He venido no para abolir si no para cumplir la ley
- 10 Junio 2020
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Bogumilo de Gniezno, Santo
Eremita y Obispo, 10 de junio
Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad († 1182)
Breve Biografía
Después de las numerosas instancias realizadas en los siglos XVII y XVIII, iniciadas por el arzobispo Matteo Lubienski (1641-52), la papa Pío XI aprobó con el decreto firmado el 27 mayo de 1925 el culto al beato Bogumilo y estableció que Polonia lo recuerde el día 10 junio. El centro del culto a Bogumilo, ya existente en el siglo XV, era la iglesia parroquial del Santísima Trinidad en Dobrowo, dónde se encontraba su tumba. Los primeros documentos de ese culto son los decretos de los años 1443 y 1462, emanados por los arzobispos de Gniezno para reglamentar la concurrencia «al tumbam S. Bogumili». Aproximadamente en el año 1580, ejecutando el «recognitio corporis», se encontraron en la tumba el cayado pastoral y el anillo que certificaban su dignidad episcopal, dignidad que también es sustentada en los cuadros de la iglesia de Dobrowo, en los que Bogumilo es representado como obispo con la mitra, el cayado pastoral y usando el hábito camaldulense, por lo que se arguye que pertenecía a esa orden.
Una biografía, escrita en Dobrowo alrededor de 1584, que nos informa que Bogumilo era descendiente de la familia de san Adalberto, se cuenta que fue arzobispo de Gniezno en los años 1170-82, pero que, por presiones de los poderosos señores de la zona, renunció a la dignidad episcopal retirándose a una ermita, dónde finalizó sus días, luego de haber donado sus bienes a Dobrowo, a las aldeas circunstante y a los Cistercienses, Orden a la que perteneció su hermano Bogufal. Es natural que Bogumilo también fuera venerado en aquella orden, de modo particular en Koronowo. En este lugar fue redactada otra biografía, según la cual Bogumilo fue arzobispo de Gniezno en los años 1167 -72. Por esta fuente sabemos que él nació en Kozmin en el año 1116, hizo los primeros estudios en Gniezno bajo la tutela de su tío, el arzobispo Giovanni, terminando sus estudios en París. De regreso en Polonia, destinó una parte de sus bienes a la construcción de la iglesia a Dobrowo. Recomendado por su tío, fue ordenado. Al principio fue el párroco de su ciudad natal, y posteriormente pasó a ser el decano de Gniezno, luego de la muerte de su tío el año 1167, lo sucede él en la cátedra episcopal. Dotado del espíritu contemplativo, aspiró poder seguir las huellas de san Romualdo.
Conseguido el consentimiento del papa Alejandro III, renunció a la dignidad arzobispal y se retiró a un lugar desierto cerca de Dobrowo, dónde murió el 10 junio de 1182, confortado por una visión de la Virgen. Su cuerpo, primero enterrado en la iglesia de Dobrowo, fue trasladado en 1668 a Uniejów donde es venerado. Se cree que esta biografía puede fundamentarse en un documento de 1232 en el que el príncipe Vladimiro Odonicz confirmó a los Cistercienses de Sulejów la posesión de las tierras en Dobrowo y aldeas aledañas, que fueran donadas por el arzobispo Bogumilo a su hermano Bogufal y pasados por lo tanto al obispo Cristiano, cisterciense, quien los cedió a la abadía de Sulejów.
La dificultad en poder dar credibilidad los datos de estas biografías, consiste en el hecho que ni Dlugosz en su trabajo «Vitae archiepiscoporum atque episcoporum universi Regni Poloniae». Ni los anuncios necrológicos citan algún Bogumilo en la sede de Gniezno en esa época. De hecho, en los años 1153-99, la sede episcopal fue ocupada por Juan Zdzislao y Pedro. Algún historiador identifica a Bogumilo con Pedro: de hecho, Bogumilo sería, la variación eslava del nombre. También Pedro desciende de la familia de san Adalberto y tenía sus bienes en los alrededores del río Warta. Esta hipótesis, sin embargo, se contradice por la circunstancia eremítica de vida de Bogumilo, los datos indican que el arzobispo Pedro murió el 19 de agosto, mientras ocupaba aún la sede episcopal, no se lo menciona como ermitaño ni como ex arzobispo, y además, según un documento de 1219, este Pietro era director del monasterio de San Vicente en Wroclaw y pertenecía a la familia Labeclz (Labendz). Algún otro identifica al beato de Dobrowo con el arzobispo Bogumilo que murió en 1092, asumiendo su cargo en 1080, tras haber sucedido a Gregorio VII: teoría que demolería la tradición cisterciense. Otros, en cambio, como Martinus Baronius, Abraham Bzowski y el camaldulense Taddeo Mini, confunden a Bogumilo con Wloscibor que debía ser y nunca fue arzobispo; ya que, habiendo sido elegido en el año 1279, éstos, elegidos por el capítulo en el año 1279, inmediatamente fue desterrado por el príncipe Przemyslaw II y, después de haber renunciado a la dignidad episcopal, murió en un monasterio próximo a Dobrowo. Pero también esta hipótesis tiene errores: en la historia de los obispos de Gniezno del siglo XIII no se menciona a Bogumilo. La teoría más probable parece la de Pietro David, según la cual el ermitaño de Dobrowo no había sido nunca arzobispo, tan sólo un abad benedictino a Mogilno, muerto el 28 noviembre de 1179. Él habría renunciado a su dignidad como abad y pasó el resto de su vida en una ermita. Su nombre señalaría la afiliación a la familia de san Adalberto y sus bienes estaban en las proximidades de Dobrowo. También es fácil de explicar la transformación del abad en arzobispo, confirmado por la tradición.
Santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19. Miércoles X del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ayúdame, Señor, a nunca olvidar lo mucho que me amas, y que así siempre tenga presente lo que has hecho por mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o a los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Todo hombre tiene leyes y normas; vivimos con ellas, sin poderlas ignorar. Indican aquello que debemos cumplir y marcan un límite que no es conveniente sobrepasar. Ésta es nuestra realidad actual. Pero las leyes y normas también han existido en el pasado, e incluso alguna de ellas vienen escritas en el antiguo testamento.
Detengámonos en el antiguo testamento. Parece que estas leyes y normas tienden a perder su sentido. Cristo vio que estas reglas se concebían como algo impuesto que limitaba nuestra libertad. Es natural en nosotros sentir un límite cuando se nos dice que esto es pecado, que aquello otro que tanto me gusta también es pecado. Parece que las leyes y normas no tienen más efecto que limitar nuestra libertad.
¿Cuál es el verdadero sentido de toda ley y norma? Son diez los mandamientos, siete los pecados capitales, son incontables los pecados veniales que podemos cometer. ¿Cuál es el fin de todo esto? Es aquí donde las enseñanzas de Cristo vienen a dar plenitud.
Recordemos el mandamiento más preciado que nos dejó Cristo. El mandamiento del amor. Cuando Cristo nos manda… ordena… exige… que nos amemos no es propiamente una imposición que viene de fuera. Lo que sucede es que señala una necesidad. Esta necesidad está en lo más profundo de nosotros, de modo que cuando Cristo nos dice «AMA», despierta una sed natural. Nosotros nacemos para amar, nacemos para donarnos. Nosotros mismo hemos sido creados para entregarnos sin reservas. El mandamiento del amor no es una imposición, sino la razón para la cual vivimos.
Ahora leamos bajo esta clave los 10 mandamiento y descubriremos que más que imponernos una serie de reglas, despiertan la necesidad natural de vivir conforme a los diez mandamientos. De la misma forma, el pecado ya no se ve como un «no debo hacer esto» o «no puedo hacer aquello». El pecado simplemente es aquello que no nos permite amar. El pecado es un ahogarse en el amor propio.
Amar es un arte, es difícil, es un reto. Sin embargo, hemos nacido en el amor, para amar y ser amados. Es nuestra necesidad vital. «El amor todo lo excusa… El amor nunca falla… Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de las tres es el amor» ( I Corintios, 13).
«Jesús vincula el amor a Él con el cumplimiento de los mandamientos, y en esto insiste en su discurso de despedida: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (v. 15); «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama» (v. 21). Jesús nos pide que le amemos, pero explica: este amor no se agota en un deseo de Él, o en un sentimiento, no, requiere la disponibilidad a seguir su camino, es decir, la voluntad del Padre. Y esta se resume en el mandamiento del amor mutuo —el primer amor [en la actuación]— dado por el mismo Jesús: «Que os améis unos a otros; como yo os he amado» (Juan 13, 34). No dijo: “Amadme como os he amado”, sino “amaos recíprocamente como yo os he amado”. Nos ama sin pedirnos nada a cambio. El amor de Jesús es un amor gratuito, nunca nos pide nada a cambio. Y quiere que este amor gratuito suyo se convierta en la forma concreta de vida entre nosotros: esta es su voluntad».
(Regina Caeli, SS Francisco, 17 de mayo de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hablaré con alguien sobre qué entiende por amor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Jesús denuncia los pecados del pueblo elegido
Art. Teología y espiritualidad
Jesucristo perfecciona la ley de Dios, purificándola de las malas interpretaciones y abusos que se habían introducido en la vida de Israel.
Jesucristo en su predicación corrigió los muchos abusos que se habían introducido en la vida de Israel; pero no introduciendo una ley nueva, opuesta a la Ley de Dios, o distinta de ella, sino purificándola de las malas interpretaciones y elevándola según un amor más alto. Por eso dijo: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a perfeccionar. Porque en verdad os digo: antes pasarán el cielo y la tierra que pasen una iota o un ápice de la Ley sin que todo se cumpla (...) Porque os digo que si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos no entraréis en el reino de los cielos» (Mt. 5, 17-20) En concreto, Jesús critica las siguientes deformaciones de la Ley:
Deformación de los diez mandamientos
Este es el peor de los pecados de los guías ciegos de Israel en el tiempo de Jesús. Por eso será muy extensa la enseñanza del Señor sobre cada uno de los mandamientos. Les marcará el camino óptimo para encontrar siempre la correcta interpretación de todos los mandamientos: amar a Dios sobre todas las cosas: En las enseñanzas de Jesús podemos ver el alejamiento a que había llegado el pueblo de Israel del camino de la verdadera Ley.
