia. Atestiguan su fuerza y estimulan nuestra prontitud espiritual. La perfección de la Ley nueva consiste esencialmente en los preceptos del amor de Dios y del prójimo. Los consejos indican vías más directas, medios más apropiados, y han de practicarse según la vocación de cada uno:
(Dios) no quiere que cada uno observe todos los consejos, sino solamente los que son convenientes según la diversidad de las personas, los tiempos, las ocasiones, y las fuerzas, como la caridad lo requiera. Porque es ésta la que, como reina de todas las virtudes, de todos los mandamientos, de todos los consejos, y en suma de todas las leyes y de todas las acciones cristianas, da a todos y a todas rango, orden, tiempo y valor.
«Las mujeres no solo somos víctimas, somos constructoras de la paz»
En el marco de la próxima celebración del Día de la Mujer, el 8 de marzo, el Frente Nacional por la Familia de México lanzó la campaña "Mujeres Al Frente Construyendo La Paz" con el hashtag #MujeresXLaPaz.
En un video compartido con ACI Prensa, cinco mujeres que encabezan la campaña destacaron que “queremos que México viva sin violencia, sin miedo y con paz”.
Luisa Fernanda González, de Ciudad de México, lamentó que “hoy nuestro México vive una terrible fractura de la paz. 2019 fue el año en donde hubo más asesinatos en la historia”.
Fabiola Tepox, líder del Frente Nacional por la Familia en Puebla, señaló que “nos duelen el asesinato de la familia LeBaron, la muerte de la maestra de Torreón, de Ingrid, de Fátima, los recientes homicidios de los estudiantes de Puebla, que solo son ejemplos paradigmáticos de los miles de asesinatos que están sucediendo en todo el país”.
Por su parte, Estefania Ricci, de Oaxaca, indicó que “en 2019 se reportaron 44.490 asesinatos, de los cuales 40.619 fueron hombres, pero hoy en torno al Día de la Mujer queremos destacar los 3.871 asesinatos de mujeres. Nos duele mucho la violencia que se está viviendo en México en contra de la mujer”.
Irma Barrientos, del Estado de México, explicó que debido a esta violencia “presentamos el inicio de nuestra campaña Mujeres al Frente Construyendo la Paz. El objetivo es de denuncia, de propuesta y con exigencias”.
Rosa María Morales, también del Estado de México, subrayó que “las mujeres no solo somos víctimas, las mujeres somos constructoras de la paz desde la familia, los ámbitos laborales, la educación, y lo hacemos en complementariedad con nuestros hombres: padres, esposos e hijos”.
“Le exigimos a los gobiernos se concentren en garantizar el derecho de todas las mujeres a la vida y a la integridad física”, señaló.
“Ya basta de violencia, construyamos la paz”, finalizó Fabiola Tepox.
¿Quieres que tu país cambie, que tu ciudad o tu pueblo cambien, que tu familia cambie?
VER
Este miércoles iniciamos la Cuaresma, que son cuarenta días de preparación para celebrar el misterio central de nuestra fe, la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús.
Muchas personas se acercan a recibir la ceniza, que es un signo de que somos polvo, de que no somos dioses, de que la vida es frágil y pasajera, y de que queremos darle valor de trascendencia, corrigiendo los errores, venciendo los pecados y superando las tentaciones, para resucitar a otro estilo de vida, a ejemplo de Jesús.
Sin embargo, para mucha gente, la Cauresma es sólo una tradición, a la que no le dan mayor importancia. Para la mayoría, nada significa y a nada les induce. Su vida sigue igual y ningún esfuerzo hacen por cambiar.
En el país, se ha incrementado la violencia, la inseguridad, la criminalidad de todo tipo. Por todas partes se escuchan quejas, lamentos, angustias. Pero la mayoría de los criminales han sido bautizados y se declaran creyentes, hasta devotos de la Virgen y de algún Santo. Para ellos, ¿algo significa la Cuaresma? Absolutamente nada. No la toman en cuenta para nada. Ojalá recibieran la ceniza y se convirtieran.
Muchos hogares se están deshaciendo, por las infidelidades, por el orgullo y la vanidad, por la falta de sacrificio y de paciencia mutua, por las violencias verbales y físicas. ¿Puede servir la Cuaresma para que las familias se estabilicen y salgan adelante? Depende de cada quien.
Las contiendas políticas y electorales se han convertido en aguerridos campos de batalla. Pareciera que todo se vale, con tal de destruir a los otros contendientes.
Casi todos los candidatos son creyentes; ¿les servirá de algo la Cuaresma? Ojalá; pero me temo que nada les importa este tiempo para replantear sus comportamientos, sino sólo para crear nuevas armas de combate.
Para nosotros, gente de Iglesia, puede también pasar la Cuaresma como un periodo sin repercusión en la vida personal. Predicamos que los otros cambien, pero nosotros seguimos igual: ni más oración, ni ayunos, ni penitencias, ni limosnas… Así, no hay resurrección, no hay renovación de la Iglesia, menos de la sociedad.
