El hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
- 27 Junio 2020
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Memoria Litúrgica, 27 de junio
Obispo y Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: San Cirilo, obispo y doctor de la Iglesia, que elegido para ocupar la sede de Alejandría, en Egipto, trabajó con empeño para mantener íntegra la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió los dogmas de la unidad de persona en Cristo y la divina maternidad de la Virgen María († 444).
Etimológicamente: Cirilo = Aquel que es un gran Rey, es de origen griego.
Breve Biografía
San Cirilo nació en el año 370, y desde el 412 al 444, año de su muerte, tuvo firmemente en mano las riendas de la Iglesia de Egipto, dedicándose al mismo tiempo en una de las épocas más difíciles en la historia de la Iglesia de Oriente a la lucha por la ortodoxia, en nombre del Papa san Celestino. En esta firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica está la santidad del luchador obispo de Alejandría, aunque reconocida tardíamente, por lo menos en Occidente.
En efecto, solamente bajo el pontificado de León XIII su culto se extendió a toda la Iglesia latina, y tuvo el título de “doctor”.
Por la defensa de la ortodoxia, contra el error de Nestorio, obispo de Constantinopla, corrió el riesgo de ser desterrado y durante algunos meses vivió la humillación de la cárcel: “Nosotros—escribió—por la fe de Cristo estamos listos a padecerlo todo: Las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte”.
En el concilio de Éfeso, del que Cirilo fue protagonista, quedó derrotado su adversario Nestorio, que había suscitado una verdadera tempestad en el seno de la Iglesia, pues negaba la maternidad divina de María.
Título de gloria para el obispo de Alejandría fue el haber elaborado en esta ocasión una auténtica y límpida teología de la Encarnación. “El Emanuel tiene con seguridad dos naturalezas: la divina y la humana. Pero el Señor Jesús es uno, único verdadero hijo natural de Dios, al mismo tiempo Dios y hombre; no un hombre deificado, semejante a los que por gracia se hacen partícipes de la divina naturaleza, sino Dios verdadero que por nuestra salvación apareció en la forma humana”. De particular interés es la cuarta de las siete homilías que pronunció durante el concilio de Efeso, el célebre Sermo in laudem Deiparæ. En este importante ejemplo de predicación mariana, que da comienzo a un rico florecimiento de literatura en honor de la Virgen, Cirilo celebra las grandezas divinas de la misión de María, que es verdaderamente Madre de Dios, por la parte que tuvo en la concepción y en el parto de la humanidad del Verbo hecho carne.
Controversista maravilloso, Cirilo volcaba los ríos de su fecunda oratoria. Teólogo de mirada aguda, fue al mismo tiempo celoso pastor de almas. En efecto, además de sus tratados exclusivamente doctrinales, tenemos de él 156 Homilías sobre san Lucas de carácter pastoral y práctico, y las más conocidas Cartas pastorales, que se encuentran en 29 homilías pascuales.
Hipatia y Cirilo de Alejandría, errores en una leyenda negra
El uso, y abuso, de leyendas negras con el único fin de querer desprestigiar a la Iglesia. no es una novedad, es algo que históricamente se repite cíclicamente pese a que ya una y otra vez la verdad siempre brilla.
La relación entre Hipatia y San Cirilo, actualizada en nuestros días por una película que no vamos a nombrar, no fue tan truculenta como nos quieren hacer creer. Veamos algunos de los tantos errores históricos en que caen los enemigos de la Iglesia, ahora disfrazados de productores cinematográficos:
1) Hipatia, protagonista de la misma, no fue asesinada siendo joven y hermosa, sino que murió en el año 415, a los 61 años de edad (una anciana en aquella época) Claro, que sabiendo que el espectador se suele identificar con el protagonista -y por tanto también con la ideología que pretende transmitir-, no se ha dudado en recurrir a la guapa actriz Rachel Weisz, de 38 años. Es más fácil que el espectador se identifique con alguien atractivo, joven y bello (el caso de esta actriz), que con un personaje histórico feo o viejo (la verdadera Hipatia a la edad en que murió)
2) Hipatia no destacó por ser astrónoma, ni se adelantó a Kepler en más de mil años, sino que simplemente fue una filósofa de la escuela platónica. Esta es la única referencia histórica que existe sobre ella, y se debe al obispo cristiano Sinesio de Cirene, quien, al contrario de como le pinta la película, hablaba bien de ella.
3) Dicho obispo, a quien la película muestra como traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, por lo que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte.
4) Hipatia también tenía buenas relaciones con otros cristianos, como es el caso del curial Amonio o del Patriarca Teófilo, así como de muchos cristianos fervientes que, contemporáneos con los sucesos, no dudaron en defender su personalidad. Como por ejemplo, Timoteo, en su Historia Eclesiástica. También fue un cristiano, Sócrates Escolástico, quien en su Historia Eclesiástica (VII,15), escrita con posterioridad a la muerte de la alejandrina, la encomió como "modelo de virtud".
5) Hipatia no fue virgen "para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación", como ha declarado la protagonista de la película, quien se considera "feminista radical", sino porque, coherente con su filosofía platónica, ejercía la "Sofrosine" (el dominio de uno mismo a través de las virtudes, entendidas como el control de los instintos y las pasiones).
6) La mujer no fue libre en Grecia y Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió la sujeción del hombre, como quiere transmitir la película, sino que en Grecia la mujer era considerada como un objeto más de la casa, y en Roma no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada "capiti diminutio", como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la "manus" del padre o del marido. Por el contrario, fue el cristianismo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres o del estado, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Santa Inés, Santa Ágata o Santa Cecilia.
Presentar a la mujer en el ámbito de lo que fue la sociedad pagana, en unas condiciones de emancipación como las que caracterizan a Hipatia, resultaría absolutamente incomprensible si no se advierte al mismo tiempo que es el creciente desarrollo del cristianismo y su concepción de igual dignidad de hombre y mujer que lo hacen posible. El paganismo, los clásicos griegos y romanos, confieren a la mujer un papel subalterno y esencialmente doméstico y para nada vinculado a las instituciones públicas, excepto en determinados y específicos cultos religiosos. Es decir, Hipatia es el resultado de la evolución de una sociedad influenciada de manera creciente por el cristianismo. Esto Amenábar lo oculta.
De la misma manera que Amenábar presenta a Hipatia, es necesario recordar otras figuras de mujeres filósofas o escritoras, como Eudocia, nacida en una familia pagana como Atenais y convertida luego al cristianismo. La presencia pública de mujeres en una sociedad que se estaba cristianizando sólo se explica por este último hecho, lo cual contradice frontalmente lo que Amenábar nos relata.
