Dios conoce nuestros corazones
- 06 Junio 2020
- 06 Junio 2020
- 06 Junio 2020
Memoria Litúrgica, 6 de junio
Obispo
Martirologio Romano: San Norberto, obispo, hombre de austeras costumbres y totalmente dedicado a la unión con Dios y a la predicación del Evangelio, que instituyó, cerca de Laon, en Francia, la Orden Premonstratense de Canónigos Regulares, y luego, designado obispo de Magdeburgo, en Sajonia, se mostró pastor eximio en la renovación de la vida cristiana y en la difusión de la fe entre las poblaciones vecinas († 1134).
Fecha de canonización: El Papa Gregorio XIII lo reconoció oficialmente como santo en 1582.
Breve Biografía
Norberto nació en Xanten (Alemania) de la noble familia, de los Gennep, hacia el 1080. Como era costumbre para todo segundo hijo de la nobleza, a Norberto le correspondía seguir la carrera militar o eclesiástica. Prefirió el segundo camino, no por vocación, sino por simple oportunidad. En efecto, siendo diácono pudo gozar de los muchos privilegios al lado del gran elector de Colonia y del emperador Enrique V, que lo propuso para una importante sede episcopal. Pero Dios tenía otros planes. Durante un paseo a caballo por el bosque, lo sorprendió un violento huracán que lo derribó del caballo y, como Saulo en el camino de Damasco, dijo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”.
La respuesta que cambió radicalmente su vida poco edificante fue: “Abandona el camino del mal y haz el bien”. Ese episodio fue el comienzo de su conversión. Abandonó los lugares mundanos y se puso a la escuela del abad benedictino de Siegburg y de los canónigos de Klosterrath; después siguió el ejemplo del ermitaño Liudolfo pasando tres años en penitencia y en oración. En 1115 fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Colonia, y comenzó su actividad misionera itinerante.
Quiso dar el ejemplo despojándose de todos sus bienes y distribuyéndoselos a los pobres. Conservó para él una mula y diez monedas de plata, pero después dejó también esto y continuó sus peregrinaciones a pie y descalzo. En Francia, cerca a Nimes, se encontró con el Papa Calixto II quien lo animó a continuar por ese camino. El obispo de Laon, para tenerlo en su diócesis, le propuso ser el guía de los Canónigos regulares que seguían la Regla de San Agustín, y a quienes se les había asignado el convento de Praemonstratum. Así nació la Orden de los premonstratenses. Mientras tanto Norberto había continuado su actividad de predicador ambulante.
Se encontraba en Magdeburgo asistiendo a los funerales del obispo de esa ciudad, cuando el clamor popular lo eligió como sucesor. Fue un obispo incómodo para muchos. Tenaz, buen organizador, se ganó aplausos y enemistades. El emperador Lotario lo nombró canciller del imperio para Italia y el Papa Inocencio II extendió su jurisdicción a Polonia. Pero Norberto no olvidó la regla monástica de la pobreza y del ejercicio del apostolado entre la gente humilde del campo, y vivió integralmente el ideal de vida activa y contemplativa de los premonstratenses aun en el fulgor de los altos cargos. Murió en Magdeburgo, de regreso de una misión de paz en Italia, el 6 de junio de 1134. Fue canonizado en 1582.
La oración, un don para otros
Santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44. Sábado IX del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la gracia de ver, en este momento de oración, mi corazón y poder contemplar mis deseos más profundos. Te pido la gracia de saber que Tú me has dado tanto, especialmente un corazón para amarte y para comunicar tus dones a los demás.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La actitud de los escribas demuestra un deseo que tenemos en el corazón de ser reconocidos. En su sentido natural está bien porque se nos deben reconocer las cosas que hemos hecho bien, pero hay problema cuando queremos más, y esta sed de más alabanza nos lleva a creernos el centro del universo, que todo debe girar en torno a nosotros. En cambio, alguien que busca ayudar a los demás con los talentos que Dios le ha dado, que reconoce sus dones y los pone al servicio del prójimo, no sólo se le agradecerá, sino que Cristo le guardará un lugar especial en el cielo y, ¿quién no quiere un lugar en el paraíso?
Esta actitud de poner lo que se ha recibido al servicio de los demás, y si Dios lo pide también a su servicio, es lo que hace la viuda que observa Jesús y pone como ejemplo para sus discípulos
A mí me gusta hacer una comparación de este episodio del Evangelio con mi oración. Muchas veces pienso que el tiempo que dedico a mi oración se podría aprovechar en tantas otras maneras, que ese tesoro de mi vida se podría aprovechar mucho mejor en otra parte, sin embargo, ese tiempo y la oración (que parece ser poca cosa) de verdad ayudan. Tal vez no me doy cuenta de cuánto bien puede hacer, pero poniendo mi esfuerzo, Dios puede tomar mis moneditas y convertirlas en un millón de bendiciones para alguien. Esta actitud también está motivada por el entender que todo lo que tengo lo he recibido, y qué más puedo hacer sino darlo a los demás.