PENSAR
El Papa Francisco no ha enviado su acostumbrado mensaje para este tiempo. Ante los diferentes males, los engaños y las tentaciones de este mundo, nos invita a no dejar apagar el amor, y poner en práctica las tres recomendaciones de Jesús: orar, ayunar y dar limosna:
“El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.
El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?
El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre”.
ACTUAR
El Papa concluye con esta exhortación, que comparto con ustedes:
“Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos.
Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”.
¿Quieres que México cambie, que tu ciudad o tu pueblo cambien, que tu familia cambie? Haz oración, para que Dios entre en tu vida; ayuna, para que domines tus pasiones; da limosna, para que hagas cambiar la vida de personas concretas.
10 sencillos consejos a poner en práctica que servirán para vivir la mejor Cuaresma de tu vida
Estos diez puntos ayudarán a estar más cerca de Dios durante la Cuaresma
Es un tiempo de preparación, de oración y de penitencia que empieza con el Miércoles de Ceniza.
El padre Ed Broom, oblato de la Virgen María, es un sacerdote experto en comunicación recuerda en Catholic Exchange que “la Cuaresma es tanto un regalo como una tiempo de abundantes gracias”. “¡Vivamos estos cuarenta días de gracias y bendiciones como si fuera la última Cuaresma de nuestras vidas! Nuestra vida es corta y el tiempo pasa volando y el reloj no vuelve atrás”, anima este religioso. Para poder vivir así este tiempo ofrece diez sencillas prácticas para que “esta Cuaresma sea la mejor de nuestra vida”:
1. Oración
En lugar de ser Marta en esta Cuaresma, ¿por qué no tratar de imitar a María de Betania? ¿Qué hizo María, mientras Marta nerviosa y frenética corría de un lado a otro? María simplemente se sentó a los pies de Jesús, le miraba y escuchaba atentamente sus palabras. En la Cuaresma, ¿por qué no hacer el propósito, a imitación de María de Betania, de rezar un poco más y mejor? ¡La oración deleita el Corazón de Jesús!”.
2. Reconciliación y paz
Si hay una persona en tu vida a la que le tengas inquina, resentimiento o incluso odio, entonces la Cuaresma es el momento más propicio para reconciliarse. ¡Construye un puente y derriba el muro! El sacerdote recuerda que en las homilías matrimoniales suele decir a los novios que las tres frases cortas más importantes que las parejas deben aprender son: “Te amo”, “lo siento” y “te perdono”.
3. Penitencia
Jesús dijo inequívocamente que “el que no se arrepienta, perecerá”. Renuncia a algo que te guste por amor a Dios y por la salvación de las almas. Al decir “no” a uno mismo, se dice “sí” a la entrada de Dios en el corazón.
4. La Biblia, la Palabra de Dios
En el Adviento y la Cuaresma, la Iglesia exhorta a tener un hambre real de la Palabra de Dios. Jesús, en respuesta a la primera tentación del diablo respondió: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Que este tiempo de Cuaresma esté motivado por una meditación diaria de la Palabra de Dios. Usa un método de oración sugerido por Benedicto XVI llamado Lectio Divina: leer, meditar, contemplar, orar y actuar para poner en práctica las buenas ideas inspiradas. Esto dará como resultado un cambio de vida.
5. Limosna
La Cuaresma es un tiempo para dar, especialmente a los pobres, enfermos, marginados y rechazados de la sociedad. Recuerda los numerosos gestos del Papa Francisco con los pobres o su besos a personas rechazadas por su aspecto físico. “Lo que sea que hagas a uno de estos mis pequeños, conmigo también lo hiciste”, afirma Jesús en el Evangelio.
6. Las tres T (Tiempo, Talentos, Tesoros)
Siguiendo con la limosna, por qué no examinar estas tres áreas en tu vida y ver dónde y cómo puedes cumplir lo que dijo Santa Teresa de Calcuta: “Da hasta que duela”. La primera es el Tiempo: Da tu tiempo a otros, comienza en casa porque la caridad comienza en casa. Después están los Talentos: Todo el mundo tiene talentos y la Cuaresma es un tiempo para vencer la pereza y trabajar para cultivar los talentos dados por Dios. Y por último los Tesoros. Si tienes un exceso de comida, ropa, dinero u otras cosas materiales, da y da. ¡Se lo estás dando a Jesús a través de los pobres!
7. Alegría
¡Sé alegre! Si ponemos primero a Jesús, luego a los demás y finalmente a nosotros mismos, entonces experimentaremos la alegría del Espíritu Santo, que además se desbordará en la personas que nos rodean.
8. Misa diaria y comunión
La mejor manera de vivir el tiempo de Cuaresma es acercarse lo más posible a Jesús. En la Misa y a través de la comunión no solo se acerca uno a Cristo sino que lo recibe en las profundidades de su ser, en el santuario interior que es el alma. Sin embargo, hay que ir a misa con intenciones, para reparar y prevenir el pecado.
