Aquí hay uno que es más que Jonás

Casimiro de Polonia, Santo

Memoria Litúrgica, 4 de marzo

 Príncipe

Martirologio Romano: San Casimiro, hijo del rey de Polonia, que, siendo príncipe, destacó por el celo en la fe, por la castidad y la penitencia, la benignidad hacia los pobres y la devota veneración a la Eucaristía y a la bienaventurada Virgen María, y aún joven, consumido por la tuberculosis, descansó piadosamente en la ciudad de Grodno, cerca de Vilna, en Lituania († 1484).

Etimológicamente: Casimiro = Aquel que invoca, enseña, promueve la paz, es de origen polaco

Fecha de canonización: El rey Segismundo presentó ante el Papa León X la solicitud para la canonización de Casimiro luego de haberse registrado muchos milagros por su intercesión. En 1521 dicho Papa declaró a Casimiro patrón de Polonia y Lituania, pero fue oficialmente beatificado en 1602 por el Papa Clemente VIII y por fin en 1621 su fiesta fue extendida a la Iglesia Universal.

Patrono: de Polonia, de Lituania (proclamado por el Papa Urbano VIII en 1636), de la Diócesis de Grodno (Bielorrusia), de los reyes, de los principes, de los laicos solteros, protector contra la peste.

Breve Biografía

Casimiro nació en 1458 en Cracovia. Era el tercero de los trece hijos de Casimiro, rey de Polonia. Muchos santos han salido de familias muy numerosas, y de esta clase de familias llegan a la Iglesia Católica excelentes vocaciones.

Su madre Isabel, hija del emperador de Austria, era una fervorosa católica y se esmeró con toda el alma porque sus hijos fueran también entusiastas practicantes de la religión. Ella en una carta a una amiga hace una formidable lista de las cualidades que debe tener una buena madre, y seguramente que esas cualidades fueron las que practicó con sus propios hijos.

Y además de la educación que le dieron sus padres, Casimiro tuvo la gran suerte de que el rey le consiguió dos maestros que eran buenísimos educadores. El Padre Juan y el profesor Calímaco. El Padre Juan era Polaco y dejó fama de ser muy sabio y muy santo, pero su mayor honor le viene de haber sido el que encaminó a San Casimiro hacia una altísima santidad. El Profesor Calímaco era un gran sabio que había sido secretario del Papa Pío II, y después estuvo 30 años en la corte del rey de Polonia ayudándole en la instrucción de los jóvenes. Calímaco dijo: "Casimiro es un adolescente santo", y el Padre Juan escribió también: "Casimiro es un joven excepcional en cuanto a virtud".

Claro está que no basta con recibir una buena educación de parte de los papás y tener buenos profesores, sino que es necesario que el joven ponga de su parte todo el empeño posible por ser bueno. Pues de los otros doce hermanos de Casimiro, que tuvieron los mismos profesores, ninguno llegó a la santidad, y algunos hasta dieron malos ejemplos. En cambio nuestro santo llegó a unas alturas de virtud que admiraron a los que lo conocieron y lo trataron.

Dicen los biógrafos de San Casimiro que su más grande anhelo y su más fuerte deseo era siempre agradar a Dios. Para eso trataba de dominar su cuerpo, antes de que las pasiones sensuales mancharan su alma. Siendo hijo del rey, sin embargo vestía muy sencillamente, sin ningún lujo. Se mortificaba en el comer, en el beber, en el mirar y en el dormir. Muchas veces dormía sobre el puro suelo y se esforzaba por no tomar licor. Y esto en un palacio real donde las gentes eran bastante inclinadas a una vida fácil y de muchas comodidades y comilonas.