El Templo
Como era necesario para los sacrificios previstos por la Ley entregar en el Templo corderos o tórtolas, se fue formando alrededor del Templo un comercio de gentes que sacaban provecho material del cumplimiento de la Ley por parte del pueblo. Por eso «entró Jesús en e/ Templo y arrojó a todos los que vendían y compraban en él y echó por tierra las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. Y les dijo: Está escrito: Mi casa será casa de oración, y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones» (Mt. 21, 13) San Juan llega a precisar que en esta ocasión, «haciendo un látigo con cuerdas, los arrojó del templo, a las ovejas y a los bueyes, y esparcid el dinero de los cambistas y volcó las mesas» (Jn. 2, 15)
Las riquezas
La avaricia y el amor a las riquezas son dos grandes dificultades para poder cumplir la Ley de Dios. Los grandes pecados contra la justicia: robos, estafas, etc. los condenaban todos; pero, además, los que se decían cumplidores de la Ley habían introducido deformaciones. Por ello Jesús recriminaba a los fariseos que olvidasen cuidar a sus padres mientras decían que su dinero era sagrado y ofrecido al Templo. También que «devoran las casas de las viudas simulando largas oraciones. Estas tendrán un juicio muy severo» (Jn. 12, 4-6)
Cuando Jesús enseñaba: «no podéis servir a Dios y a las riquezas, oían estas cosas los fariseos, que son avaros, y se mofaban de él» (Lc. 16. 13-14)
La hipocresía
Quizá sea ésta la actitud que más caracterizaba a los escribas y fariseos, y la que más recriminó Jesús. Por eso les dice: «Vosotros los fariseos limpiáis la copa y el plato por fuera, pero vuestro interior está lleno de rapiña y maldad» (Lc. 11, 38)
La actitud hipócrita se manifiesta de muchas maneras. Así, se pagarán los diezmos de las cosechas como el eneldo y el comino (plantas insignificantes) pero se olvidará la justicia, el amor de Dios y la lealtad. Buscarán los primeros puestos en las reuniones y banquetes para ser vistos y gozar de fama y honores. Se comportan, en definitiva, como sepulcros blanqueados, que por fuera tienen un aspecto limpio y grato, pero "por dentro esconden podredumbre y miseria (cfr. Mt. 23, 23ss)
Es comprensible que, ante esta conducta, Jesucristo se indignase y les dijese: «¿Por qué traspasáis vosotros el precepto de Dios con vuestras tradiciones? (... ) ¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; en vano me rinden culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos» (Mt. 15, 3-7)
Nuestro Señor dice que es una necedad la hipocresía, porque «nada hay oculto que no haya de descubrirse, y nada escondido que no llegue a saberse» (Lc. 12, 2) Para evitar la hipocresía el remedio es actuar ante Dios: «Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre celestial que está en los cielos» (Mt. 6, l)
El legalismo
Esta actitud está muy unida con la hipocresía, y consiste en una falsa interpretación de la Ley. El legalista cuida atentamente los menores detalles de la Ley, pero falta a su espíritu. Se queda en la letra, pero al perder el sentido y el motivo de la Ley, que es el amor, acaba actuando contra ella. Jesús recrimina a los fariseos su legalismo cuando dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, el anís y el comino! dejáis lo más grave de la Ley: la justicia, la misericordia y la lealtad. Bien está hacer aquello, pero sin omitir esto. Guías ciegos, que coláis un mosquito y os tragáis un camello» (Mt. 23, 23-24)
Cuando se capta el verdadero sentido de la Ley, entonces se cumplen tanto los grandes preceptos como los pequeños. Sería un error recurrir al legalismo para escaparse del cumplimiento de la Ley, pues también sería una hipocresía. Jesucristo cumplió estrictamente todos los preceptos de la Ley, incluso aquellos que en justicia no le correspondía cumplir estrictamente.
El formalismo
Uno de los cometidos principales de los sacerdotes era el de ofrecer sacrificios a Dios en nombre de todo el pueblo, siguiendo un ritual muy concreto. La deformación formalista consiste en que se cumpla el rito externo con perfección, pero se abandone el espíritu con el que se debe ofrecer a Dios dicho sacrificio. Esta deformación fue una de las más duramente criticadas por los profetas a lo largo de toda la historia de Israel.
Jesús insistirá en el espíritu de adoración que debe poner el hombre en el trato con Dios, por eso dice: «Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya tienen su recompensa. Tú, cuando ores, entra en tu aposento, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está allí en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo escondido, te premiará. Y cuando oréis no digáis palabras inútiles, como los paganos; que se figuran que van a ser oídos por su abundancia de palabras. No les imitéis; porque sabe vuestro Padre de qué cosas tenéis necesidad antes de que se las pidáis» (Mt. 6, 6-9)
La parábola del fariseo y el publicano es altamente elocuente de cómo debe ser el trato con Dios. El fariseo se coloca arrogante ante Dios y empieza a contar sus bondades comparándose con los demás. El publicano, en cambio, tiene una actitud bien distinta, pues reconoce su pecado y pide perdón a Dios. El comentario del Señor a esta parábola es muy expresivo: «Os digo que éste (el publicano) bajó justificado a su casa, y no aquél. Porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado» (Lc. 18, 9-14)
El verdadero culto a Dios deberá apoyarse en una actitud interior humilde. Sois semejantes a sepulcros blanqueados.