Dios conoce nuestros corazones y sabe cuáles son nuestros más grandes deseos, dejemos que Él nos muestre el camino para llevar a cabo todo lo que tenemos en el corazón.
«La enseñanza que Jesús nos da hoy nos ayuda a recobrar lo que es esencial en nuestras vidas y favorece una relación concreta y cotidiana con Dios. Hermanos y hermanas, las balanzas del Señor son diferentes a las nuestras. Pesa de manera diferente a las personas y sus gestos: Dios no mide la cantidad sino la calidad, escruta el corazón, mira la pureza de las intenciones. Esto significa que nuestro “dar” a Dios en la oración y a los demás en la caridad debería huir siempre del ritualismo y del formalismo, así como de la lógica del cálculo, y debe ser expresión de gratuidad, como hizo Jesús con nosotros: nos salvó gratuitamente, no nos hizo pagar la redención. Nos salvó gratuitamente. Y nosotros, debemos hacer las cosas como expresión de gratuidad. Por eso, Jesús indica a esa viuda pobre y generosa como modelo a imitar de vida cristiana. No sabemos su nombre, pero conocemos su corazón —la encontraremos en el Cielo y seguramente iremos a saludarla—, y eso es lo que cuenta ante Dios».
(Ángelus de S.S. Francisco, 11 de noviembre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Trataré de ser servicial todo el día y estar atento a las necesidades de los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La viuda pobre, para quien toda esperanza era Dios
Quien no espera algo, no lucha por ello.
Encontramos este relato en Mc 12, 41-44.
Nos encontramos ante una escena que nos enseña la perspicacia de Cristo y el espíritu de observación que le caracterizan. Acababa de instruir a los suyos sobre el peligro de la vanidad, del apego a las cosas materiales, de la búsqueda de la fama, y toma asiento frente al arca del Tesoro. Desde allí ve cómo algunos ricos echaban mucho en el arca del Tesoro. Pero descubrió también a una pobre viuda que echó sólo dos monedas. Hasta allí todo normal. Unos echan más y otros echan menos. Entonces llama a sus discípulos y les dice algo que impresiona y que solo él podía conocer: Esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir. No hay más comentarios, ni la escena continua. Lo ha dicho todo. Sobre todo, ha descubierto en aquella mujer una actitud espléndida: el comportamiento de alguien que solo lo espera todo de Dios. Otra vez nos encontramos ante una mujer sin nombre, no sabemos si joven o mayor, de quien sólo sabemos que era viuda.
A veces resulta difícil comprender la realidad de la virtud teologal de la esperanza. La esperanza a nivel humano es una de las once pasiones más fuertes de la persona (amor, esperanza, deseo, gozo, odio, aversión, temor, tristeza, ira, audacia, desesperación) y consiste fundamentalmente en el sentimiento que confía poder poseer el bien ausente. Este sentimiento sostiene al ser humano a pesar de las dificultades. Pero lógicamente lo importante para nosotros es la esperanza teologal que es la que nos mantiene a los cristianos de pie en medio de las dificultades que se oponen a la salvación.
La esencia de la esperanza cristiana es el deseo de Dios como bien supremo nuestro, deseo que se asienta firmemente en la bondad y omnipotencia divinas que nos asegura el alcanzar la salvación eterna, es decir, a Dios mismo. Es el amor de Dios hacia nosotros quien nos asegura esta posibilidad y quien logra que no pongamos nuestro corazón en los bienes de la tierra, sino más bien en los bienes del cielo. Este deseo de Dios es realmente el que estimula el camino del bien. Quien no espera algo, no lucha por ello. Cuando más fuerte es el deseo, más fuerte es la lucha. En nuestra sociedad desgraciadamente para muchas personas Dios no es el Bien primero, ni el Bien supremo. Por eso, vemos a tantas personas mirar tanto hacia las cosas de la tierra, correr animosamente detrás de ellas, desgastarse por lo que perece, y mirar tan poco a las cosas de allá arriba.