Para Casimiro el centro de su devoción era la Pasión y Muerte de Jesucristo. En aquellos tiempos los maestros espirituales insistían frecuentemente en que para ser fervoroso y crecer en el amor a Dios aprovecha muchísimo el meditar en la Pasión de Jesucristo. Nuestro santo pasaba mucho tiempo meditando en la Agonía de Jesús en el Huerto y en los azotes que padeció, como también en la coronación de espinas y las bofetadas que le dieron a Nuestro Señor. Ratos y ratos se estaba pensando en la subida de Jesús al Calvario y en las cinco heridas del crucificado, y meditando en el amor que llevó a Jesús a sacrificarse por nosotros. Le gustaban los cristos muy sangrantes, y ante un crucifijo se quedaba tiempos y tiempos meditando, suplicando y dando gracias.

Otra gran devoción de Casimiro era la de Jesús Sacramentado. Como durante el día estaba sumamente ocupado ayudando a su padre a gobernar el Reino de Polonia y de Lituania, aprovechaba el descanso y el silencio de las noches para ir a los templos y pasar horas y horas adorando a Jesús en la Santa Hostia.

Sus preferidos eran los pobres. La gente se admiraba de que siendo hijo de un rey, nunca ni en sus palabras ni en su trato se mostraba orgulloso o despreciador con ninguno, ni siquiera con los más miserables y antipáticos. Un biógrafo (enviado por el Papa León X a recoger datos acerca de él) afirma que la caridad de Casimiro era casi increíble, un verdadero don del Espíritu Santo. Que el amor tan grande que le tenía a Dios, lo llevaba a amar inmensamente al prójimo, y que nada le era tan agradable y apetecible como la entrega de todos sus bienes en favor de los más necesitados, y no sólo de sus bienes materiales, sino de su tiempo, sus energías, de su influencia respecto a su padre y de su inteligencia. Que prefería siempre a los más afligidos, a los más pobres, a los extranjeros que no tenían a nadie que los socorriera, y a los enfermos. Que defendía a los miserables y por eso el pueblo lo llamaba "el defensor de los pobres".

Su padre quiso casarlo con la hija del Emperador Federico, pero Casimiro dijo que le había prometido a la Virgen Santísima conservarse en perpetua castidad. Y renunció a tan honroso matrimonio.

Los secretarios y otras personas que vivieron con Casimiro durante varios años estuvieron todos de acuerdo en afirmar que lo más probable es que este santo joven no cometió ni un solo pecado grave en toda su vida. Y esto es tanto más admirable en cuanto que vivía en un ambiente de palacio de gobierno donde generalmente hay mucha relajación de costumbres. La gente se admiraba al ver que un joven de veinte años observaba una conducta tan equilibrada y seria como si ya tuviera sesenta.

A su padre el rey le advertía con todo respeto pero con mucha valentía, las fallas que encontraba en el gobierno, especialmente cuando se cometían injusticias contra los pobres. Y el papa atendía con rapidez a sus peticiones y trataba de poner remedio.

Casimiro llegó lo mismo que San Luis Gonzaga, San Gabriel de la Dolorosa, San Estanislao de Koska, San Juan Berchmans, y Santa Teresita de Jesús, a una gran santidad, en muy pocos años.

Se enfermó de tuberculosis, y el 4 de marzo de 1484, a la corta edad de 26 años, murió santamente dejando en todos los más edificantes recuerdos de bondad y de pureza. Lo sepultaron en Vilma, capital de Lituania.

A los 120 años de enterrado abrieron su sepulcro y encontraron su cuerpo incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Ni siquiera sus vestidos se habían dañado, y eso que el sitio donde lo habían sepultado era muy húmedo.

Sobre su pecho encontraron una poesía a la Sma. Virgen, que él había recitado frecuentemente y que mandó que la colocaran sobre su cadáver cuando lo fueran a enterrar. Esa poesía que él había propagado mucho empieza así:

Cada día alma mía, di a María su alabanza. En sus fiestas la honrarás y su culto extenderás, etc., etc.

Hasta después de muerto quería que en su sepulcro se honrara a la Virgen María a quien le tuvo inmensa devoción durante toda su vida.

