Partiendo los panes, se los dio a los discípulos, que los repartieron entre la muchedumbre
- 24 Abril 2020
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Fidel de Sigmaringen, Santo
Memoria Litúrgica, 24 de abril
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: San Fidel de Sigmaringen, presbítero y mártir, el cual, siendo abogado, decidió entrar en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, llevando una vida observante de vigilias y oraciones. Asiduo en la predicación de la Palabra de Dios, fue enviado a la región de Recia para consolidar la verdadera doctrina, y en Sevis, de Suiza, fue martirizado por los herejes a causa de la fe católica († 1622).
Etimológicamente: Fidel = Aquel que es digno de confianza, es de origen latino.
Breve Biografía
Nació en Sigmaringen, Alemania, en 1577.
Tenía una inteligencia muy vivaz y fue enviado a estudiar a la Universidad de Friburgo, donde obtuvo doctorado en ambos derechos, y luego llegó a ser profesor muy estimado de filosofía y letras. Durante seis años fue encargado de la educación de varios jóvenes de las familias principales de Suabia (Alemania), a los cuales llevó por varios países de Europa para que conocieran la cultura y el modo de ser de las diversas naciones. Sus alumnos se quedaban admirados del continuo buen ejemplo de su profesor en el cual no podían encontrar ni una palabra ni un acto que no fueran de buen ejemplo. Lo que los otros gastaban en cucherías él lo gastaba en dar limosnas.
Como abogado, Fidel se dedicó a defender gratuitamente a los pobres que no tenían con qué costearse un defensor. Su generosidad era tan grande que la gente lo llamaba "El abogado de los pobres". Ya desde muy joven renunciaba a conseguir y estrenar trajes nuevos y el dinero que con eso ahorraba lo repartía entre las gentes más necesitadas. Jamás en su vida de estudiante ni en sus años de profesional tomó licor, ni nadie lo vio en reuniones mundanas o que ofrecieran peligro para la virtud. Sus compañeros de abogacía se admiraban de que este sabio doctor nunca empleaba palabras ofensivas en los pleitos que sostenía (y sus contrarios sí las usaban y muy terribles).
Un día el abogado contrario a un pleito, le ofreció en secreto una gran cantidad de dinero, con tal de que arreglaran los dos en privado y se le diera la victoria al rico que había cometido la injusticia. Fidel se quedó aterrado al constatar lo fácil que es para un abogado el prestarse a trampas y vender su alma a Satanás por unas monedas como lo hizo Judas. Y dispuso dejar la abogacía y entrar de religioso capuchino. Tenía 35 años.
Dividió sus importantes riquezas en dos partes: la mitad la repartió a los pobres, y la otra mitad la dio al Sr. Obispo para que hiciera un fondo para costear los estudios a seminaristas pobres.
Con razón le pusieron después esta leyenda debajo de su retrato:
¡Santo es Fidel, y fue abogado!,
Obra del poder Divino.
Mucho le costó ser capuchino
y morir después martirizado.
Habiendo sido tan rico y tan lleno de comodidades se fue a vivir como el más humilde y pobre fraile capuchino. Le pedía constantemente a Dios que lo librara de la tibieza (ese vicio que lo hace a uno vivir sin fervor, ni frío ni caliente, descuidado en sus deberes religiosos y flojo para hacer obras buenas) y le suplicaba a Nuestro Señor que no lo dejara perder el tiempo en inutilidades y que lo empleara hasta lo máximo en propagar el Reino de Dios. Le gustaba repetir la famosa frase de San Bernardo: "Sería una vergüenza que habiendo sido coronado de espinas mi Capitán Jesucristo, en cambio yo que soy su soldado, viviera entre comodidades y sin hacer sacrificios".
En Friburgo consiguió la conversión de muchos protestantes. Y la gente se quedó admirada cuando llegó la peste del cólera, pues se dedicaba de día y de noche a asistir gratuitamente a todos los enfermos que podía. Su austeridad o dominio de sí mismo, era impresionante. Su fervor en la oración y en la Santa Misa conmovían a los que lo acompañaban. Las gentes veían en su persona a una superioridad interior que les impresionaba.
Su predicación conseguía grandes frutos porque era sencilla, clara, fácil, práctica, suave y amable, pero acompañada por la unción o fuerza de conmover que proviene de quien antes de predicar reza mucho por sus oyentes y después de la predicación sigue orando por ellos. Era tal el atractivo de sus sermones que hasta los mismos herejes iban a escucharlo. Pero este atractivo fue el que llenó de envidia y rabia a sus opositores y los llevó a escogerlo a él, entre todos los compañeros de misión, para martirizarlo.
Hay algo que a los santos les falla de manera impresionante, es la "prudencia simplemente humana", ese andar haciendo cálculos para no excederse en desgastarse por el Reino de Dios. Los santos no se miden. Ellos se enamoran de Cristo y de su religión y no andan dedicándose a darse a cuenta gotas, sino que se entregan totalmente a la misión que Dios les ha confiado. Y esto le sucedió a Fidel. Cada poco le llegaban tarjetas como esta: "Recuerde que está predicando en tierras donde hay muchos protestantes, evangélicos, calvinistas y demás herejes. No hable tan claro en favor de la religión católica, si es que quiere seguir comiendo tranquilamente su sopa entre nosotros".