Confusión entre lo religioso y lo político
El pueblo de Israel había sido constituido alrededor de la Alianza con Dios. Sus primeros jefes, Abrahán, los patriarcas, eran cabezas religiosas y civiles del pueblo. Moisés aglutinó de nuevo al pueblo haciendo de él un auténtico Pueblo de Dios; aunque con él se distinguen los sacerdotes de los gobernantes, se puede decir que Israel era esencialmente una teocracia.
El hecho de ser gobernados por gentiles de otra religión, como eran los romanos, era una afrenta enorme al pueblo elegido, que consideraba esta situación muy parecida a la esclavitud entre los egipcios, o a la cautividad de Babilonia. Por eso la liberación que debía traer el Mesías, descendiente del rey David, se veía como religiosa, pero también como política.
En este contexto, los fariseos y los herodianos deliberaron, a pesar de ser enemigos entre sí, para coger a Jesús en una contestación comprometida y entregarlo al poder y jurisdicción del gobernador. Por ello le dijeron: «¿Es lícito dar tributo al César o no?» La pregunta estaba hecha con mala intención, pues si Jesús decía que no se debía pagar el impuesto, se enfrentaba al César y podía ser detenido por el gobernador romano. Si decía que sí, se ponía de parte del César y contra los que defendían el nacionalismo israelita. Jesús «conoció su malicia y dijo: Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo. Ellos te mostraron un denario. Díceles: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Le dijeron: Del César. El les contestó: Dad, pues al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios» (Mt. 22, 18-22) Con estas breves palabras Jesús dio un criterio fundamental para las relaciones entre lo religioso y lo político. Estos dos poderes deben estar separados, aunque su relación debe ser de mutua ayuda.
El Papa crea un fondo para los trabajadores en dificultad a causa de Covid-19
Se llama Fondo "Jesús Obrero Divino".
La resurrección de Roma comienza con los frágiles. De devolver a las personas de la precariedad, a lo invisible bajo el umbral de la atención, la dignidad que las semanas de cuarentena han reducido a polvo con la lentitud de un dramático reloj de arena. No hay otro camino para Francisco, quien ya hace poco tiempo, al establecer la Comisión post-Covid, había asumido la preocupación por las consecuencias sociales de la pandemia. Su mirada se detuvo esta vez en la ciudad de la que es obispo, Roma, de donde dice "vemos que tanta gente pide ayuda, y parece que 'los cinco panes y los dos peces' no son suficientes".
Para los que corren más riesgo
A partir de esta observación el nuevo gesto concreto del Papa, comunicado en una carta enviada a su cardenal vicario, Angelo De Donatis. El Fondo "Jesús Obrero Divino", con un primer millón de euros pagado a la Cáritas diocesana, quiere "recordar -escribe- la dignidad del trabajo" para ese "gran grupo de trabajadores cotidianos y ocasionales", los "con contratos de duración determinada no renovable", "los pagados por hora" y con un pensamiento -Francisco los enumera explícitamente- a los pasantes, a los trabajadores domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos, especialmente a los de los sectores más afectados y a sus industrias afines. Entre ellos, señaló, "muchos son padres y madres de familias que luchan laboriosamente por poner la mesa para sus hijos y garantizarles el mínimo necesario".
"Me gusta pensar que podría convertirse en una oportunidad para una verdadera alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis".
Por el bien común
El Papa sabe que está hablando con un tejido humano sensible. Reconoce esto, "el gran número de personas que en estos días se han arremangado para ayudar y apoyar a los débiles". Esto queda demostrado, subraya, por "el aumento de las donaciones" para los que cuidan de los enfermos y los pobres y, en general, todas esas "manifestaciones que han visto a los romanos asomarse por ventanas y balcones para aplaudir a los médicos y a los trabajadores de la salud, cantando y jugando, creando comunidades y rompiendo la soledad que socava el corazón de muchos de nosotros". Ejemplos no de una emoción pasajera, sino de gente que quiere actuar "por el bien común".
Políticas de protección
Para Francisco, la creación del Fondo es el paso de una Iglesia que conoce y comparte la inquietud de quienes hoy tienen más incertidumbres que otra cosa, que "acompaña a los débiles con su caridad, y está dispuesta a colaborar con las instituciones de la ciudad y con todas las realidades sociales y económicas". Y aquí el Papa se dirige directamente a los representantes de la sociedad civil y del mundo del trabajo, "llamados", escribe, "a escuchar esta petición y a transformarla en políticas y acciones concretas para el bien de la ciudad". Políticas que "protegen", sigue afirmando, "especialmente a quienes corren el riesgo de quedar excluidos de la protección institucional y necesitan apoyo para acompañarlos, hasta que puedan volver a caminar de forma autónoma".