San Casimiro trabajó incansablemente por extender la religión católica en Polonia y Lituania, y estas dos naciones han conservado admirablemente su fe católica, y aún en este tiempo cuando las gentes ven que está en peligro su religión, invocan al santo joven que fue tan entusiasta por nuestra religión.

Oración


Dios todopoderoso, sabemos que servirte es reinar; por eso te pedimos nos concedas,
por intercesión de san Casimiro, vivir sometidos a tu voluntad en santidad y justicia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Una señal

Santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32. Miércoles I de Cuaresma


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.



Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Jesús, Tú me conoces; sabes cuán roto está mi corazón y cuánto me cuesta admitir mi debilidad. Ven y dime con tu mirada que me aceptas y me quieres como soy. Dime en silencio que aquí estás para mí, que no me dejas solo. María, ven conmigo. Quédate aquí. Ayúdame a sanar, a dejarme tocar por Jesús.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32



En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.

Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.



Palabra del Señor.




Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



¡Qué duro es escuchar que somos pecadores! ¿Cómo nos sentimos al escuchar a Jesús hablar de esa manera? Si queremos hablar con Él sobre esto, quédemonos ahí. Tomemos nuestro tiempo. Si pasamos adelante, escuchamos a Jesús: así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.

Jesús es una señal para nosotros, que caemos una y otra vez. ¿Una señal de qué? De la mirada respetuosa, tierna y paciente del Padre sobre cada uno de nosotros.

Escuchemos la voz de Jesús que sigue hablándonos en la Escritura. ¿Cómo es? ¿Qué dice? ¿Qué sentimos al oírla? Podemos hablar con Jesús o María sobre lo que se mueve dentro de nosotros. Ellos nos entienden y respetan. Podemos decirles lo que queramos.

No hay modo de que dejen de querernos.

«Los testarudos de alma, los rígidos, no entienden qué es la misericordia de Dios. Son como Jonás: “debemos predicar esto, que se castigue a estos porque han hecho el mal y deben ir al infierno”. Los rígidos no saben agrandar el corazón como el Señor. Los rígidos son pusilánimes, como el pequeño corazón cerrado, pegados a la justicia desnuda. Sobre todo, los rígidos olvidan que la justicia de Dios se hizo carne en su Hijo, se hizo misericordia, se hizo perdón; que el corazón de Dios siempre está abierto al perdón. Es más, olvidan lo que rezamos la semana pasada en la oración colecta: olvidan que Dios, su omnipotencia, se manifiesta sobre todo en la misericordia y en el perdón. Para el hombre no es fácil entender la misericordia de Dios, no es fácil. Y es necesaria mucha oración para entenderla, porque es una gracia. Los hombres, de hecho, están habituados a la lógica del “me la has hecho, te la devolveré”, a la justicia del “la has hecho, la pagas”. Y, en cambio, Jesús pagó por nosotros y continúa pagando».
(Homilía SS Francisco, 10 de octubre de 2017, en santa Marta).




Diálogo con Cristo



Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Jesús, ¿qué pasó en este tiempo que estuvimos juntos? ¿Me gustó algo, algo me dio paz? O tal vez algo me hizo sufrir… ¿Qué fue? Jesús, Tú conoces mis deseos. Escúchalos. Tú sabes qué necesito. Dámelo. Tú sabes qué rechazo. Lo pongo en tus manos. ¿Qué quieres que haga hoy, Señor? ¿Cómo puedo usar los talentos que me has dado para llevar tu amor a mi mundo?

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a reconocer algún talento que tenga un colega de trabajo o de estudio con el que no trato.



Despedida



Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.



¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!



Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.


¿Cómo se logra la conversión?

Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir al pecado.
 
278. Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento de la Reconciliación se actualiza para nosotros la redención de Cristo.