7) Fue precisamente San Cirilo de Alejandría -personaje que en el fondo persigue la leyenda de Hipatia- el que más ha exaltado en la historia de la humanidad la condición femenina, pues a él se debe la expresión "Theotokos", palabra griega que significa "Madre de Dios". Él fue quien derrotó a la herejía nestoriana en el Concilio de Éfeso del año 431. En esencia, la disputa consistía en si María era madre de Cristo o madre de Dios. San Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María, y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a un ser humano mujer por encima de cualquier hombre.
8) Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los cristianos, sino que fue incendiada por Julio César, saqueada como el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. En el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios.
9) El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Concretamente, el neoplatonismo siguió floreciendo allí hasta varios siglos después de la muerte de Hipatia: la escuela platónica de Alejandría continuó funcionando con normalidad durante más de 200 años, hasta que lo recuperó el Renacimiento cristiano. Además, su más brillante exponente fue San Agustín, coetáneo de Hipatia.
La historia de Hipatia ha sido objeto de una recurrente manipulación, fundamentalmente con el fin de atacar a la Iglesia: desde la Ilustración hasta el feminismo radical actual. Amenábar, pues, no es original ni siquiera en eso. Según el "iluminado" Voltaire, "desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa está sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón". En cuanto al segundo ejemplo de manipulación -el del feminismo radical-, podemos observar el que hace Úrsula Molinaro, según el cual Hipatia fue la campeona del amor libre, pese a que en realidad era virgen.
La verdadera historia de Hipatia se ha transformado artificialmente en la leyenda del "Crimen de Alejandría", cuyo protagonista principal es el obispo San Cirilo. La atribución directa a este último del asesinato de Hipatia se debe al escritor pagano Damascio, último escolarca de la Academia de Atenas y autor de la "Vida de Isidoro" (una apología del paganismo de finales del s.V y principios del s.VI), quien exiliado en Persia tras su cierre por orden de Justiniano, y dispuesto a azuzar las maledicencias contra San Cirilo, a quien tuvo por rival -en un tiempo de rivalidades religiosas fortísimas y extremas-, le atribuyó el homicidio sin más fundamento que sus propias conjeturas. Porque esto y no otra cosa es lo que, desde entonces y hasta hoy, siguen haciendo cuantos rivalizan endemoniadamente contra la Fe católica. Han pasado siglos desde el lamentable episodio y nadie ha podido aportar otro cargo contra el gran santo de Alejandría que no fuera la sospecha, el rumor, la hipótesis trasnochada o la presunción prejuiciosa.
Pero la leyenda en sí misma surge en 1720, con la obra de John Toland (irlandés, hijo ilegítimo de un sacerdote católico, que se hizo protestante y posteriormente activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres) Después vino Voltaire; después, el historiador Edward Gibbon, quien, para argumentar su tesis acerca de que el cristianismo es la causa interna de la decadencia del Imperio Romano, utiliza la leyenda de Hipatia y declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallaron en Alejandría en el siglo V. Más tarde llegarán las versiones románticas de Leconte de Lisle y otros, y finalmente el feminismo radical, para el que Hipatia fue la primera mártir de la misoginia propia del cristianismo. Todos los autores citados, y alguno más, tienen una cosa en común: son masones reconocidos. De nuevo, la Masonería aparece de fondo, entre bambalinas, cada vez que surgen ataques mediáticos contra la religión, y concretamente contra el cristianismo (enemigo secular de su ideología y por tanto de su imposición a todo el mundo) como ha hecho siempre, empleando para ello diferentes medios adaptados a cada momento histórico)
El maltrato y la muerte de Hipatia no es imputable a los cristianos, como tampoco lo es a San Cirilo de Alejandría. El origen de tal acusación se debe, como se ha señalado antes, al pagano Damascio, enemigo acérrimo de San Cirilo, y simplemente ha sido repetida desde entonces por todos los enemigos de la Iglesia para atacarla. No hay mentira mayor que la que sostiene que "los historiadores coinciden en responsabilizar a Cirilo de Alejandría por el asesinato de Hipatia". Coinciden los enemigos frenéticos de la Iglesia Católica, no los historiadores o los genuinos estudiosos del caso:
No coinciden (y discrepan con la leyenda negra oficial impuesta finalmente por el Iluminismo) el arriano Filostorgio, el sirio Juan de Éfeso, los jansenistas Le Nain de Tillemont y Claude Pierre Goujet, o el erudito Christopher Haas en su "Alexandria in Late Antiquity: Topography and Social Conflict", publicado en 2006. No coincide tampoco Thomas Lewis, quien redactara ya en 1721 la célebre impugnación de la mentira a la que tituló sugestivamente "La Historia de Hypatia, la imprudentísima maestra de Alejandría: asesinada y despedazada por el populacho, en defensa de San Cirilo y el clero alejandrino. De las calumnias del señor Toland". No coincide Miguel Ángel García Olmo, quien advierte en la maniobra acusadora un "afán de mancillar la ejecutoría de un pastor teólogo de vida esforzada y ejemplar como fue Cirilo de Alejandría, venerado en Oriente y en Occidente"; y ni siquiera se atreve a coincidir Gonzalo Fernández, quien en su obra "La muerte de Hypatia", del año 1985, a pesar de la ninguna simpatía que manifiesta hacia el santo, llamando tiránico a su ministerio, concluye en que "ninguna de las fuentes sobre el linchamiento de Hipatia alude a la presencia de parabolani entre sus asesinos". Los parabolani eran los miembros de una hermandad de monjes alistados voluntariamente para el servicio, principalmente entre los enfermos, y que en su momento respondieron incondicionalmente a San Cirilo, recibiendo la acusación de consumar el linchamiento de Hipatia. Recuérdese que también Aguinis menciona a "un grupo de monjes", como causa instrumental del delito. No coinciden los hechos. Porque el mismo San Cirilo, que lamentó y reprobó el crimen de Hipatia, amonestó enérgicamente en su Homilía Pascual del 419 a la plebe alejandrina, dada a participar en turbamultas feroces y sanguinarias como la que puso desdichado fin a la vida de la filósofa. Si no se le cree al santo, las novelas de Lawrence Durrel -concretamente las de su Cuarteto de Alejandría- resultan una buena fuente para conocer el carácter sangriento y cruel de esas tropelías feroces del populacho alejandrino. Sin olvidarnos de que fueron esas mismas hordas las que dieron muerte a dos obispos cristianos, Jorge y Proterio, en el 361 y 457 respectivamente.