Pero él seguía incansable enseñando el Catecismo Católico y previniendo a sus oyentes contra el peligro de las sectas de evangélicos y demás protestantes. Tenía que prevenir a sus ovejas contra los lobos que acaban con las devociones católicas.
Al saber en Roma los grandes éxitos del padre Fidel que con sus predicaciones convertía a tantos protestantes, lo nombraron jefe de un grupo de misioneros que tenían que ir a predicar en Suiza, nido terrible de protestantes calvinistas. Lo enviaba la Sagrada Congregación para la Propagación de la fe.
En la ceremonia con la cual lo despedían solemnemente al empezar su viaje hacia Suiza, Fidel dijo en un sermón: "Presiento que voy a ser asesinado, pero si me matan, aceptaré con alegría la muerte por amor a Jesucristo y la consideraré como una enorme gracia y una preferencia de Nuestro Señor.
Pocos días antes de ser martirizado, al escribir una carta a su lejano superior, terminaba así su escrito: "Su amigo Fidel que muy pronto será pasto de gusanos".
Al llegar a Suiza empezó a oír rumores de que se planeaba asesinarlo porque los protestantes tenían gran temor de que muchos de sus adeptos se pasaran al catolicismo al oírlo predicar. Al escuchar estas noticias se preparó para la muerte pasando varias noches en oración ante el Santísimo Sacramento, y dedicando varias horas del día a orar, arrodillado ante un crucifijo. La santidad de su vida lo tenía ya bien preparado para ser martirizado.
El domingo 24 de abril, se levantó muy temprano, se confesó y después de rezar varios salmos se fue al templo de Seewis, donde un numeroso grupo de protestantes se había reunido con el pretexto de que querían escucharlo, pero con el fin de acabar con él. Al subir al sitio del predicador, encontró allí un papel que decía: "Este será su último sermón. Hoy predicará por última vez". Se armó de valor y empezó entusiasta su predicación. El tema de su sermón fue esta frase de San Pablo: "Una sola fe, un solo Señor, un solo bautismo" (EF. 4,5) y explicó brillantemente cómo la verdadera fe es la que enseñan los católicos, y el único Señor es Jesucristo y que no hay varios bautismos como enseñan los protestantes que mandan rebautizar a la gente. Aquellos herejes temblaban de furia en su interior, y uno de los oyentes le disparó un tiro, pero equivocó la puntería. Fidel bajó del sitio desde donde predicaba y sintiendo que le llegaba el fin, se arrodilló por unos momentos ante una imagen de la Sma. Virgen. Quedó como en éxtasis por unos minutos, y luego salió por una pequeña puerta por la sacristía detrás del templo.
Los herejes lo siguieron a través del pueblo gritándole: "Renuncie a lo que dijo hoy en el sermón o lo matamos". El les respondió valientemente: "He venido para predicar la verdadera fe, y no para aceptar falsas creencias. Jamás renunciaré a la fe de mis antepasados católicos." Aquel grupo de herejes, dirigidos por un pastor protestante, le gritaba: "O acepta nuestras ideas o lo matamos". El les contestó: "Ustedes verán lo que hacen. Yo me pongo en manos de Dios y bajo la protección de la Virgen Santísima. Pero piensen bien lo que van a hacer, no sea que después tengan que arrepentirse muy amargamente". Entonces lo atacaron con palos y machetes y lo derribaron por el suelo, entre un charco de sangre. Poco antes de morir alcanzó a decir: "Padre, perdónalos".
Era el 24 de abril del año 1622.
Dios demostró la santidad de su mártir, obrando maravillosos milagros junto a su sepulcro. Y el primer milagro fue que aquel pastor protestante que acompañaba a los asaltantes, se convirtió al catolicismo y dejó sus errores.
El Papa Benedicto XIV lo declaró santo en 1746.
San Fidel mártir: te encomendamos nuestros países tan plagados de ideas ajenas al Evangelio que le van quitando la devoción a nuestra gente y la van llevando al indiferentismo y a la herejía. Haz que a ejemplo tuyo se levanten por todas partes apóstoles Católicos valerosos y santos que prevengan al pueblo y no lo dejen caer en las garras de lobos que asaltan al verdadero rebaño del Señor.
Si el grano de trigo cae a tierra y muere, produce mucho fruto. (Jesucristo).