La flor de la solidaridad
La esperanza del Papa es que la reacción colectiva y solidaria ante las consecuencias de la pandemia cree "una verdadera y propia alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis". Francisco insta a los sacerdotes a "ser los primeros en contribuir al fondo, y los entusiastas partidarios de compartir en sus comunidades". Y la última oración es "al buen corazón de los romanos": ahora, concluye, "no basta con compartir sólo lo superfluo. Me gustaría ver florecer en nuestra ciudad la solidaridad 'vecinal', las acciones que recuerden las actitudes del año sabático, en el que se perdonan las deudas, se abandonan las disputas, se pide el pago según la capacidad del deudor y no del mercado".
La gratitud de De Donatis
Al declararse "profundamente agradecido" por la creación del Fondo, el Cardenal De Donatis - informa una nota del Vicariato - capta en su carta "todo el amor y la solicitud" que el Papa, Obispo de Roma, "no cesa de mostrar hacia los hombres y mujeres de nuestra ciudad". Y se dice "seguro que junto con las instituciones - comenzando por la Región del Lacio y la Capital de Roma - 'cada uno por su parte', todos responderemos unidos y con compromiso en dar vida a 'una verdadera y propia alianza para Roma, para ser 'protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis'. El Fondo, dice la nota del Vicariato, será presentado a los medios de comunicación el próximo viernes a las 11 de la mañana en la Sala Cardenal Ugo Poletti del Palacio de Letrán.
Esta joven fue calificada como un "feto inviable", hoy lucha contra el horror del aborto
A sus padres les dijeron que si no moría antes o al poco tiempo de nacer, iba a ser un vegetal
A las 27 semanas de gestación, la chilena Gabriela Statt fue diagnosticada con espina bífida, una malformación a la columna que para algunos médicos tiene un desalentador pronóstico; en cambio para ella se convirtió en el motor de lucha contra la discriminación que promueve el proyecto de ley de aborto en Chile.
El proyecto de aborto planteado para los casos de riesgo de vida de la madre, “inviabilidad fetal” y por violación, fue aprobado esta semana en la Comisión de Salud del Senado de Chile y pasó a la Comisión de Constitución con el carácter de suma urgencia.
“Me violenta profundamente que la causal de inviabilidad, que además no tiene límite gestacional, sea la que menos cuestionamientos provoque entre los parlamentarios”, expresó Gabriela a través de una carta en un diario de circulación nacional.
A casi 20 años de su diagnóstico y de someterse a doce operaciones, Gabriela camina con muletas, es estudiante de trabajo social, habla tres idiomas y junto a su familia siguen “con horror” el avance del proyecto de aborto.
Además, Gabriela es voluntaria del Movimiento de Mujeres Reivindica, que busca la equidad e inclusión de las mujeres y la defensa de la vida, y su meta es especializarse en maternidad vulnerable y mujeres con embarazos vulnerables.
“No es un dato menor que luego de las causales del proyecto, las encuestas muestran mayor aceptación al aborto por discapacidad y situación económica, evidenciando que el apoyo al aborto se aloja en un sentimiento tremendamente discriminatorio que aún prevalece en nuestra sociedad”, agregó.
La estudiante de trabajo social pidió a los legisladores “que se pongan en nuestros zapatos y reflexionen acerca del impacto que tiene su voto en la forma en que la sociedad ve la discapacidad y en los miles de hombres y mujeres ‘inviables’ que ya nacimos”.
Para los casos en que el pronóstico “efectivamente es fatal”, Gabriela propuso “programas de cuidados paliativos perinatales” y apoyo a las familias “antes, durante y después del parto, porque la dignidad humana y el derecho a recibir atención de salud no se mide en estadísticas de sobrevida de horas, días o meses”, agregó.
Gabriela comentó que a sus padres “les dijeron que si no moría antes o al poco tiempo de nacer, iba a ser ‘un vegetal’, que no iba a caminar, hablar ni pensar y que el cerebro se me iba a llenar de agua, porque además tenía hidrocefalia”, explicó la joven.
“En ningún momento se les mencionó las alternativas: De la posibilidad de instalarme un drenaje para la hidrocefalia, que los pacientes presentan un desarrollo cognitivo normal e incluso poseen una excepcional inteligencia. No se les dijo que existía una federación de padres de niños con la enfermedad”, continuó.
“No se les brindó ninguna contención emocional. Mis padres salieron de la consulta en shock. Solo semanas después, con otro médico, pese a confirmar el diagnóstico, se les informó que el escenario real estaba muy lejos del funesto pronóstico inicial, que además movía las piernas y por lo tanto caminaría”.
La joven de 19 años dijo que en 2014 la organización Miles Chile “los grandes lobistas de este proyecto, propuso un proyecto de ley de aborto terapéutico que fue tomado como modelo del actual, con un listado de malformaciones letales, ante las cuales se debería permitir el aborto”.
“La espina bífida no es letal y sin embargo estaba ahí, junto con otras enfermedades tratables, como la osteogénesis imperfecta, onfalocele y síndrome de Turner, entre otras”, dijo.
Luego de conocer otros casos, a Gabriela le quedó claro que “en el momento de recibir una noticia así, los padres están tan angustiados que son muy vulnerables a ser mal informados e impulsados a abortar, más aún si caen en manos de un médico con tan poca ética profesional como el que atendió a los míos”.