El anticristianismo de la película es, pues, más que obvio, y nada disimulado; el mensaje de fondo se puede resumir en tres puntos:
1) Los cristianos son violentos, machistas y contrarios al progreso, la cultura y la razón.
2) Jesús podría haber sido magnífico, pero no sus seguidores.
3) Según el propio Amenábar, la civilización antigua era un prodigio de ilustración "de no haberse dado ese traspiés que fue la Edad media y la caída del Imperio Romano, y de no haberse paralizado el mundo durante 500 años".
Con estos prejuicios ideológicos, totalmente ajenos a la verdad histórica, es lógico que Amenábar denuncie el inventado fanatismo de la intolerancia religiosa. Lo curioso es que para ello tenga que mirar al pasado, manipulándolo además -¿más desmemoria histórica?- y no refleje uno de los mayores integrismos actuales, que justamente va en la dirección opuesta: la actual intolerancia antirreligiosa, de la que él es, de nuevo hay que decirlo, simple punta de lanza. La Hipatia que retrata el director no es la real, pero a los espectadores no se les va a advertir esa ausencia de base histórica, sino que se les pretende hacer creer justo lo contrario.
Parece que Amenábar ha ´olvidado´ un pequeño detalle en su película: los que persiguieron masivamente, reprimieron, torturaron y mataron fueron los paganos a los cristianos en nombre del paganismo y de razones que hoy nos parecen brutalmente irracionales, como lo constatan las propias actas de los juicios romanos. Amenábar engaña y miente con las imágenes y el argumento, que hace de la película más cara rodada en España un simple panfleto político anticristiano. Al final va a tener razón: la situación de entonces se parece a la actual (los paganos persiguiendo a los cristianos, y no como él nos lo quiere vender).
Jesús ora por sus amigos
Santo Evangelio según san Mateo 8, 5-17. Sábado XII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor mío y Dios mío, no soy digno que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Ayúdame a reconocer con fe y confianza mi miseria y ponerla en tus manos, para que Tú, sabiendo lo que más me conviene, transformes mi vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. Él contestó: “Voy a curarlo”.
Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!, y lo hace”.
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían; “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación”.
Jesús le dijo al oficial romano: “Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has creído”. Y en aquel momento se curó el criado.
Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles.
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. El expulsó a los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: El hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La reputación de Jesús como curandero se extiende más allá de la comunidad judía. Aquí un centurión, un oficial del ejército romano, viene a pedir la curación de su sirviente. Como militar, está familiarizado con la autoridad. Reconoce que Jesús tiene autoridad sobre los espíritus malignos y sobre las enfermedades. Jesús se sorprende de que un no judío tenga una fe tan fuerte y lo pone como ejemplo. (Aquí la fe es una combinación de confianza y reconocimiento del poder de Jesús).
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; sólo di la palabra, y mi siervo será sanado». Estas palabras expresaban la plena confianza del centurión en Jesús, y condujeron a un elogio único de la fe de este hombre pagano. «Jesús tomó nuestras enfermedades y soportó nuestras dolencias.» La gente sentía que podía llevar sus enfermedades y las suyas propias a Jesús para ser sanados.
Sin embargo, el cristiano, como lo hizo en su momento el centurión, se acerca sabiendo delante de quién se encuentra y de la gran necesidad que tiene de ese amor tan grande y poderoso que es capaz de sanar cualquier herida del corazón.
Y he ahí que muchas veces, antes de que podamos decir cualquier cosa y declarar nuestra miseria personal, nos encontramos con que Jesús ya se ha acercado, nos ha abrazado y nos ha llenado de amor, porque si nos acercamos a Jesús con un poco de sed, Él no tarda en salir a nuestro encuentro y colmarnos de su gracia.
«Gracias por habernos recordado que la Iglesia no es una jaula para el Espíritu Santo, que el Espíritu vuela también fuera y trabaja fuera. Y con las citaciones y las cosas que él nos ha dicho nos ha hecho ver cómo trabaja en nosotros creyentes, en los “paganos”, en las personas de otras confesiones religiosas: es universal, es el Espíritu de Dios, que es para todos. También hoy hay “Cornelios” y “centuriones”, “guardianes de la cárcel de Pedro” que viven una búsqueda interior o también saben distinguir cuando hay algo que llama. Gracias por esa llamada a abrirnos sin miedo, sin rigidez, por ser blandos en el Espíritu y no momificarnos en nuestras estructuras que nos cierran. Gracias, padre. Y continúe rezando por nosotros». (Oración SS Francisco, 23 de febrero de 2018, conclusión ejercicios espirituales).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Tener un tiempo durante el día para enfocarme en que necesito ser sanado. Dios ya sabe aquello que necesito. Pondré en sus manos aquello que me dificulta crecer en santidad, con total fe y confianza en su poder, lleno de amor y misericordia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La fe del centurión
Para creer, son de gran importancia la humildad y la sencillez del corazón
Cuenta san Lucas que, terminado el sermón de la montaña, Nuestro Señor entró en Cafarnaún. “Había allí un centurión que tenía un siervo enfermo, a punto de morir, a quien quería mucho. Habiendo oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su siervo"[1]. La escena es encantadora: en el comienzo de la vida pública del Señor, durante el ministerio en Galilea, he aquí que le llega una embajada solicitándole un milagro. La envía un centurión –una persona importante en la ciudad–, que tiene un siervo gravemente enfermo para pedirle su curación.
El envío de esos mensajeros es fruto de un sentimiento de indignidad por parte del centurión: no se consideraba digno de presentarse ante Jesús, ni de que Jesús entrase en su casa, que era la casa de un «gentil». Todo hace pensar que aquel oficial se había formado un alto concepto de la dignidad de Jesús y que conocía las costumbres y leyes del pueblo judío en lo referente al trato con los «gentiles». Por esta razón, cuando sabe que Jesús viene hacia la casa, envía una segunda embajada pidiéndole que no se moleste en llegar hasta ella. Los enviados se lo comunican al Señor con unas palabras que la Iglesia evoca a diario en la liturgia de la Santa Misa: «Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo…»[2] Señor, “no soy digno de que entres en mi casa (…). Pero dilo de palabra y mi criado quedará sano"[3]. El Señor alaba esta actitud y exclama ante la multitud que le acompaña: “Os digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande"[4]. Cuando los enviados vuelven a la casa, ya está curado el siervo. San Lucas recalca que Jesús se admiró de la humildad y de la fe del centurión. Esta vez ha sido un «gentil», es decir, alguien no perteneciente al pueblo escogido, el que ha dado ejemplo de «fe», llenando de alegría al Señor.