Reconciliación



177. […]. Vivimos en una cultura marcada por un fuerte relativismo y una pérdida del sentido del pecado que nos lleva a olvidar la necesidad del sacramento de la Reconciliación […]. Como pastores estamos llamados a fomentar la confesión frecuente. Invitamos a nuestros presbíteros a dedicar tiempo suficiente para ofrecer el sacramento de la reconciliación con celo pastoral y entrañas de misericordia[…]. Igualmente pedimos a nuestros fieles valorar este regalo maravilloso de Dios y acercarse a él para renovar la gracia bautismal y vivir, con mayor autenticidad, la llamada de Jesús a ser sus discípulos y misioneros.[…]



254. El sacramento de la reconciliación es el lugar donde el pecador experimenta de manera singular el encuentro con Jesucristo, quien se compadece de nosotros y nos da el don de su perdón misericordioso, nos hace sentir que el amor es más fuerte que el pecado cometido, nos libera de cuanto nos impide permanecer en su amor, y nos devuelve la alegría y el entusiasmo de anunciarlo a los demás con corazón abierto y generoso.



Acompañamiento espiritual



282. Cada sector del Pueblo de Dios pide ser acompañado y formado de acuerdo con la peculiar vocación y ministerio al que ha sido llamado: el obispo que es el principio de la unidad en la diócesis mediante el triple ministerio de enseñar, santificar y gobernar; los presbíteros, cooperando con el ministerio del obispo, en el cuidado del pueblo de Dios que les es confiado; los diáconos permanentes en el servicio vivificante, humilde y perseverante como ayuda valiosa para obispos y presbíteros; los consagrados y consagradas en el seguimiento radical del Maestro; los laicos y laicas que cumplen su responsabilidad evangelizadora colaborando en la formación de comunidades cristianas y en la construcción del Reino de Dios en el mundo. Se requiere, por tanto, capacitar a quienes puedan acompañar espiritual y pastoralmente a otros.



518. Para que los habitantes de los centros urbanos y sus periferias, creyentes o no creyentes, puedan encontrar en Cristo la plenitud de vida, sentimos la urgencia de que los agentes de pastoral en cuanto discípulos y misioneros se esfuercen en desarrollar:
e) Servicios de atención, acogida personal, dirección espiritual y del sacramento de la reconciliación, respondiendo a la soledad, a las grandes heridas sicológicas que sufren muchos en las ciudades, teniendo en cuenta las relaciones interpersonales.
f) Una atención especializada a los laicos en sus diferentes categorías: profesionales, empresariales y trabajadores.

Respondamos al grito de la tierra y de los pobres

El Papa invita a las comunidades católicas del mundo.


“Renuevo mi llamado urgente a responder a la crisis ecológica. El clamor de la tierra y el clamor de los pobres no dan para más”. Lo afirma el Papa en un video mensaje con ocasión de la Semana Laudato Sí, a celebrarse del 16 al 24 de mayo 2020. “Cuidemos la creación, don de nuestro buen Dios Creador. Celebremos juntos la Semana Laudato Sí”, exhorta el Pontífice, recordando que se trata de una “campaña global” con ocasión del 5° aniversario de la Carta Encíclica del 2015.

El futuro de los niños


En el video mensaje, el Santo Padre solicita a preguntarse “qué mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo”. De hecho la encíclica evidencia que esta pregunta no concierne solo el medio ambiente sino en general el sentido de la existencia y los valores que son la base de la vida social.

El Papa Francisco celebrará el aniversario de Laudato Si' el 24 de mayo visitando Terra dei Fuochi, donde los incendios y residuos tóxicos han destruido lo que una vez fue un lugar hermoso y productivo de la creación.

La actividad de las comunidades católicas


La Semana Laudato Si’ está patrocinada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y es facilitada por el Movimiento Católico Mundial por el Clima, en colaboración con un conjunto de colaboradores católicos.