Después de pasar años de duros cuestionamientos consigo misma y hacia sus padres por su situación, Gabriela comprendió que su enfermedad “no es el aspecto de mi vida que más me ha forjado. Más me han forjado los valores que me inculcaron, el amor con el que me criaron, las cosas que he visto y hecho”
¿Qué tipo de católico eres tú?
Somos muchos católicos, pero cuántos relamente viven la fe.
Jesús nos habla en una de sus parábolas de un Rey que envía invitaciones para la fiesta de bodas de su hijo, y muchos buscan excusas para no asistir a la ceremonia. Aparentemente tienen otras obligaciones más importantes que atender, insultan los siervos del Rey e incluso matan a algunos de ellos.
El Rey, enfurecido, los mata y luego destruye sus ciudades. Más sin renunciar, se mantiene tenazmente y persistente, y decide enviar más siervos, pero esta vez, sí traen a personas al banquete.
Uno no estaba vestido decente para la celebración, y no tenía excusas para ello, así que es expulsado de la sala del banquete. Jesús termina esta parábola diciendo:
"Muchos son llamados, pero pocos son escogidos".
Las parábolas de Jesús son historias humanas con mensajes divinos. Nos desafían a dejar nuestra complacencia y a seguir a Jesús auténticamente.
Miremos objetivamente la sociedad y la Iglesia Católica de hoy en día y preguntémonos dónde estamos. Es cierto que hay un gran número de católicos, al menos, católicos bautizados. Sin embargo, ¿cuántos están realmente viviendo su fe?
Ser sacerdote por más de 28 años y haber trabajado en varios países como Europa, Argentina, Chile, Paraguay y Estados Unidos, me lleva a hacer reflexiones sobre las razones por las cuales tantos los católicos, como citan la parábola mencionada allá arriba, tienen tantas excusas para simplemente no asistir al Santo Sacrificio de la Misa, que en términos de la parábola, ¡se refiere al banquete de la boda del Rey y de Su Hijo!
Esta observación pastoral servirá para ayudarnos a quienes trabajamos arduamente en la viña del Señor para ir en dirección correcta a salvar almas para nuestro Rey Eterno. En otras palabras, para que podamos conocer las almas errantes, la razón por la que se han ido y dar un remedio o una solución al problema.
Por supuesto, leer profundamente la "Alegría del Evangelio" por el Papa Francisco, será de inmensa ayuda en nuestro trabajo como siervos. Recuerda las palabras desafiantes de Jesús, el Buen Pastor del rebaño, nuestro Modelo y ejemplo:
"La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos".
A continuación se presentan las razones por las que "las ovejas" se han alejado del rebaño, dejando la práctica de la fe y la recepción de los sacramentos que dan vida a un lado:
1.- Católicos con malas experiencias.
Algunos católicos errantes se quejan de tener que dejar la Iglesia porque tuvieron una mala experiencia muy fuerte con otro miembro, y la situación los hería profundamente.
El mal ejemplo que pueden llegar a dar los mismos sacerdotes, diáconos, secretarios parroquiales, catequistas o simplemente católicos practicantes, puede alentar a otras personas a crear una debilidad en la fe.
Una palabra áspera y cortante, un comentario o un gesto sarcástico, distante o frío, una aguda reprensión o cualquiera de estos gestos hechos a un alma frágil, ¡podrían ser la última gota que derrame el vaso!
Esto podría ser suficiente para despegar a cualquier persona de la práctica de la fe. ¿Cómo se remedia esto? ¡Con bondad y caridad! Una vez se le preguntó a San Agustín tres veces sobre qué debería uno practicar con el prójimo, y él respondió:
¡Bondad, bondad, y más bondad!
San Francisco de Sales acuñó un clásico:
"Puedes coger más moscas con una cucharita de miel, que con un barril de vinagre".
2.- Escándalos en la Iglesia.
No se puede ignorar la realidad de la existencia de los escándalos relacionados con la Iglesia que han salido a la luz en los últimos 15 años. No es un secreto que algunas personas que han elegido servir al Señor, como sacerdotes, algunos religiosos e incluso obispos, ¡y le hayan fallado!
En vez de dar ejemplo como buen pastor a las ovejas, ¡se han transformado en lobos voraces! Obviamente estos escándalos penetra el Sagrado Corazón del Buen Pastor y han causado estragos en el rebaño. ¿Qué podemos hacer para reparar y remediar un golpe tan grave a la Iglesia?
Primero, rogamos perdonar al mundo en general, así como lo han hecho los últimos papas, clara y públicamente. Además, debemos orar por los futuros sacerdotes, pero sólo por aquellos que están firmemente comprometidos con el celibato al 100%, que hacen del amor por Jesús el centro de sus vidas y aquellos que tienen un llamado para salvar almas y realizar la búsqueda de las ovejas perdidas.
3.- Distracciones del mundo moderno.
En una ocasión un pastor vino de África a Estados Unidos y le preguntaron cuál era, según él, el más grande impedimento de los Estados Unidos para la difusión de la Palabra y el Reino de Dios. Sin pensar mucho, soltó una palabra ¡DISTRACCIONES! Una observación muy interesante viniendo de un extranjero.