Un obsequio razonable
Jesús ha calificado como fe el comportamiento del centurión que tiene muchas facetas: la confianza absoluta en el poder del Señor, la sencilla manifestación de humildad, la confesión pública de su dignidad. Todo sucede ante la multitud que rodea al Señor, sin que el militar se recate de confesar su «indignidad» y de mostrar su fe. Jesús alaba la decisión del centurión, en la que van unidas la humildad y la confianza en su Persona junto con el reconocimiento de que Él viene de parte de Dios. Estas son las disposiciones que la Iglesia desea suscitar en nosotros al pedir que, inmediatamente antes de acercamos a recibir la Sagrada Comunión, nos dirijamos al Señor con esas palabras, aumentando así nuestras disposiciones de fe, de humildad y de confianza.
El centurión ha oído hablar de Jesús y de su poder de curar; quizás han llegado hasta sus oídos algunas palabras pronunciadas por el Señor en el Sermón del Monte, o quizás también alguien le haya contado algún milagro. En cualquier caso, no ha podido escuchar todavía noticias de muchas cosas, pues nos encontramos en el comienzo de la vida pública. Y sin embargo, lo poco que le ha llegado ha sido suficiente para hacerle creer y confiar en Jesús; algo le ha dado a su corazón motivo suficiente para creer en su poder, incluso para entrever la «dignidad» del Señor.
La fe es un «obsequio razonable» a Dios, pues se apoya en unos motivos que hacen razonable el creer, más aún, que nos dicen que debemos creer, pues, junto con la gracia de Dios, se nos han dado signos suficientes que nos indican que debemos fiarnos de Él. No creemos en el absurdo, sino en algo que está por encima de nuestra inteligencia. Y creemos, porque se nos dan razones suficientes para hacer el paso hacia la fe de manera razonable y honesta. La fe no sería un obsequio que el hombre ofrece a Dios, si no tuviese esas dos características: Dios quiere la adhesión de nuestra inteligencia a su palabra, no la anulación de la razón; quiere su apertura a la verdad, no que se ciegue ante ella adhiriéndose al absurdo. Escribe san Ireneo, «como desde el principio el ser humano fue dotado del libre albedrío, Dios, a cuya imagen fue hecho, siempre le ha dado el consejo de perseverar en el bien, que se perfecciona por la obediencia a Dios. Y no sólo en cuanto a las obras, sino también en cuanto a la fe, el Señor ha respetado la libertad y el libre albedrío del hombre... como se demuestra en las palabras de Jesús al centurión: Vete, que te suceda según tu fe»[5].
La fe es un acto humano que perfecciona al hombre en cuanto tal, y esto no sería así, si le llevase a actuar contra su razón. La fe no es involución de la inteligencia, sino apertura a la verdad por el camino de la confianza en quien nos la propone. Esa confianza es esencial para que la fe sea razonable. En el caso de la fe teologal, se trata de una adhesión que se debe a Dios y sólo a Él. «La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. En cuanto adhesión personal a Dios y a la verdad que Él ha revelado, la fe cristiana difiere de la fe en una persona humana. Es justo y bueno confiarse totalmente a Dios y creer absolutamente lo que Él dice»[6]: «es razonable tener fe en Él, cimentar la propia seguridad sobre su Palabra»[7].
Un corazón sencillo
La fe es un obsequio razonable a Dios, pero la «racionabilidad» de la fe no justifica lo que podría calificarse como un «corazón desconfiado», «un corazón duro», que necesita demasiados motivos para creer. Lo vemos en la actitud del Señor ante quienes no acababan de aceptar su Resurrección a pesar de los testimonios fiables que les llegaban. Cuenta san Marcos que el Señor “se apareció a los Once cuando estaban a la mesa y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no creyeron a los que lo habían visto resucitado"[8], es decir, no habían dado crédito al testimonio de quienes vieron al Señor resucitado antes que ellos. El reproche por la incredulidad y dureza de corazón de estos discípulos es buena muestra de la importancia de un corazón abierto a la fe, y es un contrapunto ejemplar que destaca la figura del centurión en su descomplicada apertura a la fe.
Para creer, son de gran importancia la humildad y la sencillez del corazón, porque es en el corazón «donde nos abrimos a la verdad y al amor, y dejamos que nos toquen y nos transformen en lo más hondo»[9]. La fe compromete a la persona entera, pues es, antes que nada, confianza en Dios que se revela y confianza también en Aquel que ha ofrecido el testimonio de su palabra y de su vida, y lo sigue ofreciendo por medio de su Iglesia: Jesucristo. Esta confianza, esencial en la fe, implica no sólo la inteligencia, sino también el corazón, «precisamente porque la fe se abre al amor»[10]. Leemos en la Carta a los Romanos: Porque si confiesas con tu boca «Jesús es el Señor», y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, te salvarás. Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa la fe para la salvación[11].
La fe es obsequio a Dios, porque es fiarse de Él. El afán desmesurado de seguridad, que brota de una predisposición interior a la desconfianza, es un grave obstáculo para la fe, que tiene un doble carácter de don. Antes que nada es don de Dios al hombre, es gracia; después, es también respuesta del hombre a Dios, donación de sí mismo en una apertura confiada: «Para dar la respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu, y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad. Y para que la inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones»[12].
Todo es posible para el que cree
Es una fe llena de confianza la que hace posible los «milagros», especialmente en el apostolado. Ya lo anotó san Josemaría en Camino,: “Omnia possibilia sunt credenti –Todo es posible para el que cree. –Son palabras de Cristo. –¿Qué haces, que no le dices con los apóstoles “adauge nobis fidem!" –¡auméntame la fe!?"[13]. Por este motivo, ante las dificultades,solía repetir: “–Ecce non est abbreviata manus Domini -¡El brazo de Dios, su poder, no se ha empequeñecido!"[14]. Y en otra ocasión, escribía: “Que eres... nadie. –Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda. –¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio: Ignorante, entre los doctores de Alcalá. –Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. –Perseguido, calumniado... Es el camino: ama, cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón"[15].
Son palabras escritas por san Josemaría en los comienzos del Opus Dei, en medio de unas circunstancias a veces humanamente duras, que parecían hacer imposible lo que Dios le pedía. Sus palabras y su ejemplo pueden servirnos el peso de nuestra debilidad se haga especialmente patente, y parezca que lo que Dios pide a cada uno es poco menos que imposible. En esos momentos, es necesario atender a nuestro corazón y pedir al Señor un corazón sencillo, que no exige seguridades humanas, un corazón como el del centurión de Cafarnaún. Un corazón que, por estar abierto a Dios, es capaz de entregarse generosamente a los demás con la certeza que da la fe en el amor de Dios y con la seguridad que da la esperanza.