En búsqueda de soluciones a la crisis ambiental


El quinto aniversario de Laudato Si' coincide con acontecimientos importantes en el camino de la humanidad para encontrar soluciones a la crisis ambiental. Este año es la fecha límite para que los países anuncien sus planes para cumplir con los objetivos del acuerdo climático de París. Este año también se llevará a cabo la conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad, en la que la humanidad tendrá la oportunidad de establecer objetivos concretos para proteger los lugares y las especies que sustentan toda vida.

La Bondad, una virtud que se ha olvidado.

5 Tips para lograr tener hijos seguros de sí mismos y bondadosos.


Últimamente, las virtudes han pasado de moda y la sociedad nos invita a ser atrevidos, a no dejarnos y a usar la violencia si es necesario.

Existe una corriente que invita a nuestros hijos a ser competitivos, a ser los primeros en todo y les dice que el bueno, es tonto y no tiene éxito en la vida.

Pero al final de cuentas, si no existe bondad, las cosas se van a pique y nuestros hijos se enrolan en la dinámica del “atropellar a quien me estorbe para hacer mi voluntad, para cumplir mis sueños”.

Por eso aquí te dejo mis 5 Tips para lograr tener hijos seguros de sí mismos y bondadosos.

PRIMERO. Diles que los amas en todo momento.


Nuestros hijos deben tener claro que nosotros los queremos a pesar de lo que hagan o dejen de hacer.
Nuestro amor debe ser incondicional y debemos expresarlo constantemente, así nuestros hijos sabrán que lo tienen y que si por alguna razón se equivocan, no lo perderán.
Es importante que los abracemos y acariciemos, sin causarles pena, pero si que nos sientan cercanos para que no busquen ese cariño en otras personas que pueden llevarlos por mal camino y hacerles más que daño.

SEGUNDO. Que sepan que estás siempre disponible para ellos.


Si no sienten nuestra atención y cercanía comenzarán a llamar nuestra atención con actitudes negativas o rebeldes.
Recordemos que ahora, con la mayor facilidad, encuentran consejos equívocos sobre este tema, ya sea en el internet o con sus compañeros.
Siempre es mejor ser padres cercanos a nuestros hijos.

TERCERO. Enséñalos a obedecer por convicción.


La obediencia es la base de una buena educación. Pero no debe ser una obediencia ciega, debe ser una obediencia razonada y aceptada.

Así podrán detectar si la orden es lícita o si atenta contra su dignidad.
No queremos hijos esclavos, queremos hijos obedientes y que razonen.
Para lograrlo podemos darles en cada petición una pequeña explicación del por qué les pedimos las cosas.

CUARTO. Que aprendan a discernir lo bueno de lo malo.


Siempre es mejor que por ellos mismos sepan lo que es bueno y lo que es malo, lo que les conviene o no.
Esto se logra conforme van creciendo. Primero debemos enseñarles el significado de bondad y maldad.
Debemos también enseñarles lo que está permitido y lo que no está permitido, de esta así se van formando un criterio y les vamos formando el carácter.
Además, es bueno que aprendan a tomar decisiones en cosas pequeñas para que cuando sea necesario puedan hacerlo en las cosas importantes.

QUINTO. Que sepan ofrecer sus actos a Dios.


De esta forma tendrán cuidado de sus acciones porque sabrán que están dedicados a Dios y que siempre deben estar encaminados a El.
Y cuando cometan un error, será sencillo también ofrecerlo y corregirlo para que sus actos sean agradables a Dios.
Recordemos que las virtudes se alcanzan poco a poco, con la vivencia cotidiana.
 
Cómo rezar bien el Avemaría

La fórmula del avemaría es un excelente vehículo, para tener un encuentro filial con nuestra Madre del cielo


Cuando queremos hablar con la Virgen María podemos decirle lo que queramos de manera sencilla y natural, lo que brote del corazón, y cuanta más devoción pongamos, mejor. La fórmula del avemaría es un excelente vehículo, probado millones de veces durante siglos, para tener un encuentro filial con nuestra Madre del cielo. El avemaría nos ofrece palabras y actitudes adecuadas para venerarla, invocarla, decirle algo que sabemos que a ella le agrada y que a nosotros nos hace bien.