Te entrego mis cinco panes y mis dos peces
Santo Evangelio según san Juan 6, 1-15. Viernes II de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor aquí estoy delante de ti. Quiero venir a ponerme en tu presencia con lo que soy. Te doy gracias por cada uno de los beneficios y bendiciones que has derramado hoy sobre mi vida, y dame las gracias de corresponder con amor a las obras magníficas que quieras hacer a través de mí. Te ofrezco mis cinco panes y mis dos peces para que, con mi oración, pueda seguir intercediendo por las necesidades de los demás.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?”. Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?”. Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: “Este es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hemos contemplado durante estos días pascuales a Cristo Resucitado que ha vencido a la muerte. El Evangelio de hoy nos sigue ayudando a profundizar en el misterio de la resurrección por medio del pasaje de la multiplicación de los panes. Cristo Resucitado continúa portando sus llagas que nos hacen recordar que Jesús, incluso con su cuerpo glorioso, continúa aún con las heridas que le causaron la crucifixión. Siempre me ha llamado la atención este detalle tan importante del misterio pascual. Cristo resucita con sus llagas, ya que El entiende en plenitud el dolor, el sufrimiento y la necesidad de nuestra humanidad.
Cuando Jesús, en este pasaje del Evangelio, se ve rodeado de una muchedumbre de gente lo primero que piensa es en la necesidad de cada uno de los que le rodeaban. Él sabe bien acerca del hambre que las personas sienten porque la ha experimentado. Es la oportunidad de Jesús de salir al encuentro de una necesidad tan básica como alimentar a la multitud. Lo extraordinario es que el Maestro no se dedica a hacer todo el trabajo, sino que encarga a sus discípulos que ellos mismos den de comer.
En la tarea tan importante que el Señor nos ha puesto; tenemos la seguridad de que nos pide de nuestra generosidad para salir a pedir y buscar nuestra pobre solución para una necesidad tan grande. Buscar entre la gente y encontrar lo que ofrece un muchacho, cinco panes y dos peces. Cristo toma esos panes y cinco peces, toma la pequeñez y lo insuficiente y los hace multiplicar en tal cantidad que se multiplican los panes en abundancia.
Pidámosle al Señor Resucitado que, con nuestras necesidades, sufrimientos y problemas, seamos capaces de seguir imitando al muchacho generoso que da lo que tiene, cinco panes y dos peces.
«La escena de Jesús enseña muchas cosas a la gente y a los discípulos. Mientras el Señor enseña con amor y compasión, quizás comienzan a hablar entre ellos. “Pero es tarde…el lugar está desierto y ya es tarde; despídelos, de modo que, yéndose por los campos y las aldeas de los alrededores, puedan comprar de comer”.
Prácticamente dicen que se arreglen y que compren ellos el pan. Pero nosotros estamos seguros de que ellos sabían que tenían pan para sí mismos, y querían custodiarlo. Es la indiferencia. A los discípulos no les interesaba la gente: le interesaba a Jesús, porque la gente lo quería. No eran malos, eran indiferentes. No sabían qué cosa era amar. No sabían qué cosa era la compasión. Lo opuesto más cotidiano del amor de Dios, de la compasión de Dios, es la indiferencia. “Yo estoy satisfecho, no me falta nada. Tengo todo, he asegurado esta vida, y también la eterna, porque voy a Misa todos los domingos, soy un buen cristiano”. “Pero, al salir del restaurante, mira para otro lado”. Pensemos en este Dios que da el primer paso, que tiene compasión, que tiene misericordia y tantas veces nosotros, nuestra actitud es la indiferencia. Oremos al Señor para que cure a la humanidad, comenzando por nosotros: que mi corazón se cure de esta enfermedad que es la cultura de la indiferencia».
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de enero de 2019, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Dialogar con Cristo acerca de que le puedo ofrecer hoy para ayudar la necesidad de alguien cercano.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ayudar o hacer algún favor con caridad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
En la vocación de la catequesis hay muchos rasgos que pueden ser explorados para andar en la huella del Buen Pastor.
La figura de buen Pastor con la cual Jesús se identifica puede ayudarnos a descubrir rasgos poco explorados de nuestra vocación catequística.
Para un pueblo acostumbrado a la vida rural, como era el israelita, la imagen del pastor se asociaba fácilmente a una serie de tareas, rutinas, preocupaciones y cuidados propios de su oficio. La cotidianeidad del ejemplo que señalaba Jesús permitía reconocer de inmediato las situaciones que la comparación sugería.
Andando por el país he tenido la suerte de poder contemplar pastores cuidando sus majaditas... Tanto en la Puna, al norte argentino, como en la estepa patagónica, al sur, la reflexión de la Biblia conjugada con la vida me fue enseñando y descubriendo el gran tesoro de esta comparación que Jesús utiliza darse a conocer.
Creo que como catequistas tenemos mucho que andar en la huella del Buen Pastor.
El Buen Pastor, Jn. 10, 1-42
Es recomendable leer el capítulo entero, pues a las palabras de Jesús, Juan opone la reacción de los judíos.
1) Ir leyendo el evangelio y anotar las actitudes de buen pastor que Jesús propone.
2) Para cada actitud recordar situaciones de la vida de Jesús donde podamos apreciar cómo la vivió él de manera concreta.
3) Relacionar cada actitud con nuestra práctica de catequistas, ¿cómo incorporar a nuestro ser catequista esta manera de ser de Jesús?
Te presentamos algunas actitudes para ir pensando:
El buen Pastor conoce sus ovejas
¿Conocemos la vida de nuestros catequizandos? ¿Compartimos sus alegrías, sus angustias, sus esperanzas, sus desalientos? ¿Sabemos lo que están viviendo las familias que tenemos a cargo? ¿Nos interesamos por sus situaciones de vida?