La tortura, pecado muy grave y negación de la dignidad humana
El 26 de junio es el día internacional en apoyo a las víctimas de tortura.
“Ratifico la firme condena de todo tipo de tortura e invito a los cristianos a comprometerse a colaborar en su abolición y apoyar a las víctimas y a sus familiares. Torturar a las personas es un pecado mortal. Un pecado muy grave”, estas palabras pronunciadas por el Papa Francisco después de rezar la oración mariana del Ángelus, del 22 de junio de 2014, unos días antes de la conmemoración de la Jornada de las Naciones Unidas por las víctimas de la tortura, resuenan aun hoy, en el Día en el que entró en vigencia la Convención de la ONU contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, uno de los instrumentos clave en la lucha contra la tortura. Actualmente, la Convención ha sido ratificada por 162 países.
La tortura destruye la dignidad intrínseca de todo ser humano
La condena del Papa Francisco de la tortura como un “pecado mortal, un pecado muy grave”, es considerada por las Naciones Unidas como un acto que, “destruye la personalidad de la víctima y desprecia la dignidad intrínseca de todo ser humano”. La ONU ha condenado desde sus comienzos su práctica por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes. Y a pesar de la prohibición absoluta de la tortura según el derecho internacional, esta persiste en todas las regiones del mundo. La tortura no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición – afirma las Naciones Unidas – forma parte del derecho internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados internacionales en los que se prohíbe explícitamente. Su práctica sistemática y generalizada constituye un crimen contra la humanidad.
Apoyar a las personas que han sido víctimas de torturas
El 12 de diciembre de 1997, la Asamblea General de la ONU, en su resolución 52/149, proclamó el 26 de junio Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, con vistas a la erradicación total de la tortura y a la aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, que entró en vigor el 26 de junio de 1987. Por ello, el 26 de junio es una oportunidad para pedir a todos los interesados, los Estados Miembros de las Naciones Unidas, la sociedad civil y los particulares, que se unan en apoyo de los cientos de miles de personas que en el mundo entero han sido víctimas de torturas o que todavía hoy son torturadas.
Asistencia a las víctimas de la tortura y a sus familiares
En este sentido, las Naciones Unidas ha desarrollado una serie de programas para ayudar a recuperarse a las personas que han sido víctimas de la tortura. El trabajo de los centros de rehabilitación y de las organizaciones especializadas de todo el mundo ha demostrado que las víctimas pueden hacer la transición desde el horror a la curación. El Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, administrado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra es una herramienta humanitaria única y universal que proporciona asistencia directa a las víctimas de la tortura y a sus familiares dondequiera que se produzca la tortura. El Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura acepta donaciones.
Guterres: abominable negación de la dignidad humana
Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en su Mensaje para este Día recuerda que, “la tortura es una violación atroz de los derechos humanos”. Por ello, en este Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, los defensores de los derechos humanos y los supervivientes de la tortura en todo el mundo – invita Guterres – aprovechan la oportunidad para denunciar esta abominable negación de la dignidad humana y emprenden acciones para recordar y apoyar a las víctimas de la tortura. Además, el Secretario General subraya que, “bajo ninguna circunstancia se debe permitir que los crímenes de los torturadores queden impunes y se deben desmantelar y transformar los sistemas que permiten la tortura”. Es necesario, agrega Guterres, empoderar a las víctimas y los supervivientes y sus familias y ayudarlos a recabar justicia para su calvario. A tal fin, encomio al Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura y exhorto a que se proceda a su reposición.
Ni escéptico, ni crédulo… 7 Rasgos de la fe.
Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza: en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios
A todos nos gustan las relaciones: de pareja, de amigos, de familia, etc. En las relaciones humanas damos pasos de fe todo el tiempo: creemos en lo que nos dicen las personas a las que amamos y actuamos con base en eso, por ejemplo, si un amigo muy querido nos dice que visitó una ciudad que no conocemos y nos cuenta con emoción todos los detalles, nuestra primera reacción es creerle sin necesidad de que nos muestre “evidencias”, nos basta el cariño. Por otro lado, cuando una relación es débil o está rota es muy difícil confiar.
Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza: en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios, necesitamos saber en qué o en quién depositar nuestra confianza. Dicen por ahí que los extremos son viciosos, y en este sentido valdría la pena huir de dos caminos extremos frecuentes: Aceptar solo lo que podemos verificar empírica y racionalmente (escepticismo) porque entonces dejaríamos de tener una vida humana; y el otro extremo es creer todo (credulidad), porque podíamos vivir siempre en la ilusión y la mentira.
En el caso de la fe en Dios pasa lo mismo: nadie nos puede obligar a creer en un Dios con quien no hemos establecido primero una relación. El camino de la fe se diferencia de estos 2 extremos, es aceptar libremente que Dios se ha revelado, es decir, que ha dicho cosas sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre quiénes somos para Él; y a la vez creerle y adherirme con confianza a su persona. Esta relación de confianza, en Dios y en su Palabra es lo que nos proporcionará un mayor grado de felicidad que cualquier otra relación.
En resumen… ¿Qué es la fe?
La fe es saber y confiar… y tiene siete rasgos:
• La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
• La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.
• La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la invitación divina.
• La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús.
• La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor.
• La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.
• La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría del cielo. (Youcat #21)
Probablemente ya conoces los caminos extremos, el del crédulo y del escéptico… Ahora te invitamos a conocer más tu fe, a empezar un camino hacia esta fe que transforma la vida y la hace plena.
¿Hacer penitencia tiene sentido en el siglo XXI?
Para el mundo contemporáneo, hundido por completo en la exaltación y la búsqueda del placer, cualquier acto que implique renunciar a la comodidad resulta oscurantista y patológico
Pregunta:
Padre Nelson, tuve hace poco una discusión con un amigo del Regnum Christi que me hablaba sobre la necesidad de hacer penitencia como un camino para la conversión personal e incluso la salvación del mundo. Mi postura era que esas costumbres masoquistas medievales ya tuvieron su hora y ya pasaron, gracias a Dios. Al finla la discusión se pudo un poco tensa y aunque no me conveció lo que oí, sí me dejó pensando un poco. Usted qué opina? -- G.J.
Respuesta:
He encontrado este escrito en Internet que creo que orienta mucho. Tal vez yo no lo hubiera podido decir mejor.
"Para el mundo contemporáneo, hundido por completo en la exaltación y la búsqueda del placer, cualquier acto que implique renunciar a la comodidad no sólo resulta «oscurantista», pasado de moda, sino hasta patológico.