Cuando el corazón humano se deja arrebatar por Dios y lo experimenta fuertemente, entonces la esperanza de poder poseer a Dios se convierte en la fuerza que mueve la vida. Basta ver cómo la esperanza de Dios ha hecho santos a niños, jóvenes y adultos, mujeres y hombres, que han sido capaces de dar la vida por él. También es verdad que la falta de ilusión por Dios conduce a muchos otros cristianos a la mediocridad, a la tibieza, al pecado. Son las leyes de la vida. Así es el corazón humano y así responde. No olvidemos, sin embargo, que es Dios quien acreciente en nosotros este deseo e incluso quien inspira los medios para poderlo realizar mediante una vida santa.
Debemos meternos dentro de nosotros mismos para constatar hasta qué punto Dios se ha convertido en el deseo de los deseos, en la aspiración suprema de nuestra vida, en el valor primero, en la ilusión que nos anima cada día. Poca respuesta habrá en la vida a las cosas de Dios, si Dios no es todo para nosotros, como lo era para S. Pablo: Para mí la vida es Cristo. Todo lo considero basura con tal de alcanzar a Cristo, mi Señor. Hay que pedirle a Dios que acreciente en nosotros cada día más este deseo.
La educación es escuchar, crear cultura, celebrar la vida
El Papa a los participantes en la video-conferencia organizada por Scholas
El video mensaje que envió el Papa a los participantes en la video-conferencia organizada por Scholas y las dos Alianzas de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes (ALMA) de Latinoamérica y del Caribe SCLAN, se centró sobre la importancia de la educación, y sobre cómo fue fundada Scholas Occurrentes. Las dos Alianzas de primeras Damas de nueve presidentes de Estado, son Fabiola Yánez de Argentina, Silvana Abdo de Paraguay, Michelle Bolsonaro de Brasil, Ana García de Hernández de Honduras, Yazmín Colón de Cortizo de Panamá, Kim Simplis de Belice, Rocío González de Moreno de Ecuador, María Juliana Ruíz de Colombia y Claudia Dobles Camargo de Costa Rica.
Pensando en la emergencia sanitaria, el Papa dijo que en esta nueva crisis que hoy enfrenta la humanidad, donde la cultura demostró haber perdido su vitalidad, Francisco quiso celebrar que Scholas, “como una comunidad que educa, como una intuición que crece, abre las puertas de la Universidad del Sentido. Porque educar es buscar el sentido de las cosas. Es enseñar a buscar el sentido de las cosas”.
Fundación de Scholas
“Aún recuerdo el origen: dos enseñantes, dos profesores, en medio de una crisis, con un poco de locura y un poco de intuición. Una cosa no planeada, vivida a medida que iba caminando. Cuando la crisis en aquel entonces dejaba una tierra de violencia, aquella educación reunió a los jóvenes generando sentido y, por lo tanto, generando belleza”.
Definiéndola Comunidad de amigos, comunidad de hermanos, Francisco recordó que después de tres años de reflexión y encuentro pensando en la fundación Scholas hubo tres imágenes que guiaron esos años: la película italiana de Fellini: “La Strada”, la pintura de Caravaggio: “El llamado de Mateo” y la obra de Dostoevskij: “El idiota”. Y entre las tres surgen tres conceptos: El sentido, el llamado y la belleza.
Scholas significa, alumnos de todas las realidades, lenguas y creencias. Mundos diferentes, únicos. Mundos de Gratuidad, de Sentido y de Belleza, como lo representan esas tres obras de arte: “El idiota”, la “llamada” de Caravaggio y el loco de “La strada”.
Para crear un futuro mejor son necesarias la gratuidad, el sentido y la belleza. Fue así como se creó Scholas, afirmó, y hoy día sus fundadores, la entregan, porque, es un don, no es de ellos, “es algo que les vino como regalo”.
Educar es escuchar, crear cultura, celebrar
La fundación de Scholas surgió de un momento difícil en Argentina, un momento de crisis. La humanidad sin vivir las crisis, sería una “humanidad enferma, una humanidad dormida”, dijo, cada vez que la humanidad sufre una crisis, debe ser bien acompañada.
Para el Pontífice la crisis significa ruptura, peligro, pero también oportunidad, apertura. En momentos de crisis, nos invade el miedo, nos cerramos como individuos, nos vaciamos de “sentido, tapando el propio llamado, perdiendo la belleza”, aseveró, esto es lo que pasa cuando uno atraviesa una crisis solo, sin reservas.
Scholas nació de una crisis, y salió a escuchar el corazón de los jóvenes, a cultivar la realidad nueva. Buscando una alternativa para responder a la crisis. Scholas dijo el Papa, trató de abrirse hacia los jóvenes buscando nuevas respuestas. Y este es el concepto de educar, dijo.