Las llama por su nombre
¿Tenemos un trato personal con nuestros catequizandos? ¿Buscamos llegar a su interioridad? ¿Somos portavoces para que el Señor llame a cada uno por su nombre a través nuestro?
Camina al frente de sus ovejas
¿Damos testimonio de lo que enseñamos? ¿Intentamos vivir lo que creemos? ¿Somos los primeros en cumplir lo que pedimos a los demás que cumplan? ¿Vivimos en forma coherente como para ir al frente y de frente?
Da la vida
¿Entregamos lo mejor de nosotros por los demás? ¿Buscamos donar los talentos que recibimos de Dios para beneficio de los otros?
Sus obras lo dan a conocer
¿Nuestras obras, nuestros gestos, nuestras actitudes de vida muestran a los demás lo que creemos y enseñamos? ¿Somos transparentes: los demás descubren y encuentran al Dios de la Vida a través de nuestra práctica?
¿Nuestra manera de estar con los demás... refleja y testimonia nuestra cercanía a Dios?
Para trabajar en grupos Ser catequista, buen pastor - Salmo 23
Para reflexionar
- Leer en silencio el salmo.
- Elegir una frase y repetirla en voz alta.
- Comentar con el grupo por qué elegiste esa frase.
- A partir del salmo descubrir nuevas actitudes y características del catequista.
Para la puesta en común
- Sintetizar en un dibujo las características descubiertas
- Escribir entre todos el salmo como si hubiera sido escrito en nuestro tiempo, usando imágenes, situaciones y palabras de nuestra cultura
Salmo de los Animadores y Catequistas rurales de Humahuaca.
El Señor es mi pastor
El Señor de la Vida es mi pastor,
nada me hace faltar
en mi vida de cada día
debajo de los sauces
me hace descansar.
A las aguadas de los cerros me lleva
y allí alienta mi espíritu.
Por el camino de la vida me guía
por el gran amor que nos tiene.
Aunque pase por barrancos peligrosos
no tengo ningún miedo
porque sé que tú eres mi compañero
con tu honda y con tu ávio
al verlos voy seguro.
Un almuercito has preparado para ní
frente a mis egoísmos y rencores
con la yareta perfumas mi vida.
Junto a mí está tu alegría y tu compartir
hasta que yo me muera.
La pachamama es la casa de Dios
es la que va junto a nosotros.
Adaptación del salmo realizada por los animadores y catequistas rurales de la Prelatura de Humahuaca en el Taller de Formación para catequistas (junio 2000).
Vocabulario:
- ávio: pequeño bolso, del tipo de los morrales, que llevan los pastores de la Puna con su viandita para pasar el día en los cerros.
- yareta: planta perfumada de la Puna.
- pachamama: la madre tierra.
El Papa reza por las familias en crisis y por la conversión de los usureros que las amenazan
Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 23 de abril de 2020
Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta este jueves de la segunda semana de Pascua. En la introducción dirige sus pensamientos a las familias en dificultades en esta época de pandemia:
En muchas partes se siente uno de los efectos de esta pandemia: muchas familias necesitadas, hambrientas y lamentablemente el grupo de usureros que les está ayudando. Esta es otra pandemia. La pandemia social: familias de personas que tienen un trabajo diario o, por desgracia, un trabajo no declarado que no pueden trabajar y no tienen comida... con hijos. Y luego los usureros se llevan lo poco que tienen. Oremos. Recemos por estas familias, por los muchos hijos de estas familias, por la dignidad de estas familias, y recemos también por los usureros: que el Señor toque sus corazones y los convierta.
En su homilía, el Papa comentó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 5, 27-33) en el que Pedro, ante los reproches y amenazas del sumo sacerdote que quiere prohibirle enseñar al pueblo, responde que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres y anuncia abiertamente ante todos, la resurrección de Jesús, el Salvador, que los jefes religiosos querían dar muerte.
La valentía de Pedro, que era débil, llegando a negar al Señor - afirma Francisco - proviene de la oración de Jesús por él. Jesús rezó para que su fe no fallara. Jesús reza por Pedro. Y Jesús también reza por nosotros ante el Padre mostrando sus heridas, el precio de nuestra salvación. Jesús es el intercesor: debemos tener más fe en la oración de Jesús - concluye el Papa - que en nuestras oraciones.
Jesús reza por nosotros ante el Padre
A continuación, el texto de la homilía (transcripción de trabajo no oficial):
La primera lectura continúa la historia que comenzó con la curación del lisiado en la Hermosa Puerta del Templo. Los apóstoles fueron llevados ante el sinedro, luego fueron enviados a prisión, y un ángel los liberó. Y esa mañana, justo esa mañana, tenían que salir de la prisión para ser juzgados, pero habían sido liberados por el ángel y predicaban en el Templo. "En aquellos días, Entonces el comisario del templo con sus alguaciles, condujeron los apóstoles y los presentaron en el Consejo"; fueron a buscarlos al Templo y los llevaron al Consejo. Y allí, el sumo sacerdote les reprochó: "¿Os habíamos ordenado no enseñar mencionando ese nombre? - es decir, en el nombre de Jesús - y vosotros habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la muerte de ese hombre”, porque los apóstoles, Pedro, sobre todo, reprochaba; Pedro y Juan reprocharon a los jefes, los sacerdotes, de haber matado a Jesús.