Pasos para rezar el Ave María

Propongo algunos pasos para rezar bien el Ave María o para renovar el modo en que lo hacemos. Rezando esta oración con la debida calma y con viva conciencia, poco a poco el Espíritu Santo irá afinando la sensibilidad de nuestra relación filial con Ella, de tal modo que apenas pronunciemos las primeras palabras del avemaría, brotarán del corazón profundas resonancias que favorecerán el contacto de fe y amor con la Santísima Virgen.

1) La recordamos


Lo primero es acordarse de élla. Simplemente con la memoria o con la ayuda de una imagen nos colocamos espiritualmente en su presencia. Se trata de ponerse delante de la Virgen María que está en el cielo, no de una estampa o de una estatua de mármol o de yeso, sino de su persona; las imágenes sólo nos hacen presente a la persona, como las fotografías de los grandes momentos o de nuestros seres queridos.

2) Acto de fe, amor y confianza filial


Teniéndola ya presente, establecemos un contacto de fe y amor con María; si no, la oración mariana por excelencia no será oración. Nos acercamos a ella con la confianza y el cariño con los que todo buen hijo se acerca a su madre, con el deseo de darle afecto, mostrarle gratitud y también de obtener de ella lo que necesitamos, seguros de que nos mirará con amor y nos escuchará con atención.


3) La veneramos

Le decimos que estamos aquí para expresarle afecto, respeto, admiración. Adoramos sólo a Dios, a María la veneramos como Madre de Dios, esposa del Espíritu Santo, Madre de Cristo, Su cooperadora en la Redención y también madre nuestra. Ella nos lleva siempre a Jesús, que es "el único Mediador, es el Camino de nuestra oración; María, su Madre y nuestra Madre es pura transparencia de Él: María muestra el Camino, es su Signo" (Catecismo 2674)

La Constitución Dogmática Lumen Gentium, nos enseña que: "ninguna criatura puede compararse jamás con el Verbo Encarnado nuestro Redentor; pero así como el sacerdocio de Cristo es participado de varias maneras tanto por los ministros como por el pueblo fiel, y así como la única bondad de Dios se difunde realmente en formas distintas en las criaturas, así también la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en sus criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única. La Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado: lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador."

Te propongo que antes de seguir leyendo, te prepares de esta manera y reces luego un Ave María. Verás cuánto ayuda. Y esto vale igual para las personas más avanzadas en la vida de oración.

4) La alabamos


En la primera parte del avemaría la exaltamos, la elogiamos, celebramos a la humilde esclava del Señor por las maravillas que ha hecho Dios en ella y por medio de ella, en todos los seres humanos. Usamos las palabras del arcángel Gabriel, las de santa Isabel, y nos unimos a su asombro, a su admiración llena de afecto, al contemplar un alma tan bella y dócil al Espíritu Santo, tan humilde esclava del Señor.

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

5) Le suplicamos


En la segunda parte del avemaría la invocamos. María dio su sí a Dios en la Anunciación, lo sostuvo durante la infancia y la juventud de Jesús en su vida oculta en Nazaret, y al acompañarlo discretamente en la vida pública, y lo renovó en silencio manteniéndose en pie hasta el final junto a su Hijo crucificado. Desde entonces, Ella se ha ocupado de proteger e interceder como la mejor de las madres por los hermanos de su Hijo.

La Lumen Gentium lo explica así: "Una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la Bienaventurada Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora."

Santa María, Madre de Dios.

Ruega por nosotros pecadores.

Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.


Mis papás se van a divorciar ¿Qué hago?

La separación de los padres es vivida por los hijos como un duelo


A continuación presentamos la respuesta de una especialista a esta interrogante de uno de los lectores de la Revista Vive: “Mis papás se van a divorciar, ¿qué hago?”