¿Qué quería decir él exactamente? Lo siguiente: televisión radio, deportes, películas, fiestas, Internet, medios electrónicos, casinos, carreras de caballos, juegos al azar, etc.
Y no es que todas estas actividades y entretenimientos sean pecaminosos. Pero tan fácil encontrarse totalmente absorbido y sumergido en estas "diversiones" que el domingo de Santa Misa ha sido olvidado o llevado a un segundo lugar de importancia.
Como dijo un conocido sacerdote:
"Los domingos en Estados Unidos se han convertido en un sábado más".
4.- Estilo de vida inmoral.
Los católicos que se encuentran descontentos y enojados frecuentemente apuntarán su dedo contra la Iglesia Católica por los muchos fracasos de la misma, pero en sus corazones hay un serio problema hoy en día: ¡Una incapacidad para llegar a un acuerdo y vivir con la exigente moralidad sexual que la Iglesia ha impartido los últimos 2000 años!
Nuestra Señora de Fátima dijo, en sus apariciones en 1917, refiriéndose a muchos jóvenes (¡algunos no tan jóvenes!), que:
"Muchos matrimonios no son buenos. En el mundo entrarán muchas modas (probablemente refiriéndose a los códigos de vestimenta) que pueden ofender gravemente a Dios.
Y finalmente, la mayoría de las almas están perdidas y van a Infierno por los pecados que se comenten contra la virtud de la pureza, también refiriéndose a dejar el Iglesia y recibir los sacramentos".
Muchos han decidido simplemente vivir juntos en unión libre o resignarse a vivir en matrimonio civil. A los ojos de Jesús y su Esposa, la Iglesia, están objetivamente equivocados y también están eligiendo vivir en un estado permanente de pecado mortal. Siendo este el caso, esta pareja se ha separado voluntariamente de la vida vivificante. Jesús dijo:
"Yo soy la vida y ustedes son las ramas, y mi Padre corta las ramas que no dan fruto" (Juan 15,1-2)
Estas parejas, debido forma de vida, el cual eligieron libremente, ya no pueden recibir a Jesús, el Pan de la Vida, en la Sagrada Comunión.
Este es el caso, cuando asisten a la Santa Misa y llega el momento de la comunión, muchas personas la reciben mientras ellos se ven obligados a quedarse sentados esperando que termine el momento.
Son como calentadores de banco (imagen deportiva) y ver a los demás recibir a Jesús, el viviente pan que descendió del cielo para darnos vida en abundancia, es incómodo.
Esta pareja probablemente decida dejar la Iglesia Católica e ir a alguna Iglesia protestante, donde puedan tener acceso gratuito a la recepción del Servicio de comunión. ¡Adiós Iglesia Católica! ¡Hola, Iglesia protestante!
Posible remedio: ¿Por qué no invitar a esta pareja separada a reunirse con un sacerdote que podría aclarar las condiciones para tener su matrimonio bendito en la Iglesia y así puedan estar en plena comunión con la misma? Además, invítelos a algún fin de semana dinámico, o un retiro matrimonial, ¡para hacer que las cosas mejoren entre esos dos!
Conclusión, acabamos de explicar unas pocas razones que explican el enorme éxodo de la Iglesia Católica en las últimas décadas.
Nuestras intenciones con este artículo son animar al ferviente y celoso seguidor de Jesús a buscar estas ovejas perdidas y traerlas de vuelta a los brazos del Buen Pastor.
Audiencia general: Ciclo de catequesis del Papa sobre la oración (6)
“La oración de Jacob”
JUNIO 10, 2020 10:36 LARISSA I. LÓPEZAUDIENCIA GENERAL
(zenit – 10 junio 2020).- En la audiencia general, el Papa Francisco continuó con el ciclo de catequesis sobre la oración, relatando la historia del patriarca Jacob, “un hombre que había hecho de la astucia su mejor arma”.
Efectivamente, el Santo Padre reflexionó sobre “La oración de Jacob” hoy, 10 de junio de 2020, en la audiencia general de los miércoles celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la actual pandemia de COVID-19 y transmitida en directo al mundo por los medios de comunicación social.
Francisco resalta que Jacob siempre estuvo enfrentado con su hermano Esaú y, con sutilezas, consiguió la bendición de su padre que pertenecía a su hermano como primogénito. A través de distintas “argucias”, Jacob se hizo rico, “se hizo a sí mismo con tenacidad y paciencia”, relata el Papa.
Encuentro con Dios
No obstante, un día quiso volver a casa y en el camino, por la noche, se produjo su encuentro con Dios, descrito “como una lucha con un desconocido en medio de la oscuridad”, símbolo “del combate de la fe y de la victoria de la perseverancia”, continúa.
En esta pelea, el Señor hirió a Jacob en la pierna y le dejó cojo, “mostrándole así su verdadera condición de fragilidad y vulnerabilidad”, y “la forma de ‘luchar con Dios’”, indica el Pontífice.