Y entonces Pedro respondió junto con los apóstoles: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien vosotros ejecutasteis colgándolo de un madero”. Y acusa, pero con una valentía, con una franqueza, que uno se pregunta: "Pero, ¿es éste el Pedro que negó a Jesús? ¿Ese Pedro que tenía tanto miedo, ese Pedro que también era un cobarde? ¿Cómo llegó aquí?" Y también termina diciendo: "De estos hechos, nosotros somos testigos con el Espíritu Santo que Dios concede a los que creen en él". ¿Cuál fue la manera de este Pedro para llegar a este punto, a este valor, a esta franqueza, para exponerse? Porque podría llegar a compromisos y decir a los sacerdotes: "Pero no te preocupes, iremos, hablaremos un poco más bajo, nunca te acusaremos en público, pero nos dejas en paz...", y llegar a compromisos.
En la historia, la Iglesia ha tenido que hacer esto muchas veces para salvar al pueblo de Dios. Y muchas veces, también lo ha hecho para salvarse a sí mismo, ¡pero no la Santa Iglesia! - hasta los líderes. Los compromisos pueden ser buenos y pueden ser malos. Pero, ¿pero ellos, podían salir del compromiso? No, Pedro dijo: "Sin compromiso. Vosotros sois los culpables", y con esta valentía.
¿Y cómo llegó Pietro a este punto? Porque era un hombre entusiasta, un hombre que amaba con fuerza, incluso un hombre temeroso, un hombre que estaba abierto a Dios hasta el punto de que Dios le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, pero poco después -inmediatamente- se dejó caer en la tentación de decirle a Jesús: "No, Señor, por este camino no: vayamos por el otro": la redención sin la Cruz. Y Jesús le dice: "Satanás". Un Pedro que pasó de la tentación a la gracia, un Pedro que es capaz de arrodillarse ante Jesús [y decir]: "Aléjate de mí, que soy un pecador", y luego un Pedro que trata de alejarse sin ser visto y para no terminar en la cárcel niega a Jesús. Es un Pedro inestable, pero porque fue muy generoso y también muy débil. ¿Cuál es el secreto, qué fuerza tuvo Pedro para llegar aquí? Hay un verso que nos ayudará a entender esto. Antes de la Pasión, Jesús dijo a los apóstoles: "Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo". Es el momento de la tentación: "Sereis así, como el trigo. Y a Pedro le dijo: "yo he rezado por ti para que no falle tu fe". Este es el secreto de Pedro: la oración de Jesús. Jesús reza por Pedro, para que su fe no falle y pueda - dice Jesús - confirmar a sus hermanos en la fe. Jesús reza por Pedro.
Y lo que Jesús hizo con Pedro, lo hace con todos nosotros. Jesús reza por nosotros; Él reza ante el Padre. Estamos acostumbrados a rezar a Jesús para que nos dé esta gracia, esa otra gracia, para ayudarnos, pero no estamos acostumbrados a contemplar a Jesús que hace ver las heridas al Padre, a Jesús, el intercesor, a Jesús que reza por nosotros. Y Pedro pudo pasar de ser cobarde a ser valiente con el don del Espíritu Santo gracias a la oración de Jesús.
Pensemos un poco en eso. Dirijámonos a Jesús, agradeciendo que Él reza por nosotros. Por cada uno de nosotros, Jesús reza. Jesús es el intercesor. Jesús quiso llevarse las heridas para que el Padre pudiera verlas. Es el precio de nuestra salvación. Debemos tener más confianza; más que en nuestras oraciones, en la oración de Jesús. "Señor, reza por mí" - "Pero yo soy Dios, puedo darte..." - "Sí, pero reza por mí, porque tú eres el intercesor". Y este es el secreto de Pedro: "Pedro, rezaré por ti para que tu fe no falle".
Que el Señor nos enseñe a pedirle la gracia de rezar por cada uno de nosotros. El Papa, terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.
Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.
La importancia de la espiritualidad en nuestros hijos.
5 tips para que nuestros hijos vivan la espiritualidad
El tema de la espiritualidad está muy revuelto en nuestros días ya que existen muchas corrientes ideológicas que se dicen ser espiritualidades, pero que en realidad sólo son manipulación.
Si para nosotros es difícil distinguir todo esto, imagínense para nuestros hijos que están pequeños y tienen inmadura su conciencia.
Por eso es bien importante educar a nuestros hijos en una verdadera espiritualidad y para eso te dejo mis 5 Tips de esta semana.
PRIMERO. Ten claro que es la espiritualidad.