Cuando un joven, adolescente o niño me hace esta pregunta siempre empiezo aclarando que la separación de los padres es vivida por los hijos como un duelo. Por lo tanto esta situación lo afectará negativamente bajo cualquier circunstancia. No hay ni habrá nunca una receta perfecta que anestesie lo que puedan estar sintiendo en ese momento. Aunque a veces encontremos chicos que aparenten lo contrario, recuerda que algunos logran bloquear, negar o reprimir sus emociones. Pero esto no significa que no les afecte.

Tienes el poder de controlar tus emociones

Con esto en mente, espero que si lees estas líneas puedas aceptar y reconocer que lo que sientes es válido. Somos personas con afectos y sería imposible pensar que podemos vivir alguna situación así de difícil y no sentir nada. Además, debes reconocer hasta dónde llega tú control. Si tus padres han tomado esta decisión te aconsejo que reconozcas que puedes influir en tus emociones y en tus acciones. Esto no significa que puedas influir en la de los demás. Es decir, si tus padres discuten frente a ti esa es una situación específica donde no puedes hacer nada para que se detengan. El que se calmen o que solucionen sus problemas de un modo diferente dependerá solo de ellos. Sin embargo, sí puedes influir en lo que estás sintiendo, pensando y decidiendo por ti mismo.

Ante el divorcio de un padre es normal para los hijos sentir rabia, angustia, miedo, decepción, desesperanza, culpa, tristeza, incomodidad, confusión, frustración, entre otras. Y esto que sientes, puede estar relacionado estrechamente con tu pensamiento: “No los quiero, por su culpa estamos sufriendo todos”, “¿y ahora, qué haremos sin padre/madre en casa?”, “no soportaría la idea de una madrastra o padrastro”, “cómo pueden decidir separarse y no importarles lo que yo siento”, “todo esto es mi culpa, yo debí ser mejor hijo(a)”, “¿lo volveré a ver, qué haremos para los cumpleaños, navidades, fiestas en general? ¿Qué pasará cuando se vuelvan a encontrar?”, “No puedo soportarlo”, y así podrías enumerar muchos más pensamientos que se vienen a la cabeza.

Inicia un análisis interno

Te animo a que detectes cuál es tu sentimiento. Conecta con tu corazón y reconoce lo que sientes frente a lo que estás viviendo para luego reconocer lo que piensas de la situación. Solo así podrás comprender las decisiones o acciones que estás tomando. Con esta objetividad podrás analizar si lo que estás haciendo en este momento te está ayudando u obstaculizando tu vida actual.

“Permítete expresar tus emociones y conversa con alguien”

Hecho este análisis interno de autoconocimiento, permítete expresar tus emociones. Conversa con alguien y cuéntale abiertamente lo que sientes y piensas. Todos necesitamos desahogar y la palabra es una vía efectiva de hacerlo. Busca distracciones, no dejes de hacer lo que hacías antes, en este momento es muy probable que quieras dejarlo todo. Sin embargo, esta opción no es lo que te conviene.

No juzgues ni critiques a tus padres, ellos no son perfectos, nadie lo es. Míralos con compasión y estrecha tu relación con quien te puede estar costando más, demuéstrales que los quieres incluso en este momento tan difícil. Guarda tu distancia ante la problemática de ellos, no entres en el juego del mensajero o comunicador. Y lo más importante: prepárate con mayor ahínco para aprender a amar. Que tus padres hayan pasado por esto no significa que tú también lo pasarás. No basta con que te prepares solo en lo académico. Prepárate también para que puedas algún día entregarte a otra persona para toda la vida y logres vencer todos los obstáculos que puedan presentarse.

“No entres en el juego del mensajero o comunicador.”

No pierdas la esperanza

Si aún después de intentar todo lo anterior y de darte un tiempo apropiado, siguieras atascado en tus emociones negativas no dudes en buscar ayuda profesional.
Te dejo esta oración para que puedas repetirla cuando sea necesario: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”.

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