Absolutamente escandalizados se mostraron los medios de comunicación que a mediados de 2010 reprodujeron una nota del diario argentino MdZ que sacó a la luz las «prácticas retrógradas» que se practican en el seminario del Instituto del Verbo Encarnado, una de las comunidades religiosas que más vocaciones sacerdotales atrae en ese país.Penitencia en cuaresma
Todo empezó cuando un ex seminarista decidió hacer del conocimiento secular cómo viven los futuros sacerdotes; resulta que en el instituto los jóvenes hacen penitencia: «Más allá de las vocaciones y la proliferación de esta fe, las prácticas medievales persisten en esta institución y el día en el que más se aplican son los viernes», se lee en el periódico. Los sacrificios que ahí se hacen pueden desde incluir ayuno de una de las principales comidas hasta la autoflagelación con un látigo de tres cuerdas con nudos en el extremo, o el uso de un cinturón de piedras durante la Misa.
Otras cosas vividas en esa institución dedicada a la solidaridad con los más necesitados y no a la propia comodidad, y que disgustaron al ex seminarista en cuestión, son éstas: «No hay radio ni televisión. Todos duermen en literas triples, no hay dónde poner las cosas personales ni roperos. Nos bañamos con agua fría, cocinamos a leña».
MOTIVO DE ESCARNIO
La verdad es que desde tiempos de la primitiva Iglesia los cristianos han sufrido la burla intolerante ante la mortificación cristiana.
Basta recordar los dibujos que el paganismo romano hacía de un burro crucificado para insultar a los seguidores de Cristo.
Para el mundo en general, particularmente el contemporáneo, donde lo que impera es la búsqueda del placer, la penitencia es masoquismo, oscurantismo, peligrosa patología que hay que combatir.
SE TOLERA SI NO ESTÁ CRISTO
Pero si bien todo lo que implica renuncia por motivos cristianos suele causar asombro y oposición, hay otros casos en los que las mortificaciones son bien vistas y hasta aplaudidas.
Así, se aclama a quienes más dietas hacen para estar delgados, e igual a quienes lo consiguen por medio de la anorexia. Penitencia por Cuaresma. La belleza externa ha tomado tal importancia que varones y mujeres se someten a dolorosas cirugías estéticas a fin de verse más hermosos y más jóvenes.
Lo mismo hay que decir de los vegetarianos y veganos, que se privan de determinados alimentos y productos, ya sea por motivos de salud física, apoyo a los supuestos «derechos» de los animales, o por influencias religiosas hinduistas o budistas, las cuales incluyen ayunos y otras mortificaciones. En todo esto está ausente Cristo, por eso no sólo es bien tolerado sino presentado como positivo e imitable.
EN EL AMOR ESTÁ EL MOTIVO
La diferencia de una mortificación para perder peso o para alcanzar el nirvana budista respecto de una mortificación cristiana radica en el amor; en las primeras el esfuerzo y las privaciones tienen su fuente en el «yo» —verse mejor o alcanzar la conciencia de ser «dios»—, en la última la motivación es el amor a Cristo: el creyente hace penitencia no porque le guste sufrir y hacerse daño, sino para unirse más estrechamente con Jesucristo sufriente.
Si no hay suficiente amor, las privaciones serán motivo de desdicha, no de crecimiento. Es por eso que las penitencias han de practicarse de manera libre; por ejemplo, cuando un feligrés se acerca al sacramento de la Confesión lo hace voluntariamente tanto para recibir el perdón como para dar alguna satisfacción o reparación por sus faltas a través de la penitencia que el sacerdote le indica.
Los santos siempre han sido asiduos practicantes de la penitencia, no sólo por sus propios pecados sino por los de los demás. Conforme se avanza en la relación con Dios, se puede ir entendiendo mejor el valor de la mortificación y su práctica de manera correcta. Y quien la ha llevado a cabo en algún grado y en alguna ocasión, seguramente ha podido entrever al menos algo de su grandeza; hasta el ex seminarista del Instituto del Verbo Encarnado confiesa que, tiempo después de marcharse, «quise volver»; aunque la institución no lo consideró conveniente."
6 mensajes equivocados que das a tus hijos cada vez que faltas a misa un domingo
Nuestros hijos no solo aprenden de lo que nos ven hacer: también sacan conclusiones de lo que nos ven NO hacer.
¿Qué le estamos transmitiendo a nuestros hijos cuando llega un domingo, ¡aunque solo sea algunos domingos al año!, y decidimos no ir a misa con la excusa que sea? Es lo que explica Becky Roach, madre de cinco hijos que vive en Ohio (Estados Unidos), en un post de su blog en Catholic Link:
Un padre no necesita mucho tiempo para darse cuenta de que nuestros hijos absorben todo lo que hacemos y decimos. Recuerdo la primera vez que escuché a mi pequeña de dos años soltar un largo suspiro y decir: “¡Oh, Dios mío! ¡No puedo más!”. Su tono y su expresión eran exactamente las mías.
A veces te das de bruces con tus propios pecados a través de las palabras y las acciones de tus hijos.
Recientemente acudí a un bautizo en el que el sacerdote recordó a los presentes que sería a través de sus acciones como los niños que iban a ser bautizados conocerían a Dios y cómo comportarse ante Él. Si el niño nos ve rezando, aprenderá que la oración es importante, pero si el niño no ve nunca en su vida comunicación alguna de la gente con Dios, aprenderá que la oración no es necesaria.
Aunque ninguno de nosotros es perfecto, tenemos la responsabilidad de intentar seguir los modelos de comportamiento que queremos que los niños imiten. Y los niños aprenden tanto de lo que hacemos, como de lo que no hacemos. Si no convertimos ir a la iglesia en una prioridad cada domingo, eso le está diciendo mucho al corazón de nuestros hijos sobre la fe y sobre la vida.
Hay seis cosas que los niños aprenden cuando te saltas la misa dominical.
1. Dios es importante, pero no tan importante.
Si Dios me encaja bien, magnífico, pero solo si me conviene. El fútbol, dormir o ...(pon aquí cualquier actividad)... son más importantes que hacer el esfuerzo de estar con Dios una hora a la semana.
2. Dios no quiere realmente decir lo que dice.
Sí, santificar las fiestas es un mandamiento de la Ley de Dios, pero... Dios no entiende lo atareado que estoy o cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según las circunstancias de mi vida, lo que Él quiere decir con ese mandamiento... y con todos los demás mandamientos. A nosotros nos corresponde seleccionar y elegir qué leyes de Dios queremos seguir.