Es importante tener claridad en que la espiritualidad católica es la santidad y los medios fundamentales para crecer en ella: la oración, la liturgia, sacramentos, abnegación, ejercicio de virtudes, etc., siempre bajo la caridad.
Entendiendo esto podemos decir que sólo hay una espiritualidad y muchas formas de llegar a ella o de hacerla vida.
Viendo así las cosas es muy fácil educar a nuestros hijos y guiar a nuestra familia para vivir en esta espiritualidad.
SEGUNDO. Investiga las diferentes opciones de vivir esta espiritualidad que existen.
Y con esto me refiero a los diferentes santos que nos dan su punto de vista y su método particular para llegar a la santidad, por ejemplo, Santa Faustina nos obedece el lado de la Divina Misericordia, Santa Teresa de Jesús nos propone más la contemplación, Santa Teresita del Niño Jesús nos propone su infancia espiritual, Dan Benito nos da su regla de austeridad y Conchita Cabrera de Armida no propone la espiritualidad de la Cruz.
Todos son diferentes caminos que nos llevan a la misma meta, la santidad. Pero no todos esos caminos son adecuados para nuestra familia.
TERCERO. Averigua cómo la puedes llevar a la vida cotidiana.
Para saber un poco más de cada uno, podemos acercarnos a leer la vida y obras de cada santo o también conocer un poco sobre alguna orden o congregación fundada por ellos.
También podemos averiguar si existe alguna rama para laicos que podamos frecuentar.
O haz un plan para aplicar sus propuestas a la vida familiar y así sabremos si somos acordes a tal o cual camino de santidad o carisma.
Recuerda que no todos los carismas son para todas las personas o familias. Bendito sea Dios que existe una gran diversidad de carismas.
CUARTO. Ve si es compatible con tu familia, en especial con tus hijos.
Es importante tener claro que la prioridad es nuestra familia y nuestros hijos por lo mismo debemos buscar carismas que nos permitan vivirlos en familia.
Además, sería adecuado que si tenemos hijos pequeños, tengan opciones para cada edad, así será más fácil vivir ese carisma en familia.
Es una tristeza ver a veces papás muy entregados a su carisma o apostolado pero que dejan huérfanos a sus hijos por nos ser compatibles con la familia.
Nuestro primer apostolado son nuestros hijos y después todo lo demás.
QUINTO. Da testimonio de ella.
Es hermoso ver como cada carisma se arraiga en el corazón y se hace vida en lo personal y en lo familiar.
De esta forma tendremos hijos con una espiritualidad bien formada y arraigada en el corazón que cuando vengan nuevas corrientes no les moverán de sus principios.
Que todo sea para la máxima gloria de Dios.
¿Por qué bautizar a los niños pequeños?
El bautismo es la puerta del encuentro con Cristo, el fundamento de toda la vida cristiana y la incorporación al pueblo de Dios, la Iglesia
Todos queremos, como humanos, amar y ser amados. Y ser cristiano, no significa otra cosa que practicar el mandamiento del amor: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. El amor auténtico nunca ha sido un mal para nadie.
Que un niño goce del amor de sus padres ya desde la concepción, no es ningún condicionamiento negativo sobre la libertad y voluntad del niño. Más aún, es lo más hermoso que un niño puede poseer: el amor y afecto de sus padres.
Qué triste es ver a niños maltratados y rechazados por sus propios padres. ¿Por qué, pues, será el amor de Dios un mal para el nuevo bautizado? Gozar del amor de Dios es lo máximo que se puede pedir, y nosotros no tenemos el derecho de privar a nadie del don de ser amado.
El bautismo es la puerta del encuentro con Cristo, el fundamento de toda la vida cristiana y la incorporación al pueblo de Dios, la Iglesia. Contiene en germen toda la acción santificadora de la gracia de Dios, que se irá desarrollando a lo largo de toda su vida. El hombre que hoy se bautiza como niño, llegará con la ayuda de la Iglesia, a responder conscientemente a la gracia que ha recibido. Necesitará de sus padres y de la misma Iglesia, pues son quienes han proclamado la fe en nombre el niño y se han hecho garantía de la educación y del desarrollo de su fe.
"Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios" (Juan 3,5)
Las objeciones contra el Bautismo de los niños proceden de una triple ignorancia: Ignorancia de los bienes del Bautismo, de la Palabra de Dios y de la práctica de la Iglesia.
El Bautismo es una gracia Inestimable
El Bautismo nos hace hijos de Dios. Gálatas 4, 5-7
El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) 1253
El Bautismo nos lava el pecado. Hechos 2, 38
El Bautismo nos incorpora a Cristo, Romanos 8, 29. CIC 1272 y a la comunidad de salvación. CIC1273
El Bautismo nos imprime el "sello del Señor" con que el Espíritu Santo nos ha marcado para el día de la redención. Efesios 4, 30
Los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo.
¿Qué Dice La Biblia?
Jesucristo lo dijo claramente a Nicodemo: "Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" Juan 3, 5. Jesucristo no excluye a nadie, todos necesitan del Bautismo. "Lo nacido de la carne, es carne, lo nacido del Espíritu, es espíritu". Si un niño no está bautizado no es nacido del Espíritu.