“Y eso es educar. La educación escucha, o no educa. Si no escucha, no educa. La educación crea cultura, o no educa. La educación nos enseña a celebrar, o no educa”.
Educar es ir escuchando, creando y celebrar la vida y es lo que Scholas Occurrentes ha hecho desde su fundación.
“Armonizando el lenguaje del pensamiento con los sentimientos y las acciones”. Es lo que continuamente les ha dicho en sus encuentros el Santo Padre: lenguaje de la cabeza, del corazón y de las manos, sincronizados. Cabeza, corazón y manos creciendo armónicamente.
Scholas: la cultura del encuentro
Así, se puede ver en esta fundación, profesores y alumnos japoneses bailando con colombianos. Jóvenes de Israel jugando con los de Palestina. Estudiantes de Haití pensando con los de Dubái. Niños de Mozambique pintando con los de Portugal, cada uno de estos ejemplos, el Papa los ha visto en los encuentros organizados por Scholas, vi, dijo el Papa, entre Oriente y Occidente, un olivo creando cultura del encuentro.
La cultura del encuentro afirmó el Papa Francisco reúne el sueño de los niños y los jóvenes con la experiencia de los adultos y los viejos, este encuentro tiene que darse siempre sino no hay humanidad, señaló, sin ese encuentro no hay raíces, no hay historia, no hay promesa, no hay crecimiento, no hay sueños, no hay profecía.
Y Francisco alienta a los fundadores de Scholas: Sigan adelante sembrando y cosechando, con la sonrisa, con el riesgo, pero todos juntos y siempre de la mano para superar cualquier crisis.
¿Realmente se puede vender el alma al demonio?
Teológica o filosóficamente hablando no es algo factible, veamos el porqué
Hace días pasó en mi ciudad en Monterrey Nuevo León, que a una mujer joven durante un rito satánico que hacían en su casa, le pidieron que ofreciera a su hijo, un pequeño de 3 años, y sin piedad lo quemó vivo dentro de su casa. ¿Qué dice la Iglesia sobre estas almas que por otras son ofrecidas al demonio? Era un niño, creo yo que a su edad aún no conocía el pecado, ¿qué pasa con él entonces? ¿Se condena o entra en la justicia divina y confiamos esté en la casa de Dios? ¿Podemos hacer algo por esas almas?
La tragedia de Fausto es una obra de teatro basada en una historia escrita por Goethe en la que este doctor vende su alma al diablo para conseguir poder y conocimiento. Fausto hace un trato con el diablo: venderle su cuerpo y alma para recibir placeres y poderes sobrenaturales durante algunos años.
El diablo, aceptando el trato, le concede al Dr. Faustus el goce de los placeres del pecado durante esa temporada, y su destino parece estar sellado. Pero cuando se cumple el plazo, Fausto intenta frustrar los planes del diablo, enfrentándose a una muerte espantosa.
Esta historia es pues una leyenda que funciona bien como una metáfora de la paga del pecado, aunque no tenga ningún asidero bíblico ni teológico.
En la sagrada escritura no existe ningún caso de una persona que haya literalmente “vendido” su alma a Satanás. Tampoco teológica o filosóficamente hablando es algo factible.
A partir de aquí hay que tener pues en cuenta 5 cosas:
1. Nadie puede pactar con el diablo para ofrecerle o venderle la propia vida (o el alma) o una vida ajena, por la sencilla razón que no nos pertenecemos a nosotros mismos, como tampoco nadie nos pertenece; todos le pertenecemos a Dios, somos suyos (Sal 8, 6-7; Ef 2, 10).
Cuando se escucha decir que una persona le ha vendido el alma al diablo se está diciendo simplemente que dicha persona, para conseguir a toda costa sus objetivos, ha preferido recurrir a medios non sanctos (pecados graves) sin importarle su condenación; es solo una figura metafórica. Por otra parte, no es posible firmar ningún tipo de contrato con el diablo y menos aún protocolizarlo ante notario.
En el mismo sentido también son erróneas aquellas afirmaciones de muchos cuando, por ejemplo, dicen: “Yo con mi cuerpo hago lo que quiero”, o “yo tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo”. El espíritu, alma y cuerpo (la totalidad) no le pertenecen a la persona humana, sino a Dios su creador; en consecuencia cada uno está llamado sólo a respetar y administrar los dones de Dios comenzando por el don de la vida.
2. Aunque le pertenezcamos a Dios, Él no nos obliga a estar a su lado, en su casa, como expresa la parábola del Padre misericordioso (conocida también como del hijo pródigo) (Lc 15,11-22), en que, muy a su pesar, el padre deja marchar a su hijo menor.