3. La Iglesia no espera realmente de nosotros que aceptemos sus enseñanzas.
Sí, hay un mandamiento de la Iglesia de ir a misa los domingos, pero la Iglesia no comprende lo atareado que estoy o cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según las circunstancias de mi vida, lo que la Iglesia quiere decir realmente con ese precepto.
4. La misa va solo de mí y de lo que yo saco de ella.
Cuando vamos y venimos de misa según nuestro capricho, parecemos olvidar que ir a misa construye la comunidad eclesial. Tu parroquia puede necesitarte como lector, o para cantar en el coro, o para recoger la colecta. Ver a tu familia en la Iglesia podría ser justo la cosa que una persona anciana necesita para alegrar su solitario domingo. Hay muchas razones por las que somos una comunidad de fe y nos juntamos para rendir culto a Dios.
5. Cuando las cosas son difíciles o aburridas, no tengo que hacerlas.
Si no vamos a misa y le decimos a nuestros hijos que es porque la misa es “aburrida” o que “no sacamos nada de ella”, nuestros hijos aprenden que solo tenemos que hacer las cosas que son divertidas y emocionantes. Esto, sencillamente, no es verdad, ni en lo que concierne a la fe ni en lo que concierne a la vida diaria. La mayor parte de la gente no encuentra divertido ni emocionante pagar sus impuestos, pero aun así tenemos que hacerlo.
6. Dudamos de la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía y de las gracias que recibimos comulgando.
Si crees realmente que Jesucristo está presente en la Eucaristía y que viene a nosotros cada domingo en misa, ¿qué te aparta de Él? ¿Por qué no querrías recibir las gracias que Él ha prometido por medio de este increíble regalo? Nuestro Catecismo nos enseña que “la Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz a su Padre; por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la Iglesia” (1407).
Queridos padres, sé y comprendo perfectamente lo difícil que es llevar a los niños a la iglesia. A menudo, cuando acaba la misa, me siento como si acabase de participar en un torneo de lucha. Por mucho que lo planifique y prepare, muchísimos días los niños son algo menos que angelicales.
Es una batalla. Pero es una batalla que vale la pena librar. No hay mejor lugar para llevar a nuestros hijos que a los pies de Jesús. No hay mejor lección que enseñarles que poner a Dios siempre en primer lugar, sea lo que sea lo que esté pasando en nuestra vida y lo difícil que resulte ir a misa.
Adivina: ¿qué pasará si esperas a llevar los niños a misa a que se comporten mejor o a que tu vida no esté tan ajetreada? Que eso no pasará.
Satanás siempre nos ofrecerá una excusa para que nos saltemos la celebración de la más elevada forma de oración que tenemos en la tierra, pero Dios siempre nos dará las gracias para responder con un “sí” cuando le pidamos que nos ayude.
Convierte la misa dominical en algo que tu familia haga invariablemente unida. Créeme, la bendiciones y gracias que recibirás por esta disciplina transformarán tu vida familiar de forma poderosa.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - Madre de Dios de la Pasión
Venerada en Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Iglesias ortodoxas orientales
Templo: Iglesia de San Alfonso del Esquilino, Roma
Festividad: 27 de junio
Fecha de la imagen: siglo X-XI
Estilo:Icono bizantino
La Virgen del Perpetuo Socorro (Madre de Dios de la Pasión) es una advocación mariana. La imagen original es un icono procedente de Creta y venerado en Roma en la iglesia de los agustinos, a finales del siglo XV, y desde 1866 en la iglesia de San Alfonso del Esquilino, en Roma. Unos los sitúan entre los siglos X y XI, y otros a comienzos del siglo XV. Su festividad se celebra el 27 de junio.
Historia
El icono original está en el altar mayor de la iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a María con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura Pasión mientras agarra fuertemente con las dos manos a su Madre, quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte.
En la entrada de la iglesia hay un letrero que cuenta la historia de la imagen en inglés, italiano y polaco. La cuna de este cuadro fue la isla de Creta, en el mar Egeo. En el siglo XV un mercader sustrajo el icono de una iglesia, lo escondió entre su equipaje y se embarcó rumbo a otras tierras. Durante la travesía sobrevino una gran tempestad y los pasajeros se encomendaron a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y todos lograron salvarse.1
Icono de la Virgen del Perpetuo Socorro antes de su restauración.
Poco después el mercader llegó a Roma con el cuadro. Luego se lo confió a un amigo para que lo dejase en alguna iglesia de la ciudad, pero este lo guardó en su casa. La Virgen se le apareció en sueños a su hija indicándole el deseo de que la imagen fuese llevada a una iglesia situada entre la Basílica de Santa María la Mayor y la Basílica de San Juan de Letrán, por lo que entregó la imagen a la Iglesia de San Mateo,1 regentada por los agustinos. La imagen suscitó la devoción en el barrio del Esquilino.1 Era el año 1499, en tiempos del papa Alejandro VI. Allí permaneció la imagen del Perpetuo Socorro durante trescientos años.1 Los escritores de la época narraron ampliamente los milagros atribuidos a la imagen. El siglo XVII parece ser el más intenso en la devoción y culto a la Virgen del Perpetuo Socorro.
En febrero de 1798, con la invasión de Napoleón, sus tropas se apoderan de Italia y destruyen en Roma más de treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo.1 Los religiosos agustinos salvaron el icono, que fue llevado a la Iglesia de Santa María in Posterula.1
En 1855 Eduardo Douglas y Brixio Queloz, miembros de los redentoristas, congregación fundada por San Alfonso María de Ligorio en el siglo XVIII, compraron un terreno al lado de la Via Merulana, muy cerca de Santa María la Mayor. Se llamaba Villa Caserta porque pertenecía a Michelangelo Caetani, duque de Caserta, y era el mismo lugar donde estuvo la Iglesia de San Mateo. Construyeron un cenobio y una iglesia. A través del padre Miguel Marchi se descubrió en 1865 el paradero del icono. El 11 de diciembre de 1865 el papa beato Pío IX, recibió al superior general de los redentoristas y aprobó oficialmente que fuese llevada de nuevo a ese lugar. Según la tradición, le dijo "denla a conocer a todo el mundo". El 19 de enero de 1866 la imagen regresó a la iglesia de San Alfonso, en el mismo emplazamiento donde había estado tres siglos.1
Fue restaurada en 1866 por Leopold Nowotny.1 El 26 de abril de 1866 fue sacada en procesión y los tres días siguientes se celebró un triduo sacro.1 Ocupa el centro del ábside de la Iglesia de San Alfonso y su devoción e influencia se extiende a los cinco continentes.