Lo que Enseña el Antiguo Testamento
Los niños en la Antigua Alianza no esperaban a ser adultos para incorporarse al pueblo de Dios, sino que eran circuncidados al octavo día. Lee: Hechos 7, 8. El Bautismo sustituye a la circuncisión, por eso los primeros cristianos bautizaban a los niños.
La Práctica de la Iglesia
En un inicio, la mayoría de los bautizados eran adultos. No era posible de otra manera porque era una Iglesia de convertidos. Pero ya desde entonces era costumbre bautizar "casas" enteras: 1 Corintios 1, 16; Hechos 16, 15. 33. Los miembros de la casa incluían a las mujeres, a los niños y a los esclavos aunque no se mencione.
El Bautismo era comparado con el Arca de Noé, donde se salvaba la familia entera: Padres e hijos. 1Pedro 3, 20-21. La salvación era para toda la familia.
San Policarpo que murió en 155 d.C. en el momento de su martirio, cuando se le pide abjurar de su fe en Cristo, atestigua: "Hace ochenta seis años que le sirvo", difícilmente podría haber dicho eso si no hubiese sido bautizado desde niño.
Lo Que Enseña La Iglesia
La advertencia de Cristo en el Evangelio: "Quien no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos" (Juan 3,5), debe entenderse como la invitación de un amor universal e infinito; un llamado a sus hijos deseando para ellos el mayor bien. Este llamamiento irrevocable y urgente no puede dejar al hombre en una actitud indiferente o neutral, ya que su aceptación es para él la condición del cumplimiento de su destino. (Instrucción soble el Bautismo de los niños #10)
La fe, no es sólo un acto personal, sino también una virtud sobrenatural. Los niños no son capaces de un acto personal de fe, pero sí pueden tener la fe como virtud sobrenatural. De la misma manera que "el amor ha sido derramado en nuestros corazones por el Espírtu Santo que nos ha sido dado", es decir, por gracia y no por nuestro propio esfuerzo asi también el Espíritu Santo da la fe a los que reciben el Bautismo. (La Doctrina de la Fe, Franco Amerio p.445)
Objeciones
1ª. Objeción. La fe es necesaria para el Bautismo, los niños no pueden hacer un acto de fe, por tanto no pueden ser bautizados.
La Iglesia está de acuerdo: "El Bautismo es el sacramento de la fe". (CIC 1253). "El que creyere y se bautizare se salvará" (Marcos 16, 16) Por eso "..el Bautismo jamás se ha administrado sin fe: para los niños se trata de la fe de la Iglesia". (Instrucción sobre el Bautismo de los Niños No. 18).
Entrar al cine sin boleto es un fraude, pero si otro paga mi boleto, tengo tanto derecho a entrar como si yo lo hubiera pagado.
Cristo siempre exigió la fe para sanar a los enfermos, pero en el caso de los niños bastaba la fe de su padre o su madre, como es el caso de la hija de Jairo, Marcos 5, 36 y de la hija de la sirofenicia, Mateo 15, 28.
Nadie se puede dar la fe a sí mismo. El niño recibe la vida de sus padres, y la fe de la Iglesia. Es una fe inicial, en semilla, que después debe crecer y volverse adulta, sin embargo basta para recibir el Bautismo. De esta forma los niños reciben la fe y con ella la vida eterna como un don gratuito de Dios a través de la iglesia. Lee: CIC n. 169.
El Bautismo de los niños pone de manifiesto la gratuidad de la salvación.
"Dejad que los niños vengan a mí"
La Sra. Edith era una convencida Bautista, pero sucedió que uno de sus hijos nació con Síndrome de Down. El pastor se negó a bautizarlo porque el niño "no podía hacer un acto de fe". Para la Sra. Edith las palabras de Cristo eran claras: "Quien no nace del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios". ¿Por qué su hijo iba a estar excluido del Reino de Dios? Decidió llevar a su hijo a una iglesia donde lo bautizaran y así se convirtió el niño en hijo de Dios y ella a la fe católica.
2ª. Objeción. Los niños no necesitan Bautismo porque ellos son inocentes y no tienen pecado.
El que no distingue, confunde. Los niños no tienen pecados personales, pero sí tienen el pecado original.
San Pablo opone a la universalidad del pecado, la universalidad de la salvación en Cristo: "Por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, pues todos pecaron..." Romanos 5, 12 Si todos sufren la derrota del pecado, entonces, todos necesitan el baño que nos lava del pecado: el bautizo.
TODOS SOMOS PECADORES
El Rey David dice en el salmo 50: "Míra, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre..." Si el bebé, desde el seno de su madre, nace con culpa y es un pecador, quiere decir que también necesita el "Bautismo para el perdón de los pecados". Lee: Hechos 2, 37. Estudia detenidamente: CIC n.1250 y 405.
TODOS SOMOS CIEGOS
La historia del ciego de nacimiento (Juan 9) es muy aleccionadora. El ciego representa al cristiano, porque todos nacemos ciegos a la fe y, por tanto, todos necesitamos lavarnos en la Piscina del Enviado = el Bautismo de Cristo. Si los gatitos a los ocho días abren los ojos ¿porqué los niños deben esperar a ser adultos para abrirlos?