¿Por qué sufrió Jesús tanto en su Pasión? San Ignacio de Loyola da dos razones fundamentales:
1. Para mostrar al hombre la malicia y el mal del pecado.
2. Para mostrar la inmensidad de su amor por la humanidad y por cada uno individualmente.
9. Conquista a tu propio demonio
Todos tenemos al demonio que nos ataca, a menudo buscando el punto más débil. Piensa por dónde el diablo te ataca más: ¿gula? ¿lujuria? ¿codicia? ¿pereza?... En Cuaresma, somos soldados de Cristo Rey. Es hora de luchar contra nuestro demonio personal con la fuerza de Jesús, el Rey. Somos débiles, pero Dios es fuerte. ¡Nada hay imposible para Dios!
10. María y la Cuaresma
Intenta vivir una Cuaresma fuertemente mariana. Reza los misterios dolorosos del Rosario. Es buen momento para ver La Pasión de Mel Gibson, donde el papel de María es significativo. Haz el Vía Crucis caminando con Nuestra Señora de los Dolores. Hay que esforzarse en la Cuaresma para vivir estos días a través de los ojos de María y con su Corazón Doloroso e Inmaculado.
Oración por nuestros hermanos migrantes
Como cristianos, es nuestro deber estar pendientes de nuestros hermanos migrantes.
Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡yo soy Yavé, tu Dios! (Levítico 19:34)
El problema de la homofobia, la xenofobia, la misoginia, el antisemitismo, el racismo, y de toda clase de odio o discriminación, no es sólo la descalificación específica hacia una característica particular, sino el desprecio hacia la persona humana.
En las últimas semanas, el racismo y el rechazo contra los inmigrantes a los Estados Unidos se ha incrementado de manera dramática, de modo que hoy en día es una persecución abierta, sin precedentes. Como habitante de Florida puedo ser testigo y escuchar de cerca las historias aterradoras sobre padres de familia que ya han sido arrestados, de manera individual o durante una redada, y enviados de vuelta a su país de origen, en casi todos los casos a México.
Mujeres y niños deben enfrentar ahora la vida sin el proveedor del hogar. Dado que en la mayoría de los casos las familias no cuentan con documentos legales, todo se complica para ellos. Algunas instituciones hispanas, organizaciones y grupos sociales han empezado a extender la mano para protegerlos y otorgarles posibilidades de supervivencia en este país, pero el temor es grande en la comunidad.
Algunas madres solteras acuden a las iglesias (que en estos momentos tienen mucho trabajo por hacer) en busca de ayuda, refugio o defensores. En ocasiones es necesario darles asilo dentro de la iglesia para que la ley no pueda infiltrarse, llevárselas y deportarlas. Algunas otras personas se encontraban en el proceso de legalización, pero oficiales sin investidura migratoria simplemente las arrestaron y las pusieron fuera del país, sin posibilidad de defenderse.
Las deportaciones están siendo abundantes, y sin proceso judicial, lo cual es una violación a la ley. Asimismo, esta cacería de brujas, sin orden ni congruencia, ha atentado en innumerables ocasiones contra los derechos humanos, pues divide familias, deja en la orfandad a cientos de niños, y lastima el tejido social de la clase inmigrante.
El nacionalismo no puede estar por encima de los derechos humanos, pues corre el alto riesgo de convertirse en fascismo. El país está completamente dividido, la hermandad y la unidad ya no son lo que alguna vez fueran en esta gran nación. Por otra parte, en México, paradójicamente la unidad de los mexicanos se siente como hace mucho no se sentía. Hace dos semanas estuve en la ciudad de México y pude comprobarlo con gran satisfacción. ¡Me siento orgullosa de ser mexicana y de tener por origen una tierra tan leal, que siempre se une en los momentos de angustia y dolor!
Como cristianos, es nuestro deber estar pendientes de nuestros hermanos migrantes mexicanos, auxiliarlos en tiempo de angustia, tender la mano a sus familias si son víctimas de esta feroz persecución, protegerlos, apoyar su causa, levantar la voz por ellos, ver por sus hijos, darles de comer, orar con ellos, consolarlos y no abandonarlos.
Levantemos nuestra oración fervientemente en esta hora de angustia para tantas personas cuyo destino está siendo amenazado, o ya definitivamente afectado, por esta grave situación política. No nos olvidemos de que la persecución puede venir sobre cualquiera de nosotros, en cualquier lugar y a cualquier hora, ya sea por razones sociales, raciales o incluso por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
“Señor, tú que pones y quitas a los reyes de la tierra y gobiernas sobre todos ellos, te pedimos por la paz entre nuestro amado país, México, y la hermosa nación de los Estados Unidos, para que las relaciones de amistad y hermandad sean restablecidas. Sabemos que tú tienes un propósito para todo, y que en el momento preciso intervendrás con tu mano poderosa para poner orden, restaurar lo que se ha perdido, y aún confiamos en que harás justicia, de acuerdo a las acciones de cada uno. Danos en esta hora compasión y amor incondicional por aquellos que sufren. Ampáralos, Señor, ten misericordia de todos ellos. Ten misericordia de todos nosotros. Perdona nuestros pecados y enséñanos a ser luz en la oscuridad, sal de la tierra, mensajeros fieles de tu mensaje de amor eterno. Toca el corazón de aquellos que buscan destruir en vez de unir, y danos la gracia de permanecer unidos en la fe de tu Hijo Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”