San Juan Pablo II, en su autobiografía «Don y misterio», de 1996, al referirse a los orígenes de su vocación sacerdotal, afirma:2
Naturalmente, al referirme a los orígenes de mi vocación sacerdotal, no puedo olvidar la trayectoria mariana. La veneración a la Madre de Dios en su forma tradicional me viene de la familia y de la parroquia de Wadowice. Recuerdo, en la iglesia parroquial, una capilla lateral dedicada a la Madre del Perpetuo Socorro a la cual por la mañana, antes del comienzo de las clases, acudían los estudiantes del instituto. También, al acabar las clases, en las horas de la tarde, iban muchos estudiantes para rezar a la Virgen.
San Juan Pablo II coronó a la Virgen del Perpetuo Socorro de Wadowice, Polonia, el 16 de junio de 1999 y la mencionó con cariño en su homilía de aquel día.3
Descripción del icono
Detalle Arcángel Miguel.
La imagen o icono original de María del Perpetuo Socorro está pintado al temple sobre madera. Mide 53 cm de alto por 41,5 cm de ancho. Sobre un fondo de oro destacan cuatro figuras. En el centro, llenándolo todo como protagonistas, la Virgen María y el Niño Jesús; y en un lejano segundo plano, los dos arcángeles Miguel y Gabriel con los instrumentos de la Pasión. Según costumbre oriental, cada personaje está identificado por una inscripción griega en abreviatura.
Detalle Arcángel Gabriel.
La Virgen es mostrada solo de medio cuerpo y de pie. Viste una túnica de color rojo abrochada en el cuello y un manto azul marino que la cubre desde la cabeza. Bajo el manto apunta una cofia de color verde mar, que recoge y oculta sus cabellos. Tiene sobre la frente dos estrellas. Las coronas de oro y pedrería del Niño y de la Madre son regalos del Capítulo Vaticano para su coronación.
El Niño Jesús descansa sobre el brazo izquierdo de su Madre y se agarra con ambas manos a la mano derecha de María, buscando protección, al contemplar los instrumentos de la Pasión que le aguarda. Su figura es de cuerpo entero, vestido con túnica verde, ceñida con faja roja y de su hombro derecho cuelga un manto de color rojizo marrón. Tiene entrecruzadas las piernas y lleva los pies calzados con simples sandalias, con la peculiaridad que la del pie derecho queda suelta y colgando. Los instrumentos que presenta el Arcángel Gabriel son la cruz ortodoxa de doble travesaño y cuatro clavos. El Arcángel Miguel lleva la lanza y la esponja. Ambos arcángeles ocultan sus manos que sostienen un pomo con los símbolos de la Pasión. Los abundantes pliegues y sombreados de las vestiduras van profusamente marcados en color oro.
Las abreviaturas griegas que hay escritas sobre el icono significan 'MP-ΘΥ (Μήτηρ Θεού, Madre de Dios en idioma español, inscripción que se halla en la parte superior del cuadro); OAM (Ο Αρχάγγελος Μιχαήλ, El Arcángel Miguel, inscripción en el lado superior izquierdo); OAΓ (Ο αρχάγγελος Γαβριήλ, El Arcángel Gabriel, inscripción en el lado superior derecho); y Iς-Xς ( Ἰησοῦς Χριστός, Jesús Cristo, al lado del Jesús Niño), respectivamente.
Mensaje del icono
Detalle manos Virgen Perpetuo Socorro.
María del Perpetuo Socorro es un icono bizantino de la escuela cretense, una imagen representativa de la Virgen de la Pasión. La interpretación general es clara. Los arcángeles Gabriel y Miguel presentan a Jesús niño los instrumentos de sus sufrimientos futuros. Al contemplar esta dramática visión, el Niño, en su condición de hombre mortal, se asusta y se estremece y en un brusco movimiento busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se aferra con fuerza. El susto y movimiento brusco del Niño están expresados por la contorsión de piernas, el repliegue del manto y la sandalia desprendida.
Patronazgos
La Virgen del Perpetuo Socorro es patrona de numerosos lugares e instituciones.
En España
Está muy vinculada a los corredores de seguros. Es la patrona del cuerpo de Sanidad Militar de las Fuerzas Armadas de España. Es la patrona de los Protésicos Dentales. Es la patrona de Haití. Existen veinte institutos religiosos acogidos a la Madre del Perpetuo Socorro.
En Haití
En 1883 una terrible epidemia de viruela azotaba el país. Los devotos acudieron a la Virgen y le hicieron una novena. La epidemia cesó milagrosamente y se decidió nombrarla patrona del país.
En 1993 se celebró con gran regocijo el centenario del milagro y del nombramiento de la Virgen como patrona de Haití. El papa Juan Pablo II visitó el país para esta celebración y puso al mismo bajo el amparo de la Virgen del Perpetuo Socorro.
En Honduras
En el municipio de Trojes, El Paraíso, existe la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Su imagen se muestra en la parte principal del altar, en el mes de junio de cada año se celebra su fiesta en el pueblo durante una semana con diversas actividades religiosas y culturales.
En el Perú
Los padres Misioneros Redentoristas a cargo del Santuario Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso, ubicado en la Av. San Martin cdra. 3 s/n Distrito del Rímac; es patrona de dicho distrito limeño.
También en la Comunidad Redentorista de Piura, en el norte del Perú, desde 1907 en el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se rinde veneración a esta advocación mariana, la cual es conocida cariñosamente como "La Morena de Oro de Piura" debido a su color de piel.
La festividad se realiza entre la última semana del mes de junio y el día central es el primer domingo de julio en el que la Sagrada Imagen sale en su carroza a recorrer las calles de la ciudad.
También se realiza una veneración a la imagen de la virgen del perpetuo socorro en el centro poblado menor de Huayre, provincia de Junín, Departamento de Junín. Las festividades se realizan desde el 26 (víspera) y culmina el 28 junio de cada año.
En Venezuela
Es patrona de la localidad de El Vigía, estado Mérida. Existe allí la Catedral Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
En Ecuador
Es Patrona de la Ciudad de Huertas, en el Cantón Zaruma, Provincia de El Oro. Existe allí la Iglesia Matriz de la Parroquia eclesiástica de Huertas "Perpetuo Socorro" En la ciudad de Cuenca - Ecuador, existe la basílica dedicada a la Virgen Del Perpetuo Socorro. También se encuentran iglesias dedicadas en Loja y Ambato, en esta última se encuentra la imagen que curó a un niño de sus ojos en Huete (España).
En Colombia
En la parroquia Nuestra Señora de El Peñón