3ª. Objeción. No es bueno imponer a los niños una fe que ellos no han escogido.
La fe ni es "escogida", ni es "impuesta" sino que es don y gracia de Dios. Si el Bautismo confiere a los hijos el bien sublime de la gracia divina, sólo unos padres ignorantes o incrédulos podran negar a sus hijos este don. Pero además, ¿quién eres tú para negar a Jesucristo el derecho legítimo sobre aquel por quien Él murió y resucitó?
4ª. Objeción. Jesucristo se bautizó de grande y se bautizó en el río.
Esta objeción revela una gran ignorancia de la palabra de Dios. Porque Cristo recibió el Bautismo de Juan, que era un bautismo de penitencia, nosotros en cambio, recibimos el Bautismo de Cristo, en fuego y Espíritu. Por eso somos "cristianos" y no "bautistas". Y por eso los católicos bautizamos no como el Bautista lo hacía, sino como Cristo manda: "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Lee: Mateo 28, 19.
5ª. Objeción. ¿Y qué hay de los niños que mueren sin Bautismo?
"La Iglesia los confía a la misericordia de Dios que quiere que todos los hombres se salven" (1Timoteo 2, 4) y a la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí, y no se lo impidáis" (Marcos 10, 14). Esto nos permite confiar en que hay un camino de salvación para los niños que mueren sin el Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños vengan a Cristo por el don del Bautismo. (CIC n. 1261).
7 cosas que deberías decirle a tu hijo todos los días
Esto no es un recetario de autoayuda, es un modo de ver a nuestros hijos como Dios nos mira
La educadora y divulgadora Miriam Aguirre, proponía algunas combinaciones de palabras que había que decirle a cada uno de tus hijos «todos» los días. No era una lista exhaustiva. Y, a mi modo de ver, parece más dirigido a padres que a madres, a ellas suelen salirle estas cosas espontáneamente.
Creo que es un buen propósito para el curso que comienza. Me gustaron porque no es un recetario de autoayuda. De una manera u otra es un modo de ver a nuestros hijos como Dios nos mira a todos, ¿no?
Cambio pocas cosas de la redacción original de Aguirre:
1. «Te amo/Te quiero». No debe pasar un solo día sin que tus hijos escuchen de tu boca, y sientan con seguridad, que los amas. Vendrán días difíciles, habrá momentos en los que ellos tomen decisiones que tal vez no sean las mejores. Asegúrate de que sepan con toda certeza que, sin importar lo que les pase o su forma de ser, nunca dejarás de amarlos.
2. «Todos los días doy gracias por ti». Permite que escuchen de tu boca que das gracias a Dios por tenerlos en tu vida y que deseas su bienestar, que sean felices, que sean santos. Reza con ellos También ora por su bienestar, especialmente cuando tienen dificultades, y que lo sepan.
3. «Me haces muy feliz». Esto no puede ser más cierto. Para cada madre o padre no hay verdad más acertada. Los hijos son una fuente inagotable de felicidad y amor. Es importante que ellos sepan esto. No esperes al día de graduación o su boda para decírselo: hazlo hoy mismo.
4. «Eres muy especial». Es de extrema importancia que los niños entiendan desde una corta edad que son diferentes y que esto los hace únicos y especiales. Además, todos queremos sobresalir de alguna manera. Ponte la meta de decirles a diario que para ti ellos son incomparables y lo más especial que te ha pasado en la vida.
5. «Me gusta mucho cuando tú…»Toda persona disfruta de saber que lo que hace agrada a otros. En especial tus hijos, que piensan que eres la persona más interesante, inteligente y la persona que más aman. Señala cualquier detalle positivo en su comportamiento, su carácter, su bondad, sus talentos, sus divertidas ideas o su desempeño en la escuela.
6. «Creo en ti/Confío en ti». Nuestros pequeños pueden crecer sintiéndose inseguros si no saben que tenemos confianza y que creemos en ellos. Podemos aprovechar momentos en familia, ocurrencias como en el momento de tomar una decisión adecuada para su edad, decirles que confiamos en ellos y respetar su decisión.
7. «Eres capaz/Yo sé que tú puedes». Los niños pueden sentirse desanimados fácilmente cuando al intentar hacer algo no resulta como lo esperaban después de solo una o dos pruebas. Debemos alentarlos para que sigan intentado y expresarles que sabemos que ellos son capaces de realizar la tarea. Si necesitan más información, más práctica o más explicaciones para que la entiendan completamente, hagamos lo necesario, pero siempre deben de saber que ellos tienen la capacidad de hacerlo.
Aunque la profesora Aguirre se refiere a hijos pequeños, parece claro que no importa la edad.
Especialmente dedicado a todos esos padres y madres fabulosos que por «salvar el mundo» o intentar «dejar un mundo mejor», a veces, por un inconsciente activismo, descuidan(mos) detalles importantes de su verdadera vocación: «limpiar mocos».