Si optamos conscientemente por estar lejos del Padre, Él, aunque no quiera, permite que nos vayamos, nos deja ir para sufrir. Cristo nos liberó para que seamos libres; nosotros debemos mantenernos firmes en esa libertad para no someternos otra vez al yugo de la esclavitud (Ga 5, 1).
3. Y hablando concretamente del bebé que “supuestamente” fue ofrecido al diablo, siendo asesinado por su propia madre al arrojarlo al fuego, pues ese bebé no tendrá un destino de condenación haya o no recibido el sacramento del Bautismo.
Ese niño le pertenece a Dios su creador, y la madre, en un acto de demencia, tampoco tenía la posibilidad, como se ha dicho antes, de ofrecerlo al diablo porque no es suyo, no le pertenece aunque sea “su” hijo.
En caso de que el bebé en cuestión no hubiera recibido el sacramento del bautismo, él tiene un camino de salvación (Catecismo, 1261). “El Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de ser asociados, del modo queDios conoce, al misterio pascual” (Gaudium et spes, 22).
4. No le podemos ofrecer a nadie lo que no nos pertenece. Una persona puede ofrecer lo que ha hecho consciente y voluntariamente con sus propias manos. Y Dios objetivamente sólo puede recibir lo que esté de acuerdo con su voluntad. Las ofrendas a Dios han de ser lo mejor de lo mejor, recordemos la ofrenda de Abel (Gn 4, 4).
Dios sólo recibe lo bueno; ni Él puede recibir lo malo ni el diablo puede recibir lo bueno (la santa e inocente vida de ese bebé de tres años).
5.- Y finalmente recordemos que el poder de Satanás está limitado por la voluntad de Dios (Jb 1, 10-12; 1 Co 10, 13). Él defiende lo suyo y Él ha provisto los medios para defendernos contra los ataques de Satanás y contra su poder (Ef 6, 11-12).
¿Cómo reconocer a un falso sacerdote?
En la siguiente nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados.
En varios países se ha multiplicado el número de falsos sacerdotes que se valen de la buena fe de los fieles para “ofrecer sus servicios” a cambio de dinero fácil.
Únicamente el sacramento del Orden Sacerdotal consagra al que lo recibe, configurándolo de modo particular con Jesucristo y capacitándolo para actuar en la misma persona de Cristo para el bien de todo el pueblo de Dios.
En la siguiente nota se detalla cómo identificar a un falso sacerdote y las medidas preventivas para evitar ser engañados.
¿Cómo reconocerlo?
1. Los falsos sacerdotes no tienen ni parroquia ni territorio designado porque no pertenecen a la Iglesia Católica, por lo tanto, no se encuentran en los registros de las diócesis.
2. Salen a “ofrecer sus servicios” (misas, sacramentos) y es común que regalen tarjetas de presentación para que puedan contactarlos.
3. Suelen actuar en lugares lejanos a la parroquia de la ciudad como en pequeñas comunidades donde no hay sacerdotes. Es necesario saber que los sacerdotes católicos tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficiar misas fuera de la parroquia o en un templo público reconocido.
4. Crean lazos de amistad con los feligreses e imparten “sacramentos” sin tener en cuenta los impedimentos.
5. Cobran dinero al final de la Misa que celebran “solicitando una contribución económica”.
6. Piden donativos para alguna casa hogar, orfanato o asilo que no existe. En algunos casos hasta ofrecen sus servicios a los propios sacerdotes para ayudarlos en la fiesta parroquial o en Semana Santa.
7. Un gran porcentaje de ellos son personas que estudiaron en el seminario, pero por diversas razones fueron expulsados, otros sirvieron en alguna parroquia como sacristanes o simplemente encontraron una forma de estafar a los fieles y hasta los mismos presbíteros porque conocen las celebraciones litúrgicas.
Medidas preventivas
1. Acudir a nuestra parroquia para que nos orienten sobre los requisitos necesarios para la celebración de los sacramentos.
2. En caso de la pérdida de un familiar, acudir a la parroquia más cercana al velatorio o a nuestra propia parroquia para solicitar los servicios correspondientes.
3. Nunca aceptar a los sacerdotes que se dan a conocer con tarjetas de presentación o que ofrecen “servicios a domicilio”.
4. Exigir al sacerdote la credencial expedida por la diócesis correspondiente.
5. Si no es posible encontrar un sacerdote, es obligación de los fieles abstenerse de las celebraciones de los impostores pues no tienen ninguna validez.
6. Se debe denunciar al falso sacerdote inmediatamente a las autoridades eclesiásticas.
7. Advertir a los demás fieles a tener cuidado del impostor.