No obstante, a ese Jacob herido, “Dios lo bendijo y le dio un nombre nuevo, haciéndole entrar en su tierra con el corazón renovado” y “quien antes era ‘impermeable’ a la gracia y a la misericordia a causa de su presunción, Dios lo salvó de su extravío y lo miró con ternura”, concluye el Obispo de Roma.
JUNIO 10, 2020 10:36 AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: En tus noches más oscuras y de dolor tienes una cita con Dios
Audiencia General del miércoles, el Pontífice prosiguió con su ciclo de catequesis sobre el significado cristiano de la oración.
El papa Francisco dijo hoy que todos tenemos una cita con Dios y la reconoceremos cuando sea el momento más oscuro, difícil y doloroso en la propia vida. En los momentos de penumbra, pecado y desorientación: ¡Ahí hay una cita con Dios, siempre!, afirmó durante la audiencia general del miércoles, 10 de junio de 2020, en la Biblioteca Apostólica Vaticana.
El Pontífice instó a “dejarnos sorprender por su misericordia, para aceptar nuestra fragilidad sin temor, sabiendo que, aunque sea de noche y estemos solos, combatiendo contra lo desconocido, Dios puede dar sentido a toda nuestra vida y regalarnos la bendición que reserva a quien se deja trasformar por Él”.
“Todos nosotros tenemos una cita en la noche con Dios, en la noche de nuestra vida, en las muchas noches de nuestra vida: momentos oscuros, momentos de pecados, momentos de desorientación. Ahí hay una cita con Dios, siempre”, expresó el Pontífice que siguió presidiendo las catequesis sin fieles presentes debido a la pandemia de coronavirus.
En su catequesis, rememoró la historia del patriarca Jacob, “un hombre que había hecho de la astucia su mejor arma. Estuvo enfrentado siempre con su hermano Esaú y consiguió con sutilezas la bendición de su padre que pertenecía al primogénito”.
En la oración: Dios cambia el corazón
El Papa usó la metáfora de la lucha para indicar que la oración es un combate del alma. “Él (Dios) nos sorprenderá en el momento en el que no nos lo esperemos, en el que nos encontremos realmente solos.
En aquella misma noche, combatiendo contra lo desconocido, tomaremos conciencia de ser solo pobres hombres -me permito decir “pobrecitos”-, pero, precisamente entonces, no deberemos temer: porque en ese momento Dios nos dará un nombre nuevo, que contiene el sentido de toda nuestra vida; nos cambiará el corazón y nos dará la bendición reservada a quien se ha dejado cambiar por Él”.
El Pontífice afirmó que esta era una “hermosa invitación a dejarnos cambiar por Dios. Él sabe cómo hacerlo, porque conoce a cada uno de nosotros. “Señor, Tú me conoces”, puede decirlo cada uno de nosotros. “Señor, Tú me conoces. Cámbiame”, sostuvo.
Luchar con Dios: una metáfora de la oración
En la catequesis de hoy, el Obispo de Roma ha continuado la catequesis sobre el tema de la oración. “Luchar con Dios: una metáfora de la oración. Otras veces Jacob se había mostrado capaz de dialogar con Dios, de sentirlo como una presencia amiga y cercana. Pero en esa noche, a través de una lucha que duró mucho tiempo y que casi lo vio sucumbir, el patriarca salió cambiado.
Cambio de nombre, cambio del modo de vivir y cambio de la personalidad: sale cambiado. Por una vez ya no es dueño de la situación -su sagacidad no sirve-, ya no es el hombre estratega y calculador; Dios lo devuelve a su verdad”.
Así, recordó la infelicidad que vivía Jacob, patriarca de Israel, que a pesar de su “sagacidad”, con la cual mediante engaños consiguió arrebatar a su padre Isaac el don de la primogenitura (cf. Génesis 25,19-34). “Fue esta la primera de una larga serie de argucias, que harán de él un hombre rico, que se hizo a sí mismo con tenacidad y paciencia”.
El hombre por más astuto y rico, quedará herido por Dios
Jacob “un día sintió el deseo de volver a casa, y se puso en camino. Al llegar a la última etapa de ese viaje de regreso hizo pasar a toda su familia y a su ganado el torrente que delimitaba las tierras de su hermano. Era de noche, estaba solo, y un torbellino de pensamientos lo envolvía. En ese momento se produjo su encuentro con Dios, que es descrito como una lucha con un desconocido en medio de la oscuridad; es símbolo del combate de la fe y de la victoria de la perseverancia.
En esa pelea Jacob no se mostró como el hombre calculador y el fino estratega que había vencido a todos con su astucia. A pesar de su esfuerzo, aquel ser desconocido le hirió en el muslo y lo dejó cojo, mostrándole así su verdadera condición de fragilidad y vulnerabilidad. Pero, al mismo tiempo, ese combate le manifestó la forma de “luchar” con Dios.
A ese Jacob herido, Dios lo bendijo y le dio un nombre nuevo, haciéndole entrar en su tierra con el corazón renovado. Quien antes era “impermeable” a la gracia y a la misericordia a causa de su presunción, Dios lo salvó de su extravío y lo miró con ternura”.
Por último, el Papa saludó a los fieles que seguían la catequesis a través de los medios de comunicación social e impartió su bendición apostólica.